29. Los ships

El añorado

Matsuri arrojó el libreto al estómago de Gaara, quien estaba cómodamente recostado en el sofá mirando una película en la televisión.

—¡Hey! ¿Qué es esto? —preguntó el chico tomando el guion y sentándose en el sofá.

—Isao me consiguió una audición para una nueva serie de Textflix pero no me gusta la entonación de mis líneas ¿me ayudas? Por favooooooor —dijo Matsuri alargando la O innecesariamente.

Gaara miro el guion que le habían entregado y lo miró rápidamente por encima—. ¿Escuela secundaria? —dijo con curiosidad al leer un fragmento.

—Mjm, necesitaban una chica de baja estatura que pudiera hacer algunas escenas fuertes —respondió ella.

—¿Escenas fuertes? —preguntó Gaara ligeramente escéptico.

—Se trata de una serie policiaca y de misterio. La verdad suena muy prometedora y me gustaría salir de las series románticas —respondió ella.

Gaara asintió mientras se ponía de pie y besaba la frente de su novia—. Me parece genial. Bueno, ensayemos.

Gaara se aclaró la garganta para comenzar a ensayar—. "Estamos rodeados. Nos van a atrapar, lo mejor sería entregarnos

—"No" —respondió Matsuri tajantemente.

Gaara negó suavemente—. Con más fuerza, pero en bajo volumen, que se vea amenazador, tú llevas el control de la escena.

Matsuri asintió y repitió—. "¡No!" —susurró con decisión y recibió una mirada de aprobación.

—"Quizá podamos distraerlos" —sugirió el chico.

—"¡Shhh! Los policías están subiendo" —respondió Matsuri a manera de orden y Gaara asintió suavemente sin salir de su personaje.

Ambos fingieron escuchar—. "No, no estamos atrapados… sígueme"

—Más fuerza en esa línea, Mat. Estás dando una orden —pidió Gaara.

—"No estamos atrapados… ¡sígueme!" —dijo con decisión mientras sostenía la mirada a su coprotagonista.

—¡Eso!, estuvo muy bien. Seguro obtendrás el papel—dijo Gaara.

—Gracias, sensei —respondió ella juguetonamente.

—Hace años no me llamabas así —apuntó el chico mientras tomaba a la chica por la cintura y la acercaba a él.

—Sen-sei —susurró ella con una linda sonrisa que lo derritió por completo. Gaara acarició con suavidad el cabello de la chica mientras la besaba suavemente.

—Estaba pensando en una loca idea —susurró él sin dejar de mirarla.

Matsuri levantó una ceja—. ¿Tú? ¿Una loca idea? ¿En serio?

—¡Oye! —reprochó Gaara besándola una vez más—. Yo también puedo tener ideas locas de vez en cuando.

Matsuri rio—. Cuéntame, entonces. ¿Vas a pedirme matrimonio? —pregunto riendo, pero calló de inmediato al ver la cara de seriedad de Gaara—. ¿Bromeas, no? ¡Somos muy jóvenes para casarnos! —pero Gaara no se rio—. ¡Gaara deja de bromear! —pidió ella.

Gaara rio—. ¿Quieres vivir aquí? —preguntó.

Matsuri rio—. Me encantaría… pero Izumi te matará.

Gaara sonrió—. Estoy seguro de que tiene una conversación muy parecida con Itachi en este momento.

Gaara la tomó por la cintura para levantarla unos centímetros del piso y ella lo abrazó con por el cuello—. Sensei… —susurró ella y esa pequeña palabra terminó por desarmar al pelirrojo.

—Te amo —susurró Gaara mientras cerraba los ojos para perderse entre los besos y las caricias de Matsuri.

El trágico

—¿Procederás legalmente? ¿Eiji Love se ha contactado contigo? ¿Temes alguna represalia ya que Love es parte de los inversionistas de Shippuden? ¿Has sufrido alguna amenaza por parte de la empresa? —gritaban los reporteros mientras Neji se mantenía calmado frente a las cámaras.

