Sospecha

Ciudad Argentum. Palacio de Cristal.

El viaje de regreso de la princesa a su hogar fue tranquilo como era de esperarse, puesto que el nivel de delincuencia y de incidentes eran nulos en la ciudad. Ella por su parte, pensaba en todo lo oído en casa de Makoto y definitivamente le intrigaba saber más sobre los problemas de Rei, con su familia y su madre, aparte de pensar en la maldición que cargaba Mina.

Apenas llegó fue recibida por Diana, quien era hija de Luna y Artemis aparte de su dama de compañía, esta se encontraba con las integrantes de la guardia personal de la pelirrosa.

- Bienvenida de nuevo, princesa, sus padres la están esperando en la habitación Real - dijo la joven inclinándose en señal de reverencia

- De acuerdo, vamos entonces... ¿Todo ha estado bien en mi ausencia? - indagó la de pupilas rosadas con seriedad

- Todo normal, señorita, los señores reyes solamente deseaban que usted volviera cómoda y rápida al palacio y le enviaron el chófer - respondió una de las integrantes de la guardia

- Señorita Chibiusa, ¿Por qué está enojada con nosotras? - preguntó Diana apenada al notar el trato seco de esta para con ellas

- No estoy enojada, es solo que quiero más espacio propio sin ustedes revoloteando todo el tiempo a mi alrededor, hoy solo fui a una reunión con mis amistades cuando es así, no necesito de ustedes... recuerden que vivimos tiempos de paz, ¿Qué podría pasarme? - contestó riendo levemente la princesa hablando con seguridad

Las mujeres caminaron hacia el lugar mencionado en donde estaban la reina y el rey, una vez allí Chibiusa las despidió y entró.

- Hija ven pasa, aguardábamos por ti ¿Tuviste un buen viaje? - dijo amablemente Endymion

- Aquí estoy finalmente, sí todo bien pero no hacía falta que mandaran al chófer a Ciudad Lignum, podía volver en tren tal y como hice para ir - replicó la de odango color rosa

- Lo que sucede es que nos alegra mucho que desees actuar con humildad pero, tú ya sabes hay un protocolo que siempre seguimos en el cual Artemis siempre hace hincapié, pero cuéntanos sobre las chicas - fue la respuesta de su madre

- Ufff... mejor me reservo la opinión respecto a eso - bufó hastiada Chibiusa - Pues... me enteré de la maldición de Mina, tiene que haber una forma de librarla - prosiguió ella

- Ahh sí... su imposibilidad para encontrar el verdadero amor, busqué todas las formas pero nada resultó - aseguró apenada la rubia de coletas

- Aún con el poder del Cristal de Plata no pudimos romper ese maleficio que pesa sobre ella, desde la antigüedad era la líder de las Inners y por ende, poseía una mayor responsabilidad de proteger a la princesa que las otras tres y quien le lanzó la maldición aprovechó eso - explicó Endymion

- En otras palabras, ambas están relacionadas... bueno de hecho sí hay una forma de romperla... Mina debe dejar de ser una Sailor Senshi - añadió Serena suspirando de resignación

- Que mal por ella, debería haber una forma de quebrarla sin que eso implique renunciar a su misión - opinó su hija con pena - Pero fuera de eso, supe que todo indica que los padres de Risa sí se van a separar... pero hay dos posturas sobre eso, una parte dice que la culpa es de él y otra sostiene que la culpable es ella - continuó recordando ella teniendo en mente las palabras de Risa sobre que debía ser discreta con lo que decía

- Hija, eso no me sorprende para nada, detrás de eso hay una cuestión muy seria que tú no sabes - contestó Endymion ganándose una mirada de reproche de parte de su esposa

- ¿Qué cuestión? ¿De qué hablas papá? - indagó intrigada Chibiusa - Rei quiere casar a la fuera a Risa con alguien que ella no ama - siguió hablando mientras fruncía el ceño

- ¿Cómo? Esa es una conducta arcaica que no es para nada compatible con nuestra sociedad moderna, Lady Mars va a tener que explicar eso - exclamó molesto el rey

- Justamente, Risa va a venir aquí, su papá ideó el plan de mandarla para acá a escondidas de su madre para evitar eso, hasta que ella desista de esa idea - les dijo la de coletas color rosa

- A mí me parece bien, pero el problema es que Rei se va a poner como loca y removerá cielo y tierra para encontrarla - respondió preocupada la reina

- Yo pienso que no sé si es buena idea, es factible que haya problemas por lo que tiene razón Serena pero nosotros somos los reyes y quienes tenemos la última palabra - expresó el hombre su pensamiento - Lamento mucho la situación de esa muchacha pero, ¿esconderla contra la voluntad de uno de sus progenitores? ¿En qué piensa Jones? - se preguntó con desconcierto

- No podemos darle la espalda, papá ¿Van a ayudarla o no? - insistió la chica

- Permitámoslo, no voy a negarle un favor a Ralf, es mi amigo y sé que no la está pasando bien - fue la decisión de la reina

- Gracias mamá - agradeció la princesa con una sonrisa

- Yo solo espero que no vaya a ser cosa que esconder aquí a la hija de ellos vaya a causar complicaciones, voy a comunicárselo a Artemis para que la reciban cuando llegue - dijo el hombre de ojos claros antes de salir de la habitación

Una vez que se quedaron solas, la madre quiso preguntarle más a la hija sobre el tema.

