Capítulo 31
-Hey- le dijo a Potter, que estaba en su cama hojeando una revista.
-Hey- le respondió sin ánimo.
-¿No fuiste a Hogsmade?
-No tengo con quién en realidad- admitió avergonzado.
Scorpius solo pudo pensar en el año pasado, cuando las contadas veces que fue al pueblo regresó golpeado y humillado, así que mejor solo iba cuando necesitaba comprar algo.
-Dicen que saliste con Silena- comentó Albus para cambiar de tema, quizá también se dio cuenta de lo que pensaba Scorpius.
-Las noticias vuelan.
-Es muy guapa.
-¿Eso crees?
-Todos lo creen.
-Oh- se quitó las botas y se sentó en una de las camas-. Es simpática, supongo.
-¿No te gusta?
Scorpius se encogió de hombros. Tras pensarlo le preguntó:
-¿Te ha gustado alguien?
-Pues sí, ¿a quién no?- Potter arqueó una ceja-. Creo que es normal. Pero nunca he tenido novia- dejó su revista-. Mis padres creen que soy joven para eso. Aunque mi hermano James ha tenido novias desde los 13- bajó la mirada.
-¿Tu hermano está molesto contigo?
-Ni siquiera me mira- contestó con la voz apagada-. Tú sabes cómo es, así que gran parte del regaño lo recibió él también. Ahora está furioso porque mis padres le han quitado la mejor escoba que tenía, era su tesoro, entre otras cosas que también castigaron.
-¿Y a ti?
-Nunca he tenido nada valioso o de gran apego realmente. Me quitaron la mesada hasta que se acabe el año, pero no es como si me importara mucho.
Tras un rato en silencio Albus sonrió hacia Scorpius.
-¿Qué?- dijo molesto el rubio, ahora rubio teñido.
-Te pareces a mi hermano, bueno no es mi hermano, es decir somos como hermanos, es el ahijado de mi papá y creció con la familia, es como mi hermano mayor...
-Edward Lupin- lo interrumpió Scorpius. Los Weasley eran mundialmente conocidos.
-Nosotros le decimos Teddy.
-Es mi primo, bueno nuestros padres eran primos. Nunca he hablado con él.
-Es muy divertido. Y lo recordé por tu cabello, a él le gusta llevarlo turquesa, pero a veces cambia de color cuando se enoja o cosas por el estilo. Es un metamorfomago- explicó.
-¿Y qué significa el color verde?
-A veces que algo le desagrada, pero si es un verde muy brillante es que está ocultando un secreto. Es como si supiéramos lo que piensa- Albus compuso una sonrisa triste-. Fue uno de los pocos que creyó que hice lo correcto; él es así, es gentil y honesto.
-Quizá puedas seguir su ejemplo- dijo Scorpius sin pensarlo mucho. En seguida se ruborizó.
-Lo haré- Albus sonrió.
Al día siguiente cuando Scorpius terminó de vestirse en el baño, Albus se terminaba de vestir. Permanecieron en silencio hasta que los dos parecían listos para irse, Scorpius abrió la puerta y se quedó parado junto a ella mientras Potter guardaba unas cosas en su mochila. Potter lo miró confundido.
-¿Y bien?- Scorpius perdía la paciencia.
-¿Q-qué?
-¿No vas a desayunar?
Albus entreabrió los labios.
-No me digas, estás a dieta- Scorpius rodó los ojos.
-No- murmuró el otro.
-Entonces vamos.
Era obvio que Potter no esperaba esa invitación del rubio, por lo que le tomó unos segundos reaccionar y salir. Scorpius cerró la puerta y ambos bajaron a la sala. Allí los esperaban Jesse y Sebastian, que intercambiaron miradas.
-Hey- saludó Scorpius, Albus iba tras él, casi escondido.
-Hey. ¿Ya vamos?
-Sí- Scorpius volteó a ver al chico-. ¿Subimos ya?
Albus asintió, su cara estaba roja y pálida a la vez y apretaba las mangas de su sueter como si su vida dependiera de ello.
-Anda, lucen como pervertidos, pero son buenos- hizo su mejor intento de sonrisa-. Apenas lo descubrí.
-Y nosotros descubrimos que el Escorpión sí tiene algo de sentido del humor- Sebastian le revolvió el cabello a Scorpius, para completo disgusto de él.
-Y que no es solo un lunático- Jesse miró a Albus-. Anda, un jugo nos hará bien a todos.
-Café- masculló Scorpius.
-¿Jugo o café?- le preguntó Fawley a Albus.
Albus lo pensó.
-Café, con leche, bien dulce.
Jesse y Sebastian rieron con ganas, Scorpius bufó y comenzó a caminar. Dejó que los otros lo siguieran. Así entraron al comedor ese día, con Scorpius al frente, con la cabeza bien en alto y las manos en los bolsillos, luciendo más confiado que nunca, ganando así cierta pose de poder de la que no fue consiente hasta mucho después; Jesse y Sebastian poco atrás de él, flanqueándolo, con sus rostros optimistas y sus sonrisas encantadoras; y Potter tras ellos, optando por un gesto casi inexpresivo, con tal de no llamar de más la atención. Pero eso fue inevitable, pues después de ello sería difícil para los demás quitarles la mirada de encima.