El silencio de Neji desconcertó a los reporteros quienes, pasados unos minutos de preguntas sin respuesta guardaron silencio y entonces, Neji sonrió suavemente y comenzó a hablar—. No he recibido ningún tipo de amenaza —dijo suavemente—, tampoco he recibido llamada alguna de la empresa LOVE —los reporteros volvieron a lanzar preguntas, pero Neji no respondió hasta que volvieron a callarse—. Tengo fe en que la empresa aceptará su responsabilidad y modificará la peligrosa fórmula que utiliza, no por mí… sino por todas las personas que han salido a dar su testimonio, por todas las mujeres, hombres y niños que confían en su trabajo.

—¿Procederás legalmente? —gritó un reportero por encima de los demás.

Neji observó al hombre—. Espero las acciones voluntarias de la empresa antes de tomar cualquier acción —respondió mientras se inclinaba ligeramente dando por terminada la clandestina entrevista y antes de subir a su carro.

—Y esas fueron las palabras de Neji. Sinceramente, yo me pregunto ¿Cuándo darán la cara los Love? Un tibio mensaje en redes no es suficiente para remediar el mal que han hecho —dijo Amaya en su programa de EChannel.

Neji apagó el televisor y jugó con el control entre las manos. Su plan estaba saliendo bien, pero él se sentía vacío.

—Cuando vean que tu personaje murió los fans terminarán de enterrar a la empresa, no será difícil de conectar —dijo Tenten, quien apareció en el umbral de la puerta—. ¿Crees que Eiji llame?

Neji la miró—. No, y la verdad es que su silencio me está poniendo nervioso —respondió con sinceridad porque no se sentía con fuerza para pelear.

Neji dejó el control de la televisión y salió al patio central de su ahora casa. Después de algunas semanas de deliberación entre vivir en el departamento de Neji o la casa de Tenten un argumento de ella ganó definitivamente; espacio para jugar. La casa de Tenten tenía un bellísimo jardín que el departamento de Neji jamás podría ofrecer. Aun así, habían hecho algunas modificaciones a la fachada que incluía levantar la barda casi un metro y cambiar las puertas externas por materiales más duros y seguros.

Su nuevo hogar no le disgustaba en lo absoluto, pero desde que había filmado su muerte no tenía ganas de salir, cambiarse el pijama o hacer ejercicio.

Por su parte, Tenten había mantenido sus emociones en calma durante todos esos días y le había dado a Neji espacio suficiente para acostumbrarse a su nueva vida o al menos para procesar la pérdida de su vida anterior.

—Necesito preguntarte algo —dijo Tenten suavemente mientras ambos se sentaban en la banquita de madera debajo del árbol de su patio.

—¿Es muy urgente, princesa? —preguntó Neji mirando al cielo—. No estoy de buen humor.

Tenten sacó del bolsillo de su pantalón el papel que había recibido de la extraña mujer—. Lo he pospuesto algunos días y creo que es importante.

Neji recibió el papel y de inmediato frunció el ceño—. ¿Quién te dio esto?

—Una mujer, el día que estuviste en el hospital. Mencionó que Haruko y los niños necesitaba tu ayuda —la chica suspiró—. Quiero… confiar en ti… ¿de qué se trata esto?

Neji miró a la chica, quien estaba al borde de las lágrimas y el corazón se le encogió, así que la abrazó con fuerza—. Oye, no llores.

Tenten sonrió tímidamente—. Solo, dime de que se trata.

Neji susurró—. Seguro solo quiere más dinero.

Tenten rompió el abrazo para mirarlo fijamente—. ¿Quién es Haruko y los niños?

Neji dejó escapar un suspiro—. No pienses cosas raras —pidió él limpiando las lágrimas en del rostro de la chica—. La madre de Hinata y los mocosos… ni siquiera sé cuántos son en este momento, no me importa.

—¿Por qué te pide dinero? —pregunto Tenten.

Neji se encogió de hombros—. Es el acuerdo al que llegué con ella, dinero a cambio de que se aleje. No es un problema, Tenten. Quizá solo quiere unas vacaciones y está como loca porque no le alcanza con la mensualidad que recibe.

Tenten frunció el ceño—. No comprendo ¿por qué le pagas tú y no Hinata?

Neji se frotó la sien con la yema de los dedos—. No lo sé, es el trato al que llegamos. Le llamaré más tarde y veré que quiere. No quiero pelear más. Por favor, princesa.

