Shiho recogió el desayuno al día siguiente y acompañó a Aiko a la parada del autobús antes de ponerse a hacer las tareas diarias.
Se puso la mano en la boca para tapar el bostezo que no pudo evitar. Había sido una noche larga, y después de la conversación que había mantenido con ese hombre llamado Gin, no se sentía muy tranquila o segura. La piel se le erizaba al recordar la conversación que habían tenido apenas hacía unas horas.
"Te pareces mucho a tu madre." Le comentó acariciándole el pelo.
"¿De qué conoces a mi madre?" Preguntó ella a la defensiva, inclinándose a un lado para apartar la mano de su pelo.
El rubio ensanchó su sonrisa al notar su incomodidad. "Tus padres eran unos bioquímicos muy buenos, pero no todo el mundo se tomaba sus investigaciones en serio. Por suerte para ellos, nuestra compañía puso plena confianza en ellos y llegaron lejos gracias a eso. Lástima que perdiesen la vida en ese incidente."
"¿Quién eres tú?" Le preguntó un poco molesta. No le gustaba sentirse sorprendida de esa manera.
"Gin." Se presentó estudiándola con la mirada."Y bueno…no creo que estés en ese local solo por una copa…así que si te parece bien, podemos empezar a hablar claro entre nosotros."
Shiho sacudió la cabeza mientras se dirigía a la lavadora e intentaba apartar esa conversación. Pensaba que se sentiría mejor después de lograr avanzar y conseguir un trabajo para ellos, pero solo se sentía más y más preocupada. El profesor podía cuidar a Aiko las noches que ella debía salir…pero tenía que ser capaz de volver a cada madrugada.
"¿Hola?¿Shiho?" Preguntó Ran tocando la puerta de la entrada antes de entrar.
"Estoy aquí." Contestó mientras se ponía a tender la ropa.
Ran se acercó a ella. "¿Se puede saber por qué estás así?"
"¿Así?" Preguntó Shiho sin mirarle.
"Heiji me a dicho que todavía no has encontrado el cuaderno. ¿Por qué le mientes?¿Qué pretendes?"
"Me confundí." Mintió.
"¿Te confundiste?" Preguntó sin creérselo. "Venga Shiho, pensaba que estábamos juntas en esto. Sé que no he venido tanto desde que Kudo despertó, pero quiero que cuentes conmigo."
La pelirroja acabó de tender las prendas callada.
"Vamos, lo siento, sólo han sido unas horas de felicidad."
"Pues vete, vete a vivir tu felicidad todas las horas que te de la gana."
"Oye, no te pongas así. Estoy intentando hacer un camino de recuperación muy importante junto a mi marido. Es muy jodido, ¿sabes?"
"A ¿estás jodida?" Preguntó Shiho enfrentándola con la mirada. "¿Y qué pasa conmigo? Yo estaba tranquila hasta que llegaste a mi casa y me dijiste que a Kudo lo habían intentado asesinar. ¿Crees que eso no es jodido para mi?"
"¿Y qué quieres que yo haga?¿No podemos seguir solucionándolo como hemos hecho hasta ahora?"
"No, no puede ser." Se negó.
"¿Pero a ti que te molesta?¿Qué mi relación con Kudo aún continué?"
"No entiendes nada." Contestó Shiho dejando el cubo vacío en el lavadero.
"¿Estás celosa?" Preguntó alzando una ceja y cruzando los brazos.
Shiho suspiró. "No, no estoy celosa. Ran, no entiendes una mierda."
"¡Deja de decir que no enciendo nada! No soy idiota." Le contestó empujándola de los hombros. "¿Qué es lo que quieres decir? Dilo."
"Pues que esto no está bien." Empezó a hablar apoyándose en la encimera. "Que esto no es bueno, Ran. No es bueno, para ti, no es bueno para Shinichi…y para mi tampoco."
"¿Me estás dando a entender que quieres que nos distanciémoos?" Preguntó incrédula.
"Este vinculo que tenemos es estúpido. Esto nunca tuvo que convertirse en un triangulo."
"No lo entiendo, hemos estado juntas después de todo lo que ha pasado. Me has enseñado a aprender de esto de la mejor manera…vivir esto contigo ha sido como poder estar de vacaciones aún siguiendo la investigación del caso."
"Pero no se puede vivir siempre de vacaciones." Le cortó la pelirroja.
"Kudo podía."
"No Ran, Kudo no podía. Puede que al principio sí y le daba igual si no dormía, si tenía que coger dos aviones, o un tren para verme. No le importaba." Comentó apartando la mirada dolida. "O si tenía que llevarle flores a tu madre para justificar que había desparecido de su cumpleaños. Y yo no hacía nada…me desentendí de lo que hacía contigo, me desentendí de dónde sacaba el dinero, me desentendí de todo…Y ha tenido que estar a punto de morir para entender el gran peso que cargaba sobre los hombros."
La morena la observó sin saber que decir, su dolor, a pesar de ser el mismo, estaba provocado por razones distintas.
"Yo no le ayudé con ese peso. No hice nada." Continuó diciendo. "No le dije ni que se quedara ni que se fuera…pero esta vez no puedo pasar por lo mismo, Ran. Estoy de acuerdo a que continúes con tu relación, pero si eso es así, yo me quiero desentender completamente…porqué me he dado cuenta de que no puedo seguir conformándome con un amor a medias, por más que le quiera."
