Capítulo 22: La infancia de Luna y Alex
Ser parte de una familia significa que eres parte de algo maravilloso. Significa que amarás y serás amado siempre, sin condición.
Anónimo
Luna Pov
Esta mañana a diferencia de la de ayer empezó tranquila, seguramente eso sea porque Rose se había quedado leyendo uno de sus nuevos libros que se compró ayer.
Hoy era el último día del festival así que habíamos decidido dejar un poco en pausa la investigación para exculpar a Laia y poder disfrutar desde la mañana hasta la noche de los puestos y los concursos que dejaban hacer a todo el mundo sin tener que apuntarse a participar, Éjszaka había venido en medio de la noche para dormir conmigo, hace mucho tiempo que ha estado con la manada y por eso se ha venido conmigo, para pasar tiempo juntas.
El aviso que daba comienzo al festival empezó a sonar, me empecé a vestir con tranquilidad porque sabía que me iba a encontrar con las chicas en el comedor, cuando termine fui hacia la cama de Nique a despertarla, al ver que la daba pereza mire a Éjszaka y le hice una señal con la mirada para que viniera a despertarla, se subió en la cama de Nique y la empezó a lamer toda la cara haciendo que se despertarse por las cosquillas que hacía su lengua.
— Basta jaja… Éjszaka para por favor —dijo Nique riendo
Éjszaka minutos después dejó de lamer y se bajó de la cama mientras me miraba con una sonrisa a lo que yo correspondía haciendo que moviese su cola con felicidad, me senté en mi cama a esperar a Nique quien en estos momentos se estaba vistiendo con unos pantalones negros y una camisa blanca que ponía.
My heart is like an open highway
Like Frankie said
I did it my way
Sacado de la canción Is my life de Bon Jovi, cuando se terminó de calzar nos fuimos del dormitorio hacia las escaleras para bajar a la sala común donde Fred nos esperaba, nos saludamos como siempre y nos fuimos hacia el comedor donde estaban todos los alumnos y profesores, nos acercamos a los chicos quienes estaban cerca de la puerta del comedor.
— ¿Qué es lo que pasa? —le preguntó Fred a Rose.
— No tengo ni idea, acabo de llegar justo hace unos minutos.
Todos los alumnos empezaron a cuchichear entre ellos intentando saber del porqué esta reunión, escuchar tanto ruido a la vez me estaba haciendo daño en los oídos así que me llevé las manos a las orejas para apaciguar un poco el sonido, de repente vi como el director Dalmacio se llevaba la varita al cuello.
—¡SILENCIO! —grito y todos los alumnos pararon de hablar de golpe a lo que yo me pude destapar las orejas— Os hemos llamado aquí porque tenemos un anuncio que daros —hizo una pequeña pausa intentando buscar las palabras para darnos la noticia— el día de hoy un auror encargado de la seguridad ha encontrado al secretario de las olímpiadas muerto en medio de los puestos.
Al escuchar la noticia todos los alumnos empezaron a susurrar entre ellos mientras otros estaban en shock sin poder creérselo todavía, estaba segura que todos los que investigaban estos asesinatos todavía creian que es una criatura o es Laia. Miró donde se encuentra Laia, si no fuese por nosotros creo que ahora mismo se encontraría sola en algún rincón en estos momentos, Laia necesitaba nuestro apoyo y como sabíamos que los que la conocían no iban a hacer nada ,nosotros teníamos que hacerlo por eso cuando el director terminó de dar el anuncio de la muerte del secretario le hice una señal a Rose para que mirase a dónde estaba Laia.
— Brujita ya que hoy no vamos a estar con lo que vosotros ya sabéis porque no invitamos a Laia para que pase un día con nosotros —le dije a lo que Rose mostró una gran sonrisa.
— Esa sería una gran idea.
Dicho eso llamamos a las demás chicas para contarles lo que íbamos a hacer y ellas también se pusieron de acuerdo, Fred se autoinvito a lo que él llamaba "reunión de chicas" pero bueno por una vez que él estuviese no hacía daño alguno. Nos fuimos todas juntas a donde Laia quien al vernos se empezó a acercar.
— Hola chicas —nos dijo.
— Eeeh, que yo también estoy aquí —dijo Fred fingiendo que estaba indignado
— Hola chicas… y Fred —volvió a decir Laia a lo que nosotras reímos y pudimos escuchar a Fred diciendo "Eso está mejor"—. ¿Qué vais a hacer hoy?
— Íbamos a dar una vuelta por el festival —le hice un gesto con la cabeza a Laia— ¿quieres venir con nosotras?.
