Notas iniciales:

Tuve que dividir el capítulo, demasiado largo para uno solo…

Más importante. Este capítulo tiene otro nombre, pero luego pensé que alguien podría ver el título y querría saltarse hasta este punto. No me gustaría, por eso hice trampa.

El título original es:


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Primavera Fría I


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Flashback 10:

La Primavera Fría limpia el corazón y la mente.

Wei Wuxian salpicó el agua con sus pies, se negaba a levantarse del borde del lago —¡Está fría!

Era consciente que en algunos campamentos el agua había estado todavía más fría, tanto así que uno se pensaba seriamente dejar que sus heridas se infectaran antes de querer lavarlas. Entonces, el berrinche no era porque su cuerpo estaba sensible por un bebé a punto de salir de sus entrañas, era porque todo el camino el anciano del Santuario no paraba de comparar la belleza de una Emperatriz mujer con la de una Emperatriz varón… especialmente la de él.

Su mal humor le impedía admirar el hermoso lugar oculto entre barreras. Longevos árboles se alzaban hasta el cielo y rodeaban con respeto un lago tan limpio que fácilmente se podría ver su fondo, de no ser por la continua caída del agua de una cascada que creaba suaves movimientos y quebraban con su quietud.

El paisaje quedaba en segundo plano. Wei Wuxian no estaba de humor. Vale, le faltaban algunas curvas, le sobraban músculos y seguramente en un futuro su altura iba a rivalizar con la de su esposo. ¡Pero no por eso dejaba de verse increíble! ¿Cuántas noches (amaneceres y muchas tardes) Lan Xichen no se vio sometido por su cuerpo? Cielos, gracias a su buena condición física adquirida por numerosos entrenamientos y batallas ¡podía presumir que después de dar a luz el sexo sería alucinante!

Cerca de él, Lan Xichen evitó las miradas enfurecidas del anciano a cargo y sus discípulos. Entendía la frustración del joven y estaba de acuerdo con ello, ¿cómo podría apoyarlo en esa pequeña rabieta? Nadie tenía permitido intentar insinuar que alguien era mejor opción para él.

Un poco de malicia cruzó por su mente. Dejó que las primeras capas de sus túnicas cayeran al pasto. Conforme iban cayendo igual lo hacían los ojos de las doncellas que asistían a la Emperatriz y quizá alguno que otro soldado. Para decepción de su público, se quedó con dos de sus primeras túnicas interiores antes de introducirse al lago y quedar frente a su esposo.

—Me mantendré cerca.

Wei Wuxian admiró el bello rostro de Lan Xichen, había aprendido a ver tras la máscara de perfección que se le había inculcado tener. Todos los preceptos, las tradiciones y estándares que cargaba consigo desde su concepción parecían valer poco al estar juntos. Soltó un suave "Ooww" y sostuvo la mano que recién le era extendida.

Entre más rápido terminaran eso, más rápido podría regresar a su cama, con su amado.


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El agua limpiaba la mente y purificaba el cuerpo. Era chiste, ¿verdad? ¿Qué cosa podrían purificar de él? Tontas tradiciones. ¡El frío se le colaba hasta al apellido!

Lan Xichen lo animó —Lo estás haciendo bien, sopórtalo unos momentos más —. Acarició la espalda de su esposo, y lo acomodó a su costado.

Idealmente la Emperatriz tenía que permanecer sola en ese lago, pensando en el bienestar de su bebé. Idealmente no tendría que estar maldiciendo entre dientes, ni tampoco el Emperador tenía que molestarse en mojarse. Pero Lan Xichen no esperaba que su esposo estuviera meditando y tampoco se lo exigiría, como se supone tendría qué. Él meditaría por ambos si era necesario.

Algunos soldados sonrieron, la pareja era demasiado encantadora.

Al salir del agua, Wei Wuxian no notó nada especial más allá de sentir que atraparía un resfriado. Quizá porque no tenía un núcleo dorado que "purificar".

Lan Xichen se apresuró en cubrir a su esposo con las túnicas que había dejado en el suelo, calentarlo rápido aliviaría su mal humor. Las dos doncellas acercaron un cambio de prendas.

—A-Huan ¿queremos otro bebé?

El Emperador se quedó pasmado con la pregunta. Su interior así lo deseaba, deseaba tanto un hijo después de que naciera este. Nunca se atrevería a hacer menos al bebé que ya estaba por nacer, pero no se mentiría, quería más niños —No estaría mal —Intentó evadir.

—Bien. Con el siguiente, antes de llegar a aquí, mandaré a calentar el maldito lugar. No me importa lo que el Santuario piense… es eso o haré que ellos se metan ahí y sepan lo que tantas Emperatrices han tenido que soportar.

