Flashback 11:

Lan Xichen gritaba, las manos en los costados de su cabeza deseaban aplastar su propio cráneo.

Wei Wuxian se mantuvo con Chenqing en una mano y Suibian enfundada en la otra. Los malestares en su estómago comenzaban a ser notorios, pero no los tomaría en cuenta, no con otra prioridad en mente.

Shuoyue se desencajó de la pared, se volteó unas veces en el aire antes de encontrar su curso y volver a atacar. Se blandía contra ambos Emperadores, Wei Wuxian notó el constante ir y venir de color en los ojos de su esposo. Rojo, azul, dorado oscuro.

Dado que los movimientos de la espada eran ágiles, los reflejos de Wei Wuxian se pusieron a prueba, si Shuoyue se lanzaba hacia Lan Xichen usaría su diestra para bloquearla con Suibian, si se dirigía a él, usaría la contraria con Chenqing.

Shuoyue simplemente quería matar a uno u otro y no podía porque Wei Wuxian se dedicaba a defender —A-Huan, A-Huan… por favor, esposo mío, es bastante difícil hacer esto después de una temporada de haber sido mimado ¿sabes?

Los dientes de Lan Xichen se apretaron con tanta fuerza que el joven pudo oírlos. El jade logró mantener su vista en su espada, habló con esfuerzo —A mí, a mí…

Shuoyue fijó su trayectoria y comenzó a atacar sin descanso al jade. Wei Wuxian hizo su parte —¡Me estás tomando el pelo! ¡No me quedaré sin esposo! ¡A-Huan!

—¡A mí! ¡Tengo que ser yo!

Wei Wuxian ya no podía seguir el ritmo, física y mentalmente estaba agotado —¡A la mierda todo! —Ajustó a Suibian un poco más debajo de la empuñadura y con la misma golpeó el costado derecho de la frente de Lan Xichen. El jade cayó en sus rodillas y después al piso, su espada lo acompañó en ese instante.

Un pensamiento fugaz cruzó su mente "¿Y si puse fuerza de más?". Oh, él sólo quería un descanso, golpear a su propio esposo parecía buena idea en ese momento.

—Hah… —Caminó unos pasos y su espalda se deslizó en la pared más cercana, vio a su esposo tirado al otro lado — A-Huan… desde que te conozco, ¿golpearte siempre ha sido la solución? Debo ser la peor persona del mundo —una suave risa salió de sus agrietados labios —Debo ser la peor persona del mundo… ¿verdad?... Lan Zhan…

Una, dos, tres lágrimas se acumularon en sus ojos. Era tanto que soportar, Lan Xichen estaba intentando matarse con tal de que Shuoyue no los lastimara, estaba dispuesto a dejarlo sólo y eso golpeaba con fuerza en su ser. No deseaba eso, no deseaba quedarse sin su esposo, su vínculo roto dolía demasiado…

Wei Wuxian sentía que sin Lan Xichen ya no tendría nada por lo cual quedarse en este mundo. Crecer a su bebé lo suficiente como para dejarlo a cargo de Lan Wangji o Lan Qiren y después acompañar a su esposo, la idea lo calmó.

Recapacitó ¿Qué tipo de pensamientos eran esos? ¿Dejar a su bebé? ¿Él? ¡Nunca! Nunca se atrevería a tomar un camino tan detestable… y su corazón volvía a doler.

Comprendió, era esta la razón por la que ninguna Emperatriz vivía mucho tiempo después de que su Emperador falleciera. Era doloroso seguir sin tu compañero. Y entre más pensaba en la posible muerte de Lan Xichen, más sentía que se ahogaba en soledad y tristeza.

Lan Xichen comenzó a moverse y Wei Wuxian apretó a Suibian hasta que sus nudillos se volvieron blancos. El jade arrastró su voz —A-Ying… —Tuvo que sostenerse de ambos brazos y equilibrarse con sus rodillas. Alzó la vista.

Ojos acaramelados, suaves y vivos. Wei Wuxian volvió a respirar —A-Huan… Hola —sonrió —. Sigues siendo ese príncipe heredero al que tengo que golpear para hacer que recupere el sentido —una risa burbujeante llegó hasta el último rincón de la habitación.

Lan Xichen siguió con sus extremidades adoloridas, un dolor que era extraño en su cuerpo. Gateó hacia su esposo —Sigues siendo el inquieto heredero que se atreve a golpear a su gobernante… su esposo —musitó con falsa tristeza.

