Las circunstancias I
Habían llegado hace horas con ella, no entendieron muy bien lo que dijo por teléfono cuando les solicitó su presencia, pero sabían que algo estaba mal, en serio mal, Jellal estaba en el sofá junto a Ultear quien no dejaba de llorar amargamente mientras Erza había ido a la cocina para traer algo de té para la peli negra que hace tan solo unos minutos había cesado en su llanto simplemente para contarles lo sucedido.
– Ten – Le extendió la taza y con las manos algo temblorosas la actriz se la recibió
– Gracias – Contestó con la voz algo quebrada
La peli escarlata le sonrió amablemente, después se dirigió hacia el perchero de la entrada tomando su saco y poniéndoselo en el acto, el peli azul frunció levemente el ceño ante tal acto, sin más se levantó y caminó hacia ella.
– ¿A dónde vas? – Cuestionó con seriedad
– A la policía ¿A dónde más? – Emitió como si fuera obvio
– Pero si Ultear dijo que…
– Ya sé lo que dijo – Lo vio seriamente – Y en tal caso de que todo fuese cierto la policía nos lo confirmará y ya, asunto solucionado – Decía abotonándose el abrigo – Pero si no es así, sabiendo lo que sabemos, deberíamos estar en serio preocupados – Conectó sus ojos con los de él
– Erza… – Soltó su nombre en un suspiro tomándola delicadamente por los hombros – Adoro tu preocupación y la manera en la que quieres hacer justicia, pero es alguien que en verdad no conocemos ¿Por qué no mejor dejarlo con lo que le dijeron a Ultear?
– ¿Y si fuera yo? – La simple pregunta congeló al peli azul y le transformó la mirada a una de pánico – Si fuera yo la que estuviera en la posición de Seilah y Ultear te dijera lo mismo que tú a mí ahora ¿Le harías caso? – Las manos de Jellal se deslizaron por los brazos de su novia cediendo ante tal argumento
– Iré contigo – Determinó estirando su brazo para tomar su abrigo
– No – Lo detuvo por la muñeca con suavidad – Debes quedarte con Ultear que no la está pasando nada bien, también existe la posibilidad de otra llamada o que alguien venga, no lo sé, pero debes de estar con ella – Jellal asintió no creyendo que tenía razón del todo – Te enviaré un texto cuando llegue a la policía – Le dio un beso rápido
– Bien – Aceptó por más que no estaba convencido de la idea
La peli escarlata se acercó más a él y susurró – También está la posibilidad de que la llamada sea real, en tal caso será de las cosas más horribles que le hayan pasado y es tu deber estar para ella
A Jellal se cristalizaron los ojos recordando como Ultear había estado en un momento similar con él en el pasado, simplemente asintió y dejó a su novia irse.
Ella tenía razón.
Si él estuviera en la posición de Ultear, nada ni nadie podría hacerle pensar diferente de Erza.
…
…hace tres horas…
Habían pasado una noche casi perfecta celebraban exactamente un mes de llevar comprometidas, faltaba poco para volver al trabajo y aunque lo amaban querían tener más tiempo en casa para planear la boda, bueno para empezar a planearla de hecho.
– Insisto en que deberíamos tomar un taxi – Emitió Ultear con algo de flojera
– La noche está preciosa – Sonrió su prometida viendo hacia el cielo estrellado – Y no estamos tan lejos de casa, solo son unas cuantas calles – Decía un poco alto pues ya había empezado a caminar sin Ultear
La actriz simplemente rio y asintió continuando el camino detrás de la mujer que amaba, últimamente no podía negarle nada, por lo que su claro pánico a las muestras de cariño en público estaban siendo superadas poco a poco, por ahora solo iban de la mano con uno que otro beso rápido cuando no había nadie alrededor.
Era un avance.
