Sueña… despierta.. vive… repite.

ArmandoVD

Conlleva sacrificios.

POV narrador, minutos antes.

"prepárate Moria, es hora de comenzar con nuestro ataque" dijo Selene mientras observaba con diversión a la nueva alicornio que seguía inspeccionando su nuevo cuerpo, a pesar de querer dejarla maravillarse por la nueva grandeza que se le había otorgado, su corazón le recordaba que había algo más importante que hacer, ese algo, era azotar estas tierras que fueron una vez su responsabilidad, pero, sobre todo, atacar algo muy preciado para el viejo lobo.

Inocentes.

Edrubain era conocido por querer salvar a cuantos inocentes pudiera, haciendo que la diosa quisiera darle el golpe más fuerte en donde más le dolía, masacrando a cuantos inocentes pudiera y llevarlo a una desesperación sin igual, ideando un plan macabro que hiciera que Edrubain se desplomara antes de darle ella misma el golpe final.

'te juro que te haré sufrir mil veces lo que me hiciste Edrubain…te juro… que me las pagaras...'

Ese pensamiento corría desenfrenado por su mente, misma que, sin saber bien el porqué, parecía quererle decir algo importante, recordarle algo que era de suma importancia, pero, que por mas que intentara, siempre la eludía al ser aplastado bajo el peso del odio y el rencor de su corazón.

"respóndeme esto Moria, dijiste que habías masacrado el pueblo que había acogido a Edrubain en su retorno a este mundo cierto?"

"si mi señora" dijo Moria parándose junto a su diosa.

"bien… es un buen comienzo… ahora, donde podemos seguir el ataque?"

"mi señora, si me permite una propuesta?" dijo Moria con una mueca desfigurada que podía considerarse una sonrisa.

"adelante"

"por lo que sé, hubo sobrevivientes, si estoy en lo correcto, deberían de ir en camino a Canterlot"

"Canterlot?" preguntó Selene con algo de sorpresa.

"así es mi diosa, mucho ah cambiado desde que estuvo en estas tierras, pero, basta decir que es la nueva capital, seguramente irán ahí a refugiarse luego del ataque inicial"

Moria sentía las ganas de probar sus nuevos poderes cuanto antes, de poder masacrar a todos esos bastardos adoradores de la bestia, incluso, estuvo a punto de tomar vuelo, solo para ser detenida por su diosa.

"ya veo… corren como ratas hacia una seguridad incierta, bien, será una excelente forma de llamar la atención de ese bastardo"

Convocando su magia, el cuerpo de Selene creció de un tamaño colosal y comenzó a palpitar desde dentro, al inicio, parecía tener pequeños espasmos, pero, estos se intensificaron rápidamente mientras una gran cantidad de manos empezaban a plasmarse en todo su cuerpo, mismas manos que salieron luego de un tiempo, dejando pasmada a Moria.

"mi señora, que esta-"

"divirtámonos un poco" dijo Selene con una sonrisa macabra mientras una gran cantidad de cuerpos comenzaban a salir del suyo, en cuanto estuvieron afuera, algunas de las entes comenzaban a dar un lamentable gimoteo, levantándose y mostrando un cambio muy terrorífico, pues sus cuerpos mostraban descomposición y sobretodo, de sus espaldas y frentes, brotaban alas y cuernos desfigurados, incluso, parecía como si alguien los hubiera incrustado en los cuerpos como muñecas malformadas.

"e-e-esos son.."

"los cadáveres de aquellos a quienes sacrificaste, que esto sea una advertencia de lo que viene"

Decía Selene mientras más y más cadáveres salían de su cuerpo, en cuanto el ultimo salió de ella, volvió a su tamaño normal, mirando con sadismo y diversión a los cadáveres andantes, mismos que parecían sufrir por la mera razón de existir.

"ESCUCHEN MI LLAMADO PEQUEÑAS ESCORIAS, HAN SIDO TRAIDOS A ESTE MUNDO POR UNA SOLA RAZÓN, SERVIRME EN LA MUERTE"

Con un gemido colectivo, los cadáveres levantaron sus manos hacia Selene, quien, divertida por el sufrimiento y desgracia de estos ponies, dio su primera orden.

"ALGUNOS DE USTEDES IRA A BUSCAR AL MALDITO DE EDRUBAIN, DESGARREN SU CARNE Y ROMPAN SU ESPIRITU, LOS DEMÁS, VAYAN EN BUSCA DE LOS SOBREVIVIENTES DEL PUEBLO" nuevamente, un gemido se hizo sonar, uno que pudo haber congelado el corazón de cualquiera por la tan horrible sinfonía de los muertos.

