"Baja un poco más" Le ordenó entre risas, podía decirse que se sentía como una niña pequeña en aquel instante.
Él obedeció a regañadientes, y finalmente la rubia que aún se encontraba situada sobre su espalda, pudo introducir la llave en la ranura de la puerta. Cerró la puerta a su paso, y avanzó mientras ella le indicaba hacia donde debía dirigirse, avanzaba a oscuras, afortunadamente no había muchos obstáculos en el pasillo.
Una vez entraron en el salón del hogar, Shinichi dejó a Gina sentada sobre el sofá, resopló cansado. Afortunadamente el camino no había sido demasiado largo, sino aquello habría acabado con su lumbar. Observó desde su posición de pie el rostro feliz de su acompañante, había merecido de sobra la pena el esfuerzo físico, por poder contemplar sus risueñas facciones.
"Deberías aplicar hielo sobre la zona, evitará que se hinche aún más".
Alegó el moreno mientras recogía las mangas de su camisa, tenía calor, Gina observaba entretenida lo bien que aquella prenda se ajustaba a sus bíceps. Negó levemente con la cabeza mientras intentaba recobrar el hilo de la conversación, esperó que su gesto fuera imperceptible para él, pero no fue así, ya que él no cesaba en la contemplación de su rostro.
"Juraría que hay en la cocina" Dijo mientras intentaba ponerse de pie y dirigirse hacia la citada habitación, pero un agudo dolor recorrió su cuerpo y se lo impidió, forzándola a inclinarse, inmediatamente el moreno se acercó a ella y la ayudó a recuperar su posición sentada.
Sus rostros quedaron cerca. Gina podía observar cada poro de su fresca piel, desearía acariciarlo, los fuertes brazos del joven la sostenían, la imagen de él sin camiseta volvió a su mente, y suspiró, no sabía qué hacer. Sin continuar observándolo o cambiar el campo visual. Los ojos de él parecían estudiarla con entretenimiento, quería memorizar cada detalle de su fisonomía.
Fue él quién terminó por distanciarse y dirigirse hacia donde Gina instantes antes le había indicado que estaba la cocina. La rubia maldijo en voz baja, por no haber acortado la distancia cuando estuvo a tiempo. Cuando comenzó a retirar nuevamente su zapato, él volvió a aparecer, en su mano llevaba una bolsa de guisantes, la mera imagen ocasionó risa en la rubia.
"¿Qué? Es lo más parecido a hielo que he encontrado" Alegó el moreno mientras se sentaba a su lado y sostenía su pie "He encontrado esto también, espero no te moleste que lo use" Dijo señalando un pañuelo "Es para evitar que el hielo te queme la piel" Gina asintió, era un pañuelo de su madre, no era muy relevante, debía haberlo dejado olvidado en la última visita.
"La noche ha terminado siendo un auténtico desastre" Rompió el silencio Gina, y suspiró "Odio ser tan patosa".
"No lo eres, solo que cuando te enfadas pierdes un poco el norte" Gina rio al escuchar aquellas palabras, y él observó su rostro, podría jurar que nunca la había visto reír tanto en tan poco espacio temporal, parecía que aquel día estaba de muy buen humor.
El silencio volvió a reinar entre ambos, y Gina lanzó una mirada sobre el hombro del moreno hacia la mesa, a fin de comprobar si sobre esta continuaba encontrándose el objeto que durante la tarde había ido a comprar. Una vez verificó que allí se encontraba volvió a ser ella la que finalizase con el silencio.
"¿Me acercas esa bolsita que hay encima de la mesa?" Él miró hacia atrás ubicando a lo que se refería y se levantó para acercárselo, ni siquiera protesto, parecía estar dispuesto a consentirla en todo lo que pidiera aquella noche.
"¿Está?" Preguntó mientras la elevaba en el aire.
Cuando la rubia asintió levemente, volvió a tomar la posición a su lado. Ella movió sus piernas y se sentó quedando justo frente a él. Hizo un intento de hablar, pero antes de conseguir hacerlo volvió a sonreír, como si de un efecto dominó se tratase, él sonrió también.
