El Legado II


Segunda Parte


XXIX

Equipo

parte 1

(Ladrones)


What's going on in that beautiful mind?

I'm on your magical mystery ride

And I'm so dizzy, don't know what hit me, but I'll be alright

My head's under water, but I'm breathing fine

You're crazy and I'm out of my mind

'Cause all of me loves all of you

Love your curves and all your edges

All your perfect imperfections

(All Of Me / Darren Criss)


Semanas atrás


Pese a que sabía que su madre se encontraba sola en su estudio, Lok dio varias vueltas por los pasillos antes de decidirse a golpear la puerta. Debió repetirse en más de una ocasión que sería el futuro rey de Vegetasei, por lo tanto no debía sentirse tan nervioso de hablar con su madre, no tenía sentido acobardarse con la reina cuando algún día tendría que gobernar todo un imperio.

¿Podemos hablar, madre? —preguntó Lok luego de golpear y asomarse.

Claro que sí, Lok —respondió la mujer sentada junto a su escritorio, ocupada en su computador—. Precisamente estoy revisando el itinerario que haremos para tu viaje. Tiene que salir todo bien, es la primera vez que haremos un recorrido tan extenso y no quiero perder ningún detalle.

Pensé que el rey había cancelado toda misión grande hasta que apareciera Kyle —dijo de pie, con las manos en el respaldo del asiento en que debería haberse sentado si su madre no lo intimidara tanto. No podía estar tan cerca de ella para decirle lo que tenía en mente.

Yo me encargaré de hacerlo cambiar de opinión, no te preocupes. Llevamos mucho tiempo preparando este viaje, nada ni nadie lo arruinará, mucho menos mocosas malcriadas.

Hablando de eso, me preocupa Kyle.

Rave dejó de mirar el computador para prestarle atención a su hijo.

No tienes nada de qué preocuparte, querido. Esa niña está llamando la atención del rey, nada más. Como se fue su hermano que la consentía en todo, ahora necesita encontrar a alguien que lo reemplace, y cree que lo va a lograr con el rey. Tú tienes que enfocarte en entrenar y prepararte para tu viaje, nada más.

¿No piensas que la forma en que la trataste podría haber influido en su partida? —A cada palabra que dijo, el volumen de su voz fue bajando, pero su madre pudo escucharlo de todas formas.

¿Me estás culpando por la huida de esa niña? —preguntó ofendida, pero siempre contenida, sin levantar la voz ni acelerarse.

No —se apresuró en responder—. No digo eso, pero ella llevaba un tiempo triste, y luego le dijiste eso, y a los días se marchó.

Lok, estoy muy ocupada educándote y entrenándote para que seas un digno sucesor del rey, no puedo preocuparme de lo que le pase a esa niña. Ella no es mi responsabilidad, tú lo eres.

Pero es mi hermana, y tú siempre me dices lo importante que es que la familia se mantenga unida.

Media hermana —lo corrigió—. Berry y Rasp son tu familia, es de ellos que debes preocuparte.

Rasp fue quien me dijo que viniera a hablar contigo cuando le dije lo que pensaba.

¿Qué más te dijo Rasp?

Que hablar contigo sería como hablar con una piedra, pero tal vez me escucharías, ya que soy tu favorito... —No solo le dijo eso, también mencionó que era el favorito porque era quien la acercaba al poder y el trono, pero no sería capaz de mencionarlo.

Rasp no sabe lo que dice, desde que su prometida murió no es el de siempre, lo cual es una lástima, porque es un excelente guerrero. Te hubiera servido muy bien, pero quizás en un futuro vuelva a sus cabales.

Berry me dijo que no te molestara con tonterías y que no le dijera nada al rey.

Ese es un buen consejo. Al menos tu hermana es sensata —dijo curvando un poco los labios—. ¿Hay algo más de lo que quieras hablar, querido?

No, madre, nada más —dijo apretando el respaldo de la silla. Tenía tanto que quería decir, pero no se atrevía con ella, no podía, y jamás iría con el rey a decirle algo que pudiera ponerla en aprietos. La quería tanto como lo intimidaba.

Perfecto, ahora ve a entrenar, más tarde iré a supervisarte.

Sí, madre. —Salió del lugar totalmente frustrado.


Semanas atrás


¿Y ahora qué quieres hacer? —preguntó Kyle a Gohan cuando salieron de la tienda de comida. Ya habían perdido el sentido del tiempo yendo y viniendo entre tanto local, además como siempre estaba de noche parecía que había pasado mucho menos tiempo.

Estoy cansado —dijo Gohan. Tenía su ropa y rostro sucio por toda la comida que habían probado y le dolía la cabeza por tantas horas en los juegos. Había sido realmente emocionante visitar un planeta diferente al suyo con tantas cosas entretenidas por conocer y probar, y como niño que era no pensó en las posibles consecuencias que acarrearía su desaparición, pero también como todo niño, después de pasarlo bien, al final del día lo único que quería era estar con su mamá—. Extraño a mamá y tiene que estar preocupada, nunca habíamos estado tanto tiempo separados.

Está bien —dijo Kyle resignada—. Vamos a la nave, te enviaré de regreso a Vegetasei.

Los dos caminaron entre la muchedumbre de regreso a la nave.

¿Qué vas a hacer tú? ¿No vas a ir conmigo?

No, no tengo ganas de estar allá. No quiero ver a nadie familiar.

Se van a preocupar.

No me importa, estoy enojada con todo el mundo.

¿Pero yo no sé pilotar naves?

No te preocupes, la dejaré programada, no tendrás que hacer nada, llegará sola.

Te voy a extrañar.

Y yo a ti, pero voy a volver, solo que no sé cuándo, aunque claro, no serán diez años como mi hermano mayor… Me queda un poco de dinero, vamos a comprar comida para tu viaje de regreso.

¿Y qué vas a hacer sin dinero?

Soy una saiyajin y sé mucho sobre naves, lo único que tengo que hacer es encontrar una desatendida y la robaré —dijo sonriendo, y luego agregó al ver la cara de preocupación de Gohan—. Tranquilo, no me pasará nada.

Continuaron caminando y en ningún momento se dieron cuenta cuando un hombre de cabello negro que comía fuera de un local se quedó mirando a la joven princesa. Atónito, le pegó un codazo a su compañero para que dejara de lado el plato de comida y viera a la adolescente que iba con el pequeño niño saiyajin. Los hombres no dijeron nada, pero con solo mirarse se comunicaron todo. Dejaron tirados los platos de comida, se pusieron sus cascos negros que completaba el atuendo de carroñero y caminaron detras de Kyle y Gohan, a un par de metros de distancia para no llamar la atención de los jóvenes saiyajin.


(...)


—¿Nervioso? —preguntó Bulma a Tarble que se encontraba sentado frente a ella en la angosta cocina, mientras Vegeta terminaba de cocinar.

—Un poco —respondió Tarble. En un par de días llegarían al planeta donde se juntarían con Broly antes de continuar su viaje. Ahora sentía que las horas pasaban mucho más lento.

—¿Cuánto tiempo llevan sin verse?

—Dejé de contar luego de los cuatro meses… —Miró hacia atrás a su hermano que estaba ocupado con la comida que ya casi estaba lista, y luego le habló a Bulma en voz baja, solo quería que ella escuchara—. Cuando nos encontremos con Broly todavía estaremos en esta nave pequeña.

—Y se va a sentir más pequeña cuando tengamos que viajar los cuatro en ella —dijo Bulma sonriendo, sabiendo a qué se refería Tarble, pero le gustaba molestarlo.

—Ya sabes a lo que me refiero —dijo y volvió a mirar a su hermano que ni siquiera les estaba prestando atención. Ya era suficiente de bromas a expensas suya y de Broly por un día—. Si pudieran dejarnos solos.

—Está bien, está bien. Puedes estar tranquilo, cuando llegue Broly vamos a desaparecer de la nave por todo el día.

—¿Todo el día? —dijo arqueando las cejas—. Eso es muy poco.

—Tienes razón, han sido varios meses sin verse —dijo pensativa—. Si fuera tú me encerraría con él una semana entera, pero no tenemos tanto tiempo, así que volveremos al otro día, yo me encargo de tu hermano. Me vendrá bien tomar un poco de aire libre e ir de compras.

—Compra lo que quieras, yo pago —dijo de buen ánimo.

—Te prometo que te arrepentirás de haber dicho eso, aunque eres un príncipe dueño de planetas, mis compras no afectarán en nada tu presupuesto —comentó sonriendo. Hace más de un año que no iba de compras ni se consentía, le vendría bien un poco de distracción.

—Ya que últimamente el tema de conversación es Broly —dijo Vegeta una vez que estuvo al lado de la pareja y se sentó en su asiento—. Tengo una pregunta sobre él.

—Ten cuidado con lo que vas a decir —dijo Tarble desconfiado, pero Vegeta no se dio por aludido.

—Quiero saber cuál es el problema que tiene con su ki… Su energía —se corrigió cuando vio la cara de Tarble que no comprendió esa palabra—. Su energía es demasiado inestable, es como una bomba de tiempo.

—¿Qué es eso del ki? —preguntó Tarble, y Bulma puso los ojos en blanco, odiaba cuando Vegeta comenzaba a hablar cualquier cosa relacionada con batallas, poderes, entrenamiento, etc, y a veces Tarble caía.

—Es la energía que tenemos, así la llaman de donde vengo. Entonces, ¿qué pasa con Broly?

—Los scouters solo sirven para leer el nivel de pelea, no para saber si la energía de la persona es inestable o no.

—Aburrido —dijo Bulma, pero ninguno la tomó en cuenta.

—Aprendí a sentir el ki de los seres vivos sin ayuda de ningún aparato, es una técnica medianamente sencilla que…

—¿Qué dijimos sobre hablar de cosas de guerreros en la mesa? —preguntó la joven reprendiéndolos como si se trataran de niños a su cuidado y hubieran dicho una mala palabra.

—Tú lo dijiste, ninguno estuvo de acuerdo —respondió Vegeta mirándola a los ojos, a lo que Bulma miró a Tarble con el ceño fruncido por no haberla apoyado.

—Traidor —dijo la joven a Tarble.

—Lo siento, a veces no es tan aburrido hablar de estas cosas —respondió Tarble.

—Responde la pregunta —insistió Vegeta a su hermano—. Qué es lo que pasa con Broly.

El joven príncipe se tomó unos segundos antes de responder.

—Desde pequeño Broly ha tenido demasiado poder, mucho más que los guerreros de su edad…

—Eso sería una bendición en Vegetasei. ¿Por qué Paragus lo escondía entonces? Todos pensaban que era por la vergüenza de tener un hijo débil.

—Todo lo contrario. El problema de Broly era que tenía tanto poder que no podía contenerlo, y cuando ese poder estallaba perdía totalmente el control.

—¿Qué gatilla ese descontrol?

—No importa —respondió—. Ya está bien y aprendió a controlarlo, no es una bomba de tiempo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? Unos días antes de marcharse de Vegetasei continuaba inestable, mucho más contenido gracias a los entrenamientos para el torneo, pero ahí estaba la bomba de tiempo.

—Porque lo sé. Puede que no lo haya visto, pero hablo a diario con él y sé que está bien.

—¿Alguna vez viste alguno de sus ataques? —preguntó Bulma curiosa.

—Sí —respondió, pero no dijo más. La verdad es que había estado presente en varias ocasiones que Broly perdió el control y varias fueron bastante violentas.

—¿Qué pasó en ese ataque que presenciaste? —preguntó Vegeta.

—Nada grave porque había estado ayudándolo a controlar y comprender su poder. Fue por eso que comenzamos a entrenar juntos.

—¿Y su padre no lo ayudó a manejar su poder en todos estos años? —preguntó Bulma.

—Él solo sabía golpearlo hasta la inconsciencia para detener los ataques —dijo molesto—. Lo único que ha hecho en su vida para ayudar a Broly es desentenderse de él cuando era adolescente, aunque de a ratos vuelve a molestar, creyendo que su hijo aún es un niño que puede controlar.

—Hermosas tradiciones familiares —comentó Bulma. No importaba cuánto tiempo llevara conociendo a los saiyajin, siempre había una historia nueva que la sorprendía y asqueaba.

—Así es cómo funcionan las cosas en ese lugar —comentó Tarble y agradeció que Vegeta regresara a ver el almuerzo.


(...)


—Ahí está, ahí está la nave —dijo ansioso Tarble, de pie entre los dos asientos en la cabina de mando, los cuales eran ocupados por Bulma que era la que pilotaba la nave y Vegeta que ya se había convertido en el copiloto oficial—. ¿No puedes ir un poco más rápido? —preguntó a Bulma al tiempo que se apoyó en ambos respaldos para hacerse hacia adelante y apreciar la nave individual de Broly que ya estaba en tierra junto al guerrero que esperaba de pie junto a ella. Por la distancia aún se veían muy pequeños.