—¡Esposo mío! ¡Esposo mío! —gritó dramáticamente y estiró los brazos hacia él —Sólo puedes ser eso, no seas nadie (o nada) más, por favor. Este embarazado, débil y consentido esposo tuyo no puede soportar más sorpresas.

Lan Xichen se acomodó entre el pecho de su esposo y sus brazos. Era una imagen bastante lamentable de ver, sin duda alguna, un Emperador lleno de heridas que comenzaban a abrirse siendo abrazado por su embarazado esposo que acababa de pasar por más de una pesadilla. Pero para ambos era normal encontrarse en ese tipo de situaciones, desde inicios de la guerra.

Entre ellos, y para ese punto, ya no había vergüenza ni apariencias; acurrucarse malheridos, cansados y con el mundo encima era…bueno, los cielos sabrán que era, pero era suyo.

El jade captó el inusual silencio en la respiración del joven, se separó —¿A-Ying?

Húmedo. Las prendas bajo él, se llenaron de humedad.

El joven suprimió una mueca de dolor —A-Huan… este bebé dice que ya no quiere estar más tiempo aquí dentro —acarició su barriga.

Sacó fuerzas de algún lado, Lan Xichen se puso de pie y se dirigió a la puerta del Hanshi, listo para llamar a Wen Qing.

Wei Wuxian se dio cuenta de las manchas carmines que se asomaban de entre las vendas de su esposo —¡Ropa! ¡No dejes que todos mis esfuerzos valgan nada!

—Ropa —Lan Xichen asintió como buen niño y tomó las primeras túnicas que alcanzó del armario. Su belleza y elegancia natural ayudaba a que un simple tirón de su cinta fuera suficiente para parecer un Emperador decente.

Salió del Hanshi disimulando el dolor al caminar, una máscara de perfección firmemente practicada por años era lo único que necesitaba.

Wei Wuxian volvió a desplomarse entre la pared y el piso. ¡Perfecto! La gente vería andar por ahí a su Emperador, vivo. Sólo esperaba que el mensaje urgente llegara a Lan Wangji, él debía estar a tiempo, debía llegar… y así se sentiría un poco más seguro.

Un leve dolor de cabeza lo hizo distraerse de los dolores pre parto.

Lan Wangji no necesitaba estar mucho tiempo con ellos, necesitaba estar con el bebé, encariñarse con él. Y Wei Wuxian sólo requería de Lan Xichen, y claro, necesitaba que Lan Xichen reconociera formalmente a este bebé como un legítimo príncipe.

Su mente seguía destruyéndose lentamente.


Actualidad:

—Lan Zhan… Si necesitas tiempo puedo-

—Quédate —Sentenció.

—Bien.

Wei Wuxian admiró los cortes en las paredes, cada uno representaba el constante conflicto interno en Lan Xichen. Lan Wangji no debía pasar por lo mismo, no debía sufrir al punto de pensar que acabar con su vida era la mejor solución.

—Mi hermano, después de eso…

No lo dejó terminar —Oh, en realidad él pudo controlarse bastante bien. Mucho mejor de lo que yo hice en un principio. Tuvo algunos inconvenientes—desvió la mirada de los muros ennegrecidos del Hanshi —, pero no duraron mucho. Meditaba, practicaba y desarrollaba un buen equilibrio. Al romper su bendición no estaba obligado a dar su propia sentencia. Sé… sé que él hubiera logrado más de lo que yo alguna vez logré —sonrió con ternura, recordar pequeños momentos con Lan Xichen lo hacían sentir cálido

Lan Xichen tenía un núcleo fuerte, demostró ser capaz de controlar una explosión de energía resentida y no caer en la locura, a diferencia de los Wen, a diferencia de lo que casi hacía que Wei Wuxian se perdiera en ese camino.

—Ayudó en muchas de mis investigaciones, juntos pudimos desarrollar mejores talismanes de defensa para el Imperio —Wei Wuxian comenzaba a hablar más rápido, como si quisiera tragarse cualquier silencio que pudiera formarse —. También me dio consejos para meditar apropiadamente, de esa forma pude soportar por más tiempo el problema del exceso de A-Yuan y-

Lan Wangji abrazó al hombre, lo sostuvo con fuerza. Era imposible no ver que tras toda esa alegría había profundas cicatrices que se re abrían y sangraban —Él vive y muere constantemente —Pudo comprender que tan desecho estaba el hombre frente a él.

