La tierra estaba cubierta de sangre, aquel hermoso y crecido césped se encontraba total mente maltratado y manchado de aquel rojo carmesí que salía de los cuerpos sin vida, tendidos en el suelo.

No había nadie más en el lugar, los once amigos acababan de llegar y se encontraron con aquel panorama.

- Esta es la trampa. – susurro Torao.

- No toquen nada. – ordeno Luffy

- Al suelo. – Zoro automáticamente tiro de Robin y se posiciono sobre ella cuando comenzaron a dispararles, lo mismo hizo Luffy con Nami y Sanji con Vivi, Y cada uno de los miembros del equipo.

Al finalizar la ronda de balazos, levantaron solo la cabeza.

- Usopp viste algo? – Luffy le pregunto al francotirador que estaba sobre la copa del árbol más alto, Kaya junto a él también armada.

- Están dispersos por el campo, ocultos entre la hierba, subfusil heckler* - respondió el joven, las chicas se miraron sin entender palabra, pero al parecer el equipo de Luffy y Franky comprendieron el mensaje.

- Entendido. – dijeron a la vez, luego Luffy los miro y pregunto.

- ¿están todos bien? – equipo asintió ante la pregunta del capitán.

- Nos están provocando. – susurro Law. – quieren que respondamos al ataque para culparnos de esta masacre.

- Hijos de puta. – respondieron Zoro y Sanji a la vez.

- Debemos movernos con cuidado. – volvió a decir el cirujano.

- Nos seguirán provocando hasta que respondamos. – dijo Robin preocupada, no era para nada la situación que se imaginaba

- Quizá debamos hacerlo. – Luffy continuaba serio.

- ¿Has prestado atención a algo de lo que hemos dicho? – le reclamo Usopp por el interfono.

- Claro que sí, pero Sabo dijo que no nos preocupáramos, yo confió en mis hermanos. – explico con su característica sonrisa.

- Entonces prepárense. – hablo Zoro desenfundando sus Katanas. – mantente detrás de mi y no te expongas inútilmente. – le hablo ahora directamente a Robin.

- Ya lo sé, hay vidas que debo proteger y tú también. – tomo su rostro entre sus manos. – te lo dije una vez, no necesito que seas un héroe, necesito que regreses conmigo. – posiciono una mano sobre su abdomen. – con nosotros. – corrigió.

Zoro beso su frente en una silenciosa promesa, la pelinegra asintió y se posiciono tras la espalda del espadachín, desenfundando sus armas y recordando cuando se enteraron de aquella inesperada noticia.

*dos semanas antes*

- la cena esta lista. – anuncio Sanji, llamando la atención de todos en el barco

- si, carneee. – Luffy apareció gritado por la cubierta.

- no hagas escándalo, idiota. – lo regaño el cocinero.

- huele delicioso Sanji, te suuuuper luciste. – alago Franky entrando en el comedor.

- claro que sí, es filete de res con especias, y salteado de verduras a las finas hierbas. – declaro orgulloso.

-Mmm eso suena aun mejor. – interrumpió Robin entrando junto a Zoro en ese momento. – eso me recuerda algo. – la arqueóloga miro a su prometido esperando a que el continuara hablando.

- en serio lo debo decir yo? Es tu idea, mujer. – se quejó. Robin le dedico una mirada cargada de reproche y alzo una ceja.

- no seas un niño. –

- está bien, cocinero mierdoso, Robin quiere que prepares el banquete de la boda. – hablo rápido y soltó todo el aire contenido de golpe.

- seria un honor, y solo lo hare por Robin, no movería ni un solo cuchillo por ti, marimo de mierda. – Sanji se inclino en una leve reverencia hacia Robin y se dirigió con desprecio hacia Zoro.

- tampoco te pediría nada si no fuera por ella. – respondió el peliverde de igual manera.

- deténganse ahora mismo y cenemos en paz. – los amenazo Nami.

- Shishishi, Nami los maneja muy bien, seria una excelente capitana. – alabo Luffy.

- eso solo lo crees tú. – respondieron los demás a coro, pero guardaron silencio ante la mirada aterradora de Nami.

