La esperanza nunca muere, pues vive tanto como tú lo haces.
ArmandoVD
Historias y nuevas esperanzas
Pip estaba desorientado, sentía un gran mareo mientras intentaba sentir su cuerpo nuevamente, pero, por extraño que fuera, se sentía ligero, como si estuviera flotando, pero, por suerte, aun sentía el peso de Hope y el de Heart.
"que… que rayos…"
"P… Indra?"
"aquí… Asura… donde estamos?"
Al sentir un poco su cuerpo, Pip abrió los ojos, encontrándose en un templo antiguo, mirando todo con gran asombro mientras la sensación de vértigo pasaba rápidamente, haciendo que pudiera mantenerse de pie más rápidamente, acomodando a Heart en su espalda, quien parecía despertar nuevamente.
"no lo sé…"
"creo que será mejor movernos… puede que no tengamos tanto tiempo…"
Pip intentó dar un paso hacia enfrente, pero, en ese instante una flecha salió disparada desde una de las paredes, dejándolo aterrado y a punto de caer.
"QUE RAYOS" Pip observaba la flecha que se había clavado en donde hubiera estado su pie, sudando por la tensión que se sentía en el ambiente
"… creo que a eso se refería el señor Tánatos… deben ser las trampas dentro de las mentes de las princesas"
"… genial… esto… no será divertido…"
"espera… creo poder ayudar con eso"
Nuevamente concentrándose como lo había hecho antes, Hope imaginó un escudo para proteger a Pip, mismo que se materializó rápidamente en su brazo, haciendo que Pip lo mirara maravillado.
"vaya, te estás volviendo muy buena con esto"
"gracias, ahora… por donde deberíamos comenzar?"
Calmando los nervios, Pip intentó nuevamente avanzar, esta vez sabiendo de la trampa, dejó que sus instintos actuaran y levantara el escudo en el momento preciso, deteniendo la flecha y haciéndola rebotar fácilmente en contra del escudo.
"(silbido) en verdad eres buena"
"no tanto como tú" dijo alegre hope.
Sintiendo más confianza, Pip siguió avanzando por el tempo, esquivando en algunas ocasiones algunas trampas y deteniendo más flechas con el escudo de Hope, permitiéndoles avanzar sin tantos problemas, por lo cual, la mente de Pip regresó a la conversación que tuvieron con Tánatos antes de separarse.
"… que crees que le haya pasado a mi maestro?"
"eh?"
"… el señor Tánatos dijo que estaba en problemas… que se había corrompido… a que crees que se refería?"
Hope pensaba lo mismo desde hace rato, pero, no creía que era buena idea preocupar a su amigo con ese tema, pero, podía sentir la preocupación de Pip, aumentando la propia por Manhorod, haciendo que, sin saberlo, Hope creara una pantalla de energía apareciera enfrente de ellos, espantando por un momento a Pip.
"RAYOS" decía Pip mientras levantaba el escudo nuevamente, pero, al ver que no llegaba ningún ataque, bajó este lentamente y miró como la pantalla estaba llena de estática, pero, tras unos segundos, imágenes comenzaban a aparecer frente a ellos.
"woow… eso… es nuevo… pero que-"
Al mirar por unos segundos la pantalla, Pip sintió una fuerte presión en su corazón, llenándolo de gran preocupación y sobretodo, de un terror absoluto.
"que… le pasó a mi maestro?"
Era la primera vez que Pip miraba a Edrubain con gran horror, pues por los pocos instantes que duró la proyección, pudo notar a su maestro de forma bestial, con heridas de gravedad en todo su cuerpo y sobretodo, esa mirada asesina y sin conciencia, mirando con gran rabia hacia enfrente y con un único propósito, destruir a cualquier cosa que estuviera frente a él.
"que pasa?"
Sin querer preocupar más a Hope, Pip simplemente sacudió la cabeza, y aunque sabía que Hope sentiría su preocupación, intentó desviar la tensión del ambiente con una mentira.
"n-nada… debemos avanzar y encontrar a las princesas lo antes posible.
"pero-"
"solo… me exalte… no es nada…"
Nuevamente el ambiente se había vuelto un tanto obscuro, incluso tétrico mientras las pisadas de Pip eran lo único que sonaba en lo que parecían interminables pasillos de piedra, como era de esperar, muchas más trampas esperaban a los jóvenes guerreros, mismas que fueron fácilmente evitadas por la ayuda mutua de ambos, pero, mientras más avanzaba, Pip sentía la preocupación avanzar más y más, hasta que sus pensamientos se llenaron de aquella imagen.
'sabes que puedo ver tu mente cierto?'
Eso alertó a Pip, quien nuevamente levantó su escudo en dirección de una pared, esperando una flecha oh algo similar, dejándolo respirando intranquilo por unos segundos hasta caer en cuenta que fue Hope quien habló dentro de su mente.
"ngh… que… que pasa?" ese movimiento brusco fue lo que despertó por fin a Heart, quien al ver a su alrededor, se espantó, recordando rápidamente lo sucedido y abrazando el cuello de Pip con mayor fuerza.
"d-disculpe princesa… me temo que estamos en un lugar peligroso"
"donde… donde está mi mamá?"
"es lo que me gustaría saber… descuide, la encontraremos a tiempo"
Sintiendo como Heart calmaba su agarre en su cuello, Pip avanzó nuevamente, esperando en cualquier comento otra trampa, sintiendo sus nervios estar a punto de estallar, más al saber que Hope posiblemente hubiera visto la misma imagen de Edrubain dentro de su cabeza, por lo que, preparando sus nervios, Pip hablo dentro de su mente.
'lo viste… cierto?'
Un momento de silencio, un silencio que le decía a Pip todo lo que tenía que saber, más al sentir el miedo recorriendo por parte de Hope, en ese momento quería abrazarla, incluso consolarla, pero, el mismo sentía dudas y no sabía que decir en un momento como este, por lo que, armándose de tanto valor como pudo, avanzó en las obscuras eh interminables fauces de este templo que, conforme pasaba el tiempo, comenzó a detestar.
Sin saber cuanto había vagado, Pip por fin encontró algo nuevo, una entrada a un salón de gran tamaño, mismo que tenía dentro una gran cantidad de estatuas de piedra talladas con diferentes poses, diferentes armaduras y diferentes armas, todas congeladas con miradas firmes e imponentes, pero, no solo eso, si no que, por extraño que fuera, parecía resguardar tres pasillos, cada uno iluminado por una antorcha de distinto color, del lado izquierdo, una llama de color blanca como la nieve, en medio una de color rosa, y en la derecha, una de color azul marino, dejándole sentir un cierto alivio a Pip.