- Dime hija... ¿Cómo estaban ellos? - indagó ella poniendo ambas manos en los hombros de Chibiusa

- Realmente se nota que Ralf sufre la situación, puedo ver que carga con heridas del pasado y además esta descreído de la vida, Risa también la pasa mal pero debido a su entrenamiento shinto puede manejarlo un poco mejor, pero sí está afectada - rememoró la joven

- Comprendo querida, ¿Cuándo vendrá Risa?.

- Mañana a la mañana temprano, debe salir de casa de Makoto antes de que llegue Rei... mamá, ¿Qué pasa entre ella y tú? ¿Porque de repente te tiene tanta bronca? - dijo ella sumamente intrigada y desconcertada

Esa pregunta tomó desprevenida a Serena, supuso enseguida que la hija de Rei y Ralf la puso al tanto pero... ¿Qué responderle a su hija? No podía decirle nada, por ahora solo esperaba que Rei no se enterara dónde iba a estar la muchacha pero vivía con incertidumbre al no estar a salvo su secreto, pensaba en la posibilidad de que este llegase a oídos de Chibiusa o de Endymion y temblaba...

- Es muy complicado hija, ve a dormir que ya es tarde, en cuanto llegue Risa mandaré a avisarte - respondió a modo de despedida en el ínterin que suspiraba de resignación, por su parte, la princesa se retiró a su habitación no muy convencida de dicha respuesta

Aconteció que a la mañana siguiente llegó al palacio la joven en cuestión procedente de Ciudad Lignum, quien fue recibida por Luna y Artemis con amabilidad.

- Bienvenida señorita Risa, espero que haya tenido un buen viaje - dijo sonriente Luna

- Tranquilo dentro de todo, ¿Sabían de mi llegada? - preguntó la chica correspondiendo el saludo

- Desde luego, el rey Endymion me avisó anoche, la princesa habló con ellos y les avisó - respondió el Consejero de cabello plateado - Venga con nosotros que la están esperando - invitó acto seguido comenzando a caminar junto a Luna hacia la sala del trono

- Que bueno, tengo algunas cosas que preguntarles a ellos o a ustedes - contestó Risa yendo detrás de ellos

- No hay ningún inconveniente, responderemos todas sus inquietudes en cualquier momento, usted va a ser compañera de la princesa en todas las lecciones que ella toma durante el tiempo que sea nuestro huésped - explicó Luna con tranquilidad

- Mierda... presiento que esto va a ser un bodrio, pero... ¡Bienvenida alternativa a la boda impuesta por mamá! Papá, espero que estés bien y que lo que me dijo Clark sea solo una exageración... - Pensaba la de cabello castaño oscuro - No hay problema... - se limitó a decir

Los tres caminaron por el pasillo lujosamente adornado pero, al contrario que cuando había venido con sus padres, Risa no le prestaba atención. Al llegar, los dos guardas de armaduras plateadas hicieron una reverencia y les abrieron la puerta, al entrar ella observó a los dos soberanos que acababan de intercambiar unas palabras entre sí y la observaban, Serena con una sonrisa y Endymion con seriedad.

- Majestades, aquí está la señorita Risa ¿Le avisamos ahora a la princesa? - preguntó Artemis inclinándose levemente

- Si, ve a avisarle que venga, dile que su amiga ya se encuentra aquí - ordeno la rubia reina

- Bien señora - respondió el consejero real antes de alejarse junto a Luna

- Seas bienvenida, querida, espero que aquí te sientas como en casa - la saludó afectuosamente Neo Serenity

- Si, muchas gracias - dijo la de ojos violetas con seriedad

- Tu padre debe de estar loco, deduzco que sabes cómo se va a poner tu madre en cuanto se percate de tu ausencia, ¿verdad? - señaló el soberano de ojos celestes

- Lo sabemos perfectamente, no lo haría si hubiera otro remedio... reina, usted recuerda todo lo que le contamos mi papá y yo cuando nos reunimos con usted - afirmó la joven manteniendo su seriedad

- Así es Risa, lamento mucho no haber podido convencer a Rei de nada pero ahora les ayudaré, puedes quedarte aquí el tiempo que sea necesario - fue la respuesta de Serena

- Si vas a estar aquí, deberás aprender la manera correcta de comportarte, aquí no van ni esa música ruidosa que escuchas ni las artes marciales y otras formas en las que tu padre y tú rompen las reglas establecidas, respetarás el protocolo y serás una buena dama como Chibiusa, recuerda que esto es la Corte ¿Entendido? - habló Endymion con total seguridad

- Ya Artemis y Luna me hablaron al respecto... pero señor, creo haber oído mencionar a mi madre que usted entrenó en los Estados Unidos con un oficial de la Fuerza Aérea, si no me equivoco - aseguró la joven de igual forma - Todavía ni empezaron las lecciones y esto ya me parece un asco... - pensó ella con sinceridad

- Efectivamente pero, yo lucho si la situación lo requiere y no por gusto, ahora practicar artes marciales está prohibido además, ya no hace falta - afirmó el esposo de Serena en referencia a la actual época de paz y la ausencia de enemigos

Mientras aún estaban hablando, las puertas se abrieron y a la sala entró la princesa sonriente y caminando de prisa hacia Risa, al llegar la abrazó afectuosamente.