"Esta tarde salí a dar un paseo, y…" Le costaba encontrar las palabras con las que verbalizar lo que tenía en mente, sin parecer a su juicio, una boba "Bueno se me ocurrió comprar esto" Dijo y le volvió a tender la bolsita hacia él, instándolo a que comprobase lo que había dentro.
El moreno la observó con las cejas levemente elevadas, su rostro mostraba sorpresa e incertidumbre. No supo que decir, por lo que desenvolvió el objeto en silencio, hasta que comprobó que era una pulsera plateada que tenía una pequeña pelota de baloncesto en ella. Buscó su mirada, no sabía qué decirle, por lo que esperó a que ella continuase hablando.
"Es una tontería" Dijo mientras colocaba ambos mechones de pelo tras sus orejas "Sólo lo vi y pensé que era un buen detalle para el mejor jugador de Kanawaga" No miró a sus ojos mientras hablaba, incapaz por el nerviosismo, no quería parecer una niña pequeña ante él, no quería que pensase algo negativo de ella.
El moreno acortó la distancia que los separaba y fundió los cuerpos de ambos en un cálido y reconfortante abrazo. Gina cerró sus ojos, no le importaría estar el resto de sus días en esa posición con él. Sintió como la gran mano de él acariciaba su cabello, y lo que quedaba de recogido, se dejó acariciar.
Finalmente fue él quien puso conclusión al acercamiento. Se distanció para poder observar su rostro con la precisión que quería, y sonrió.
"¿Te estás riendo de mí idiota?" La mejor defensa era un buen ataque, aunque la pregunta fue hecha en un tono risueño, le enfadaba pensar que se estuviera riendo de ella, él sonrió más ampliamente.
"Me encanta, es precioso" Gina suspiró aliviada, estaba escuchando lo que quería oír "Muchas gracias, me ha gustado mucho de verdad".
"Sé que no puedes en los partidos tener pulseras, por eso, esta es una tobillera" Explicó mientras observaba como Maki estudiaba el objeto "Así la puedes llevar siempre que quieras" Sonrió al finalizar.
"¿Me ayudas a ponérmela?" Asintió como respuesta y la colocó en su tobillo, mientras cerraba el cierre elevó la vista hasta coincidir con sus ojos, en aquel momento tenían una tonalidad que se asemejaba más al café de lo que habitualmente hacían.
Murmuró un leve "listo" una vez hubo fijado el cierre y esta había quedado rodeando su tobillo, ni siquiera sabía si él había escuchado su afirmación, ya que había sido emitida como un leve susurro.
Volvieron a mirarse durante unos instantes. El uno esperaba a que fuera el otro quien hablase. Y a la rubia le parecía percibir que el moreno quería ser el que hablase, y dijera algo, pero no parecía atreverse. Esperó a ello y finalmente él decidió tomar la dirección de la conversación.
"Gina, quizás este no sea ni el momento, ni el lugar en el que decirte esto" Comenzó y ella puso sus cinco sentidos en lo que él estaba a punto de decirle "Bueno, definitivamente no es como yo lo había planeado" Rio nervioso al decir esto, y bajo la luz de la lampara Gina pudo observar nuevamente su perfecta dentadura, lo miraba ansiosa de que continuara hablando "Sé que has pasado por mucho, y que quizás no sea fácil" Sujetó sus manos mientras hablaba "No puedo prometerte que sea para siempre, pero sí que voy a intentar con todas mis fuerzas que lo sea" Paró durante un breve instante que a Gina le pareció eterno, pero que aprovechó para pestañear varias veces "Quiero que me dejes intentar hacerte feliz, quiero que me dejes estar contigo y compartir momentos de alegría y felicidad, y otros no tan buenos, pero juntos" Gina intentó hablar, pero él la interrumpió "En estos meses conociéndote, me he dado cuenta de lo especial que eres, y que realmente me gustaría conocerte más".
