Hola a todxs, por fin es fin de semana, mañana al fin puedo dormir hasta tarde.
Bueno, vamos por un capítulo más y nos quedan seis capítulos solamente, hagan sus apuestas, ¿quién vive y quién muere?
Disclamer.- Todo esto pertenece a la Warner, a JK Rowling y no sé a quien más, la estrofa del principio pertenece a la canción Torquemada del grupo Avalanch. Mío solo es la historia y escribo sin ánimo de lucro.
Enjoy!
PENUMBRA
por
Adrel Black
30. TÍTERES DE HILOS ROTOS
Ciego está
quien no mire atrás
y reconozca su error, su gran error.
¿Dónde está
toda aquella humildad
que predicaba tu Dios?
¿Dónde está?...
(Torquemada, Avalanch)
Es cerca del amanecer cuando la puerta de su habitación suena, no puede negar que esperaba su visita, aunque se había convencido a sí mismo que sería imposible.
Es un "toc toc" muy tímido intentando no despertar a nadie, sonríe.
Permanece de pie, frente a la ventana, ha pasado muchas horas pensando, le parece que ha llegado el momento de poner todos los gobstones sobre la mesa, ya no hay manera de continuar con ese juego sin reglas que solo parece estar desgastándoles a todos, aquello no puede continuar.
Dirige la varita hacia la puerta que se abre de par en par, al otro lado, Hermione en pijama, descalza y con el cabello trenzado está de pie. Pasa a la habitación y cierra la puerta tras ella, lanza un par de hechizos a la entrada y camina hasta donde él se encuentra.
No dice nada, solo le besa despacio, no siente la pasión desbordante de su visita anterior, es más cansancio y alivio que otra cosa.
—Lo siento, los chicos tardaron en irse de la habitación —él asiente. —He estado muy preocupada por ti, —le dice con los ojos serios y graves.
—No debiste —aclara él, —todo está bien.
—¿Sabrán que fuiste tú el que ayudó a Sirius?
—Tal vez. —Ella luce aprensiva. —Pero no será pronto. Hermione, los prisioneros pueden durar semanas o meses en las mazmorras de la Mansión Malfoy sin que nadie los vea o se preocupe por ellos.
Él intenta sonreír, pero no lo logra. Ella deja caer su rostro en su pecho, se arrebuja contra su cuello y sigue hablando.
—Severus… —ella guarda silencio un momento, como si buscara la forma de continuar, —no vamos a lograrlo, ¿verdad?
Él la aprieta un poco más contra si, desearía hacerle el amor, querría buscar en sus besos el deseo, pero no puede, salvar a Black es un cabo suelto, lo sabe. Siente que se le escapan de las manos la máscara y la carcasa que tantos años le costó construir.
Ya no se siente capaz, ahora hay una grieta en la armadura, ella ha hecho una grieta en la coraza, antes la amargura, el dolor y el enfado le mantenían en una pieza, pero ahora ya no, ahora llegar hasta ella con las manos manchadas de sangre, ahora venir al calor de su abrazo cubierto de mentiras y dolores le parece imposible.
—No lo sé.
—¿Por qué te ves diferente?, —pregunta. —Creí que era porque podía ver bajo tu máscara, —Hermione le acaricia la mejilla con mucho tiento, hay algo indeciblemente triste en el momento, se siente como un parteaguas, —pero es algo más, algo cambió en ti.
—Eres tú, —le aclara él mientras le pasa hacia detrás de la oreja un mechón rebelde que escapó de su trenza, —ahora tengo miedo.
—Eres valiente...
—No me refiero a esa clase de miedo, Hermione, —ella le mira muy seria, como esperando la respuesta a una pregunta de clase, con sus ojos marrones muy atentos. —Antes, morir, vivir, no era importante siempre y cuando hiciera un trabajo necesario.
—Vencer a Voldemort —dice ella, él asiente.