"Moria, tú te encargarás de llevarlos a Canterlot, por ahora, tengo un asunto que atender personalmente"

Moria quería preguntar que necesitaba, pero, al saber que era un asunto personal, no quiso entrometerse, sin saber que una razón era que aquel hechizo había consumido gran parte de la energía de la diosa, sin embargo, solo pudo observar cómo parecía mirar a una ponie en especifico con gran cautela, una que, si no mal recordaba, era la única que seguía esperando ser salvada por ese lobo hasta el último momento, después de todo, era muy fácil recordar su cabellera dorada.

'no se que tenga planeado… pero se ve que será algo divertido'

Sin perder más tiempo, Moria tomó vuelo con sus nuevas alas, sorprendida por la facilidad que tenía de usar esta nueva habilidad y más aun al mirar como los alicornios cadavéricos tomaban el vuelo junto a ella, todo el tiempo gimiendo miserablemente y con un único propósito.

"MATAR A TODOS" gritaron los cadáveres mientras se lanzaban con gran fuerza en dirección de Canterlot, dejando a Moria riendo a carcajadas, unas carcajadas demenciales que solo un ser del abismo podría crear.

"ESTA NOCHE, TODOS LOS IMPUROS ARDERAN" grito Moria tras unos momentos de carcajadas, usando sus nuevas alas para dar un gran impulso en dirección del castillo, esperando con ansias erradicar a cuanto impuro se cruzara en su camino.

Con la brigada de rescate, tiempo presente

"CUANTO PIENSA DEMORAR ESE TONTO? DEBEMOS LLEGAR A CANTERLOT LO ANTES POSIBLE"

Dijo algo molesto Khan mientras miraba como se aproximaban a la ciudad de Canterlot sin señales del lobo, consternando a algunos que miraban detrás de si mismos la escena caótica del pueblo, lamentando la perdida de sus hogares y esperando que Edrubain volviera pronto.

"no importa, ahora mismo debemos llegar al refugo antes que pueda pasar algo" dijo Yad con un mal presentimiento en su corazón.

"TSK, EN VERDAD QUE NO SE COMO PUEDEN CONFIAR TANTO EN UN SUJETO ASÍ"

"je, ya verás de que es capaz de hacer cuando empiece la batalla" dijo Arcus con gran seguridad mientras volaba cerca del dragón, mirando con algo de tristeza a los pocos sobrevivientes de la masacre, quienes estaban aterrados, dejándolo recordar un segundo la cruzada en sus tierras.

"ESPERO QUE TENGAS RAZÓN, AL MENOS LA ILUSIÓN PARECE HABER SURTIDO EFECTO"

Dijo Kham mientras miraba lo que parecían las ruinas de la ciudad, admirando el trabajo de su pareja con gran orgullo y esperando que todo fuera saliendo como lo planearon.

"SABEN A DONDE DEBEMOS DEJAR A LOS REFUGIADOS?"

"por lo que nos dijo la capitana, es en un refugio en la base de la montaña, solo esperemos que ya hayan empezado la evacuación de la ciudad… de lo contrario, esto será una masacre" dijo Yad con un tono desesperanzado, rogando a los dioses que fuera el caso, sin embargo, algo llamó la atención de la grifo, quien, tras unos segundos de intentar luchar contra su instinto, hizo caso a estos y volteó hacia atrás.

"oigan, parece que alguien más viene" decía Yad mientras apuntaba hacia atrás, haciendo que todos voltearan a ver la gran cantidad de ponies que parecían ir en su misma dirección.

"MAS REFUGIADOS?"

"lo dudo, todos parecen ser pegasos, quizá sea parte de la armada alada" dijo Arcus retomando su posición y mirando hacia enfrente, sintiendo un cierto alivio de saber que al menos había llegado algo de apoyo, pero, su alivio se desvaneció luego de un rato al escuchar a Yad, quien gimió de horror luego de observar por unos segundos a quienes los seguían.

"no… no puede ser…"

"que pasa Yad?"

"esos… no son pegasos…"

"QUE?" tanto el grifo como el dragón preguntaron alterados.

"son… cadáveres.." dijo Yad con gran horror tras poder observar con detenimiento el ejercito que se acercaba, haciendo que todos los presentes voltearan a ver la escena aterradora, haciendo que un grito de horror saliera de todos los refugiados.

"QUE DEMONIOS ES ESTO? AHORA LUCHAMOS CONTRA LOS MUERTOS?" dijo irritado Khan mientras volaba más rápidamente, haciendo que los grifos hicieran lo mismo, pero, por mas que se esforzaron, fue imposible para ellos alejarse lo suficiente, y cuando menos lo esperaron, ya habían sido alcanzados por el ejercido no muerto.

