~~Chapter 25~~


Choosing Sides:

Erza y Gray


-La mayor parte del cuerpo de Juvia tiene quemaduras de tercer grado-comenzó a explicar Mirajane mientras terminaba de atender a su compañera caída; Juvia yacía recostada en su cama dentro de la enfermería del gremio con el cuerpo cubierto con vendas y parches de algodón. Se le veía tranquila, estable, y eso era buena señal-además de muchos moretones, cortadas, y un brazo roto. Afortunadamente ella es bastante resistente y fuerte; se recuperará pronto.

Una figura femenina se encontraba dentro de la oscuridad mirándolas en la lejanía, después de varios minutos salió a la luz y se acercó a Mirajane, colocó la mano derecha sobre su hombro como gesto de agradecimiento.

-Muchas gracias, Mira-dijo aquella voz ligeramente avergonzada-disculpame por cargarte la mano con todo esto.

-Tranquila-Mirajane trató de calmarla-de todos nosotros soy la que más sabe de medicina y primeros auxilios; entiendo porqué pides mi ayuda.

-Aún así...-la voz dejó la frase incompleta; se acercó a Juvia y la miró con angustia y preocupación. No soportaba ver a sus compañeros de esa manera.

-¿Qué ocurre?

-Sé que esto es parte de nuestro oficio: De una u otra manera terminamos heridos. Aún así me mata verlos de esta manera-dijo, le dio la espalda a Juvia y se alejó, pasó de largo a Mirajane hasta llegar al umbral de la enfermería.

-Erza...-la llamó Mirajane. La chica pelirroja tardó unos minutos, pero al final la volteó a ver; había tristeza en su mirada-¿Qué sucede?

Erza negó con la cabeza. Mirajane dejó sobre la mesita metálica, junto a la cama de Juvia, sus utensilios de primeros auxilios y se acercó a ella.

-Dime la verdad-le pidió la peliblanca amablemente-¿Es porque Natsu hizo esto?

-Natsu no hizo esto-le corrigió frunciendo el ceño y cambiando su voz a una más grave-él...no pudo hacer esto.

-Lo sé -comentó Mirajane agachado la cabeza-Natsu quiere mucho al gremio, a todos nosotros; jamás se le ocurriría hacer algo así. Lo conozco desde niño...-

-Ambas-la corrigió Erza, para luego voltearse hacia ella y dedicarle una cálida sonrisa-siempre fue un dolor en el trasero.

-¡Jajajajajaja! Sí, tienes razón.

-Siempre luchaba contra mí junto con Gray-prosiguió la pelirroja.

-Y terminabas venciéndolos en dos segundos para luego luchar conmigo.

Ambas chicas rompieron a carcajadas, tanto que hasta inclinaban sus cabezas hacia atrás; luego de varios segundos, Mirajane se acercó a Erza y la tomó de la mano.

-Deberías sonreír más-le aconsejó. Erza ladeó la cabeza confundida-Natsu se enamorará más de ti si lo haces.

-¡Mira!-exclamó Erza poniéndose roja como un tomate. Mirajane sólo sonrió amablemente-¿No puedes dejar de hacer ese tipo de bromas, eh?

-No si consigo que reacciones así.

-Te odio.

-Lo sé-bajó la mirada hasta donde ambas manos seguían agarrándose con cariño, luego regresó la vista al frente-¿Irás a buscarlo?

-Ya sabes la respuesta-Mirajane suspiró con resignación-necesito respuestas.

-Entiendo-dijo, y luego la soltó-cuídate mucho. Esperaré su llegada.

-Gracias. Tú también cuídate-ambas chicas asintieron, y Erza salió de la enfermería.

La puerta cerró tras de sí y Erza siguió caminando, dio cuatros pasos y se detuvo, volteó a su izquierda y vio que alguien la estaba esperando recargado contra la pared con los brazos cruzados.