- buen provecho. – gritaron Chopper, Usopp, Franky y Luffy a la vez.

- ¿estas bien? ¿oye Robin, que tienes? – Zoro noto de inmediato el extraño comportamiento de su prometida, Robin apenas había metido a su boca una cucharada del salteado de verduras cuando sintió el estomago revolverse. Se levanto corriendo de la mesa hasta el excusado más cercano. Zoro corrio de inmediato tras ella, y los demás lo siguieron.

- hey Robin, ¿estás bien? – el espadachín golpeaba la puerta esperando una respuesta.

- ya me siento mejor, perdón por preocupa…- Robin no pudo terminar lo que estaba diciendo ya que cayo desmayada en los musculosos brazos de su amado.

Sin esperar instrucciones, Zoro camino rápidamente con ella en sus brazos hasta la enfermería.

- Espera fuera, nosotros nos encargamos. – le ordeno Chopper entrando tras él.

Aunque no venía acompañado de Torao, si no de Nami.

- No te preocupes, estará bien. – la joven le palmeo el hombro

- Que mierda le pusiste a la comida. – Zoro tomo a Sanji por el cuello de la camisa y lo estampo contra la pared.

- Zoro! – exclamaron todos.

- Déjenlo, esta bien. – hablo el rubio. – sabes que la comida no tenía nada, Robin esta así por otra cosa. – Sanji encendió su cigarrillo cuando su compañero lo soltó.

- ¿Cuántos días lleva vomitando? – le pregunto Kaya

- Desde hace unos días la escucho levantarse al baño en medio de la madrugada. – confeso el peliverde.

La joven psicóloga compartió una mirada cómplice con Vivi, Torao y Sanji, quienes comprendieron de inmediato, los demás cruzaban miradas sin comprender nada.

- Ya despertó, puedes entrar Zoro. – Nami salió de la enfermería con una sonrisa en su rostro, en cuanto el peliverde entro ella cerro la puerta tras de si y se quedo afuera con sus amigos.

- ¿Qué paso? ¿Qué tienes? ¿estarás bien? ¿Qué le sucede Chopper? – el espadachín entro con un torbellino de preguntas.

- Estaremos bien, no debes preocuparte, los síntomas son normales. – le aclaro Robin.

- ¿síntomas? ¿síntomas de qué? – no entendía absolutamente nada.

- Bueno aun falta confirmarlo con el examen de sangre, pero del test de 5 minutos, dio positivo. – explico Chopper

- Estoy embarazada Zoro, seremos padres. – le dijo Robin al notar que su prometido seguía sin comprender nada.

- Esta pálido. – susurro el doctor a la arqueóloga.

- Creo que esta en shock. – respondió ella.

- Chopper, nos das un minuto. – el semblante del espadachín se había vuelto sombrío y la sonrisa en el rostro de la mujer se desvaneció.

- Sé que este no es el mejor momento, no es como lo hubiese planeado

- ¿Qué no es le mejor momento? Es el peor momento de todos. – respondió en un susurro casi inaudible.

- Pero es nuestro hijo Zoro. – a Robin se le había formado un nudo en la garganta y los ojos se habían llenado de lágrimas.

Zoro alzo la vista y vio el rostro de Robin, se golpeo mentalmente por no ser capaz de expresarse bien.

- No llores mujer, no me malinterpretes, estoy feliz, demasiado, es más de lo que he pedido para mi vida. Solo estoy preocupado y en lugar de abrazarte me quede ensimismado pensando en mil formas de convencerte de que no vayas a la batalla. – confesó mientras la abrazaba y acariciaba su cabello.

- ¿Entonces no estas molesto por él bebe?

- Como podría enojarme por hacerme malditamente feliz, te amo. – soltó un leve suspiro y rozo sus labios.

Dos días después de eso, cuando el examen de sangre comprobó que Robin tenia 1 mes de embarazo Chopper le realizo un chequeo completo, y Nami trazo una ruta que no los desviaba demasiado del camino a alguna isla para comprar las vitaminas de embarazo que necesitaría su amiga.

- ¿Qué pasa Chopper?

