Esta vez, no comentaré nada, porque no tengo cara para disculparme por el inmenso retraso que ha tenido la publicación de este capítulo. En realidad, ganas de esconderme debajo de una roca en el fondo del mar no me hacen falta, pero luego recuerdo que tendría de vecino a Calamardo y me abstengo un poco. En fin... muchas gracias por la paciencia y de verdad espero que hayen en sus corazones la voluntad para perdonarme por haberles hecho algo así... fue casi un año... pero finalmente helo aquí.
En México, hoy 30 de Abril celebramos el día del niño, así que me esforcé por publicar esto hoy. Este es mi regalo para el niño que todos llevamos en nuestros corazones y que creció con estas increíbles caricaturas noventeras.
Disclaimmer: Hey Arnold no me pertenece, es propiedad de Craig Barttlet. Yo sólo escribo sobre ellos sin ánimo de lucro.
En cuanto las puertas de la entrada al condominio se cerraron, Helga sintió que alguien la golpeaba en la nuca con demasiada fuerza para considerarse como algo amistoso, y al girarse, lista para desmembrar a quien osara tratarla así, se dio de bruces con su antigua mejor amiga.
-Criminal, hermana. Tienes la mano pesada- adolorida, tuvo que tragarse todo el coraje que despertó en ella su atrevimiento, más que nada porque las palabras que se habían dedicado la una a la otra seguían demasiado presentes en su mente.
-Deja de distraerte con cualquier cosa- replicó la oriental, cruzándose de brazos –si ganamos esto… ese vídeo desaparecerá… Más te vale que hablaras en serio cuando aseguraste que vencerías a Rhonda- la riñó, como si de su madre se tratara. La rubia bufó, colocándose en una postura similar, molesta de que pusiera en duda sus intenciones. Los Pataki tenían un sentido de competitividad que daba miedo, y Helga era, quizás, la peor de ellos, por supuesto que iba a derrotar a esa niñita mimada; era un hecho que no debería ponerse en duda, la ofendían esas palabras.
-No peleen- pidió la dulce voz de Lila –es navidad- Helga la arremedó repitiendo la frase –Deberíamos tener un espíritu más festivo-Melissa se quejó, cómo querían que disfrutara de la navidad en medio de toda esa tensión y estando en el mismo equipo que Helga y Phoebe.
-Sí, claro. Porque no hay nada más festivo que dispararse pintura en un fraccionamiento abandonado – exclamó, sintiendo que su corazón se le saldría del pecho en cualquier momento… su vida se había complicado enormemente en un lapso irrisoriamente corto.
- ¡Oh, vamos! ¿Lo que estamos a punto de hacer no les suena como lo más genial del mundo? Y ustedes se comportan como si su drama personal fuera más importante- refunfuñó Timberly –Se los digo yo que soy su hermana, Gerald no vale la pena- escucharlo de una segunda persona ese día hizo a la rubia respingar en su lugar. Comenzaba a creer que no dejaría de oír el nombre del moreno en todo el día, y ella que se había propuesto olvidarse del chico.
-Como sea… para bien o para mal, estamos en el mismo equipo- intervino Nadine en la conversación – y no sé ustedes, pero yo tengo algunas razones de sobra para dispararle a un par de personas en el otro equipo- la rubia estiró su brazo al frente, abriendo sus dedos con la palma mirando hacia el suelo - ¿Quién está conmigo? – Lila se apresuró a colocar su mano sobre la de su mejor amiga, seguida casi de inmediato por Sheena que sólo comentó un "Yo también quiero ayudar a Phoebe", haciendo sonreír a la oriental, que se unió al accionar de su equipo.
Sasha miró de reojo a Timberly, sintiéndose nerviosa de pronto, se imaginó perdiéndose entre los edificios abandonados, separándose inevitablemente del grupo por una ráfaga de disparos especialmente copiosa… La soledad que las envolvería como un manto cálido en medio de esa insistente nevada, una perdiéndose en la mirada de la otra. Sonrojada hasta lo indecible, unió su mano al grupo de chicas, sólo por disimular el rumbo que habían tomado sus pensamientos.
-Yo fui quien les dijo que había que divertirse- expresó la morena rodando los ojos y haciendo contacto con la mano de su canadiense amiga, enrojeciéndola más si eso era posible.
Melissa colocó su mano con una sonrisa nerviosa en el rostro.
-Soy muy mala en esto- se lamentó, mirando a Helga con una disculpa en sus ojos que tenía un significado más profundo que lo que dejaba ver la superficie. La rubia de piel bronceada le sonrió conciliadora.
-En realidad sólo intento quitar la tensión del ambiente- comentó Nadine, en tono de disculpa –realmente no tenemos oportunidad contra el equipo de Rhonda- escucharla decir eso, hizo reaccionar a Helga de manera defensiva.
- ¿Y yo qué? ¿Estoy pintada? Soy muy buena en esto y seguramente habrá algo que ustedes puedan hacer-Al escucharla, las chicas dejaron caer sus brazos, sintiéndose un poco tontas por haber iniciado ese saludo de equipo. Park puso los ojos en blanco.
- ¿Terminó su charla motivacional nuestra capitana? –Pataki al menos tuvo la decencia de sonrojarse avergonzada al escuchar la sarcástica pregunta, pero antes de tener la oportunidad de salvaguardar su orgullo como líder de ese equipo, su hermana terminó de arruinar sus esperanzas… para variar un poco.
-¡Qué suerte Hermanita Bebé! Podré jugar contigo todo el día como cuando venías a mi habitación rogando que te peinara y fingiéramos tener una fiesta del té con mis muñecas- exclamó la rubia, lanzándose a abrazar a la menor y frotando su mejilla contra la de su hermana.