Lan Xichen rió con calidez, estaba preocupado que Wei Wuxian no quisiera más hijos —Me parece bien. ¿Cómo te sientes? —Con cuidado exprimía el cabello del joven entre la fina tela. Las doncellas podrían hacer ese trabajo, pero Lan Xichen gustaba de consentir él mismo a su esposo.

Wei Wuxian se dejaba hacer, las manos de Lan Xichen presionaban con cuidado a través de su cuero cabelludo y él se sentía en las nubes —Gordo —señaló su barriga creciente. Faltaba poco para que el bebé naciera y faltaba poco para que él se sintiera lo suficientemente redondo como para aplastar a su esposo si se movía en mitad de la noche.

Ambos tomaron el cambio de ropa seca, lo suficientemente abrigadora para que, aún con lo húmedo del agua, permanecieran calientes y pudieran secarse sin inconvenientes.

Xiao Xingchen se acercó a ellos mientras terminaban de ajustarse mutuamente sus túnicas, iban tan bien coordinados que parecían saber a dónde debían moverse sin interrumpir el flujo de sus acciones.

—Majestades. Todo está listo.

Song Lan se unió a él —Xiao Xingchen vigilará la barrera Este y yo la barrera Oeste. Desafortunadamente los discípulos del Santuario encontraron a Wen Ning y lo han enviado al frente.

Xiao Xingchen evitó reír —¿Desafortunadamente? Será un gran apoyo allá adelante. Tan poca gente para escoltarlos.

Song Lan sonrió hacia su compañero, la atmósfera entre ambos rozaba más allá de la amistad —Apenas estamos ingresando a este Imperio, falta que entendamos un poco mejor sus costumbres.

Wei Wuxian dejó que una sonrisa traviesa se le formara y alzó ambas cejas —Cuando lleguemos sugeriré que ambos tengan habitaciones apartadas de los demás.

Los cultivadores se colorearon en rojo —¡Majestad!

Lan Xichen abrazó a su esposo y siguió su juego —Apoyo eso. Me aseguraré de encontrar un buen lugar.


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Wei Wuxian estaba aburrido. Debido al embarazo le impedían hacer muchas cosas, montar caballo era una de las que más extrañaba. El carruaje era cómodo, amplio como para que estirara sus pies, acolchado para que el camino no se sintiera y con muchas golosinas y frutas que Lan Xichen había contrabandeado para asegurarse que no sufriera de hambre en el camino.

—A-Huan, ¿no quieres hacerme compañía?

El caballo del Emperador se acercó un poco hacia la ventanilla del carruaje —Cuando hayamos cruzado las puertas del palacio estaré contigo —Su mirada se perdió unos segundos en los cuervos mensajeros que volaban de extremo a extremo.

Acababan de salir de la zona oculta, el paisaje era ahora más despejado y amplio. Mucho terreno que proteger y poca gente, pero la barrera siempre era preparaba a lo largo y ancho de la formación para no tener inconvenientes.

Wei Wuxian hizo un berrinche —Odio sentirme como una damisela. Debería estar fuera con mi propio caballo.

—Podrás hacerlo, ¿acaso no el príncipe necesitará aprender a montar? Y un buen maestro ¿no necesita entrenar continuamente?

Los ojos del joven se ensancharon, brillantes y relucientes, se acercó a la ventanilla cuanto pudo y el carruaje se balanceó un poco —A-Huan, A-Huan, ¿es lo que creo que es? —su voz aumentó de volumen y emoción —¿Se me permitirá entrenar? ¿Podré ser más que un adorno? ¡A-Huan! ¡A-Huan! ¡Responde!

Lan Xichen tuvo que hacer su mejor esfuerzo para no reír, su esposo ni siquiera lo dejaba hablar —A-Ying, te lo dije antes, el Palacio será tu hogar, pero yo no podría quitarte esa luz que te da seguir cultivando —En su interior, la idea de que Wei Wuxian siguiera cultivándose parecía ser la mejor opción, lo necesitaba fuerte y listo para la guerra que seguía en pie y para todas las que vendrían.

Wei Wuxian se quedó con las palabras en la boca.

A lo lejos se escuchó el relinchar de los caballos, cascos galopando salvajemente. Song Lan cruzó por delante del carruaje a toda velocidad y en su camino gritó —¡HAN ROTO LA BARRERA!

Siguió su curso hacia el lado que protegía Xiao Xingchen, el lado en el que comenzaba a ser visible cómo pequeños trozos translúcidos caían desde los cielos.

