Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La historia es completamente mía, queda prohibida cualquier adaptación. Todos los medios de contacto se encuentran en mi perfil.


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Hozier – In The Woods Somewhere

Garrett dejo salir un suspiro, mientras se sentaba en el sofá.

Todos a nuestro alrededor, incluida mi madre, lo miraron con interés.

Garrett hacia eso a donde fuera, llamar la atención de las personas como una polilla a la luz. Nosotros nos conocimos en medio de una negociación, yo aún no trabajaba independientemente y él había sido el arquitecto de un edificio sobre el cual yo construiría un complejo de apartamentos, claro que después de demolerlo.

La primera vez que nos vimos cara a cara, me fulmino con la mirada, bastante insultado de que fuera a derribar su tan o no apreciado edificio.

Dos meses después nos volvimos a encontrar mientras yo hacia la compra en el supermercado, en aquel momento ambos tomamos el mismo frasco de mostaza de nuez. Lo próximo que supe es que esa misma tarde me invito a un bar a tomar una cerveza y seis meses después ya éramos socios en Cullen Construction.

La primera vez que le conté mi historia, él me dio un puñetazo. Me dijo que si algún día conocía a Bella, le daría sus felicitaciones, por haber dejado a un idiota como yo. Pero nunca jamás fue grosero o frio con Clarie, todo lo contrario. Se dio la oportunidad de conocerla y de volverse muy buenos amigos. Cuando Clarie murió, él fue mi muro de carga. Se ocupó de toda la oficina para que yo pudiera revolcarme en mi miseria.

De no ser por él o Tanya, seguro yo no hubiera sobrevivido. A mi marcha de Chicago, había dejado todo en sus manos, confiado en que podría mantener muy bien el negocio sin mí.

Kate resoplo y se cruzó de brazos antes de darnos la espalda y escapar hacia la cocina.

Tal vez Garrett estaba siendo demasiado persistente con su coqueteo.

Mi madre carraspeo, colocando sus manos entrelazadas en su regazo.

—¿Has tenido un buen viaje, Garrett?

Garrett se inclinó sobre sí mismo.

—Algo largo, pero bastante bien. —sonrió de lado— Me alegra por fin conocerla, señora Cullen. —me palmeo un brazo— Siempre quise conocer a la familia de este mequetrefe.

—Gracias. —rodé los ojos, pero igualmente puse una mano en su brazo— ¿Qué tal va todo por la oficina?

—Bastante movido, en parte por eso es por lo que he venido. Era necesario que hablara contigo algunas cosas personalmente.

—Por Dios, Garrett. —Tanya hablo por primera vez desde que Garrett había llegado, recargándose sobre él apoya brazo del sofá en el que yo estaba sentado— Podrías dejar descansar a Edward y no hablarle de trabajo a penas llegas Forks.

Los ojos celestes de Garrett brillaron con malvada diversión.

—Pero, ¿qué pasa? ¿Qué ahora te has casado con Tanya y no me he enterado?

Un sonido en la entrada de la sala de estar hizo que Garrett dejara de mirar a Tanya. Bella estaba parada en la entrada, con la mano estirada. El sonido que resonó por la sala había sido su teléfono, el cual estaba por el piso.

Vaya, Garrett. Gracias por eso también, agradecí internamente.

—Permíteme ayudarte. —Garrett se puso de pie de un salto, incluso antes de que Bella pudiera decir nada.

James, que se encontraba al lado de Esme, levanto una perfecta ceja rubia.

—No es necesario…

—Permíteme. —Garrett se agacho y tomo el teléfono, entregándoselo a Bella.

—Vaya, gracias. ¿Y tú eres….?

Esta vez fui yo quien me puse de pie.

—Bella, este es Garrett. Mi socio en la oficina de Chicago.

Bella se guardó su teléfono en el bolsillo trasero de sus jeans. Luego estrecho la mano de Garrett, quien se llevó el dorso de su mano a sus labios.

Bella se sonrojo, dándome una mirada interrogativa.

—Ignórale.

—Un placer. Y mis felicitaciones, por haberle dado una patada en el trasero a este imbécil hace cinco años.

Claro que sí. Lo hizo. El cabronazo se atrevió a cumplir su promesa.