– ¿Te he dicho cuánto me encanta este parque? – Sonrió viendo alrededor del lugar, algunas bancas, árboles, una fuente que no estaba tan lejos de dónde se encontraban
– No, de hecho nunca hemos caminado a través del parque – Acarició la mano que sostenía con suavidad
– Me recuerda al de una película – Continuaba divagando como si no escuchara a su prometida
– ¿A cual? – Cuestionó curiosa
– ¡Tengo una idea! – Emitió con emoción saltando delante de Ultear soltando su mano en el acto ignorando sin intención alguna lo que le decían
– Dímela – Sonrió instantáneamente viendo los ojos de ella iluminarse casi que al instante
– Debes cerrar los ojos primero – Se inclinó un poco hacia a ella mientras tenía las manos juntas en su espalda
– Si lo hago me vas a besar – Habló con suspicacia
– Y como no hay nadie alrededor, tú me vas a dejar – Alzó las cejas sugestivamente – Claro que el cerrar los ojos solo te hará tener más seguridad – Se encogió de hombros
Ultear suspiró audiblemente sin que la sonrisa juguetona se borrara de su rostro, se cruzó de brazos y cerró los ojos, pasaron dos segundos y aun no sentía los labios de Seilah encima de los suyos – Estoy esperando… – Decía con algo de impaciencia – Si no vas a… – Abrió los ojos antes de terminar esa oración, frunció el ceño al notar que su prometida no estaba – Seilah… – Habló algo fuerte – ¿Dónde estás? – Su tono se hacía algo nervioso, pero aún sentía que estaban jugando – Si te estás escondiendo, esto no es para nada divertido – La preocupación invadió su voz, así que empezó a caminar alrededor para buscarla
Minutos después de haber recorrido un poco del lugar en busca de ella, sin señal alguna de su paradero, sumada las altas horas de la noche empezó a sentir desesperación, hasta que su celular se iluminó con el nombre de su prometida, la estaba llamando, Ultear se sintió tan tonta por haber olvidado que llevaba el teléfono con ella, lastimosamente su confusión creció cuando contestó y la llamada se cortó.
…
La peli escarlata había llegado a la estación de policía hace unos minutos, ya había entablado la búsqueda con los hechos que tenía, claro que había omitido uno que otro para que se realizara a la brevedad posible. Había enviado el respectivo texto al peli azul para que no se preocupe por ella, tenía entre manos café recién hecho que le había sido dado por una amable joven de cabello corto y blanco.
– ¿Ya mandaron a alguien? – Preguntó Erza con impaciencia
– Lo que nos dices no es del todo exacto – Contestó Yukino quien era la encargada de entablar la denuncia – Así que están pensando cómo obrar, no hay una ubicación definida, no se sabe si es en serio una persona peligrosa o qué es lo que está sucediendo, debemos hacer una investigación previa para poder hacer un plan – Emitió con algo de decepción – Lo siento si no es lo que esperabas
– Es… – Apretó los dientes sintiendo impotencia al instante, pero no debía de desquitarse con la amable albina – Está bien, gracias
– ¿La víctima es cercana a ti? – Cuestionó sentándose al lado de la peli escarlata
– Es la prometida de la mejor amiga de mi novio así que sí… creo… – Intentó explicarse lo mejor que pudo, pues no podía exactamente decir que era amiga de Seilah
– Ah… – Asintió no entendiendo del todo porque Erza llegaba a dar tal declaración de una persona que ni siquiera era tan cercana a ella, pero era Erza, podía confiar en ella
– Y… ¿Cómo está Minerva? ¿Aún sigue trabajando? – Decidió cambiar de tema pues no quería ahondar en lo otro – Lo último que supe de ella es que estaba avanzada en su embarazo
– Es prácticamente imposible sacarla de aquí – Rio levemente – Rogue lo ha intentando a lo largo de estos seis meses, pero nada la detiene, claro que no va a operaciones peligrosas, igual creo que en este trabajo se corre mucho peligro de por sí
– Desde que la conozco siempre ha sido así de intrépida – Rio levemente dándole un sorbo a su café
– Ni que lo digas… – Soltó un suspiro recordando viejas memorias, memorias que después de esa noche parecerían tan lejanas a como las tenía en su cabeza ahora
…
...hace dos horas y unos cuantos minutos...