-¿Me estás esperando, o quieres preguntarme cómo está Juvia?-interrogó. La otra persona no respondió, sólo hubo silencio. Erza dejó salir una exhalación-Juvia está bien, tiene algunas quemaduras y un brazo roto. Se recuperará.

-Quiero saber qué opinas de esto-dijo por fin la otra persona. Erza levantó una ceja.

-¿"Qué opino"? No sé a qué te refieres con...-

-¡¡Por favor, Erza!!-exclamó irguiéndose de pronto y caminando hacia ella-¡¡Deja de hacerte la idiota!!

-Relájate, Gray-dijo Erza totalmente calmada y serena. El mago de hielo no cambió su furiosa e indignada expresión-no tienes porqué gritar.

-Grito porque estoy molesto-aclaró desviando la mirada y frunciendo la nariz-Juvia salió lastimada y yo no estuve ahí. No estuve junto a ella.

-Te entiendo; pero no lograrás nada con enfadarte.

Gray mantuvo la mirada fija en los ojos de Erza por varios segundos, luego chasqueó la lengua y dio un largo suspiro.

-Tal vez tengas razón.

-Sólo quiero ayudarte.

-Entonces ayúdame a ayudarte-dijo Gray dando un paso al frente.

-¿Cómo...?

-Vas a buscar a Natsu, ¿Cierto?-inquirió Gray-quiero ir contigo.

-¿Y para qué quieres ir conmigo?-quiso saber Erza. Gray se cruzó de brazos.

-Me imagino que tú quieres lo mismo que yo: Respuestas. Después de lo que ocurrió, creo que Natsu nos las debe. ¿Estás de acuerdo?

-...sí. Quiero saber qué fue lo que pasó entre ellos tres.

-¿Ya ibas de salida?

-Sí.

-Entonces no perdamos tiempo. Vámonos de una vez-Erza amplió los ojos ante el comentario de Gray.

-¿Ya estas listo para irnos tan pronto?

-Erza, no vamos a un parque de diversiones-bromeó. Erza sonrió-y tampoco es que necesite maletas para donde vamos.

-Ok, entonces es hora de irnos.

Ambos asintieron en afirmación y se alejaron de la enfermería; Gray volteó sobre sus hombros, deseando que Juvia se recupere pronto y al mismo tiempo prometió que la volvería a ver. Algunos compañeros del gremio se acercaron a ellos con la intención de interrogarlos, saber qué van a hacer, a dónde van, y más importante: ¿Dónde estaba Natsu? Los dos se limitaron a responder sólo lo necesario, sin lujo de detalles para calmarlos un poco. Aquí lo importante era que saldrían a buscar a Natsu y traerlo de regreso. Los demás aceptaron eso y se despidieron de ellos deseándoles buena suerte. Erza y Gray ya estaban preparados, así que se fueron sin saber que alguien los miraba en la lejanía.

En un punto de vista objetivo, no sabían en qué lugar se encontraba Natsu; Morgan y Juvia se encontraban inconscientes, por lo que no pudieron preguntarles en dónde habían luchado contra el Dragon Slayer. Eso no era del todo cierto, tenían dos opciones bastante obvias si se ponía a pensar bien, que no se podían ignorar; uno, el paradero de Morgan era desconocido, el de Juvia no. Erza consultó la bitácora de misiones antes de entrar con Mirajane en la enfermería y supo a dónde fue para completar su misión, seguramente se encontró con Natsu en el camino porque, de haber luchado en el pueblo de la misión, se les hubiera notificado; y dos, si la batalla fue de la misma magnitud que las mismas que ha tenido Natsu desde siempre, entonces no sería difícil encontrar el campo de batalla. Ya tenían una noción, ahora sólo debían encontrarlo.

