No lo vieron venir…
—Acaso no lo vieron venir…
Ambos niños brincaron en sus camas, asustados y temerosos, observando el rostro de su tío aparecer en medio de la oscura habitación.
—Ya déjalos dormir.
La hermana de Quicksilver se hizo presente al cruzar el umbral y mirarle de brazos cruzados.
—Ya, ya solo quería causarles un pequeño susto, ¿Cierto, niños?
Ambos niños asintieron frenéticamente, viendo como su padre se quitaba el rostro cercenado de su difunto tío de la cara como si fuera una máscara.
