Hola Chicxs, espero que estén muy bien, aquí hace un calor del demonio, en serio odio este clima.

Bueno, cada vez quedan menos capítulos y me siento tan bien de que termine y tan mal, esta es la historia mas larga que he escrito y terminarla, no sé, se siente raro.

Disclamer.- Todo esto pertenece a la Warner, a JK Rowling y no sé a quien más, la estrofa del principio pertenece a la canción Un Día Más, Un Día Menos del grupo Rata Blanca. Mío solo es la historia y escribo sin ánimo de lucro.

Enjoy!


PENUMBRA

por

Adrel Black


29. EL ENEMIGO DE MI ENEMIGO

¿Qué pasará si alguien no salva tu alma

y la lluvia golpea el asfalto gris

y un recuerdo fugaz te hace sonreír?

(Un Día Más, Un Día Menos, Rata Blanca)


Hubo un tiempo, años atrás, en el que tener a Sirius Black, colgado por los tobillos, sangrando y gritando de dolor, habría sido uno de sus sueños, ahora mismo, sin embargo, no se siente particularmente entusiasmado.

Intenta recordar alguno de los instantes en que Black y Potter se burlaron de él. También le pasan por la mente todas las veces que terminó castigado por haberse liado en duelo con ellos, con ambos, porque claro, eran tan valientes que jamás atacaban por separado, pero, aunque los recuerdos acuden a su memoria lo único que ahora siente por el imbécil de Black es lástima.

Se pregunta si debe ayudarlo, se pregunta, si la situación fuera a la inversa, ¿Black lo ayudaría?

Claro que no, Black se regodearía en su dolor todo el tiempo posible, puede ver su cara burlándose de él, tal como lo hizo en todas las ocasiones anteriores en Hogwarts.

—La ubicación del cuartel, —dice Lucius mientras la varita corre por la pierna de Sirius rompiendo la pernera de su pantalón y la carne junto a ella.

—Es un lugar inencontrable, —responde el hombre, no grita, pero se puede distinguir el dolor en su entonación, —no puedo decirlo.

La sangre chorrea hacia la cadera, tiene el cabello colgando, revuelto y le corren lágrimas de dolor hacia la frente y el nacimiento del cabello.

Severus no se hace ilusiones de que aquello termine pronto, sabe que las habilidades de Lucius para mantener a sus víctimas con vida a pesar del dolor son muchas. Además, Bellatrix está saltando en su lugar esperando que llegue su turno.

—La ubicación del cuartel de la Orden del Fénix —vuelve a preguntar Lucius y desliza la varita por la otra pierna. La tela se rompe con un leve sonido de rasgueo, la piel, por el contrario, no hace sonido alguno, se abre como la mantequilla con un cuchillo caliente.

—Es un lugar inencontrable, —la voz se apaga hacia el final, —solo Dumbledore puede decirlo.

Eso todos lo saben, Severus se los ha dicho muchas veces, es su excusa para no poder darles la dirección del cuartel.

Conforme la tortura avanza hacia lugares más sensibles, como los muslos, Black va perdiendo la fortaleza, las lágrimas corren más abiertamente, la voz se vuelve más entrecortada. Severus sabe el porqué de mantener al hombre de cabeza, es para que la sangre siga fluyendo hacia su cerebro y así se mantenga consciente más tiempo, no hay ninguna diversión para los mortífagos al torturar un cuerpo inconsciente.

Snape tiene que admitir que Black tiene una fortaleza que no le concedía, sobre todo luego de todos los años que pasó en Azkaban, son un par de horas después y muchos cortes cuando por fin cae inconsciente.

Bellatrix se encarga de traerlo de vuelta. Los ojos de Black, se ven nublados por un momento, pero al instante su mente recuerda el lugar en el que se encuentra y entonces se vuelve a Severus, mientras Lucius y Bellatrix discuten, hay súplica en su mirada, una súplica muda, pero que Snape entiende, porque la ha visto antes montones de veces.

Severus se pregunta una vez más si la situación fuera al revés, si la súplica viniera de él, ¿Black le ayudaría?