El corazón de Lan Xichen se detuvo al ver el rostro nervioso de Wei Wuxian, verlo abrazar con temor su estómago, sabían lo que significaba.


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Song Lan saltó del caballo y tomó del cuello de sus túnicas a su compañero y amigo de toda una vida. Estaba frustrado porque sus fuegos artificiales no funcionaron, en realidad, no funcionaron los de ningún soldado, todos habían sido cambiados. Durante la entrega de provisiones se dieron cuenta que la escolta realmente sería escasa por lo que no se preparó mucho, Xiao Xingchen decidió dar sus fuegos artificiales y llevar los propios, aunque se consideraran menos "adecuados".

Y, aun así, no los usó.

—¡¿No te dije que no abrieras la barrera?!

Xiao Xingchen apretó los dientes con vergüenza de su propia confianza —Eran soldados del tercer escuadrón ¡Song Lan! ¡Los conocíamos!

Song Lan negó continuamente. En un mensaje con un cuervo le advirtió que podrían hacer compañía fuera de la barrera, pero el corazón amable de Xiao Xingchen decidió que era mejor dejarlos pasar y brindarles cierta protección.

—¡¿Dónde están?!

Xiao Xingchen mostró a Shuanghua, goteaba carmín —Me encargué de todos ellos.

Song Lan se congeló, hubiera preferido oír que Xiao Xingchen había logrado escapar —No… —Basta de cuidar su energía. Montó a Fuxue y se alejó. Si su suposición era correcta, si alguien quisiera atacar sería más que sólo enviar soldados que pudieran ser derrotados por un solo cultivador.


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Song Lan tuvo razón. Mientras ellos acudían a la distracción, los escuadrones enemigos se encargaron de entrar por las zonas frágiles de la barrera.

Wei Wuxian quiso abrir la puerta del carruaje, pero Lan Xichen se había asegurado de colocar fuertes talismanes de protección —¡Lan Huan! ¡Déjame salir!

Shuoyue se agitó hacia atrás para librarse del exceso de sangre.

Lan Xichen no se molestó en responder, estaba más concentrado en encargarse de los soldados que seguían llegando, uno tras otro. Su cultivo había aumentado gracias a la bendición, lo estaba soportando bien, pero un poco de ayuda no vendría mal.

Viendo a sus propios soldados y discípulos del Santuario tirados en el suelo lo hicieron pensar en Lan Wangji. No, hubiera sido una tontería si hubiera aceptado acompañarlos, haberse negado tal como todas las otras veces fue previsible. ¿Ven a proteger al amor de tu vida que está casado y espera al hijo de tu hermano? Que ridiculez.

Song Lan llegó, con Xiao Xingchen detrás. Fue un alivio para el Emperador. Wen Ning no podía liberar todo su potencial dado que Wei Wuxian tenía prohibido el uso de cultivo demoníaco.

La lucha seguía siendo desfavorable, pero Lan Xichen ya tenía previsto que, en cuanto lograra deshacerse de los enemigos de enfrente tomaría a Wei Wuxian y colocaría cuanta energía le quedara para llevárselo de ahí. Los talismanes de teletransportación habían sido tan efectivos como los fuegos artificiales.

Entre choques y choques metálicos…

El viento se desgarró en un suspiro.

Una flecha con un talismán viajó rápidamente y se incrustó en el carruaje, la barrera se rompió frente a los ojos del Emperador.

¿Cómo?

A Lan Xichen no le importó que un soldado lograra cortarle un costado, volteó su cuerpo hacia el carruaje y corrió —¡WEI YING!

Desde una de las formaciones lejanas de sus enemigos, una lluvia de flechas con fuego se alzó en el cielo, fueron tantas que cubrieron las nubes y el sol, el humo que dejaban tras su paso convirtió el día en noche.

Lan Xichen, Xiao Xingchen y Song Lan pensaron lo mismo, usaron gran parte de su energía para formar una barrera improvisada y resistir el ataque.

Wei Wuxian se colocó atrás de los cultivadores para que la barrera fuera lo más pequeña posible —¡Lan Huan! ¡Si no hago algo todos vamos a morir! ¡Sabes que este es el campo ideal para la energía resentida! —Sacó a Chenqing de entre sus prendas.

Lan Xichen lo reprendió —¡¿Chenqing?! —contuvo cualquier mal pensamiento e intentó entender la razón. Wei Wuxian era precavido, lo sabía, mejoró el tono de su voz y dejó de lado la inmensa cantidad de fuego que abrazaba con violencia la barrera —¿Sabes lo que significa? A-Ying. Si usas energía resentida sin permiso yo…

Wei Wuxian lo sabía, esos no eran Wens, no había banderas ni uniformes por lo que Lan Xichen se vería obligado a ejecutarlo tras terminar todo. Respondió sin dudar —Pero vivirás.