La situación empezó a retorcerse para Ultear, caminaba en dirección a su edificio sintiendo que en cualquier momento podría ver a Seilah en el camino, aunque el mensaje de su teléfono diciéndole que vaya al departamento y el que la llame para que en el momento que ella conteste le cuelguen la ponían demasiado ansiosa, algo no estaba bien, sabía que su prometida no podía estar jugando con ella de ese modo o al menos lo presentía, esperaba en serio que lo que sucedía fuera un juego, claro que en tal caso mostraría lo furiosa que estaba al llegar y verla, pues la estaba enloqueciendo; sin darse cuenta ya había llegado al elevador, con manos temblorosas salió de este cuando se abrieron las puertas en su piso, se aproximó a su departamento y mientras las llaves tintineaban porque no podía mantener su pulso en control logró abrir, entró y todo estaba como lo habían dejado, se encontraba expectante a que Seilah salga de cualquier lugar con el clásico "¡Buu!" pero no pasó, sentía como si no pudiera respirar, revisó el departamento muchas veces intentando convencerse a sí misma de que su prometida estaba ahí, pero no era así.
El celular volvió a iluminarse con el nombre de Seilah de nuevo, esta vez sintió cierto temor en contestar, pero aun así lo hizo poniéndolo en alta voz, dejó el aparato en la mesa de centro de la sala y se sentó en frente esperando a que cuelguen, con la excepción de que esta vez no pasó, pero pareciera como si al otro lado de la línea esperaran que hablara ella primero, tomó lo poco que tenía de cordura en ese momento y con una débil voz habló.
– ¿Sei? ¿Hola? – Entrelazó las manos esperando una respuesta – ¿Seilah? – Insistió a los segundos cuando no escuchó nada – Si estás jugando, no me parece nada divertido – Endureció un poco la voz al ver que la llamada no se cortaba
El poco valor que había reunido con la escasa seguridad de que su prometida jugaba con ella se esfumó en el momento que escuchó una risa provenir del aparato, seguida de una voz que tardó un tiempo en reconocer, aunque al final lo hizo.
…
Las lágrimas no paraban de brotar de sus ojos por más que intentaba respirar hondo para tranquilizarse no se creía lo que pasaba, su amigo estaba más perdido que ella, no hallaba la manera de ayudarla en ningún sentido, aunque para Ultear lo que la mantenía medio cuerda era justamente tenerlo al lado.
– En serio agradezco que Erza haya ido a la policía, pero… – Intentaba decir aunque la voz se le cortaba por las lágrimas – Creo que deberías ir por ella, porque no creo que la verdad sea lo que está imaginando – Tomó aire mientras intentaba no llorar – ¿Por qué no mejor solo aceptar que...? – Se quejó audiblemente cuando la voz se le quebró de nuevo – Que me dejó – El ataque de llanto volvió de nuevo
– No supongamos cosas que aún no sabemos – Se adelantó a decir pasándole unos pañuelos – A parte debes tener en mente todo lo que nos dijiste, sus cosas están aquí, las cosas importantes que tu sabes no dejaría en cualquier lado siguen en este lugar
– ¡¿Qué más determinante que escucharlo de su propia voz en una llamada?! – Exclamó perdiendo la paciencia
– Esperemos a saber lo que nos dice Erza, la policía ya está trazando un plan, deja de saltar con conclusiones y esperemos – Intentó decir lo más convencido que podía
La pelinegra rio internamente negando con la cabeza desvaneciendo su llanto casi que al completo – Pensé que estabas de mi lado considerando todo – Tomó aire viéndolo – Ya sabes…
– Lo estaba – Decidió ser sincero – Pero Erza antes de irse me preguntó si pensaría igual si fuera ella – Apretó su brazo con cariño – Y al menos yo la buscaría
Ultear se llevó las manos al rostro limpiándose las lágrimas e intentando vaciar su mente por unos segundos, quería pensar las cosas con más claridad.
– No lo sé – Alcanzó finalmente a decir – Yo no lo sé Jellal, tu no la escuchaste, tú no oíste lo mismo que yo, no estuviste ahí – Hablaba bajo recostándose en una mano – Es mi prometida, claramente no quiero perderla, la amo, y te juro que ya no me importa lo que los demás digan, la necesito conmigo – Su tono volvió a uno lloroso por más que intentaba calmarse
– Intentemos ver los hechos, antes de que sigas pensando en cosas que tal vez no hayan sucedido como… – El sonido del timbre y un sobre deslizándose por la puerta lo enmudeció
La pelinegra sin pensárselo realmente se levantó hacia la entrada y abrió lo más rápido que pudo, para su sorpresa no había nadie, al asomarse por el borde que daba hacia la calle tampoco veía algo distinto o un auto estacionado que no perteneciera a los de siempre, cuando volteó a su departamento notó el sobre que le había dado igual en pisar, solo que ahora lo sostenía su amigo, quien le pedía un permiso con la mirada para abrirlo, ella sabía que no se atrevería sola, así que simplemente asintió expectante.