"GRIFOS, TOMEN A LOS REFUGIADOS Y LARGENSE DE AQUÍ, YO LES DARÉ ALGO DE TIEMPO" con gran desesperación Khan dio la orden y los grifos comenzaron a actuar, teniendo una labor difícil, pues los aterrados sobrevivientes luchaban por salir de esta lo antes posible, pero, con algo de suerte, todos los grifos pudieron tomar a un sobreviviente eh intentar volar rápidamente en dirección del castillo… pero fueron rápidamente emboscados.

"MASACRE¡"

"MUERTE¡"

"DESTRUCCIÓN¡"

"SUFRIMIENTO¡"

Los gritos de los muertos eran implacables, una sicofonía de lamentos e ira que retumbaba en el corazón de todos los presentes, haciendo que se paralizaran por unos segundos, más cuando vieron que, de los cuernos putrefactos de estos seres infernales, comenzaban a salir grandes esferas de energía en dirección a ellos, por su parte, Khan intentó interceptar algunos ataques para ayudar a defender a los grifos que se retiraban, pero, esto resulto ser un gran error-

"AAAAAAAAAAAAGGGHH, MALDICIÓN"- pues los ataques eran tan devastadores que, en cuestión de segundos, dejaron al dragón con heridas casi mortales, lastimando sus alas y dejándolo a merced de los alicornios, quienes con gran deseo de destrucción, comenzaron a atacar a Khan, mordiendo toda la carne que podían.

"KHAAAAAAN" ambos embajadores gritaron horrorizados mientras miraban como el ejercito implacable parecía quererse comer a su nuevo hermano en armas.

"GRRRRRRRRR, LARGO DE AQUÍ, VAYANSE AHORA¡" dijo Khan mientras lanzaba una bocanada de fuego en contra de los zombis que se aferraban a su cuerpo, incinerándolos de inmediato y dejándolo con algo de libertad para poderse mover en contra del ejercito que avanzaba sin temor hacia el castillo.

"… RETIRADA, AVANCEN HERMANOS Y HERMANAS"

"ESPEREN" grito desesperada una ponie morada, que luchaba contra los grifos que la tomaban para alejarla, haciendo que la desesperación de los embajadores creciera.

"NO PODEMOS ESPERAR, DEBEN IR AL-"

"PUEDO AYUDAR" grito Twilight mientras encendía su cuerno y alzaba una gran barrera que cubrió rápidamente a Khan, dejándolo respirar por unos segundos, mismos que utilizó para cauterizar sus heridas tan rápido como pudo y estar listo para otro ataque del enemigo.

"pero… como…" dijo Yad al mirar como los ataques devastadores eran neutralizados gracias a la magia de Twilight, quien con cada impacto no podía evitar dar una mueca de dolor, pero, dejando que los grifos pudieran avanzar un poco más, sin embargo, Twilight pidió algo sin precedentes.

"TODOS LOS UNICORNIOS, AYUDENME CON LA BARRERA, PODEMOS AYUDAR A GANAR ALGO DE TIEMPO"

Al inicio, como era de esperar, todos se miraron el uno al otro con algo de miedo eh inseguridad, pero, dentro de ellos comenzó a nacer el coraje suficiente para encender sus cuernos y, como pidió Twilight, comenzaran a enviar sus energías al escudo mágico que protegía a Khan, esta vez, empezando a tomar más terreno y envolviendo una gran parte del terreno que los rodeaba, permitiendo a Khan regresar al grupo y retomar sus fuerzas.

"TWILIGHT" gritaron un grupo de amigas que, desesperadas al ver que su amiga quedaba atrás, luchaban contra los grifos que las sostenían para intentar llegar con su amiga y tratar de ayudarla de la mejor forma posible, pero, Twilight ya había planeado algo.

"LOS ELEMENTOS, NECESITAMOS LOS ELEMENTOS DE LA ARMONIA, ALGUIEN DEBE IR AL CASTILLO Y TRAERLOS, TRATAREMOS DE DEFENDERNOS CUANTO PODAMOS"

"yo me quedaré querida, no puedo ofrecer mucha energía, pero, toda la magia servirá ahora mismo" decía Rarity tras pedir al grifo que la escoltaba la llevará con el grupo de unicornios.

"… gracias Rarity"

"para eso son las amigas"

Tras unos segundos de resistir los ataques, la esperanza de todos comenzaba a levantarse por unos segundos, pues, a pesar de ser una labor titánica, los ponies habían mostrado que no estaban indefensos.