Desde el fondo de su mente, y especialmente de su corazón, Erza estaba preocupada por Natsu; no es que le restara importancia a sus demás compañeros, sobre todo a los heridos, mas bien era porque...lo que sentía por él era más fuerte. Sí, ella lo amaba, y eso no estaba mal; de una u otra manera siempre se quiere más a uno por sobre los demás.

Ella jamás se había imaginado llegar a pensar de esa forma; en todos sus años nunca creyó amar a alguien mas que a...Jellal, pero eso fue cuando eran niños. Ahora las cosas eran distintas, así como su amor.

Gray por otra parte estaba muy callado con la mirada al frente; además de no tener tema de conversación, tenía a Juvia en sus pensamientos. Trataba de no darle vueltas al asunto, pero por más que lo intentaba no lo lograba. Se maldijo porque sólo una vez, UNA MALDITA VEZ, le pidió amablemente que tomara una misión sola. Ese fue su más grande error, ahora lo sabía; era como si la vida le hubiera dicho que si no cuida a la persona que quería, podría perderla. Gray sólo quería estar un momento a solas, nada más; sabía que era una petición egoísta, algo un poco fuera de lugar, pero se equivocó. Fue una gran equivocación.

-¿Estás bien?-le preguntó Erza, lo que sacó al mago de hielo de su ensimismamiento. Alzó la mirada y se encontró con la de Erza.

-Sí, bien-respondió así como asintió con la cabeza. Erza no estaba convencida.

-Creo que podremos llegar a donde pelearon sin problemas-comentó en tono neutral-sólo es cuestión de tiempo.

-Eso creo-dijo Gray vagamente.

Erza lo miró de reojo, no notó nada raro en él, o al menos nada más raro de lo usual en su compañero. Seguramente Gray no quería hablar ahora, y Erza entendía eso. Ambos se quedaron callados y siguieron caminando

Media hora después llegaron a una parte del bosque que parecía haber sido víctima de un incendio; ramas quebradas y quemadas hasta las cenizas, árboles convertidos en carbón, cuerpos diminutos de animales sin vida desperdigados por el césped, y en el centro de todo eso un enorme cráter de lo que lucía como una explosión. Una enorme explosión.

-Llegamos-musitó Erza anonadada de lo que estaba viendo. Gray no dijo palabra alguna, pero sus cejas alzadas indicaban que también estaba sorprendido.

Se notaba a leguas que su batalla había sido intensa y brusca, más de las que Natsu tuvo en el pasado no muy lejano. Erza caminó lentamente al centro, donde se encontraba el cráter, y lo examinó muy detenidamente para encontrar algo distinto; Gray por su parte miraba a su alrededor con una pregunta en su mente.

-¿Cómo fue que pasó esto?-volteó hacía Erza, ella parecía no haberlo escuchado; con un súbito impulso de frustración levantó más la voz-¡¡Escúchame, Erza!!

-Sí te escuché-confirmó la pelirroja al mismo tiempo que se agachó para tocar la tierra quemada.

-¡¿Entonces porqué no me respondiste?!

-Estaba pensando, Gray. Eso es todo-Erza se levantó y se volvió hacia Gray-y tú también deberías hacer lo mismo

-¡¿En qué debería pensar?! ¡¿En qué Juvia fue víctima de una batalla que casi la mata, y que el culpable es Natsu?! ¡¿QUÉ QUIERES QUE PIENSE?!-Gray estaba furioso, eufórico.

Erza lo miraba detenidamente: Su rostro rojo de coraje, el ceño fruncido a más no poder, y su labio inferior temblaba. Él trataba de controlarlo frunciendo ambos labios, pero no servía; Erza creía que temblaba por la cólera que sentía en ese momento, pero otro motivo llegó a su mente, ¿Porqué otro motivo le tiemblan a uno las labios?

-Entiendo que estás enfadado, Gray-comentó Erza caminando lentamente a él, su tono de voz calmado y sereno-pero es como te dije en el gremio, no ganarás nada. Debemos...-

-¡¡No me vengas con eso ahora!!-le espetó interrumpiendo sus palabras-¿No te das cuenta de lo que estás viendo? ¡Natsu no tuvo control!