Wei Wuxian tenía toda esa energía de Lan Xichen recorriendo su cuerpo, recordándole que estaba con él. Lo sentía tan vivo dentro de su sangre, lo sentía ahí. Y luego volvía a la realidad y Lan Xichen estaba muerto, nunca regresaría a él.

—Lan Zhan… si lo dejo ir, ¿se irá por completo? ¿Volveré a sentirme vacío? ¿Querré morir? —sus labios temblaron —Lan Zhan… lo extraño, pero no lo extraño porque sigue aquí… Él estaba bien con que yo te amara, pero me acerco a ti y se siente… se siente como si no pudiera amarte por completo ¿es porque él sigue conmigo?

Wei Wuxian tenía dos esposos y en un segundo el dolor regresaba y le dejaba claro que sólo era uno. Que la otra parte de su alma había sido destruida. Las heridas de la muerte de Lan Xichen seguían tan frescas como la última noche en que lo vio sonreír.

Lan Wangji no pudo contener su ira inicial. El cultivo demoniaco era algo que estaba prohibido por buenas razones, era un tema tabú y algo totalmente inimaginable para la familia Lan… ¡Para su propio hermano! Pero ahí estaba, la razón de que él perdiera cualquier oportunidad de seguir por el buen camino.

Estaba claro que la única razón de esa decisión era Wei Wuxian, por su profundo amor hacia su hermano Lan Wangji no pudo contener uno de sus peores pensamientos: Si no hubieran regresado a Wei Wuxian su hermano nunca se hubiera ensuciado.

Y es que, aún si por algún milagro hubiera esquivado su muerte dos años después, el amor de su hermano hacia Wei Wuxian lo hubiera seguido llevando por un camino inmundo con tal de mantenerlo a salvo. No importa si lo manejaba bien o no, su núcleo no podía llevar completamente dos energías sin consecuencias para su cuerpo. Con Wei Wuxian y Wen Rouhan había quedado claro.

Lan Sizhui… ¡Por eso el joven tenía tanta energía excesiva y seguía en una sola pieza!

Mientras JingYi era un niño con una energía espiritual pura, desbordante de vida; Sizhui era un niño que mantenía en su interior ambos tipos de energía, chocando entre ellas, pero sin ser totalmente nocivas al enseñarle a manejar un equilibrio.

Un niño nacido de un recipiente de entera energía resentida y de un cultivador con un increíble núcleo dorado que parecía sobrellevar esa energía y, además, la cultivaba. Oh, que desastrosa combinación, que aterrador poder podría ser.

Y con eso en mente, no había duda que la familia Imperial actual gozaba de grandes habilidades.

¡Nadie podría hacerle frente al Imperio de Gusu! ¿Por eso Vian deseaba guerra? ¿Porque sabía que ya nadie sería rival?

¿Y si Lan Xichen no hubiera muerto? El mundo entero se arrodillaría.


Wei Wuxian era jalado de una muñeca, recorriendo todos y cada uno de los pasillos del Palacio —¡Lan Zhan! Espera, por favor… este pobre hombre no tiene la mejor condición física… —gimió una vez más —¡Lan Zhan!

Todos a su paso se limitaban a inclinarse y abrirles el camino. Ignoraban la ropa de dormir de ambos, ignoraban las quejas de su Emperatriz e ignoraban el hecho de que su Emperador tuviera una mirada tan decidida en su rostro.

Lan Wangji viró en un pasillo y se topó los príncipes, que seguramente empezaban sus deberes matutinos, apenas dio un asentimiento como saludo. Siguió su curso.

Wei Wuxian aprovechó y lloriqueó —¡Hijos! ¡Ayuden a su madre! —dio un pequeño tropiezo y Lan Wangji tuvo que sostenerlo más fuerte para evitar que cayera —¡Aiyo! ¡Lan Zhan! ¡Tan brusco con tu esposa! ¡Tirano! ¡Emperador tirano!

Los príncipes se mantuvieron en silencio hasta que sus padres, y el ruido, desaparecieron en otro pasillo. Sizhui habló un poco preocupado —¿Es malo? Padre no es así.

No obtuvo respuesta de su hermano, volteó a verlo. JingYi había quedado congelado, sus orejas tan rojas como la base de su cuello y de su boca no podía salir nada.