– Es una carta – Emitió con algo de sorpresa, pues se esperaba algo más como una nota con letras de revistas recortadas y pegadas formando una frase
Ultear tragó grueso y con rabia le arrebató el papel de las manos en un rápido movimientos – No leeré esta porquería – Soltó con total amargura, pues sabía que la versión en la que creía era la cierta
Tomó el papel con ambas manos para romperlo, pero se detuvo en el momento en el que notó algo nada usual, frunció el ceño y lo puso correctamente para leerlo.
– ¿Qué pasa? – Cuestionó el peli azul acercándose y viendo la carta no notando porque la veía con tanta atención
– Debemos llamar a Erza ahora – Determinó
…
...hace cuatro horas...
Sonrió viendo a su prometida dando un paso hacia atrás para hacerla esperar un poco – Estoy espera… – Fue lo último que alcanzó a escuchar, pues unas manos la envolvieron por detrás sosteniendo una especie de pañuelo encima de su boca y nariz, sintió como alrededor de ella todo se oscurecía mientras se dejaba llevar no teniendo fuerza alguna para poder resistirse, todo se volvió negro en su visión.
No supo cuánto tiempo pasó desde eso, en el momento en el cual despertó, intentó reconocer el lugar en el que se encontraba, ni bien tuvo algo de conciencia sintió como alrededor todo se movía, estaba en un auto recostada en el asiento posterior, intento sentarse para alcanzar a ver por la ventanilla, su sorpresa fue mucha cuando una mano la detuvo del hombro volviendo a recostarla.
– Despertaste al fin… – Escuchó de una voz que no esperaba volver a oír por el resto de su vida
De un movimiento brusco se volvió a levantar, aprovechó el rápido movimiento para sacar el anillo de su mano y guardarlo en la cinta gruesa que sostenía su vestimenta, agradecía en parte que esa mujer no se lo haya arrebatado; al sentarse se sintió mareada al instante sostuvo su cabeza con dolor, sintió como su estómago se le revolvía cuando descubrió que había estado inconsciente en el regazo de ella.
– ¿Te sientes bien? – Sintió la mano de Kyoka acercarse a su mejilla y como nunca hubiera imaginado la alejó con una palmada
– No – Contestó bruscamente sintiendo como el mareo le pasaba – Por la obvia razón de que me dormiste y me estás llevando a no sé dónde – Se asomó por la ventana, pero era inútil no veía nada más que las calles a oscuras, pareciera que iban demasiado rápido
– Ya te acostumbrarás – Le restó importancia con la mano mientras tenía el celular de Seilah el cual usaba para llamar y colgarle a su prometida –
Ahora escúchame con atención – Endureció la voz – La estúpida de Ultear te está buscando, tengo a alguien vigilándola muy de cerca, así que vas a hacer lo que yo te diga o si no me asegurare de que desaparezca de la faz de la tierra y nunca nadie más sabrá de ella ¿Entiendes?
La pelinegra asintió sabiendo que todos esos meses habían sido tan perfectos como para ser ciertos, ella no podía tener un final feliz, no podía ser feliz, sintió sus ojos cristalizarse, no quería darle el gusto a Kyoka de llorar frente a ella por lo que le estaba haciendo, pero no podía contenerse, debía obedecerla desde ahora, había vuelto al principio, jamás volvería a ver a Ultear, y debía acostumbrarse a eso.
Escuchó cada una de las indicaciones y palabras exactas que tendría que decirle a su prometida cuando la peli verde le pase el teléfono, no estaba lista, no sabía si se podría contener y no romperse a llorar al hablar con ella ya que posiblemente sería la última vez en la que escucharía su voz, vio a Kyoka tomar su teléfono y llamar a Ultear, ella solo intentaba respirar mientras recordaba lo que debía decirle.