-Eso no lo sabes.

-¡¡Claro que lo sé!! ¡Mira a tu alrededor! ¡Él nunca se contenía cuando peleaba, en ningún momento, y ahora eso se salió de control y lastimó a Juvia! ¡¡ELLA ESTÁ EN EL HOSPITAL POR SU CULPA!!

-¡No sabes lo que dices, Gray!-Erza subió la voz de repente, cerró los ojos e inspiró hondo-ninguno de nosotros sabe qué fue lo que pasó aquí, y no debemos perder la cabeza con suposiciones.

-¡Yo no supongo nada!-replicó Gray dando un paso al frente y señalando a Erza con el dedo índice-¡Es más que obvio! ¡¿Porqué tú no puedes verlo?!

-¡¿Qué es lo que quieres que vea, Gray?! ¡¿Un campo destruido?! ¡¿Árboles quemados?! ¡¿Animales inocentes que perdieron la vida?! ¡Esto parece más un accidente que algo intencional! ¡NATSU NUNCA HARÍA ESTO!!

-¡¿Cómo estás tan segura?!

-¡¡Porque lo conozco!! ¡Igual que tú!

-¡Es exactamente por eso que sé lo que en verdad ocurrió! ¡¡Lo conozco, al igual que conozco su forma de perder el control!!

-¡No piensas claramente!

-¡Tú tampoco lo haces!

La discusión desde hace mucho que ya había perdido todo control; ambos probablemente tenían razón, pero ninguno parecía comprender al otro. Erza se mantenía firme con su punto de vista, al igual que Gray. Ninguno parecía seder, y ese sería un gran problema. Ambos se miraban fijamente a los ojos, como si se estuvieran desafiando, sin decir palabra alguna; pasaron varios minutos y permanecían igual. Parecía que...sólo llegarían a una sola manera.

Un ruido interrumpió el tenso ambiente, ambos voltearon en la dirección donde lo escucharon y vieron una decena de luces moviéndose en dirección contraria a ellos. Se trataba de un grupo de personas. Todos ellos caminaban rápidamente, y parecía que no sé iban a detener. Erza y Gray intercambiaron miradas y salieron corriendo hacia aquél tumulto.

Ambos se metieron en el camino de todas esas personas para preguntarles qué estaba sucediendo, pero ninguno parecía escucharlos; Erza detuvo a un chico de los hombros para hacerle la pregunta.

-¿Qué demonios está pasando?

-¡Eso! ¡UN DEMONIO ESTÁ DESTROZANDO NUESTRO PUEBLO!-respondió el chico presa del miedo y el pánico. Eza amplió los ojos-tuvimos que escapar de ahí, no todos lo lograron.

-¿Y cómo era ese demonio? Dime-había una pequeña posibilidad, según como le decían a Natsu en el pasado sus enemigos después de una pelea; y Erza le apostaba todo a esa teoría.

-Parecía una persona, un chico; controlaba el fuego, lo manejaba como él quería; sus ojos brillaban como dos brasas ardientes; y su cabello rosado estaba cubierto con ceniza y escombro.

Eso, era todo lo que Erza quería escuchar; después de escuchar que controlaba el fuego, lo demás estaba implícito. Levantó la mirada buscando a Gray, lo encontró a unos metros frente a ella tratando de hablar con una señora de mediana edad, luego regresó con el chico.

-Tranquilo, yo lucharé contra él.

-¿Lo dice en serio, señorita?-preguntó el chico. Erza le dedicó una cálida y amable sonrisa.

-Muy en serio. Haré todo lo posible por salvar a su pueblo-dijo, y salió corriendo para alcanzar a Gray sin esperar respuesta del chico.

