¿QUIÉN?

Por Coqui Andrew

Capitulo Treinta y uno

Entro al camerino, improvisado que la empresa, le proporciono, es lujoso muy exclusivo para mi gusto, pero en fin es escritora extravagante, está frente al espejo, me ve con deseo y lujuria, no despego mi mirada de ella.

-Hola, Charlie, ¿lista para salir conmigo? –pregunto

-¿No se enojará tu esposa? -

-Si no le decimos, dudo que se entere -

-Está bien, solo deja que me cambie de ropa, pero ¿seguro qué no sospecha nada? -

-Absolutamente – le digo

-¿Te ayudo? – pregunto

-¡Ay si, por favor! – dice coqueta

Me acerco para ayudarla a desvestir, me acerco, la tomo de la cintura, la beso con pasión, ella corresponde, también me ayuda a quitarme la ropa, ambos nos acariciamos, sus lentes estorban, así que se los quito y los aviento por ahí,

Nos tumbamos en el suelo, le hago el amor lentamente, ella suspira y gime, como me gusta que se entregue así.

Terminamos de hacerlo, la abrazo, con cariño, la veo, ya no trae esa horrible peluca que usa, su cabello esta esparcido, abre sus ojos, me sonríe.

-Estuvo fabuloso, cariño, nunca me habías hecho así, gracias por cuidarme –

-Obviamente siempre te cuidaré, lo único que te voy a reclamar es que hayas escogido este horrible disfraz, para Charlie tú eres hermosa – le digo

-¡Hermosa! ¡Si claro!, con esta enorme panza – me dice

-Es hermosa, ¿acaso no estas deseosa de que ya nazcan nuestros bebés? - le digo

-Sí, ya quiero que estén con nosotros, Alex y Pony serán los bisabuelos más consentidores, mis papás igual, Ashley será la tía… ¿Tú crees que si venga para cuando nazcan los bebés? – me dice con melancolía

-Estoy seguro que estos bebés serán muy amados y consentidos por todos, recuerda que se pusieron como locos, cuando les dimos la noticia y sobre todo enloquecieron cuando les dijimos que son gemelos, están ansiosos por que ya nazcan – le digo

-Ya ves porqué tuve que escoger este disfraz, tan ridículo, solo por esta ocasión accedí, dar la entrevista, pero ya no, me dedicaré a nuestros hijos, a tiempo completo, George me dio el tiempo necesario para publicar mis otros dos libros. – me dice

-Si quieres, puedo pagar la sanción por rescindir del contrato, prefiero que te dediques a ellos – acaricio su barriguita.

-Está bien, creo que hasta aquí llego como Charlie – dice

-Sé que te duele, porque al igual que Tentación, Asher fueron tus creaciones – digo, ella sonríe

-Bueno Tentación no, fue de tu mamá – le digo, se empieza reír

-¿De qué te ríes? – pregunto

-De toda la confusión que giro alrededor de ellos –

-Vaya que sí, yo ya no sabía quién era quién - la beso –Hasta llegué a creer que me gustaban los hombres, pero cuando salí a comer con Archie, me explico algunas cosas de los gustos de él hacia los hombres, me dijo que yo era guapo, pero que no le interesaba como su pareja – sonrío al recordar esa plática.

Archie se fue a vivir a Canadá porque su pareja, recibió una oferta de trabajo muy buena, así que lo siguió, ahora mi hermana está tranquila porque la nueva secretaria de George es Catherine.

Yo renuncie al trabajo, ahora quién ocupa ese cargo es Robert, sé que buen jefe, los muchachos están contentos, yo abrí mi propia empresa, pero sigo siendo socio de George, Martí y de Ashley, si como lo leen, logro administrar bien el club de Ibizia, posteriormente se lo compro a su papá, ahora tiene dos más en España, termino con Annie, porque era muy mala influencia para ella, ahora tiene una nueva pareja se llama Marlene, están felices.

-¿En qué piensas, cariño? –pregunta Candy

-En cómo nos conocimos y lo mal que te trate, además tu abuelo me debe muchas – ella me ve expectante

-¿Cómo? No entiendo –pregunta

-Si le pedí que investigará a la familia de Asher y me entrega un informe incompleto y con datos que no tenían al caso, bueno sí, pero eso hizo que me confundiera – le digo, ella se empieza a reír

-¡Ay! Albert, dices conocer bien a mi abuelo, y no te diste cuenta que él solo te dio lo que nosotros le dijimos que te diera, Jajajajaja – Candy se ríe por la travesura que me hizo su familia, la veo, quiero enojarme, pero me es imposible porque ella es como un ángel y además es la mamá de mis hijos y sobre todo la mujer que amo.

Salimos del camerino, tomados de la mano, felices, todavía hay algunos paparazis, pero lo que no saben es nosotros salimos por una puerta que da a mi oficina, siguen esperando ver a Charlie, eso nunca sucederá, porque mi mujer, ya prometió que se retirará del oficio y de ser la maestra del disfraz.