"Pero tú no eres él, eres mejor que él", sabe que es su consciencia y tiene la voz de Hermione. Quisiera decirle que en realidad es un maldito y que en el fondo quisiera que Black sufra, pero su mente le regala el recuerdo de ella y de su sonrisa, el recuerdo de ella negándose a abandonarlo en el Valle de Godric.

"Que así sea" piensa.

.o.O.o.

El dolor le arde tanto que quisiera poder desmayarse, lo ha hecho ya, una vez, pero la querida prima Bellatrix se ha encargado de traerle de regreso a la conciencia, a su alrededor hay un corro de curiosos, la mayoría no participa, a la mayoría no los reconoce, el sudor, la sangre y las lágrimas le ciegan los ojos y casi todos no son más que sombras. Aunque sabe que Voldemort está sentado en la silla alta del fondo, mirando la escena mientras acaricia la cabeza plana de su serpiente. Sabe que Lucius Malfoy es quien le está cortando, maldito sea. Bellatrix está también alrededor, la escucha reírse de vez en vez.

También está ahí Snape, con su cara de circunstancias, mirando muy serio, en la desesperación quisiera pedirle ayuda, pero siempre ha sabido que es un traidor, no hay otra forma de entenderlo. ¿Qué más podría querer un cerdo como Snape en la Orden?

Siempre lo ha odiado, es todo lo que Sirius aborrece, un parásito tratando de colgarse de un montón de sangre limpias en busca de un poco de poder, incluso su cercanía con Dumbledore no es otra cosa, una grasienta sanguijuela asegurándose que, caiga quien caiga, él se mantendrá.

—Di los nombres de los miembros de la orden, —le apremia Lucius.

—No, —responde Sirius.

El cuchillo sigue su camino por el abdomen y lo abre, lo suficiente para que se vea la carne roja y chorreando sangre, pero no demasiado, sobrevivirá con esas heridas.

Crucio —se escucha la voz de Bellatrix.

Sirius se tensa al escucharlo, incluso antes de que la maldición le golpeé, el cuerpo se le retuerce en un rictus y la herida del abdomen a causa de la contorsión se abre más, sangrando.

—Bella, —exclama Lucius, porque la mujer se interpone en su sesión de tortura.

—No hay nada que pueda decirnos que no sepamos ya, —dice ella con desprecio, —lo único para lo que puede servir es para que nos divirtamos.

—¿Dónde está Harry Potter?, —pregunta Voldemort, todos se quedan en silencio.

—Nunca lo diré, —aclara Sirius, con la voz apenas audible.

Crucio, —la luz roja del hechizo abandona la varita de Voldemort y lo golpea justo en el centro del pecho, el hombre grita mientras cada una de las coyunturas de sus extremidades se doblan.

—Tenías un futuro resplandeciente en tus manos, tu familia, —Voldemort ha ido acercándose —fueron mis más devotos seguidores, pero mira en lo que te has convertido. La mascota de Dumbledore.

—Púdrete.

—Cazaré a Harry Potter de cualquier manera, —sigue diciendo el monstruo con una sonrisa en el rostro y como si no lo escuchara, camina entorno al cuerpo colgante de Black —lo traeré para que veas como lo destripo.

Sirius lucha contra las ataduras invisibles que le mantienen en el lugar.

—Colagusano, —el hombre de ojos llorosos se acerca, apretándose las manos contra el pecho como un roedor, —lleva a tu amigo a los calabozos, lo mantendremos vivo para que comparta habitación con el querido Harry Potter.

.o.O.o.

En el cuartel todos saben que Sirius ha desaparecido, Harry en especial está decidido a salir a buscarlo.

—Sabes que no puedes, —dice Hermione mientras mira por la ventana la plaza abandonada y se muerde el pulgar con nerviosismo, Ron y Ginny los acompañan, en la cocina los adultos discuten.

—Hermione... —responde el chico enojado.

—No dije que no debieras, —aclara ella atajándolo. —Dije que no puedes, porque no sabes a dónde ir. —Hermione puede entender perfectamente la desesperación de Harry, Severus dijo que debía ir a encontrarse con Voldemort y no ha regresado, aunque sabe que el trabajo como espía de Severus le hace aparecer y desaparecer continuamente, no puede evitar sentir la desesperación y la necesidad de querer salir a buscarlo.