-¡Muchas gracias, señorita!-aunque eso no lo detuvo. La esperanza adornaba el rostro del chico, y con sólo esas palabras, Erza logró que confiara en ella-¡¡MUCHAS GRACIAS!!

-¡Gray!-lo llamó mientras se acercaba a él. El mago de hielo se apartó de la señora con un gesto amable de su cabeza y se reunió con Erza-tengo una idea de dónde podría estar Natsu.

-¿Hablas en serio?-cuestionó. Erza sintió.

-¡Ven, vámonos! No hay mucho tiempo-sin demora alguna, ambos salieron corriendo en dirección contraria al tumulto, directamente a su pueblo.

Subieron rápido una colina, con mucho esfuerzo...y ahí estaba. El pueblo de donde provenía y tanta gente hecho un verdadero desastre, era como si hubiera ocurrido un holocausto en el centro exacto; las casas destruidas, el camino partido a la mitad, el bosque alrededor quemado hasta las cenizas. Ambos intercambiaron miradas de estupefacción. ¿Eso lo causó Natsu? Fue lo que se estaban preguntando, y su pregunta sería respondida.

Frente a ellos, flotando en el aire, yacía una silueta humanoide sobre el pueblo, levantó una mano y un par de esferas anaranjadas aparecieron sobre la palma, luego las arrojó y al impactar contra el suelo detonaron con gran fuerza; las ráfagas de ondas expansivas los golpearon bruscamente, tuvieron que cubrirse con ambos brazos para amortiguar el impacto. Cuando terminó, Erza quedó petrificada, mirando a quien en su momento fue compañero de gremio, y recientemente se convirtió en su nuevo romance, con incredulidad. Se negaba a creerlo. Ese no era Natsu.

De pronto Gray salió corriendo como una exhalación hacia él, creó una garrocha con su magia y saltó lo más alto que pudo aún apoyándose en ella, la cual crecía y crecía sin límite; estando lo suficientemente cerca, y tomándolo desprevenido, Gray giró y estiró su pierna derecha, conectando una fuerte patada en el rostro de Natsu. El Dragon Slayer cayó en picada del cielo y se estrelló con gran fuerza contra el suelo, levantando una nube de tierra. Gray aterrizó sobre el techo de una casa y se acercó lo más que pudo a la zona del impacto, cuando llegó a la orilla de la construcción Natsu apareció entre la nube de tierra con puño levantando al nivel de su cabeza y golpeó a Gray; el mago de hielo recibió el puñetazo de lleno sobre la nariz, lo obligó a cerrar los ojos y cayó de espaldas contra el suelo. Natsu lo tomó del cuello y levantó otra vez el puño para volverlo a golpear, pero fue detenido por Erza quien reaccionó a tiempo al someterlo con una llave que inmovilizó ambos brazos.

-¡Natsu, detente!-ordenó, pero se escuchó más como una súplica-¡Somos nosotros, Gray y Erza!

Natsu forcejeaba; se impulsó con ambas piernas hacia atrás, haciendo que Erza perdiera el equilibrio, aprovechó esa apertura para sujetarla del cabello y arrojarla al frente. Erza cayó sobre su pecho, pero reaccionó y giró sobre sí misma para reincorporarse rápidamente; una vez levantada invocó su Armadura De La Emperatriz Del Fuego y desenfundó el par de espadas que colgaban de su cintura.

Examinó detenidamente a Natsu, de pies a cabeza; la mayor parte de él seguía siendo la misma, con excepción de sus dedos, las puntas de ellos se habían deformado hasta convertirse en lo que parecían ser garras de dragón de color negro; sus mejillas estaban cubiertas de escamas del mismo olor; y sus ojos ahora eran en su totalidad blancos. Estaba sufriendo una transformación que no era nada parecida a la que vio cuando comió el Etherion en la Torre Paraíso y despertó su Dragon Force. Ahora era alguien diferente, alguien que, por primera vez, despertó algo en la chica pelirroja: Miedo.