Pero Tenten había cambiado de parecer—. Esa mujer es horrible, no permitiré que siga robándote dinero —dijo poniéndose de pie—. Y harías bien en dejar de proteger a Hinata siempre, ella también ya es grande.

—No hagas un problema de esto, Tenten —pidió Neji con poca fuerza y sin despegar la vista del cielo.

Tenten frunció el ceño—. ¿Por qué te estas rindiendo? —preguntó ella tomando la cara de Neji entre sus dos manos para obligarlo a verle—. Tú no eres así. Sé que lo que te hicieron fue horrible —esta vez fue Tenten quien limpió las lágrimas que bajaban por las mejillas del chico—, pero si tú no puedes luchar… yo no voy a dejar que te pasen por encima.

—Tenten… —sonrió—, gracias.

—¿Lo olvidaste? —susurró ella mientras ponía su frente contra la de él—, somos el mejor equipo.

Él sonrió suavemente mientras la besaba y como ella tenía ojos cerrados Neji pudo al fin llorar.

El funcional

—¡Trampa! —gritó Temari dejando el control de videojuego sobre la mesa.

—Estrategia —replicó Shikamaru.

—Se llama trampa —Temari dio un ligero codazo al chico.

—¿Y cuál es la diferencia? —preguntó Shikamaru riendo.

—La intención —replicó la rubia.

Shikamaru giró la cabeza hacia el área de la cocina donde Erwin comía unas papitas mientras veía el juego—. ¿Tú qué dices? ¿Trampa o estrategia?

Erwin devoró su papita y rio—. Estrategia, definitivamente.

Temari levantó los brazos, derrotada y fue hacia la cocina—. Ustedes dos siempre se ponen de acuerdo para no darme la razón.

Shikamaru asintió mientras apagaba la consola y guardaba los controles—. Por supuesto mujer, es imposible ganarte sin trampa.

—¡Shikamaru! —gritó Temari riendo—. Que malísima estrategia —tomó un vaso de jugo y agarró el celular—. ¿Qué van a querer de cenar hoy? —preguntó—. Tenemos de opciones: pizza, pasta, empanadas, quizá unos sándwiches.

—¡Pizza! — respondieron los dos hombres al mismo tiempo.

—Bueno, la pediré —dijo Temari marcando el número, pero Erwin agitó la mano frente a ella.

Nein, nein, nein, nein —dijo—. Iré yo por ella.

Shikamaru levantó una ceja—. Hace años existe el delivery.

Erwin asintió, aun así, se dirigió por su chamarra para salir de casa—. Lo sé, pero yo quiero tiempo lejos de ustedes y ustedes quieren tiempo lejos de mí. Volveré en 45 minutos.

Temari sonrió desde la barra de la cocina—. ¿Sabes pedir una pizza?

—Por supuesto… y en caso de que no pueda, existe el traductor del celular —dijo antes de cerrar la puerta detrás de sí.

—Bueno —dijo Temari levantando una ceja—. Tenemos 45 minutos.

Shikamaru rio mientras tomaba de la mano a la chica y la llevaba hacia el sofá. Una vez ahí, ella se sentó sobre él pasado sus piernas a sus costados y él la abrazó por la cintura.

—Hace rato no estábamos solos ¿he? —preguntó él mientras hacia la cabeza hacia atrás. Shikamaru reprimió un gemido cuando la chica pasó la lengua por su cuello y le dio pequeñas mordidas—. Amo cuando haces eso —susurró.

Por su parte, Temari disfrutaba de las caricias del chico subiendo por sus muslos.

—¿Te he dicho que me encantas? —preguntó él mientras acariciaba la cintura de Temari por debajo de su blusa—. Eres la más guapa del mundo.

Temari mordió el cuello de Shikamaru—. Solo lo dices porque soy la única que te soporta.

Shikamaru rio—. Eso es cierto, pero también eres la más guapa del mundo— Temari recargó su mentón sobre el hombro del chico y él la miró fijamente—. Tus ojos son bellísimos ¿te lo había dicho?

Temari negó—. No, jamás.

Shikamaru sonrió—. También tienes la sonrisa más linda del mundo. Yo no sé qué hice para merecerte —volvió a besarla—. ¿Sabías que me gustaste desde el primer día que ti vi?

