¡Hola a todos!, luego de algunos meses de trabajo en conjunto con mi lector beta, finalmente podemos presentarles a ustedes esta adaptación de la talentosa escritora Victoria Wittaker la trama es de ella, yo solo hice algunas correcciones de ortografía y redacción de su historia original, para que se adaptara a el mundo de Inuyasha el cual pertenece a nuestra querida Rumiko Takahashi.
No olviden visitar la historia original de Victoria, el enlace estará en mi perfil
Estaré publicando dos veces a la semana lunes y viernes esta emocionante y hermosa historia.
Siendo fiel a lo que ponía Victoria, tengo en una pagina de Facebook las imágenes de los capítulos (Cosas que destacan de los capítulos, y no todos tienen imágenes) la dirección esta en mi perfil (Lamento no poder actualizer, la vida real me tiene atada =( )
Algo que siempre hago en lo que publico es nombrar a los 5 Países que más leen esta historia
Puesto # 5 – Polonia
Puesto # 4 – Europa (Asi decia)
Puesto # 3 – Colombia
Puesto # 2 – Venezuela
Puesto # 1 – Estados Unidos!
32 – Castigo
Desperté y Inuyasha seguía a mi lado roncando levemente.
Luego de que escucháramos la discusión entre Joka y Onigumo, subimos a mi habitación y lloramos hasta quedarnos dormidos. A las seis de la mañana el regreso a su dormitorio.
Tal y como lo hice la mañana anterior, maquillé mis ojos, pero también mi labio hinchado.
Suspiré cuando me vi en el espejo. Las chicas de mi grado, no eran expertas cubriendo ojeras por tanto llorar, ni golpes de sus madrastras. Eran expertas cubriendo acné y alguna que otra marca, ocasionada por los labios de sus novios. Pero yo no.
Me preguntaba cómo es que mis amigas no lloraban por las ausencias de sus padres. Ah si ya lo recordé... no les importaban sus padres, al igual que ellos no les importaban sus hijos.
Todos los residentes de Manhattan, habían sido cortados con la misma tijera. Eran personas superficiales, que no les importaban los sentimientos, solo el dinero. Por eso sobrevivían.
Entonces, me tenía que convertir en alguien como Tsubaki o Ayame, para ya no sufrir, ni quebrarme la cabeza, tratando de encontrar la respuesta a mi eterna pregunta: ¿Porque mis padres no me quisieron?
La única persona que me quería, interrumpió mis pensamientos.
¿Lista para desayunar? - me beso con el mismo cuidado de la noche anterior.
Si. ¿Quieres que cubra tus ojeras? - pregunte mientras acariciaba su rostro.
No, diré que me desvele viendo porno. - se encogió de hombros.
Inuyasha! – me dio risa esas cosas que se inventaba
Vamos se hará tarde.
Bajamos juntos las escaleras. En el comedor, ya nos esperaban Onigumo y Joka, muy serios.
Hola - murmure sin sentarme en mi lugar junto a Onigumo.
Papa ya vestido con su traje Hugo Boss, color gris y camisa blanca, sin corbata, vio mi labio camuflajeado con maquillaje, miro a Joka meneando la cabeza.
¡Lo que hicieron, estuvo muy mal Kagome! Escaparse sin avisarle a nadie. La ciudad es muy peligrosa. ¿En que estaban pensando? Se supone que tú la cuidas, Inuyasha.
Y eso es lo que hizo. Tu no ibas a estar aquí. Que más daba que celebrara mi cumpleaños aquí en la casa y llorando por tu ausencia. O en la ciudad y olvidando que me abandonaste... de nuevo. El peligro lo corremos aquí en la casa. - mire a Joka. Como siempre vestida de Chanel y su collar de perlas.
¡No seas insolente Kagome! - mascullo papa, muy enojado.
Solo digo la verdad.
Joka estuvo muy preocupada por ustedes. ¿No creen que le deben una disculpa?
Ella me golpea - la señale - ¿y yo soy la que se tiene que disculpar? Ella es la que se tiene que disculpar.
Papa suspiro.
¿No se va a disculpar ninguno de los dos? - cuestiono Onigumo con voz calmada, aparentemente.
Ni Inu ni yo hablamos.
Estarán castigados por un mes...
Lo que me faltaba - me cruce de brazos.
De la casa a la escuela, de la escuela a la casa. No saldrán con sus amigos ni ellos vendrán.
¿No estuviste en mi cumpleaños, me dan una cachetada y aun así me castigas? - mi voz subió de tono. - Eres muy injusto Onigumo.
No usaran la piscina tampoco.
Menee la cabeza.
Tenía ganas de golpear a alguien. Pero Inuyasha me tomo de la mano para calmarme.
Genial, has lo que se te dé la gana... como siempre - mire a Joka para que supiera que me refería a su matrimonio.
Salí del comedor, echando chispas.
Kagome, vuelve aquí!
Subí a mi habitación, tomé mi mochila y mi maleta. Ni siquiera esperé a Miroku, salí a toda prisa de la casa.
Gomy, espera! -grito Inu al otro lado de la calle.
Me detuve a esperarlo.
Las lágrimas salieron de nuevo de mis ojos. Odie llorar de nuevo y más en público, pero estaba lidiando con demasiadas cosas: Enterarte de que tu papa no te quiere, que tu madrastra no te quiere tampoco y encima te golpea y la cereza en el pastel... querer de esa manera a mi hermanastro.
Caminamos en silencio el trayecto a la escuela, hasta que yo hable.
Debí haber sido una persona horrendamente mala en mi otra vida, para que en esta no me quiera nadie. - murmure limpiándome las lágrimas.
Inuyasha se detuvo.
¿Que? - pregunte asustada por la manera en que me miro.
¿Y yo que? ¿Yo no cuento?
Inu...
Yo te quiero, Kagome. Y mucho - acerco su rostro al mío. -No sabes lo que daría por besarte ahora. Por entrar a la escuela tomados de la mano y besarte frente a mis amigos, para que se mueran de envidia por que la niña más bonita de la escuela, está conmigo. Pero, sobre todo, te juro que daría mi vida, por no verte llorar por él, nunca más.
Solo lo dices por hacerme sentir mejor.
Te equivocas. Nunca en tu corta vida, habías estado tan equivocada. He esperado tanto, para decirte que te quiero. - se acercó más, pero solo beso mi frente. - miro su reloj - Maldición, se nos hizo tarde.
Me paso el brazo por los hombros y caminamos abrazados todo el camino.