-Natsu...-musitó con el corazón destrozado.

El pelirrosado rugió con fuerza, incluso el suelo vibró cuando lo hizo; Erza ni se inmutó. Natsu dio un paso al frente pero se detuvo, volteó lentamente sobre sus hombros y vio a Gray acercarse a él con una espada hecha de hielo. Ahora eran dos contra uno, ¿Eso será más que suficiente?

-Escúchame, por favor-dijo Erza, su voz casi se quebró al final; carraspeó y cambió su expresión a una más seria-vas a venir con nosotros al gremio y así podremos averiguar qué te está pasando. Por las buenas, o por las malas.

-Agradece que te estamos dando a elegir-comentó Gray. Natsu lo volteó a ver y dislumbró una engreída sonrisa.

-"Por las buenas", dijo ella-se mofó Natsu mirando fijamente a Erza-lástima que...nada será por las buenas.

El suelo comenzó a vibrar bajo los pies de Erza, vibraciones que aumentaban con cada segundo; la pelirroja bajó la mirada por reflejo y vio una grieta formarse, de la cual una luz anaranjada emergía. Supo lo que significaba. El suelo cedió completamente y una llamarada de fuego cubrió a Erza de pies a cabeza; la Armadura De la Emperatriz Del Fuego absorbió la mayor parte del daño, pero no fue suficiente. Natsu cruzó ese muro de fuego y golpeó a Erza en la mandíbula tan fuerte que la mandó a volar. Gray reaccionó y se lanzó sobre Natsu con su espada sobre su cabeza, lanzó el ataque, pero Natsu lo esquivó moviéndose ligeramente hacia atrás y a la izquierda; Gray cayó al suelo, rodó sobre sí mismo y se preparó para atacar una vez más. Natsu dibujó media sonrisa. Gray atacó con su espada con un movimiento ascendente, que fue esquivado por Natsu sin problema; varios ataques fueron realizados y ninguno logró siquiera tocar al Dragon Slayer, Gray se estaba desesperando, hizo crecer su espada un par de medidas más creyendo poder abarcar más espacio. Natsu no se movió y esperó aquél ataque, para luego detenerlo con una sola mano.

-Débil-dijo, apretó la espada y esta se quebró como vidrio. Gray se sorprendió.

-Maldición...-masculló entre dientes antes de ser interrumpido con un golpe en el abdomen por Natsu.

Gray perdió el aire en su interior, se contrajo para mitigar el dolor al mismo tiempo que rodeaba con sus brazos esa área. Natsu se abalanzó sobre él y golpeó su quijada con el codo derecho, luego la garganta con la palma abierta, giró y pateó a Gray para hacerlo perder el equilibrio y caer al suelo. Gray se retorcía de dolor, no podía respirar.

-Lo dije-siseó Natsu caminando hacia él-muy débil.

Erza apareció sobre él, cayendo con el par de espadas preparadas para atacar. Natsu movió el pie derecho hacia atrás mientras que mantuvo quieto el otro, giró, y ambas espadas pasaron al frente y detrás de él. Ni siquiera Erza se había imaginado que esquivaría así su ataque sorpresa, estaba impactada.

-"Erza", ¿Verdad?-cuestionó Natsu al voltear a verla con una engreída expresión-se supone que eres la más fuerte del gremio, ¿O eso es una mentira?

-¿Qué?

Natsu se movió rápidamente y le soltó un puñetazo; en una milésima de segundo Erza cambió su Armadura por otra, la de Adamantino, y se protegió del ataque de Natsu. Al impactar su puño contra el inmenso escudo de Erza provocó una potente onda expansiva que derrumbó las casas que aún se encontraban en pie; en el escudo se hizo una grieta, para después romperse. Erza gritó de dolor, y su armadura fue destruida; la fuerza del impacto la arrojó hacia atrás y cayó al suelo, fue arrastrada unos metros hasta que se detuvo boca abajo.