Bell dejo salir una sonrisa tintineante.

—No fue nada.

A las espaldas de Garrett, James hizo acto de presencia. Se acercó a nosotros por el costado, posicionándose al lado de Bella. La bilis subió por mi garganta, mientras le daba una sonrisa amistosa y algo tensa a Garrett. Bella miro atentamente a James en tanto él la tomaba de la cintura y la atraía hacia su costado derecho.

—James. —le estiro la mano a Garrett, en un firme apretón de manos— El novio de Isabella.

Garrett sonrió carismático, rascándose la cabeza con la misma mano con la que había saludado a Bella.

—Ya decía yo, que una mujer tan bonita no podía estar soltera.

Endurecí la mandíbula. Tanya hizo un gesto con los labios, dándome una mirada.

Bella se avergonzó.

—Basta ya de hablar de mí.

Esme se puso de pie a mi lado y se engancho a mi brazo en señal de apoyo. No quería saber, pero seguro la expresión de mi rostro era de pura miseria.

Quizás había besado a Bella o nos habíamos podido acercar un poco más, pero James seguía ocupando un lugar importante en su vida, incluso puede que mucho más importante que yo. Él llevaba ocupando el puesto que yo alguna vez tuve en la vida de Bella, fomentando todo lo que yo deje morir con mi engaño.

Aun si era un maldito embustero, si manejaba sus cartas con cuidado, Bella lo perdonaría.

—Quizás quieras acompañarnos a seguir cenando. Tengo una lasaña excelente en el horno todavía, creo que quedo suficiente para un plato más.

—Aww, pero mamá…. —Emmett comenzó a decir, hasta que Rosalie le fulmino con la mirada— Está bien, está bien. —levanto los brazos— Yo no dije nada.

Garrett le dio una mirada a Emmett.

—Lo lamento Emmett, pero tendrás que compartir un poco de la comida de mamá.

Esme camino hacia la cocina, apresurando a Alice con la mano para que la acompañara. Alice había estado bastante distraída en su teléfono desde que nos habíamos sentado a la mesa, pero de todos modos lo dejo de lado y la acompaño.

Tanya se posiciono a mi lado, ignorando completamente a Garrett. Este no le correspondió más que de la misma manera, ni siquiera se dieron una mirada.

—¿Sabes que es lo peor? —Emmett refunfuño, mientras caminaba detrás de mí y de Tanya, con Rosalie y Garrett a su lado— Que ni siquiera es la lasaña de mamá, es la de Bella.

—Vaya. —Garrett dijo con tono jocoso— Bonita y sabe cocinar, solo un verdadero idiota dejaría ir a una chica así.

—Para. —dije yo, sin dejar de caminar.

—¿Qué? Oblígame.

—Puedo hacerlo. —le cedí el paso a Tanya a la cocina.

Espere hasta que se alejó unos pocos pasos.

—Tanya también es una excelente chica. —le encare— Solo un idiota la dejaría ir.

Rosalie jadeo, tapando su boca.

—Lo sabía. ¡Lo sabía! Las miradas que se dan cuando no están mirando…

Garrett entrecerró los ojos hasta convertirlos en dos finas líneas.

—No te atreverías.

—Pruébame.

Ambos tuvimos una pequeña pelea de miradas, hasta que Garrett se rindió. Su brazo se alzó sobre mis hombros y se aferró alrededor de mi cuello, hasta que me hizo ceder y pudo revolver mi cabello.

—Te extrañe, mequetrefe.

—No me digas. —dije mordaz, mientras me lo quitaba de encima.

—¿Quieren un poco de privacidad, chicos? —Rosalie se rio.

Emmett meno las cejas y Garrett le levanto el dedo medio.

Sentí la mirada de alguien sobre nosotros, atraído por la sensación busque hasta que me encontré con mis ojos chocolates favoritos. Bella nos miraba con curiosidad, pero con una suave sonrisa en sus labios. Nos seguimos mirando, hasta que algo la distrajo y la hizo poner su atención sobre James. Él le dijo algo y ella se mordió el labio, asintiendo.

Después él puso una mano sobre la de ella en la mesa y entrelazaron sus manos.