—Pero ahora, tengo miedo de morir, no quiero dejarte, —Granger lo entiende, apenas puede imaginar la carga tan grande que hay sobre la espalda de Severus, —por primera vez, siento que ya no soy capaz de seguir, antes me he sentido cansado y asqueado, incluso enfermo de todo lo que he visto, pero nunca tuve miedo de morir.
—Shhh, —ella le pone un dedo sobre los labios, —dime que hacer.
—¿Qué?, —pregunta Snape sin comprender.
—Déjame ayudarte.
—No, Hermione.
—Escúchame, por favor Severus. —Él guarda silencio, los ojos de ella refulgen como los de una leona —la Orden está pendiendo de un hilo, Dumbledore está encerrado en Hogwarts, a saber qué está esperando, Harry parece perdido todo el tiempo y Voldemort, ¿qué hace Voldemort? —ella se detiene para tomar aire. —Seguir esperando solo nos está diluyendo.
—Lo sé, —aclara él, —yo también lo veo y mientras que nosotros nos debilitamos el Señor Tenebroso y los mortífagos campan cada vez más a sus anchas.
—¿Qué es lo que Voldemort espera para atacar?
—Él no va a atacar, tiene el control del Ministerio, de facto. No necesita atacarnos, se ha hecho con el callejón Diagon y difícilmente podemos encontrar algún lugar al que los magos puedan ir sin sentirse amenazados, de hecho, tiene todo el mundo mágico, al menos en lo que Inglaterra se refiere.
—Pero no tiene Hogwarts…
—Ni Hogsmeade.
—¿Y porque no ha intentado tomar Hogwarts?
—Porque teme a Dumbledore, —responde Snape. —No se atreverá a tomar Hogwarts mientras Dumbledore siga acuartelado ahí.
Severus se siente extraño, nunca ha tenido alguien con quien hablar de forma tan abierta, con la Orden, incluso con Dumbledore, él siempre es cuidadoso de no revelar demasiado su estado anímico, ni mental, se limita a hablar de la información fría y calculada, que ellos sigan pensando lo que quieran, si desean creer que va a salvarlos o traicionarlos es cosa suya, pero no con Hermione. Ahora es diferente, además, ella es lista, es bueno tener a alguien que puede seguir la conversación con la agilidad que él necesita.
—¿Qué hay de Harry?
—Potter es importante, pero no porque sea un obstáculo, es importante como un símbolo.
—Como una bandera para la rebelión.
—Si y no, es un símbolo, pero no es una pieza fuerte en la lucha, podemos unirnos en torno a él, como parece que Dumbledore quiere, pero tendríamos las mismas opciones si nos uniéramos en torno al Sauce Boxeador, no es un ficha clave. —Ella lo entiende, pero sigue en silencio, él le acaricia la espalda con cadencia, —Cuando en el ochenta Voldemort cayó por primera vez, había un rumor corriendo entre los mortífagos, se decía que Potter tenía habilidades mágicas inconcebibles, cosa que ha quedado desmentida, debo decir —acota, —que sería un nuevo Señor Tenebroso en torno al que los mortífagos se unirían.
—¿Tú lo creías? —le pregunta ella, es un tema escabroso, ellos nunca han hablado sobre los motivos que llevaron a Snape a convertirse en mortífago.
—No, —ella se retira un poco, para mirarlo a los ojos —yo sabía sobre el sacrificio de Lily.
—¿Lily? —él la mira, necesita que sepa, que entienda todo lo ocurrido. —¿Lily es la madre de Harry? —Luego la luz parece bañar sus ojos, como si estuviera llegando a un entendimiento que se le había escapado. —¿Fue por ella por quien hiciste el juramento inquebrantable con Dumbledore?, —y luego ya sin ser una pregunta dice: —tú la amabas.
—Fuimos amigos mucho tiempo atrás, —la voz de Tobías hablando con Dumbledore llega a Hermione en sus recuerdos: "Prometió cuidar a Lily, usted dejó que los matara, dijo que los protegería." Y luego también la voz de Tobías en la biblioteca: "Después de la persona de quien te hable no hubo nadie más". —Espera, —le toma de la mano, —por favor Hermione, escucha, escucha toda la historia antes de las conclusiones.