— Me gustaría mucho.
Rápidamente Fred se enganchó con un brazo a Laia y en el otro a Rose, empezó a ir a la salida y empezó a hablar con voz de chica preguntándole a Laia cosas como por ejemplo: su ropa, si le interesaba algo o si tenía a alguien especial. En todo el camino hasta los puestos, Laia y Rose no podían parar de reír y eso hacía que todas las demás también lo hiciésemos haciendo que Fred se quejara de nosotras con voz de chica.
— Pero qué malas sois chicas —dijo Fred simulando ser una chica haciendo gestos raros para luego poner pose de indignado— yo solo os he preguntado si os gustaría ir de compras… ya paro, que sino os ahogareis de la risa —dijo ya con normalidad.
Nosotras nos tomamos un tiempo para poder respirar con normalidad, cuando ya pudimos estar de pies sin tener que apoyarnos entre nosotras para andar, sabíamos que Laia había estado bajo vigilancia hasta ahora y la habían prohibido venir al festival por eso aunque nosotras yo hubiésemos visto todo decidimos ir con ella para explicarle en cada puesto lo que había y mirar lo que le interesaba ver.
Nos paramos en el puesto de la librería ya que Rose se paró de golpe para mirar nuevos libros a lo que Laia también se unió por lo que nos paramos a descansar, mientras las chicas hablaban con Fred de broma, comida y demás yo estaba vigilando a Rose y Laia quiénes estaban hablando la una a la otra sobre los libros que habían leído y los que más les habían les habían gustado.
— Pues ayer empecé a leer un libro que me compré aquí, se llama "La marca del Guerrero" y la verdad que es muy interesante —dijo Rose.
— Ese libro ya me lo he leído, tengo el segundo si quieres te lo presto algún día —dijo Laia cogiendo un libro.
— Eso sería genial.
Fred ya un poco cansado de estar en el mismo sitio sin moverse decidió ir a donde ellas y les paso el brazo por el hombro.
— Por favor chicas —dijo mirando primero a Laia y luego a Rose— podemos movernos, pronto va a ser la hora de comer y este cuerpo serrano al igual que el de Nique necesitan algo dulce… si queréis me pongo de rodillas y os suplico —quitó sus brazos de los hombros de Rose y Laia para empezar a agacharse.
— ¡Fred no lo hagas por favor! Venga que ya nos movemos —dijo Laia quien estaba avergonzada por lo que iba a hacer Fred quien se había levantado de un salto y ahora tenía una gran sonrisa en la cara.
— Por ahí esta el puesto de dulce que más me ha gustado —dijo señalando para el frente.
Nos levantamos y seguimos a Fred hasta el puesto de dulces, me cogí unas cuantas chocolatinas negro puro con 70% amargo y me fui a pagar, la chica del puesto me dio una bolsa pequeña con las chocolatinas adentro pague el dinero justo y espere a las demás. Un poco más tarde las chicas ya tenían lo que querían así que nos decidimos a buscar un puesto de comida.
— Luna ¿por qué no vamos al puesto de Alex? —dijo Molly.
— Hoy no está, tenía comida con la familia —les dije.
Nos fuimos a los puestos de comida donde a pedido de Laia cogimos un poco de cada puesto para compartir entre todos, nos fuimos a campo abierto donde Rose hizo aparecer una manta lo suficientemente grande para que entrasemos todos con la comida en el centro, cada uno se cogió un plato de plástico y nos empezamos a servir, nuestros platos al final acabaron con comida de muchos países, desde comida Italiana hasta comida japonesa.
Cuando terminamos de comer escuchamos como una voz en un megáfono avisa de que los puestos estarán abiertos un rato más antes de tener que quitarlos para hacer sitio a la fogata. Nos levantamos a todo correr, recogimos todos los platos que estaban en la manta y Rose la hizo desaparecer, todavía quedaban muchos puestos para que Laia los viese así que decidimos echar un pequeño vistazo en cada uno y si nos gustaba algo intentábamos comprarlo lo más rápido posible para poder ver todos los demás puestos.
Al final la tarde estuvo divertida pero quién más la disfrutaba era Laia con las bromas que nos hacía Fred, de lo que llevaba conociéndola nunca la había visto reír tanto. Y al parecer eso tanto a Nique como a mí nos hacía muy felices.
— Gracias chicas, me lo he pasado muy bien —dijo Laia y se escuchó un carraspeo de Fred a lo que Laia rió un poco— y gracias también a ti Fred, me has hecho reír muchísimo.