En aquel instante estaba plenamente concentrada en evitar que sus lágrimas se derramasen sobre el rostro. No sabía definir como se sentía, una intensa emoción poblaba su estómago, y una fuerte emoción nublaba su raciocinio. En un rápido e imprevisible movimiento lo abrazó, y escondió su rostro sobre su hombro. Con aquel contacto sus lágrimas fueron ya incontenibles, y comenzaron a emanar.
Llevaba demasiado tiempo conteniéndolas, escondiendo sus emociones de la mayoría de personas que conocía, pero aquello había terminado por romper cualquier coraza tras la que hubiera podido esconder su corazón.
El moreno aceptó el abrazo, sin saber muy bien lo que significaba, lo que resultaba plenamente certero era que ese contacto había logrado tranquilizar y apaciguar sus emociones, sobre todo sus nervios y temor ante el rechazo. Aquello no era un sí, pero significaba mucho para él que finalmente Gina se mostrase ante él así, y que lo hiciera voluntariamente. Que le mostrase sus sentimientos.
Acarició su estrecha espalda con sus amplias manos en un intento de tranquilizarla. Ella continuaba en la misma posición, no quería romper el contacto con él, pero el momento de hacerlo llegaría inevitablemente. Enjuagó sus lágrimas discretamente antes de separarse de él. Cuando lo hizo fijó su mirada en la de él. Le pareció observar en sus ojos determinación, no había dudas, ello le dio la fuerza necesaria para hablar y lograr expresarse.
"Lo siento" Los ojos de Maki se crisparon levemente, esperando que llegase lo peor durante los instantes en los que la rubia volvió a hablar "Lo siento por todas y cada una de las veces que te he tratado mal" Continuó, tragó saliva, tenía la boca seca "Si todas esas veces te traté así fue porque sentía miedo" Fijó sus ojos en los de él, necesitaba mirarlo mientras decía aquellas palabras, si iba a sincerarse, iba a hacerlo plenamente "Tenía miedo de sentir lo que sentía cada vez que estaba a tu lado" Buscó la gran mano de él, y una vez la hubo encontrado se la llevó a sus labios y la entrelazó con la suya "Quiero intentar se feliz junto a ti".
Dijo y sonrió al finalizar. Shinichi la abrazó nuevamente, y ambos rieron por la efusividad mostrada por su parte, su felicidad era plena en aquellos instantes, no podía negarlo, y sus actuaciones lo delataban. Gina tampoco podía contenerse, sus sentimientos se encontraban ya plenamente expuestos.
El moreno pasó acarició sus cortos cabellos con su mano izquierda y sonrió ampliamente.
"Vas a lograr deslumbrarme con el reflejo de la luz sobre tus dientes blancos" Confesó la rubia riendo.
"No voy a disculparme por ser feliz Señorita Sakuragi, además usted tiene la culpa no se puede quejar".
Le pareció que se encontraba encantadora en aquel momento, sus cabellos absolutamente despeinados, sus mejillas sonrosadas, el vestido sumamente arrugado debido a los acontecimientos de la noche, su aspecto era tan natural, a la par que desastroso como siempre. La había conocido así, y así la querría siempre.
"Estás preciosa" Sentenció
La rubia colocó su mano derecha tras su nuca, y comenzó a acortar la distancia que había entre ambos. Shinichi era demasiado respetuoso como para ser él quien se acercase, la respetaba demasiado, y no quería hacerla sentir incómoda por nada del mundo.
Cuando ya se encontraban prácticamente rozándose los labios de ambos, el sonido de la puerta los alertó. Gina frunció el ceño preguntándose quién podría ser, ya que la tía Yukiko se encontraba fuera de la ciudad, y Hanamichi le había hecho saber de que aquella noche dormiría en la casa de Yohei Mito.
Se alejó levemente de Maki, pero no todo lo que debería haber hecho dado que le faltó tiempo, entre que se escuchó la puerta, y apareció Yohei Mito en la puerta del salón observando la escena.