"bueno… parece que vamos por buen camino"
"señor Indra…" al no reconocer del todo el nombre, Pip se quedó en silencio, pero, al notar que Heart se refería a él, volteó hacia su espalda para encontrar la mirada aterrada de la princesa.
"sí princesa?"
"… hay algo muy malo ahí dentro"
Confundido, Pip miró nuevamente las antorchas, mismas que parecían llamarle con desesperación, incluso volvió a mirar a las estatuas, intentando encontrar la razón del miedo de la princesa Heart, pero, alertándose aun más cuando escuchó la voz de Hope hablar con inseguridad.
"ella tiene razón… hay algo muy malo dentro de esta sala… crees que sea prudente avanzar?"
"… solo hay una forma de averiguarlo" decía Pip mientras avanzaba con gran cautela, observando a todos lados como si un monstruo fuera a saltar en cualquier momento, pero, para su suerte, todo parecía estar tranquilo, oh al menos, lo fue hasta el momento en que llegó al centro de la sala.
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBRRRRRRRRRRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
"QUE RAYOS?"
El suelo se estremeció, un gran fuego se encendió en los costados de la sala, iluminando todo a su paso, dejando ver cada detalle tanto de la sala como de las estatuas, mismas que comenzaron a desmoronarse lentamente y dejando paso a una gran cantidad de entes, mismas que parecían ser las estatuas, pero, esta vez eran seres vivos que observaban a Pip con miradas penetrantes, con un gran retumbe, todas las entes saltaron de sus estantes y avanzaron peligrosamente en contra de Pip, quien no tuvo otra opción más que levantar su escudo, ideando miles de formas de defenderse y defender a Heart, quien no pudo evitar dar un grito escalofriante al ver lo que parecía su fin inminente.
"AYUDA MAMA¡" dijo desesperada Heart mientras se aferraba con todas sus fuerzas al cuello de Pip
"HOPE, UN ARMA"
Olvidando por un segundo los nombres falsos, Pip pidió ayuda de su amiga, quien, pensando rápidamente, creó una lanza en la mano de Pip, permitiéndole poner una pose de defensa en contra de las criaturas que se abalanzaban en su contra, dejándolo sudando y preparándose para el ataque, viéndose rodeado en un instante por armas y por sus portadores, sin esperar que algo oh alguien les salvaría el pellejo.
ALTO
Como si un hechizo hubiera sido puesto sobre estas entes, todas se detuvieron de golpe, dejando sus armas a escasos centímetros de Pip, quien miró aterrado aquellas armas, sintiendo como su alma salía un momento de su cuerpo por el terror.
Rompiendo nuevamente el silencio, unos pasos retumbaron lentamente, acercándose a donde estaba Pip, al mismo tiempo, haciendo que las criaturas frente a él levantaran sus armas lentamente al igual que abriendo paso a quien fuera que se acercara de forma ominosa.
Han pasado siglos desde que alguien pudo entrar a este templo…
Todos sentían una gran sensación de horror al sentir como la presencia se acercaba a ellos, cada paso les hacía sentir horror sin igual, pues con cada paso, fuera lo que fuera que se acercara estaba avanzando hacia ellos.
Y cual es mi sorpresa… al ver a un grupo de niños entrando sin permiso a un lugar sagrado…
Pip sudaba sin parar, sintiendo su corazón latiendo mucho más rápido de lo que jamás lo había hecho hasta ahora, Hope sentía la mayor desesperación de su corta vida y Heart sentía que se desmayaría en cualquier instante, y a pesar de todo esto… nadie se atrevió a voltear la mirada.
Más aun… al ver a una parte de mi nueva ama acompañando a un niño convertido en hombre por fuerzas fuera de este mundo…. Díganme…
Un choque de algo metálico resonó tras haber cesado los pasos, escuchándose detrás de Pip.
Quienes son y porque entran a este mundo de ensueños? Acaso buscan robar conocimiento?
Al saber que era el líder en este momento, Pip tragó saliva y se preparó para contestar, pero, fue detenido por la voz nuevamente.
Oh es que son simples idiotas buscando grandeza?... RESPONDAN OH MUERAN
Al decir eso, las estatuas nuevamente tomaron su pose de batalla, bajando las armas hasta quedar en el cuello de Pip, quien nuevamente quedó en shock, pero, esta vez sabía que si no decía nada, sería su fin.
"v-v-venimos… a salvar a las princesas"
Con la única respuesta que le vino a la mente, Pip esperó la reacción tanto de las criaturas como de aquel que estaba detrás de él, nunca mirando hacia atrás y nunca moviendo ningún musculo, mirando con gran detenimiento cualquier movimiento, cualquier señal de que debería-
Salvarlas… dices?
Con gran intriga, la voz hablo lentamente, como si considerara cada letra, para luego hacer resonar nuevamente aquel ruido metálico, seguramente golpeando el suelo con lo que fuera que tuviera en la mano y alejando así a las criaturas, mismas que formaron un círculo alrededor de Pip.
Quieres decir, que las más grandes y poderosas criaturas de este mundo… necesitan ser salvadas por un trio de mocosos? En verdad debes estar desesperado para dar una respuesta tan estúpida como esa… pero, me intriga tu valor chico, así que, nuevamente, preguntaré… que hacen aquí?
Pip no sabía que más poder decir, puesto que decía la verdad, aunque, ahora que lo decía la voz detrás de él, era cierto que parecía algo irónico, incluso estúpido, pero, tenía que hacer algo para evitar se masacrado por el ejército a su alrededor.
"e-es la verdad… el señor Tánatos-"
Eso parecía haber sido un error, pues la voz había dado un grito espeluznante y lleno de rabia en cuanto escucho el nombre del dios de la muerte.
OSAS USAR UN NOMBRE TAN GRANDE COMO EL DEL DIOS DE LA MUERTE MISERICORDIOSA PARA TAPAR TUS MENTIRAS? DEBERÍA-
En ese instante, como si fuera un milagro, la piedra que llevaba Pip salió disparada desde dentro de la armadura de Hope, flotando y bañando la sala con su fulgor, haciendo que todas las estatuas se echaran para atrás al ver aquella piedra, incluso, haciendo que se arrodillaran ante esta.