Fred hinchó el pecho con una sonrisa muy orgullosa por lo que había conseguido a lo que todas nos reímos, los puestos ya estaban cerrando así que decidimos volver al campo donde comimos para dejarles espacio, era increíble ver la coordinación que los magos tenían para recoger sus puestos y como otros magos llevaban los troncos al centro para apilarlos como torre.
Cuando terminaron pusieron unas mesas haciendo fila donde pusieron vasos de plásticos y a cada lado dos cazuelas, la gente se empezó a reunir cerca de la hoguera y yo me fije en que un chico se estaba acercando a nosotros, cuando estuvo un poco más cerca vi que era Alex.
— Algo le pasa a Alex —les dije a los chicos a lo que todos me miraban— voy a ir a hablar con él, cuando se tranquilice un poco nos reuniremos con vosotras.
— Vale Luna, tranquila —me dijo Rose.
Me fui con Alex corriendo, cuando ya estuve enfrente de él abrí los brazos y él me abrazó con fuerza poniendo su cabeza en mi cuello, cuando dejamos de abrazarnos decidimos ir a la mesa para coger cada uno un vaso de chocolate caliente. Cuando terminaron de servirlo nos fuimos a un lugar apartado pero cerca del fuego, primero me senté yo a lo indio y luego Alex se sentó en el hueco que había dejado entre mis piernas, le rodeé con mi mano libre y él se apoyó en mi.
— Ha sido horrible Luna, la que creía que era mi familia no lo es toda mi infancia ha sido una mentira — me dijo agachando la cabeza.
— ¿Pero qué ha pasado? —le dije.
— Acaba de llegar a casa para la comida familiar cuando entre por la puerta no se escuchaba nada y supuse que los que se hacían llamar mis padres estarían en el despacho, fui a donde ellos y escuché a mi supuesta madre discutir con el que se hacía llamar a mi padre, si es que se les puede llamar así —soltó un suspiro—. Tengo que confesarte que mis padres son un grupo de gente que se hace llamar cazadores son personas que odian a los magos y las brujas, y los quieren exterminar, resulta que mi verdadera madre era una bruja y sabía que este grupo de gente existía por lo que quiso ponerme a salvo y al final acabe en una familia que se dedica a matarnos —se le caian unas cuantas lágrimas y yo no dudé en limpiarlas— mi supuesta madre le confesó al que todo este tiempo llamaba padre que me odiaba que debería haberme matado cuando todavía era un bebé, toda mi vida estuve engañado Luna no sabía porque era capaz de entrar a la EMB, pero ahora lo sé he sido un mago que siempre a vivido como un normi creyendo lo que mis padres decían sobre nosotros, que debíamos ser exterminados.
Alex empezó a llorar, deje mi vaso de chocolate a un lado y cogí el suyo que había empezado a desbordarse porque lo estaba apretando, dejé el suyo al lado del mío y le rodeé apretandolo a mi mientras él lloraba.
— La verdad es que ninguno de los dos tuvo una infancia muy bonita, los padres de mi madre al igual que ella eran muggles, aunque aquí se les conoces cómo normis, y mi padre era el conocido asesino de 13 personas Sirius Black, aunque en realidad no era verdad, uno de esos amigos llamado Peter le acusó de haber desvelado el de la ubicación de su amigo James al mago más poderoso que hubo en los tiempos Voldemort —dí un suspiro y apoyé mi frente en su cabeza— mis abuelos paternos murieron ya de hace mucho y mis abuelos maternos echaron de casa a mi madre al saber que estaba embarazada, vivió en la calle con la ayuda que le daban la gente mientras mi padre estaba haciendo acusado sin juicio —cogí mi vaso para darle un trago— días antes de que mi madre se pusiera de parto aparecieron dos personas, eran familia de mi padre, se llamaban Andromeda y Ted Tonks, estuvieron con ella hasta el día del parto donde no sobrevivió por lo que ellos se hicieron cargo de mí ya que habían tenido una hija llamada de Nymphadora, aunque le gusta que la llamen Dora —dí otro trago y dejé el vaso—. Viví con ellos y un día descubrí que mi padre se había escapado de la prisión, mis tíos intentaron de todas las formas posibles ponerse en contacto con él pero nunca lo consiguieron, lo único que supe de él es que se había encontrado con su ahijado Harry Potter y luego huyó para estar a salvo.
Sentí como Álex deshacía mi abrazo para luego abrazarme él a mí, de repente sentí movimiento por atrás nuestro y ví que los chicos venían junto a Albus y Scorpius quién se había adelantado para estar un poco más cerca mío.
— Entonces nosotros somos… —dijo Scorpius.