- ¡Risa!, Que bueno que lograste llegar - exclamó animada la pelirrosa

- Sí aquí estoy, pero en Ciudad Sur va a arder todo en cuanto mamá se entere que escapé, solo me preocupa papá - comentó la aludida suspirando

- Él va a estar bien es fuerte y en cuanto a Rei, que se joda, ella se lo busca por mala - dijo la princesa sin pérdida de tiempo

- ¡Hija! ¿Qué es ese lenguaje impropio de una señorita? Modérate - la reprendió su padre asombrado

- Chibiusa, ella va a dormir contigo en tu cuarto voy a hacer que te den otra ropa ya que deduzco que no trajiste nada más - habló la soberana por su parte - ¿Ya sabes las condiciones para que tu amiga pueda quedarse? - preguntó acto seguido

- Si, si, ya lo sé al menos ya no estaré sola - contestó la de pupilas rosadas

Ciudad Ígnea.

La llegada del matrimonio a Hikawa había sido en silencio, Rei se dirigió a dormir a su habitación sola mientras que Ralf fue al cuarto de Risa, ya que esta le había dicho que usara su cama para dormir.

La noche transcurrió y a la mañana siguiente tal y como lo había dicho, la Senshi del fuego se levantó bien temprano para hacerse el desayuno y buscar a su hija. Ella no lo iba a admitir pero comenzaba a extrañar la compañía de su esposo en la cama, cuando hacían el amor todos los días, sus besos, sus caricias y dormir abrazados uno del otro; si bien le había gustado su experiencia con Jedite, vio claramente la diferencia entre tener sexo y hacer el amor mas a pesar de eso, la había pasado bien y seguía decidida a vengarse además de distenderse siempre que pudiera.

Apenas caminó por el living, le llamó la atención un frasquito sobre la mesa, al tomarlo leyó atentamente la etiqueta bien de cerca.

- ¿Pastillas para dormir? ¿Desde cuándo Ralf toma esto? Que raro... - pensaba ella intrigada, estaba claro que él las había tomado durante la noche y había dejado olvidado allí el frasco

Sin decir nada se dirigió a la habitación de Risa y entreabrió la puerta a fin de observar adentro, su marido dormía profundamente aún, parcialmente tapado y con el musculoso torso al descubierto.

Así que mientras pensaba en el asunto de las pastillas, desayunó y se vistió antes de partir hacia Ciudad Este a buscar a su hija, lo que ella ignoraba era el hecho de que esta ya no estaba allí...

Ralf por su parte, durmió hasta que lo despertó el sonido de su celular, con los ojos entreabiertos lo tomó y vio dos mensajes entrantes, uno era de Mirajane que le decía "Buenos días corazón, en un rato me preparo para salir, avísame cuando vengas. Besos" dicho mensaje era seguida de una carita tirando un beso, el hombre respondió y procedió a mirar el siguiente mensaje, pertenecía a Ami y lo había mandado hace un par de horas, decía: "Llámame en cuanto puedas".

El de ojos cafés se extrañó al leer eso pero obedeció y marcó su número, el tono de llamada sonó hasta que la voz femenina se oyó del otro lado.

- Buenos días Ralf, deduzco que recién te despiertas.

- Si, anoche tomé pastillas para dormir ya que estoy harto de despertarme sobresaltado en medio de la noche, apenas miré tu mensaje - respondió el ex soldado

- ¿Despertarte sobresaltado, tú? ¿Y eso? - preguntó intrigada la voz de Ami

- Tengo sueños extraños que me hacen despertar de golpe y no consigo volver a conciliar el sueño, pero dime... ¿Qué deseas? ¿De repente te preocupas por mí después que anoche me tildaste de mentiroso y sinvergüenza? - contestó el de pelo castaño oscuro al mismo tiempo que se levantaba

- Lamento haber sido ruda contigo anoche, pero era necesario... - se disculpó apenada ella

- Explícate - exigió él con extrañeza

- Pues, que si bien me sorprendió que Rei te acusara de mal marido y de estarla traicionando y no me parece correcto el hecho de que te veas con otra mujer estando todavía casado con ella, solo aparento estar 100% del lado de ella pero en realidad no lo estoy, soy neutral - relevó la Gobernadora del norte

- Ya sabía yo que tú eras demasiado inteligente como para no investigar más y que la engañen fácil - dijo Ralf con una media sonrisa - Pero seguramente has notado el buen humor de Rei anoche... no quiero ni pensarlo pero, presiento lo peor... ella algo hizo - prosiguió incisivamente

- Tal vez sea ella quien se esté viendo con otro hombre, es real esa posibilidad, Ralf, lo único que se seguramente es que una de las dos posturas es mentira y o tú o ella o ambos, tienen la culpa de sus problemas maritales... hay cosas que no me cierran en todo esto, voy a llegar a la verdad detrás - respondió decisivamente la peliazul