Ella asiente, él habla.
.o.O.o.
El silencio se ha instalado entre ellos desde momentos antes, Hermione ha pasado de los celos al miedo, el dolor, la angustia, el temor, la desesperanza y la tristeza, hasta este momento en el que Severus se ha quedado en silencio y en el que ella no sabe qué decir.
Entiende las acciones de Severus aun y cuando no las apruebe, es capaz de sentir la empatía por el niño que fue y por el joven en el que se convirtió, una vida perdida, su inteligencia y su talento sepultados entre las rocas de las mazmorras, convertido en un peón al servicio de Voldemort y de Dumbledore.
—Severus, —dice ella y se siente espoleada por el amanecer que se puede atisbar por la ventana, no les queda mucho tiempo para hablar, —eres el mejor pocionista de la actualidad y eres fuerte e inteligente, —él asiente y no hay falsa modestia en sus rasgos cuando lo hace. — Yo soy la alumna más inteligente de Hogwarts en muchas generaciones, —él asiente de nuevo, —podríamos encontrar la forma de sacar a Voldemort, obligarlo a atacarnos…
—No es tan simple, —dice él negando. —Hermione, si Voldemort nos ataca, toda la gente que muera en ese ataque será nuestra responsabilidad.
—Pero es que la gente ya está muriendo y es nuestra responsabilidad, —aclara ella con vehemencia y luego baja la voz, —deberíamos estar haciendo algo para que no ocurriera, deberíamos ser una barrera para que la gente pudiera seguir con su vida, pero en vez de eso somos como ratones escondidos. Severus, si somos títeres, es solo cuestión de cortar los hilos.
—Si pudiéramos hacerlo, —dice Snape —engañar a ambos, al Señor Tenebroso y a Albus. —Luego niega. —Podríamos intentar engañarlos, pero, ¿qué engaño es lo suficientemente poderoso para hacer que Dumbledore deje Hogwarts? Podría acuartelarse por semanas o meses.
—Si atacamos a Voldemort, —dice Hermione, Severus se remueve inquieto, —debimos invitar a Ron a esta conversación. —Él la mira frunciendo el ceño, como si no pudiera creer lo que acaba de decir, ella le sonríe. —Es que es mucho mejor jugador de ajedrez que yo, —aclara y continúa: —si atacamos a Voldemort, ¿él atacará Hogwarts en respuesta?
—Quizás, —dice Severus, —si piensa que Dumbledore está liderando el ataque en lugar de en Hogwarts, eso podría hacerle creer que atacar Hogwarts es seguro. —Luego de una pausa aclara: —aunque Dumbledore no lo hará, no saldrá a atacar.
—Pero tú eres un profesor de pociones…
La frase flota en la habitación y luego se posa sobre ellos, cobijándolos como una manta en invierno.
—Y tu mente es un desperdicio en Gryffindor.
.o.O.o.
—Tienes que hacer algo, —Severus camina por los terrenos vacíos de Hogwarts a grandes zancadas junto a Dumbledore.
—Lo hago, —aclara el Director, —cuando todo haya caído, incluso el Ministerio, Hogwarts seguirá en pie. —El aire es calmo y cálido, un día estupendo de verano en Escocia, Severus se ha desprendido de su interminable capa e incluso de su levita, camina por los terrenos solo en camisa blanca y pantalón negro, Albus por su parte lleva un estrafalario conjunto de colores verdes y azules, resalta como un pescado iridiscente fuera del agua.
—Tal vez no lo has notado, pero el Ministerio ya ha caído.
—Y, sin embargo, —aclara Dumbledore, tiene los ojos azules límpidos, nadie creería la mitad de las cosas de las que es capaz, —Hogwarts sigue siendo este remanso de paz, libre de la maldad que hay allá afuera.