-¡Criminal, Olga! Deberías ir a revisarte la cabeza, eso nunca pasó- mientras Helga intentaba liberarse del abrazo de la mayor, el resto las observaba sintiendo cómo su respeto por su capitana se desvanecía sin que pudieran o quisieran hacer nada... ¿Esa era la misma chica que los atemorizaba durante sus años en primaria?
Eugene se acercó al grupo para indicarles que el tiempo de ventaja del otro equipo casi terminaba, creando una distracción suficiente para que Helga pudiera soltarse. Se puso de pie frente a Nadine, Lila, Timberly, Sasha, Sheena y Melissa, intentando obviar la presencia de su hermana y de Phoebe, que estaban junto a Park.
-Muy bien, será mejor que me escuchen con atención porque no volveré a decirles esto jamás- las chicas la miraron curiosas -Estoy feliz de que ustedes sean mi equipo- no pudieron evitar dirigirle algunas miradas de escepticismo -No necesitamos a ningún chico para ganar esto- Park protestó, pero fue silenciado por un "Ssshh, deja escuchar" de Olga -Somos mujeres capaces de patearles las bolas y arrancarles el cabello las veces que queramos- un grito afirmativo coreado por las chicas opacó completamente el "Yo soy un chico" de Park -Así que quiero ver sus mejores caras de asesinas hambrientas de victoria porque le daremos a esa presumida una lección que la hará lamentar haber subestimado el poder femenino- el equipo completamente animado vitoreó a Helga, a excepción de un pelinegro oriental que sólo lamentaba su suerte de haber terminado en una piscina de estrógeno.
-Ah… disculpa Helga- interrumpió con una diminuta voz Eugene, intentando no hacer enfurecer a la rubia, pero no fue escuchado, así que se vio en la necesidad de incrementar unos decibeles a su tono de voz -Helga, disculpa, pero…- al notar que era ignorado, Rex se aproximó al equipo que festejaba las palabras de su capitana, y tomando aire les gritó.
-¡Eugene intenta decirles que ya deben entrar!- sorprendidas del grito, todas guardaron silencio -Y no tengo que recordarles las reglas, pero si a alguna de ustedes los alcanza una bala de pintura, tendrán que salir del condominio y volver conmigo y Eugene, ¿les queda claro, chicas?- Todas asintieron, pero Park rodó los ojos harto de ser ignorado, así que tomó el brazo de Olga a su derecha dispuesto a comenzar con la partida de una vez por todas.
-Esto ya inició, entremos- les indicó después de avanzar un par de pasos, dándoles la espalda y girando lo suficiente el rostro como para que su perfil fuera apreciado a contraluz. "¿Quién se cree que es con esa pose de chulo?" el pensamiento que asaltó a Helga fue relegado a un segundo plano cuando escuchó a Sheena y Lila chillar por lo bajo lo genial que se veía el oriental, la rubia rodó los ojos encontrando su mirada con la de su antigua mejor amiga… "tú lo invitaste" leyó la frase de los labios de la joven con anteojos, haciéndola sonrojar avergonzada de haber hecho aquello sólo para molestar un poco a Gerald y siendo pillada en el acto -¿Qué esperan?- Les repitió sin dejar de avanzar, tirando aún del brazo de Olga mientras caminaba a las puertas abiertas de par en par, eran los únicos que se movían, de pronto las chicas eran demasiado conscientes de lo que entre aquellas paredes había acontecido hace poco más de dos décadas y por un instante el terror las congeló en su sitio. Timberly sacudió su cabeza, intentando ahuyentar esas escenas lúgubres que dramatizaban el escenario de la matanza en aquella calle. Intentando convencerse de ser lo suficientemente valiente para entrar en aquel sitio, se giró al resto de sus compañeras.
-Tiene razón, ¡Hagamos esto! ¡Por Phoebe!- sus palabras alcanzaron a las otras, infundiéndoles el ánimo que necesitaban para dispararles la adrenalina lo justo para olvidar la tragedia que envolvía aquella construcción, apresurándose a alcanzar al par que ya había entrado por la puerta principal, dejaron detrás a un molesto Rex que ya comenzaba a creer que no se irían nunca.
-Al fin solos- exclamó el pelinegro, sorprendiendo a Eugene que se sonrojó indeciblemente, haciendo caer en cuenta de sus palabras a Rex -No… lo que yo… es que… pensé… o sea, por ellas- y sin poder ordenar sus ideas, carraspeó tratando de calmarse, mientras su compañero jugaba con sus dedos, sonriendo emocionado sin que él pudiera notarlo -Vamos al cuarto con las pantallas de video- pidió Rex, sintiéndose de pronto demasiado drenado de energía para continuar intentando aclararse a sí mismo. Eugene trotó un poco tras él para darle alcance, y ambos entraron en una habitación donde los monitores mostraban las imágenes que les transmitían las cámaras de vigilancia a lo largo del condominio.
-¿Ponemos música en los altavoces?- preguntó tímidamente el pelirrojo, esperando que su nerviosismo mermara un poco para poder sostener una conversación normal con el unigénito de los Smythe-Higgins.
-Es buena idea- le respondió, aliviado de hallar una solución al silencio incómodo entre ellos.