- ¿ocurre algo con el bebe? - ambos padres del nonato preguntaron a la vez.

- Escucho dos corazones. – explico el joven doctor.

- ¿No es eso lo que debes escuchar? – consulto el espadachín extrañado.

- No, no hablo del corazón de Robin, hablo del bebe, escucho dos corazones. – colgándose el estetoscopio en el cuello les dijo. – esperen aquí. – y salió de la consulta, luego de unos minutos regreso con Torao.

- Le pedí a Torao una segunda opinión, no quiero errar mi diagnóstico. – a Robin le causaba ternura ver a Chopper tan serio.

- Permiso. – dijo el cirujano tomando el estetoscopio de Chopper y poniéndolo sobre el abdomen de Robin. - tienes razón Chopper. – quito el aparato y se lo entrego al joven doctor.

- Chicos, no están esperando un bebe. – comenzó

- ¿Cómo que no, pero el examen? – lo interrumpió Zoro

- Dejalo que termine de hablar. – regaño Robin a su futuro esposo.

- Allí dentro, hay dos bebes, tendrán gemelos o mellizos. – explico.

- Torao, debemos reorganizar la estrategia de lucha.

*en el presente*

Todos habían desenfundado sus armas, y caminaban con sigilo y alertas a cada movimiento y sonido caminaban en dos filas cubriéndose la espalda, Luffy encabezaba la marcha.

Alcanzaron a avanzar un par de metros cuando los disparos comenzaron de nuevo, volvieron al suelo, pero esta vez atentos desde donde se provenían los tiros.

- Detecto hostilidad a las 12 en punto. – informo Zoro

- Enemigos a las 3. – fue el anuncio de Law

- a las 9. – dijo Sanji

- a las 6. – finalmente hablo Luffy.

- ¿Qué haremos? – pregunto Nami asustada.

- Pelear. – respondieron todos a la vez.

Se dividieron en grupos Luffy, Nami y Franky irían en dirección al grupo que detecto Luffy, Sanji, Vivi y Torao irían hacia el grupo detectado por Law, Zoro, Robin y Chopper, hasta el enemigo avistado por el espadachín, Usopp se encargaría del enemigo visto por Sanji además de ser el apoyo para cualquier situación.

- Esto no es favorable. – susurro Robin mientras se acercaban a su posición.

- Lo sé, si esto se sale de control, corre, salvate y salva a nuestros hijos. – respondió tomándola de la mano.

- No te dejare. – afirmo.

- Estaré más tranquilo sí sé que te estarás a salvo. – casi suplico.

- Esta bien. – de mala gana le dijo, no por que en realidad lo pensara, sino porque solo así podría concentrarse en la lucha que tenían por delante.

Aun estaba en su primer trimestre de embarazo, sabia que cualquier pelea cuerpo a cuerpo estaba prohibida, solo podría atacar con sus armas, es por eso que llevaba enfundada 4 pistolas más 3 recargas para cada una, dos navajas y una daga de mano, fue el trato para que Zoro pudiese estar tranquilo en el campo de batalla.

Los disparos comenzaron de nuevo en cuanto más se acercaban, el espadachín comenzó a mover sus espadas como si fuesen las aspas de un ventilador, y con esto lograba desviar las balas que iban dirigidas hacia ellos, mientras Chopper y Robin comenzaban a devolver los tiros.

Escucharon a sus compañeros en la misma labor en diferentes direcciones. Pero quedaron estupefactos al notar como de a poco eran rodeados por miles de marines.

- Estamos jodidos. – dijo Chopper

- No caeré sin pelear. – hablo decidido Zoro, poniendo sus espadas en posición de ataque.

- Ríndanse ahora mismo, están rodeados. – una voz resonó por todo el campo, los chicos comenzaron a retroceder hasta que volvieron a encontrarse todos en el centro

- ¿Qué haremos ahora? – pregunto Vivi realmente asustada.

- No teman, hemos estado en situaciones peores. – los alentó el capitán.

- Manténgase alerta y no bajen la guardia. – fue la acotación de Zoro.