—¿Ah sí? —preguntó con algo de incredulidad.

Shikamaru volvió a acariciar las piernas de la chica y ni se molestó en ocultar su ligero sonrojo—. Recuerdo cuando te vi por el pasillo la primera vez, estabas triste porque tuviste que cortarte el cabello para lograr el peinado.

—Un momento horrible —interrumpió Temari—. Me dijiste que "no se veía tan mal".

Shikamaru asintió—. Era verdad, te veías muy linda. Fuiste la primera chica en la que me fije.

—¿La primera? —preguntó ella riendo.

—La única —corrigió el chico mientras acariciaba el rostro de la rubia—. Lamento todo lo que te hice pasar y prometo esforzarse cada día para no decepcionarte.

Temari sonrió—. Te has vuelto un gran hombre.

Shikamaru no pudo contener una enorme expresión de orgullo al escuchar aquellas palabras, y besó a la chica con fuerza. Ella por su parte esperaba utilizar los treinta minutos restantes de otra forma así que intensificó el ritmo del beso y al ver que Shikamaru no se resistía continuó por besar sus hombros y deshacerse de la camisa del chico.

—Que valga cada minuto —susurró él.

—Que valga cada minuto —repitió ella.

El tóxico

—¿Qué haces aquí? —preguntó Sakura al bajar del auto y cerrar la puerta de este con muchísima fuerza.

Sasuke se levantó del escalón que llevaba a la puerta peatonal de la casa de Sakura—. No respondes mis mensajes.

—No quiero hablar contigo, imbécil —respondió ella cruzándose de brazos—. ¿Tan difícil es de comprender?

Sasuke guardó silencio.

—Ya es suficiente con tener que verte la cara en el trabajo, además quieres que te responda los fines de semana. ¡Déjame en paz, Sasuke! —gritó ella.

—¡No! —gritó él dando un paso al frente, pero Sasuke no se inmutó—. Te digo que tenemos que hablar.

—¡No tenemos nada de qué hablar! Ya dejaste bien claro qué clase de persona eres —respondió ella.

—¿Crees que no lo sé? —dijo él—. ¿Crees que no me miro al espejo y veo la cara de idiota que tengo?

—No, sinceramente, creo que el espejo se rompe al ver la cara de imbécil que tienes —respondió ella cruzándose de brazos.

—Sakura…

—Sasuke… —repitió ella a manera de burla—. No quiero saber nada más de ti. Voy a terminar la maldita campaña solo por nuestros amigos, porque se los prometí. Voy a grabar las escenas que tenga que compartir contigo solo porque tengo un estúpido contrato y voy a dirigirte la palabra lo mínimo indispensable porque al menos yo tengo modales.

Sasuke frunció el ceño—. ¡Escúchame una vez, maldita sea! ¿Es tanto pedir?

Sakura caminó hacia él y apuntó con su dedo índice en el pecho de Sasuke—. ¿Escucharte? ¿A ti? ¿Con qué cara vienes a pedirme eso? ¿Qué voy a escuchar? ¿Mentiras y promesas vacías?

Sasuke cruzó miradas con Sakura, la primera vez que lograba hacer contacto visual con ella desde su separación.

—No tienes que preocuparte más por las fotografías del acosador… fue Karin quien las tomó para molestarte… o molestarme a mí, no estoy seguro. Como sea, es un problema menos —habló Sasuke serenamente.

—¿Molestarnos?

Sasuke se encogió de hombros—. Estaba celosa de ti.

Sakura frunció el ceño—. ¿Celosa de mí? ¿Por qué tendría que estarlo? Dejaste bien en claro a quien preferías.

Sasuke tomó un momento extra para observar los ojos verdes de la chica pues sabía que quizá no volvería a tener el privilegió de mirarla a tan poca distancia.

El chico sonrió suavemente—. Porque parece que todo el mundo entiende mis sentimientos mejor que yo mismo.

Sakura guardó silencio mientras lo miraba alejarse y cuando al fin el chico se perdió de vista por la pendiente de la colina la pelirosa pudo apretar los puños y gritar con frustración.

El controversial

—Bueno, debe ser verdad… Itachi insinuó que tuvo una conversación con Karin hace unos días, además está viviendo con Gaara ¿sabías? —dijo Naruto.