Era como si cada vez que se daba el mínimo contacto entre Bella y yo, James se asegurara de cerrar el camino y reforzarlo. Lo entendía. Yo haría lo mismo si Bella fuera mía de nuevo. Si tan solo…. no me atrevía a pensarlo.

—Oh, Edward. —Rosalie puso una mano sobre mi brazo.

Le di una sonrisa forzada, tratando de simular que no me destruía ver a Bella y James juntos, interactuando como una pareja. Me tendría que acostumbrar, porque si Bella era feliz con él y le lograba perdonar después de que le hablara de su pasado, tendría que vivir con ello toda la vida.

Garrett me zarandeo el hombro.

—Que nadie diga que dejare que mi mejor amigo se hunda en la mierda, porque no lo hare.

—¿Quizás te hundirás conmigo? —pregunte, mientras ambos nos sentábamos a la mesa.

Se sentó a mi lado, encogiéndose de hombros y dándole una sonrisita a Kate.

Kate apoyo su barbilla en su mano y rodo los ojos, mirando en otra dirección.

—Linda señorita no deja de ignorarme. —se acercó más a mí— Dime, ¿quizás apesto un poco? El calor en el avión era sofocante.

Me reí.

—No eres su tipo. —probé la lasaña que todavía quedaba en mi plato y trague.

—Mmmh. —me miro interrogativamente— ¿Qué tratas de decirme? Yo soy el tipo de toda mujer.

—Como si eso fuera cierto. —Tanya dijo por lo bajo, pasando a nuestro lado con otra bandeja de lasaña humeante en las manos. La dejo en el centro de la mesa y se sentó al otro lado de mí, haciendo un gesto hacia Garrett con la mano— Muy educado de tu parte Garrett, considerando que esa era mi silla.

—¿Cómo dice el dicho?¿El que se fue a la villa perdió su silla?

Tanya forzó una sonrisa.

—No esperaba menos de ti.

—Ni yo te ti. Muy bonito verte aquí.

—Ahora vivo aquí. —se dio cuenta de lo que dijo y se corrigió a si misma— Quiero decir, aquí en Forks.

—Muy conveniente. —le respondió duramente.

Tanya planto las manos en la mesa, poniéndose de pie.

—Creo que lo mejor será que me marche.

—Te diría que no, pero la verdad es que sí. —Garrett se encogió de hombros.

—Tanya. —intente yo.

—Está bien, Edward. No te preocupes.

Le di una mirada consternada a Garrett, pero él ni siquiera nos estaba prestando atención.

Oh espera… ¿fue mi imaginación o le guiño un ojo a Bella? Bella apretó los labios, como si intentara esconder una sonrisita.

Tanya quito el pelo de su cara, claramente enojada.

—Quizás podamos vernos otra vez esta misma semana, te llamare Edward.

—Eh… —no supe más que decir y me puse de pie.

Tomo su bolso del costado de la silla de Garrett y se lo puso al hombro, dándome una sonrisa incomoda. Me puse a su lado para escoltarla, no la obligaría a pesar por una situación en la que se sintiera incomoda.

—Fue un gusto, gracias por invitarme. —les dijo a todos.

—El gusto fue nuestro, Tanya. Ven a visitarnos cuando quieras al gimnasio. Tengo tu correo, te enviare la información mañana a primera hora. —murmuro Rosalie.

—Estupendo. —Tanya alzo la mano como último gesto.

Camine a su lado hacia la salida, hasta que ella paro en seco.

—Oh, espera. Quiero despedirme de tu madre. —dijo de pronto.

—Claro. —con un gesto la guie hacia la cocina. Se apoyó en mi brazo, caminado a mi lado, hasta casi entrar. Antes de dar un paso adentro, escuchamos unos cuantos resoplidos bajos.

—Alice… —la voz de Esme me pareció bastante preocupada. Incluso triste.

—Está bien, mamá. Es mi culpa. Ahora soy una adulta capaz de admitir sus errores, pero no por eso duele menos. Ver a Charlie de nuevo… es inevitable que me traiga maravillosos, pero también horribles recuerdos.

—Cariño. —mi madre dijo tratando de consolarla.

—Creo que será mejor que suba a mi habitación y duerma un poco. Estoy muy cansada. ¿Puedes disculparme con Edward y sus amigos? Ambos son muy agradables, pero la situación me tiene al límite. No soporto ver como Edward sufre por Bella.