"UNICORNIOS, MANTENGAN LA BARRERA, YO ME ENCARGO DEL ATAQUE" dijo Khan mientras se mantenía con algo de esfuerzo en el aire, lanzando fuego en todas direcciones y acabando con la amenaza de forma relativamente rápida, pero, todos sabían que era una batalla contra el tiempo, después de todo, nadie sabía cuánto resistiría la barrera.

"RAINBOW, NECESITAMOS TU VELOCIDAD" dijo Twilight mientras se esforzaba en mantener la barrera.

"pero… pero…" Dash estaba con dudas luego de todo lo que había pasado, dejándola un mar de nervios al no saber que hacer, sin esperar la respuesta de Arcus.

"NO ES MOMENTO DE DUDAR, NO SE QUE HAYA PASADO ANTES, PERO, NECESITAMOS TU LEALTAD AHORA MISMO, LA LEALTAD VIENE DESDE EL CORAZÓN, ESO LO DIJO SIEMPRE EL JEFE EDRUBAIN, AHORA, MUESTRA TU LEALTAD A TU GENTE Y VE AL CASTILLO"

Al inicio, Dash miraba atónita al grifo, quien avanzó rápidamente con los demás para poder llevar a los refugiados a un lugar seguro, sin mirar hacia atrás oh esperar la respuesta de Dash, la cual, para suerte de todos, fue haber salido volando tan rápido como sus alas le permitían hacia el castillo, llevando con ella la noticia del ataque.

"ahora… solo queda esperar..." dijo Twilight mientras miraba como los cuerpos putrefactos parecían no casarse jamás, enviando ataque tras ataque y siendo derivados por el fuego de Khan, quien comenzaba a respirar un poco agitado luego de cada ataque, pero, manteniéndose firme en seguir atacando hasta el final.

Nadie sabía que, desde detrás del ejército, una alicornio observaba con gran diversión la escena desesperante frente a ella, sonriendo de forma macabra mientras miraba como su ejercito avanzaba sin piedad en contra de aquellos que tanto odiaba.

"sin duda alguna… la venganza sabe mejor con una gran cantidad de desesperación"

Para suerte de todos, el sadismo dentro de ella le impedía atacar directamente el escudo, pues esperaba primero darles algo de esperanza, solo para arrancarla cruelmente de sus seres.

"pronto… muy pronto…" decía Moria mientras el fuego encendía otra parte del ejército, esperando con ansias el momento de atacar a los impuros, sin saber, que esa sería su perdición.

Con Pip

"de que… quiere hablar exactamente señor Tánatos?" pregunto algo inseguro Pip al saber que tenía enfrente de él a un dios de la muerte, no queriendo hacerlo enojar, pero, la situación ameritaba que se apresuraran si querían ayudar a defender al pueblo.

"de como pueden ayudar a Edrubain y a este mundo pequeñín" dijo Tánatos con un rostro calmado que escondía miles de sentimientos.

"c-c-como podemos ayudar?" dijo Hope encontrando el valor suficiente para poder hablar con el dios de la muerte.

"ah, esa es la cuestión cierto? Bien, para empezar, díganme, que saben acerca de Selene?"

Ambos ponies se miraron el uno al otro, confundidos por unos segundos y volteando a ver a Tánatos con inseguridad, dejando que de este escapara un suspiro y una sonrisa.

"ya veo, no saben nada… esperaba que al menos tu supieras algo pequeña, en fin, no pondré mas peso sobre ustedes, es sencillo, necesito… que resuciten a las princesas"

Ambos miraron con asombro y algo de miedo al dios, por su parte, Pip se preguntaba que había estado pasando fuera mientras dormía, mientras que Hope se preguntaba si siquiera sería posible algo así.

"resucitar… q-q-que fue lo que-"

"estoy seguro que viste como tus amigas se retorcían hace rato en el pueblo, cierto Pip?"

Tras recordarlo, Pip sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo, recordando la impotencia que sintió de ver a su mejor amiga y a la princesa Heart en esa situación sin poder hacer nada.

"que fue lo que les pasaba?"

"… les estaban robando su alma" dijo Tánatos con un tono sombrío.

"QUE?" ambos gritaron al unísono mientras Tánatos se rascaba un poco la cabeza, queriendo simplificar todo lo antes posible.