Gina suspiró dejando ir el aire que fruto de los nervios había contenido en sus pulmones, el moreno también se encontraba serio, sin saber muy bien como debía actuar en aquella incómoda situación. Y Yohei se limitó a reír, le resultaba muy gracioso haberlos descubierto en aquella posición, así como las expresiones en los rostros de ambos.
"No es lo que parece, y deja de reírte" Ordenó Gina, por primera vez seria desde que llegaron a su casa.
"¿Ah no?" Preguntó mientras apoyaba su cuerpo sobre la amplia mesa situada en el centro del salón, y cruzaba sus hombros sobre su pecho "¿Y qué es? Debería haber traído a Hanamichi conmigo, hubiera sido muy divertido que os hubiera sido él quién os encontrara" Sin pensarlo dos veces la rubia le lanzó un cojín, que fue detenido en el aire por él, quien volvió a mostrar una expresión socarrona en su rostro.
La mera imagen del pelirrojo observándolo en su salón y en aquella posición con su hermana, lograba aterrorizarlo, podía oír Viejo aléjate de ella, en su cabeza. Sin duda la relación con Sakuragi sería algo en lo que debía trabajar para avanzar en su relación con Gina. Negó varias veces con la cabeza en un intento de borrar la escena de su cabeza. Afortunadamente aquel movimiento resultó imperceptible para el resto de los presentes.
"¿Qué haces aquí?"? Preguntó Gina, mientras se encogía de hombros en señal de disculpa hacia el moreno, pro hacerlo vivir aquella incómoda situación.
"Olvidé esta tarde mi chaqueta aquí, y Hanamichi quería que llevara el pastel que hizo tu tía para tomarlo de postre, estoy con los chicos en mi casa, por si os queréis venir" Propuso, y Gina le dedicó una extraña mueca con la cual le mostraba que rechazaba su tonta propuesta.
"Creo que es mejor que me vaya Gina" Susurró el moreno mientras se levantaba y Gina lo intentaba retener sujetando su brazo.
"No lo hagas por mí, Maki, yo me voy, podéis quedaros tranquilos" Afirmó Yohei quien dejó su posición sobre la mesa y se irguió con la intención de abandonar el salón "Además me aseguraré de mantener al pelirrojo alejado de casa, para que podáis tener intimidad" Guiñó un ojo al decir aquello, y Gina sin dudarlo volvió a lanzarle otro cojín, que esta vez no pudo parar "Está bien ya me voy" Elevó sus manos en señal de inocencia y una vez se hubo despedido del moreno estrechando su mano se retiró del lugar.
Sería mentira si negase que observarlos en tan buena sintonía y juntos lo había hecho sentir feliz, al fin Gina podría tener la historia que merecía.
"Debería irme" Susurró Maki, y Gina negó varias veces con su cabeza, poniendo un rostro suplicante, no quería que la noche de ambos acabase así.
"No deberías dejarme, estoy convaleciente" Dijo mientras señalaba a su tobillo, Shinichi dejó escapar una sonrisa de sus labios.
"Eres una pequeña chantajista emocional" Afirmó, aprovechó la ocasión para acercarse a ella.
Gina cerró sus ojos, esperando sentir el roce de sus labios sobre los suyos. Sin embargo, no sintió eso. Sino que notó como su cuerpo se elevaba, por lo que abrió los ojos, y descubrió como el moreno había pasado su brazo por debajo de sus piernas, y la había cogido en brazos, dirigiéndose con ella hacia las escaleras que había contemplado una vez hubo entrado en el hogar.
"¿Es este?" Preguntó cuando llegó a la primera puerta tras haber superado los escalones, Gina negó con la cabeza y señaló hacia el final del pasillo, su habitación era la última.
El moreno se dirigió hacia esta, con ella aún en brazos, y Gina aprovechó para descansar su cabeza sobre el hombro de él. Podía sentir desde aquella posición su fresco, y salado aroma. Lo cierto era que había sido un día agotador y estaba cansada.