-¿Has escuchado las canciones de ABBA?- una diminuta sonrisa nació en el rostro del pelinegro, él adorada a Meryl Streep y obviamente tenía en su lista de reproducción de Netflix la película de Mamma Mia! Con las canciones de la banda que Eugene le mencionaba, pero negó lentamente con la cabeza, le daba curiosidad qué diría el chico a continuación -¿No? Qué lástima, te has perdido de mucho, eran un grupo sueco de música pop que se popularizó en los 70- los ojos de Eugene brillaban mientras hablaba, atrapando la atención de Rex como la luz a una polilla -Sus canciones son la base del musical de Mamma Mia!, es una obra espectacular, hace unos años la hicieron película… ¡Es mi musical favorito!- Sin notarlo, mientras hablaba, Rex se había acercado entrando en su espacio personal, al callar, notó la cercanía, sintiendo cómo todo su cuerpo entraba en calor tan rápido que le asustaba que Rex pudiera notarlo y pensar en él como un bobo desesperado, así que retrocedió todo lo que pudo, intentando poner toda la distancia posible entre ellos y accionando sin darse cuenta el micrófono para hablar por los altoparlantes.
-¿Quieres elegir la primera canción?- Eugene estaba seguro que para el momento en que Rex le hizo aquella pregunta, su rostro estaba a dos grados del punto de ebullición, así que agitó una mano frente a él intentando refrescar sus pobres mejillas.
-Sí, cla…claro- tartamudeó, recriminándose sus acciones mientras que Rex reía enternecido por su nerviosismo.
-Oh, vamos Eugene… no te comportes como si mordiera- le dijo el pelinegro acercándose a él, e inclinando su rostro hasta rozar su nariz con la del pelinegro -Te prometo que sólo usaré mi lengua- el corazón de Eugene seguramente se había salido de su pecho después de semejante insinuación, pero un par de segundos después fue capaz de comprobar que continuaba dentro de su cuerpo, ya que a lo lejos escuchó a Sheena preguntar algo a gritos que terminó por hacerle sentir que su corazón descendía hasta su estómago, helándolo completamente en un instante.
-¡Oye Rex! ¿Estás hablando de besarlo, verdad? ¿O tiene una connotación sexual lo que dijiste?- fueron las palabras de Sheena, que desde el condominio hacia un megáfono improvisado con sus manos, gritando hacia la habitación de monitoreo de la seguridad del lugar, donde sabía que se encontraba su mejor amigo… aparentemente coqueteando con el amigo snob de Rhonda -¡¿Te referías a darle sexo oral a Eugene?!- volvió a preguntar al darse cuenta que sus primeras preguntas quedaban sin respuesta. Lila estaba casi tan roja como su cabello y cubría su rostro con ambas manos, los oídos de Timberly y Sasha intentaban infructuosamente ser cubiertos por las manos de Melissa, Olga estaba escandalizada con las carcajadas de Helga, mientras que Phoebe y Park habían hecho contacto visual y ahora se evitaban como la plaga, con similares sonrojos adorables adornando sus pómulos y Nadine no pudo más que golpear a Sheena en la nuca -¡Oúch!- se quejó la chica de cabellos rosas.
-Creo que accionaste accidentalmente el parlante- se escuchó por los altavoces la voz azorada de Rex. "¿Tú crees?" le gritó Helga con todo el sarcasmo del que fue capaz en medio de su ataque de risa, y después de eso los chicos en el condominio no escucharon nada más, seguramente el pelinegro apagó el micrófono en aquel momento.
-Criminal Sheena, eres hilarante- consiguió decir la menor de las Pataki una vez controló un poco las carcajadas que nacían de su diafragma.
-Gracias- dijo la aludida hinchando orgullosa el pecho, Melissa la vio como si fuera una persona de otro planeta.
-Sí te das cuenta que le arruinaste el romance a tu amigo ¿verdad?- preguntó la única casada del grupo, sintiendo la necesidad de aclarar aquel punto a la chica de mayor estatura -Como en "arruinado para siempre"- continuó diciendo al ver que Sheena callaba y la miraba como si hablara en otro idioma -Quiero decir… si yo fuera el otro chico no le vuelvo a hablar a él ni a sus amigos por pura vergüenza- la mirada en blanco de su interlocutora terminó por esclarecerle que definitivamente no tenía idea de las consecuencias que su imprudencia podrían traerle al pobre Eugene.
-Como sea, déjala en paz Melissa… no vale la pena llorar sobre la leche derramada- le pidió Nadine, sintiendo compasión por los esfuerzos que hacía Sheena por comprender lo que le estaba diciendo la esposa de Jamie O.
-Y cuando Nadine habla de leche derramada, no se refiere a la de Eugene, Sheena… ¿Sí comprendes?- Ahora fue Melissa quien golpeó la nuca de Timberly, mientras Olga, Phoebe y Nadine miraban escandalizadas a la adolescente, Helga, Sheena y Sasha reían divertidas y Park sólo enrojecía aún más y caminaba resignado hacia el lado contrario en el que su equipo se encontraba, lamentando una vez más haber aceptado la invitación de la menor Pataki.
El chico se distrajo observando el nuevo entorno que se abría ante ellos. El block desnudo de las paredes de las primeras casas los recibía con un lúgubre horizonte que le dio escalofríos, eran casas sencillas de dos plantas, y desde la calle no podía apreciar ninguna que se encontrara terminada. Finalmente, las chicas se unieron a él y caminaron observando ambos lados del camino. Había algo pesado en el aire, algo además del recuerdo de lo que Gerald les había contado, desapareciendo la jovialidad que momentos antes cobijó al equipo con las ocurrencias de Sheena y el comentario en doble sentido de Timberly… Helga se giró a su derecha, visiblemente alterada, poniendo en alerta al resto… La rubia estaba segura de que había escuchado algo, pero no alcanzó a ver nada fuera de lo común en esa pequeña casa sin ventanas.
