Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es Rochelle Allison. Yo solo traduzco con su permiso.
Capítulo 35
En la mañana, Charlie se despierta antes y se trepa a la cama con nosotros. Ella solía hacer esto todo el tiempo conmigo, pero es la primera vez con Edward.
Medio dormida y algo asombrado, él me mira desde el otro lado de la cama, apartando el cabello salvaje de Charlie de su rostro.
—Buenos días —chilla ella—. ¡Buenos días! —Se me viene a la mente Blanca Nieves en el bosque con sus amigos animales.
Gruñendo, le echo un vistazo a mi teléfono. Siete de la mañana.
—Supongo que deberíamos estar felices de que haya dormido todo este tiempo —digo, apartando las sábanas así puedo levantarme.
Edward parpadea medio dormido a Charlie, escuchando mientras ella divaga sobre su día de ayer... como si no hubiéramos estado allí con ella. Riendo, me dirijo hacia el baño.
Cuando vuelvo, Charlie está saltando sobre la cama.
—¡Tengo hambre, mamá!
La tomo y apretujo fuerte hasta que comienza a reírse, luego la dejo sobre las sábanas de nuevo.
—Sí, yo también. Deberíamos ir a un buen lugar ya que nos quedamos aquí anoche.
Edward asiente, bostezando de nuevo. Pobre. Una vez que estemos casados, sus días de seguir durmiendo acabarán.
—Es tu cumpleaños... lo que sea que quieras.
—¿Es tu cumpleaños? —repite Charlie, emocionada.
—En realidad, no. Simplemente lo estamos celebrando ahora.
—También es mi cumpleaños de nuevo.
—Ya celebramos el tuyo. —Sentándome al borde de la cama, me giro hacia Edward—. De acuerdo, ¿qué tal Payard Patisserie y Bistró? Alice dice que es lo máximo.
—¿Sí? —Edward se sienta, frotándose los ojos—. Nunca he ido.
Charlie se baja de la cama.
—El bistró, mamá.
Tomamos un taxi al Caesar, donde se encuentra el restaurante. Es un poco elegante, lo que me pone nerviosa por Charlie, pero ella se comporta, al parecer presintiendo que este no es el tipo de lugar para hacer travesuras. Fabuloso y francés, está repleto de crepes y croissants que comemos con gusto.
—¿Qué quieren hacer hoy? —pregunta Edward luego, mientras caminamos por la acera.
—No lo sé; tú eres el experto aquí. —Cubriendo mis ojos, miro alrededor—. ¿Alguna idea?
—¿Crees que a Chuck le guste los Jardines Botánicos? Hay un invernadero genial en el Bellagio.
Suena a algo que me gustaría, pero no sé Charlie. Sin embargo, ella parece estar de acuerdo, y pasamos la siguiente hora paseando y tomando fotografías. Es un cambio de aire encantador a lo energética que es Las Vegas.
Entramos al Mundo M&M's, donde Edward y Charlie corren por todos lados, llenando las bolsas con M&M's caros (y, sí, personalizados), y luego tomamos un autobús así podemos ver las atracciones. Nos sentamos arriba, por supuesto, donde la vista es mejor.
—¿Estás cansada? —pregunta Edward más tarde, mientras mecemos a Charlie entre nosotros—. Hay una cosa que tengo que hacer mientras estamos aquí.
—¿Qué cosa? —pregunto con cautela. Hemos sido buenos en mantener nuestras actividades aptas para todo público, pero Edward tiene un brillo casi salvaje en sus ojos ahora mismo.
—La Estratosfera. Tiene las mejores vistas de la ciudad.
Miro a Charlie. Ella parece estar bien, no demasiado cansada aún.
—Claro, ¿por qué no?
Bueno. Al momento en que bajamos del ascensor en la Torre, entiendo por qué él está tan emocionado. Me gustan las montañas rusas, pero no hay forma que me suba a alguna de estas atracciones. Están colgando... sobre... todo. No, gracias.
Edward me sonríe.