—¿Y nuestro hijo? No hay precedentes, pero sé que lo perderías. Yo lo sé, sé que no resistiría esa energía.

Wei Wuxian se quedó sin habla. Su hilo de pensamientos se cortó cuando miró al frente —¡Cuidado!

Una segunda flecha con un talismán especial se estrelló contra la nueva barrera. Grietas comenzaron a formarse. Lan Xichen se sorprendió más que los otros dos. ¿Por qué de pronto se sentía más agotado de lo que había calculado?

La lluvia de fuego no parecía terminar y los estaba drenando.

Xiao Xingchen notó cierta preocupación en el Emperador, estaban ocupando bastante energía, tenían que pensar otra forma de avanzar —Majestad, si nosotros nos ocupamos de esta barrera usted puede encargarse de los arqueros.

Song Lan estuvo de acuerdo —Mientras no lancen otra de esas flechas podemos hacerlo. Son talismanes que ocupan grandes cantidades de energía por lo que deberían de tardar en tener otra flecha preparada.

Wen Ning se mantenía luchando contra todos aquellos que lograban acercarse. Se podía decir que estarían seguros por unos momentos.

Y Lan Xichen no tenía una mejor idea, se limitó a asentir. En cuanto sus manos bajaron de la posición de invocación, los dos cultivadores tuvieron que colocar más energía para compensarlo.

Lan Xichen se movió con velocidad y nada más, no lo haría estético ni les daría honor a las muertes como usualmente un cultivador, en especial un Lan, lo haría. Shuoyue atravesó la carne y sesos de los soldados sin detenerse en ver qué tipo de muerte estaba otorgando.

Movimientos ágiles, pero toscos. Sus prendas pronto eran más rojas de lo que nunca habían llegado a ser, incluso más rojas de las que Lan Wangji alguna vez llegó a mostrar. Círculos de invocación se creaban a su paso, estallidos y ráfagas cortantes que lo apoyaban a avanzar todavía más rápido.

Debía acabar, volver a su esposo.

Volver con la persona que más amaba.

¡¿Por qué sentía que no podía liberar toda su energía?!

Justo cuando acabó con el frente de arqueros un grito ensordecedor de Xiao Xingchen lo hizo voltear. Wei Wuxian se había quitado un gran trozo de su túnica interior, la tela era más suave y moldeable que el resto de la ropa. El joven presionaba desesperadamente. Bajo él estaba Song Lan tendido en el suelo, la tela se llenaba de rojo.

¿Por qué estaba pasando todo esto? ¿Acaso este era su destino?

Destino.

Lan Xichen recordó las palabras de Wei Wuxian.

"Esa Emperatriz tuvo 3 hijos. Dos ascendieron y fueron bendecidos. Ambos murieron en batalla, nadie dudó de su valor dado que aquello permitió la expansión del Imperio. Y cuando todo terminó el tercero ascendió, pero no fue bendecido. Lo que se me hace tétrico es que los dos primeros… sus muertes, no entendí los reportes, eran como si quisieran usar la mayor cantidad de jerga médica como para hacerlo pasar como heridas de batalla en… su núcleo dorado".

Concluir que ningún Emperador bendecido vivía más allá de la guerra fue tan fácil de deducir que resultaba tonto que nadie se hubiera fijado en eso antes. Aunque, ¿a quién culpar? Un Emperador bendecido era sumamente raro, y coincidía con malas etapas en el Imperio donde nadie tenía cabeza para pensar en algo más. Igual, el Santuario se encargaba de ocultar estos detalles.

Los Emperadores bendecidos pudieron haber vivido más, pero su núcleo se debilitó en algún punto, justo como le estaba pasando a él.

Siguió recordando.

"—¿Por qué debes…? —no se atrevió a completar la frase."

Él lo sabía, lo que no pudo decir y en su momento tampoco comprendía del todo "¿Por qué debes morir?".

¿Era eso? Su destino era morir en algún momento ¿Este era ese momento? ¿Debía dejar solos a Wei Wuxian y su hijo?

Su hijo.

No, este ataque no era sólo para él, no estarían atacando a Wei Wuxian si lo fuera. Lo dejarían huir. ¿Qué era entonces?

¡Una elección!

Elegir salvar su vida unos años más o elegir salvar la vida de un bebé cuya muerte no significaría nada, pero cuya vida lo sería todo.

