Capítulo: 28
Advertencia este capítulo contiene lectura para adulto
Escuche —Creo que en esto necesitas mi ayuda, hare que tu baño sea muy placentero, solo déjamelo en mis manos— y luego sentí como introdujo muy suavemente su mano dentro de mi ser, mi corazón se agitaba con cada caricia que sentía, no soporte más y comencé a gemir, se acercó a mi oído y en susurro escuche —esto es solo en inició— pero no deja de tocarme, el agua corría, haciendo que me excitar, aún más.
Por más que intentaba soportar sus carisias mis gemidos no los podía controlar, haciendo que gritara con mucha fuerza, luego se detuvo por un instante y grite —Que pasa por que te detienes —
—Lo siento mucho mi amor, no es correcto—
—Albert de que hablas, yo te amo y te extraño—
—Mi vida… había prometido que estaría de nuevo contigo hasta que nos casáramos, pero cuando entre para al baño para decirte que no tardaras mucho ya que la comida ya está lista, no soporte más, al verte así mi cuerpo se movió por si solo y ahora ya no me puedo controlar —
—Pero mi amor, quien te está pidiendo que te detengas, te amo y lo único que quiero es que estés dentro de mí, no sabes cuanta falta me has hecho, todas estas semanas que no me has tocado, yo misma, me he tocado pensando en ti — cuando Albert escucho lo que dije, enseguida respondió —Mi vida entonces, ambos la pasamos muy mal estos días, solo he pensado en hacerte el amor, mañana, tarde y noche a todas horas —
—Albertttt grite — en seguida sus manos subieron a mis caderas y con gran agilidad me levando, al momento me cargando, con gran fuerza y no sé en qué momento se introdujo, ya que al sentirlo solo grite—Siiii asiii dale —
—Siii te daré todo, todo lo que me he estado conteniendo—
—Siiii siii más quiero más— gritaba con todas mis fuerzas, me sostuve con las cortinas del baño, el levanto su miraba y al verme con las manos atadas, sentí que eso lo había excitado a un más, ya que al momento se movió con mucha fuerza que grite aún más fuerte —Siii asiii hazlo muévete —
—Siiii veras cuanto te deseó—
—Yooo yooo también te deseooooo siiii asiiii— gritaba muy fuerte, no me podía controlar él tenía sus manos sobre mis caderas, su boca en mi pecho, mordiéndome a cada instante, mis piernas alrededor de su cintura, mis manos levantadas para que hiciera lo que quisiera, cada embestidas era más y más no me contuve más y mi cuerpo soltó todo en un solo estallido y grite —yaaa ya voy a llegar yaaaaa—
—Aguanta mi amorrrrrr solo, solo un poco más—
—Yaaaa yaaaaa hayyyyyy yaaa— grite tan fuerte, cuando sentí una gran explosión dentro de mi ser, ambos habíamos terminado, totalmente extasiados uno del cuerpo del otro.
Las gotas de agua corrían por nuestros cuerpos desnudos, poco a poco, me iba bajando de su cintura, mientras que yo soltaba las cortinas de baño, ambos nos encontrábamos asombrados de como nuestros cuerpos se extrañaban.
Luego el tomo el jabón comenzó a tocar mi cintura, pecho, hasta llegar a mi cuello, se acercó a mí, oído y susurro —Te amo eres mía, tu cuerpo es mío y mi cuerpo es tuyo —
—Siii…solo quiero que estés dentro de mí —luego solo sentí su aliento fresco en mi boca, ambos nos limpiamos el jabón que teníamos en nuestros cuerpos, el salió primero para traerme una toalla.
Extendió su mano y me la coloco alrededor de mi cuerpo, ambos totalmente cansados por aquel encuentro que nos fuimos a la habitación, directo a la cama sin ropa, únicamente con las toallas, nos recostamos, para recuperar nuestras fuerzas.
Al paso del tiempo cuando nuestros cuerpos recuperaron las fuerzas, nuevamente Albert comenzó acariciar mis caderas, mis muslos, mis pechos todo mi cuerpo, al instante mi cuerpo reacciono y nuevamente hicimos el amor. Nunca había imaginado que mi cuerdo soportara tanto, o que deseara tanto que me tocara que me hiciera el amor, pero esa noche lo hicimos una y otra vez, en cada una de ellas Albert me juraba amor eterno, hasta quedar dormidos.
Desde esa noche nos levantábamos temprano, íbamos a la cafetería realizábamos cada uno, nuestros deberes, pero lo único que cambio fue que ya no estábamos hasta la noche, al caer el atardecer ambos salíamos corriendo de la cafetería para ir al departamento.
Cuando llegábamos al departamento, comíamos un poco, después él se enseñó una y mil posiciones para amarme, lo hicimos en cada rincón del departamento, en la cocina, en la sala, en el piso, en la cama etc. solo bastaba con un beso para que mi cuerpo reaccionara.
Y él perfectamente sabia, lo hicimos tantas veces, en todas las posiciones, jamás pensé que mi cuerpo se moldeaba perfectamente a cada posición que él me sostuviera, nunca había pensado llegar tan lejos con una persona pero ambos nos amábamos por tal motivo. En una tarde después de comer un estofado, Albert me dijo —Estaba delicioso —
—Claro que si mi vida… por qué lo preparaste tú —
—Mi vida aun ciento que el estofado sigue corriendo por todas mis venas —
—Quieres que te sirva más —
—Nooooo lo que tengo, es hambre pero de ti… mi cuerpo te desea—
—Y el mío tambié— con esta palabra Albert, me tomo en la cocina arriba de la mesa, me levanto la falda y se bajó sus pantalones, ya que su bien y duro miembro ya estaba totalmente listo para estar dentro de mí, cuando me volteo en un solo movimiento, mi pecho sobre la mesa, mi glúteos por arriba, me encontraba tan extasiada que no sentí cundo se introdujo por detrás, al momento gemí tan fuerte —siiiii dale… dale más— sentía tan fuerte cada envestida, que con todas mis fuerzas me sostenía de la mesa gritando –!más, más , por favor, másssss, sigue….sigue, sigue diosssssss, me voy a llegarrrr …..sigueeeeeeeeeeeeeeeee….!…."