No… no puedo creerlo… en verdad… son sus heraldos…
Con una fuerza sobrenatural, la piedra dio un ultimo impulso que recorrió todo el templo y a sus alrededores, haciendo que más de uno pudiera notar aquel resplandor, dando esperanza a unas y despertando algo dentro del templo mismo, algo que no debía haber sido incitado a despertar.
Me disculpo por la hostilidad anterior, cuáles son sus nombres?
Recobrando la voz, Pip se levantó lentamente y dudó por unos segundos sobre mentirle a la criatura, por lo cual, dejando salir un suspiro, respondió la pregunta aun sabiendo que tendría que dar una explicación a Heart.
"me llamo Pipsqueak Lonesoul, me acompaña la princesa Flurry Heart y mi compañera Hope… solo Hope, hemos venido bajo la orden del señor Tánatos para traer devuelta a las princesas al mundo de los vivos"
El mundo de… qué diablos está pasando ahí afuera?
Todos notaron la incertidumbre en la voz, dándole algo de valor a Pip para darse la vuelta por fin y encarar a quien fuera que estaba hablando con ellos, llevándose una enorme sorpresa al ver nada mas y nada menos que a un dragón serpiente sosteniendo un bastón que parecía tan viejo como el tiempo mismo, su larga barba alcanzaba hasta el suelo y llevaba una armadura cubierta por un manto, aun a pesar de parecer viejo y débil, Pip sabía que era mala idea intentar atacarlo, pues podía sentir el peso de miles de siglos de experiencia detrás de sus ojos azules, mismos que observaban atentamente cada movimiento del joven corcel.
"me temo que nada bueno"
Tras una explicación de lo sucedido, el dragón tomó su barba y la acarició mientras pensaba en lo que le había dicho Pip, de como su maestro lo había entrenado arduamente tras pedírselo, como había encontrado a Hope y como su amistad floreció, pero, sobre todo, del ataque a Ponyville y el contacto que tuvo con Tánatos, sobretodo, como fue que entraron al tártaro y gracias a Hope pudieron entrar en este lugar, sin embargo, de todo lo mencionado, había algo que no encajaba para el viejo dragón.
Dices que fuiste entrenado por un maestro, cuál es su nombre?
Una sola palabra, una sola palabra hizo que todo alrededor de Pip cayera en silencio, una palabra que parecía detener el mismo tiempo y que dejó con un rostro horrorizado al dragón, una palabra que cambió todo por completo, aquella palabra fue…
"Edrubain"
E…. E…. Edru….. bain?
Como si las mismas fauces del infierno se hubieran abierto frente al dragón, este quedó paralizado, mirando a Pip con ojos tan abiertos que parecían que saldrían en cualquier momento por sus cuencas, dejando caer su báculo, el dragón retrocedió sudando de terror, como si la mera palabra fuera a invocar al demonio más grande y terrible que cualquier mundo tuviera la desgracia de encontrar en su camino, dejando algo confundido a todos.
"se… encuentra bien?"
El…. el….. el….. el volvió?
Como si su expresión no fuera suficiente, la voz del viejo dragón se quebró por unos segundos mientras intentaba sacar a la fuerza su pregunta, haciendo que Pip se preocupara por un instante.
"uh… s-si… ya ah pasado algo de tiempo desde que llegó a este mundo, por lo que sé, no tiene memorias de su pasado, aunque, lentamente las ah estado recuperando luego de-"
AMNESIA? EL SEÑOR EDRUBAIN TIENE AMNESIA?
Con otro arranque de desesperación, el dragón se sobresaltó y miró a Pip como si fuera un lacayo de aquel demonio a quien temía tanto.
"e-es lo que nos dijo, no recuerda mucho de su pasado, pero, como dije, va recuperando su memoria nuevamente mientras pasa el tiempo… p-p-pero me temo que no es lo peor, debemos apresurarnos"
… habla chico
Recuperando la compostura lo mejor que pudo, el dragón hablo con tanta calma como pudiera, aun observando a Pip con gran cautela.
"el señor Tánatos nos envió a recuperar a las princesas de este laberinto, s-sus almas están siendo usadas ahora mismo para alimentar a la amenaza que está azotando nuestro mundo mientras mi maestro se enfrenta a ella"
Y quien es esa amenaza?
"… la reina… Selene"
Como si la noticia de Edrubain no hubiera sido suficiente, el dragón se quedó pasmado nuevamente, dejando que este recordara algo que el mismo tiempo había olvidado, el ultimo enfrentamiento entre Edrubain y los reyes celestiales, haciendo que llevara una mano a su frente.
La profecía… ah sido cumplida de la peor forma posible…
"d-disculpe?"
… Pip cierto?... estas en una misión que cambiará el resto del mundo para siempre… espero estés preparado…
Con un gesto de la mano, las criaturas tomaron su camino devuelta a sus estantes, al igual que apagando el fuego de los costados, devolviendo la tranquilidad a la sala, solo que esta vez, era una impregnada de preocupación y dudas.
Eres libre de aventurarte en estas pruebas… te lo advierto chico… lo que encontrarás ahí dentro será inmisericorde… espero tengas la fuerza para avanzar hasta donde ningún mortal ha podido llegar…
Nuevamente, con un ademan de la mano, el dragón hizo que las llamas de cada puerta se encendieran con mayor fuerza, al igual que permitiendo que las puertas de piedra que las mantenían selladas se abrieran lentamente, arrastrándose poco a poco y abriendo paso a un lugar desconocido para cualquier mortal.
Vayan… les espera un arduo camino.
Pip volteó a ver las puertas al escuchar el crujir de la piedra, pero, volvió su mirada al dragón, quien lo miraba esta vez con una esperanza que nunca creía ver en alguien desconocido, por lo cual, dejó que su boca hablara sin pensarlo.
"cuál es su nombre?"
Con una sonrisa que parecía decirle que era un gusto presentarse, el dragón dio una reverencia frente a Pip.
Mi nombre… es Wrym… sean bienvenidos a mi laberinto… Pipsqueak, Hope y Flurry Heart… esperoverlos pronto…
Dando una reverencia propia, Pip avanzó a la primera sala, la sala de color rosa, sin saber que esperar, sin saber que pasaría dentro de este laberinto infernal, solo sabiendo, que esperaba que todo estuviera bien del lado del mundo de los vivos.