Lanzó talismanes en dirección al carruaje, una barrera momentánea que les diera tiempo de pensar. Al llegar a su esposo no hizo falta decirle nada. Temor. Su vínculo con se había llenado de eso, ambos habían llegado a la misma conclusión.

Wei Wuxian dejó de intentar frenar el sangrado en el cuello de Song Lan, estaba muerto. A cambio tomó la túnica de su esposo, la sensación acuosa de la sangre lo atemorizó más —A-Huan… debe haber otro camino… A-Huan… No puedo perderlos, a ninguno.

Lan Xichen no podía hacerle frente a esa mirada sin fe. ¡¿Esta era la voluntad de su Dios?!

Volteó hacia los lados, Xiao Xingchen apenas podía seguir peleando, Wen Ning, a falta del apoyo de energía resentida de su amo, se estaba forzando a liberar sus propias cadenas. Si no hacían algo iban a perderlo todo, ascenderían a Lan Wangji y su destino no sería diferente a este.

Un estruendo lo interrumpió. Una tercera flecha con un talismán, el golpe fue en la segmento dónde Xiao Xingchen iba a comenzar a atacar una vez la barrera se debilitara, sin embargo nadie predijo la exactitud de la flecha. La barrera estalló en trozos en la cara del cultivador y fragmentos afilados combinados de energía defensiva y energía violenta se incrustaron en sus ojos. El dolor lo hizo retorcerse con las manos cubriéndolo, Shuanghua cayó antes de que él lo hiciera.

Se había acabado el tiempo para pensar.

Lan Xichen se arrodilló para estar a la altura de su esposo —Si esta es la voluntad de nuestro dios…

El corazón de Wei Wuxian se detuvo al imaginar las siguientes palabras. ¿Se darían por vencidos?

Lan Xichen terminó —Que se vaya a la mierda —Su mano viajó hasta la nunca de Wei Wuxian, lo atrajo en un beso hambriento.

Wei Wuxian quiso luchar, él no quería morir de esa forma, él peleó cada batalla con todo por no morir rindiéndose.

Un flujo lo atravesó en un momento. Dejó de resistirse y abrió los ojos, al entender los planes de Lan Xichen reanudó su lucha, más fuerte, tanto como pudo.

Lan Xichen le mordió el labio como advertencia, se separó apenas lo suficiente para hablar —A-Ying-

Wei Wuxian lo interrumpió, desesperado —¡No hagas esto! ¿Qué pasará? ¡Es demasiado peligroso! ¡Lan Huan!

Lan Xichen presionó con cariño la nuca de su amado, unió sus frentes e intentó tranquilizarse, darle calma a través de su vínculo —Elije la seguridad de nuestro bebé. Yo estaré bien, estaré contigo de una forma u otra…

Los rugidos de Wen Ning avisaban que estaba siendo superado, pronto los soldados llegarían a ellos y no podrían hacer nada.

Wei Wuxian se abstuvo de pensarlo, no había tiempo, no quedaba nada más qué hacer —Lan Huan, vuelve a mí, tienes qué volver a mí… ¿me oíste?

Lan Xichen asintió, reanudó el beso. Wei Wuxian se aferró a su pecho y le facilitó lo que había empezado a hacer… avivar la energía resentida en él y tomarla antes de que su cuerpo pudiera exteriorizarla. Algo parecido a lo que hacían en las noches en las que se unían para estabilizar el exceso que se llegaba a generar y en el que el brebaje especial de Wen Qing no era suficiente.

Lan Xichen evitó retroceder, la misma sensación que sintió de ahogarse en un abismo cuando se forzó a filtrar la energía resentida de Wei Wuxian en su ascensión lo abrumó. Su cuerpo le exigía parar, pero entre más energía fluía dentro de él, más fácil resultaba no hacer caso a ese instinto. Especialmente porque ahora su objetivo no era filtrarla.

Hubo silencio.

Antes de que los soldados de un nuevo escuadrón pudieran llegar, una explosión negra cubrió el cielo. Apenas los labios de Wei Wuxian se separaron, la oscuridad comenzó a caer en forma de lluvia… lluvia que avivaba las llamas sobrantes.

Las lágrimas en Wei Wuxian comenzaron a correr sin control. Que el cielo lo perdonara.

Los ojos acaramelados de Lan Xichen conocieron el rojo.


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Notas finales:

WWX no soporta bien el agua de la Primavera Fría porque su cuerpo ya no puede aprovechar las propiedades del lugar así que para él es simplemente frío. Eso y, además de que está más sensible por el embarazo, debe mantenerse quieto (no puede moverse para darse calor).

¡Nos vemos la siguiente semana!