—Claro que sí, cariño. Tú descansa.

Se escucharon un par de paso alejarse de la cocina. Seguro Alice había salido por la puerta trasera, la que daba hacia el otro lado con el garaje y la escalera de emergencia que subía hasta el ático y por el que podías bajar hasta las habitaciones de la plata media.

—Siento muchísimo que tuviéramos que escuchar eso, Edward. —Tanya dijo bajito— Puedo marcharme ya. Puedes despedirme tú de tu madre. No quiero incomodar más de lo que ya lo he hecho.

Le di la razón y nos dirigimos a la puerta.

Pasamos por el pasillo que daba a la cocina nuevamente, donde Tanya levanto la mano y se volvió a despedir de todos. Bella me dio una mirada, para después girarse completamente para darme la espalda.

Siempre doy un paso adelante con ella y diez en retroceso.

—Lamento los momentos incomodos. —Tanya dijo a la entrada de la puerta.

—No es tú culpa, sabes cómo es Garrett. Hablare con él.

—No creo que sea necesario. —Tanya dio un paso hacia mí, poniendo su mano sobre mi pecho— No quiero que yo resulte ser un problema entre ustedes, sé cuánto le quieres. Me alegra que no solo me tengas a mí ahora, sino también a él.

—Sé que en el fondo le agradas.

—Puede ser. Pero nunca me ha podido perdonar que le dejara.

—Hacían una pareja estupenda.

Tanya me atravesó con sus azules ojos. Escriturando cada uno de mis gestos.

—¿Realmente lo crees?

—Siempre lo he creído.

—¿Sabes que es lo que pasa? Que las buenas parejas pueden verse bien por fuera y ser un desastre en la intimidad. Garrett siempre ha querido el paquete completo, yo era todavía demasiado ingenua y pensé que él podría esperarme. Yo quería crecer más en mi carrera, pero él quería casarse y formar una familia. Tal vez nos veíamos perfectos juntos, pero ambos tenemos puntos de vista diferentes sobre la vida.

—Sin embargo, ambos siguen solteros. —mencione tentativamente.

—Lo estamos. —su mano en mi pecho subió un poco más, hasta posicionarse en mi hombro— Pero no por falta de alguien. Garrett siempre tiene amigas por ahí.

¿Y si ambos estaban siendo testarudos y no eran capaces de admitir lo que sentían el uno por el otro?

—¿Y tú, Tanya? Tal vez ambos están siendo demasiado…

Tanya me corto, poniendo su mano sobre mis labios. Después dejo caer su brazo en un movimiento ligero, dándome una sonrisa triste.

—Es curioso que lo menciones. ¿Yo? Yo vivo enamorada de alguien que no siente lo mismo por mí.

Lo sabía, ella seguía sintiendo cosas por Garrett, pero él era tan cabezota que nunca lo admitiría y Tanya tan frágil, que seguro temía volver a salir lastimada. La entendía, no siempre tienes el valor de dar ese paso adelante y luchar por lo que más amas. Siempre te preguntas si esa persona no está mucho mejor sin ti.

—Hablare con Garrett. —intente interceder.

Ella negó.

—No lo hagas. Garrett no es el hombre del que estoy enamorada. —le mire confundido, pero ella ignoro mi gesto y se puso de puntitas, dándome un beso en la mejilla— Ahora si me marcho, Edward. Es hora de que vuelva al hospital.

Deje ir el tema.

—Muy bien, asegúrate de enviarme un mensaje para saber que llegaste segura. —mire el cielo nublado y oscurecido por unas cuantas nubes— El día estaba estupendo, pero puede que tengamos algo de lluvia. Ten cuidado en la carretera.

—Lo tendré, muchas gracias por la tarde. Fue estupendo convivir con tu familia. Y Max, es un niño hermoso.

No me paso desapercibido que no menciono a Thomas, sin embargo lo deje pasar. Seguro simplemente eran imaginaciones mías.

—Puedes venir cuando quieras.

—Te tomare la palabra. Oh, dile a Esme que le devolveré la blusa.

—No es necesario. Puedes quedártela. Por lo contrario, te daré la tuya limpia. Siento el incidente.