"el ritual que usaron para traer de vuelta a Selene requería de una enorme cantidad de energía, pero, no solo las almas mortales servirían para romper el sello, los idiotas que hicieron esto no sabían que, al hacer el ritual, también se consumiría las almas de todos los alicornios vivos en este mundo, después de todo, no puedes sacar del averno un alma sin pagar un precio, por desgracia… las almas mortales solo sirvieron para abrir el portal… pero ofrecieron el alma de todo alicornio vivo a cambio de la de Selene y la de Apolo, sin embargo, al haber salvado a tus dos amigas, evitaste que eso pasara, bien hecho Pip"

Eso dejó a Pip consternado, más por el hecho de no saber quien era ese tal Apolo que menciono Tánatos, pero, alegrándose de haber podido evitar un destino peor.

Miles de preguntas volaban por la mente de Pip, pero, solo una de ellas pudo salir a la luz.

"pero… porque nosotros?"

"es sencillo, por ella" dijo Tánatos mientras apuntaba a Hope, quien no podía creer que pusieran un destino tan grande sobre sus hombros.

"Y-Y-Y-YO? P-P-P-P-PERO YO NO SE NADA SOBRE-"

"tranquila mi niña, todo a su tiempo, verás, quizá no lo recuerdes, pero, tienes una gran afinidad con la princesa Luna, no es mi lugar desvelar el por qué, solo dejémoslo en que tú eres la única que puede alcanzar a ambas princesas en su prisión dentro de la prisión donde están ahora, claro, si tienes el valor de hacerlo, de lo contrario… puede que este mundo perezca bajo la ira de su diosa anterior…"

Tánatos sabía que pedir algo así a una chica tan joven era algo simplemente cruel, más al recordar como ese mismo destino fue impuesto a Edrubain hace siglos sin poder hacer nada al respecto, pero, no tenía otra opción…

'después de todo… el destino es una verdadera perra…'

"yo…. Yo no…"

"tranquila Hope, se que puedes hacerlo, yo te ayudaré" dijo Pip mientras tomaba las manos de Hope sobre las suyas, haciendo que por un instante, el miedo desapareciera de la mirada de la joven potra, dejando a Tánatos mirándolos con detenimiento.

'acaso… nah, deben ser cosas mías, aunque… me recuerdan a Edrubain y a Astrid… pero… si es el caso… espero que sus destinos no sean tan crueles…'

"en… en verdad?" preguntó Hope con inseguridad, pero, tras ver la sonrisa y al determinación de Pip, dejo salir un suspiro y reunió todo su valor para voltear a ver a Tánatos.

"e…está bien… ha-hare lo mejor que pueda señor Tánatos"

"excelente, ahora, esto es lo que necesitan hacer-" decía Tánatos mientras invocaba una extraña piedra de color negra con grabados purpuras en toda su extensión, llevaba tallada un rostro de un cráneo y parecía pulsar con un fulgor verde, y por extraño que pareciera, parecía llamarle fuertemente la atención a Hope.

"-es poner esto en el altar donde fue realizado el ritual, una vez esto pasé, podrán acceder al reino de los muertos, oh al menos, a la parte donde fueron enviadas originalmente todas las almas usadas en el ritual, una vez dentro, solo deben dejar que la piedra los guie a donde están las princesas, ahí… empezará lo difícil"

Tánatos dejó que los chicos se acoplaran a la idea de entrar a un lugar tan tétrico como el reino de los muertos, sabiendo el muy bien de antemano que ese reino no era un lugar para chiquillos como ellos, sin embargo, esta sería su ultima oportunidad de poder ayudar.

"una vez estén ahí, deben despertar a las princesas de su sueño y ayúdenlas a salir de la prisión infernal, por suerte, ambas princesas pueden encargarse del resto, pero, tengan mucho cuidado una vez entren en las mentes de las princesas, habrá guardianes que querrán impedir su camino y puede ser un laberinto ahí dentro, sin embargo, Hope será capaz de alcanzarlas, siempre y cuando mantenga una mente calmada"

"y-y-yo?"

"así es pequeña, como dije, solo tu puedes hacer esto, se que es demasiado pedir… pero… por ahora… solo tengan fe" decía Tánatos mientras daba una reverencia a ambos ponies, quienes miraban atónitos al dios de la muerte.

"en verdad… cree que pueda lograrlo?" dijo Hope tras unos segundos de silencio, haciendo que Tánatos sonriera de forma calurosa.

"tan seguro que podría apostar mi eternidad en ello, por cierto, tengo un último regalo para ambos"

Tánatos reunió una gran cantidad de energía en sus manos, haciendo que un gran brillo saliera de ellas, en cuanto terminó de hacer su magia, un par de anillos quedaron en cada una de sus manos, dejando confundidos a ambos ponies.

"esto es solo en caso de emergencias, si las cosas se ponen feas, toquen sus manos que lleven estos anillos" decía Tánatos mientras entregaba un anillo a cada ponie.