Erza escupió un poco de sangre mientras veía a Natsu con una filosa mirada; limpió la sangre con el dorso de su mano y se levantó. Natsu, al verla, rió por lo bajo.

-No te rindes, ¿Verdad?

-En Fairy Tail...-comenzó a decir Erza dando un paso tras otro-nunca nos damos por vencidos, mucho menos nos rendimos. Tú deberías saberlo, "Natsu"; aunque empiezo a creer que tú no eres él en realidad.

El Dragon Slayer no cambió su sería expresión. Erza dejó de caminar y siguió hablando.

-El Natsu que yo conozco nunca se contenía, desde pequeño; pero con el tiempo su forma de luchar cambió, por mí poco que haya sido. Él no me desafiaba porque quería vencerme, aunque me lo dijera en voz alta, él luchaba conmigo a modo de entrenamiento. ÉL QUERÍA SUPERARSE.

Natsu rodó los ojos, realizó un rápido movimiento con su mano derecha y una bola de fuego oscuro apareció. Erza cerró los puños.

-En el momento que comenzamos a pelear supe inmediatamente que tú no eres el Natsu que yo conozco, el Natsu que es mi amigo...y el que yo más amo.

-Cierra la boca-dijo Natsu.

-¡Natsu jamás me golpearía con violencia, nunca sometería a un compañero! ¡¡Y NUNCA TRAICIONARÍA A LOS SUYOS!!

-¡¡Cállate!!-exclamó el pelirrosado.

-¡Tú no eres Natsu! ¡Eres sólo un farsante!-Erza manifestó su magia Re-quip y su Armadura Nakagami hizo acto de presencia-¡¡Encontraré al verdadero Natsu y lo salvaré de su influencia!!

-¡¡CALLA...!!-se interrumpió Natsu virando la cabeza hacia la derecha, mantuvo en aquella dirección aquella mirada por unos segundos, luego sonrió-ahí está.

Erza no se dejó engañar por el repentino cambio de actitud de Natsu y se lanzó para atacarlo; el pelirrosado cerró los ojos y tomó una pose defensiva, agarró la muñeca de Erza con la mano izquierda y con la derecha su nuca, le hizo un incapie para que perdiera el equilibrio y la obligó a inclinarse al frente para finalmente hacerla rodar por el suelo hasta chocar contra el tronco de un árbol.

-Lo siento, Erza; pero tengo cosas más importantes qué hacer-dijo, y salió corriendo para perderse entre los arbustos y la oscuridad.

Erza se reincorporó rápidamente y buscó por todos lados a Natsu, no había nadie mas que Gray, quien trotaba hacia ella con la mano posada en su garganta.

-¿Estás bien, Gray?-le preguntó Erza después de regresar a su vestuario habitual.

-Sí...estoy bien-la voz de Gray se escuchaba ronca y entrecortada, pero estaba consciente y de pie, y eso importaba-¿A dónde se fue?

-No lo sé, pero lo voy a seguir-Erza no esperó una respuesta de Gray y comenzó a trotar.

-¡Erza, espera!-vociferó Gray, y como vio que la pelirroja no lo escuchó, o aparentó no hacerlo, la siguió de cerca-¡Voy contigo!

Erza se detuvo en seco y miró a Gray severamente.

-No, Gray. Debes quedarte aquí.

-¿Qué te pasa?-le cuestionó ligeramente ofendido - ¿Porqué me pides que me quede sabiendo de qué es capaz Natsu?

-No es cuestión de Natsu; aquí hay gente que está herida y necesita apoyo mientras las fuerzas armadas del reino llegan.

-¿Cómo sabes que el ejército viene en camino?

-Un pueblo fue atacado, Gray-reafirmó Erza-eso no pasa desapercibido muy fácilmente.

-Erza...-Gray quería replicarle, pero fue interrumpido por la pelirroja.