—No lo hagas. —le quito importancia— Max es perfecto. Dime cuando puedo venir por la blusa, y podemos organizar algo para salir a comer.

—Está bien. —acepte.

Con esas últimas palabras, avanzo hasta entrar a su auto. Un Audi de color rojo. Lo encendió y me dio un gesto de adiós, antes de dar marcha atrás y dar por el camino de graba de entre el bosque hasta comenzar a desaparecer.

Deje escapar un suspiro y cerré la puerta.

—No confíes en ella. —la voz de Garrett me hizo saltar.

—Buen Dios. —puse una mano sobre mi corazón y le encare— ¿Es que me quieres provocar un infarto?

—Eres mi mejor amigo, Edward. —siguió, ignorando mi comentario— Por ello, te pido que mantengas tu distancia con Tanya.

—¿Qué quieres decir?

—Eso mismo. —cruzo los brazos sobre su pecho. Todo rastro del Garrett divertido se había ido, para dejar una expresión muy seria en su rostro— Tanya es algo… inestable. Hay algunas cosas que no sabes de ella.

Cabeceé, no pidiendo creer lo que me estaba diciendo. ¿Tanya inestable? Pero si era una de las personas más cuerdas que conocía.

Tal vez…

Sonreí.

—¿Estas celoso?

Aquello hizo que él también sonriera.

—Hace mucho que no tengo nada que ver con Tanya.

—Awww, estas celoso.

—No digas tonterías.

—Puedes admitirlo, no diré nada. —levante ambas manos en señal de paz.

—Si te dijera la verdad, probablemente no me creerías. Hace mucho que Tanya y yo somos menos que amigos, casi desconocidos. Y no por nuestro rompimiento como ella va diciendo por ahí, sino porque no confió en ella.

—Lo que sea que ustedes dos tengan que arreglar, no me meteré.

—Me alegro de estar aquí, asi podre salvarte de sus garras.

Deje salir una carcajada.

—Mi caballero de brillante armadura. —batí las pestañas y fui a abrazarle.

—No te atrevas. —hizo una expresión de asco, tratando de alejarme.

Antes de que pudiera poner mis manos sobre él, mi madre apareció.

—Quizás quieran dejarse de darse arrumacos y venir a terminar de comer

—Sí, señora. —dijimos ambos.

Avanzamos hacia la cocina de nuevo mientras él trata de empujarme una y otra vez. Debo decirlo, es bueno tener a Garrett de nuevo después de seis meses.

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Me debatí entre entrar o no, no escuche nada detrás de la puerta. Subí mientras mi madre les ofrecía una taza de café a todos. Nadie se hizo de rogar, excepto Bella y James. Ambos tenían trabajo mañana, por lo que Bella me había pedido que bajara a Thomas, quien seguía echando la siesta en mi habitación junto con Max.

No pude evitar detenerme afuera de la habitación de Alice, preocupado por lo que escuche entre ella y Esme.

Toque en el marco de la puerta.

—¿Alice? —no hubo respuesta del otro lado.

Me preocupe un poco más.

Intente con el picaporte y este cedió. La puerta se abrió con un leve sonido. Asome un poco mi cabeza, tratando de ubicar a Alice en la habitación.

—¿Alice? —volví a repetir, sin respuesta, otra vez.

La habitación se encontraba hundida en la oscuridad, solo con una lámpara iluminando una esquita. ¿Es que Alice se había marchado sin avisar? Entre a la habitación totalmente y mire la habitación. Tal como la recordaba. Una habitación que gritaba Alice por todos lados. Con colores brillantes y las paredes tapizadas de pegatinas y recortes. Solo la cama individual había sido remplazada con una gran cama doble cubierta con un edredón de color morado oscuro y muchos almohadones.

El sonido de la ducha me distrajo. Probablemente Alice se estaba bañando.

Resolví internamente que luego podíamos hablar, ahora mismo ella tal vez ocupaba espacio.

Apague la lámpara al lado de su cama, inclinándome un poco. Mi mano intento alcanzar el enchufe en la parte posterior, tumbando en el proceso las cosas del buro.

—Bien hecho. —me reñí a mí mismo.

Me agache, recogiendo los lápices, libretas y unos audífonos regados por el piso.