- Me parece bien que investigues, por cierto, dentro de un rato oirás un buen revuelo desde ya te aviso para que no te sorprenda, Rei desea casar a la fuerza a Risa con alguien que no ama, solo por interés de posición social y económico y no hay forma de hacerla entrar en razón, entonces he mandado a Risa a un lugar seguro fuera de Ciudad Ígnea a escondidas de mi esposa, hasta que se olvide de esa locura - explicó el ex coronel evitando mencionar exactamente dónde había mandado a su hija, ya que su interlocutora misma acababa de decir que era neutral en su posición

- Ohhh, cielos... ¿Tienes idea de cómo se va a poner Rei cuando lo sepa? - Preguntó con sorpresa la voz de la Senshi del agua - Eso sí, entiendo tu motivo, me parece totalmente reprobable y antigua la actitud de ella, a nadie se le ocurriría elegirle novio a la hija hoy en día, dime... ¿Qué hacías en Ciudad Aquae ayer? - indagó la de ojos azules a continuación

- Si fueras Mina, Mako o la propia Rei... te diría que fui al hospital a atenderme pero a ti te diré la verdad, fui a averiguar sobre el pasado de Rei con su padre Takashi Hino, la mujer e hija de él están viviendo allí en Ciudad Norte - contestó el musculoso

- ¿¡Rei tiene una hermana!? No lo sabía - se oyó exclamar impactada a la voz de Ami

- Yo tampoco lo sabía hasta esa visita, me he enterado de cosas que yo no tenía conocimiento.

- ¿Cuándo quieres que vaya yo a Ciudad Ígnea para que nos veamos? Creo que esa información amerita encontrarnos en persona - propuso la mujer de manera pensativa

- Tienes razón pero mejor voy yo allí, al venir debes pasar por el puesto de vigilancia y registrarte en la entrada, Rei hará preguntas y es mejor evitarlo, dime cuándo te viene bien- sugirió el jefe de guardia del sur

- Es verdad, pues mmhhh... yo te aviso, tengo una agenda apretada y es algo que debemos conversar con calma - comunicó Ami su contestación

Ralf estuvo de acuerdo con eso y se despidieron, luego de cortar la llamada desayunó algo y salió en dirección a la casa de Mirajane para ir juntos al cementerio, tal y como habían quedado.

Mientras tanto Ami en Ciudad Aquae, se encontraba en compañía de Carlos Meiou camino al Centro de Investigación en Física en donde ambos trabajaban, el hermano menor de Setsuna había pasado a por ella con su auto por su casa a fin de llevarla y había oído toda la conversación de la peliazul con el jefe de guardia de Ciudad Ígnea, puesto que ella no tenía problema de hablar enfrente de él, dicho asunto.

- Me parece muy bien que no te quedes con lo que tu amiga dice ¿Quieres que te diga mi opinión, Ami? - dijo el muchacho enseguida que la Senshi cortó la llamada

- Sí sería bueno, Rei dice que la hija se porta mal y es rebelde pero no me dio esa impresión anoche aún cuando conmigo fue muy seria, por otro lado es innegable el hecho de que su esposo se ve con otra mujer puesto que lo encontramos chateando con ella, quien lo trataba muy melosamente... a mi parecer fue un error de su parte el hacer eso estando su mujer y sus amigas cerca, sabiendo que podían verlo - respondió su acompañante

- El señor Jones como malo y culpable, ¿Qué pierde? Mucho tiene para perder, pero la cuestión es... ¿Y si es Rei la verdadera culpable? Debes seguir viéndola no como amiga, y sí en cambio como la gobernadora que eres ya que de lo contrario, no solo pierde ella, pierden ustedes - dio él su sincero punto de vista

- Eso si, además de amigas somos gobernadoras, teniendo en cuenta que el matrimonio esta tan mal es hasta comprensible que él o ella busquen amante, espero poder reunirme con él para ver que más tiene para decirme, además, supe que ella quiere casar a la hija contra su voluntad... - afirmó pensativa la gobernadora del norte

- ¿¡Hablas en serio!? ¿Se enteró ella que estamos en el siglo 30? - indagó el chico totalmente asombrado

- Yo seguiré con mi juego que acaba de empezar, le haré creer a Rei que me tiene totalmente engañada, si miente, en algún momento va a cometer un error y respecto de Ralf, después de hablar bien con él tendré una mejor idea sobre el grado de responsabilidad que tiene - dijo Ami sonriendo - Lo que me dijo por teléfono recién, apoya lo que dices... un verdadero malo y culpable de todo, no buscaría pistas como hizo él, voy a averiguar que más supo - añadió

- ¿Puedo sugerirte que le pongas un cebo a tu amiga? - propuso quien conducía el coche

- ¿Un señuelo para descubrir a Rei? ¿Cómo qué por ejemplo? - preguntó Ami interesada

- Lo que sea que pueda servir, seguro ya pensarás en algo - respondió Carlos, ante eso, la mujer puso un dedo sobre su barbilla y meditó en ello

- Voy a pensarlo - se limitó a responder

Mientras tanto...