-Continuemos unos metros más, fíjense si logran ver algo que nos dé una pista de la dirección que hayan tomado- Phoebe asintió a las palabras de su capitana, la única que se vio capaz de hacerlo, Timberly y Sasha se mantenían pegadas a Melissa, y no pudieron evitar el sobresalto que les provocaron las primeras notas de una canción siendo reproducida por los altavoces, la cuñada de la chica reconociéndola de inmediato como Voulez-vous de ABBA; el ritmo dándole piel de gallina mientras continuaba avanzando intentando que la sensación de estar siendo observada no jugara con su mente.
People everywhere
A sense of expectation hangin' in the air
Givin' out a spark
Across the room your eyes are glowin' in the dark
Mientras que Sheena se detenía frente a una casa que tenía matorrales casi tan altos como un niño de 10 años, Park y Olga flanqueaban a Helga como si buscaran protegerla de algo, haciendo que la rubia rodara los ojos, Nadine y Lila pasaron por un costado de Sheena, extrañadas de la actitud de su amiga se detuvieron con la intención de preguntarle al respecto, pero la voz de la chica se alzó antes de que pudieran hacer cualquier cosa.
-Creo que están por dispararnos- Nadine creyó malentender lo que la pelirrosa había dicho, hasta que los gritos de Olga iniciaron casi al mismo tiempo que los estallidos de disparos…
And here we go again, we know the start, we know the end
Masters of the scene
We've done it all before and now we're back to get some more
You know what I mean
Reaccionando, tomó a Lila y Sheena y las haló consigo a los matorrales, tirándolas pecho tierra y buscando una mejor posición. Desde ambos costados del camino, dos casas delante del patio delantero que les servía de refugio en esos momentos, las balas de pintura surcaban el aire y sólo era capaz de ver a Melissa usando una pared a medio construir como barrera.
-¿Alguna vio si le dieron a alguien?- preguntó Nadine, sin voltear a verlas, perdiéndose del movimiento de cabeza que hizo Lila en respuesta a su pregunta -¡Maldición! Que si vieron a alguien de nuestro equipo con una mancha de pintura- alzó la voz intentando hacerse oír por sobre los disparos y la canción que continuaban llenando el aire.
-¡A nadie!- respondió entonces Sheena, sujetando a Lila de la mano con más fuerza.
-Quédense aquí entonces, intentaré acercarme y ver algo más claramente- se alzó para avanzar en cuclillas, sintiendo que el corazón le latía en la garganta.
Voulez-vous (a-ha!)
Take it now or leave it (a-ha!)
Now is all we get (a-ha!)
Nothing promised, no regrets
A pesar de estar siendo atacados desde una posición de ventaja en el segundo piso de ambas casas a los laterales de la calle, Helga estaba muerta de risa al ver cómo Phoebe se peleaba con el rifle de bolas de pintura que cargaba consigo, el seguro estaba colocado y era bastante obvio que la oriental no tenía ni idea de cómo quitarlo.
-Deja de reírte y haz algo- le pidió Park a su capitana, mientras respondía lo mejor que podía a las ráfagas que le llegaban de la casa de enfrente, Olga, Phoebe, Helga y él consiguieron meterse en la planta baja de una derruida casa a la izquierda del sendero.
-Tú lo pediste- exclamó la menor de las Pataki con una sonrisa maquiavélica pintada en el rostro que hizo dudar por un momento al chico de su petición… pero no le dio tiempo a darle vueltas al respecto, porque la chica salió corriendo en zig-zag de la seguridad del abrigo de las paredes a medio derruir que los rodeaban.
-¡Hermanita bebé!- fue todo lo que Olga pudo hacer antes de verse obligada a tirarse al suelo de nuevo para evitar que una bala de pintura la alcanzara, perdiendo de vista a Helga.
Voulez-vous (a-ha!)
Ain't no big decision (a-ha!)
You know what to do (a-ha!)
La question c'est voulez-vous
Voulez-vous
Helga cruzó la calle sin una sola gota de pintura en su traje, llegando con Melissa.
-¡Helga! ¿Cómo haces una locura así? ¡Eres la capitana! Pudimos haber perdido el juego- la rubia le sonrió confiada y sin responderle la rodeó para aproximarse al patio trasero donde Timberly y Sasha se encontraban -¿Qué harás? ¡Helga!- la llamó por su nombre un par de veces más, rindiéndose al darse cuenta que no Al recibiría respuesta de su parte, se giró de nuevo, esperando tener un golpe de suerte y poder darle a alguien del otro equipo si disparaba sin parar, aunque tampoco es que estuviera apuntando.
Timberly y Sasha hicieron amago de ir a decir algo al ver entrar en el patio trasero a su capitana, pero la rubia las silenció con un gesto y les indicó el piso superior. Las jóvenes entendieron casi de inmediato y se quitaron los bolsos que llevaban para abrirlos, sacaron cuatro abrigos mientras Helga se quitaba el que llevaba. La hermana de Gerald buscó con la mirada alrededor, encontrando una piedra lo suficientemente grande para servir de contrapeso, al mismo tiempo que Sasha y la rubia ataban los abrigos por las mangas.
-¿Crees que sea lo suficientemente largo?- pregunto insegura la joven canadiense.
-Me preocupa más conseguir atarlo a la viga de la ventana al lanzarla- respondió la capitana, girándose a Timberly para recibirle la piedra que sería el contrapeso. Nadine llegó hasta ellas en ese momento.
-¿Qué hacen?- preguntó un poco confundida al ver todos los abrigos atados.