—Es un gusto que tú lo estés disfrutando, pero el resto de la comunidad mágica está pasándolo francamente mal.
—Y ¿qué propones, Severus?
Snape se detiene, Dumbledore puede ver lo diferente que parece, no es solo que se vea más delgado y alto por la falta de tela que le envuelva, también parece más joven, es una de esas contadas ocasiones en las que realmente aparenta los treinta y tantos años que tiene. Y algo más, algo ha cambiado, en sus ojos, en sus ojeras, algo está muy fuera de lugar en Snape, el que ha sido su espía por tantos años empieza a verse como un mal necesario, si las cosas se salen de cauce antes de tiempo, quizás tenga que sacrificarlo demasiado pronto.
—Deja entrar a la comunidad de Hogsmeade. Puedes protegerlos aquí, si hay un ataque te ayudarán a mantener Hogwarts a salvo mientras la orden hace su entrada. Si realmente no pasa nada, si Voldemort no ataca aun así esa gente no te estorba, pueden tener algunos momentos de paz, mientras seguimos esperando… lo que sea que estés esperando —aclara, revoloteando la mano.
—No puedes verlo porque no has vivido lo suficiente Severus, pero el plan es claro como el agua.
—Al parecer no todos gozamos de tu inteligencia, —responde Snape y luego empiezan a andar de nuevo alrededor del lago, hacia los lindes del bosque prohibido. —La Orden del Fénix está cada vez más inquieta y el mundo mágico se cae a pedazos, mientras, tú me dices que todo va bien y que debemos seguir esperando.
—El mundo se levantó de una crisis cuando Grindelwald intentó hacerse con el poder, el mundo se reconstruyó y volvió a funcionar. En unos años habíamos vuelto a algo muy parecido a la normalidad. Era como si aquello hubiera sido solo un mal sueño. — El director guarda silencio un momento, parece rememorar. —Para cuando los años setenta llegaron, fíjate en esto, —llama la atención de Snape, —aún no habían pasado siquiera treinta años, la generación que vivió el dominio de Grindelwald aún estaba con vida, eran adultos en sus cincuentas, muchos teníamos frescos los recuerdos, pero a pesar de ellos Tom encontró el campo fértil donde sembrar la discordia. Aun después de haber visto la desgracia y la devastación ante la que sucumbieron, hubo quienes estaban listos para enlistarse en las filas del siguiente mago tenebroso.
Severus se cruza de brazos sin decir nada, claro, él es uno de aquellos que se "enlistaron en las filas del siguiente mago tenebroso", pero no dice nada, solo sigue caminando en silencio. Han llegado a los márgenes del bosque, una brisa fresca viene desde la sombra. Dumbledore pasa la mano huesuda y arrugada por el tronco de los árboles que bordean el bosque, las cortezas duras y resquebrajadas parecen traer recuerdos al anciano.
Snape puede dudar de todo lo que el director le diga, pero hay algo que jamás pondrá en duda: el amor infinito que parece tener por Hogwarts.
—¿Sabes porque Voldemort encontró una tierra fértil para sembrar cuando comenzó a hacerse con poder en los setentas?
—¿Por qué los tontos siempre ansiamos el poder?
Dumbledore le mira y le sonríe con suficiencia.
—¿En verdad ansiabas poder? —pregunta el anciano.
—Ansiaba respeto y creí que el poder me ayudaría a conseguirlo.
—No, —responde el director, —no es el poder, ni el respeto, es porque las personas saben que pase lo que pase, la guerra terminará, reconstruiremos y todo volverá en algún punto a la normalidad, —el hombre suelta un suspiro y se acomoda los lentes de media luna sobre la nariz torcida.
—Es porque las personas pueden seguir funcionando y adaptarse, —responde Snape. —Aunque no todos, —aclara, —hay los que se pierden a causa del dolor y el miedo, pero la mayoría sobrevivirá y construirá con base en lo que haya quedado.
—Pero ¿y si no quedara nada?
—Siempre queda algo Albus, aunque sean solo ruinas.