—No puedo más. —la voz amortiguada de Alice en el baño traspaso el ruido de la ducha— No puedo más, Charlie. —sollozo.

Yo me quede estático en mi lugar.

No escuche ninguna contestación, pero ella siguió hablando. Probablemente estaba hablando por teléfono.

—¿Hasta cuándo tendré que tragarme esta verdad que me carcome el alma?¿Hasta cuándo tendré que vivir con el sufrimiento de ver a mi hermano arruinado por mi culpa?

No entendía nada. Me erguí desde mi lugar y me puse de pie, acercándome a la puerta del baño para escuchar mejor.

—Fui yo. ¡Yo soy la culpable del sufrimiento de Clarie, Edward y Bella! Aquella noche, yo le dije a Bella que Edward la engañaba con Clarie, estaba tan enojada después de lo que ella hizo, como hizo que Renne y Bella me enfrentaran. Aquella noche mi corazón se rompió y te deje. —lloro, con palabras entrecortadas— Soy la culpable de que ahora Bella no pueda perdonarle. De empujarle a un futuro que él no quería.

No. No. No.

Me recargue sobre la pared.

Un nudo se formó en mi garganta.

Siempre pensé que la manera en la que Bella nos había descubierto a mí y a Clarie fue terriblemente extraña. ¿Cómo supo en que habitación estábamos hablando?¿Cómo supo dónde encontrarnos a ambos? Ahora estaba claro que Renne la había guiado hacia la fiesta, pero no como ella había llegado a la habitación.

—Estaba drogada, fui tan estúpida. ¿Sabes lo doloroso que es para ambos si quiera mirarse? Y lo que es peor, no solo les destruí la vida a Bella y Edward, le quite la posibilidad a Thomas de crecer con su padre. Si no hubiera sido por mí…

Mi garganta se secó. Mis manos se hicieron puños.

No puede ser cierto.

—¡¿Me estas escuchando?! —grito— ¡Escúchame, maldita sea! Y deja de excusarme, deja de tratarme como aquella cría que necesitaba tu protección.

Se quedó en silencio. Yo me quede en silencio, sintiendo como cada una de mis extremidades se entumecía. ¿Cómo pudo? ¿Por qué, Alice? Si Bella no hubiera llegado aquella noche a esa maldita habitación, si no hubiera confundido las cosas, si me hubiera escuchado.

—¡Estoy harta! Escúchame, hablare con Edward, se lo diré todo. No me importa que sea lo que esté poniendo en peligro. Hablare con él y después tomare mis mierdas y me largare, volver a este pueblo fue un error. Tú y yo, somos un error, desde el principio. Todo esto es un error, estoy muy cansada. —susurro con voz rota— Lo lamento, Charlie. No puedo.

Debió colgar, porque después de eso no se escuchó nada más, solo el caer del agua.

Camine como pude, dejándome caer en su cama y metiendo mi cabeza entre mis manos. Maldita sea, que alguien me diga como termine aquí. En esta maldita maraña de secretos y mentiras.

El agua de la ducha paro.

La puerta se abrió.

Alice salió del baño, envuelta en una bata gruesa y felpuda. Su cabello chorreaba y su maquillaje se encontraba corrido.

—¿Edward? —pregunto con voz entrecortada.

La mire entre la penumbra, ambos luciendo como dos almas en pena. Ella se llevó una mano al pecho, como si le doliera el simple hecho de mirarme.

Solo pude hacer una pegunta.

—¿Cómo pudiste, Alice?

Una lagrima bajo por su mejilla.

—Me escuchaste. —aseguro, para luego fruncir el rostro en una expresión de dolor— Perdóname.

—Quiero que me lo cuentes todo. —me puse de pie de un salto, tomándola del brazo— ¡Te lo exijo!¡Dímelo!

Un sollozo estrangulado salió de su pecho.

—Esa noche… después del baile de disfraces, en la fiesta de Jessica. Yo le dije a Bella que la estabas engañando con Clarie. Mentí y la guie hacia la habitación.

—¿Por qué? ¡¿Dime por qué?!

—Para vengarme de Clarie. —dijo en voz baja, ahogándose en sus propias lágrimas.

—¿Por qué? —gruñí, totalmente fuera de mí, totalmente enfurecido.