Pasa el tiempo, estoy en mi oficina de la casa, desde ahí trabajo porque no quiero separarme de mi princesa, que ya está a punto de dar a luz a nuestros pequeños.

-¡ALBERT! – Escucho, es Candy, salgo corriendo y la encuentro en las escaleras deteniéndose el vientre – Mi amor, tenemos que irnos al hospital, están por nacer – dice desesperada, sudorosa y con mucho dolor, me acerco y la cargo. Salimos y la pongo en la parte de atrás de la camioneta, Nimue llega corriendo solo escucho a Candy gritar, se sube con ella y la abraza.

Conduzco lo más rápido que puedo, estaciono en la entrada de urgencias, una enfermera y el médico de mi esposa, la ingresan, mientras voy a la recepción a llenar los formularios, estamos en espera, llega una enfermera y me dice que la acompañe, me indica que debo colocarme un uniforme desechable para ingresar a la habitación de mi esposa, entró y la veo toda sudorosa, con dolor y desesperada, me hace señas para que me acerque, lo hago, tomo sus manos, me las aprieta con mucha fuerza, me duele, pero aun así le sonrío

-Puje, señora Andrew – dice el doctor, pequeña, me sigue apretándome

Se escucha un llanto, ya nació el primer bebé – Es un niño – dice el doctor, me da unas tijeras para cortarle el cordón umbilical, mi mano tiembla, pero lo hago, una enfermera se lleva al pequeño, después de un pequeño descanso, Candy grita y puja una vez más, me pide mis manos, se las vuelvo a dar y puja tres veces más, para que nazca nuestro segundo hijo –Es otro niño – dice el doctor, hacemos el mismo procedimiento para cortar el cordón, se lo llevan, otras enfermeras empiezan la limpieza para mi mujer, me sacan de la habitación, me dirijo al baño a cambiarme, cuando regreso, Candy está tranquila, limpia y en espera de nuestros bebés, me acerco a ella, me pongo a su lado, la abrazo y le doy un beso en la frente, después en sus labios.

-Gracias, amor, por estos hermosos bebés – me sonríe

Entran dos enfermeras con los bebés, nos los entregan, uno tiene un gorrito verde es el mayor, nos dice una de ellas, el otro bebé tiene un gorrito azul, es el menor, nos dice la otra enfermera.

Ingresa el pediatra, para darnos el estado de salud de nuestros pequeños, las cuales están bien – Señores, si ya tienen los nombres de sus bebés les sugiero que se lo hagan saber a las enfermeras para que, en sus pulseras, cuneros y demás documentación, estén ya con sus nombres – nos informa el doctor, ambos asentimos

-El mayor se llama Alexander – dice Candy, si como el bisabuelo, con una sonrisa y es el sostiene ella.

-El menor se llama Albert – digo, es el bebé que tengo yo

Las enfermeras toman nota, salen dando paso a los bisabuelos, abuelos, y demás compañía para conocer a los pequeños.

Alexander se parece a Candy, ojos color verde, piel blanca, cabello rubio rizado

Albert se parece mí, ojos azules, piel blanca, cabello rubio lacio, pero algo común en los dos, ¡Tienen pecas en la nariz, como su mamá!

Son los bebés más consentidos y amados, el tiempo pasa, ellos están por cumplir 4 años, son traviesos como su mamá, estoy feliz de que así sea, igual que ella son maestros del disfraz, nos sorprendemos con sus travesuras, estamos festejando su cumpleaños, toda la familia está presente, si hasta Ashley y su nueva pareja, ya cambio otra vez, pobre mujer, la anterior quiso estafarla, así que está en busca del amor verdadero, espero que con esta nueva mujer lo sea.

Todos están felices, Candy me llama – ¿Amor, podemos ir al roble? –

-Claro, vamos - Todos empiezan a chiflar y a gritar cosas que no entiendo, los ignoramos.

Llegamos y veo un regalo en césped que rodea el hermoso árbol, veo a Candy, me dice - Es para ti, amor- me agacho y tomo el presente, lo abro con cuidado y veo una foto donde están dos bebés, me giro hacia ella la tomo por la cintura, la beso con pasión y le agradezco, porque la familia crecerá con dos pequeños más.

Lo que el destino nos tiene reservado es que serán niñas idénticas y ahora si no sabré ¿Quién es quién?

Fin

Chicas, muchas gracias, por acompañarme en esta hermosa historia, sé que las traje como una montaña rusa, pero que al final todo giro alrededor de Candy y el guapísimo de Albert, quién sufrió mucho con todas las identidades de ella.

Para que no quede duda alguna, el lunes 5 de abril les postearé un capítulo dónde explico un poco de los personajes de esta historia.

Una gran disculpa, por no terminar dentro del período establecido, pero aquí tienen la historia terminada.

Con cariño,

Coqui Andrew