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En el refugio
(escuchar Der rote Tod- Corvux Corax)
Veneficus miraba por la ventana en la dirección de las explosiones mientras que las chicas intentaban preguntarle nuevamente la razón de su comentario anterior, pero, por mas que intentaban sacarlo de su trance, este seguía mirando hacia aquella dirección, incluso el contacto físico parecía inefectivo, pues Twilight, al querer saber más, se desesperó un poco por la falta de respuestas, pero, se sintió algo confundida al igual que alterada al ver como su nuevo compañero parecía ver al horizonte con horror en su rostro.
"Veneficus? Te encuentras bien?"
El jackai miraba con una mirada atormentada la dirección de las explosiones, mismas que habían parado por algo de tiempo, pero, a pesar de esto, parecía que solo eran más malas noticias para todos.
"…..no…" con una voz apagada y con la esperanza muerta, Veneficus respondió a la pregunta de su compañera, haciendo que todas las chicas lo miraran con miedo.
"ocurre algo?"
"… parece que hemos fallado…"
"a que te refieres con-"
"el señor Edrubain… no puedes sentirlo?" dijo Veneficus mientras volteaba a ver a Twilight, quien, confundida por un segundo, intentó sentir lo que el jackai, cerrando los ojos por unos segundos, tratando de encontrar cualquier cosa que pudiera ser la razón que atormentaba a la representación del elemento de la magia, sin encontrar nada que-
"p-pero que…. Que… que es eso?" dijo aterrada Twilight al sentir una presencia simplemente aterradora, un alma marcada por sangre y destrucción, un ente voraz que arrasaría con todo lo que tuviera enfrente solo para saciar su sed de venganza.
"…. La historia se repite nuevamente" dijo Veneficus con un rostro apagado.
"como que la historia se repite? A que te refieres?" sin saber a que se refería, Twilight se acercó más al jackai, quien solo bajó la mirada impotente.
"… creo que es justo que les cuente lo que paso… así sabrán mejor lo que nos estamos jugando ahora mismo"
Tomando aire y volteando a ver a las portadoras, Veneficus se mostró cansado, casi como si hubiera envejecido cientos de años frente a las chicas.
"hace siglos… empezaba una guerra… una guerra que nadie jamás había esperado, pues, en el reino de los dioses, se comenzaba una rebelión, una rebelión guiada por un maldito que tenía ansias de poder… que quería gobernar por sobre todo… incluso por sobre los mismos dioses… su nombre… era Larox Cor Aurea… y fue el más grande bastardo que jamás existió….
Hubo una profecía, una que dictaba precisamente esta misma guerra, aquella dictaba que una amenaza nacería, una que pondría en peligro a todo en el cosmos, al igual que nacería su contraparte, un héroe que uniría a todo el cosmos bajo un nuevo estandarte tras derrotar a la amenaza… muchos tomaron esto como una simple profecía, un sueño de un loco sin remedio… pero, no faltó mucho para que el universo se diera cuenta que esta amenaza sería una atormentada realidad…
Conforme pasaba el tiempo, los estragos de la guerra se avecinaban, pues en muchos mundos la amenaza de Larox se escuchaban fuerte y claro, pues comenzaban a sucumbir ante el avance del ejercito que poco a poco se formaba, muchos dioses rompieron sus decretos eh intervinieron en los asuntos de los mortales, llegando a proteger algunos mundos y otros tratando de detener de una vez a Larox, pues el héroe nunca había aparecido, oh al menos eso creían, pues Edrubain Plateago Fang, el que se suponía sería aquel héroe, estaba muy por debajo del nivel de Larox, haciendo que muchos se desesperaran y tomaran acciones por mano propia… llevando al genocidio de muchos panteones… muchos dioses y héroes de distintos lugares y mundos… murieron con suma facilidad a manos de Larox, haciendo que el terror se sembrara en algunos… y el ansia de sangre naciera en otros… haciendo que traicionaran al reino celestial y se aliaran junto a Larox, haciendo que la tarea de detenerlo fuera aún más difícil….
Como era de esperar, hubo muchos dioses que prefirieron evitar la pelea, algunos escapando a otros mundos y otros simplemente desapareciendo del cosmos, escondiéndose como mortales esperando a que la amenaza fuera detenida… pero eso nunca ocurrió, pues el avance de la conquista de Larox era imparable, era…. Simplemente invencible…
Por muchos años, tanto dioses como mortales comenzaron la búsqueda del señor Edrubain, pues habían perdido la pista luego de que su reino cayera en uno de los retorcidos planes de Larox, dejándolo vagando por su mundo en busca de una venganza que jamás podría cumplir, pues no sabía que quien había masacrado a su propia gente… había sido su esposa"
Al escuchar eso, las chicas miraron horrorizadas al jackai, dejándolas pensando que tanto había sufrido el viejo lobo en su vida anterior.
"su… esposa?" dijo temblorosamente Fluttershy mientras miraba al jackai con gran tristeza en su corazón, mismo que solo asintió con la cabeza.
"su esposa había sido uno de los peones que usaba Larox para acabar con la amenaza que representaba el señor Edrubain, haciéndola pensar que él fue quien secuestro a su hija, haciéndola pensar que estaba de lado de ese maldito bastardo, haciendo que el señor Edrubain se perdiera en un mar de odio y sed de venganza"
Mientras más hablaba, Veneficus se agitaba aun más, llegando al grado en que su pelaje sobresalía y mostraba sus colmillos por la desesperación y angustia que sentía al tener que contar todo esto.
"… por suerte… alguien pudo encontrarlo antes de que cometiera el error de enfrentar a Larox por si mismo… la señorita Manhorod… ella pudo derrotarlo y llevarlo devuelta al reino celestial, donde fue entrenado arduamente nuevamente por el señor Hades, al igual que por todos aquellos que se ofrecieron, dejándole aprender técnicas de combate sumamente mortales, magia tan vieja como el tiempo… y volver a sanar su corazón… mismo que necesitaba ser puro si es que quería enfrentar a Larox realmente, pues, se decía, que si la ira consumía su corazón… sería él quien destruiría todo en lugar de salvarnos…"
Veneficus tomó un segundo para respirar, dejando que la información cayera de lleno en las chicas, cunado estuvo listo, retomó su habla.