"para que son?" preguntaba Pip mientras miraba el extraño anillo con grabados que no entendía, pero, que sentía una gran energía expulsada de este.

"es para hacer una unión de alma, supongo que saben de la relación de Edrubain y Manhorod cierto?"

"(GASP) ósea que-"

"si… si los usan… ambos serán compañeros de alma y podrán unir fuerzas, aunque, a cambio, perderás tu divinidad Hope, y por tu parte, serás un semidios Pip, es algo drástico, pero, por ahora estamos en tiempos desesperados pero, como dije, úsenlo solo en caso de emergencia" decía Tánatos mientras llevaba su mano al rostro, cerrando los ojos y suspirando por lo difícil de la situación y esperando que no tuvieran que llegar a usarlos.

Ambos ponies se miraron por unos segundos, al inicio, la inseguridad volvió a ellos, pero, al saber que tenían una ultima carta, ambos asintieron con determinación, tomando una decisión que cambiaría sus vidas por el resto de la eternidad.

"siempre estaré a tu lado Hope" dijo Pip mientras alzaba su mano.

"… y yo siempre te ayudaré cuanto pueda Pip" decía Hope levantando su mano también.

"uh?... ESPEREN, NO VAYAN AH-"

Fue demasiado tarde, Tánatos, el dios de las muertes indoloras y misericordes, miraba impotente mientras ambos ponies tomaban sus manos que portaban sus anillos, mismos ponies que comenzaron a brillar mientras un gran milagro ocurría dentro de sus seres, ambas mentes comenzaban a pensar lo del otro, sus corazones comenzaban a palpitar al mismo ritmo, sus inseguridades y fortalezas eran sentidas por ambos al mismo tiempo y sobretodo, sus almas se comenzaban a fusionar, creando un nuevo ser que compartía dos cuerpos, creando una conexión inseparable en los dos amigos, mientras el dios que lo inició todo, solo miraba incrédulo la escena, dejando salir una palabra universal que serviría siempre para situaciones como esta.

"… mierda…."

Con Edrubain y Manhorod

Ambos ancestrales respiraban algo pesado tras haber terminado a todos sus enemigos, tanto Manhorod como Edrubain miraban con ira los cuerpos mutilados de los ponies a quienes habían llamado amigos, cada uno de sus rostros dejando ver un ultimo sentimiento antes de ser derrotados.

Paz.

"no puedo creer… que haya hecho algo así" Decía Manhorod con su boca siendo presionada con fuerza.

"… no sé por qué hizo esto…" decía Edrubain tomando con cuidado la mano de Bombon, mirando los cuerpos de los ponies que lo rodeaban y dejando que su boca sangrara por la presión en ella.

"… pero…" decía mientras se levantaba con calma y respiraba con pesadez para calmarse.

"… lo pagará" esta vez, su mano fue la que sangraba al presionarla con la fuerza suficiente para clavar sus garras en ella.

"… por ahora debemos regresar con los niños Edrubain…"

"… tienes razón…"

Mientras ambos ancestrales comenzaban a retomar su camino hacia el hogar de Edrubain, ambos sintieron un gran cambio en el ambiente, algo que los dejó pasmados por unos instantes, algo que era realmente familiar para ambos, algo que, a pesar de quererlo negar, ambos sabían que había pasado.

"un pacto" Ambos dijeron al unísono mientras observaban como a lo lejos, en dirección de la mansión, un pilar de luz se levantaba con gran fuerza y se alzaba hasta los cielos, llevando consigo un pulso de energía que atravesaba todo el bosque, dejando que ambos tuvieran una cierta nostalgia al recordar el día que ambos sellaron el propio.

"pero… quien pudo-"

"… Edrubain…" El tono de Manhorod lo decía todo, haciendo que Edrubain entrara en negación y desesperación.

"no… ellos no pudieron…"

"(suspiro)… es demasiado tarde… ya lo hicieron… además… que esperabas? Son nuestros alumnos, pero, solo queda una pregunta… quien les ayudó?"

Tras pensarlo por unos segundos y recordar a los dioses que estaban presentes en este mundo, ambos llegaron a la misma conclusión, una que dejó a ambos molestos y, en el caso de Manhorod, con una sonrisa algo forzada.

"vaya… parece que tendré una reunión familiar dentro de poco…"

"… como pudo hacer esto…" dijo Edrubain con una ira casi contenida.