-Necesito que crees una muy buena distracción allá afuera, ¿entendido?- le pidió sin hacer caso de su pregunta y la estudiante de entomología asintió solemnemente, corrió de regreso por los patios traseros sin bardear de vuelta al lugar en el que estaba con Sheena y Lila, algo se les ocurriría -Muy bien, ¿Quién lanza la mejor bola curva?- les preguntó elevando la comisura derecha de su labio en una sonrisa ladeada que fue respondida por sus cómplices en el acto.
Al alcanzar a sus amigas, Nadine se apresuró a compartirles la requisición de su líder. Sheena no tuvo que pensarlo mucho, había visto un par de palos de madera rotos, seguramente de alguna escoba o recogedor, tirado entre la maleza y quitándose el abrigo les dijo que podrían crear su propio espanta pájaros.
-Se llamará Espanta Balas- declaró orgullosa la prima de Agatha, recibiendo un arqueamiento de ceja de la bronceada rubia.
-Mejor que se llame Brian- comentó sonrojada Lila, recibiendo una mirada de sospecha por ambas amigas que se preguntaban si la razón de que pensara en ese nombre tendría que ver con cierto castaño con sonrisa tenebrosa.
-Mejor no le pongamos nombre y terminemos de armarlo- propuso Nadine, haciendo a las chicas poner manos a la obra.
I know what you think
The girl means business so I'll offer her a drink
Lookin' mighty proud
I see you leave your table, pushin' through the crowd
Después de un par de intentos, Timberly finalmente consiguió que la piedra diera la vuelta a la viga, enrollando la manga del abrigo, cuando Helga tiró de la improvisada soga, esta vez se mantuvo en su sitio.
-Subiré primero y luego las ayudaré- murmuró antes de empezar a subir usando la tela de los abrigos como cuerda para hacer rappel, a excepción de que la rubia no tenía ningún equipo de protección personal colocado.
-Con cuidado, tómate tu tiempo- le pidió Sasha desde abajo. Helga se maldijo mentalmente, si caía sólo asustaría a las dos menores, además de estar siendo un pésimo ejemplo para ellas.
Consiguió colarse por la ventana después de unos tensos segundos en los que creyó que caería, para entonces amarrar fuerte y adecuadamente la manga alrededor de la viga y esperar a que Timberly trepara para ayudarla a subir, haciendo lo mismo con Sasha.
I'm really glad you came, you know the rules, you know the game
Master of the scene
We've done it all before and now we're back to get some more
You know what I mean
Ahí estaban Stinky, Sid y Agatha los tres asomados a la ventana disparando a un abrigo sobre un par de palos que avanzaba sobre un carrito rojo destartalado, dándoles la espalda. Helga sonrió casi con mimo mientras retiraba el seguro de su arma y sin mediar palabra le disparó a Stinky, cuyo grito alertó a los otros dos chicos, que se giraron sobre sí mismos sorprendidos de que alguien llegara hasta ahí sin que se dieran cuenta.
-Te dije que vigilaras las escaleras- recriminó Sid a la chica, sin dejar de apuntar a la rubia y al par de adolescentes que la acompañaban.
-Yo te dije a ti que las vigilaras tú- respondió en tono de reproche la joven, ignorando el gimoteo de Stinky en el suelo, esas balas dolían bastante cuando se disparaban de tan corta distancia.
Voulez-vous (a-ha!)
Take it now or leave it (a-ha!)
Now is all we get (a-ha!)
Nothing promised, no regrets
Agatha comenzó a observar alrededor con disimulada ansiedad… no podía dejar que el equipo de Nadine la atrapara en la primera media hora del juego, eso sería una humillante derrota… de todas formas, ¿Por dónde subieron ese trío molesto? ¿Qué se creían? ¿Las chicas superpoderosas? Y entonces lo vio, detrás de Sasha, la ventana que daba al vacío… pero no podía dar al vacío, ellas no volaban, ahí debía haber alguna escalera… el trozo de tela atado a la viga no pasó desapercibido para ella… tenía sentido, esas tres tuvieron una brillante idea, les tendría que conceder.
Voulez-vous (a-ha!)
Ain't no big decision (a-ha!)
You know what to do (a-ha!)
La question c'est voulez-vous
-¡¿Y qué piensas hacer ahora?!- preguntó Sid, alzando la voz, era indiscutible que intentaba que sus compañeros al otro lado de la calle lo escucharan, Agatha rodó los ojos, llevaban unos tensos segundos sosteniéndose la mirada, en los cuales los disparos desde su lado cesaron, obviamente los de enfrente tendrían que haberlo notado… que ellos estaban en problemas… pero dudaba que vinieran a salvarles, volvió a mirar la ventana por la que entraron esas tres con marcada ansiedad.
No había manera de que los dos escaparan por ahí con esas tres cortándoles el paso…
Pero uno de ellos…
Uno, quizás sí…
And here we go again, we know the start, we know the end
Masters of the scene
We've done it all before and now we're back to get some more
You know what I mean
Agatha empujó a Sid lo más rápido que pudo, el chico tropezó con Stinky en el suelo y cayó sobre Timberly, activando su rifle que disparó por el aire sin control, obligando a Helga a retroceder y tratar de cubrir a Sasha. Cuando la rubia alzó la vista, Agatha le sonreía sentada en el borde de la ventana porque la que ellas habían trepado, burlándose de ella. Helga estuvo a punto de seguirla para golpearla, pero Timberly comenzó a quejarse, y al girar, Sid continuaba sobre ella.
-¡Criminal, Sid! Ponte de pie, pareces un pervertido- le increpó mientras lo sujetaba de su protector de la espalda y lo levantaba, al girar, no había señal alguna de esa escurridiza de cabello púrpura.