—¿Hermano?

JingYi reaccionó y volteó a su pequeño hermano, comenzó a empujarlo hacia el lado opuesto —¡H-hoy padre necesitará que lo suplamos!

Lan Wangji podría agradecer no tener que hablar innecesariamente frente a JingYi y JingYi no estaría tan agradecido por esto.

—¿Eh? ¿Es tan malo?

—¿Malo? Yo… eh… yo… Oh, hermanito, por favor, hazme caso, dejémoslos solos por hoy.


Wei Wuxian fue arrojado a la cama del Jingshi. Lo primero que hizo fue sobar su muñeca enrojecida —Lan Zhan, sé que estás enojado, pero traerme así… —suspiró —. Puedo dormir en otra habitación y-

Lan Wangji se sentó al borde de la cama. Mantuvo su mirada en el colchón hasta poder sostener los plateados del hombre con el que se había casado demasiados años atrás. Más dudas se estaban aclarando y por cada una de ellas también sus propios sentimientos parecían tener sentido.

Wei Wuxian intentó comprender el semblante del jade, era difícil ver más allá de su clara resolución por hacer lo que fuera que estuviera pensando hacer —Necesito que me hables, ¿qué pasa? Bueno, imagino que pasa "todo". Sí, bien, he metido la pata muchas veces y no puedo regresar en el tiempo ni decir que haría algo diferente.

La mirada de Lan Wangji cedió unos instantes —Pensé… —su respiración pausó. Estaba teniendo toda clase de pensamientos y sentimientos, pero había algo que tenía claro: la calma.

—¿Qué pensaste?

Respiró una vez —Que no te acercabas porque no querías —explicó —, no me querías.

—¿Querer? O… ¿desear? —Al menos la parte de querer la sentía lo suficientemente clara. Ahí estaba él, dejando que Jiang Yanli se metiera en sus ideas, dejando que los miedos abandonasen sus pensamientos y todo por Lan Wangji.

—Desear —Aclaró con un tono más suave.

—Yo… yo… —se llevó una mano al pecho y sintió la energía de Lan Xichen —Nuestro vínculo me hizo creer que sólo podía ser él… que sólo él podía compartir conmigo todo bueno y todo lo malo —sonrió con culpa —. Por ello no dejo de sentirlo algo incorrecto. Como si siguiera casado con él…

Claro, eran palabras no dichas, pero ambos estaban conscientes que de alguna forma siempre estarían casados, así era el corazón de un Lan, así era la lealtad de un Wei. Y todo había sido amplificado por su bendición, por su vínculo.

El jade desató el delicado lazo que cerraba la ropa interior de Wei Wuxian —¿Lo estás engañando? —tomó la mano del hombre y besó su dorso, descendiendo suavemente hasta el antebrazo. Rozar sus labios con la piel lechosa del hombre produjo un cosquilleo en ambos.

—¿Lo estoy? —Preguntó más para sí mismo que para el jade —Él está… muerto. Y yo me casé contigo, ante el cielo y la tierra… ante nuestros padres… ante él… —no pudo evitar cerrar los ojos cuando sus prendas fueron cayendo hasta quedar como charcos alrededor de sus brazos y cintura.

—Mn —Pasó los dedos por los hombros, tocando como las finas cuerdas de su guqin hasta detenerse en las manos y entrelazarse con una de ellas.

Wei Wuxian se perdió en los ojos claros de Lan Wangji, su pecho subía y bajaba con nerviosismo y algo de timidez, "igual que en nuestra primera vez" pensó. Apretó los dedos que lo envolvían. No había nada malo en intentarlo de nuevo, estaba con Lan Wangji, su Lan Zhan. Inhaló y sostuvo un largo tiempo. Terminó por aventurarse —Lan Zhan.

Lan Wangji no dijo nada más, ese era el permiso que necesitaba.

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Wei Wuxian hizo su mayor esfuerzo por contener la tristeza que se generaba en él y Lan Wangji se encargó de sostenerlo, sabiendo que el dolor en su mirada era algo ajeno a él, no dudó en tomarlo y hacer caso a las suaves palabras que le daban pauta a seguir. Wei Wuxian deseaba tanto tener a Lan Xichen a su lado, pero conversar con Jiang Yanli (incluso si ella no conocía el trasfondo) le hizo entender que seguiría ahí, que no tendría por qué desaparecer si él no lo quería.