Sakura frunció el ceño—. ¿Vive con Gaara? No tenía ni idea.

Naruto se encogió de hombros—. Bueno, no digo que hables con él, pero quizá puedas solo escucharlo —respondió.

—No, no entiendes Naruto. Si habló con él terminaré por perdonarlo y no quiero… me hizo sentir como una idiota paseándome con esa sonrisa falsa —respondió Sakura.

—Comprendo, pero… bueno, no tiene excusa. La verdad es que es un idiota —suspiró—, pero creo que cuando estaban juntos ambos eran felices.

—¡Era una mentira!

—Oh, no lo sé Sakura. Yo solo te digo lo que vi —sonrió suavemente—. Toma un té y duerme un poco, seguro un buen sueño podrá aclararte un poco las ideas.

—Tienes razón —suspiró ella—, te hablaré mañana. Salúdame a Hinata.

—Lo haré, lo haré. Te queremos —respondió Naruto y Sakura colgó el teléfono.

Naruto dejó el celular en el pequeño buró a su lado mientras Hinata entraba a la cama. La chica soltó un enorme bostezo y se acurrucó entre los brazos del chico.

—¿Qué sucede con Sakura? —preguntó en el medio de otro bostezo.

—Sasuke fue a verla, no salió bien —beso la frente de la chica—. ¿Quieres ver una película o prefieres dormir?

—Preferiría dormir ¿está bien? —preguntó.

—Por supuesto, tuviste un día de trabajo duro —respondió él y apenas terminó la frase la chica cerró los ojos y se durmió.

Naruto aprovechó el sueño de la chica para mirarla fijamente y se encontró sonriendo como un idiota. Le gustaba todo de ella, su cabello, su piel, su sonrisa, sus ojos, sus manos, su personalidad, su voz…

Retiró la vista de ella, pero continuó acariciando sus hombros mientras miraba la televisión. Dentro de ello pescó el programa de Kiu, Night Show, pero le extrañó que esa noche no hubiera invitado especial a quien le hiciera entrevista.

—¿Disfrutaron de nuestro gran invitado Yamato? —dijo Kiu y el público aplaudió—. Quizá se pregunten por qué no nos acompañó toda la noche. Yamato es una persona muy muy ocupada.

El público exclamó un gran "awwww".

—Pero que eso no los desanime, Yamato me envió algunas fotografías del set de SHIPPUDEN para compartir con ustedes ¿Quieren verlas? —preguntó Kiu alegremente.

—¡SÍÍÍÍÍ! —gritó la audiencia.

—¡Vamos a correrlas! —las imágenes comenzaron a aparecer en la pantalla detrás de Kiu y en la televisión con mejor definición.

"AAAWWWW" volvió a soltar la audiencia al ver una fotografía de Yamato con Sasuke.

—Producción, queremos la siguiente fotografía —dijo Kiu a lo que el público vitoreo.

Sin embargo, cuando la siguiente fotografía apreció en pantalla el público enmudeció un segundo y luego empezaron a susurrar.

—¡Quiten eso! —gritó Kui—. ¡Producción dije que lo quiten! —grito realmente molesto.

Pero al pasar a la siguiente fotografía el contenido no fue mejor

Naruto miraba la escena desde su cama con la boca abierta. No podía creer lo que estaba mirando.

Todo se había arruinado y el silencio de la habitación lo abrumaba por completo.

—Hinata, Hinata —llamó para despertarla—. Hinata, despierta —la chica abrió los ojos lentamente, pero al ver los ojos vidriosos del chico ella se incorporó de inmediato—. Mira la televisión —dijo con voz quebrada.

Hinata volteo la mirada hacia el Night Show—. No puede ser…

El imposible

Ino giró en la cama y Kiba la abrazó con fuerza disfrutando el dulce olor del cabello de la chica— ¿Tuviste un buen sueño? —preguntó él sonriendo.

Ino asintió—. Mjm, mjm… siento que dormí dos días —respondió acurrucándose en los brazos de su novio—. Que buen clima hace en este país —dijo sonriendo—. ¿Te trajeron los pasaportes?

Kiba asintió—. Sí, hace unas horas.

Ino levantó la vista hacia Kiba—. ¿Por qué no me despertaste?