Mirajane se había levantado temprano y tomado un baño antes de desayunar y mensajearle a Ralf, luego de recibir la respuesta de este sonrió y se preparó, se puso su uniforme de camarera a fin de ahorrar tiempo en tener que regresar a la casa a cambiarse. Acto seguido salió y se quedó aguardando frente a su hogar a que llegara quien esperaba, luego de aguardar un rato largo, una sonrisa apareció en su rostro al ver acercarse el coche inconfundible de la persona que esperaba. Aquel se detuvo frente a ella y quien lo conducía descendió de prisa, la albina se acercó rápidamente y lo abrazó cariñosamente justo antes de besarlo tres veces en el mentón, como respuesta, Ralf también la abrazó y la besó en la frente, en ese instante nuevamente regresó en ambos la sensación de mariposeo de la noche anterior.

- Lamento la demora, estaba por levantarme cundo vi tu mensaje me quedé dormido, creo que se me pasó la mano con las pastillas para dormir - dijo el de ojos cafés amablemente

- ¿Pastillas? ¿Por qué, corazón? - preguntó preocupada la de ojos celestes

- Algún que otro problemilla, me despierto en la mitad de la noche y no me puedo volver a dormir - contestó el ex coronel

- Comprendo... las preocupaciones influyen mucho, son muchos problemas - opinó la chica de forma comprensiva

- ¿Sabes? Mi plan tuvo éxito, Risa pudo huir a Ciudad Argentum ahora ya está fuera del alcance de Rei, no podrá hacerla casar a la fuerza - aseguró el musculoso con una pequeña sonrisa

- Eso está bien, oye ¿nos vamos ahora? - indagó Mira dulcemente

Ralf asintió afirmativamente con la cabeza y caminó hacia la puerta del acompañante a fin de invitarla a subir, ella accedió y vio como su amado se dirigía a su lugar para poner en marcha el auto e irse.

Entre charla y charla transcurrió el trayecto al cementerio, el mismo se trataba de un lugar estilo nacional. Como todo cementerio japonés, se enclavaba normalmente al lado de templos en el centro de la ciudad y este no era la excepción, eso tenía un significado: el hecho de integrar a los muertos en el territorio de los vivos implica que se aceptaba a la muerte como parte de la propia vida.

Al llegar descendieron e ingresaron por la puerta principal, luego caminaron hasta el área en donde se encontraba la tumba que buscaban. Al llegar leyeron el nombre "Lisanna Strauss. 1982-1999" y se detuvieron frente a la misma.

- ¿Sabes? Clark es mucho más fanático de la lucha libre que yo, y estaba encantado con tu hermana, cuando ocurrió lo que ocurrió iba a presentarlos... quien sabe lo que hubiera pasado si Lisanna hubiera vivido, a lo mejor sí acababan juntos, ¿No lo crees? - dijo Ralf rompiendo el silencio

- Es cierto, a lo mejor... quien sabe, recuerdo bien que tu deporte principal era el Baseball aunque también te gustara la lucha libre - contestó Mira a lo que el hombre asintió con una cabezada - Por lo visto Elfman no ha venido hoy a traerle nada, en esta ocasión no hay las flores que siempre trae - añadió acto seguido en referencia a la tumba de su hermana

- ¿Y no se encontraron ninguna de las veces?.

- Él siempre ha venido bien temprano para no encontrarse conmigo, hoy no ha venido... es raro - comentó Mirajane con tristeza

- No entiendo su actitud, que estúpido de su parte el culparte - opinó Jones en solidaridad con ella, posando una mano sobre un hombro

- Sabemos que aquí en Japón, no enfocan a la muerte de la misma forma que en occidente, aquí conviven dos religiones, el Budismo y el Sintoísmo... esta última no se mete con el tema de la muerte, de manera que el culto a los antepasados y los mismos cementerios como este, están a cargo de la primera - comenzó a explicar Mira - Puedes preguntarle a Risa la próxima vez que hablen sobre el papel que juega el Shinto en la vida y la muerte, si es que no te lo ha contado - añadió acto seguido

- No me lo ha contado, ni ella ni Rei... tampoco nunca les pregunté - se limitó a responder el robusto hombre con seriedad

- Los japoneses vienen felices y sonrientes a visitar los cementerios, vienen a la tumba de sus difuntos familiares a fin de celebrar el que habría sido su cumpleaños con todo tipo de comida y bebidas, en vez de llorar por los rincones - explicó la albina con una triste sonrisa - Yo no puedo... para empezar no soy japonesa, a pesar de haber nacido aquí no corre en mis venas sangre nipona - prosiguió riendo levemente

- Es lógico, te entiendo ya que yo tampoco soy japonés y además, las circunstancias en las que murió Lisanna no dan margen para festejos - contestó Ralf - Voy a dejarte unos minutos a solas con ella, creo que lo necesitas, yo voy a estar cerca - dijo mirándola y sonriéndole

- Gracias corazón - agradeció ella asintiendo con la cabeza y devolviéndole la sonrisa