"lo hecho, hecho está querido lobo, por ahora… solo podemos ayudarlos a acoplarse a esta nueva etapa… además… quieras oh no… serán de gran ayuda ahora mismo"

Edrubain no quería admitirlo, pero, su compañera tenía razón, ahora mismo, toda fuerza aliada era más que bienvenida, sin embargo, al saber que tenía que enviar a su alumno al campo de batalla, hizo que quisiera golpearse a si mismo por considerarse una gran escoria.

"… vayamos ahora mismo… tengo unas cosas que hablar con mi alumno"

Con Tánatos

(les recomiendoescuchar Reign of terror de Rhapsody of Fire)

"… maldita sea… esto va a ser difícil de explicar…" decía Tánatos con una mirada de preocupación mientras miraba a los dos ponies dormidos en el hogar de Edrubain, puesto que no podía entrar en este mundo del todo, estaba en su estado etéreo, mirando a ambos ponies con preocupación y algo de admiración, después de todo, nunca imaginó que ambos tuvieran la valentía oh estupidez necesaria para hacer el pacto de forma tan prematura, más sin que ambos estuvieran preparados para un cambio tan grande.

"… bueno, esto ya se jodió, será mejor que regrese ah-"

En ese instante, una alarma salto dentro de la mente de Tánatos, una que había sentido antes de que comenzara todo este desastre, pero, que ahora, podía al menos ganar algo de tiempo para que los protectores de este mundo tuvieran una oportunidad.

"oh, no, no lo harás" dijo Tánatos mientras cargaba un conjuro para aparecer en una parte en concreto.

Tras llegar a una catacumba, pudo observar a la figura de Selene parada frente a un altar, uno que mostraba la figura de un alicornio envuelto en llamas incontrolables, que miraba al mundo con desprecio y odio, su musculatura era de admirar al igual que la fuerza y fiereza que parecía salir a cantaros de la estatua, su armadura impenetrable dejaba saber a cualquier mortal que sería imposible dañar a esta deidad y sus espadas prometían agonía y desesperación a cualquiera que fuera atacado por ellas.

"cuanto tiempo… amor mío…" dijo Selene mientras se acercaba a la estatua con gran amor en su mirada, pero, esta cambió a rabia al sentir que no estaba sola.

"hmmm… tan cobarde como siempre" dijo Selene con desprecio sin darse la vuelta, sabiendo muy bien a quien tenía detrás.

"vaya, así tratas a un familiar?" Dijo Tánatos con un tono burlón mientras observaba como Selene invocaba su martillo rápidamente, a pesar de que ambos sabían que no podía dañar al dios de la muerte, la hostilidad era más que aparente.

"familiar eh? Dime, la familia deja que te pudras en un abismo por siglos sin fin? Oh que tal abandonarte mientras luchas por tu vida con un desgraciado que te arrebatará todo?"

"oh, así que también tienes amnesia eh? Je, bienvenida al club, supongo que tu resurrección no tuvo éxito del todo"

"no intentes jugar tus juegos mentales conmigo Tánatos, se muy bien que eres un mentiroso" decía Selene con odio en cada palabra, dignándose a mirar al ente junto a ella, por unos segundos, no reconociendo su nueva forma, dejándola con más dudas de lo que realmente pasaba, incluso, un impulso dentro de ella nuevamente quiso salir a la luz, pero, nuevamente, fue aplacado por el odio en su interior.

"hmm, es una lástima, parece que la historia tendrá que repetirse nuevamente" decía Tánatos con algo de desinterés, intentando ocultar su frustración.

"no sabes nada maldito traidor"

"oh, por el contrario querida prima, se lo suficiente, se lo que hiciste en este mundo, se lo que estas haciendo ahora mismo, sobretodo… se lo que quieres hacer ahora mismo" al terminar su frase, el tono de Tánatos se volvió sombrío y algo amenazador, dejando a Selene dudando por unos instantes, sin embargo, una sonrisa socarrona volvió a ella casi de inmediato.

"puede que sepas lo que quiero hacer, pero, dime, acaso tu lo impedirás? No tienes poder en este mundo, puede que tuvieran suerte al haber impedido que Apolo regresara a este mundo, pero, se muy bien que ahí afuera… aun quedan alicornios a los cuales sacrificar" dijo Selene con una dulzura escalofriante, dejando saber a Tánatos que su cordura había sido corrompida nuevamente al haber sido traída a este mundo a la fuerza y no de la forma que debió haber sido.

"en verdad estás corrompida querida Selene, seguramente no sabes de quien fueron las almas que arrancaste para venir a este mundo"

"quizá, pero, aun así, solo son un medio para poder cumplir mi misión, no importa lo que hagas, nadie podrá detenerme esta vez"

"y quien dijo que seré yo el que te detenga?" decía Tánatos con un tono algo burlón.