—Continua… ah… Lan Zhan… Lan…

Lan Wangji intentaba ignorar el dolor en la voz del hombre, podía deberse a que su interior tan apretado hacía obvio que su cuerpo no estaba acostumbrado o podía ser que su mente lo traicionaba con el recuerdo de su hermano. Cualquiera de las dos cosas, las resolverían.

Tan doloroso y triste como su noche de bodas, con la diferencia de que esta vez sabía la razón tras todo y su mente no lo traicionaba con pensamientos que no eran de él.

Con la respiración pesada, Wei Wuxian se aferró a la espalda del jade —Lan… Lan… Zhan…

Lan Wangji no podría quitar de la noche a la mañana la energía resentida que no debía estar en Wei Wuxian, sin embargo, podía hacer lo posible por quitar el miedo que esto le ocasionaría —Puedes nombrarlo.

Wei Wuxian abrió los ojos, ¿era tan obvio que seguía confundiendo la realidad con la sensación de Lan Xichen dentro de él? No, no se atrevería a nombrar a otro hombre, y menos cuando ese otro hombre era su adorado ex esposo, hermano de su actual esposo, muchas gracias. Negó y se mordió los labios.

—Wei Ying. Tu puedes.

Tras una embestida especialmente fuerte Wei Wuxian juró ver manchas negras tras sus párpados —Lan Zhan, por favor… no me ah…

—Entiendo.

—No lo haces. Lan Zhan… por favor…

Lan Wangji se acercó y sin disminuir su ritmo habló cerca del oído de Wei Wuxian —Lan Huan…

Wei Wuxian se mordió más fuerte, rasgó sus labios y la sangre se mezcló con su saliva. Lan Wangji estaba siendo injusto con él, pedirle que hiciera eso era demasiado. La soledad golpeaba sus memorias, la sensación de traición se asentaba junto al placer en su vientre y su mente flaqueaba con cada empuje.

Finalmente se atrevió a decir en un hilo apenas palpable —Lan… Huan… —Esa sería la primera y última vez. Acercó a Lan Wangji y lo besó. Diferente a cualquier otro beso que hubieran tenido entre ambos. El cariño y amor se sentían rebosantes en cada movimiento, los labios expresaban todo el anhelo y agonía.

Lan Wangji ahogó un gruñido en su garganta, le dolía el corazón. Ese beso era para su hermano, era un beso que nunca sintió antes.

Pero estaba bien, después de todo, era un beso de despedida. Ya era justo dejarlo ir. Lan Wangji se encargaría de purificar esa energía ajena a Wei Wuxian y Wei Wuxian podría terminar de tomar los últimos trozos en su mente y pertenecerse a sí mismo, tal como Lan Wangji estaba logrando después de que pudieran bloquear su bendición.


—Wei Ying.

La voz grave y profunda del jade despertó al hombre que seguía recostado en un pequeño nido de almohadas y cobijas.

—Lan Zhan —Saludó con una adormilada sonrisa. A lado de la cama observó una bandeja repleta de fruta y té —¿Ya es hora de la comida?

—Cena —corrigió.

—Oh joder… —se arrastró fuera de su íntimo refugio y el dolor en su cadera fue demasiado como para no caer de cara contra el colchón —joder —gimió —. Ahhh, Lan Zhan, Lan Zhan… ¿no crees que fuiste demasiado insistente? ¿Cómo se supone que A-Qing va a vestirme para mañana? ¡Verá todas estas marcas!

Lan Wangji no dijo nada, las puntas de sus oídos comenzaron a enrojecer. Quizá no había pensado en ese detalle, quizá estar tan conectado con su esposo fue todo en esos momentos —Puedo hacerlo yo.

—¡Sólo me harías más marcas! Y seguramente no podría caminar… —se sentó en la cama y después de que una punzada lo hiciera saltar decidió que era mejor recargarse en un costado. Dejó que Lan Wangji lo alimentara, bocado tras bocado —En todo caso, no quiero que ella vea como su padre puede ser un desvergonzado en la cama… suficiente con traumar a los otros niños.

La mano de Lan Wangji se tensó y el trozó de melón pareció resbalar.