– ¿Sei? ¿Hola? – Escuchó del altavoz, sonaba preocupada, la peli verde sonrió plenamente no diciendo nada – ¿Seilah? – Decía ella con insistencia – Si estás jugando, esto no me parece nada divertido – Endureció un poco la voz
La peli verde empezaba a reír mientras la pelinegra se moría por dentro por decirle a su prometida que nada de lo que iba a escuchar era cierto, aunque a la vez si jamás la volvía a ver prefería que crea lo peor de ella.
– Hace tiempo que no escuchaba tu voz, querida – Seilah apretó sus manos en puños sintiendo que sus uñas se enterraban en su piel mientras escuchaba lo que le decía a Ultear – ¿Cómo has estado?
– Pero qué… – Escuchó a través del aparato un susurro de confusión – ¿Qué haces con el teléfono de...?
– Solo es para darte un mensaje rápido – Le contestó interrumpiéndola – De hecho para que sepas con que clase de mujer te fuiste a meter – Soltó con todo el veneno y mala intención del mundo – La mentira que viviste por tanto tiempo, pero mejor ¿Porque no la escuchas de ella?
No había percibido ni la respiración de su prometida mientras Kyoka hablaba, vio como le extendió su teléfono y temblando levemente tomó el aparato acercándolo a su rostro, tomó aire profundamente e intentó que la voz suene igual de muerta que el día en el que la conoció.
– Ultear… – Alcanzó a decir no sabiendo cómo empezar a hablar
– Sei – Escuchó el alivio en su voz y solo la hizo sentirse peor – ¿Qué sucede? – Empezó a hablar con desesperación – ¿Por qué te fuiste? ¿Dónde estás?
– Sucede que te mentí todo este tiempo – Contestó recostándose en una mano – Todo el tiempo en el que me recibiste en tu casa, todo lo que te dije, solo fingía, jamás dejé de hablar con Kyoka-sama, ni un solo día, siempre que podía iba con ella, empezó como algo estúpido, lastimosamente escaló a un punto en el que me fue insostenible, así que decidí volver a casa – Dijo cada una de las mentiras que le pidió esa mujer, la respiración de Ultear se volvía entrecortada, sabía que iba a empezar a llorar, pero intentaba evitarlo, moría por abrazarla
– Estás mintiendo – La voz se le cortó al final de esa frase – Tu no eres así, tú no… tú no…
– Tú no me conoces, tú en verdad nunca hiciste nada más que confiar en lo que te decía – Vio como Kyoka insistía en que ya cuelgue el teléfono, ella asintió y tomó aire – Había dejado algo escrito que se supone pondría en algún lugar de la casa para que leas cuando recibas esta llamada, pero lo olvidé en el bolso, el sobre seguro te llega en unos minutos
– Seilah… – Se le rompió el corazón cuando la escuchó decir su nombre con tanta tristeza y rabia contenida
– Adiós, Ultear – Colgó de inmediato y volteó hacia la ventana respirando profundamente para no llorar
La peli verde le quitó el aparato con una sonrisa satisfecha en los labios, acercó la mano para acariciar su largo cabello negro, pero volvió a ser rechazada por un manotazo certero.
– Ya vas a volver a comportarte como antes – Se cruzó de brazos dejándola tranquila – Ten – Emitió después de unos segundos sacando un papel y un lapicero para que le escriba a Ultear la carta que le había dicho – Yo voy a leerla, así que no intentes nada raro – Le advirtió
Seilah asintió tomando el papel y apoyándolo encima de su bolso para empezar a escribir lo previamente acordado.
…
Hace unos minutos había recibido un mensaje de su novio, al parecer lo que ella sospechaba resultaba ser cierto, aunque claramente eso no aliviaba a nadie en nada, pues de todas formas Seilah seguía en un lugar desconocido, la policía ya estaba a punto de poner en marcha su plan, Ultear y Jellal estaban por llegar.
Erza no se sentía del todo bien al estar manipulando las cosas de algún modo, pues habían omitido información que no sea creíble, pero al menos ya se estaba haciendo algo y era lo que importaba.
– ¿Tus amigos ya están llegando? – Cuestionó Yukino que se ponía el abrigo
– Sí – Asintió – ¿Irás en la patrulla?