"típico de ti, usar peones para hacer tu trabajo sucio"

"por el contrario, no son peones… son mis mejores piezas las que ya empezaron a moverse" Decía Tánatos mientras delante de el se materializaba un tablero de ajedrez, mostrando que, efectivamente, muchas de las piezas del tablero ya se habían puesto en marcha, mostrando extrañamente figuras de grifos, ponies, dragones eh incluso la figura de Edrubain y Manhorod aparecían en las piezas, en el otro lado del tablero, se podía ver la figura de Selene, la de Moria y la de su ejercito de zombis, sin embargo, había una pieza faltante, el rey negro.

"crees que no eh esperado este día?" decía Tánatos mientras movía una nueva pieza, esta era una torre con la forma de una ponie que estaba protegiendo a un alfil, que tenía la forma de un dragón, mismo que estaba parado frente a una gran cantidad de peones zombis.

"no tanto como nosotros lo hemos esperado" dijo Selene sintiendo como su paciencia se acababa por la interrupción de Tánatos y sus ocurrencias.

"puede ser…" Esta vez, las piezas negras se movían y se podía ver como Moria entraba a la batalla, siendo esta un caballo, saltó a los peones y ponía en peligro tanto a la torre como al alfil.

"pero, a comparación de la vez pasada, hay algo que cambio y veo que no te has dado cuenta" dejando a la torre y al alfil defendiéndose, Tánatos movió otro peón hacia adelante, con la forma de una alicornio que Selene no reconocía pero, hacía sentirla algo incomoda.

"y que, exactamente, es lo que cambia ahora?" decía Selene mientras miraba como las piezas negras se movían y trataban de atacar a la figura de Edrubain y Manhorod, quienes eran extrañamente la figura de la reina, misma que, tras otro movimiento, ponía en peligro a la reina negra, quien era Selene.

"que esta vez, no tienes un verdadero propósito al que servir" dijo Tánatos mientras apuntaba al ausente rey negro, que estaba fuera del tablero y sin una figura aparente, como si la identidad del rey aun no hubiera sido descubierta aún.

"mi único propósito es hacer pagar a este mundo por habernos abandonado luego de haber dado tanto por ellos, solo recibiendo mentiras y traiciones de los que más quería, tú, Edrubain… mi pueblo… TODOS SON UNOS MALDITOS TRAIDORES" el grito lleno de ira de Selene sacudió la catacumba por unos segundos, pero, luego de que todo se calmara, las piezas nuevamente comenzaban a avanzar, nadie decía nada mientras el juego avanzaba, mirando como piezas eran sacrificadas, como lentamente los peones avanzaban y se abrían paso por el tablero, hasta que, sin previo aviso, dos peones estaban a punto de coronarse, estas piezas eran representadas por Pip y por Hope, dejando a Selene algo consternada, pues, ella misma sabía que Tánatos podía ser muchas cosas, incluyendo un mentiroso, pero, que al final, no daba advertencias vacías

"has creado un caos inimaginable en este mundo, un caos que creaste hace siglos en estas mismas tierras, llevaste al borde de la extinción a tu pueblo, masacraste sin piedad a quienes lucharon una vez por ti, hiciste que tu pueblo se levantara en armas por tu paranoia que un maldito bastardo les impuso tanto a ti como a Apolo, nunca supiste la verdad en su momento, pero, ahora, querida prima..." decía Tánatos mientras avanzaba el ultimo peón, que para sorpresa y horror de Selene, combinó al peón detrás de este en una nueva reina, una que llevaba la figura de ambos ponies, haciéndole saber que había cometido un gran error.

"NO¡" Grito iracunda Selene al ver aquella figura, maldiciendo su suerte y saliendo volando tan rápido como sus alas se lo permitieron, volando en dirección del pueblo para intentar detener algo que ya había comenzado, dejando atrás a Tánatos, quien miraba con una sonrisa las piezas del tablero, más en específico, la nueva reina en el tablero.

"ahora hay nuevos campeones listos para hacer un último sacrificio, después de todo, cada jugada…

Conlleva sacrificios…"

YYYYYYYYYYY CORTEN, no tengo mucho que decir, salvo una cosa, esperaban que Pip y Hope hicieran algo tan loco? Je, esperemos que puedan hacer su misión antes que Selene llegue, acaso alguien podrá defenderlos mientras lo hacen? Que piezas serán las que se muevan y sobretodo… cuales serán sacrificadas?

Dentro de poco, lo sabremos, por ahora, a esperar el siguiente capítulo.

Silver, Fuera.