—Digamos que no queda nada, —Albus mira al espía, como diciendo "imagínalo" —que el Ministerio cae, el Callejón Diagón, Gringotts, Hogsmeade.
Severus piensa un momento en lo que Albus está diciendo, si todo cae, la Sociedad Mágica caería también. Pero Dumbledore no habla sobre Hogwarts.
—Si todo cae, —responde el maestro de pociones, —todo menos Hogwarts, las personas verán la escuela como un bastión y a ti… —de pronto la luz se hace en la mente de Severus y el conocimiento debe de reflejarse en sus ojos, porque Albus le sonríe con orgullo, como si fuera su hijo y hubiera aprendido una nueva lección de transformaciones —… a ti te verían como un salvador.
El Director asiente.
—Cometí el error de creer que no debía tener poder cuando derroté a Grindelwald y me recluí en Hogwarts por años y años. Aun y cuando vi aquello en lo que Tom Riddle podría convertirse, luego, cuando Voldemort se alzó la primera vez, creí que luchar sería suficiente, unir a las personas en torno a mi para que presentaran pelea, —el hombre niega con la cabeza —pero tampoco fue suficiente. A pesar de ello las personas sanaron, reconstruyeron en las ruinas de lo que quedó y esas ruinas, que son los cimientos ahora, permitieron que Voldemort regresara y que los mortífagos volvieran a su lado cuando renació.
Snape se echa el cabello hacia atrás, un gesto nada propio de él, un gesto que abandonó muchos años atrás, cuando dejó de usar la coleta que solía llevar en su juventud. Pero es justo como se siente ahora, muy joven, la sensación de deja vu lo incomoda, el hombre al que escucha hablar no parece Albus Dumbledore, suena demasiado parecido al Señor Tenebroso de su juventud.
Unas nubes rápidas surcan el cielo, a lo lejos, dentro del bosque se escuchan los cascos de los centauros.
—Esta vez no quedará nada Severus, no habrá ningún símbolo, ni ningún líder, lo único que sobrevivirá será Hogwarts, y quienes vengan en torno mío en su defensa, tendré el poder suficiente para evitar el ascenso de otro Señor Tenebroso y Hogwarts, siendo el símbolo de juventud, aprendizaje, resistencia al tiempo y a la maldad, será el legado sobre el que se construirá la historia.
—Vas a sacrificar al hijo de Lily —no es una pregunta.
—Las personas no se unirían a mi, soy viejo y los jóvenes necesitan a un símbolo en el que verse reflejados, alguien joven que pueda azuzarlos a la pelea.
—Pero solo tu quedarás al final.
—Y Hogwarts —aclara el Director.
Severus pone la mano sobre el hombro del anciano y lo aprieta un segundo.
—Si no ayudas a la gente, si no acoges a la gente de Hogsmeade ante un hipotético ataque, no habrá nadie a quien dejar ese legado Dumbledore.
—Todos sufrirán pérdidas, —dice el Director ante tal riesgo calculado, —esas serán las heridas que nos permitan recordar lo que nos sucederá si hay otra guerra.
De forma gentil, pero firme Dumbledore quita la mano de Severus de su hombro y se aleja dejando a su hombre más valioso de pie en el borde del bosque prohibido.
Luego de que el director se ha ido Snape hace el camino hacia las mazmorras, es mientras avanza a grandes trancos por los terrenos que mira su mano, entre sus dedos, enredado, está un único cabello cano y largo. Un cabello de Dumbledore.
.o.O.o.
Antes de partir hacia Grimmauld Place, luego de la conversación con Dumbledore, Snape se dirige hacia las mazmorras, toma un tarro de su reserva privada de pociones, luego toma otra decisión, se quita el crucifijo de Eileen y lo mete a su bolsillo. Después, con paso firme, seguro y sin titubeos se va hacia más allá de los terrenos del castillo.
Nadie pensaría que por dentro su mente es un remolino de dudas e incertidumbre.
.o.O.o.