Su cuarto era tal y como esperaba, sobrio, y elegante. No era infantil, a pesar de que sobre algunas estanterías hubieran situados algunos peluches, pero tampoco era el típico cuarto de una adolescente con posters de sus artistas favoritos. Le sorprendió observar la gran cantidad de libros que tenía.
Llegó hasta su cama y depositó el cuerpo de la joven sobre esta, alejándose de ella progresivamente una vez lo hizo. Observó su rostro, pero los ojos de ella no se encontraban ya puestos sobre los de él, era una muestra de disconformidad al respecto de su decisión de dejarla allí y marcharse tan pronto, tras lo que se habían dicho el uno al otro.
Se sentó al borde de la cama, y con su mano izquierda peinó un mechón de cabello rubio que se había escapado de su oreja y nublaba su rostro, en un cálido y tierno gesto. Ella lo contempló mientras lo hacía.
"¿Mañana podré verte?" Preguntó el moreno contemplándola hipnotizado.
"No sé si mi pie se encontrará bien para salir de casa" Dijo y cruzó sus brazos sobre su pecho, estaba molesta, no quería que se fuera, Shinichi rio ante su infantil gesto "Quizás no nos volvamos a ver hasta dos meses, cuando al fin pueda andar por mí misma" Dramatizó, ocasionando que el moreno volviera a sonreír "Y encima me deslumbras con tus blancos dientes ¿Qué quieres de mí?'" Preguntó retóricamente con un deje de victimismo, era muy tierna ante los ojos del moreno.
"Tomaré eso como un sí en caso de que tu pie se encuentre mejor" Dijo e intentó tapar las piernas desnudas de la joven con la manta situada en la cama, pero ella lo evitó dedicándole a la vez una mirada retadora.
"Mañana Mayoko tiene una competición de baile" Afirmó, y realizó una leve pausa mientras intentaba estudiar su reacción "Aunque si quieres puedes venir conmigo como público, a animarla" Maki sonrió y le lanzó una mirada que a Gina le pareció traviesa.
"¿Estás pidiéndome una cita Señorita Sakuragi?" Pudo darse cuenta de que ella estaba fingiendo un rostro serio, lo cual le ocasionó una risa que logró reprimir.
"Puede ser, pero como sigas haciéndote el duro voy a tener que proponérselo a otra persona" Enarcó una de sus cejas mientras hablaba.
"Espero que seas incapaz de torturarme de esa manera tan atroz" No pudo continuar mostrando falso enfado y terminó por devolverle la sonrisa.
Shinichi volvió a peinar otro de sus mechones de pelo, pero esta vez no retiró su mano, sino que la dejó posada sobre su mejilla, acariciándola con ternura, no quería resultar irrespetuoso, ni comportarse de forma que pudiera ser considerada incorrecta. Esta vez más decidida, Gina avanzó hacia él y acarició su mejilla también, el contraste de tonalidad entre su blanca mano y la morena piel de él era grande. Cerró sus ojos centrando sus sentidos en el tacto con su piel, y avanzó hacia él, juntando sus labios con los suyos. Había deseado volver a hacer aquello desde la primera vez. Resultaba imposible contenerse, y menos aún cuando la distancia entre ambos era tan escasa, y tenían la paz que la casa solitaria les brindaba.
Disfrutó del contacto con él, e intentó profundizar el beso. Se sentía inquieta al pensar en la posibilidad de que él no le correspondiera como esperaba, pero sí lo hizo, por lo que fue relajándose progresivamente y volviendo aquella actuación más efusiva.
Pegó su cuerpo al suyo, la distancia entre ambos era al fin inexistente, deseaba sentir aquel contacto corporal con él. Shinichi hizo lo mismo, se dejó llevar por los labios de la joven, se había olvidado de cómo respirar, pero no le importaba, podría morir en aquel instante, que daría igual. Gina situó una de sus manos bajo la camisa de él, descubriendo la calidez que emanaba de su cuerpo.