—Paciencia, en unos minutos llegaremos a tierra —dijo Bulma sonriendo, y miró a Vegeta que estaba cruzado de brazos y piernas. Los dos se observaron en silencio, jamás habían visto a Tarble así de animado desde que se reencontraron en Trantor y ahora parecía un adolescente enamorado.

—No importa —dijo, y corrió hacia la salida—. Abre la compuerta y saldré volando. —Estaba desesperado por verlo y abrazarlo, habían pasado demasiados meses sin siquiera verse, y no creía poder soportar un minuto más.

—Está bien, está bien —dijo Bulma de buen humor por ver a su amigo así de feliz. Estiró la mano para bajar la palanca y activar la compuerta, pero Vegeta solo tuvo que poner un dedo para impedírselo—. ¿Vegeta, qué estás haciendo? —preguntó reprendiéndolo, a sabiendas que era por el solo gusto de molestar a su hermano—. No seas infantil.

—Imbécil —murmuró con cara de pocos amigos a Vegeta que simplemente lo miraba sonriendo de lado—. Esto es porque dormí con Bulma.

—Vaya que eres listo —respondió Vegeta.

—No hablen de mí como si no estuviera aquí —reclamó Bulma e intentó bajar la palanca con ambas manos, pero la fuerza de Vegeta fue superior, sobre todo cuando la tomó de la muñeca y la obligó a abandonar su asiento para sentarse en sus piernas. La joven intentó liberarse para poder abrir la compuerta, pero luego de unos segundos terminó cediendo a los encantos del hombre y dejó de luchar para abrazarlo por el cuello.

Tarble puso los ojos en blanco, esta vez su aliada lo había abandonado.


Broly observó la nave descender mientras se preguntaba por qué no habían abierto ya la compuerta para que Tarble saliera a su encuentro y no alargar más la agonía. Había viajado semanas sin escalas para no agregar más días de viaje, por lo que se encontraba desaseado, tremendamente despeinado y con la barba desordenada y dispareja, totalmente diferente a como acostumbraba a estar este último tiempo. Jamás se había preocupado de su apariencia, su cambio actual había sido gradual, casi sin notarlo, todo debido a su nuevo puesto, pero ahora a segundos del tan esperado reencuentro, se dio cuenta de lo mal que lucía y no había tiempo de remediarlo. Le hubiera gustado que Tarble lo hubiera visto ordenado y limpio.

Se sintió mucho más ansioso que momentos atrás cuando la fuerza de los motores de la nave cercana a la tierra levantaron polvo, hojas y agitaron su cabello, despeinándolo más de lo que ya estaba, y antes que alguna parte hiciera contacto con el suelo, la compuerta finalmente bajó.

Tarble corrió por la rampa y antes de llegar al final de ésta de un salto se lanzó a los brazos de Broly que lo atrapó sin problema, retrocediendo un paso por la velocidad que iba Tarble y la fuerza del impacto.

—Ya estás aquí —susurró el príncipe contra la mejilla del guerrero, abrazándolo con brazos y piernas con la misma intensidad que Broly, casi dejándolo sin aire. No quería soltarlo nunca más, tenía miedo que todo se tratara de un sueño, que aún quedaran remanentes del polen en su cuerpo, y una vez más había sido engañado. Si fuese así, esta vez no estaba dispuesto a despertar.

—Aquí estoy —respondió Broly con una calma que no sabía que tenía. Era como si un tremendo peso extra se hubiese caído de su pecho y ahora podía respirar sin problemas.

Se mantuvieron abrazados y en silencio, disfrutando del momento y el calor del otro en aquel estrecho abrazo. Se habían acostumbrado a estar juntos luego de tantos años de amistad que pensaron que no resistirían la separación, pero ahí estaban los dos, en carne y hueso nuevamente juntos para llenarse de energía. Cuando el príncipe sintió la mano de Broly en su nuca, reaccionó y quitó el rostro del cuello solo para ir directo a su boca y darse ese beso que les había quedado pendiente en aquella turbulenta despedida. Qué bien se sentía besar los labios del otro, saborear la lengua invadiendo el interior, la barba que raspaba la piel…

—¿Qué es esto? —preguntó Tarble interrumpiendo el beso, y pasó ambas manos por la barba desordenada. Con sus piernas aún se aferraba a la cintura del guerrero que lo afirmaba con una mano, y la otra libre estaba encargada de pasarla por su espalda—. Me gusta —comentó divertido, observándolo con mayor detenimiento.

—Me dio pereza afeitarme —respondió un tanto avergonzado por su aspecto actual—. Si te molesta puedo...

—No, déjala, me encanta —insistió sin dejar de sonreír, y lo besó un par de veces más en la boca antes de juntar sus frentes. Aún no podían creer que estaban juntos—. ¿Tienes hambre? —preguntó con calma, e intentó ordenar un poco su cabello, pero estaba muy enredado, era un verdadero desastre.

—Muero de hambre, y también necesito una ducha, y a ti —respondió pasando una mano por su mejilla, que Tarble atrapó y besó.

—Puedo complacerte con las tres cosas, vamos. —El joven se soltó de Broly para volver al suelo, pero no tardó en tomarlo de la mano para llevarlo al interior de la nave—. El lugar es pequeño, pero estamos a unos días de cambiar de nave, así que no te desesperes.


—Ups —dijo Bulma cuando apretó un botón del panel que activó la cámara que se encontraba fuera de la nave. En una de las pantallas se pudo ver con claridad a la pareja abrazada y conversando.

—¿Qué estás haciendo? —dijo Vegeta en tono de reproche.

—Estas últimas semanas lo único que hemos escuchado es Broly, Broly, Broly. Al menos quiero ver cómo termina la historia —respondió, aún sentada en las piernas del hombre—. Además no activé el sonido.

—Qué ético de tu parte.

—¿Verdad que sí? —respondió como si no hubiera captado el tono del hombre.

—Algo me dice que vamos a ver más de los enamorados ahora que están juntos, suerte que serán solo unos días compartiendo esta lata de sardinas.

—Se extrañaban mucho, déjalos tranquilos, allá en Vegetasei tenían que estar escondidos, por lo menos que aquí puedan ser completamente ellos… Voy a extrañar a lata de sardinas, fue una nave fiel, además es uno de mis modelos.

Se callaron cuando escucharon la voz animada de Tarble que no dejaba de hablar, poniendo al día a Broly. Desde su asiento vieron entrar a la pareja tomada de la mano y no sabían si era porque la nave era efectivamente pequeña o Broly había crecido más, pero se veía más intimidante que antes, especialmente con la barba y ese aspecto desaseado que contrastaba dramáticamente con Tarble que siempre estaba tan ordenado y limpio.

Tarble continuó hablando camino a su habitación, feliz de no tener que ocultarse y poder estar tranquilamente de la mano con Broly, en estos momentos Vegeta y Bulma habían dejado de existir. Broly, lo miraba atento después de tantos meses de solo escuchar su voz, pero cuando notó a la pareja en el panel de control, respondió con un leve movimiento de cabeza al saludo de mano que Bulma hizo por educación. Con Vegeta simplemente hubo un corto intercambio de miradas y eso fue todo.

—A simple vista ese hombre provoca tanto miedo, y con razón, pero cuando está con Tarble es otro… Son tal para cual —comentó Bulma en cuanto los hombres entraron al cuarto y la puerta se cerró tras ellos.

—Su ki está mucho más estable —dijo Vegeta pensativo—. No es el mismo guerrero que combatió en el torneo.

—¿Qué se supone que es eso? —preguntó Bulma con el ceño fruncido—. ¿Qué clase de chisme es ese?

—¿Chisme? —dijo Vegeta confundido.

—Estoy contando los días para que llegue Ginn y poder hablar con alguien que no solo sepa de peleas o esté en pleno romance, porque con la llegada de Broly no voy a ver a Tarble en un rato… Muy bien —dijo y se puso de pie—. Vámonos de aquí, quiero tomar un poco de aire fresco.

—¿Irnos a dónde? Tenemos que continuar viajando, ya hemos perdido mucho tiempo con este desvío, tenemos que ir por la nave y luego buscar la esfera. Ese es el motivo de todo este viaje.

—Tomémonos un descanso —dijo relajada—. Nosotros tenemos cinco esferas, los otros solo una y si llegan al paradero de la siguiente nos harán un favor encontrándola y luego ustedes pelearan con ellos, mataran a unos pocos y se las quitarán. Será solo un día, llegaremos a tiempo al planeta para reunirnos con Ginn y Raditz y con los hombres de Tarble que traen la nave grande. —Se le acercó y le puso una mano en el hombro—. Vamos de compras a la civilización, por algo rico para comer, y luego buscar un lugar para pasar la noche en una cama grande, no creo que tengas interés de escuchar a tu hermano y Broly haciéndolo todo el día y la noche.

Vegeta le iba a responder lo importante que era volver a enfocarse en las esferas, que no se trataba de un juego ahora que los hombres de Freezer, y tal vez el mismo Freezer estaban buscándolas, pero el ruido de un golpe por algún objeto que cayó al suelo al interior del cuarto de su hermano lo hizo cambiar de opinión.

—Está bien, larguémonos de aquí. —Se levantó de su asiento y no tardó en abandonar la nave.


(...)


Luego de tirar un robot que Bulma dejó en su cuarto y se atravesó en su camino mientras comían la boca del otro, Tarble continuó retrocediendo hasta que terminó aprisionado entre la pared y el cuerpo de Broly. Entre apasionados y sonoros besos por fin volvieron a tocarse y respirar la piel del otro que tanto necesitaban. Ansiosos e incluso algo nerviosos por el tiempo transcurrido, se fueron quitando la ropa, encontrando detalles nuevos en los cuerpos que habían memorizado.

—Has bajado de peso —susurró Broly contra la boca de Tarble luego de quitarle la camiseta. Pasó las manos por su abdomen duro y bajó hasta su pantalones que desabrochó—. ¿Qué pasó con los ejercicios?

—Lo siento, ya me pondré al día —dijo, y se le escapó un suspiro, su cuerpo nuevamente reaccionaba a sus manos. No podía creer que por fin lo tenía con él.

—Yo me encargaré de eso —respondió tomándolo del cuello con fuerza para observar su rostro. Aparentemente Tarble lucía casi igual que la última vez que se vieron, salvo por las marcas oscuras bajo sus ojos, tal como le había advertido. Pasó la mano libre por su cabello siempre ordenado para despeinarlo, justo como le gustaba.

—Sí —dijo Tarble y afirmó con la cabeza una y otra vez. Sí a todo lo que dijera, porque cualquier cosa que saliera de él sería buena para ambos. No esperó más y tiró de su pantalón para terminar de quitárselo, dejándolo desnudo, mientras que a él solo le quedaban los pantalones. Volvió a besarlo en la boca antes de hablar—. Ven, vamos a la ducha.

Tomó a Broly de la mano para llevarlo, pero el guerrero lo jaló de regreso a su cuerpo y a su boca. Otros besos más, otras caricias y apretones desesperados, y sin aviso, Broly levantó a Tarble, a lo que el joven respondió abrazándolo con brazos y piernas, los dos desesperados por ser solo uno. Broly avanzó por el cuarto sin ver por donde iba, estaba demasiado ocupado con los labios del príncipe, cuando su pierna golpeó la cama, haciéndole perder el equilibrio, pero se recuperó luego de dos pasos torpes.

—Cuidado —dijo Tarble riendo—. No exageraba cuando te dije que este lugar era pequeño.

Broly respondió con un gruñido y continuó su camino hacia el baño, reanudando los besos, hasta que pasó por debajo del marco de la puerta y se detuvo por el sonido que hizo la cabeza de Tarble al golpearse con el metal. El joven se llevó la mano al lugar del golpe e hizo una mueca de dolor, pero pronto volvió a reír y esta vez contagió al guerrero que no podía estar de mejor humor.

—No sé cómo has soportado estar en esta nave tanto tiempo —dijo, y lo bajó. El interior del baño era mucho más reducido como para seguir yendo sin estar atentos y en brazos cegados por la pasión, tendrían que calmarse un poco.

—Las ventajas de no ser alto —respondió. Volvió a tomar su mano, la que besó antes de dejarlo finalmente en la tina, no muy grande para Broly, mucho menos para que pudieran disfrutarla los dos, así que solo ocuparían la ducha.

—¿Vienes? —preguntó Broly una vez que abrió la llave de la ducha y dejó que el agua caliente empapara su cabello y cuerpo.