—No tienes que hacerlo, —dice él mientras le entrega los dos viales.
Ella los toma sin titubear.
—Saldrá bien, —Hermione parece tener un nudo en la garganta, traga antes de poder hablar de nuevo. —Es un buen plan, saldrá bien, —repite, parece necesitada de convencerse, —luego nos iremos, podremos ir a cualquier lugar.
Él sonríe de medio lado. No tienen mucho tiempo, los miembros de la orden están cenando en la cocina, ellos se encuentran en el rellano, a medio camino entre sus habitaciones, no hay tiempo para mucho más. Ahora están contra reloj, ahora todo corre hacia el final.
—Hay algo más, —Severus se mete la mano al bolsillo y saca algo apretado en el puño. Tiende la mano hacia ella que toma lo que él le ofrece. Es el crucifijo de plata. —Necesito que lo tengas.
—No puedes dármelo Severus, era de tu madre.
—Ella nunca tuvo el valor de hacer lo correcto. —Cierra los dedos de ella en torno a la cadena. —Pero tú eres una leona, tú harás lo correcto y prevalecerás, —sus palabras parecen un adiós.
—No te despidas, —le pide ella.
—No es una despedida, —hay una mueca torcida en su rostro, pretende ser una sonrisa, —prometí que siempre intentaría volver a ti y lo voy a cumplir. Pero, pase lo que pase, llévatelo...
—Pero…
—...es con la promesa, —dice él, atajándola, —que tienes que regresarlo, que nos veremos para que me lo devuelvas.
La cena debe haber terminado, pues se escuchan voces.
—Es una promesa.
.o.O.o.
Hermione ha dado vueltas y más vueltas al asunto sin encontrar la forma adecuada de proponerlo. Además duda que haya una forma adecuada para decirlo.
Es pues que esa noche, mientras los miembros de la Orden mantienen una reunión ella habla con sus amigos, puede ver sus caras pasando del interés a la incredulidad mientras ella sigue contándoles lo que planea.
Ellos se quedan en silencio cuando termina.
El primero en dirigirle la palabra es Harry, pregunta si realmente cree que es lo correcto, si le parece sensato.
—Yo no sé si es lo correcto, Harry.
Los cuatro, —Ginny, Ron, Harry y Hermione —están hechos un corro en el piso de la habitación de las chicas.
—Estás loca, —dice Ron se pone de pie y hace aspavientos con sus largos brazos, aquello no es una pregunta es una afirmación, —después de lo que ocurrió en el Valle de Godric y crees que esto puede salir bien.
—Hermione, —continúa Ginny, con mucho tiento, como solo las amigas pueden hacerlo —estás hablando de golpear un nido de avispas y luego escapar corriendo.
Hermione suelta un suspiro y luego aclara.
—En realidad, hablo de golpear un nido de avispas y luego desaparecer.
—Hermione, —le responde Harry, —estás hablando de azuzar a Voldemort, —Ron y Ginny se remueven incómodos ante el nombre, —eso podría, no sé, resultar mal.
—Harry… —Hermione se queda en silencio como buscando las palabras —él mata gente todos los días, mientras nosotros, solo nos quedamos aquí. Tiene el poder sobre todo el mundo mágico, nadie le planta cara, ese debería ser el trabajo de la Orden.
—Dumbledore… —empieza Harry.
—Dumbledore, —le ataja Hermione, —está encerrado en Hogwarts, él no hará nada mientras Hogwarts pueda mantenerse a salvo.
—Lo que pretendes, —dice Ron, —es lanzar a quien-tu-sabes contra Hogwarts y contra Dumbledore.
—Si.
—Pero —sigue hablando Ron —¿qué pasa si en lugar de lanzarse contra Hogwarts deciden hacernos frente?