—La orden está dividiéndose, —empieza a decir Potter, —lo mejor que podría pasarnos ahora mismo sería que Voldemort decidiera atacar.

Hermione asiente, necesitan sacar a el-que-no-debe-ser-nombrado de donde quiera que esté, será la única forma que Dumbledore les permitirá movilizarse.

Y qué pueden estar esperando, jamás estarán mejor preparados, la profecía lo ha dicho, él único que derrotará a Voldemort será Harry y esperar a que el chico esté más listo de lo que está ahora es un sueño en el que Hermione no pondrá sus esperanzas.

Tal vez los años le puedan dar experiencia, quizá le permitan aprender otros hechizos, pero serían también una desventaja, cada año que pase Harry se confiará, poco a poco su interés y su fuego dejarán de ser tan intensos como lo son ahora.

Con el tiempo, ocurrirá lo mismo que con la Orden, se disgregará, porque al final de cuentas es lo que, como humanos, nos ayuda a seguir, poder asimilar cualquier situación y convertirla en algo ordinario. Si pasan demasiados años con la amenaza de Voldemort cerniéndose sobre ellos, con el tiempo, todos se acostumbrarán, —incluido Harry, —a que esta es la vida que les ha correspondido vivir.

—Puede ser, —dice Hermione en un intento de ser lógica —que esté bien, que solo haya decidido irse por unas horas…

Harry la mira de mala manera, entonces ella guarda silencio.

.o.O.o.

Severus ha pasado un par de horas vagando por la Mansión Malfoy, intentando encontrar una forma de sacar a Black de ahí, ha barajado montones de formas, hechizar con la maldición imperio a algún mortífago para que lo libere, como una forma de asegurarse que nadie se dé cuenta que ha sido él. Liberarlo y darle poción multijugos para que se haga pasar por alguien más, de forma que pueda pasar desapercibido. Liberarlo y luego hacer un hechizo desilusionador, para que pueda llegar a los terrenos y de ahí convertirse en perro y huir.

Pero no ha llegado, hasta el momento, a ninguna solución.

Ahora mismo se encuentra en uno de los muchos salones de la Mansión Malfoy, bebiendo en silencio en compañía de Bellatrix, Lucius y Narcissa. Un elfo doméstico ha estado llenando sus copas una y otra vez.

Por los grandes ventanales puede ver cómo va cayendo la noche, si no consigue hacerse con un plan y pronto, tendrá que dejar a Black ahí hasta que algo se le ocurra, aunque no le agrada la idea, lo último que necesita es otra cosa más de la cual preocuparse. Piensa en la posibilidad de pedir ayuda a Dumbledore, pero duda que el Director coopere con ese rescate, está bastante seguro que lo llamaría innecesario.

—El Señor Tenebroso debió dejarme matarlo, —se queja Bellatrix en voz baja, no quiere que le escuchen poniendo en duda las decisiones de Voldemort, —no hay una sola cosa para la que mi querido primo pueda sernos útil.

—Bella, —la reconviene Narcissa, —es el último de los Black.

—¿Y por eso le perdonarías la vida?, —pregunta Bellatrix incrédula.

—Nadie está hablando de perdonar a Black, —aclara Lucius mirando sobre el hombro como si temiera que alguien les estuviera escuchando.

"Cobarde" piensa Severus y sonríe de medio lado, Lucius siempre lo ha sido, aun no alcanza a entender, cómo alguna vez tuvo las agallas de convertirse en mortífago.

—Creo que le enviaré una copa de vino a mi querido primo, —murmura Bellatrix y llama al elfo.

Severus imagina la escena, Black debe estar tirado en el frío suelo del calabozo aun sangrando, con el cabello sucio de tierra y sangre, las ropas desgarradas, el elfo aparecerá a su lado y dejará la copa. Snape parpadea ante la escena que recrea en su mente "el elfo aparecerá a su lado". Lo que necesita es un elfo, un elfo que pueda aparecer y desaparecer dentro de la mansión sin llamar la atención.