De modo que mientras el Jefe de Guardia se alejaba, Mira quedó sola frente a la tumba de Lisanna recordando su amable mirada y tierna sonrisa, las veces que ella le decía cuánto la admiraba y deseaba seguir el mismo camino, eso le sugería el hecho de que tal vez por ese lado, Elfman tenía algo de razón al culparla... si Mira no hubiera querido ser luchadora profesional tal vez Lisanna tampoco lo hubiera querido, ¿Pero que podía hacer? Amaba la lucha y deseaba en verdad ser una estrella pero, a su hermano jamás le gustó la violencia ni los combates y además, siempre afirmaba que en el mundo del wrestling solo importaban el negocio y el dinero. Varias veces le pedía a ellas que se salieran y se dedicaran a otra cosa pero, ni Mira ni Lisanna lo oían y en cambio respondían "Cuando estemos en el estrellato olvidarás tus quejas ya lo verás"; lamentablemente el accidente le dio la razón a Elfman y eso este se lo recriminó a su hermana, jurando además que no la perdonaría y que no deseaba volver a verla.

La muchacha se pasaba las manos por el bello rostro y se reprochaba a sí misma el haber salido en auto esa noche, tal vez si esperaban un día más para viajar hubieran evitado lo que ocurrió, el problema era que la gira que estaba emprendiendo la firma, apremiaba y ellas debían llegar a Osaka lo antes posible ya que el show comenzaba en un día, por lo que tenían que ir desde Tokio hasta allí.

- Lisanna... - murmuró ella en voz apenas audible

Mientras tanto Ralf, caminó hasta llegar frente a otra tumba, no demasiado lejos de la de Lisanna, en su lápida se leía "Shino Kuribayashi. 1970-1997". Ralf se colocó en cuclillas frente a la misma y se quitó del cuello una de sus placas de identificación para acto seguido mirarla mientras la colocaba a los pies de la misma.

- ¿Cuánto tiempo hace desde que te fuiste, Shino? Aquí el mundo ahora es diferente al que conociste, ahora se supone que hay paz y armonía para todos, se supone... pero solo es una utopía, creí que todo había acabado para mí pero... los sinsabores nunca se acaban siempre hay más, habría sido mejor que fuese yo quien estuviera en tu lugar y tú con vida, esta longevidad de la que yo debería gozar... en lugar de ser una bendición se está transformando en una maldición, ¿Por qué tenías que morir? ¿Porque?... - pensaba él para sí mismo con nostalgia - Eras hermosa, tenías un carácter horrible peor que el de Rei, eras de temer, tenías un corazón bueno, eras mi amor... ojalá que el culpable de tu muerte esté con vida, ojalá... - hablaba el ex soldado en voz bien baja apretando un puño

- ¿La conocías? - se oyó preguntar a la voz de Mirajane detrás de él, quien estaba tan ensimismado que no se dio cuenta cuando ella se acercó

- Fue mi última novia antes de conocer a Rei... - respondió Ralf asintiendo con una cabezada - Esta era su placa de identificación - afirmó tomando el objeto mencionado y mostrándoselo a Mira, en aquella estaba grabado el nombre de la soldado fallecida

- Lo siento tanto, ha de haber sido doloroso para ti, si quieres puedes decirme como fue, como murió - dijo Mira compadeciéndose y colocándole una mano en un hombro en el ínterin que miraba atentamente la placa

- Fue tomada prisionera durante una misión en Vietnam y asesinada - recordó él con la vista baja - No lo vi venir, tampoco estuve ahí para protegerla, no pude hacer nada... - añadió con pesar

- Pero no fue tu culpa, ¿Cómo podías saberlo? Por algo pasan las cosas en la vida... no te martirices, corazón - le dijo la moza de cabello blanco pasándole una mano por una mejilla

- La vida es solo ilusión, la vida no vale nada... - fue la seria respuesta del ex Coronel

- No sabes la tristeza que me da el oírte hablar así, no seas injusto contigo mismo ni con los que te queremos, por favor - contestó la camarera sintiendo un nudo en la garganta, por dentro ardía de deseos que abrazarlo y besarlo aparte de confesarle lo que sentía por él - Todo el mundo tiene una razón para vivir, hay una razón por la que tú estás vivo - añadió ella sonriéndole tiernamente

- Bueno... sí puedo agradecer la hija y hermana que tengo además de tenerte a ti - reconoció el hombre sonriendo y acariciando levemente una mejilla de ella, quien se ruborizó

Dicho esto, ambos decidieron volver al coche para marcharse del sitio y mientras cambiaban algunas palabras, se dirigieron hacia el vehículo e ingresaron.

- ¿Sabes Ralf? Sé que lo que voy a decirte seguramente te duela pero... si como me contaste antes, lady Mars estaba de muy buen humor y no por ti... tal vez sea porque se está viendo con otro hombre, a lo mejor, ella ya te esté engañando - supuso Mirajane con la vista baja y sintiendo impotencia, ya que recordaba la predicción de Risa pero no podía decirle nada y no deseaba verlo sufrir más

Ralf guardó unos segundos de silencio al mismo tiempo que tenía la mirada perdida hacia el frente y la joven lo observada atenta.