Tarble terminó de quitarse la ropa y pronto estuvo detrás de él. Se encargó de limpiar su cuerpo, pasar la manos con jabón por su piel, y de paso acariciarlo. En el momento que sus manos recorrieron el abdomen del guerrero, Broly las atrapó y Tarble lo envolvió en un abrazo posesivo, respirando con calma contra su piel mojada mientras el agua caliente relajaba ambos cuerpos. En el momento que Broly apretó sus manos y entrelazaron los dedos al igual que los rabos, Tarble besó su espalda.

—Ya estoy aquí —susurró el guerrero.

—Lo sé —respondió, disfrutando del momento, intentando recordar cada detalle.

Levitó un poco para quedar a la altura de Broly y lavarle el cabello, se tomó todo el tiempo del mundo, pues ya estaba a su lado y estarían juntos al menos un mes hasta encontrar la esfera, tan solo había que averiguar cuántas eran en total, lo que podría significar que se alargara el viaje. En lo que continuaba atendiendo su larga cabellera, Broly se volteó y lo abrazó, juntando sus torsos, estuvo un momento quieto dejándolo desenredar el pelo, hasta que no aguantó más y lo tomó de la base del rabo y comenzó a besar su cuello.

—Va a ser difícil seguir así —murmuró aún con las manos en el cabello del hombre, pero también hizo la cabeza hacia atrás para que pudiera besarlo.

—Entonces apresúrate —respondió sin dejar de saborear su cuello y jalar su rabo desde la base. En el momento que tomó su miembro, Tarble dejó su cabello y lo tomó del rostro, obligándolo a besarlo.

Luego de más caricias subidas de tono que estuvieron a punto de salir de control en un espacio demasiado reducido, la pareja se vio obligada a abandonar el baño en dirección a la cama. A punta de besos cayeron sobre el colchón en el que rodaron hasta que Broly terminó sobre el príncipe, ya con los labios hinchados y sensibles por el contacto, recuperando todo el tiempo que estuvieron sin poder besarse. Los gemidos se hicieron más sonoros y los movimientos de caderas de ambos más bruscos, rozando sus miembros duros y húmedos. ¿Cómo pudieron estar tanto tiempo sin el otro? Tarble no reprimió el quejido excitado en voz alta cuando el guerrero atacó su cuello con los dientes, y respondió agarrando su rabo desde la base con fuerza, tirando de este al punto que el dolor y el placer se confundían, haciendo que Broly gimiera y bajara la mano para tomar ambos sexos y estimularlos a la vez.

Cuando Tarble puso las manos en los hombros de Broly para separarlo, el hombre entendió enseguida qué pretendía, por lo que no tardó en alejarse un poco más para permitirle darse vuelta. En cuanto el príncipe estuvo tendido boca abajo, Broly volvió a él y recorrió su espalda con la boca, antes de regresar a su cuello y volver a morderlo, arrancándole otro quejido sonoro. Al momento de penetrarlo, enredó los dedos en su cabello ya despeinado y se movió con vehemencia. Los hombres no se inhibieron al quejarse, dejando salir todo lo que sentía en ese momento luego de tanto tiempo separados.


(...)


—Lo siento si no está muy sabroso. Es Vegeta el que ha cocinado todo este tiempo, así que no me he visto obligado a practicar —dijo una vez que se sentó frente a Broly en la pequeña mesa cuadrada de la angosta cocina.

—Está bien —respondió el hombre engullendo con ganas el contenido del gran plato de comida que Tarble había improvisado para él.

—Hay más en la olla, puedes comer cuanto quieras, ya que por lo visto no quedó tan malo como pensaba —dijo sonriendo. Le encantaba verlo comer con tantas ganas lo que había preparado para él.

—Tú también deberías comer —dijo haciendo una corta pausa para mirarlo, y continuó devorando el estofado.

—Lo haré, pero más tarde. —Apoyó un codo en la mesa, el mentón en la mano y lo observó en silencio.

Ahora que Broly estaba aseado, con ropa limpia y se había amarrado el cabello para poder comer sin problema, Tarble pudo observarlo mejor. La barba lo hacía ver varios años mayor, y se notaba el gran cambio que había sufrido para bien, en su forma de moverse, de hablar, en toda su actitud. Ahora que lo tenía a su lado podía verlo con claridad. Vaya que le había sentado bien su nuevo trabajo.

Luego de devorar la tercera porción y con el hambre medianamente saciada, Broly levantó la vista del plato encontrando los ojos de Tarble. No dijo nada, pues tenía la boca llena de comida, así que se limitó a sacar una pierna fuera de la mesa para luego darse unas palmadas. Tarble aceptó la invitación, y dejó la silla por su pierna, Broly lo abrazó por la cintura con una mano y continuó comiendo, mientras Tarble acariciaba su cabello. Estuvieron otro rato más en silencio disfrutando la compañía del otro y esa paz tan esquiva cuando no estaban juntos.

—Me gusta así —dijo Tarble—. Como cuando vivamos juntos, levantándonos tarde, preocupados no más que del almuerzo.

—Pero yo cocinaré —respondió Broly.

—Dalo por hecho —dijo sonriendo—. En compensación yo haré el desayuno, es más simple, no creo que pueda salir mal.

—Me parece justo, así puedo dormir más.

Tarble le respondió con un beso en la cabeza.

Sus rabos continuaron jugueteando a atraparse.


(...)


—Solo eso para empezar —dijo Bulma al mesero del elegante restaurante donde la pareja pasó a cenar antes de ir a la habitación del hotel donde habían dejado las cientos de cosas que Bulma compró—. Y no olvides la botella de vino, gracias… ¿Pasa algo? —preguntó a Vegeta que estaba de brazos y piernas cruzadas mirando con expresión seria el lugar y a su alrededor—. No te preocupes, acá no habrá tantos servicios como en la cena de Trantor, no vas a tener problemas para usarlos.

Vegeta la observó igual de serio, pero al verla de tan buen humor terminó por relajarse.

—No sé qué hago aquí —dijo finalmente—. Si regresé a este lado de la galaxia fue por un objetivo concreto, no para desviarme de la ruta y mi hermano se juntara con su primer esposo, o para ir de compras, o mucho menos venir a comer a un lugar como este.

—Te entiendo —respondió la joven ansiosa de que llegara el vino. No conocía ninguno de la lista de vinos que le ofrecieron, así que simplemente pidió el más caro—. También suelo obsesionarme cuando tengo algo en mente, pero este mismo viaje sirvió para darme cuenta que tengo que relajarme un poco. Las cosas van a seguir en su lugar aunque nos desviemos un poco.

—¿Con qué cosas te obsesionas? —En ese momento llegó el garzón con la botella de vino, y luego de mostrársela a la pareja, la destapó y sirvió a los dos en sus respectivas copas.

—Generalmente trabajo. Me cuesta delegar porque creo que nadie es tan inteligente como yo como para hacerlo medianamente bien, y casi siempre estoy en lo correcto. —No tardó en beber de la copa y degustar el sabor del vino—. Vamos, solo será un día, luego volveremos a centrarnos en el viaje, las esferas y esos tipos malos que también las buscan.

—Está bien —respondió resignado, y bebió.

Al verlo no muy convencido decidió probar algo.

—Puedes preguntarme lo que quieras —dijo coqueta. Estaba de excelente humor luego de varias horas de compras. Ya no recordaba cuándo fue la última vez que se consintió así.

—¿Lo que quiera? —preguntó evidentemente interesado, pero desconfiado—. ¿No vas a terminar arrojándome un plato o algo si no te gusta lo que te pregunto?

—Claro que no, ¿quién crees que soy? —dijo sonriendo—. Puede que escoja no responder, pero imagino que serás lo suficientemente inteligente para hacer las preguntas adecuadas, y a cambio yo también puedo hacer preguntas.

—Por supuesto que harás preguntas —dijo sonriendo de lado—. Entonces… —la miró directo a los ojos y pensó qué preguntar, pero costaba concentrarse con ese color tan bello. No podía creer que continuara tan prendado de ella. Desde que se había dado cuenta que sentía algo más fuerte por ella había estado ignorándolo, fingiendo que no existía, pero cada vez que se miraban así se acordaba del tema y se daba cuenta que esa sensación extraña continuaba ahí.

—¿Entonces? —preguntó interesada en lo que iba a preguntar.

—¿Qué es esta actitud de princesa guerrera?

—¿Princesa guerrera? —repitió divertida.

—He viajado por muchos planetas y conocido mucha gente y nadie es tan completa como tú que en un momento actúa como princesa mimada que hace cerrar la tienda más cara del lugar para comprar una montaña de ropa innecesaria y en otro momento se enfrenta a un grupo de saiyajin con enormes armas que esconde dentro de su brasier.

—Primero que todo, la ropa y sus accesorios jamás será innecesaria, no es mi culpa que todos los saiyajin vistan similar y no tengan sentido de la moda. Además tu hermano corre con los gastos, no podía desaprovechar esta oportunidad, y segundo, no guardo mis armas en mi brasier, tengo un estuche para eso.

—No te comportabas como si fuera la primera vez en un lugar así, como tampoco actuaste asustada cuando nos atacaron esos saiyajin.

—¿Qué puedo decir? Los primeros años de mi vida fui criada como una princesa mimada, pero todo cambió y durante mi infancia y adolescencia tuve que aprender a defenderme, pero luego cuando me fui a vivir a otro planeta todo cambió y pude volver a mi antigua vida. Ahora te toca a ti responder una pregunta —dijo apresurada cuando lo vio con intenciones de volver a preguntar—. ¿Qué has hecho todos estos años viajando? Ya sé que has conocido muchos planetas y gente, pero no te veo cómodo con situaciones normales como esta, lo que quiere decir que has estado ocupado haciendo otras cosas.

—Soy un guerrero —respondió—. Es lo que sé hacer y en lo que me he centrado toda mi vida, no en hacer amigos o ir de compras.

—Pero alguna mujer debes haber dejado en tu camino.

—Esas son dos preguntas, es mi turno —dijo, y bebió un poco de vino disfrutando de la mirada de la joven. Hubiera preferido una cerveza, pero no estaba para nada malo lo que la mujer había escogido.

—¿Qué pasó con Troy?

—¿Cómo sabes su nombre? —preguntó intentando no sonar tan asombrada, pero él lo notó de todas maneras.

—Es tu turno de responder, no de hacer preguntas, pero puedo decirte que lo mencionaste cuando estabas bajo los efectos de la magia de ese planeta antiguo.

—¿Qué más dije? —preguntó curiosa, y nuevamente bebió de su copa. Estaba casi segura que no había dicho nada comprometedor, de lo contrario él ya se lo hubiera hecho saber.

—Para ser quien puso las reglas, eres una pésima jugadora.

—Está bien… Fue mi último novio, el más serio que he tenido. Llevábamos unos años juntos e íbamos a casarnos, pero no resultó porque los dos estábamos muy concentrados en nuestros trabajos y ninguno estaba dispuesto a ceder. —No dio ninguna información extra de Troy por temor a que Vegeta se diera cuenta que lo conocía, pero pronto pensó que estaba siendo paranoica, existían millones de personas en la galaxia con ese nombre, y sería imposible que Vegeta asociara ese nombre con el rey al que hace muchos años, cuando aún era príncipe, torturó y mató a su hermano mayor. Con ese pensamiento en la cabeza, se cuestionó el estar sentada en un restaurante elegante coqueteando con un hombre así, pero el tiempo y la convivencia le había demostrado que Vegeta no era el mismo de antes, y por mucho que se cuestionara todo, le agradaba conversar con él—. Ahora dime, en todos estos viajes ¿hubo alguna mujer especial?

—No —dijo sin una expresión en su voz.

—Oh, vamos, no me vengas con eso de saiyajin duro sin corazón. Antes pensaba que todos ustedes eran máquinas de matar sin sentimientos, y resulta que la mayoría de los que conozco están en relaciones estables y monógamas. Alguna mujer debe haber por ahí que te haya vuelto loco.

—Trabajé un tiempo para una que me volvió loco, pero no de la manera que te refieres. —Volvió a tomar la copa y terminó todo el contenido de esta justo cuando llegó el garzón con la comida de los dos, salvando al hombre de sentirse más incómodo y expuesto, ya que si había alguien que lo estaba volviendo loco, era Bulma.

—Te prometo que antes que termine esta cita te voy a sacar la verdad.

—¿Otra cita? —preguntó con los ojos bien abiertos—. Esta ya sería la segunda.

—Por supuesto, y para que veas que soy una chica moderna, yo invito. Bueno, en realidad es Tarble, pero pensemos que es mi dinero.

—Tienes que hablarme de esas costumbres de citas de tu raza. ¿Cuál era el nombre de tu planeta? —preguntó como si nunca antes lo hubiera hecho.

—He vivido en tantos lugares que ya no me considero de ningún lugar en particular.

