Felicidad


Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J. K. Rowling. "Este fic participa en el minirreto de mayo para La Copa de la Casa 20/21 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black".

Minirreto: Escribir una historia donde dos o varios personajes intercambien de papeles.

Protagonista: Andromeda Black.

Agradecimiento a Milenrrama por betear esta historia


La observó desde el otro lado de la calle; llevaba a un niño de cabellos negros en los brazos y una niña castaña avanzaba a su lado. Eran una familia feliz.

Andromeda vio como el esposo de su hermana se acercó y rodeó su cintura mientras se inclinaba sobre el hombro de la mujer para ver a su hijo. Sonrió y le acarició el cabello con sumo cuidado, para después depositar un suave beso en la mejilla de Narcissa.

Andromeda sonrió con tristeza. Su hermana era una mujer feliz y amada a pesar de que había sido repudiada por su familia y se había casado con un hijo de muggles, mientras que ella se sentía cada vez más desgraciada.

Lucius era frío y cortante la mayor parte del tiempo, y la presión de su suegra y su madre para que diera a luz a un heredero varón no ayudaban para nada. Con tristeza, acarició su vientre hinchado.

«Ojalá que sea un niño, un niño fuerte y saludable», pensó.

Tomó la mano de su hija y se dispuso a marcharse de ahí; le dolía haberse quedado para complacer a su familia y cumplir con lo que se esperaba de ella, mientras que su hermana había renunciado al apellido Black y ahora era tan feliz y dichosa.

Nymphadora la miraba con ojos curiosos.

—¿Quién es esa señora, mamá? ¿Y por qué la mirabas tanto? —preguntó con inocencia.

—Es mi hermana —respondió, sin energías para ocultarle la verdad—; ella deshonró a la familia y se casó con un muggle.

La niña lo consideró un momento.

—Pero si deshonró a la familia ¿Por qué luce tan feliz? ¿No debería de ser desgraciada?

Andromeda la miró con cariño.

—Lo mismo pensaba yo, pero cuando seas mayor lo entenderás.

Dirigió una última mirada hacia atrás, no a Narcissa y a su familia, sino al hombre que estaba parado en el mismo lugar del que ella se había ido.

«Te amo». Formó la palabra con los labios.

Ted sonrió y le respondió lo mismo. No importaba cuánto tiempo pasara ni cuántos hijos tuviera, él siempre la amaría como la primera vez que la vio, y siempre estaría ahí para cuando ella necesitara un hombro sobre el cual llorar y el apoyo de alguien para conseguir la fortaleza necesaria para seguir adelante.


Confieso que Ted y Andromeda son de mis parejas favoritas y para mí, aunque ella no hubiera huido y se hubiese casado con Lucius, ellos siempre se amarían.