- Repito, ríndanse ahora mismo, están rodeados y serán llevados a juicio, por secuestro y asesinato múltiple. – repitió aquella voz

- ¿asesinato múltiple? – repitieron extrañados.

- Les dije que nos culparían de esta masacre. – respondió Law.

- Que se jodan, si nos van a acusar de algo que lo hagan con hechos. – Sanji estaba furioso.

- No hemos hecho nada. – grito Luffy.

- No creo que les importe. – murmuro Nami.

Estaban preparados para atacar dispuestos a dar la vida luchando porque Robin pudiese llegar al final de todo. Sin embargo, antes de que pudiesen hacer nada, mas de la mitad de los soldados se giraron y se levantaron en armas contra sus compañeros.

A lo lejos vieron a Mihawk, Garp, Ace, Sabo, koala, y otros dos hombres que no conocían, uno de ellos con un gran afro y el otro de un llamativo cabello rojo y una cicatriz en uno de sus ojos, además de una mujer alta y de esbelta figura dirigiendo aquellas tropas, acercándose a ellos.

- Vienen los refuerzos. – resalto Usopp a través del intercomunicador lo que ya sospechaban.

- Así que tú eres Nico Robin. – Garp se dirigió a ella directamente, Zoro interpuso medio cuerpo entre ella y el más antiguo de los marine, por mero instinto.

- Lo soy señor. – hablo tranquila y con calma.

- Bien, entonces ve a buscar la piedra y descubre la verdad mientras nosotros nos encargamos del resto. – ordeno.

Zoro lo miro unos instantes antes de asentir, tomo la mano de Robin para que guiara el camino.

- No veremos de nuevo. – dijo antes de comenzar a caminar.

- ¿De qué hablas? – Nami avanzo para caminar junto a ellos.

- No irán solos. – decidido Luffy.

- Entiendes rápido. – alabo Garp a su nieto.

- Tráigannos la libertad. – les sonrió Sabo

- Deja a la marina en nuestras manos. – continuo Ace.

- Bien, nos encargaremos del poneglyph y de la escoria de CP9. – volvió a decir Luffy, asintiendo a los presentes, nadie más dijo nada y los 11 amigos partieron rumbo a su destino.

- ¿Estás seguro de esto Garp? – la mujer que había llegado junto a ellos pregunto recelosa mirando en la dirección en la que los sombrero de paja partieron. – no confió en esas mujeres.

- No te preocupes Hancock, Robin es la prometida de Zoro, Nami y Vivi son las novias de Luffy y Sanji, así que estarán bien. – le sonrió Koala con falsa inocencia.

- No es momento para eso, acabamos de descubrirnos como desertores. – hablo serio Mihawk.

- Prepárense para luchar, incluso con aquellos que eran sus compañeros. – Shanks se dirigió a las tropas, y comenzó una lucha entre los mismos miembros de la marina.

….

- ¿Estas segura que este es el camino correcto? – Usopp pregunto por tercera vez mientras caminaban por el campo cubierto de sangre y cuerpos sin vida.

- Si, el ultimo santuario debería estar cerca. – respondió Robin mirando a su alrededor.

- Creo que ya llegamos. – Zoro detuvo su andar y estiro su brazo para detener a Robin y a los demás, todos levantaron la vista y se encontraron de frente con Rob Lucci, Kalifa y otros 3 miembros del CP9, uno de ellos que tenia la apariencia de un lobo sostenía a un hombre mayor y apuntaba a su cabeza con una pistola.

- Es bueno verte otra vez, Robin. – todos los chicos notaron el cuerpo de Robin tensarse, Zoro tomo su mano y le dio un apretón recordándole que estaba junto a ella.

- No te atrevas a dirigirle la palabra hijo de puta. – el espadachín apunto hasta el líder del CP9 con una de sus espadas.

Lucci lo miro con desprecio, como si ellos fuesen insignificantes.

- Oponerse al gobierno es inútil, ¿crees que puedes cambiar algo? Te llevare de regreso y me encargare de ti, tenemos un pequeño asunto pendiente. – Zoro se adelanto soltando la mano de Robin y desenvainando su otra espada.