-Gray, necesito que te quedes. Ayuda a los demás-Erza se acercó a Gray y colocó una mano sobre su hombro-¿Crees que a Juvia se le hubiera negado la ayuda?

Gray suavizó su expresión seria; sí, Erza tenía razón en eso, si estuviera en alguien ayudar a Juvia cuando fue atacada, él desearía que lo hicieran. Por otro lado, dentro de él despertó un poco de cólera porque, para él, Erza lo estaba chantajeando con eso, y eso lo molestó. No le quedó de otra mas que acceder. Erza asintió y salió corriendo para tratar de alcanzar a Natsu, a donde sea que éste haya ido.

Gray, aunque fuera de mala gana, se aventuró en los escombros del pueblo para buscar algunos sobrevivientes, aquellos que no lograron salí a tiempo; aunque en el camino se encontraron con un gran número, los sobrevivientes que encontró fueron demasiados. Cuarenta y dos en total. Todos fueron reunidos en una zona específica, cinco minutos después las fuerzas armadas llegaron; los médicos atendieron a los heridos y organizaron a todos ellos por apellidos. Todo parecía estar en orden, así que Gray no encontraba sentido alguno el quedarse ahí; estaba por irse cuando fue abordado por tres guardias que bloquearon su paso.

-Sí, ya los vi, son muy guapos. Ahora déjenme pasar-espetó Gray sarcásticamente, dio un paso al frente, los guardias hicieron lo mismo y chocaron contra él-¡¿Qué les pasa, tarados?!

-¡Gracias, caballeros!-dijo una voz masculina detrás de ellos. Gray alzó la mirada por encima del trío de estatuas del ejército y encontró al capitán del ejército-ahora yo me encargo.

-Usted es ese capitán que casi nos arresta-señaló Gray con molestia-Jafar, ¿Verdad?

-Lahar-corrigió el hombre en voz firme-tenemos que hablar.

-No quiero otro sermón sobre mi vestimenta-dijo Gray dando media vuelta. El capitán Lahar rodó los ojos y sujetó a Gray de la muñeca para detenerlo.

-No me refiero a eso.

-¿Entonces qué?

-Es sobre tu compañero de gremio, Natsu Dragneel.

Gray se giró rápidamente hacia el capitán con una clara expresión de incógnita.

-¿De qué estás hablando?

-Recibimos muchas llamadas sobre un mago de Fairy Tail...-

-Qué rápido se corre la voz en este pueblo-comentó vagamente Gray.

-La cosa es que...este pueblo no es el primero en ser atacado-dijo el capitán. Gray guardó silencio-los reportes señalan a Natsu como el responsable de cinco ataques, todos en pueblos diferentes; nos movilizamos y reunimos información de cada uno de ellos, todos explicaban cosas diferentes, pero a la vez concordaron en algo: Natsu manifestó magia demoníaca y un cambio radical en su aspecto.

-¿Qué trata de decir que...Natsu se está transformando en un demonio?-interrogó el mago de hielo. El capitán Lahar dejó salir una exhalación.

-Creemos que...Natsu puede estar vinculado con un gremio oscuro-Gray contuvo el aliento-y no cualquier gremio, el líder de la Alianza Balam: Tartaros.

-¡¿QUÉ IDIOTECES ESTÁS DICIENDO?!-exclamó Gray hecho una furia, se zafó del agarre de Lahar y lo señaló agresivamente con el índice-¡¡NATSU NO SERÍA CAPAZ DE SER UN SIRVIENTE DE UN GREMIO OSCURO!!

-¡¡Natsu no es un sirviente!!-intervino el capitán Lahar-¡¡Él es el Maestro!!

Gray palideció, y sintió cómo el mundo giraba a su alrededor. No podía creerlo, no quería creerlo; pero en vista de las circunstancias, y de las evidencias, esa teoría podría ser cierta.

-Natsu...¿Maestro de Tartaros?

Continuará...