Solo escuchaba el sonido de su buro miembro como, entraba y salía con mucha fuerza, rozando nuestros fluidos, sentía como su cintura chocaba con mis glúteos y en cada golpe mis piernas se abrían cada vez más, escuchaba a lo lejos como él me decía —Asiiiii … así te quiero tener siempre… jamás te dejare —
Esas palabras hacían que me excitara aún más, haciendo que el interior de mi ser ardiera tan fuerte, y mi exterior temblara con cada caricia, con cada rose que Albert se escarba a darme un beso sobre mi espalda, al momento que sentía tan fuertes embestidas solo gritaba— sigue, sigue diosssssss, me voy a llegarrrr — y luego un chorro corrió cayó al suelo, cada vez que Albert me enseñaba una posición diferente, me volvía loca y más por que lo hacía tan duro, así que no me contuve y grite —esto… esto es hacer el amor— el quito su miembro dejándome que me diera la vuelta para verlo, cuando escucho —Gracias por todo tu amor —
Cada vez que terminábamos él, me decía cuanto me amaba, yo también le decía solo que en esa ocasión quería decírselo de otra forma, así me levante de la mesa, luego me arrodille enfrente de, él mis manos acariciaron su miembro, acercando mi boca para besarlo.
Comencé a chupar todo lo que quedaba de juego, mi garganta chupada todo en cuanto podía pero era tan grande que mis manos me tenían que ayudar, cuando sentí como nuevamente él se venía dentro de mi boca, cuando sentí el estallido en mi boca, que al momento chorreo por mi cuello, y poco a poco me fui alejando, cuando me para él me miraba tan enamoro y por ultimo escuche —Te amo… y lo que hiciste jamás lo olvidare —
—Yo también te amo por esa razón lo hice, ya que siempre eres tu quien lo hace, ahora es mi turno de hacerte sentir lo que yo siento —
—Mi amor…— ambos gritamos al mismo tiempo, luego nos abrazábamos para ambos ir a descansar.
Los días pasaban y cada vez que me hacia el amor me enseñaba una posición diferente, nuestros cuerpos se acomodaban tan bien, no había una razón lógica para cada posición, como era posible que existieran tantas, hasta que comprendí que lo único que hacían nuestros cuerpos era lo que nuestros corazones sentían.
Me encontraba tan feliz que no me di cuenta como los días había pasados, ya casi había pasado medio año, viviendo con Albert, aunque para mí solo habían sido días, realmente todo marchaba bien, nos habíamos acostumbrando uno del otro, no me había dado cuenta del tiempo hasta que un día después de ir a trabajar a la cafetería, llegamos al departamento y me dijo—Mi vida, no te lo quería decir pero lo he pensado mucho y es mejor que sepas—
—Que pasa mi amor, todo está bien—
—Bueno siii, bueno no lo sé, la verdad —Albert comenzó a tartamudear en la sala al, instante grite—Albert dime que pasa, hay problemas con la cafetería, o con el departamento, hemos pagado puntual no tenemos ningún problema —
—Pequeña no es eso… mmm lo que pasa mmm — se sentó en el sillón con la miraba inquieta, me senté a su lado y volví a gritar —ya dime sabes cómo soyyyyy—
—Bien, lo que pasa es que ya tengo información de quien fue la persona que dio las órdenes que te lastimaran —
—Queeeeee— grite muy fuerte levantándome el sillón, enseguida Albert se levantó y me dijo —Tranquila respira todo saldrá bien, veras el detective que lleva tu caso me informa que una persona que era la posible sospechosa mañana irán a su domicilio para interrogarla —
—Biennn solo espero que detengan a esas personas—
—Claro, te di mi palabra que no descansaría hasta descubrir quien había dado la orden y tal motivo te lo quería decir —
—Gracias… pero no estaré tranquila hasta que el culpable este tras las rejas —
—Siii yo tampoco…. Ahora Candy te pido de favor que no te alteres cuando escuches lo que te voy a decir —
—Queeee aún hay masss—
—Si pero prométeme que, no te enojaras por lo que he hecho—
—Siii —
—mmm bueno lo que dice … lo que dice para descubrir quién era la persona quien dio las ordenes—
—Ya dime de una vez Albert— grite mirándolo a los ojos
—Bien, di un acuerdo a los señores que intentaron violarte—
—Queee como que un acuerdo por que lo hiciste, sabes que no los quiero ver en las calles —
—Perdóname… Candy pero esa era la única manera en que ellos hablaran, las autoridades les dieron un acuerdo, que si decían la verdad de, quién era el responsable quien los mando hacerte daño, les bajarían la sentencia a menos años—
—Quueee pero cómo es posible que estuviste de acuerdo nooo eso nooo—
—Perdóname Candy pero aun que no fuera estado de acuerdo… el quien los mando a que te atacaran ya estaba haciendo los trámites para que ellos salieran pagado su fianza, por esa razón lo hice, antes que salieran la policía logro convencerlo, a que digieran quien fue quien los contrato —
Continuara…