Sin embargo, de repente él se alejó de ella. Pudo contemplar el rostro sorprendido de la rubia, no comprendía su brusco movimiento, no pudo evitar sentirse levemente rechazada por él, retrocedió en la cama alejándose de él y dándole el espacio que él le pedía.
"Si seguimos no sé si podría parar" Murmuró haciendo que Gina volviera a sentirse con la confianza necesaria, parecía que le costaba respirar con normalidad.
"Nadie te pide que pares" Expresó insistente, aunque ya se había dado por vencida, y él sonrió y depositó un rápido beso sobre su frente.
"Tu hermano podría matarme si se enterase" Afirmó ocasionando la risa en ella, realizó una leve pausa que aprovechó para estudiar su semblante, y continuó hablando, esta vez en un tono más serio "No quiero que te sientas presionada a nada, te esperaré todo el tiempo que haga falta" Afirmó "Te quiero mucho Gina" Aquella declaración terminó por ocasionar que sus lágrimas se saltasen.
Juntó su mano con la de él nuevamente, no quería volver a separarse de él. Los segundos serían eternos, y las horas sin él, una infinidad temporal.
"Al menos puedes quedarte a mi lado hasta que me duerma" Solicitó, junto a él se sentía protegida como hacía mucho que no lo hacía, quería dormir cómoda y sin miedo por primera vez en mucho tiempo.
Shinichi pareció descubrir ello en sus ojos, y se vio incapaz de negarle la solicitud, por lo que accedió. Gina señaló su pijama y Shinichi asintió sonriendo, dándose la vuelta mientras la rubia lograba cambiarse.
De espaldas a su cama, observó como sobre el escritorio de la rubia se encontraba una fotografía de ella junto a un señor mayor, ella lo abrazaba a él cariñosamente, y ambos sonreían a la cámara, mientras que en el fondo se encontraba el pelirrojo con un rostro algo más serio. Debía ser el padre de ambos. La fotografía debía de haber sido tomada un par de años atrás, ambos lucían más jóvenes de lo que ahora eran.
Siempre había oído que los mellizos tenían un vínculo especial, superior al del resto de hermanos, en este caso no negaba que existiera el mismo. Pero sí conocía que el carácter, así como los gustos y actuaciones de ambos hermanos era muy diferentes de las del otro. Volvió a pensar en el momento en que Hanamichi se percatase de la relación entre ambos, situación que si seguían juntos antes o después debería afrontar.
Una vez hubo finalizado, se tumbó, y el moreno se sentó a su lado, acariciando su pelo. Ella apoyó su cabeza sobre el trabajado torso de él. Respiró su aroma, y se acurrucó, se sentía muy bien en esa posición.
"Estoy muy cómoda" Murmuró y no oyó respuesta en él que continuó con su mano izquierda acariciando sus cabellos y jugando entretenido con ellos, él también lo estaba, pero no tenía sentido decirlo, estaba seguro de que ella lo sabía sin necesidad de confirmárselo.
Finalmente, Gina cayó en los brazos de Morfeo, y él se retiró. No sin antes observarla por última vez, su rostro era pacífico y tranquilo, respiraba e inspiraba con tranquilidad, sumida en sus profundos sueños ajena a cualquier ruido o situación externa. Sus facciones relajadas ocultas por sus brazos, y su cuerpo acurrucado en posición fetal cubierto por las sábanas. Estaba profundamente hechizado por aquella joven.
"¿Qué has hecho conmigo Gina Sakuragi?" Se preguntó hacia sí mismo, y se giró abandonando el hogar familiar de los Sakuragi.
Tardé un poco más de lo habitual, pero lo prometido es deuda. Al fin hemos llegado a este punto, jijiji, esta actualización te la dedico a ti memoriesofkagome, por tu constante apoyo e inspiración. Me ha costado un poco escribir este cap, pero he disfrutado muchísimo haciéndolo, espero que ustedes también lo hagáis leyéndolo. Besitos.