Pero él no tiene un elfo, aunque sabe quién sí…

La marca tenebrosa en el brazo le escoce, Bellatrix murmura "Amo" con devoción mientras se mira la serpiente negra retorcerse en la piel, Lucius no dice nada, solo se pone de pie dejando la copa, Narcissa se levanta junto a él y los tres caminan hacia la puerta, Severus los sigue, pero al abandonar la habitación toma un camino diferente, invoca su patronus y le susurra con rapidez su plan.

.o.O.o.

Harry sigue dando vueltas por la habitación, la noche ha llegado sin que puedan hacer nada, Hermione, Ron y Ginny se limitan a mirar, el resto de la Orden sigue hablando en la cocina, han intentado escuchar lo que dicen por medio de las orejas extensibles de los gemelos, pero los padres de Ron salen constantemente para asegurarse de que ellos no escuchan, por lo que ha sido difícil entender, apenas han podido tener retazos de conversaciones.

—Nadie lo sabe, —dijo Kingsley en uno de esos retazos, —hablé con Dumbledore, pero dijo que no sabía nada, que Severus no se había reportado luego de abandonar Hogwarts.

Lupin y Tonks, llegaron desde Hogwarts horas después, según Lupin, comunicó al resto la instrucción de Dumbledore era esperar, hasta estar seguros de la ubicación de Black.

Hestia Jones y Dedalus Dingle recorren los restos del callejón Diagon en espera de que Sirius pueda aparecer por ahí, pero no hay muchos más lugares a los que puedan acceder ni vigilar.

—Harry, —habla Ginny, —yo también estoy preocupada por Sirius, pero por Merlín, deja de dar vueltas, me estás mareando.

Es entonces cuando una niebla plateada entra por la ventana, se convierte en un cuervo y se posa sobre la rodilla de Hermione y habla con la voz del Profesor Snape.

"Señorita Granger, Black se encuentra retenido en la Mansión Malfoy, me veo imposibilitado a sacarle…

Su voz es tan fría que a Hermione casi le cuesta trabajo creer que es la misma voz que le ha dicho que la ama, apenas unos días antes.

Los tres chicos, Harry, Ginny y Ron se acercan a Hermione y escuchan.

pero hay una manera de hacerlo, Potter, hasta donde sé, tiene amistad con un elfo doméstico en Hogwarts…

—Dobby, —dice Harry en voz baja.

utilicen la red flu para comunicarse a las cocinas de Hogwarts y pidan a ese elfo que vaya por Black, no podrán darle al elfo la dirección de Cuartel díganle que lleve a Black a…"

El cuervo suelta una dirección en la Calle de la Hilandera, en Cokeworth, luego el cuervo se desvanece.

Todos se miran, hay una sola pregunta en los ojos de Harry y Ron ¿se puede confiar en Snape?, en cambio en los ojos de Ginny hay mucha más suspicacia.

.o.O.o.

Es pasada la medianoche cuando Severus hace su aparición en la Calle de la Hilandera, la cabeza está a punto de explotarle, desea un cigarrillo con ferocidad y dormir hasta que sea de día de nuevo.

Pasó las últimas horas escuchando los desvaríos del Señor Tenebroso, el Lord se vuelve más errático y violento conforme el tiempo pasa, está constantemente atacando lugares al azar y manteniendo a la comunidad mágica cada vez más asustada. Aunque Severus alcanza a entender lo que quiere dentro de sus ataques, necesita sacar a Dumbledore de Hogwarts. El Director es poderoso, nadie sería tan imbécil como para no saberlo, pero es aun más poderoso acuartelado dentro del castillo. El Lord no se atreverá a atacarle ahí, hará lo posible por sacarlo, pero Dumbledore no va a ceder, está seguro de eso.

Severus no cree que las cosas puedan mantenerse en el estado que se encuentran, recuerda tiempo atrás, cuando recién Voldemort hubo regresado, cuando la comunidad pidió la cabeza de Fudge y como confiaron en Scrimgeour pensando que, un líder fuerte sería la solución, sin ver que en realidad la guerra no terminará mientras Voldemort no sea derrotado.

Entra a la casa para encontrar a Black tendido en uno de sus apolillados sofás, la casa entera huele a polvo, a moho y abandono, procura no estar en ese lugar que guarda tantos recuerdos horribles de su niñez.