- Zoro espera. – Luffy lo detuvo. – deja que nosotros lidiemos con estos payasos, acompaña a Robin hasta el poneglyph, son ustedes quienes deben llegar hasta la verdad. – el capitán estaba serio, y tanto el espadachín como la arqueóloga sabían que tenía razón.

- Mi señora. – susurro el anciano que se encontraba en las manos de Jabra.

- ¿Crees que te dejaremos pasar tan fácil? – Kalifa les hablo despectivamente igual que Lucci.

- Creo que estarás lo bastante ocupada como para preocuparte por Robin. – Nami sonó totalmente segura y ella junto a Vivi y Kaya se adelantaron hasta la rubia del CP9 quienes comenzaron de inmediato a batallar.

- No podemos dejar que las chicas se lleven toda la gloria, eso no seria suuuuper. – Franky sonrió y se lanzó al ataque del tipo con el cabello verde. Chopper, Usopp y Torao peleaban con el hombre de cabello rosa y Sanji se lanzo hasta Jabra, logrando liberar al anciano, Zoro lo tomo en el aire sin soltar a Robin y comenzaron a correr dentro del santuario.

Lo último que Robin vio antes de doblar en un pasillo fue a Luffy luchando contra Lucci.

- ¿Hacia dónde? – le pregunto Zoro algo exaltado al anciano que aun temblaba.

- A la izquierda, la otra izquierda.

- Mierda. – susurro el espadachín, logrando sonsacarle una pequeña sonrisa a Robin.

- Aquí es. - les dijo el anciano y se detuvieron frente a una puerta de piedra. – lamento haberla conocido en estas circunstancias mi señora, mi nombre es Alinthís y soy el guardián del santuario del norte. – se presento una vez entraron en la sala y estuvieron seguros.

- Esta es una cámara acorazada, supimos hace un tiempo que nuestro eterno enemigo había adquirido la ubicación de nuestro santuario, y aunque nuestros mejores guerreros dieron todo por proteger este lugar, no fuimos suficientes. – se lamentó.

- Siento haber llegado tarde. – se disculpó Robin.

- No debe sentirlo mi señora, así es como debía ser. – el hombre la miro con una intensidad tal, que Robin sintió como si le leyera el alma.

- Debemos terminar con esto, esta a punto de anochecer. – los apremio el espadachín. Robin camino hasta el poneglyph y comenzó a leer.

- Hace 800 años se fundo el gobierno mundial como lo conocemos hoy, un gobierno corrupto y que solo protege a quienes pueden pagar por aquella protección, que no distingue entre justicia real a la justicia ciega que profesan solo a sus ideales, que llama criminal a cualquiera que piense diferente a ellos. Capaz de secuestrar y torturar a alguien solo por que puede decirle al mundo lo que les estoy diciendo hoy. – Robin se encontraba de pie tras el podio, con Zoro y el resto de sus compañeros tras ella, esta conferencia había sido idea de Sabo y Koala, cuando la batalla termino dándolos a ellos por vencedores, ambos periodistas le aconsejaron que era mejor decir la verdad en ese momento. Las cámaras que el gobierno había dispuesto grabaron todo, incluyendo la masacre a los habitantes del santuario del norte. Ace se había encargado de eso.

Las personas alrededor del mundo fueron testigos de todo lo ocurrido en aquella batalla.

Robin comenzó a relatarles la historia de Neos Kosmos y como fue aniquilada y masacrada solo por vivir diferente a como querían que lo hicieran.

- Soy la ultima descendiente des esta nación, y le propongo a cada líder que construyamos un nuevo mundo, un mundo libre, en el que cada país, nación, región o reino sean capaces de tener su propia protección y leyes, donde no dependamos de un solo gobierno que decida por todos, donde no debamos elegir entre comer o pagar para estar protegidos por la marina, no será todo perfecto, pero al menos démosle a las personas la libertad de elegir como quieren vivir. – diciendo esto se bajo del podio con sus amigos siguiéndola.

- ¿Y ahora que haremos? – le pregunto Zoro tomando su mano.

- Disfrutar de nuestra libertad. -