"No, que va. Ran, no podría." Le comentó Kudo mientras se estiraba en la toalla tras salir de la playa. "Ella es distinta, tiene otra manera de ver la vida. Ella jamás valoraría una relación así o el poliamor."
"¿Cómo lo sabes?" Le preguntó Rei.
"Pues, porqué la conozco. Demasiado bien." Le aseguró.
"Vamos hombre, tonterías de prejuicios. La gente se cree que no se puede ser feliz así."
"Tampoco veo mi relación de esa manera, ambas son completamente distintas e únicas a su manera. Supongo que hay gente que puede vivir sin esos prejuicios y otra gente que no."
"Claro, los que estáis domesticados. Aquellos que os creéis estar a salvo detrás de todas esas normas morales. Pero, ¿Qué pasa con la sangre?¿Con lo que siente el corazón? Eso puedes ignorarlo, pero no puedes hacerlo desaparecer."
Rei se adentro de nuevo en los pasillos del Black Moon, mucho más nervioso que las últimas veces que lo había frecuentado. Su fiel compañero no le acompañaba esta vez, Shuichi, había decidido ocupar su lugar. No sabía si eso le calmaba o le ponía más nervioso.
"Si me sigues mirando de esa manera, no se van a creer que seamos compañeros." Le comentó Akai mientras se encendía un cigarro.
Rei resopló e intentó mostrarle una falsa sonrisa. "¿Mejor?"
Akai rodó los ojos y pasó por su lado para dirigirse a la barra y pedir una bebida. El rubio se sentó a su lado y pidió lo mismo que él. "No va a ser fácil." Le comentó.
"Pero lo haremos posible." Contestó Akai antes de beber de su vaso.
El rubio observó la sala sin contestar a su compañero, lo consideraba demasiado optimista para la situación en que se encontraba y para tener que tratar con esa gente. Lo ignoró mientras seguía buscando a su alrededor. El local, pese a tener el mismo ambiente, estaba un poco más vacío de lo que solía estar normalmente. Se notaba que no era una noche de fin de semana.
"Hacía semanas que no te veía por aquí, Rei." Le hablaron repentinamente por la espalda. "Pensaba que habías empezando a evitarme."
Rei se tensó y dejó el vaso a un lado para girarse y observarle de frente. "La policía ha estado merodeando mucho por el pueblo y han venido a verme más de un día a preguntarme sobre Kudo. Sólo quería dejar pasar un poco de tiempo para no causar sospechas." Medio mintió.
Irish asintió lentamente y miró de reojo al moreno que le acompañaba. "¿Quién es él?"
"Dye, ahora que Kudo no puede continuar, necesitaba a alguien con quien pudiese contar. Ha llegado hace unas semanas de Inglaterra, apenas conoce el idioma." Le mintió para ahorrarse que el moreno interviniese en la conversación, cosa que a su compañero no le hizo mucha gracia.
El rubio le miró fijamente sin acabar de fiarse lo más mínimo. No le gustaba que caras nuevas husmearan en sus negocios, y menos si había tanto dinero entre manos. Trabajar con Kudo había sido distinto, y el acuerdo que tenían, se había acabado alargando más de lo esperado.
No sabía que intenciones tenía el rubio esta vez.
"Entonces…¿Sabes donde está mi dinero?" Le preguntó seriamente mientras se encendía un puro. Había que hablar claro antes de ponerse a debatir cualquier otro tema. El dinero era demasiado importante.
Rei asintió lentamente, esperándose de antemano su pregunta. "Sí y puedo hacer que lo recuperes rápidamente."
"Perfecto." Contestó ensanchando su sonrisa. "Quiero que me lo traigas en veinticuatro horas." Exigió dandole una calada tranquilamente al puro.
Rei y Akai se miraron sutilmente, satisfechos al ir todo como ellos habían planeado. Rei esbozó una sonrisa de satisfacción y se giró hacia su bebida para beber de ella. "Aquí lo tendrás. Después del tiempo que hemos estado parados, imagino que tengo trabajo que atender."
Irish le dio dos largas caladas al puro y apagó sin importarle la mitad que le quedaba en el cenicero. "En realidad…han habido ciertos cambios desde que tú y tu amigo os ausentasteis en el trabajo."
Esta vez, la respuesta del rubio sorprendió a ambos, provocando que se tensaran e incomodaran al escuchar sus palabras. Se notaba la desconfianza en la voz de Irish y eso, no era para nada una buena señal.
"¿Cambios?" Preguntó el rubio en busca de una explicación más precisa, mientras el moreno estudiaba todas las salidas por si debían salir huyendo en el peor de los casos.
"Ahá. Mis superiores acaban de comprar un gran laboratorio por una nueva incorporación, así que el capital, vamos a tramitarlo de otra manera. No necesito tu ayuda, Rei." Le explicó brevemente.
"¿Cómo?" Preguntó confundido.
"No tienes que saber nada más. Da gracias que esos tipos no llegaron a saber de tu existencia, porque créeme, que no estaríamos hablando aquí esta noche si así fuese." Dijo levantándose de la barra. "Tú encárgate de devolverme el dinero mañana, sino, lo problemas que tengas con ellos serán minúsculos en comparación de los que tendrás conmigo."
Rei tragó saliva, sintiendo rabia e impotencia a la vez. Sabía que las cosas no iban a ser tan fáciles como cuando le acompañaba Kudo. Y con esos obstáculos, no iban a conseguir nada.