—No, ellos no necesitan pelear contra nosotros, la Mansión Malfoy no significa nada para ellos, lo que realmente desean es Hogwarts. —Ninguno pregunta cómo es que Hermione tiene esa información, tal vez a ninguno se le ocurre, aunque los ojos de Ginny siguen siendo suspicaces, Hermione ha estado evitando quedarse a solas con ella, previendo que, sin duda, preguntará sobre el Patronus de Severus. —¿No lo ves? Es lo que Voldemort —los Weasley respingan —intenta, con todos esos ataques, sacar a Dumbledore de Hogwarts. Si Voldemort, —Ginny y Ron respingan de nuevo, —cree que Dumbledore no está en Hogwarts tratará de tomar el castillo.
—Y Voldemort creerá que Dumbledore no está en Hogwarts porque…
—Porque uno de nosotros se disfrazará de Dumbledore.
Ron y Harry se miran.
—Hemos hecho cosas peores, —dice Harry a su amigo.
—No lo creo —responde el pelirrojo, además eso no lo hace mejor.
—Claro que no podemos decírselo a nadie, el resto de la orden no nos apoyará.
—Estamos hablando, —Harry intenta de nuevo poner sus ideas en orden, —de lanzar a... —mira a Ginny y a Ron, como advirtiéndoles que no se alarmen, —Voldemort contra Hogwarts. Intentarlo —aclara. —Intentar lanzar a Voldemort contra Hogwarts, sin prevenir a la orden, ni a Dumbledore o a la gente de Hogsmeade.
—La orden está lista, nunca estará más lista de lo que está ahora, el Ministerio acudirá una vez que demos la voz de alerta, Tonks y Kingsley no dudarán en ir, ellos pueden llevar a todos los aurores que nos son fieles, y la gente de Hogsmeade se refugiará en Hogwarts. Harry seguir esperando solo nos hará dividirnos más.
Harry asiente.
—Estamos hablando de huir de nuevo del cuartel —dice Ron —no será tan fácil. No después de la ida al Valle de Godric y de lo que sucedió con Sirius.
—En realidad, —aclara Ginny —creo que será mucho más fácil, porque no se trata de que no nos atrapen, no vamos a volver.
Harry asiente de nuevo.
—¿Cómo les haremos creer que Dumbledore está con nosotros?
—Tengo poción multijugos, —dice Hermione como sin intención, —y un cabello del Profesor Dumbledore.
—¿Cómo puede ser?
—Siempre estoy prevenida, —aclara, los chicos lo creen, Ginny por su parte no se cree una palabra.
.o.O.o.
Fue tarde ya por la noche cuando Remus decide por fin deshacerse del boggart del que Molly tanto se ha quejado.
Debió hacerlo antes, pero han sucedido tantas cosas, la huída de los licántropos, el encontronazo contra los mortífagos, la convalecencia en Hogwarts, la noticia del embarazo de Dora, Sirius abandonando el cuartel, el regreso de Sirius gracias a Severus, el deliberado mutismo de Albus.
Han sucedido tantas cosas que se siente cansado solo de pensar en todas ellas. Apenas ha puesto las manos sobre el gran escritorio en el que ese bicho está encerrado cuando escucha la puerta abrirse y Severus entra con su habitual paso marcial.
—Severus, —saluda Lupin.
—¿Al fin te desharás de ese boggart?, —pregunta Snape muy serio de pie junto a la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho.
—Si, Molly no ha dejado de mencionarlo. —Severus no comenta nada, el escritorio tiembla un poco y Remus le mira, —supongo que sabes que soy capaz de deshacerme de un boggart, de modo que no es eso por lo que estás aquí.
—No, en realidad he venido por otra razón.
—¿A recordarme que salvaste mi vida, —pregunta Remus, aunque no hay enfado en sus palabras, —tal como hiciste con Sirius?
—La vida de Black, no tiene valor para mí, —Severus hechiza la puerta para que nadie pueda oírlos y Remus aprieta su varita, por un momento la idea de que Snape va a atacar le cruza por la mente, pero el pocionista sigue hablando y se acerca hacia una mesilla dejando ahí la varita, como aclarando que aquella plática es en son de paz. —Siendo francos la tuya tampoco, pero salvar a Black pareció lo correcto y ayudarte a escapar… —se hace un silencio antes de que continúe hablando —¿recuerdas cuando dijiste que Tonks era tan buen motivo para huir, como para quedarse a pelear?