- Permíteme hacer un llamado... - pidió Jones luego de suspirar mientras la chica asentía con la cabeza y sonreía levemente, acto seguido, él sacó su celular y buscó entre sus contactos a quien iba a llamar, después de seleccionarlo puso el aparato en altavoz

El tono de llamada sonó durante unos segundos y una voz femenina se escuchó del otro lado.

- Jefe Jones, dígame - saludó con seriedad la voz de Leona

- Buenos días Leona, tengo una tarea para ti - dijo Ralf de igual forma

- Soy toda oídos, señor...

- No pierdas de vista a Rei en la gobernación, cuando la veas con Jedite se su sombra, síguela discretamente y saca fotos si los ves en alguna situación... romántica - pidió el musculoso ex militar diciendo lo último a regañadientes - En caso de que haya algo me las harás llegar - prosiguió respirando hondo

- Comprendo jefe Jones, cumpliré con la misión ¿Y con lo de Meiou? ¿Irá usted solo? - indagó la chica soldado

- Tú y yo estamos juntos en esto así que iremos ambos, te pasaré a buscar ahora a donde me indiques para que vayamos - decidió el de ojos cafés - Hay que aprovechar ya, que Rei se fue a Ciudad Lignum - añadió

- Afirmativo, le pasaré la dirección de mi casa - contestó rápidamente la voz de Leona

La llamada finalizó y Mirajane que había observado con suma atención la conversación, no podía evitar sentir una sensación de molestia en el pecho llamada celos, si bien había oído una charla estrictamente formal, dentro suyo sentía miedo de que Ralf pudiese llegar a sentir algo por aquella mujer.

- ¿Quién es Leona? - preguntó la albina frunciendo el ceño procurando disimular

- Es la soldado que te había mencionado, la que iba a ser abusada por el Tercer Puesto Jedite, te había dicho que me estaba ayudando a desenmascarar a ese tipo, ahora la puse a seguir a Rei y si me traiciona... lo voy a saber - explicó el jefe de guardia - Ahora te llevaré a tu trabajo y después voy a ir a buscarla para que vayamos a ver a un experto en informática, a convencerlo de que nos ayude con el hackeo de la red de Ciudad Ígnea, no podremos hacerlo sin alguien que esté familiarizado con los programas actuales - siguió hablando con calma

- Comprendo... sí me acuerdo - afirmó la de ojos azules respirando hondo - Iré con ustedes entonces - pidió Mira sin pérdida de tiempo, aunque más que pedido parecía una orden

- ¿Estás segura? ¿No tienes que ir a trabajar? La dirección a la que vamos queda en Ciudad Metallus - advirtió el de pelo castaño oscuro sin darse cuenta aún, de que la muchacha estaba celosa

- No me importa, quiero ir contigo, me llevarás de regreso al Restaurante Magnolia a la vuelta - insistió la ex luchadora

- Está bien, en ese caso te acompañaré a hablar con Setsuna y le explicaré para ver si se enoja un poco menos contigo - accedió el conductor del auto, antes de encender el motor y ponerse en marcha hacia la localización que Leona le iba a pasar

Ciudad Lignum. Casa Kino-Still

El día daba inicio en el hogar de Makoto y familia, ella se había levantado antes que él, de muy buen humor mientras tarareaba bajito una canción, en su piel parecía sentir aún la fogosa noche de amor que se dieron puesto que habían hecho el amor la mayor parte de la noche desde que se acostaron, como solían hacer. La de cabello castaño tenía una bata blanca encima de su cuerpo todavía desnudo y el cabello suelto así que se dirigió a la cocina para preparar el desayuno, ella tomó el celular que estaba sobre la mesa y observó un mensaje de Rei enviado hace una hora, avisando que ya se dirigía para allí.

- Pero apenas son las 8 de la mañana, Rei sí que tiene prisa por buscar a Risa - pensó riendo la mujer de pupilas verdes

Así que mientras Mako se disponía a hacer el desayuno, en la habitación de la hija esta se encontraba despierta... desde que se había ido Risa no pudo volver a dormirse, Lita no dejaba de pensar en lo que pasaría un vez que Rei llegara y no encontrara a la muchacha, no solo eso, las preguntas que seguramente su madre haría.

- Ufff... Risa... espero que esta locura no termine mal - murmuró preocupada la rubia en voz baja, en el ínterin que se pasaba las manos por la cara

Al cabo de un rato, tocaron a la puerta y esta se abrió, inmediatamente su mamá entró.

- Niñas levántense ya, va a estar el desayuno - dijo apenas ingresó - ¿Risa ya se levantó? Mmhhh, debe haber ido al baño - Preguntó al mirar hacia todos lados y no verla

- No está aquí, sí es cierto... a lo mejor está en el baño - respondió la joven fingiendo no saber nada de lo que ocurrió

Lita se levantó lentamente y se fregó los ojos mientras bostezaba antes de vestirse y salir, al cabo de unos minutos llegó Mako preocupada junto a ella.