– Decidimos ir Rogue y yo – Le sonrió – Estamos esperando que Sting nos de la orden
– Al fin logró su ascenso, eh – Emitió con felicidad a pesar de las circunstancias
– Fue un gran avance para la estación – Soltó con inocencia
– Eso y que al fin se podrán casar después de tanto tiempo – Erza alzó las cejas sugestivamente haciendo enrojecer a la albina
Después de reír un poco fastidiando a la muchacha acerca de su vida amorosa, se acercaron Sting, Rogue y Minerva hacia ellas para decirle cómo procederían en ese momento.
– Solo esperen dos minutos porque ellos ya están muy cerca… – Emitió la peli escarlata viendo su celular
– ¿Ellos? – Cuestionó Minerva en voz baja, pues había salido solo ha saludar a Erza, ya que no estaba en el caso
– Su novio y la mejor amiga – Le sonrió Rogue acariciando su mano
– Oh.. – Asintió viendo hacia la entrada como se acercaban dos figuras
– Al fin llegaron – Sonrió Erza volteando hacia la puerta
Todos los presentes excepto la peli escarlata se sorprendieron al instante al percatarse de la presencia de quienes tenían enfrente.
– Él es Jellal, mi novio – Decía de la forma más natural del mundo – Ella es Ultear – Los presentó a los demás, volteó hacia sus amigos de la policía y empezó a decir sus nombres – Y aquí están los detectives Yukino, Rogue, Minerva y el jefe Sting
En el momento en el que todos continuaban en silencio dirigiéndose las miradas unos a otros, la peli escarlata sintió como si estuviera siendo excluida de algo.
– Ya nos conocemos – Escuchó con total seriedad del peli azul
– Al parecer Magnolia es muy pequeño – Dijo Erza tomando la mano de Jellal con una risa nerviosa
– Lo es – Yukino intentó sonreír
Ultear no sentía que podía lidiar con antiguas rencillas en ese momento, necesitaba saber dónde estaba su prometida, la última de sus preocupaciones esa noche era el pasado.
– Erza nos dijo que ya tenían un plan ¿Quiénes irán? – Soltó la pelinegra viendo a los cuatro detectives
– Yo – Contestó Minerva tomando a todos por sorpresa
– Pensé que irían Yukino y Rogue – Habló la peli escarlata con total confusión
…
…hace media hora…
"No me creas. No me busques. Te amo." Eran las palabras que tenía en mente desde que leyó la carta, solo lo había repetido una vez en voz baja, Jellal no entendía de dónde había sacado esas palabras, había leído la carta entera y no decía eso en ningún lado.
– Ul… – Insistió después de que se había quedado pensativa y no le contestaba – Ul… – La movió levemente del hombro
– ¿Qué? – Volvió en sí viendo a su amigo
– ¿Porqué hay que llamar a Erza? ¿Dónde está escrito lo que dijiste? – Insistió impaciente
– Ella no escribe así – Alcanzó a decir – Esta carta está escrita de corrido, Seilah jamás escribiría algo así – Mordió su labio inferior no queriendo llorar – Ella escribe en endecasílabos, y si cuentas cada once sílabas dice: No me creas, no me busques, te amo – Indicó cada sílaba con el dedo
– Eso quiere decir que… – Decía rodeando a su amiga por los hombros
– Soy una idiota – Dejó el papel a un lado – Soy una idiota por haberle creído – Tenía tanta ira contenida – Lo peor es que no podemos usar el papel como prueba, debemos de ir con Erza ahora – Tomó su bolso y su abrigo adelantándose a la puerta
– Te sigo – Asintió el peli azul tomando su teléfono y bajando por las escaleras siguiendo a su amiga
Ultear se sentía enojada, había perdido tanto tiempo tontamente llorando en vez de hacer algo, no podía creer que Erza había confiado más en Seilah que ella misma, tendría que haber ido, tal vez ahora sería muy tarde, tal vez ni siquiera se encontraban más en el país o simplemente ya habían desaparecido.
Quizás ya era demasiado tarde para cualquier acción…
…
Volvieron a la oficina para rediscutir el plan, pues habían conflictos internos que no permitían que se proceda como lo pensado.