—Bueno, entonces antes de que acabe la noche tal vez te logre sacar la información.

La joven solo sonrió y comenzó a comer la entrada más cara del menú. Para su sorpresa también estaba exquisito aunque no tenía la más remota idea de lo que estaba ingiriendo.


(...)


—¿Estás bien? —susurró Broly a Tarble que estaba callado y se había acomodado sobre su pecho con una pierna encima de la suya.

Una vez que terminaron de comer regresaron a la cama, donde transcurrieron las horas sin darse cuenta.

—Sí —respondió relajado, mientras pasaba la mano por su abdomen. Estaba a punto de quedarse dormido, exhausto por tanto sexo—. ¿Cómo estás tú?

—Muy bien —dijo sonriendo. No dejaba de pasar la mano por el cabello del príncipe, enredando los dedos en la parte de arriba donde tenía el pelo más largo. Pese a que la cama no era muy grande, no podía estar más cómodo con él a su lado, los dos desnudos, con el cuerpo adolorido y las marcas recientes en la piel después de tan fiero encuentro.

—Esta es nueva —murmuró palpando con la yema de los dedos una cicatriz en el costado de su abdomen.

—No fue para tanto.

—Es profunda… ¿Tuviste problemas al pelear?

—Pude controlarme, si es lo que quieres saber.

—Sabía que podrías arreglárselas sin mí —dijo orgulloso.

—Aunque pueda hacerlo, no quiero estar sin ti, no me gustó.

—A mí tampoco, pero ya arreglaremos eso. —Cerró los ojos y se aferró más al cuerpo del guerrero, no quería dejarlo ir.

Broly continuó jugando con su cabello por un rato más hasta que también se durmió.


(...)


Bulma fue la primera en despertar debido al terrible dolor de cabeza que la atacó. Pese a que ya había pasado la hora del desayuno y ya casi era tiempo de almorzar, continuaba con alcohol en la sangre.

—¿En qué estaba pensando? —susurró con la boca seca, incapaz de moverse sin que le provocara un dolor intenso en todo su cuerpo.

Estuvo un rato quieta y sin abrir los ojos, hasta que sintió presión en su abdomen. Era el brazo de Vegeta, que al igual que ella se encontraba desnudo sobre la cama, completamente dormido boca abajo. Cuando miró con atención también se fijó que el rabo del hombre estaba agarrado a su muslo derecho. No podía creer que había perdido ese rechazo casi patológico a los rabos de los saiyajin. Al principio cuando despertaba en medio de la noche y encontraba el rabo de Vegeta cerca de ella, solía alejarlo, pero terminó rindiéndose ya que siempre despertaba con la extremidad del hombre agarrando alguna parte suya.

Vegeta despertó cuando Bulma ya estaba sentada en la cama. Lucía cansado, pero no mal como ella. Observó la habitación y al contemplar el desorden de sillas tiradas, ropa repartida por todo el lugar y una gran cantidad de botellas recordó en parte lo que habían hecho. En su manía por sacarse información se embriagaron y terminaron haciéndolo por todo el cuarto en lugar de seguir conversando.

—Ya deberíamos irnos —dijo mirando a la joven que abrazaba un cojín—. Tenemos que ir por la nave grande y continuar viajando.

—Un momento, me duele todo —respondió Bulma con los ojos cerrados—. Debería haberme centrado en la misión, no en cosas de adolescentes… No tengo edad para embriagarme así.

—No es la primera vez que te veo ebria —dijo sonriendo. No podía negarlo, lo había pasado muy bien.

—Y tampoco es la primera vez que prometo que no beberé más.

—¿Son cosas que se hacen en las citas? —preguntó y se levantó para ir a darse una ducha antes de regresar a la nave.

—Te aseguro que lo que tú y yo hacemos se hace después de muchas más citas. —Volvió a recostarse en el colchón. Si de ella dependiera continuaría durmiendo todo el día—. Debería estar concentrada en la misión y en mi trabajo —se reprendió en voz baja—, pero me gustas tanto que me comporto como adolescente torpe —dijo sin darse cuenta, e inmediatamente levantó la vista buscando a Vegeta, pero el hombre ya había entrado al baño y afortunadamente no había escuchado eso último. Fue tanta la impresión que casi se le quitó la resaca.

Se levantó con intención de pedir un café cargado a la habitación o lo que fuera para despertar y no volver a bajar la guardia. Miró por todo el lugar, pero estaba tan desordenado con las bolsas de las compras en el suelo y las cosas tiradas que no supo dónde demonios se encontraba el teléfono para llamar.


(...)


—Revivir a tu mamá —repitió Broly detrás de Tarble mientras le masajeaba un hombro y el cuello con ambas manos. Los hombres estaban fuera de la nave, al aire libre y se alistaban para entrenar por insistencia del guerrero que primero quiso preparar el cuerpo del príncipe, ya que había perdido la costumbre luego de tantos meses sin un entrenamiento decente, además a ambos les encantaba tener cualquier excusa para masajearse—. ¿Las esferas pueden hacer eso?

—Cumplen cualquier deseo, así que tengo que intentarlo. —Se aguantó el quejido de dolor cuando Broly le movió la cabeza con más brusquedad al punto de hacerle sonar el cuello—. No merecía morir así, lo único que quería era tener a Kyle en un lugar tranquilo, alejado de toda la muerte de Vegetasei y si tengo la oportunidad de reunirla con su hija, no me perdonaría si no la tomo.

—Entonces robaremos el deseo —dijo como si fuera lo más sencillo de hacer, y luego comenzó a masajear el otro hombro de Tarble junto con esa parte del cuello.

—¿No crees que es incorrecto? —preguntó pensativo—. Revivir a alguien que lleva tanto tiempo muerto.

—¿Acaso importa? Es para Kyle.

—Sí, tienes razón. Ya lo ha pasado bastante mal al enterarse de toda la verdad de esa manera, merece algo bueno. —Frunció el ceño al recordar que no tenía idea de su paradero—. Aunque luego de revivir a mi mamá vamos a tener que buscarla, más le vale que se digne a decirme su parade… —Esta vez no pudo aguantar el pequeño grito de sorpresa cuando Broly le movió la cabeza hacia el otro lado.

—Tranquilo, cuando terminemos aquí iremos por Kyle.

—Está bien, un problema a la vez.

Los hombres guardaron silencio cuando notaron a lo lejos a Vegeta con Bulma en brazos. Vegeta no volaba tan rápido, así que se tardó un poco en tocar tierra.

—¿Todo bien? —preguntó Tarble al ver a Bulma tan pálida, además del hecho que regresaron mucho más tarde de lo que había dicho.

—Sí —respondió desganada y ojerosa—. Si quieren partir que alguien más pilotee, yo necesito dormir. —Entró a la nave directo a su habitación para descansar, más tarde se encargaría de ver todo lo que compró y que por suerte guardó en un par de cápsulas, de lo contrario hubiese sido todo un lío transportarlas.

—Hay comida de ayer si tienes hambre —dijo Tarble a Vegeta que también iba hacia el interior de la nave.

—¿La hiciste tú? —preguntó el hombre, volteando para ver a su hermano.

—Sí —dijo desconfiado, ya arrepentido por el gesto que había sido sin pensar.

—Entonces paso, ya vomité lo suficiente antes de venir —respondió y continuó su camino.

Tarble le frunció el ceño, pero no le dijo nada, ya que vio a Broly con cara de pocos amigos e intenciones de responderle.

—Era una broma —se apresuró en decir.

—Es un imbécil —dijo el guerrero.

—Sí, pero era una broma, no te enojes —dijo amistoso—. ¿Vamos a entrenar o no? —preguntó sonriendo.

—Ya no, larguémonos de aquí y vamos por la otra nave —dijo, y se fue hacia el interior de la nave. Tarble lo siguió sin protestar.

—Solo serán unos días de viaje —se dijo en voz baja.


(...)


—Mañana en la noche llegaremos al planeta —dijo Tarble que estaba boca abajo sobre la cama leyendo de su tableta electrónica.

—Por fin —respondió Broly tirado en el suelo haciendo abdominales.

—No ha sido tan malo.

—No me gustan los lugares cerrados y pequeños.

—Lo sé, pero ya queda poco, paciencia. Mandé a buscar una de las naves de rescate, tendremos espacio de sobra y podremos estar solos sin que nadie nos moleste.

—Y vamos a poder entrenar.

—Claro —respondió forzando una sonrisa. Sabía que no tenía otra opción y que después hasta terminaría disfrutando ciertos momentos del entrenamiento, pero ahora se había acostumbrado a que nadie lo golpeara.

La pareja estuvo en silencio un rato, Tarble entretenido leyendo y Broly ejercitándose para no volverse loco en tan pequeña nave. Cuando el guerrero terminó la ronda de abdominales se mantuvo sentado en el suelo un momento mirando a Tarble concentrado en la lectura. Sin decir nada, se subió a la cama, se acomodó a su lado apoyando la cabeza sobre su espalda y le metió la mano bajo la camiseta para tocar directo su piel.

—Aún apestas a ella —dijo en un susurro, con el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó dejando la tableta de lado.

—Bulma, apestas a sea lo que sea que se ponga.

—Tú sí que tienes un olfato fino. —Se volteó para mirarlo y ahora Broly quedó a la altura de su abdomen—. La última vez que dormimos juntos fue una semana antes de que llegaras.

—¿No tiene a tu hermano para eso? —preguntó serio.

—Sí, pero tienen una dinámica bastante agotadora, aunque ahora se han llevado mucho mejor.

Broly le respondió con un gruñido y se acomodó hasta quedar sobre el joven. Solo se dieron un par de besos hasta que golpearon la puerta desde afuera.

—Está lista la comida —exclamó Bulma—. Dejen lo que esten haciendo y vengan, o después no quedará nada.

—Al menos ahora golpea, pero solo porque estás tú —dijo Tarble sonriendo. Le dio un beso más antes de alejarlo con los brazos—. Vamos a comer, tengo hambre.

—Está bien —dijo sin muchas ganas. Solo sería un día más, luego podría estar más tiempo a solas. No estaba acostumbrado a estar en lugares tan pequeños con tanta gente.


—¿Comían carne de esas cosas verdes que usan para entrenar? —preguntó Bulma horrorizada.

—Su nombre es Saibaman, y no, nosotros no comíamos —respondió Tarble animado con la conversación, al igual que Bulma—, pero hay gente que la vende en el mercado.

Ya que no había suficiente espacio en la cocina para los cuatro, estaban sentados en el suelo de la sala de control.

—Estaba la creencia entre los guerreros de tercera clase que comer su carne servía para mejorar el rendimiento de los combates —dijo Vegeta.

—Yo una vez escuché a unos soldados decir que molían las garras y la mezclaban con alcohol para tener mejor rendimiento sexual —comentó Tarble con cara de desagrado.

—Por qué todo lo que hace su gente es tan raro —se quejó Bulma—. Me van a quitar el apetito.

—Si vieras lo que hacen esas bestias ya no querrías comer más —dijo Vegeta, a lo que Bulma respondió con un golpe en su brazo.

—No quiero saber.

—A esas bestias las sacaron de su planeta para matarlas a su antojo —dijo Broly que había estado callado concentrado en la comida sin decir nada hasta ahora.

—¿Qué pasó? —preguntó Vegeta—. ¿Papi no te regaló uno para jugar cuando pequeño?

—¿Te crees muy gracioso? —preguntó con la misma serenidad de siempre, pero esta vez sonaba intimidante pese a no cambiar el tono. Tal vez por la manera en que lo miraba, como si estuviera a punto de ponerse de pie para golpearlo. Por supuesto, Vegeta continuó con su sonrisa altanera y no se sintió para nada intimidado.

—Hablemos de otro tema—respondió Bulma justo antes que Vegeta abriera la boca, al mismo tiempo que Tarble apoyaba una mano en la pierna de Broly y le daba un ligero apretón—. Estamos comiendo el último pedazo de carne que queda, no quiero arruinarlo al seguir hablando de esas criaturas tan desagradables.

Cuando Vegeta miró a Bulma, esta le hizo una mueca para que se comportara, pero el saiyajin no se dio por aludido y siguió disfrutando de la comida.

—Hablé con Ginn —se apresuró Tarble en decir—. Ya llegaron al planeta donde nos reuniremos.

—¿Se comunicó contigo? —dijo Vegeta mirándolo.

—Sí, tiene ganas de romperte la cara y no quería que la persuadieras.

Mientras comía, Broly levantó las cejas ante el comentario de Tarble, y Vegeta no quiso dejarlo pasar.

—Si también quieres romperme la cara, Broly, tendrás que ponerte a la fila —dijo sonriendo mirándolo a los ojos.

—No me gusta esperar —respondió Broly con ojos fríos.