- Oye Lita, Risa tampoco está en el baño ¿En dónde estará? - indagó la castaña pensativa

De modo que la Senshi buscó a la joven en el patio trasero y el resto de la casa, al no encontrarla por ningún lado, el miedo se apoderó de la mujer.

- ¡Hija! ¡Risa no está en la casa! Pero no entiendo... su mamá bien claro le dijo anoche que vendría a buscarla... - exclamó rascándose la barbilla

Dicho esto, se dirigió al cuarto que compartía con su esposo quien aún se encontraba acostado.

- ¡Clark! Risa no está en la casa... - exclamó Mako hablándole a su marido, que bostezaba y se refregaba los ojos

- Buenos días amor... ¿Qué dices? ¿Cómo que no está? - preguntó el ex teniente fingiendo no saber así como para disimular - Que bien, esa muchacha pudo escapar... - pensó Clark para sus adentros

- No lo se, no está... parece que se fue por su cuenta, busquémosla otra vez - pidió la mujer en tono suplicante

El de ojos celestes asintió con la cabeza y se vistió rápidamente, acto seguido, entre los tres recorrieron la casa entera de pies a cabeza pero no pudieron hallar a Risa.

- No lo puedo creer, maldición... ha de haber salido por su cuenta, ¿No dejaste el seguro en la puerta anoche? - dijo Makoto sumamente preocupada haciéndole la pregunta a Clark

- No lo recuerdo, me voy a fijar - contestó él suspirando y dirigiéndose a la puerta

- A lo mejor regresó a Hikawa - supuso Lita como para intentar tranquilizar el ambiente

- No lo creo... ¿Por qué no esperó a su madre entonces? Y lo peor es que Rei ya viene para acá, puede llegar en cualquier momento, ufff - habló su madre paseándose de un lado a otro - Pero, ¿Dónde pudo haber ido y porqué? - se preguntó además

La hija sentía el corazón palpitante ya que sabía la verdad pero no podía decir nada, tal vez pudiera comentarle lo del noviazgo de Risa pero prefirió no arriesgarse, ya que podía exponerse a revelar que sabía lo que su amiga haría y no sabía cómo explicar el hecho de que la joven le contara lo de su relación y no aquello.

Al cabo de unos segundos volvió Clark pensativo a donde ellas estaban.

- Pues... se me olvidó activar el seguro de la puerta, parece ser que Risa salió aprovechando eso, ella no tenía manera de saber la combinación del panel - aseguró el rubio musculoso pasándose una mano en la cabeza

- Oh no... jamás te habías olvidado y un día que eso ocurre, esa chica se escapa - vociferó Mako llevándose las manos a la cara ante lo cual, su marido se abrió de brazos

- ¿Cómo íbamos a saberlo? - se defendió el ex soldado

- Ya olvídalo... ¿Qué le vamos a decir a Rei? - dijo ella suspirando de hastío

- Y a Ralf, creo que olvidas que Risa tiene un padre también - aclaró el hombre en tono inquisitivo

Cuando Makoto iba a contestar, el timbre sonó lo que llenó de temor a Mako debido a que era evidente que quien llamaba era Rei. Así que dejando a Clark y a Lita, fue de prisa a atender la puerta.

- ¿Si? ¿Quién es? - preguntó la Senshi del trueno apostando a la mínima chance de que no fuera su amiga quien llamaba

- Makoto, soy yo Rei ¿Qué no recibiste mi mensaje? - respondió la voz de la regente del sur desde el otro lado

La mujer no tuvo otro remedio que abrir la puerta, la Sailor del fuego ingresó enseguida sonriente y no tardó en notar rara a Mako.

- Mako, ¿Qué sucede? Luces nerviosa, sabías que vendría bien temprano así que no molesto, ¿verdad? - preguntó ella riendo sorprendida

- No... no es eso, ven pasa - invitó rápidamente la castaña

Ambas se dirigieron al living en donde se encontraban Clark y Lita, rápidamente se dio cuenta de que lucían serios y que Risa no parecía estar en el lugar.

- Hola amigos, ¿Cómo durmieron? Pero qué pasa, que tensos que se ven... ¿Dónde está Risa? ¡Risa! - comentó la de largo pelo negro alzando la voz al llamar a su hija

- Verás... ¿Cómo decirlo?... Risa no está aquí, salió y no sabemos a dónde pudo haber ido - informó la de ojos verdes con resignación

Al oír eso, Rei abrió grande los ojos llena de sorpresa sin saber que contestar...

Muy buenas Senshis y Soldados! Al fin acabé el capítulo, tuve que luchar contra numerosas distracciones pero finalmente aquí lo tengo.

- Si no te distrajeras tanto con el KOF '98 UM OL habrías terminado antes, dale papo apúrate a escribir - exclamó Ralf dándome una fuerte palmada en la parte trasera de la cabeza - ¿¡Y cuando llega la parte en la que me acuesto con Mirajane!? - exclamó a modo de pregunta

- Llegará cuando deba llegar, maldito marrano desesperado - contestó Clark secamente

Bueno, después de esta interrupción ya puedo comentar que en la próxima entrega se viene la furia de Rei, no adelanto nada más.

Sin nada más que decir, me voy despidiendo hasta luego amigos. Nos vemos!