Voulez-vous (a-ha!)
Take it now or leave it (a-ha!)
Now is all we get (a-ha!)
Nothing promised, no regrets
Al llegar al final de la tela, Agatha tuvo que dejarse caer, no había mirado abajo ni una sola vez por lo que no sabía qué tan alto estaba… Aparentemente a sólo centímetros, así que soltó una carcajada aliviada, burlándose de sí misma…
Mala idea…
Tuvo que correr de patio trasero en patio trasero, esquivando los disparos de Nadine que se encontraba en la primera planta de la casa con Melissa. La rubia de piel bronceada tuvo que desistir de perseguirla cuando escuchó la voz de Lila gritando su nombre desde la calle.
Voulez-vous (a-ha!)
Ain't no big decision (a-ha!)
You know what to do (a-ha!)
La question c'est voulez-vous
Voulez-vous
Nadine salió del pasillo que se formaba entre dos casas, a varios metros de donde se encontraba la casa en la que Helga sometía a Sid para evitar que escapara y Melissa continuaba refugiada intentando calmar su agitado corazón. Lila la vio y corrió hacia ella seguida por Sheena.
-En la otra casa los que disparaban eran Iggy y Lucy, se han ido por la calle lateral, y se metieron en una casa grafiteada con letras verde- Sheena las alcanzó y las tres intentaron ir en la dirección que la pelirroja les señaló, pero a los pocos metros, disparos las detuvieron nuevamente, disparos demasiado precisos, era obvio que eran tiros de advertencia porque al alzar la vista, vieron claramente a Gerald apuntándoles. Nadine soltó su rifle e indicó a sus amigas que la imitaran, al hacerlo, el moreno tomó a alguien que estaba tras él y salió corriendo en dirección contraria desapareciendo entre las casas en obra negra. Seguramente había terminado por salvar a Agatha y ganar tiempo para el par que huyó a la casa con el grafiti verde.
Voulez-vous (a-ha! A-ha! A-ha!)
Voulez-vous (a-ha! A-ha! A-ha!)
Y Nadine no se había equivocado en su suposición, la persona que se había ocultado tras Gerald, usándolo de escudo humano cuando les disparó, era ciertamente la chica de cabellos púrpura. Y al tener el papel de facilitador del escape de ambos grupos que atacarían en cuanto el otro equipo pisara la zona que rodeaba el agujero con la retroexcavadora, se vio obligado a salir en su defensa, muy a regañadientes.
Voulez-vous (a-ha!)
Take it now or leave it (a-ha!)
Now is all we get (a-ha!)
Nothing promised, no regrets
-Podrías haberle disparado a Nadine en la cabeza- le dijo Agatha mientras intentaba seguirle el paso al moreno.
-¿Me estás reprochando que no lo haya hecho?- preguntó sin voltear a verla ni desacelerar su paso, arrepintiéndose de no haber hecho la vista gorda con esa chica.
-Las dejaste ir sin ningún rasguño, se supone que son el enemigo- rezongó, sintiéndose juzgada por su anterior comentario, no era que ella quisiera que Rhonda ganara, le importaba muy poco que volviera con Harold… pero habría sido divertido ver a Nadine recibiendo un tiro de pintura morada o rosa.
-Las detuve para que pudieras huir, te recuerdo que fuiste tú quien no pudo con ellas- y sin añadir más, continuó corriendo, fastidiado de los reclamos de esa joven.
Voulez-vous (a-ha!)
Ain't no big decision (a-ha!)
You know what to do (a-ha!)
La question c'est voulez-vous
Voulez-vous
La canción de ABBA dejó sus últimas notas flotando tensas en el aire cuando alcanzaron finalmente el sitio donde estaban Rhonda, Arnold y Marcy.
-¿Qué están haciendo aquí tan pronto?- les preguntó una muy molesta pelinegra.
-Le dispararon a Stinky, y creo que es muy probable que Sid también reciba una mancha de pintura- la ira que brilló en los ojos de Rhonda la hizo enmudecer, por un momento esa expresión le recordó al día en que todos supieron que Sid y ella se veían a espaldas de la mejor amiga de la misma mujer de pie frente a ella.
-¿Quieres decir que tengo a dos personas menos en mi equipo por tu culpa?- la acusación enfureció a la otra chica.
-¿Mi culpa? ¡Seguíamos tu plan!- se quejó a voz en grito, Rhonda pareció a punto de darle una bofetada cuando Marcy intercedió.
-Esto es un juego Rhonda- la aludida se giró fulminando con la mirada a la chica de cabellos cobrizos -no te desubiques… es diferente ser capitana del equipo a una dictadora psicótica- con el ceño fruncido avanzó un par de pasos acercándose a la pelinegra -Si querías un equipo que cumpliera tus caprichos sin decir nada al respecto, hubieras elegido mejor- clavó su dedo índice de su mano derecha en el pecho de la unigénita Lloyd -Debería preocuparte que empaticemos más contigo, si ganas esto, la única que está obligada a hablar bien de ti con Harold es Helga- un bufido de incredulidad escapó de los labios de la elegante chica.
-¿Me estás amenazando Kornblum?-preguntó irónica, entornando sus ojos. Marcy le sostuvo la mirada, conocía de primera mano lo que estar en la lista negra de la princesa Lloyd conllevaba, pero estaba harta de ver cómo todos atacaban a Agatha como si hubiera obligado a Sid a ponerle el cuerno a Nadine, también había sido decisión del chico y la prima de Sheena no le había procurado mal al resto de los integrantes de la pandilla, en cambio de Rhonda no podía decir lo mismo.