Bulma y Tarble se volvieron a mirar con los ojos bien abiertos sin entender qué había pasado ahora. Tarble volvió a poner una mano en la pierna de Broly y Bulma se apresuró en interrumpirlos.

—¿Están conscientes los dos que si pelean acá la nave no podría resistirlo y terminaríamos todos muertos en el espacio?

Ya que ni Vegeta ni Broly respondieron por estar mirándose, Tarble intervino.

—En la nave nueva hay espacio suficiente para entrenar, pero estoy hablando de entrenar, no enfrascarse en un combate a muerte —dijo firme para que lo entendieran.

—Me vendrá bien una sesión de entrenamiento duro —dijo Vegeta.

—Así será —respondió Broly.

Los dos hombres volvieron a centrarse en su comida y sus respectivas parejas se miraron sin entender, pero al parecer la alarma de peligro se había desactivado... por ahora.

—Vamos a necesitar una habitación grande solo para toda la testosterona —susurró Bulma—. Qué terrible.


(...)


Al momento de poner un pie fuera de la nave, Vegeta cayó al suelo por el golpe de puño que le dio Ginn quien había estado deseando que llegara el momento.

—¿Satisfecha? —dijo, y se limpió la sangre de la boca. Se movió un poco para ver a Raditz que estaba a unos metros detrás de ella y no lucía mal como Ginn le había dicho en su última conversación. Su ki estaba un tanto inquieto, pero estaba en reposo, no sentía nada raro en él.

—Debería romperte cada hueso —respondió la guerrera más calmada—. Pero tenemos trabajo que hacer, así que será una vez que rompamos los huesos de los bastardos que nos robaron la esfera.

—La nave llega en un día, paciencia —dijo Tarble a Ginn cuando salió de la nave con Broly tras él. Se saludaron y fueron hacia Raditz para aprovechar de estirar las piernas y tomar aire libre.

—¿Una menos en la fila? —comentó Bulma cuando salió de la nave y vio a Vegeta de pie limpiando la sangre—. No quiero imaginarme cuántos más hay.

—Al menos están los que nos quitaron la esfera, y yo de nuevo cada vez que me acuerdo todo lo que tuve que cuidar a Raditz —respondió Ginn luego de saludar a Bulma.

—Bien —dijo Bulma con las manos en las caderas—. Oficialmente me ha afectado tanta convivencia con los saiyajin. No me impresiona nada toda esta violencia.

—Pobre y traumada niña —le dijo Vegeta, levantando una ceja.


(...)


—Ya estoy harta de lata de sardinas —dijo Bulma a Vegeta mientras bajaban de la nave para tomar un poco de aire—. Es demasiado pequeña para seis personas, y dos de las personas miden casi dos metros, eso no es normal.

—No se lo vayas a mencionar, son sensibles al respecto —respondió el hombre, sacando una sonrisa en Bulma.

—Al menos en un día llegará la nave nueva y podremos tener algo de privacidad.

Cuando la pareja salió al exterior encontró a los cuatro saiyajin a varios metros de distancia, sentados alrededor de una fogata. Alguno de ellos había cazado un gran animal salvaje del sector y Raditz estaba ocupado asando la carne, mientras conversaban y compartían cerveza, que era lo único que quedaba. La noche estaba fría y al no haber civilización a cientos de kilómetros, no había luces que contaminaran el lugar, por lo que las estrellas brillaban como nunca en ese cielo nocturno.

Vegeta caminó cuando el aroma de la carne se adentró en sus fosas nasales, pero se detuvo cuando Bulma lo llamó.

—Hace días que no tenemos privacidad en la nave.

—¿Cuál es tu punto? —preguntó mirándola, pero no tardó en volver a mirar hacia la fogata. No le llamaba la atención la idea de ir a sentarse como otra pareja, ya que los encontraba demasiado melosos. Tal vez Raditz y Ginn no caían al extremo de su hermano y Broly, pero luego del accidente que tuvo el grandote, Ginn andaba demasiado afectiva con él.

—Que podríamos ir a encerrarnos al cuarto y hacer lo que queramos tranquilos por al menos… —Miró el tamaño del animal y calculó cuánto debía faltarle para que estuviera listo—. Una hora.

Vegeta no respondió enseguida. La carne olía tan bien, y era obvio que nadie le iba a guardar un pedazo de carne. Cuando vio a Broly acariciar con el pulgar la nuca de su hermano y este luego lo atrajo para darle un corto beso en la boca fue suficiente para él. Su lado saiyajin salió a flote y decidió que la carne no era esencial.

—Espero que sepas mejor que esa carne —dijo, y le hizo un gesto con la mano para que Bulma pasara antes que él.

—A estas alturas ya deberías saber que es así. —Se apresuraron en ir a su habitación y disfrutar el tiempo juntos a solas.


(...)


—Vaya —exclamó Ginn al ver la nueva nave—. Esta sí que es una nave.

—Es la más moderna que tengo —dijo Tarble orgulloso, también mirando la inmensa embarcación descender en el terreno solitario que escogieron para el encuentro.

—Y es uno de mis mejores trabajos —comentó Bulma orgullosa. La nave era una de las embarcaciones de rescate que disfrazaban como crucero de guerra, y tenía capacidad para al menos quinientas personas cómodamente más la tripulación y soldados. Todos los saiyajin estaban impresionados viendo el monstruo de nave en la que viajarían.

—¿Y esta nave es tuya? —preguntó Ginn al príncipe.

—Así es.

—¿Cuántas naves tienes?

—De estas, solo diez —respondió Broly, que era el que estaba más actualizado con las pertenencias de Tarble, ya que era el encargado de todo.

—Entonces tienes más —exclamó la guerrera asombrada—. Pese a ser el hijo menos querido del rey Vegeta sí que tienes recursos. —Le dio un codazo a Bulma y agregó—. Definitivamente te equivocaste de príncipe, el hermano menor es mucho mejor partido que el otro que no tiene ni para una nave personal.

—Escuché eso —dijo Vegeta mirándola con cara de pocos amigos. Ginn lo observó de vuelta y no tardó en enfrentarlo y responderle—. Es lo mínimo después de lo que pasó, Vegeta, no me pongas esa cara.

Raditz no pudo evitar llevarse la mano al abdomen.


(...)


En cuanto Vegeta entró a su nueva habitación dejó su bolso con sus pocas pertenencias sobre una mesa y se lanzó sobre la espaciosa cama. No se había tomado la molestia de revisar el resto de las habitaciones, habían tantas que solo se acomodó en la primera que encontró. Al menos en esta nave el viaje que quedaba sería mucho más agradable y ya no correría el riesgo de toparse con todos a cada segundo, podría tener sus momentos de soledad que tanto disfrutaba y no tenía desde hace tiempo.

—Una nave tan grande y no hay ningún aparato para cargar las cosas —dijo Bulma molesta, mientras entraba al cuarto arrastrando al menos cuatro bolsos cargados con ropa que compró con el dinero de Tarble, herramientas y partes de los pequeños robots en los que había trabajado para entretenerse desde que comenzó la travesía.

Vegeta se sentó y la observó en silencio y sobretodo confundido. La paz y quietud no habían durado mucho.

—Tienes cápsulas para meter todo eso en el bolsillo de tu pantalón —dijo desde su lugar. No entendía qué hacía en su cuarto con todas esas cosas, considerando que había gran cantidad de habitaciones para escoger.

—Están metidas en alguno de los bolsos, no las puedo encontrar, ya aparecerán —dijo tranquila, ya que siempre terminaba encontrando todo en su metódico desorden. Cansada de arrastrar los bolsos, los soltó y se llevó las manos a las caderas—. Si tan solo hubiera un caballero que pudiera ayudarme.

—Pensé que era un despreciable saiyajin —respondió, y se puso de pie para tomar las cosas de la mujer y dejarlas en un rincón del lugar, de lo contrario se quedarían ahí hasta el final de los tiempos.

—Tienes tus buenos momentos —dijo cerrándole un ojo.

Luego de acomodar los bolsos, Vegeta se volteó con la intención de preguntarle por qué no buscaba un cuarto para ella sola, pero la joven ya estaba al medio de la cama, disfrutando del colchón mucho más cómodo y grande del que compartieron en la lata de sardinas.

—Tenemos una reunión —murmuró el hombre que decidió olvidar por completo el hecho de que Bulma escogió seguir compartiendo cuarto pese a haber tantas opciones donde estar.

—No creo que pase nada por llegar un rato tarde —respondió Bulma, con mirada sugerente, recostada en la cama. No lo había pensado, ni siquiera se había cuestionado la decisión de compartir cuarto con Vegeta, ya que después de tantos meses viajando juntos y compartiendo en un espacio reducido se había acostumbrado a él, y por nada del mundo desperdiciaría la oportunidad de dormir bien, el sexo con Vegeta era mejor que cualquier botella de vino o pastilla para dormir.

—Tenemos asuntos importantes que tratar —respondió Vegeta, cruzado de brazos y sin intenciones de ir a la reunión por el momento. Sonrió ladino cuando ella separó las piernas. Llevaba un pantalón que se ajustaba a sus curvas y que muy pronto ya no necesitaría.

—Puedes ir si quieres, pero yo necesito descansar. Fue estresante compartir esa nave diminuta con tantas personas. —Sonrió cuando el hombre se subió en la cama y se puso sobre ella. Continuaba tan prendida a él como desde el primer día, o tal vez mucho más que antes, solo que no era capaz de darse cuenta.

—Sí que eres un problema —dijo Vegeta contra su boca, y volvió a sonreír cuando ella le pasó la punta de la lengua por los labios—. Este asunto es delicado —susurró intentando sonar serio, pero era difícil con ella moviendo las caderas y besándolo en la boca.

—Ya te lo dije, que ellos encuentren la esfera por nosotros y luego ustedes hacen lo que tanto les gusta, se comportan como unos brutos, se dan de golpes, y se las quitan.

—¿Y asunto arreglado?

—Asunto arreglado. Mi plan no tiene fallas, ya vas a ver —dijo mientras le acariciaba los labios con la punta de los dedos. Le encantaba la boca de ese hombre.

No volvieron a hablar y se besaron.


(...)


—Creo que es el cuarto del capitán de la nave —dijo Tarble a Broly en cuanto entraron a su nueva habitación, al menos seis veces más grande que la anterior, con una cama grande y un baño espacioso para no golpearse ante cada paso.

—Me gusta —dijo Broly a su lado. Ambos hombres llevaban un bolso con sus objetos personales.

—Entonces, vamos a estar en esta nave al menos un mes —dijo, justo cuando Broly apretó el botón del muro para que la puerta se cerrara tras ellos, luego de eso le puso la mano en la nuca y la acarició con el pulgar.

—Me gusta —volvió a decir. Los dos contemplaron la cama por un momento y luego se miraron.

Casi al mismo tiempo dejaron caer los bolsos y saltaron a la boca del otro. Los días que estuvieron en una nave pequeña ciertamente habían intimado, pero no era lo mismo a como estaban acostumbrados en Vegetasei, que tenían lugares cómodos, amplios, y sobretodo privados.

En cuanto llegaron a la cama rodaron en ella y se quitaron la ropa a tirones, entre caricias y apasionados besos. La reunión podía esperar un poco.


(...)


—Me encanta este lugar —dijo Ginn luego que se tiró en la cama—. Odio estar tanto tiempo en las naves individuales.

Raditz dejó las cosas de ambos sobre unas sillas y se sentó a los pies de la cómoda cama. Al menos ahora podría descansar en un lugar amplio, tampoco le agradaba estar largas temporadas metido en las naves esféricas, especialmente ahora que aún sentía dolores en el abdomen.

—Seguramente tendrá algún lugar para entrenar.

—Es posible —respondió Ginn luego que lo abrazara por atrás y besara su cuello—. Pero ahora podríamos relajarnos, hemos viajado tanto, y te extrañaba.

El hombre volteó un poco para responderle el beso y de paso acarició su rostro, pero cuando ella quiso atraerlo para más, se puso de pie.

—Tenemos que ir a la reunión. Quiero saber en qué fue lo que nos metimos —dijo ansioso.

—Sí, claro, pero nadie va a llegar puntual, te lo aseguro —respondió de buen humor. Hacía mucho que no tenían sexo y le hacía falta. Él le hacía falta—. Vamos a tomar una ducha y luego iremos a esa dichosa junta. Tenemos tiempo de sobra para ponernos de acuerdo y prepararnos.

—Luego —respondió distraído—. Voy a buscar un salón para que podamos entrenar enseguida, no hay tiempo que perder. —Se le acercó para besar su boca antes de abandonar el cuarto.

—Claro que entrenaremos, pero primero deberías descan…

—Estoy bien —se apresuró en decir, antes que ella volviera a demostrar preocupación por su estado de salud. Se marchó para no hablar más del tema y buscar un lugar lo suficientemente espacioso y seguro para volver a estar en forma.