—Podemos turnarnos; sostendré a Charlie mientras tú...
—Eh, no. La única forma en que conseguirás subirme es drogándome.
—¿En serio? —dice, bromeando. Esta versión suya, despreocupada, tonta, pícara, me recuerda mucho a Emmett. De repente, puedo imaginar cómo eran en la universidad.
—Tú ve —le digo, tomando en brazos a Charlie—. Nosotras miraremos.
Para cuando volvemos al Strip, comienza a oscurecer. Llegados a estos momentos, el largo día ha comenzado a alcanzarnos, especialmente a la niña. Edward trata de conseguir un taxi cuando casi me quedo ciega por "Una Pequeña Capilla para Bodas". De hecho, capta la atención de Charlie primero cuando una novia en un vestido resplandeciente de los ochenta y su novio caminan por la acera y hacia un taxi, un torbellino de pétalos de rosas a su paso.
—¡Mamá! —chilla Charlie, apresurándose para tomar un pétalo.
Afianzo mi agarre en su mano.
—Eh... esos probablemente estén sucios. Te conseguiré tu propia flor, ¿de acuerdo? Más tarde.
Ella frunce el ceño.
—Vamos, Chuck —dice Edward.
Él generalmente siempre se pone de su lado, así que supongo que es un gran despertar. Eso, junto con el hecho que está exhausta, la pone a llorar. También me encuentro exhausta, y para nada de humor para lidiar con esto.
—Agh, Charlie. —La llevo a un lado de la acera—. Sé que estás cansada, pero no comiences.
Ella resopla su nariz, ya roja y con moco.
Edward se agacha a nuestro lado, y antes que pueda decir algo, ella vuela a sus brazos, lloriqueando.
—Qué dramática —mascullo, poniendo los ojos en blanco—. Quizás deberíamos llamar a un taxi. Volveremos más rápido.
—Por favor, mamá, ¿puedo tener una flor? —Ella está en los hombros de Edward ahora, secando su rostro con su brazo.
—Más tarde. Prometo...
Ella toma aire profundo temblorosamente.
—Está bien.
Edward gira, echando un vistazo al cartel, y luego a mí.
—¿Quieres?
—¿Quiero qué? —pregunto lentamente.
—Hacerlo. —Señala hacia arriba.
—¡¿Casarnos?!
—Sí. —Él sonríe, estudiándome—. ¿Por qué no?
—¿Qué? ¡De ninguna manera! —Golpeo su brazo, pero él tiene esta expresión en su rostro... una llena de esperanza—. Espera, ¿en serio?
Miro a la capilla, tan increíblemente vulgar y de las Vegas. La idea estremece todo mi cuerpo.
—Pero... no lo sé. —Rose y Alice vienen a mi mente. Mi papá. Sue. ¡Esme! Ella ya tiene una libreta, una libreta para planear bodas.
—Oye. —Extiende su mano hacia mí—. Estoy adentro, Bella, de cualquier forma. Podemos hacerlo ahora o en marzo.
—Es solo que, tu mamá...
—Sí. —Él frunce su nariz—. Ella está loca por estas m...cosas.
Echo un vistazo al cartel, el corazón de neón... y la cruz.
—Quiero decir, quiero hacerlo...
—Lo mantendremos en silencio.
—¡Sí, eso siempre funciona! —Me río. De repente, estoy muy emocionada. Podríamos hacer esto. Realmente hacerlo. Estar casados. Para siempre. Oh, Dios—. De acuerdo.
Alza las cejas.
—¿Sí?
—Sí. Hagámoslo.
—Hagámoslo, mamá —dice Charlie, pero ella está mirando algo del otro lado de la calle, completamente despistada.
Y entonces lo hacemos.
Aww, por ahí dijeron que un Elvis gordo los casaría y aquí lo tienen jajaja
Si quieren, pueden googlear "Stratosphere Las Vegas", y verán por qué Bella no quería subirse a esas cosas ;)
¡Espero que se encuentren bien y hasta el próximo!