Kiba se encogió de hombros—. No había necesidad y te veías muy linda durmiendo.

Esta vez Ino no sonrió y Kiba supo que la chica no estaba para bromas—. ¿Cómo lo haces? Todo esto… tus acciones siempre están al límite de la legalidad y resuelves cosas con recursos que los otros chicos no tienen.

Kiba frunció el ceño ligeramente—. ¿Realmente quieres saber? —Ino asintió—. Sería un punto de no retorno —dijo abrazándola—, no podrás escapar de mí si te lo digo —agrego riendo.

Ino levantó una ceja—. Deja de bromear, Kiba.

Kiba suspiró y volvió a tomar una actitud seria y tranquila—. No es nada del otro mundo, pero quizá no te gusten esos barrios.

Ino le sostuvo la mirada—. Puedo manejarlo, pero si me dices no hay retorno —le regaló una ligera sonrisa—. Me gustaría saber si soy una chica más que pasea en moto contigo o somos algo real.

Kiba torció la sonrisa pues el comentario no le había gustado.

—No me mal entiendas —dijo ella—, si somos algo pasajero está bien, pero me gustaría saberlo para no ilusionarme más de lo debido.

Kiba meditó un segundo mientras veía la ventana detrás de su novia. El mar estaba en calma y el sol estaba por llegar a su punto más alto—. Es gracias a mi tío, trabaja en los barrios bajos de Yokoma y no, no me mires así no trafica drogas… está en el mundo de la piratería.

—¿Es quien vende copias ilegales de nuestros productos? —preguntó Ino.

—Entre muchísimas otras cosas. Tiene contactos en todo el mundo porque hace muy buenas imitaciones y a cambio… a veces se pueden cobrar algunos favores, como pasaportes falsos o guardaespaldas no registrados por la empresa —Kiba dijo todo esto sin mirarla pues no estaba seguro de cómo lo tomaría la rubia.

—¿Qué hay de los hackers? ¿Esos también son de tu tío? —preguntó ella.

Kiba suspiró—. No —respondió sinceramente—, a ellos los contraté yo hace algunos años para proteger los sistemas de información de OceanS pero rápidamente me di cuenta que algunos de ellos se prestaban para ayudarme en otros negocios como entrar al sistema de Love o a las cámaras del edificio de Kama.

Ino meditó su respuesta— ¿Lo dejarías de hacer? ¿Dejarías de tener contacto con ese mundo si te lo pidiera?

Kiba bajo la mirada para ver directamente los azules ojos de Ino, meditó unos segundos y negó suavemente—. No, no lo haría —Ino no se exaltó, respiró profundamente y esperó en silencio. Kiba acarició su cabello—. Alguien tiene que ensuciarse las manos un poco, si debo meter las manos al fango por ellos o por ti, lo haré. No puedo cortar comunicación con mis contactos porque nos han sacado de muchos aprietos.

Ino asintió—. Entiendo —y guardo silencio durante un rato, finalmente volvió a hablar—. Hinata ¿aún te gusta ella?

—¿Qué clase de pregunta es esa? —dijo Kiba mucho más relajado.

—Responde —pidió Ino con igual seriedad que hace un momento.

—No, esa es historia vieja.

—¿Seguro, seguro, seguro? —pregunto ella.

—Seguro.

Ino volvió a guardar silencio—. Entonces… ¿ya estamos en el punto de no retorno? —dijo sonriendo.

Kiba la beso suavemente mientras la estrujaba contra sí—. Parece que me atrapaste —susurró antes de volver a besarla.

—Hay que irnos o se hará tarde —dijo Ino.

—Unos minutos más —pidió Kiba mientras volvía a besarla, Ino no se resistió.

Pasados unos minutos ambos se levantaron de la cama, comieron algo ligero, Ino ocultó su cabello real debajo de una peluca castaña y Kiba se volvió pelirrojo. Tomaron los pasaportes falsos y abordaron un taxi hacia una zona exclusiva de Cancún, México.

Un hombre de traje blanco ya lo esperaba en la entrada de "El Sol", los saludó dándoles la mano y los dirigió dentro del asilo que se anunciaba como un resort para gente mayor.

