33 – EL BESO

Al día siguiente todos nos preguntaron dónde nos habíamos metido. Joka les había llamado a los padres de nuestros amigos, incluso a mis abuelos Yue y Kirinmaru.

Les dije la verdad: que papa no estaría en mi cumpleaños e Inuyasha no me quiso ver triste y por eso celebramos la fecha en la ciudad.

Por supuesto que se fijaron en mi labio hinchado, pero invente que Inu me había dado un codazo cuando jugueteábamos en Central Park. Kouga se molestó un poco, porque no los invitamos a nuestra pequeña fuga.

También les dije que estamos castigados por un mes, por lo que la reunión de esa tarde, para hacer las tareas estaba cancelada, al igual que los siguientes tres viernes.

Cuando regresamos a la casa después de la práctica de Basquetbol de Inu, Bankotsu estaba más que encantado de que se hubiera unido al equipo ese año, no comimos en el comedor con Joka y Onigumo, subimos la comida a mi habitación y comimos en el suelo viendo una película.

Por la noche papa, fue a mi habitación a despedirse. Él y Joka se irían a Los ángeles unos días. Onigumo se disculpó, lloro y dijo que me amaba. Que sentía mucho que las cosas hubieran resultado de ese modo y que trataría de recompensarme, repitió muchas veces que me quería, más que a su propia vida.

Tenía unas ganas desquiciantes de gritarle: ¡Hipócrita! ¿Que crees que no escuche tus palabras anoche?

Pero no dije nada. Me limite a asentir, torcer el gesto y fruncir el ceño, cuando era debido.

¿Ya se fueron? - susurro Inu, mientras yo me despedida con la mano desde la ventana.

Si. Por fin. - Apague la luz y la habitación solo quedo iluminada por la televisión.

Nos acostamos en mi cama, como una noche cualquiera y vimos una película de Vampiros y Hombres Lobo. De vez en cuando miraba a Inu y me daba un beso en los labios.

Luego de la película tuvimos una intensa discusión acerca de quién era mejor: los chupasangres - como los llamaba el - o los sacos de pulgas -como yo llamaba a los hombres lobos-.

Un vampiro vive eternamente, además todos aman a los vampiros. - defendí mi causa.

¿Quién quiere a los vampiros? Nadie. Son unas apestosas sanguijuelas.

A mí me gustaría ser una vampira. - le mostré los dientes.

Uy sí que miedo. ¿Te imaginas ser un hombre lobo? Convertirte en otra cosa... sacar todo ese poder de tu cuerpo y expandirlo... No, no tiene precio, además los lobos tienen su encanto.

Son criaturas salvajes, Inuyasha. En cambio, un vampiro es refinado. Mira a el Conde Drácula. ¡Es un conde!

¡Pero esta horrible! En cambio, los lobos son atractivos tanto en su forma animal, como en su forma humana. Porque eso es lo que son: Humanos. No muertos vivientes. Punto.

Me cruce de brazos.

Un vampiro puede matar a un hombre lobo, mordiéndolo.

No. Un hombre lobo mata a un vampiro de una mordida. Le arranca la cabeza.

¿Ves? Son salvajes.

Ninguno de los dos gano esa discusión.

Pasamos el fin de semana, juntos...Bueno, siempre estamos juntos, pero ahora podía besarlo.

El sábado hicimos todas las tareas pendientes y le ayude con su tarea de Matemáticas. Los números no se le daban muy bien que digamos. El domingo por la noche, me bañe y cepille mis dientes antes de dormir.

Inuyasha entro alrededor de las diez y media, para darme el beso de las buenas noches.

pensé que hoy no vendrías.

Siempre vengo cuando no tienes la puerta cerrada con seguro. - se sentó junto a mí.

Cierto. - me mordí ligeramente el labio, sintiéndome nerviosa.

Miré a Inu a los ojos y me perdí en su calidez. No podía dejar de mirarlo, ni el a mí. Se acerco un poco más y yo otro tanto.

Sentí como las manos, me comenzaron a sudar.

Tal y como lo habíamos hecho desde el jueves, nos besamos. Esta vez no me dolía el labio.

Inu paso delicadamente su lengua por mi labio inferior. Mi respiración se agito un poco. El abrió mis labios con los suyos y nuestras lenguas se encontraron por primera vez,

Me alejé un poco, asustada por lo que sentí: adrenalina pura corriendo por mis venas y algo de miedo.

Lo bese de nuevo y esta vez con más profundidad. El beso termino unos segundos después. Eso no me gusto.

Buenas noches, Gomy. - susurro contra mis labios.

Buenas noches - respondí con el corazón a punto de salirse de mi pecho.

Inu beso mi mejilla y se marchó con una sonrisa en los labios, que acababa de besar.