– Tú sabes que les debo esto – Empezó a decir Minerva – Yo tengo que ir, yo debo de estar ahí, yo necesito que…
– No, no tienes porque hacer nada, no les debes nada y si hablas de responsabilidad o de deber soy yo quien tiene que ir, que es lo que voy a hacer junto a Yukino – Replicó Rogue con enojo
– Ya les dije que iría yo – Rectificó la pelinegra cruzándose de brazos
– Ninguno de ustedes decide eso – Puso un alto Sting viendo a ambos – No te pondré en riesgo Minerva porque estás embarazada, el plan queda como ya dije y se van ahora porque si todo lo que dijeron Ultear y Erza es cierto esa chica ahora está en peligro, debemos de poner el trabajo primero, y si hablamos de deber pues todos nosotros estamos en falta aquí – Los vio con seriedad – Así que dejémonos de idioteces y vayan ahora
Rogue y Yukino asintieron saliendo de la oficina, se dirigieron a la parte trasera del lugar en la que estaba la patrulla y con las luces prendidas fueron lo más rápido hacia una mansión en las afueras de la ciudad, pues después de revisar diferentes registros y cámaras de seguridad lo más probable es que estén en esa propiedad.
…
Desde el momento en el que se encerraron en esa oficina la impaciencia crecía, se encontraban en el pasillo esperando decisión alguna de cómo procederían, Jellal estaba sentado en una banca de madera sintiendo que no prestaba atención del todo a las circunstancias.
– ¿Qué tanto están discutiendo? – Se quejó Ultear caminando de un lado a otro intranquila con los brazos cruzados – ¡No sé cuánto alcance pueda tener Kyoka y ellos están perdiendo el tiempo en vez de ir a cada maldito lugar a buscarla! – Exclamó
– Cálmate – Emitió Jellal saliendo de sus propios pensamientos – Ya nos dijeron que si la situación se manipuló para que pareciera como si Seilah hubiera decidido irse por su voluntad hay menos probabilidad de que se vayan de la ciudad, así que tranquilizate que nada haces alterándote
– No es como que esté feliz porque alguna de esas personas vaya a rescatar a mi prometida tampoco – Soltó viendo a Jellal a los ojos
– Estoy en serio intentando no pensar en eso ahora – Alzó un poco la voz
– Tienes razón – Se llevó ambas manos a la cabeza intentando calmarse – No me imagino lo que…
– Les traje café – Escucharon a Erza y ambos callaron al instante – Rogue y Yukino ya están en camino a dónde sospechan podría estar – Intentó sonar serena mientras les alcanzaba los cafés – Solo queda esperar
– Mhmm.. – Asintió la pelinegra dándole un sorbo a su vaso – Gracias
La peli escarlata se sentó al lado del peli azul, había intentado actuar como si no pasara nada, pero ellos no lo habían hecho nada fácil, las miradas que se daban los unos a los otros y la incomodidad fue casi que tangible, sabía que no era momento de preguntar cómo se conocían, pero tenía la sensación de que no le agradaría saberlo.
– Has estado aquí toda la noche – Escuchó de los labios del peli azul – ¿No quisieras ir a casa? – Acarició su mejilla e instantáneamente se sintió recuperada de nuevo
– Prefiero quedarme con ustedes – Contestó con una leve sonrisa
Jellal asintió sabiendo que sería inútil cambiar su pensar y la rodeo con un brazo atrayéndola más a él – Gracias por todo lo que haces por Ul – Susurró en su oído mientras acariciaba su cintura
– No es nada – Negó sonrojándose levemente contestándole en el mismo tono
– Para mí lo es todo – Dejó un beso en su frente y apoyó el mentón en su cabeza, acción que había realizado justamente eso para dejar de verla a los ojos
Esa noche al menos era para apoyar a su amiga, no debía de envolver sus propios sentimientos, ni recuerdos, ni nada que lo distrajera de estar ahí para Ultear.
.
.
Recuerda dejar tu bello review!
Hola! No saben lo emocionante que es este cap… a pesar de lo experimental y arriesgado que parece… va a traer un montón de revelaciones a la trama
En serio quisiera saber su opinión del cap, el cual estará dividido en dos partes, no sentía que lo correcto fuera ponerlo completo porque creo que marearía demasiado a parte que sería algo largo, cuando publique la segunda parte me dicen si estuve en lo correcto o no de ponerlos separados :v
Esperen nuevos caps de mis otros fics que ojalá les gusten...
Bye...
Agradecimientos:
Pilikali
Olivia1415