-Déjala en paz, Rhonda… lo importante es que Jamie O. y su grupo ya están ubicados en la zona que les asignaste y el equipo de Helga no los vio- la pelinegra pareció calmarse al escuchar las palabras del moreno.
-Iré al sitio de la bandera y me quedaré ahí… será mejor que ese grupo de inadaptados ni siquiera se acerquen a esa casa Kornblum… que no se te olvide qué familia está financiando ese pequeño grupito de teatro al que perteneces- y sin esperar replica de su interlocutora, Rhonda salió del lugar colérica, sintiendo en sus entrañas el ferviente deseo de ponerle un bozal a esa ignorante estúpida, tuvo que contenerse demasiado para no gritarle que conocía su oscuro secreto y que bien podría usarlo en su contra si no se callaba y se cuadraba, pero ahora el frío viento del atardecer le ayudaba a calmar sus ánimos, y a pensar con mayor claridad, haberlo hecho habría supuesto que revelara uno de sus ases bajo la manga y eso era algo que no se podía permitir.
Agatha abrazó por la espalda a la chica con demasiada efusividad, haciendo que trastabillara hacía adelante. La última mirada que le dedicó Rhonda la había dejado pensando nerviosamente en sus palabras… La familia que financiaba el grupo de teatro… ¿Eran los Lloyd? Nunca le había interesado averiguarlo, pero dudaba que Buckley Lloyd invirtiera en algo así, ¿Era la madre de Rhonda? ¿o Rhonda misma? La mirada de la pelinegra al decirlo le había dado la idea de otro apellido por un breve instante, ¿Sería posible que Rhonda hubiera estado hablando de ellos? Pero de tener razón, ¿Cómo supo Rhonda su pasado con esa familia?
-¿Estás bien?- Gerald la miraba preocupado, debió haber dejado traslucir la inquietud que le provocó ese intercambio con la capitana. Por el rabillo del ojo notó cómo Arnold fulminaba al moreno con su mirada… ¿Parecía celoso?... Sonrió con sarcasmo… Ahora sí estaba segura de que sólo desvariaba, estaba viendo cosas donde no las había, Rhonda seguramente no tenía ni idea de quién financiaba su grupo y no había forma de que ella conociera nada de su pasado, así como no había forma de que Arnold Shortman estuviera celándola con el novio de Phoebe -Estás pálida- la voz del chico volvió a hacerse oír sobresaltándola, había vuelto a perderse en sus propios pensamientos.
-Es cierto, luces algo pálida- confirmó Agatha, que reemplazó su ceño fruncido por una brillante sonrisa -Metí de contrabando unos chocolates- le susurró a la otra chica, en tono confabulador, haciéndola sonreír también -¡Eso! No hay nada que el chocolate no arregle- concluyó ufana y se dirigió al bolso que había ocultado entre los matorrales de afuera, dejando tras de sí un par de chicos incómodos y a Marcy dando lo mejor de sí para no sumirse de nuevo en esos pensamientos pesimistas.
-Nadie dijo que no podíamos traer chocolate… por qué se comporta como si violara la ley seca- habló el moreno intentando romper el silencio imperioso en la habitación. Marcy rio suavemente.
-Ella es así- comentó casi con ternura, caminó a la esquina de la habitación y se sentó en el suelo cansada, dejando que su cabeza chocara con la pared, haciendo un sonido sordo.
-¡Cuidado! ¿Estás bien?- Marcy y Gerald miraron a Arnold con una ceja alzada, haciendo que el rubio se pusiera nervioso -Quiero decir… sonó muy fuerte… golpearte la cabeza es peligroso- intentó explicar su actuar, haciendo sospechar al moreno de que su primera impresión de esos dos no había estado tan errada.
-Por eso Helga se fastidia de ti- el Johanssen se sorprendió de escuchar el nombre de la rubia en la conversación -Deja ese papel de Papá que sólo me da escalofríos- Arnold enrojeció completamente.
-¡No actúo como tu papá!- exclamó azorado.
-Entonces estás actuando como si yo te gustara, no quiero ni imaginar cómo eres con Helga- Arnold parpadeó repetidas veces, intentando entender lo que Marcy le estaba diciendo con esa soltura -Bájale dos rayitas a la sobreprotección, ¿quieres?- y echó de nuevo la cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Arnold se encontró a sí mismo preguntándose qué significaba que Marcy le dijera que se comportaba como si gustara de ella… claro que no… él no había hecho nada que remotamente diera esa idea… nada… nada… nada…
-¿Ya te diste cuenta? ¿O vas a esperar a que le hayas roto el corazón a las dos?- le murmuró Gerald al pasar a su lado con dirección al segundo piso. El tono de voz que había usado el moreno le trajo el recuerdo de su visita a San Lorenzo e inconscientemente se llevó una mano a la mandíbula, frotándola un poco. Esa fue la primera vez que Arnold se sintió celoso… la primera vez que odió a Gerald por poder estar con Helga mientras que él tenía que estar a kilómetros de distancia y conformarse con esporádicas llamadas que nunca duraban lo suficiente.
El rubio abandonó la casa en cuanto Agatha volvió y le dio chocolate a Marcy, sentándose con ella. Comenzó a caminar distraído por el sendero, meditando en los últimos días y dándose cuenta de que más temprano que tarde, Helga y Gerald volverían a Londres… Él estaría a su lado una vez más y entre el unigénito Shortman y la menor de las Pataki de nuevo se interpondrían kilómetros de distancia…
¿Por qué tenía la sensación de que no estaba consiguiendo nada? Como correr en círculos ¿De qué servía que estuviera buscando recuperar esa conexión que tenía con la rubia? Incluso si la reestablecía al punto de volver a esos días en quinto grado, cuando empezaron a ser novios y conoció lo cariñosa que realmente era la rubia, no serviría de nada si después de año nuevo ella cruzaría el océano poniendo de nuevo tierra de por medio…
Mentiría si dijera que se conformaría con que la rubia lo dejara ser parte de su vida, él quería una relación romántica con ella… El problema era que Arnold no soportaría una relación a distancia con Helga nuevamente, no poder besarla o abrazarla cuando quisiera, soportó 4 años cuando estaba en la básica, pero dudaba que ahora pudiera durar más de un par de días sin verla.