Ginn permaneció en la cama sin saber si acompañarlo o irse a duchar. Finalmente decidió dejarlo un rato a solas y se metió al baño, luego iría por él.


(...)


—Ya hice los cálculos, y a la velocidad que va la nave de los hombres de ese tal Freezer, podremos darle alcance a tiempo antes que lleguen al planeta de la siguiente esfera —dijo Bulma. Todos se encontraban reunidos alrededor de una mesa larga oscura que usaban para reuniones importantes. Bulma tenía su computador encendido y luego de que Ginn y Raditz contaron lo vivido con el tipo que les quitó la esfera, fue su turno para decir lo que sabía sobre las esferas y explicar la situación a todos los saiyajin presentes—. Intentaré darle mayor potencia al radar, pero por ahora no me muestra otra esfera. Si tenemos suerte tal vez sean solo siete, y este viaje no duraría mucho.

—¿Estás segura sobre alcanzarlos antes que lleguen al siguiente planeta? —preguntó Broly—. Tienen mucha ventaja.

—Claro que sí. Mis cálculos nunca fallan —respondió un tanto ofendida, pero Broly no cambió su expresión seria—. Sabemos perfectamente dónde están gracias a que el radar me indica la ubicación de la esfera que consiguieron. Además mientras viajamos puedo trabajar en la nave y hacerla más rápida. Nadie la conoce mejor que yo.

—Si les quitamos al niño que llevaban de rehén podríamos saber más de las esferas —dijo Tarble que estaba sentado al lado de Broly. Raditz y Ginn estaban al frente de ellos, mientras que Bulma estaba a un extremo de la mesa, y Vegeta, el único de pie, en la otra punta.

—Los mataron a todos —dijo Raditz con el rostro lleno de sombras—. No dejaron a nadie vivo pese a que ya tenían la esfera en su poder.

—No creo que hayan matado al niño —dijo Vegeta cruzado de brazos—. Les sirve.

—¿Por qué estás tan seguro? —preguntó Raditz sin dejar de mirarlo.

—Porque es especial, y si no lo mataron después de tanto tiempo con ellos, no lo harán ahora. No al menos hasta que pidan el deseo.

—Probablemente Vegeta tiene razón —dijo Ginn a Raditz, sin su acostumbrado buen humor—. Mientras estabas inconsciente terminé de enterrar todos los cuerpos, y no lo encontré a él.

Raditz no dijo nada cuando la sensación de impotencia volvió a invadirlo.

—Realmente nos serviría conseguir a ese niño del que hablan —dijo Bulma—. Ni siquiera sabemos cómo se activa el dragón, si solo se juntan las esferas y ya, o hay que hacer algo más.

—¿Tú conocías al niño, no? —dijo Ginn a Vegeta—. Tal vez si te reconoce...

—Me va a reconocer —dijo Vegeta sin una emoción en el rostro—. Fui yo quien lo sacó de su planeta y se lo entregó a Freezer. Tendrá que ser alguien más.

—Ahora entiendo el terror al reconocer nuestros rabos —dijo Raditz, y se dirigió a Vegeta con tono acusatorio—. ¿Qué le hiciste a ese niño?

—Hice lo que tuve que hacer para ganarme la confianza de Freezer —dijo a la defensiva. Jamás le había importado lo que los demás pensaban de él, pero podía sentir la mirada de Bulma sobre él y eso lo incomodó.

—¿Y eso significó lastimar niños? —dijo Broly, también mirándolo con severidad.

—Si no me equivoco en este cuarto hay mayoritariamente guerreros saiyajin —respondió Vegeta a Raditz y Broly que eran quienes lo juzgaban—. No actúen como si jamás en su vida hubieran purgado un planeta y matado a niños. Todos los que estamos aquí lo hemos hecho. —Cuando terminó de hablar su mirada se encontró con la de Bulma, pero la joven la desvió cuando encendió un cigarro.

—Estamos aquí para organizarlos y saber qué nos encontraremos más adelante —dijo Tarble conciliador—. Si comenzamos a hablar de los errores de cada uno no saldremos jamás de esta habitación.

—Entonces yo quiero saber para qué estamos buscando la esfera —dijo Raditz—. Cuál es el deseo que pretendes pedir, porque no hace mucho estuviste trabajando para ese Freezer, ¿no?

—Trabajé para él para descubrir su punto débil y eliminarlo —dijo con la mandíbula tensa. No le gustaba hablar de su vida, pero ya no le quedaba otra opción, pues no podría enfrentarse solo a los hombres de Freezer—. Pero no tiene, y es por eso que le robé las esferas y escapé.

—Qué tú no le hayas encontrado un punto débil no significa que no tenga —dijo Broly cruzado de brazos.

—No estás hablando con un inexperto —respondió Vegeta, con mucho menos paciencia—. Freezer no se compara a nada de lo que hayan visto, y más nos vale que no esté en la nave que estamos siguiendo, porque necesitaríamos una vida entera entrenando para intentar hacerle frente.

—¿Entonces el deseo es para pedir que muera? —preguntó Ginn.

—O averiguar una forma de detenerlo. No sé qué alcance pueda tener ese dragón.

—Entonces todo esto es porque eres una especie de héroe —dijo Broly con tono cínico.

—Todo esto es para eliminar a ese hijo de puta, nada más. Puedo llegar muy lejos con tal de matar a alguien —dijo con tono amenazador.

—Hay algo que me inquieta —dijo Tarble antes que los ánimos se caldearan nuevamente—. Nosotros sabemos la ubicación de ellos gracias al radar, pero ellos también deben saber que cinco esferas se están acercando.

—Puedo encargarme de eso —dijo Bulma pensativa—. Puedo hacer algo para bloquear la señal de las esferas, pero no sé qué tan sensible es el radar de ellos.

—No es de calidad —dijo Vegeta.

—¿Y no pudieron haberlo mejorado? Ha pasado un tiempo desde que escapaste de ellos —comentó Tarble.

—Su radar era un computador gigante que destruí antes de escapar. Conozco a la mujer que lo construyó, es la única con la inteligencia capaz de hacerlo, y lo hizo inexacto a propósito para que no les fuera fácil encontrarlas.

A Bulma nuevamente se le cruzó en la cabeza la imagen de Mai. Qué ganas de ser directa y preguntarle a Vegeta por ella, pero sería exponerse demasiado. No le quedaba otra que esperar antes de hacer algo al respecto y hablar con Yamcha.

—Entonces ahora no nos queda otra más que entrenar para prepararnos y esperar a encontrarnos con esos tipos para quitarles las esferas —dijo Ginn.

—Exactamente —respondió Vegeta.

—Va a ser una sorpresa para tus amigos cuando se encuentren con Argon —comentó Ginn bromeando.

—¿Argon? —preguntó Tarble.

—Es como me hacía llamar —respondió Vegeta, mirando a Tarble. Los hermanos se quedaron mirando, pero se distrajeron cuando Broly le habló a Vegeta.

—Quiero que nos enseñes a detectar la energía de las personas sin los radares.

—¿Se puede hacer eso? —preguntó Raditz.

—Cuando entrenamos para el torneo ninguno pudo encontrar a Ginn gracias a su velocidad, salvo tú, Vegeta, ¿o me equivoco? Es porque podías sentir su energía.

—Está bien, lo haré —respondió el hombre.

—Muy bien, entonces vámonos a entrenar antes de que comience otra discusión —dijo Ginn animada, dándole un golpe a la mesa.


(...)


—Esto no es necesario —dijo Raditz sentado en la camilla de la enfermería. Un lugar bastante completo para atender las necesidades de los guerreros y la gente rescatada que lo necesitase. Broly se encontraba a su lado, mientras que Ginn y Tarble estaban un poco más apartados.

—Oh, vamos, serán solo unos minutos —dijo Ginn cruzada de brazos—. Pese al tiempo que pasó sigues con dolores por ese ataque que casi te mató, eso no es normal para nosotros, y…

—Está bien, está bien —se apresuró en decir para que Ginn no continuara hablando sobre el tema. Se quitó la camiseta y se recostó para que Broly lo revisara, ya que en la habitación era el que más sabía cómo hacer heridas y chequearlas.

—Aún no cierra por completo —murmuró Broly.

—No, aún no, pero estoy bien.

—¿No hay tanque de recuperación en esta nave? Quizás qué tenía ese cerdo asqueroso en las garras que ni siquiera el líquido del tanque va a ayudar —comentó Ginn molesta, y no insistió más cuando Tarble le dio un codazo disimulado—. ¿Qué? —preguntó en voz baja.

Tarble le indicó con el rostro que mirara a Raditz. El hombre estaba en silencio con la mirada perdida en el techo y lucía bastante incómodo mientras Broly lo revisaba y conversaba con él.

—Sé una guerrera, no su madre —le susurró a Ginn.

—Ya sé —dijo contenida para que los hombres no escucharan la conversación—. Es que me asustó mucho cuando lo vi ahí tirado casi muerto con un agujero en el estómago y los pulmones llenos de agua.

—Lo sé, imagino cómo debió ser, pero él dice que está bien, y es su orgullo el que debe estar resentido.

—Sí tú eres capaz de ver eso y yo no, es porque estoy mal… Aún así, ¿hay tanque de recuperación en la nave?

—No. Esta nave no está completamente equipada, era la que estaba más cerca de nosotros y no había tiempo para esperar a que llegaran muchas de las cosas para terminar de cargarla.

—Maldición —murmuró, pero se obligó a aclarar la cabeza y dejar de pensar en lo que pasó. Raditz ya estaba bien, aún no sanaba por completo, pero no había de qué preocuparse, estaba exagerando—. Está bien, no hablaré más de eso… —Mantuvo silencio un rato, observando a Raditz y Broly conversar hasta que se fijó en el grandote de barba—. Broly se ve diferente —dijo a Tarble—. No te lo dije antes, pero le sienta el pelo tomado… sí que está guapo, y por lo que veo no han perdido el tiempo —susurró picarona mientras que le tiraba el cuello alto de la camiseta, revelando unas marcas en su piel que aún no se borraban del todo.

—Nos extrañábamos mucho —respondió dejando de mirarla, y arregló su ropa en cuanto ella lo soltó.

—Sí, lo imagino, han pasado varios meses desde que dejamos de vernos… —comentó, apoyándose en el hombro del príncipe.

—Sí —respondió concentrado en Broly, que continuaba conversando animadamente con Raditz. Ginn hizo lo mismo con su respectivo guerrero.


(...)


Días después

Bulma dejó sobre la mesa el primer robot esférico de entrenamiento que terminó y tomó del cenicero su cigarro a medio fumar. Estaba satisfecha con su trabajo, ya que no contaba con los materiales precisos para fabricarlos, pero la nave era tan grande que solo tuvo que desmantelar un par de cuartos, sacar cables y componentes de otro (sin dañar el funcionamiento principal de la nave, claro está), y con todo eso podría fabricar varios robots para que los saiyajin se entretuvieran durante el mes que duraría el viaje, y de paso también ella, aunque con el solo hecho de tener una nave así de grande servía para caminar y no volverse loca al estar encerrada con tantos saiyajin. La Bulma de catorce años no dudaría en juzgarla por tremenda traición, y dudaba mucho que pudiera entender sus razones, especialmente al acostarse con un príncipe saiyajin, que por muy desertor que sea, era un saiyajin, y uno de los peores en su adolescencia.

Quiso comenzar a trabajar en el siguiente robot, pero su vista se perdió en las esferas que continuaban sobre la mesa en el cuarto de reuniones que también adoptó como su improvisado laboratorio, puesto que la amplia mesa le servía para dejar todo lo que estaba ocupando, incluido su gran caja de herramientas que había permanecido en una de sus cápsulas durante todo el viaje en la nave anterior. Ahí estaban las cinco, brillando suavemente, reaccionando entre ellas, quizás esperando a las dos que se encontraban cada vez más cerca. Tenía cientos de preguntas sobre ellas, pero la más importante: el deseo que pediría cuando tuviese la oportunidad. Ahora que eran muchos más en la búsqueda tendría que ser más inteligente, pues no contaba con la ventaja física, pero sí la intelectual. No podía pedir la extinción de la raza saiyajin, ya que eso comprometería a personas buenas que valían la pena salvar, tanto tiempo con Tarble y conociendo a los demás, le demostró que en ese planeta había de todo, no solo asesinos despiadados… Podría pedir la desaparición de solo los saiyajin malos , pero no estaba segura cómo el dragón podría distinguir quién era malo y quién no, además estaba el tema del alcance del poder del dragón. El otro problema sería tomar las esferas para ella sola y tener el tiempo suficiente para pedir el deseo… Tal vez podría hacer algo como los collares drenadores de energía para tener una ventaja sobre el resto. Había tanto que hacer y pensar que sentía que se abrumaba sin hacer mucho, y por supuesto no estaba en sus planes pensar en qué pasaría con Vegeta luego que le robara el deseo, ese tema estaba vetado de su cabeza, de lo contrario todo se complicaría más.