—Porque Clarie los descubrió y me dijo de su relación. Le dije a Renne y ella humillo a Alice. Alice se sintió tan avergonzada que dejo a Charlie.

La voz que vino desde mis espaldas, era la de Bella.

—¿Por qué nunca me lo dijiste? —pregunte a Bella.

—Porque ya no valía la pena. Está bien, Edward. Han pasado cinco años, ya no podemos hacer nada. —Bella se abrazó a si misma— Suéltala.

Solté a Alice, como si tan solo tocarla me quemara.

Flexione mis dedos una y otra vez. Mi cuerpo no respondió. Supe en ese momento, que nunca sería capaz de perdonar a Alice. ¿Cómo podría? Si ni siquiera había podido perdonarme a mí mismo por todas las decisiones que tome en el pasado.

Di un par de pasos atrás.

—Edward, por favor… —Alice intento llegar a mí.

—No te lo voy a perdonar Alice. Pude entender lo de Charlie… incluso lo de Jasper, ¿pero esto? Es imperdonable. Lo que hiciste, no te diferencia en nada a Renne.

Alice jadeo, recargándose en la pared.

—Nunca quise hacerte daño.

—Me temo. —dije lentamente— Que estas mintiendo esta vez también. Muy dentro de ti, sabias que lo que hacías me destruiría. Pero fue más importante tu egoísmo, tu ego, tu necesidad de venganza. ¿Todo lo que yo hice? Por lo menos lo hice por amor. En cambio tú, me usaste y en el proceso, me quitaste lo que más amaba. Tenía un plan, de algún modo, nunca quise dejarla. Tus acciones, nos pusieron en jaque a todos.

Me gire, sin darle una mirada más.

Bella se hizo a un lado en la puerta, sin embargo al pasar por su lado me detuvo. Su toque me era toxico también, porque cuando quiso poner su mano en mi mejilla, la esquive.

No podía. Maldita sea. Me estaba matando.

—Edward, es pasado. Alice está realmente arrepentida. Es tu hermana.

—¿Sabes cuál es la cuestión? Ella obtuvo su venganza, pero yo me quede sin alma. Yo tuve que conformarme con la vida que tenía y hacer lo que podía. —una lágrima cayó por mi mejilla— Y sin embargo nunca he negado mis errores, soy tan culpable como ella. Si ni siquiera me puedo perdonar a mí mismo. ¿Cómo quieres que la perdone a ella? Te diré una cosa Bella, después te ti, no hay vida. Puedo intentar arreglarlo y puedo pedirte perdón, pero si algo es cierto, es que las cosas nunca volverán a ser lo mismo. Nunca volveremos a ser nosotros.

Y con esas últimas palabras, salí de la habitación. Alejándome de Bella una vez más.

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"Me levante. Mis piernas estaban débiles, rogué para que mi mente estuviera de mi lado. Un terrible ruido, se adueñó del aire, oí un grito en medio del bosque. "

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Holi bebés bonitasssss, ¿cómo están? Ya las extrañaba un montón, la verdad es que pues ya saben, me fui de vacaciones y luego volví, pero tengo un buen de trámites administrativos encima porque la señorita aquí comenzó servicio social desde este lunes. Entonces me puse a acomodar todo lo de mis historias, capítulos y próximos estrenos que tendremos (historias de mi autoría y dos adaptaciones más). Ahora, volviendo al tema, este capítulo nos revela varias cosas. Garrett en un amor, ¿estamos de acuerdo? Y creo que viene a dar muy buenas cosas a la historia, ¿se quedara en Forks?, Kate lo repele, muchísimo, pero nuestra chica esta un momento sensible, así que tal vez le siente bien alguien que la pueda apoyar, y Tanya, ¿Tanya y Garrett? ¿Se lo esperaban? Estos dos tienen una breve historia, y al parecer aunque Tanya dice que terminaron porque cada uno quería diferentes cosas, puede ser que allí haya algo más, y bueno, al fin hemos sabido el secreto de Alice ¿Preparadas para el siguiente capítulo? Es un PVO pasado que estará dividido en 2 partes.

Las leo en sus reviews siempre y no lo olviden: #DejarUnReviewNoCuestaNada.

Ariam. R.


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