—Lo recuerdo, —Remus se acerca a la mesilla y deja su varita junto a la de Snape, como una forma de aclarar que está bien, que pueden hablar como personas civilizadas a pesar de sus diferencias.
—También tengo una razón para intentar hacer lo correcto…
Remus se siente sorprendido, mira a Severus con atención, sin duda parece diferente y no entiende cómo pudo no haberlo notado antes, tal vez sea la ausencia de su capa interminable, o que tal vez que su gesto no es tan rígido como de costumbre, tal vez es porque parece incluso más joven.
—Entiendo, —responde Remus ante tal revelación.
—Sé, de primera mano, —empieza a decir Severus, —que el Señor Tenebroso planea atacar Hogsmeade e incluso puede ser que hasta Hogwarts.
—Tenemos que decirle a Albus, poner a toda esa gente a salvo.
—Albus está enterado, pero se niega a acoger a las personas de Hogsmeade.
—¿Porqué? —pregunta Remus contrariado, el escritorio tiembla de nuevo, como si también se sintiera indignado.
—Yo no conozco los motivos de Albus, pero me ha dicho que no los alertará.
—Severus, —lo corta Remus, hace una seña de alto con las manos, —eso no es posible.
—Tu has visto el accionar de Albus, ¿te sorprende realmente?
Remus guarda silencio por un momento, Severus sabe muy bien en lo que está pensando, en aquel día en el que el director dijo que permitiría el ataque de los licántropos a la comunidad muggle. También puede ver como nace la resolución en los rasgos de Remus.
—¿Qué necesitas?
—Necesito que una vez llegado el momento estés listo para poner a salvo a esa gente, —y continúa, —será pronto. Mañana —Remus se pasa la mano por el cabello nervioso y luego mira a Severus, muy serio. —Tu conoces la casa de los gritos, puedes llevarles desde ahí hasta los terrenos de Hogwarts. —Remus asiente. —Trataré de darte todo el tiempo que pueda, aun así no creo que sea mucho.
—No te preocupes, estaré listo. —Severus asiente, se acerca a la mesilla y toma su varita. —Severus, ¿terminará pronto?
—Es lo que espero.
Remus asiente, luego Snape levanta las protecciones que había echado a la puerta y sale hacia la penumbra sin decir otra palabra.
Bueno, ahora tenemos un plan veamos si realmente funciona, aunque tengan en cuenta, lo idearon Severus y Hermione que son listos, listos. Yo solo digo.
Hola Lynette P. Broderick.- Gracias por tomarte unos minutos para escribirme, de verdad lo valoro. Si, concuerdo era el mejor, la pieza más fuerte en toda la orden y como ves, él mismo ahora es consciente de que sus motivaciones han cambiado. Creo que ya ves más o menos lo que piensa Dumbledore. Así que del centro del país, yo no conozco, nunca he viajado más al sur de Guanajuato, pero bueno, en fin, mi estado te recibe cuando quieras dar la vuelta por acá. Igualmente un abrazo con Susana Distancia, nos leemos prontito.
Hola QueenSlytherin.- La verdad no creo que haya muchos simpatizantes de Sirius por estos lares, si los hay viven en el anonimato. Si estuve muy tentada a matarlo, pero escuchando un debate sobre la pena de muerte se hizo la luz en mi cabecita y bueno, esto fue lo que salió, ya tienes el reencuentro de Severus y Hermione, aunque fue muy cortito espero que te haga feliz. Para mi también es muy emocionante cuando llegan los avisos de sus reviews, dejo lo que hago y me lanzo a verlos. En fin que tengas lindo fin de semana. Nos leemos.
Nos leemos el lunes, que tengan un lindo fin de semana.
Adrel Black