"paso algo de tiempo… pudo dejar su pasado atrás, pero, siempre se empeño en una sola cosa… volver a ver a su hija, quien se rumoreaba seguía viva a pesar de todo… eso le daba impulso para seguir adelante y terminar con toda esta locura, eso era lo único que quería… pero los dioses tenían otros planes, pues él era su única arma en contra de ese bastardo, por lo cual, le hicieron una promesa, si terminaba la guerra, lo reunirían nuevamente con su familia… pero todo fue una mentira, pues solo buscaban una forma de mantenerlo a raya…
Selene y Apolo… un par de dioses menores, no querían saber nada acerca de la guerra y rogaron a los dioses por un lugar pacifico donde pudieran crear un nuevo hogar, alejados de todo, y se los concedieron, pero, con dos condiciones, serían los nuevos dioses de la muerte en ese mundo y debían procrear para dejar un legado que luchara en contra de Larox, a lo cual, ellos aceptaron inmediatamente, sin saber que esto solo traería más problemas para ellos, pues nunca habían visto más allá de su propio bienestar… cosa que cambió en cuanto su primer hija nació… a esa pequeña… la llamaron Celestia"
Todas miraban con gran asombro al jackai, incluso Twilight sacó una libreta donde comenzó a escribir todo lo que podía, después de todo, nadie en el mundo sabía de esto, incluso, podría ser que ni las mismas princesas supieran de esta historia.
"con el tiempo, su felicidad aumentó aun más cuando una nueva hija llegó a ellos, una hermana para la pequeña Celestia, a quien llamaron Luna, haciendo que su felicidad no conociera limites… llevando a todas las naciones a una era prospera, recorriendo el mundo para hacerlo un lugar tranquilo donde pudieran vivir sus hijas y reinar junto a ellos, llevando al descanso eterno a todas las almas que perecían y haciendo esto por un largo tiempo…. pero, como todo en la vida, llegó el momento de rendir cuentas… algo para lo que no estaban preparados, pues sin saberlo, el señor Edrubain fue enviado a este mundo para recoger a ambas pequeñas y llevarlas al reino celestial como pago a los dioses, pero, este al saber realmente el propósito de haber llegado a este mundo, se negó por completo, después de todo… el conocía el dolor de ser separado de su hija… haciendo que este les propusiera ser su maestro para poder defenderse en caso que él no pudiera defenderlos, incluso, prometiendo a ambos reyes que buscaría otra forma de lidiar con esto, sin saber… que lo habían seguido a este mundo…
No tardó mucho para que Larox supiera de la existencia de este mundo, no tardó mucho para que nuevamente, ese infeliz hiciera otro plan para detener al señor Edrubain sin tener que mancharse las manos, por lo cual, envió a uno de sus lacayos a este mundo, llevando la palabra de su señor y diciéndoles mentiras a los reyes, de como Edrubain los había traicionado, como había vendido este mundo y sobretodo, ofreciéndoles poderes sin iguales a cambio de una sola cosa, matar a quien los había traicionado.
Tardó un tiempo… pero, por azares del destino, el señor Edrubain había tenido un mal presentimiento, por lo cual, comenzó a idear una forma de poder proteger a este mundo sin la necesidad de estar presente, por lo cual, comenzó a crear un arma poderosa, pasando días y noches enteras ideando la forma de proteger a este mundo de la influencia de Larox creando innumerables artefactos y conjuros que le permitieran defender a este mundo, fracasando una y otra vez…. hasta que, con un milagro, creó algo que podía detener las fuerzas de Larox…
En un día, mientras recordaba todo el amor y sentimientos que tuvo con su familia, concentró toda su alegría, toda su generosidad, toda su compasión, toda su lealtad y todo su honor para crear una chispa que encendió aquellos artefactos que tanto buscaba, dejándolo crear algo sin precedentes, una fuerza imparable que usaba el poder de todas esas facciones reunidas, fue ahí… cuando yo y mis hermanos y hermanas fuimos creados…."
Cada una de las chicas observó su elemento con detenimiento, cada una intentado replicar en sus mentes el valor que representaba su elemento, imaginando que recuerdos pudo haber tenido el lobo para crear dichos artefactos.
"… cuando tomamos forma física, se sorprendió por completo, mirándonos con algo de preocupación, pero, al vernos con detenimiento, supo que estábamos de su lado, al final, éramos sus creaciones… estábamos vivos y éramos una nueva forma de vida… y nos trató como tal… tomándose el tiempo para educarnos en muchas cosas, enseñándonos acerca del mundo y dejándonos vivir como seres pensantes y no como herramientas… incluso, cuando supimos del propósito de nuestro nacimiento, nunca nos obligó a venir a este mundo, incluso, llegó al extremo de decirnos que si no estábamos de acuerdo, buscaría otra alternativa… pero todos sabíamos que no podíamos perder más tiempo, por lo cual, cuando estuvimos listos, regresamos a este mundo… nunca imaginando lo que nos esperaba…
Lo primero que vimos… fue una masacre… por alguna razón, Apolo y Selene estaban atacando el mundo que juraron proteger a cambio de su paz, azotando la tierra con fuego que caía desde el cielo y levantando a los muertos de su descanso eterno para masacrar a los que trataban de huir de la ira de sus dioses, dejándonos a todos aterrados y, en el caso del señor Edrubain… sintiendo que había fallado…
No pudimos hacer nada… no pudimos hacer nada mientras veíamos como nuestro creador salía disparado en contra de los enloquecidos dioses… no pudimos hacer nada mientras mirábamos como ambos se masacraban el uno al otro… como la tierra gritaba de agonía mientras los tres luchaban sin control, lo peor fue cuando, en un arrebato de ira, Apolo recordó al señor Edrubain acerca de su hija, contándole una verdad que le sacudió hasta su alma… ese día, le reveló el plan de los dioses, dejándole saber que nunca habían planeado reunirlo realmente con su familia, que todo había sido una mentira… haciendo que el corazón del señor Edrubain colapsara nuevamente…
Este mundo estuvo al borde del fin… por lo cual, tuvieron que intervenir nuevamente los dioses, esta vez enviando a alguien que sabían podría controlarlo, mandando a la señorita Manhorod junto al señor Tánatos para detener a los tres… pero eso solo fue un grave error, pues en cuanto el señor Edrubain los vio, desató su ira en contra de ellos, y fue ahí… cuando tuvimos que actuar.