—Mi abuelo siempre quiso pasar sus días de retiro frente a la playa en un clima tan idóneo como México —dijo Kiba caminando junto al enfermero.

—Aquí encontrarán todo lo que necesite su padre. De primera clase, por supuesto —dijo el hombre mientras se dirigían hacia el patio que llegaba directamente a la playa.

Ino observó a los grupos de personas, en la playa frente al mar un grupo de mujeres practicaba yoga y en la alberca otro grupo practicaba aqua aerobics. Un poco más lejos otro grupo de ancianos chapoteaban con tranquilidad en la parte somera del océano. Ino observó el rostro de todos mientras Kiba distraía al enfermero, pero no encontró a quien buscaba.

El enfermero terminó de explicar las instalaciones de esa área y los condujo dentro del edificio hacia la cafetería que más bien parecía un restaurante cinco estrellas con vista al mar.

De nuevo Kiba realizó preguntas rutinarias que mantuvieron entretenido al joven mientras Ino realizaba su inspección. Con todas sus fuerzas reprimió su sonrisa de triunfo al encontrarlo.

Se encontraba sentado en una silla de ruedas mirando hacia el azul océano. Kiba y el enfermero se alejaron e Ino aprovechó para tomar disimuladamente unas fotografías al hombre en la silla.

Aunque no estaba en el plan Ino supo que con el enfermero distraído aquello sería una ocasión única así que se acercó al hombre de la silla grabando disimuladamente con el teléfono—. Hello —dijo suavemente pero el hombre no volteo a mirarla.

Entonces Ino se arrodillo frente a él y tomó su brazo suavemente—. Hello, Tadashi-san —susurró.

El hombre, que no era tan anciano como el promedio del asilo miró a Ino con la vista perdida.

—Tadashi-san, ¿se encuentra bien? —preguntó en su lengua materna.

El idioma debió activar algo en el confundido hombre porque parpadeó varias y con esfuerzo fijó la vista en Ino.

—¿Vienes a saquearme de aquí? —susurró el hombre y a Ino le pareció que sonaba asustado y que no podía controlar del todo su lenguaje.

—¿Quiere salir de aquí? —preguntó Ino en un susurro apenas audible para el hombre.

Tadashi Love asintió suavemente—. Ella no me dejan irme…

—¿Los enfermeros? —preguntó Ino.

Tadashi negó—. Ellos… ella, ella… Hisa.

Ino asintió—. Tranquilo señor Tadashi… haré lo posible.

Kiba no pudo ganar más tiempo distrayendo al enfermero así que Ino se puso de pie y se alejó unos pasos de Tadashi Love, quien se había dado por vencido al medicamento otra vez y volvía a mirar profundamente al océano.

—Creo que a tu abuelo le encantará la vista al mar de este restaurante —dijo Ino señalando la ventana por la que miraba Tadashi Love.

El enfermero sonrió—. Oh sí, la vista de este restaurante es privilegiada. Síganme por aquí… les mostraré las habitaciones.

Antes de salir de la cafetería Ino hecho un último vistazo al señor Tadashi quien ni siquiera notaba que había más gente en aquella habitación.

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Hey hoooolaaaaa. Lunes aún.

Espero les haya gustado el cap, espero haber creado un buen momento para todos los ships :3 un momento de paz antes de la tormenta que se les viene a todos jajaja que ya vimos un poco de lo que viene en las secciones de NaruHina y KibaIno.

Sango, anotada tu sugerencia para el podcast de Ichigo.

Sachiko, gracias por ser el comentario 150 :D

Dos anuncios 1) Me estoy esforzando mucho en el siguiente capítulo porque es el aniversario del fic y es un pequeño homenaje a todos ustedes que me han acompañado en esta catárquica experiencia :D

2) Este jueves es mi cumpleaños, que vieja estoy xD, realmente nunca me ha gustado celebrar mis cumpleaños pero creo que este año todos deberíamos valorar nuestras vueltas al sol. We Survived 2020. Así que si pronto será su cumple que no les de pena decirlo jajaja no puedo hacer mucho más que felicitarlos pero lo haré con gusto. WE SURVIVED.

PD: Jajaja Joss porfa reportate que me preocupa cuando ustedes que son tan constante desaparecen O.O

Nos leemos la siguiente semana.