Un elfo doméstico se afana en dejar trapos en la frente del mago inconsciente y al parecer ha hecho un buen trabajo, parece que ha sanado sus heridas. Los elfos son criaturas de magia muy poderosa, si no fuera por el servilismo innato de su raza, podrían lograr grandes cosas.

—Profesor Snape, señor, —dice la criatura entre inclinaciones, al ver llegar a Severus, —he traído a Sirius Black, como Harry Potter me lo pidió, señor. —Severus asiente. —Sirius Black puso mucha resistencia para venir aquí, Profesor Snape, señor, —el elfo lleva un calcetín morado y uno naranja y una cubretetera a modo de sombrero, encasquetado en una de las orejas. —Dobby tuvo que desmayarlo para poder traerlo.

Severus sonríe un poco de medio lado, jamás olvidará que un elfo doméstico pudo desmayar a Black.

—Debes volver a Hogwarts…

—Si Profesor Snape, señor.

—Creo que Potter te lo dijo, pero por si no ha quedado claro, no debes hablar de esto.

—Dobby no hablará de esto Profesor Snape, señor, —aclara el elfo negando con la cabeza con tanta fuerza que hace que el cubreteteras salga volando, —Dobby se echará de cabeza al lago antes de hablar de esto.

Snape asiente y deja que el elfo se vaya.

—Enérvate —dice lanzando el hechizo contra el pecho de Black.

El hombre despierta al instante, con una fuerte respiración y los ojos azorados.

—¿Cómo llegué aquí?

—Uno de los elfos de Hogwarts te trajo, —aclara Snape y continúa con desprecio: —ahora no me agrada tenerte en mi casa de modo que nos vamos.

—¿A dónde me llevarás?

—Al cuartel.

—Mientes, —responde Sirius, rebuscándose entre las ropas la varita, que sin duda le quitaron en la Mansión Malfoy.

—No tengo tiempo para esto, —aclara Snape mientras le apunta con su propia varita, —los mortífagos se quedaron con tu varita, así que me necesitas para volver al cuartel, de modo que andando.

Severus lanza de vuelta los hechizos de protección que su casa suele tener, no porque le importe que alguien ingrese, sino porque, manteniéndolo seguro es un lugar al que puede huir en caso de ser necesario, además la red flu está conectada con las mazmorras, única y exclusivamente con las mazmorras.

—Así que esta es tu casa, —escucha decir a Black, —explica mucho del porque eres un amargado, pasa una mano por sobre la chimenea que está cubierta de polvo. —Es exactamente como la imaginé, —Severus se vuelve y le mira. —Un lugar triste y desolado donde criar a un gusano amargado y tétrico como tú.

Severus aprieta la varita y la clava en el mentón de Black.

—Te saqué de la Mansión Malfoy, Black, no conoces mis razones y no voy a decirlas, —aclara —pero aquí no existe lo de "el enemigo de mi enemigo" y te aclaro que no tienen nada que ver con tu pobre e insignificante vida, así que no me des razones para asesinarte.

Snape da media vuelta con aire militar y sale de la casa, ahora que ha puesto las protecciones sería imposible aparecer o desaparecer dentro de ella.

Sirius Black le sigue, con las manos a los costados en puños, Severus de pie fuera le espera.

—No te tocaría ni con un guante de piel de dragón puesto.

—Por mi puedes quedarte, —le aclara Snape, —seguro convertido en perro llegas en un par de días al Cuartel.

Severus levanta la varita para aparecerse, Sirius le pone la mano sobre el hombro un momento antes, es así que, después de la medianoche ambos aparecen en el cuartel de la orden del Fénix.

.o.O.o.

Es tan tarde por la noche que es extraño que Molly Weasley no haya venido a mandarlos a dormir. Harry tiene los ojos perdidos en la chimenea apagada, Ginny se sienta junto a él esperando, Ron mira las estanterías, casi como si le interesara algún libro, pero Hermione lo duda, lo hace solo porque no hay otra cosa que pueda hacer, mientras tanto ella se restriega constantemente las manos contra los vaqueros, ya que le sudan copiosamente

—No debimos confiar en Snape, —dice Ron por enésima vez desde el momento en que hablaron con Dooby desde la chimenea de la biblioteca de Grimmauld Place.