Nunca olvidaré ese día… mis hermanos y hermanas me miraban con dudas, todos teníamos dudas… podríamos ser capaces de levantar nuestra mano en contra de quien nos creó? Podríamos hacerle daño a quien nos dio la vida? Podríamos… atacar a quien veíamos como nuestro padre?... tuve que tomar una decisión difícil… pedí la ayuda de todos mis hermanos, pidiéndoles su poder, pidiendo que concentraran todo lo que tenían en mí para poder lanzar un ultimo rayo de esperanza, uno que esperábamos pudiera traer devuelta el corazón puro de nuestro señor… con lagrimas en los ojos, sentí las emociones de mis hermanos, sentía la angustia de todos… y sin más… solo pude dejar que esa energía alcanzara a todo lo que estuviera cerca…
Todo fue silencio por unos instantes… todo se baño de una luz blanca… todo fue alanzado por nuestro poder… y sin saberlo, este mundo comenzó a tener vida nuevamente, el planeta volvía a renacer… aquellas almas pérdidas fueron regresadas a sus respectivos cuerpos y estos fueron curados gracias a nuestra fuerza, todo parecía haber regresado en el tiempo… pero, cunado volteé a ver a los que luchaban… sentí mi corazón detenerse…
Piedra…
Piedra…
PIEDRA
COMO SI FUERA UN MAL CHISTE, LOS TRES ESTABAN CONVERTIDOS EN PIEDRA… "
Sintiendo lastima por el pobre jackai, las chicas miraban como las lágrimas recorrían los ojos de Veneficus, quien presionaba sus manos con tanta fuerza que parecía querer rasgar su piel para aliviar el dolor de su corazón, nadie decía nada, al final… no podían decir nada para calmar a la pobre criatura, pero, fue peor para Twilight, quien al haber conectado con Veneficus, sentía lo mismo que él en ese momento, incluso, por momentos, podía ver sus recuerdos, haciéndola sentir aun peor.
"…la señorita Manhorod y el señor Tánatos nos miraron con gran detenimiento… sabíamos bien quienes era… y al saber que el reino celestial había traicionado al señor Edrubain… quisimos hacerles lo mismo con ellos, pero, nos detuvieron, prometiéndonos que eran fieles al señor Edrubain, dejándonos dudando de su lealtad, pero, mi hermana no detectó ninguna mentira y mi hermano sintió su lealtad… por lo cual decidimos confiar en ellos… a pesar de la gran pena que cargábamos con nosotros, la señorita Manhorod nos dijo que ella regresaría al señor Edrubain a la vida, mientras que el destino de ambos reyes parecía incierto, a lo cual, el señor Tánatos intervino, dijo que el se encargaría de este mundo hasta el retorno de ambos, cuando sus almas fueran purificadas de lo que fuera que los haya infectado en ese momento… sin que nadie supiera que parte de esa corrupción había llegado a ambas princesas, levantado así una maldición en todo alicornio que ascendiera en este mundo…
Con gran pesar, solo pudimos ver como la señorita Manhorod se llevaba la estatua de nuestro señor, al igual que mirando como el señor Tánatos se alejaba con las estatuas de ambos reyes, dejándonos sin guía… y sin esperanza… pues nuestro creador se había ido… y los reyes a quienes serviríamos… habían muerto…
Dormimos… solo pudimos hacer eso… dormir… y esperar… hasta el día en que fuéramos necesitados nuevamente, dejamos nuestros cuerpos físicos y nos convertimos en una fuerza que protegía a este mundo… tal como nos lo pidió el señor Edrubain, dejamos que nuestras conciencias se apagaran y nuestras fuerzas siguieran influyendo en este mundo, por momentos despertábamos cada vez que alguien nos necesitaba, pero, nunca retomamos nuestros cuerpos físicos, incluso cuando las princesas pidieron nuestra ayuda para detener a un ente del caos, cuando la princesa Celestia tuvo que mandar a la luna a su propia hermana… ni cuando volvimos a ser llamados por un grupo de chicas que detendrían a esa misma hermana, pues ese fue nuestro castigo… hasta que viéramos de regreso a nuestro señor…"
Todas estaban en silencio, algunas tomaban sus elementos entre sus manos, otras miraban al jackai con gran asombro, y por su parte, Twilight dejó caer su libreta, pues pasara lo que pasara, nunca podría olvidar esto que aprendió.
"por eso… el rey Apolo nos está ayudando?" preguntó Twilight con inseguridad.
"sí… su alma… al igual que la de Selene habían sido purificadas… pero… me temo que… fuera quien fuera que la trajo de vuelta… no lo hizo de forma correcta, pues ambos fueron sellados con sus emociones y memorias de aquel tiempo… y si fueran sacados a la fuerza… regresarían con esos mismos sentimientos y memorias… y ahora… parece que el pasado nuevamente se repite…"
Twilight se acercó a su compañero, se arrodillo frente a él y lo tomó entre sus manos, llevándolo a su pecho, nunca diciendo ni una sola palabra, dejando que sus sentimientos se entremezclaran con los del jackai, dejándole saber que esta vez, tanto sus amigas como ella, estarían ahí para ayudarle a tomar cualquier decisión que tuvieran que tomar, dejándole saber que esta vez, no estaría solo, pues había encontrado a quien compartiría todo momento de su vida, a quien lucharía con él, quien sangraría con él, y sobretodo, avanzaría junto a él.
"q-querida?" dijo Rarity con asombro al notar que una luz empezaba a salir de su amiga.
"te prometo… que todo estará bien Veneficus… encontraremos la forma de traerlo devuelta y terminar con todo esto" decía Twilight sin abrir los ojos, dejando que una sensación extraña recorriera su cuerpo, como si pudiera sentir todo a su alrededor y conocer todos los secretos del universo.
"gracias… Twilight… prometo protegerte… y a todos a quienes quieras proteger"
"QUE RAYOS" grito Applejack al mirar como la luz se intensificaba, envolviendo a ambos por unos instantes y alarmando a todas, pero, tan rápido como vino la luz, esta se desvaneció, dejando ver algo que era completamente nuevo para todas las chicas.
"s-santo cielo" decía Shy mientras observaba al ser frente a ella, quedando maravillada al igual que asombrada como todas la demás.
"T-Twilight?" tartamudeó Pinkie Pie mientras observaba como la figura se ponía de pie, nunca abriendo los ojos y dejando que una paz inconmensurable se abriera paso entre todas las ponies presentes.
"que… que te pasó?" decía Dash mientras miraba como esa figura abría sus grandes alas, dejando ver a todas el nuevo cuerpo de la ente, mismo que era algo fuera de este mundo.