—Una moneda por tus pensamientos.

Bulma dio un saltito en su asiento asustada cuando escuchó la voz de Tarble desde la entrada del salón. No se había dado cuenta de su presencia hasta que le habló.

—¿Qué haces fuera de tu cuarto tan tarde? —preguntó la joven al ver que Tarble entró y se sentó a su lado—. Pensé que estarían encerrados en plena luna de miel.

—No podía dormir, me duele mucho la cara y me levanté para caminar un rato, no quise despertar a Broly —respondió, y fue cuando Bulma notó las heridas en su rostro y brazos. Todos tenían profundos cortes y marcas de golpes debido a los entrenamientos, pero a diferencia del resto, Tarble necesitaba más tiempo para sanar.

—Sí que son unos brutos —comentó Bulma con el ceño fruncido. Jamás se acostumbraría a tanta barbaridad.

—Es mi culpa, no debí dejar de entrenar, no soy un guerrero nato como el resto, y si los hombres a los que les tenemos que arrebatar las esferas son tan poderosos como dice Vegeta, tengo que estar preparado... ¿Y tú qué haces en pie tan tarde?

—Quiero terminar un par de robots más antes de ir a dormir, así mañana se entretienen con algo más y dejan de usarte como saco de boxeo —dijo bromeando y su amigo respondió con otra sonrisa no muy expresiva, ya que aún tenía el labio inferior un poco hinchado.

—Eso me sería de mucha ayuda. —Observó las esferas sobre la mesa y pensó si podría traer de regreso a su madre con ellas. Todo parecía tan increíble, como un cuento infantil, pero ahí estaban, tan reales como ellos en aquella habitación.

—Son hermosas, ¿no crees? —dijo Bulma al ver que Tarble contemplaba las esferas. Su cigarro se había consumido por completo, por lo que no tardó en encender otro.

—Sublime —respondió el joven sin quitarle las vista de encima. Algo había en el brillo que no te permitía apartar la vista.

—Cuando era niña siempre soñé con algo así. Con algo mágico que me permitiera arreglar todo con solo desearlo, pero no había nada en mi poder para eso, y mi mamá jamás regresó.

—Creo que todos hemos soñado con algo así en algún momento crítico de nuestras vidas —respondió igual de melancólico que Bulma.

—Son impresionantes —continuó Bulma absorta, pensando en los miles de deseos que podría cumplir con las esferas—. Si quieres puedes ser egoísta y arreglar tu vida y la de los tuyos para siempre, pero al tener tanto poder a tu disposición también está la opción de ser altruista y con unas pocas palabras ayudar a muchos, terminar con tanto sufrimiento… —Tarble la miró enseguida al escucharla hablar así, pero la joven no se dio cuenta—. Es realmente un dilema, ¿no? Anteponer tus propios intereses por un bien mayor.

—Sí que hay que ser fuerte —respondió el príncipe en un susurro, ahora con su atención dirigida completamente a Bulma. ¡¿Cómo no se había dado cuenta antes?! Bulma quería el deseo para ella. Era tan obvio y no lo había visto. Debería haberlo deducido el mismo día en Trantor cuando llegaron y ella no dejaba de hablar de las esferas, mientras que Vegeta quien era el que pediría el deseo no compartía su misma emoción.

—Vegeta no quiere el deseo para él, sino para ayudar… Quién lo hubiera pensado. —Se había prometido no pensar en eso, pero con Tarble simplemente se relajaba y dejaba salir las palabras—. Hasta casi puedo entender que haya hecho cosas deplorables para conseguir lo que quiere...

—Mi hermano era la persona más egoísta del universo... Sí que ha cambiado. —No iba a cuestionarse, ya estaba decidido, reviviría a su mamá y la reuniría con Kyle. No importaba si arruinaba los planes de Vegeta o si Bulma quisiera ese deseo para acabar con el imperio saiyajin (lo cual era bastante tentador, a decir verdad) y por un segundo se imaginó contándole toda la verdad a Bulma para trabajar juntos, pero si aún no era capaz de darse cuenta por su cuenta, es porque no estaba lista.

—Por un lado está ese Freezer, que me cuesta creer que sea tan terrible como Vegeta lo dice, y por otro está tu hermano, un saiyajin intentando eliminarlo para ayudar, aunque no lo admita y lo haga pesar como un mero capricho. —No importa el motivo. Las esferas no pertenecían a nadie, y también se había roto la espalda buscándolas, ella merecía usarlas tanto como cualquiera, y su objetivo también era acabar con un mal mayor para que algún día su padre y tantas personas pudieran vivir sin miedo, y de paso tener su tan soñada venganza.

—¿Será tan terrible este Freezer? —preguntó Tarble—. Sonaba como una mezcla de varios tiranos que conozco, incluido el rey Vegeta.

—La verdad es que espero no saberlo —respondió mirándolo, liberándose del encanto de las esferas—. Puede quedarse en su lado de la galaxia causando destrozos, que aquí ya hay bastantes problemas y tiranos.

—Sí.


(...)


—Algo me dijo que te encontraría aquí —dijo Ginn luego de entrar a la gran cocina de la nave que tenía el espacio suficiente para albergar a más de cien personas a la vez, y la capacidad para que varios cocineros trabajaran a la vez para alimentar a todo la gente. Había tanta comida en el lugar que podrían alimentarse día y noche sin parar y aún así les sobraría al término del viaje.

—Me gusta aquí, me distrae —dijo Raditz que tenía cuatro ollas encendidas a la vez y estaba a punto de prender el fuego para poner una quinta, tan solo tenía que terminar de cortar las verduras—. Nunca había visto una cocina tan grande y con tanto material para trabajar.

—Vas a hacer a todos muy felices lo que dure este viaje —dijo, y se sentó sobre una mesa cerca del guerrero.

—Alguien tiene que encargarse de la comida —dijo sin dejar de prestarle atención a su trabajo—. Y no creo que vuelva a tener la oportunidad de cocinar en un lugar así con tantas cosas a mi disposición. —Se había amarrado el pelo en una cola para que no le molestara, igual como cuando entrenaba.

—No te olvides de dormir un poco. En la mañana entrenamos muy temprano y te hará mal si…

—Estoy bien, lo prometo —dijo sin voltear. Jamás había cocinado tantas cosas a la vez y tenía que fijarse que no se le pasara el tiempo en ninguna de las ollas—. No tienes que preocuparte tanto por mí.

—Está bien —dijo. Recordó las palabras de Tarble y se obligó a contener su preocupación—. Entonces te voy a acompañar esta noche.

—¿En serio?

—Claro, no estoy tan cansada, y si alguien va a probar primero todas estas exquisiteces voy a ser yo.

Recién en ese momento Raditz se volteó con una cuchara de palo llena de comida y la dirigió directo a Ginn. La mujer sopló el contenido que humeaba antes de llevárselo a la boca.

—¿Qué tal? —preguntó concentrado en su rostro y esperando su respuesta.

—Lo mejor que he comido, como siempre. ¿Por qué crees que estoy contigo? Jamás en mi vida había comido tan bien. —Lo tomó de la camiseta y lo atrajo para darle un beso. Cuando se separaron, el hombre regresó enseguida a la mesa con las verduras y carnes—. Si quieres puedo ayudar…

—No, quédate ahí sentada —se apresuró en decir. Ginn siempre terminaba arruinando la comida, sin importar que lo que hiciera fuera algo tan simple como pelar una verdura—. Si quieres puedes ir a buscar algo para beber, la despensa estaba llena de botellas de alcohol.

—Eso sí sé hacerlo bien. —De un salto se bajó de la mesa y salió a paso rápido hacia los cuartos donde guardaban las provisiones.

Raditz le bajó la intensidad del fuego a tres de las ollas y justo cuando iba a tomar el cuchillo para seguir cortando los ingredientes, sintió una pequeña molestia en el abdomen que lo hizo detenerse. Aún no había entrenado a su capacidad máxima debido a la molestia por la herida que insistía en no cerrar por completo. Esperaba que ahora que estaba comiendo bien y entrenando su cuerpo sanara como siempre para prepararse como se debía y vengarse de esos mal nacidos que mataron a aquella gente inocente.


(...)


Luego de conversar un rato más de cosas mucho más agradables, Tarble dejó a Bulma para que continuara trabajando en sus robots y caminó por la nave de regreso a su habitación, donde encontró a Broly tal como lo había dejado. El lugar estaba en penumbras y solo podía ver gracias a la luz de estrellas lejanas que iluminaban a través de la ventana reforzada a la que no le habían activado la protección para apreciar tan bella vista.

—¿Dónde estabas? —susurró Broly aún adormilado. Pese a estar boca arriba, Tarble no pudo ver su rostro, debido al cabello suelto y desordenado que lo cubría.

—Enterándome de algo que debí notar hace tiempo —respondió. Se quitó la camiseta manga corta antes de meterse a la cama, bajo los cobertores con él.

—Qué bien —respondió casi sin darse cuenta. Levantó la mano para acariciar la espalda de Tarble, pero la dejó caer, rendido por el sueño.

—No puede esperar a mañana, despierta —le susurró mientras apartaba su cabello. Ahora que Broly lo cuidaba, se sentía suave al tacto y siempre olía bien. Ya que el guerrero parecía más interesado en dormir, Tarble lo besó en la boca una y otra vez hasta que los besos sonoros lograron despertarlo y el hombre terminó correspondiendo con la misma intensidad.

El contacto de las bocas hizo que las heridas en los labios del joven volvieran a abrirse y sangraran, pero lo valía.

—¿Qué no puede esperar? —preguntó, e intentó ponerse sobre el príncipe, pero Tarble no se lo permitió y ganó esta vez el corto forcejeo al sentarse sobre sus caderas.

—Es Bulma —respondió enseguida mientras le pasaba las manos por los músculos adoloridos del abdomen y pecho, tal como le había enseñado en previos masajes—. Quiere el deseo para ella.

—Ahora que lo dices es obvio —dijo pensativo, a gusto por las atenciones—. ¿Querrá hacer algo contra los saiyajin?

—Es lo que imagino.

—Eso podría perjudicar a gente que no tiene que ver con esto. —Pasó las manos por las piernas de Tarble para corresponder el masaje.

—No creo que piense en hacer desaparecer a la raza entera. Hace tiempo se dio cuenta que no todos los saiyajin son iguales.

—Como sea, habrá que tener cuidado con ella.

—Yo me encargaré.

—¿Y qué piensas hacer con ella y Vegeta? ¿Vas a separarlos?

—¿Separarlos?

—Tu amiga estaría mucho mejor enfocada en su trabajo si no estuviera acostándose con tu hermano.

—Eso es verdad, pero no puedo hacerlo, y acabas de darme la razón.

—Jamás debiste acercarte tanto a ella, eso jamás fue parte del plan —murmuró con voz ronca y tranquila, intentando solo mirar a Tarble mientras conversaban, pero era difícil, ya que el rabo del joven que se movía distraído, se asomaba por detrás de su espalda y el costado, lo cual era imposible de ignorar. Tarble era el primer saiyajin con el que tenía sexo, ya que siempre tuvo cuidado de buscar algo de una noche fuera del planeta debido a lo conocido que era su padre, por lo que ese rabo era su fetiche que le encantaba morder y tirar cuando tenía al hombre de espalda.

—Tenía que ganarme su confianza. Lo que pasó después entre nosotros nos afecta a los dos, te lo puedo asegurar. Además estamos lejos de Vegetasei y cualquier trabajo contra el imperio, no voy a inmiscuirme en su vida ahora que está con mi hermano… Realmente no te agrada, ¿verdad?

—Que a ti te agrade es suficiente para mí… —Miró una vez más su rabo y las heridas en su torso a causa del entrenamiento antes de volver a hablar—. ¿Y qué pasa con Vegeta?

—¿Qué pasa con él además de lo que ya hemos hablado?

—No me gusta, no confío en él.

—Entiendo que sientas eso hacia él, pero no has viajado con él tanto como yo, y efectivamente cambió, es otra persona. No es el mismo maldito que me atormentaba cuando pequeño, ahora incluso ha sido agradable compartir con él, y eso no me lo esperaba.

—Espero que no quieras congraciarte con él.

—Claro que no, simplemente estamos conviviendo, y durará lo que tenga que durar.

—Cuando termine esto lo más seguro es que se vaya y no vuelvas a verlo en diez años más o el resto de tu vida, tan solo no te ilusiones.