—Oh~ ¿Piensas que no lo vi? —Wei Wuxian ensanchó una sonrisa —Esa adorable niña, tú no la educaste para ser una concubina, la criaste. Modales, vestimenta, todo. El repudio del Palacio es algo que no puedes manejar si no estás con ella, pero en realidad nada le faltó. Y no intentaste darle nada más allá.

—Mn.

—Es lo mismo que Xue Yang es para mí. Él es un hijo que llegó. Sólo… llegó.

Lan WangJi no se había permitido ver a la joven Qing como un prospecto de pareja, ni romántica ni política, pero le tenía cariño. Todavía sin bendición, pensar en ella como una amiga no le parecía tampoco adecuado. ¿Y sus hijos? ¿Estaba siendo ambicioso por también quererla como parte dé?

—Está bien. Los cuatro se llevan bien —Wei Wuxian capturó el trozo de fruta estirándose pues el jade no daba signos de reaccionar —. A veces tú me sacas de mi abismo, a veces yo debo sacarte del tuyo. Hablemos más seguido ¿sí? Me gusta hablar, me gusta hablarte… me gusta saber que eres tú el que escucha y yo el que hablo… nada más se interpone.


—Que tenga una vida próspera y que el verdadero sol ilumine su camino —el hombre se levantó con una inusual gracia que nunca antes había visto en él —, primer príncipe.

"Príncipe heredero" corrigió en su mente. Xiao Xingchen le había enseñado, tras demasiadas lecciones que, por rigurosa etiqueta, se le debía seguir considerando príncipe heredero. Un Emperador así lo había nombrado y hasta que otro Emperador no lo objetara lo seguía siendo.

Lan JingYi apretó los dedos contra el asiento bellamente decorado. El hombre frente a él, el hombre que jamás quiso aceptarlo como parte de la familia de su papá, Jin Guangyao, conocía perfectamente esa información.

De él recibió la misma educación que tuvieron Sizhui, Xue Yang y Jin Ling, no se puede decir que no se esmeró en hacerlo de la mejor forma posible, Jiang Cheng siempre le insistió en que lo aceptara, que si no era por Wei Wuxian al menos por él lo hiciera.

Y sí, recuerda buenos momentos junto a él. De las primeras veces que bebió alcohol, él lo regañaba si dejaba que el líquido salpicara en la mesa, regañaba también a su tío Jiang. Los regalos que llevaba siempre solían ser mejores para Lan Sizhui, pero ello no significaba que para él no hubieran. Su tío Jiang solía hacer lo mismo, pero prefiriéndolo a él, Lan Sizhui tampoco se quejaba de esto.

El hombre frente a él era el mismo que el de sus recuerdos, o al menos era algo parecido. No olvida que pasó por un interrogatorio de Jiang Yanli; Jiang Fengmian intentó regresarlo a lo que era, su padre, Lan Wangji, aseguró que eso no sería del todo posible.

Debía pisar fuerte y firme.

—Mn —agudizó la mirada. ¿Qué era esa sonrisa que veía en él? ¿qué era esa satisfacción que sobrepasaba sus ojos?

—Gracias por concederme esta audiencia.

—No hay escuchas, es libre de hablar —JingYi se inclinó hacia adelante y arqueó una ceja —. Si intentara matarme nadie se enteraría, aunque claro, aún sin un arma puedo deshacerme de usted —nota el nuevo sarcasmo en la sonrisa del Jin —. Obviamente, eso ya lo sabe.

—Eso ya lo sé —confirma —. A-Song no pasará por lo que sus padres.

"Hijo de puta". JingYi tuerce los labios. Recuerda las palabras de su madre "Jin Guangyao es cruel y grosero si está en confianza con quienes no le agradan, en especial cuando cree que no importa lo que diga, nada podrá dañarlo. A-Yi, no te confíes."

—Hable de una vez —sonríe como él y su madre saben sonreír, amplia y brillantemente —. Debo probarme mis ropas para el banquete, verificar que las nubes de mi escudo giren hacia el oeste.

Jin Guangyao parece entrecerrar los ojos por unos segundos. Respira con calma —¿Es así? Será bueno volver a ver el escudo de mi Emperador.


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Notas finales:

Tardé porque no encontraba como inspirarme y al final terminé sacando dos one shots. Pronto los publicaré. En fin, eso ayudó para ponerme las pilas con esta historia ¡bien por mí!

La mala noticia es que uno de mis ordenadores sufrió una caída libre y uhm… bueno, mi novio está castigado hasta nuevo aviso :D