"c-compañera?" Applejack observó como la figura levantaba su mano y en este se materializaba un báculo con una estrella muy conocida para todas, cada punta brillaba con gran fuerza y el báculo mismo parecía ser de cristal puro, su cuerno de gran tamaño se iluminó por unos segundos y sin previo aviso, la pared de la ventana se abrió de golpe, como si se hubiera desvanecido en el aire.
"es hora de ayudar"
La voz sonaba como una ligera brisa que acariciaba las mentes de las chicas, como si fuera la primera vez que escuchaban la voz de una madre amorosa y compasiva que les dejaba saber que todo estaría bien, pero, esta misma voz irradiaba poder como ningún otro, dejando saber a todos los que la escucharan, que no debían meterse con esta ente celestial.
Sin decir nada más, el ente salió por la apertura, dejando por unos segundos que el aire recorriera todo su cuerpo, solo para salir disparada en la dirección de la batalla, dejando atrás a las portadoras de los elementos, quienes miraban atónitas a su amiga.
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Las cosas no se veían bien para la guardia real, pues, a pesar de sus mejores esfuerzos, las bajas se acumulaban rápidamente por el gran poder que poseía Moria, quien, más que divertida, masacraba a todos los que se oponían a sus fuerzas, al igual que al ejercito que la acompañaba, quienes, al tener el apoyo de la sierva de Selene, tenían mayores oportunidades de combatir, lanzando nuevamente sus hechizos, haciendo que la batalla se volviera un ardua labor para todos.
"MUERAN MALDITOS ENGENDROS" gritaba con emoción Khan, quien había recibido más de una vez un ataque que sería mortal para cualquier ponie, pero, que de algún milagro, se mantenía en la batalla, pues, por más que lo intentaban, los cadáveres andantes regresaban una y otra vez, como si una fuerza mayor los estuviera protegiendo en estos momentos.
"OYE DRAGON, USA TU FUEGO NUEVAMENTE, ERA MÁS EFECTIVO" gritaba una amazona que arrancaba la cabeza de otro zombi, haciendo que este cayera al suelo, pero, como ya habían comprobado antes, no tardaría en regresar a la batalla.
"NO PUEDO, ME QUEDÉ SIN MANÁ"
"demonios… SIGAN ATACANDO"
Por el lado del ejército de pegasos la batalla era una cuestión de tiempo, tiempo para que algún milagro pudiera acabar con los muertos vivientes, mientras que por el lado de Moria, era una batalla de aguante, una que, el batallón de unicornios parecía estar a punto de perder.
"míralos, apenas y pueden acabar con uno de mis esbirros, que te hace creer que podrán derrotarlos, oh siquiera que pueden hacer algo en mi contra pequeñas escorias?" decía Moria a la capitana del escuadrón, quien seguía lanzando una gran cantidad de hechizos ofensivos en contra de la burbuja donde se encontraba Moria, haciendo que sus compañeros ganaran algo de tiempo para recuperarse y volver a la ofensiva junto a ella.
"no importa lo que cueste… te detendremos" decía Esmerald con gran furia en su mirada, lanzando una y otra vez hechizo tras hechizo para impedir que Moria pudiera moverse, sin saber, que era un ataque inefectivo.
"no me hagas reír, apenas y puedes mantenerte de pie, sé que quieres ganar tiempo para tus compañeros, pero-" con un mero movimiento de su mano, la burbuja de Moria explotó y lanzó devuelta cada hechizo por parte de Esmerald, haciendo que sus compañeros levantaran un nuevo escudo para defender únicamente a Esmerald, quien miraba incrédula la acción de la alicornio.
"imposible…" se decía a sí misma la unicornio al notar que no había ningún rasguño en el cuerpo de Moria, haciendo que esta riera al ver la desesperación de la unicornio.
"JAJAJAJAJA, NADA PUEDE DETENERME" decía llena de orgullo y seguridad Moria, pero, esta se detuvo al sentir algo extraño en el aire, algo que, por alguna razón, la perturbaba.
"quieres apostarlo?" dijo una voz masculina segundos antes de que un hechizo de gran poder impactara en el cuerpo de Moria, haciéndola retroceder y con una herida visible en su cuerpo, dejando a todos atónitos, pues hasta ahora, todo ataque había sido inefectivo.
"QUIEN HIZO ESTO, QUIEN DEMONIOS PUDO HACERME DAÑO" iracunda al igual que preocupada, Moria miraba a todos lados, tratando de encontrar el origen del ataque, pensando por un segundo que, quizá, solo quizás, Edrubain había intervenido, pero, sus sorpresa fue aún mayor cuando pudo ver una figura nueva, una que emanaba enorme poder, una que marcaba una nueva diferencia en la batalla y sobretodo, parecía ser el milagro que todos esperaban.
"eso es…"
"no puede ser…"
"por todos los cielos…"
Todos los presentes comenzaban a murmurar mientras la figura se abría paso entre las filas, haciendo que el corazón de todos se llenara de esperanza y fe, que la angustia que presionaba sus corazones se desvaneciera con cada aleteo de la majestuosa figura que plantaba cara a su enemiga mortal.
"es… una alicornio…" decía incrédula Esmerald al notar como aquella alicornio de color purpura miraba detenidamente a Moria, su cuerpo estaba compuesto por energía pura, sus ojos brillaban con una compasión y amor por todos los presentes, dejando ver una gran sabiduría detrás de ellos y en su mano llevaba un báculo cristalino, mismo que irradiaba energía infinita, su cuerpo estaba cubierto por un manto de color blanco que, aunque no lo pareciera, podría detener cualquier ataque, pero, lo que dejaba a todos asombrados, era la calma con la que avanzaba al campo de batalla.
"no… no…. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO" gritaba con desesperación Moria al saber que había perdido demasiado tiempo, y que ahora, debía pagar por ello.
"ESCUCHEN GUARDIA REAL, HAN LUCHADO VALIENTEMENTE EN CONTRA DE ESTA AMENAZA, HAN SACRIFICADO A MUCHOS POR SALVAR A NUESTRO PUEBLO, AHORA LES PIDO QUE ME DEN SU FUERZA PARA TERMINAR CON ESTA LOCURA" decía la alicornio con gran fuerza en su voz, misma fuerza que se volvía la de los guardias en el campo de batalla.