Hay tantas cosas que pueden salir mal y la vocecilla de Ron y las miradas insistentes de Ginny no hacen sino ponerla más y más nerviosa.

—Era nuestra única opción, —responde Harry —pero han pasado horas, si ambos están bien ya deberían estar aquí.

—Harry, —la voz de Granger suena estrangulada, —tienes que convencer a Sirius que no diga que fuimos nosotros quienes lo sacamos. —Harry la ve, aquello fue parte de lo que el Profesor Snape les pidió que hicieran.

—Si Sirius regresa, sano y salvo, haré lo que Snape nos pidió, no diremos a nadie lo que pasó.

—Debemos ir a dormir Harry —les dice Ginny, hablando con Harry, pero dirigiéndose a todos. Sus tres amigos asienten.

Las luces de la casa aún están encendidas, abajo, en la cocina los adultos siguen discutiendo. Es entonces cuando la puerta de la calle se abre, Harry se apresura a bajar las escaleras hasta la mitad, sus amigos van tras él. Sirius entra por la puerta, tiene las ropas desgarradas y cubiertas de sangre, aunque él se ve bastante bien, camina por su cuenta sin problema. Severus Snape, cruzado de brazos va tras él.

—Sirius, —dice Harry. El resto de la orden va a apareciendo.

El hombre, de pie en el vestíbulo levanta la vista hacia los chicos sonriendo, Lupin, se acerca y abraza a su amigo, sin fijarse en la sangre que le cubre. Snape, por su parte, se dirige hacia las escaleras rumbo a su habitación.

Quejicus, —Snape se detiene antes de haber pasado más de un par de escalones y le mira, hay tanto desprecio en sus ojos y su labio superior se contrae en una mueca tan manifiesta de odio que sorprende a los chicos, ni siquiera Harry se ha ganado aquella animadversión, —esto no cambia nada, aun te odio.

Todos guardan silencio, Lupin se prepara para intervenir en caso necesario.

—Sirius, —llama, mientras deja una de sus manos en el pecho de Black, como si con eso pudiera contenerlo.

—No te equivoques Black, —la voz de Snape es tranquila y sibilante —el Señor Tenebroso podía torturarte por meses, si le apetecía, pero finalmente iba a matarte, esto es mejor. —Snape sonríe con superioridad de medio lado. —El resto de tu vida sabrás que estás aquí gracias a mí.

Sirius parece a punto de lanzarse sobre Snape.

—No Sirius, —Lupin lo detiene, —Severus te salvó, me salvó también, le debemos agradecimiento, no esto.

—¿Remus?, —dice Sirius, pero se ve tan dolido, si Lupin le hubiera golpeado no tendría esa sensación de traición en la boca del estómago que tiene ahora.

Harry también hace amago de decir algo, pero Hermione le toma por el brazo y niega con la cabeza, la chica puede ver a Snape perdiéndose en la penumbra de la parte superior de las escaleras.


Pensé mucho en cómo asesinar a Black, pensé en montones de maneras, muerto antes o durante la batalla final, pensé en que tuviera que sacrificarse para salvar a Snape una vez que se diera cuenta que Snape es realmente mejor que él. En serio lo pensé tanto y al final llegué a la conclusión de que lo peor que podía pasarle a Sirius, incluso peor que morir, sería vivir sabiendo que le debe la vida a Severus, peor aun, sabiendo que incluso su mejor amigo puede ver que Snape es mas valioso y valiente que él ;).

Espero que les haya gustado y que hayan disfrutado leyéndolo tanto como yo disfruté cuando lo escribí.

Hola AlectoSnape.- Concuerdo contigo, mucho, mucho, pero no es solo que sea estúpido (que si lo es), creo que además es su arrogancia, engloba mucho, engloba creo, miedo y cobardía que trata de enmascarar haciéndose el interesante. En fin, que pases muy bien lo que te queda de la semana. Un Saludito!

Hola Yuritzy Carmona.- Que gusto, siempre anima mucho que haya gente leyendo y que me hagan saber que lo están disfrutando, es de verdad un placer.

Bueno, nos leemos el sábado, que tengan una buena mitad de semana.

Un Abrazo

Adrel Black