—Eso no va a pasar —respondió con seriedad.

—Qué bien, porque voy a ayudarte con todo para robar ese deseo y llevarle la reina a Kyle. Esta vez no me voy a quedar atrás mirando, voy a estar a tu lado.

—Quiero que estés a mi lado —dijo a gusto, y acarició su rostro. Pasó las manos por su barba y luego sus labios carnosos y el guerrero respondió abriendo la boca, dejando entrar dos dedos del príncipe que comenzó a moverse sobre sus caderas.

Broly succionó sus dedos como lo hacía cuando le practicaba sexo oral y Tarble siguió meciéndose sobre su miembro duro, sin dejar de mirarse a los ojos. Cuando el guerrero le mordió los dedos mojados, su compañero respondió con un corto quejido, excitado y ansioso por quitarse la prenda que impedía sentir la piel de su sexo.

—Ven —ordenó Broly luego que dejara ir los dedos, pero Tarble continuó erguido y moviéndose, por lo que estiró el brazo para tomarlo del cuello con fuerza y obligarlo a acercarse. Besó su boca y lamió la sangre de las heridas, haciendo que volviera a sangrar. Tomó su rabo y lo tiró con más brusquedad de la acostumbrada, arrancándole un quejido ronco que lo excitó aún más.


(...)


Luego de terminar un par de robots de entrenamiento, Bulma se retiró a su habitación. Encontró a Vegeta profundamente dormido, y al igual que el resto ya se notaban marcas en su piel debido a los fieros entrenamientos, y eso que solo llevaban un par de días viajando, pero no habían perdido el tiempo para prepararse. Agotada, se puso el pijama y se metió a la cama, directo a abrazar la cintura de Vegeta y recargarse en su espalda. Pese a que el saiyajin no despertó por el contacto, su rabo no tardó en agarrar el muslo de Bulma y ella no hizo nada por quitárselo, incluso le hizo una especie de caricia antes de acomodarse y cubrirse con las cobijas.

Nuevamente las esferas acapararon sus pensamientos. Por un momento se le pasó la idea de decirle a Tarble, pero lo descartó. Era algo que debía hacer sola, no quería que nadie más interviniera, y si algún día le decía la verdad sería cuando todo terminara, estaba segura que pasara lo que pasara su amistad podría soportarlo… Sí, se acercó a él por total interés, de eso no había duda, le sirvió demasiado para sus propósitos tener acceso a palacio y entablar una relación con nada menos que un príncipe, pero todo fue tan natural y agradable que ni se dio cuenta cuando dejó de forzar las cosas.

De pensar en un príncipe, pasó a otro. Ahora Vegeta fue quien ocupó su atención, y eso estaba totalmente prohibido, ya que todos los días le incomodaba un poquito más la idea de robar el deseo, pero no había llegado tan lejos como para pensar en detenerse ahora, menos por un hombre, ni por nadie.

Poco a poco se fue relajando gracias al calor del cuerpo de Vegeta hasta que se quedó dormida.


Continuará


Hola a todos y todas, muchas gracias por llegar hasta aquí. Me costó mucho encontrar el tiempo para escribir este capítulo, pero estaba desesperada por hacerlo, ¡y por fin pude terminarlo! Al final tuve que correr escenas y cambiar otras para que no se alargara más, ya que como pueden darse cuenta, salió bastante extenso (nuevamente) jajajaj. Pero bueno, ya está listo y es (hasta ahora) el capítulo más largo del fic.

Antes que se me olvide. Un beso grande a Diana. Eres una linda persona y espero que cada día estés un poco mejor. También otro saludo a Sidny que no he sabido de ti por un rato, ojala que sea más que nada falla de internet y te encuentres bien.

No tengo mucho tiempo, así que vamos enseguida con el capítulo.

Ya hay tres ladrones dispuestos a quedarse con el deseo: Tarble, Broly y Bulma. En este capítulo decidí centrarme en el reencuentro entre Tarble y Broly y los ladrones de la esfera para no alargarme más. En el próximo vendrán las confesiones correspondientes, más detalles como entrenamiento, problemas personales, las relaciones amorosas, de amistad y roces que puedan tener entre ellos.

Vegeta y Bulma: Esos dos están pololeando y aún no se han dado cuenta (pololear es una palabra que se usa en mi país. Es decir que están de novios) Vegeta continúa con los sentimientos firmes hacia ella, pero ha hecho lo mejor que puede hacer: ignorarlos y hacer como que no existen. Mientras que Bulma al menos ya admite que le gusta mucho, pero decide no pensarlo ni analizar nada, pues podría afectar sus planes.

Ahora, Vegeta no hace nada, pero su cuerpo habla por él, como el detalle del rabo aferrándose a Bulma cada vez que duerme, algo que Bulma con lo inteligente que es debería haberse dado cuenta, pero escoge no hacerlo, así como también ignoró el hecho de haber ido directo a compartir habitación con Vegeta en lugar de buscar una para ella sola habiendo tanto espacio al interior de la nave. .

Tarble y Broly: Por fin volvieron a juntarse. (Perdón a quienes sufrieron por su separación y les hizo falta vitamina T jajajaja yo me incluyo) No hay mucho que decir sobre ellos en este capítulo más que están en etapa de luna de miel y que es evidente lo mucho que ha crecido Broly en cuanto a confianza durante la separación. Como dije más arriba, para no alargar el capítulo solo me centré en el reencuentro y el asunto de las esferas.

La canción de esta ocasión es All Of Me, la versión de cover de Darren Criss. Es de mis canciones favoritas desde casi al comienzo de esta historia cuando decidí hacer de Broly y Tarble una pareja. De hecho, este tema vendría siendo la canción oficial de Tarly, tal como Dame Calma es el tema oficial de Vegeta y Bulma. (muchas gracias a mi colaboradora por haberme recomendado All Of Me, porque les viene tan bien, y como es costumbre, ella hará el análisis más tarde, cuando le dé la gana, porque como no le pago, hace lo que quiere y se manda sola XD )

Ah! Hablando de Darren Criss… Les cuento una curiosidad: Para casi todos los personajes tengo una persona de carne y hueso que me sirve de inspiración a la hora de escribir. (No se los había comentado antes porque hay quienes no les gusta pensar en los personajes como personas reales y solo se quedan con la imagen del dibujo) Pero a mi me sirve mucho para imaginarlos. El asunto es que pienso en este actor/cantante cuando escribo a Tarble. Para quienes no lo conozcan, es quien hacía de Blaine Anderson en Glee, y me gusta mucho porque no es alto (comparado con todos los grandotes) tiene buen cuerpo sin estar lleno de músculos y es adorablemente guapo. (Lo que me recuerda, cuando le conté a mi amiga al comienzo del fic que Tarble me recordaba a un actor de Glee, ella inmediatamente dijo Blaine jajajaja, sin que yo se lo mencionara)

Raditz y Ginn: Ahora no salieron tanto, pero ya quedó claro el conflicto que vivirán. Raditz está complicado consigo mismo por no haber sido capaz de pelear contra Dodoria, además no pudo ayudar a ninguno de los habitantes del planeta, mientras que Ginn está sobreprotegiendolo luego de casi perderlo.

Kyle: Como ya saben, lo que está viviendo Kyle ya sucedió hace un rato considerable, y cada capítulo iremos viendo qué sucedió con ella y el resto

Y bien, eso sería todo por hoy. Espero que les haya gustado el capítulo, siento la tardanza. No me gusta tardar tanto en actualizar porque siento que los lectores se olvidan de detalles y eventualmente pueden perder el interés de la historia, también porque es una manía mía tratar de hacerlo lo más seguido, pero simplemente esta vez no me dio el tiempo.

Espero sus rws con ansias para leer en estos fríos días de otoño aún encerrada por la cuarentena.

Dev,

22/04/21.


Ahora viene la respuesta de los rws sin cuenta, ya que los con cuenta ya están respondidos.


Tapión: En este caso, las reglas de las esferas serán diferentes, pero no puedo entrar en detalles porque sería un spoiler muy grande. De hecho, al decir eso ya estoy spoileando algo jajajaja.

Veronica Becker: Ya son varias las que me preguntan por Koora, pero por el momento no afirmaré ni negaré nada, tendrán que tener un poco de paciencia, pero al finalizar esta segunda parte de la historia se les aclararán todas las dudas. También me gusta Raditz, y ya va a comenzar a salir más. Y ni que decir sobre Broly que cada vez se ha llevado más protagonismo, él y su hermosa voz ajajajajja.

Kika: Uuuuu, no hay nada más lindo que estar enamorado y ser correspondido.

Cloe: Tienes razón al nombre del capítulo. Eran varias cosas en común que tienen Vegeta y Tarble y no se dan cuenta. Como la relación amorosa (que en el caso de Tarble ya es algo muy sólido, y lo de Vegeta y Bulma recién comienza). Su madre que podían ver en el planeta y sobretodo el motivo que los dos sabían que estaban soñando.

Romina: Además de prometerle a su mamá que cuidaría de Kyle, Tarble terminó amando a su hermana, y aunque nunca la ha considerado una hija (tal vez por la poca diferencia de edad) realmente se comporta como si fuera su padre.

Guest: No, Tarble y Vegeta no buscan el mismo deseo (aunque claro, en este capítulo eso ya quedó más que claro) No recuerdo haber dicho que era imposible revivir a Koora. Hasta ahora ninguno sabe cuál es el alcance real de las esferas, así que van a ciegas.

Nane: El Vegeta de la primera parte hubiera dejado tirados a Bulma y Tarble si le estorbaban, pero este no podía dejar que nada malo le pasara a Bulma, pero claro, sus costumbres de saiyajin le impiden dejarse llevar, ya que nunca había sentido tanto interés por una mujer, pese a haber tenido sus conquistas durantes sus viajes. Ay, disfruté, pero a la vez sufrí mucho cuando escribí la escena entre Tarble y Koora, especialmente al recordar que jamás tuvieron la oportunidad de despedirse. Quedan 6 capítulos para que termine esta segunda parte de la historia, ahí sabremos quién se quedará con el deseo.

Purpurina DF: Y me gusta mucho escribirlo enamorado, pero a la vez es difícil tratar de mantenerlo dentro del personaje, aunque disfruto el desafío de hacerlo.

LadyBlue: Bueno Lady Blue, tu deseo se ha cumplido, espero que hayas quedado satisfecha, porque yo sí. jajajajaj.

Emilia Khlo: Vegeta ya está condenado jajajaj y se tenía que enamorar de una de las Bulmas más difíciles y complicadas.

Sofía Black: Uuuuu, vaya que ocasionará conflictos!

Chica Danesa: La historia de Kyle va lenta, pero al igual que la lucha por quedarse con el deseo se resolverá al final de esta segunda parte. Y tal como dices, este Vegeta es capaz de valorar al hermano que tiene. Al final de la primera parte ya se demostró que sí tenía sentimientos hacia él, y las decisiones que tomó en ese momento fueron las que su limitada inteligencia emocional le permitieron, pero ahora es diferente, y aunque es difícil tener una relación soñada (considerando también que Tarble le quiere robar el deseo) igual pueden tener algo mucho mejor.

Vale Dominguez: Gracias Vale, este también salió bastante largo, espero que lo disfrutes.

Casandra: Gracias linda! Yo también amo a cada personaje, incluso los malos jajajaja bueno, no tanto como los otros, pero igual les tengo cariño por algún lado.

Acuariana: Siiiii, Vegeta ya cayó jajaja, ahora solo falta Bulma, pero con este Vegeta no es difícil enamorarse, ahora por lo menos ya admitió que le gusta mucho.

Pame Kiv: Ya subí uno. Ahora quedan tres.

Luz Vasquez Moli: También fue uno de mis capítulos favoritos por todo lo que pasó. Desde escribir a Koora, hasta las escenas de Vegeta cuidando a Bulma y Broly diciéndole cosas lindas a Tarble.

Mili: Hay que esperar, Mili! Siento que cualquier cosa que pueda decir sobre el tema puede ser tomado como spoiler jajajaja. Gracias!

FatimaPe: Me encantó escribir de Koora aunque solo se tratara de un sueño. La Koora real no hubiera dicho esas cosas a Tarble, pero claro, era una impostora que quería que se quedara con él. Y bueno, en este capítulo ya hubo momentos románticos, aunque a decir verdad fueron más fogosos que románticos jajajaja, pero por algo se empieza. Un abrazo grande y que a tus hijos les esté yendo muy bien en las teleclases.

Pilar B: Exacto! Cómo no le iba a gustar Broly con lo guapo que es, y considerando que ahora está más maduro y confiado y se ve más ordenado y mayor con su pelo tomado y la barba, va a levantar más pasiones en caso de regresar a Vegetasei jajajajajja.