Todos los presentes miraban a aquella alicornio con gran veneración, sintiendo calma al escuchar las palabras de la que parecía su salvación, pero, sobre todo, sintiendo como sus fuerzas se regeneraban al estar tan cerca de esta encarnación de poder.
"MALDITA, TE MATARE, NADIE PUEDE POSEER EL PODER DE MI DIOSA" Moria se lanzó con gran rabia en contra de la alicornio, misma que levantó su báculo y lanzó otra esfera de energía en su contra, lanzándola lejos e hiriéndola gravemente, por su lado, la alicornio alzó su báculo encima de su cabeza y dio un grito de batalla que todos los presentes escucharon.
"DEFIENDANSE HASTA EL FINAL"
Con gran orgullo y valor, la guardia real soltó un grito propio, haciendo que la batalla volviera a tener otro giro, esta vez, dándoles la ventaja a los ponies, dejándoles saber que podrían ver un día más al final de todo.
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Manhorod parecía estar suspendida en el tiempo, podía notar como todo a su alrededor se iba deteniendo poco a poco mientras las gotas de sangre tocaban la tierra, goteando como si fuera un reloj que marcaba la hora del retorno de algo que era siniestro para algunos, incluso infernal, pero, que extrañamente, era venerado por muchos otros.
'contrólate….' Se decía a si misma Manhorod mientras sentía como los cambios sucedían dentro de su cuerpo, como aquel poder dormido por eones se hacía presente una vez más.
'concéntrate…' el primer cambio notable fue el tono de su piel, pues este tomó un tono azul, casi negro y a medida que avanzaba este cambio, otros más se abrían paso.
'no te pierdas…' su cabellera una vez atada, ahora se agitaba con facilidad como si un viento inexistente lo acariciara, incluso, haciendo que este creciera hasta llegar a sus tobillos, acariciando lentamente su cuerpo y dejándole sentir una sensación familiar, pero, olvidada por el tiempo mismo.
'recuerda quién eres…' sus orejas habían crecido algo, dándole la apariencia de una elfa, sus ojos cambiaron desde la esclera, dejando ver un profundo abismo de color rojo con algunas marcas carmesí recorriendo sus parpados.
'sobretodo… recuerda…' su una vez refinado vestido cambió por algo completamente revelador, pues, la carne se exponía de forma atrevida al usar únicamente algunos hilos en ciertas partes de su cuerpo, cubriendo modestamente las zonas privadas con algunos arreglos que, coincidentemente, parecían arañas cubriendo su cuerpo.
"ya no eres…' por último, sus manos se alzaron hacia enfrente, dejando que una gran cantidad de energía se acumulara sobre ellas, pero, extrañamente no solo energía se arremolinaba en sus manos, si no que unos hilos extraños de colores inimaginables parecían salir del mismo aire, como si fueran controlados por una fuerza extraña que ataba sus manos en un arcoíris nunca antes visto.
'una de ellas…' con un grito sacado del infierno mismo, Manhorod separó ambas manos, dejando que en cada una de ellas se quedara una gran cantidad de hilos que parecían alterar todo a su alrededor, como si la misma tela del universo estuviera en sus manos.
Una vez que todos sus cambios llegaron al final, Manhorod levantó la cabeza con una calma que parecía antinatural, observando lentamente sus manos y los hilos que tenía en ellas, trayéndole miles y miles de recuerdos de la última vez que utilizó estos mismos hilos para crear y destruir a su antojo, haciéndola sentir el poder, haciéndola sentir nuevamente su divinidad, dejándola cuestionándose, porque estaba aquí? Porque estaba ayudando a estos mortales nuevamente? Porque debía gastar su tiempo con meras banalidades como eran los asuntos de los mortales y dioses menores? Debería-
'basta…' ese pensamiento puso un freno a todo lo que estaba pensando en aquel momento, pues, en un momento de fuerza de voluntad, Manhorod volteó hacia arriba, observando nuevamente la encarnizada batalla que se libraba justo enfrente de ella, mirando como Edrubain seguía atacando sin reserva, como seguía siendo masacrado una y otra vez por Selene, quien reía a carcajadas usando el cuerpo de la amiga de Edrubain, misma amiga por la cual él estaba sufriendo tanto, la razón, por la cual ahora había perdido el control, y que ahora, ella era la única que mantenía el control sobre todo.
'Edrubain… es… por Edrubain… por él fue quien retomé esta forma… por él… debo… luchar nuevamente… no volveré a fallarle'
Acostumbrándose devuelta a su cuerpo celestial, Manhorod dio sus primeros pasos hacia enfrente, sintiendo como una gran carga se posaba sobre ella cada vez que siquiera movía un dedo, pero, sabía que tenía tiempo, después de todo, ella lo controlaba, al igual que podía controlar todo como lo había hecho antes.
"querías jugar no Selene?" Decía Manhorod con una sonrisa sádica, una sonrisa que prometía dolor y agonía a quien le hizo tomar esta alternativa, misma que disfrutaría hasta el fin de la batalla.
"bien…. JUGUEMOS"
YYYYYYYYYYYY CORTEN, vaya, si se está poniendo bueno esto no? además, ahora sabemos el porque del odio de Selene, al igual que la historia detrás de los elementos, díganme, alguien se esperaba eso?
Por cierto, quiero agradecer a jorgemv1986 por sus reseñas, si no fuera por él, no hubiera seguido esta historia desde la saga de los grifos, al final, me dejó saber que la historia era de su agrado y eso me impulsó a seguir, pequeño dato curioso, apenas pensaba en dejar la historia como estaba por falta de inspiración, pero, al volver a leer sus comentarios, me dio impulso a volver a escribir, así que, gracias bro, de igual forma, gracias a todos por seguir leyendo mi historia y a quienes le dieron favorito y seguir, y como recompensa por esperarme tanto, les dejo un capítulo algo largo y les daré a todos una galleta por agradecimiento, sin más preámbulos, dentro de poco les traeré lo que comenzará a ser el desenlace de esta saga.
"POR FIN, YA ERA HORA MORTAL"
…Tu otra vez? Te dije que debías-
"COMO TE ATREVEZ A LEVANTARLE LA VOZ A UNA DEIDAD ESCORIA, DEBERÍA-"
Espera… esas son migajas de galleta?
"… NO PUEDES PROBAR NADA HUMANO, AHORA, VE Y COMPRA MÁS DE ESAS GALLETAS, TE LO EXIGO"
…. Ugh… Silver fuera.
Pd. Perdón por las galletas, se las debo XD.
