Capítulo 28: Papel, tinta y palabras
Canción: 221. Aún estás en mis sueños de Rata Blanca.
Personajes: Takato, Takeru, Masaru, Yoshino, Touma, Koushiro, Miyako, Jenrya.
Summary: Takato y Takeru comenzaron a hacer un manga en base a sus sueños, ya no creen que sea solo eso.
Takeru estaba tocando su huevo cuando lo vio comenzar a quebrarse. Este no tardó en romperse y mostrar a la que sería su mascota virtual. Grande fue su sorpresa cuando vio al digimon que apareció. No se trataba de un animal al que hubiera visto antes, pero sí una creatura que le resultaba conocida.
Decidió revisar la revista que había recibido la semana pasada, edición que incluía el segundo capítulo de la primer serie que el y Takato lograban publicar, encontrando lo que ya sospechaban. Su mascota virtual se parecía demasiado a Patamon y Patamon se parecía muchísimo a la creatura que solía aparecer en sus sueños.
Por las noches podía sentir la calidez del tacto de un amigo, ver el tamagochi le hacía pensar que esa creatura, digimon según el club de informática había escapado de sus sueños hasta ocultarse en otra realidad. Rápidamente descartó ese pensamiento al considerarlo demasiado absurdo.
"Me gustaría aprender el hechizo ideal que junte los sueños con la realidad", pensó y es que sentía un profundo aprecio por cada uno de los personajes que aparecían en su manga a pesar de que, estaba seguro, de que no existían más allá de sus sueños.
—¿Lo notaste? —le preguntó Takato —, el digimon del tamagochi se parece mucho a uno de los personajes de Digital World.
Takeru asintió.
—Quizás sea coincidencia. Nosotros nos basamos en los personajes de los juegos de cartas.
—Pero Guilmom era un diseño solamente mío.
Aquello tomó por sorpresa a Takeru.
—¿Guilmon también?
Takato le mostró su tamagochi, notando la sorpresa en el rostro de su compañero. Él se quedó sin palabras cuando vio a un Guilmon pixeleado en el tamagochi de su amigo.
—¿Crees que debamos hablar con los creadores de este juego?
Takeru señaló los mensajes que aparecían en la pantalla.
—Definitivamente, siento que nos estamos perdiendo de algo importante.
Las sospechas de Takeru crecieron cuando vieron a Yoshino, a Masaru y a Touma en el club de informática. La forma en que los miraban les hacían creer que ellos también los estaban buscando.
—¿Ustedes escribieron Digital World?
—Yo me encargué del dibujo y Takeru de la historia.
—¿En qué se basaron para hacerlo a él?
Takeru notó un gran parecido entre la mascota virtual de Masaru y uno de los personajes principales de su manga. No obstante habían varias diferencias que le hacían pensar que se trataban de dos creaturas diferentes.
—En un sueño —respondió sin estar del todo convencido. Una parte de él creía que había algo más y sus charlas con Hikari reforzaban ese pensamiento.
—Nosotros no diseñamos esos personajes —les dijo Koushiro —, pensábamos usar sprites de animales reales.
—Tampoco programamos las conversaciones —agregó Jenrya sin estar del todo convencido —, intentamos descubrir la causa, pero no encontramos nada más, lo entenderíamos si estuviera conectado a internet, pero...
—Son prototipos —lo interrumpió Miyako —, no deberían hacer más de la mitad de lo que hacen.
—¿A que te refieres cómo eso?
Miyako y Jenrya les mostraron los planos que habían usado para crear los tamagochi, incluyendo las opciones que no habían podido incorporar, ya fuera por falta de tiempo, recursos o por diversos motivos. Los digimon parecían ser creaturas inteligentes y no parecían surgir por motivos al azar. Ambos habían sentido una fuertemente conexión desde el primer momento y diversos testimonios confirmaban que no eran los únicos en sentirse de ese modo.
Takeru les contó la historia que planeaba para el manga y los personajes que deseaba incorporar. El editor les había recomendado que no lo hicieran, incluso si se trataba de familia o amigos cercanos, pero él creía que era necesario. Koushiro y Miyako fueron los que más se sintieron identificados.
—Es casi como si ya conociera la historia.
—O como si fuéramos parte de la misma.
Takeru quería probar algo. Modificó algunas partes queriendo ver cuál era la reacción que tendrían Koushiro y Miyako.
—Tengo la sensación de que eran engranajes y no cadenas.
—Lo eran, solo quería probar algo. Es que me parece tan extraño que ustedes también sepan de esos detalles cuando Takato y yo no se los hemos dicho a nadie.
—Eso no es lo único extraño —comentó Touma —, hay algo más que deben saber.