Y de todas formas, él qué podía hacer para cambiar sus realidades. Ella estudiaba la universidad en Londres y él deambulaba por los pasillos de la casa de huéspedes de Sunset Arms en Hillwood esperando una epifanía que le diera una dirección a su vida. Gerald podría tener razón, debería desistir de sus intentos por reconquistar a Pataki si al final del día no tenía nada que ofrecer, ni siquiera su propia presencia, eso sólo terminaría con la rubia llorando de nuevo. Y no podía evitar preguntarse si pensar en todo eso valía la pena teniendo en cuenta que actualmente no estaba ni cerca de gustarle de nuevo a la joven, si cada que hablaba con ella sentía cómo alzaba un muro infranqueable para él. Mientras que, para Arnold, en aquellos 10 años nunca importó cuántas novias tuvo, su mente siempre volvía a ella… Se le aparecía en sueños, veía su rostro en los lugares concurridos como un borrón de tinta al pasar, la sentía en cada canción y en cada poema que escuchaba…
Y se recriminaba constantemente su cobardía, por haberla dejado ir cuando quizás lo que tuvo que haber hecho era aferrarse a lo más hermoso que le había pasado en la vida.
Pero cómo se suponía que él supiera eso si sólo tenía 12 cuando creyó que podría manejar una relación a distancia, y 16 cuando todo implosionó sin que pudiera hacer nada.
De pronto, interrumpiendo sus pensamientos, una canción comenzó a sonar por los altavoces, de nuevo el grupo de pop sueco interpretaba uno de sus éxitos "S.O.S", la favorita de Eugene, haciendo sonreír a Arnold ante la ironía en cuanto escuchó la primera estrofa de la letra.
Where are those happy days?
They seem so hard to find
I try to reach for you
But you have closed your mind
Whatever happened to our love?
I wish I understood
It used to be so nice
It used to be so good
Helga se detuvo en seco, levantando una mano para que el resto se detuviera tras ella, había alguien en el camino, así que les indicó que se ocultaran detrás de un muro a medio construir.
Lograron que Sid y Stinky les contaran el sitio donde Rhonda ocultaba la bandera, haciendo que la capitana tomara la decisión de separar al equipo en dos grupos para rodear la casa de la que les habló Stinky antes de marcharse al estar descalificado por el disparo que recibió. Sid caminaba ahora con el grupo liderado por Nadine como un rehén, sin arma y sin balas y sintiéndose un poco incómodo al tener que servir de escudo humano a su ex novia, Lila, Sheena, Park y Olga Pataki, que tomaron la dirección opuesta al grupo de Helga, conformado por Phoebe, Melissa, Timberly y Sasha… ellas fueron quienes tomaron el rumbo que las dirigiría al escondite del cabeza de balón, aunque sin saberlo.
La rubia observó con mayor cuidado a la figura que bajaba distraído, prestando más atención a la letra de la canción que a lo que pasaba a su alrededor. "¿Qué le pasa a este zopenco? ¿Se le olvidó que estamos en medio de un juego?" un rayo de sol proveniente de los últimos minutos del atardecer iluminó el rostro del miembro del equipo contrario, descubriendo para quienes se ocultaban la identidad del joven.
Era Arnold.
So when you're near me
Darling can't you hear me?
S.O.S
The love you gave me
Nothing else can save me
S.O.S
Y por alguna razón, esa realización hizo que Helga se sonrojara demasiado para poder ocultarlo del resto.
-¿Qué haremos ahora?- preguntó la hermana de Gerald, preocupada de la reacción de su capitana.
-Tenemos que atacarlo por sorpresa, será fácil, está solo- comentó Phoebe, subiéndose sus gafas por el puente de la nariz, sin perder detalle del comportamiento inusual de la rubia, que parecía haberse quedado congelada en su sitio.
-Podemos usarlo como a Sid- aportó Melissa, todas ellas hablando en susurros, con la premura de que a cada segundo el rubio se acercaba más al punto donde se encontraban agazapadas.
When you're gone
How can I even try to go on?
When you're gone
Though I try, how can I carry on?
Helga sentía que algo oprimía sus pulmones, la melancolía bañaba las facciones de Arnold como un riachuelo a las praderas que atraviesa, el latir de su corazón la tomó desprevenida, ¿Por qué reaccionaba su cuerpo así? Sólo era Arnold… El bobo cabeza de balón que le rompió el corazón todas las veces que quiso, y que la noche anterior la había besado bajo el muérdago. Se maldijo a sí misma por traer ese recuerdo a colación en un momento como aquel.
Llevó la mano en la que no portaba su arma a su pecho, preocupada de que sus latidos fueran ahora audibles para sus compañeras… lo último que necesitaba era ser descubierta en su escondite por su primer amor y verse acribillada a balas de pintura antes de siquiera encarar a la mimada princesa Lloyd.
You seem so far away
Though you are standing near
You made me feel alive
But something died I fear
I really tried to make it out
I wish I understood
What happened to our love
It used to be so good
Arnold detuvo su andar abruptamente ¿Le parecía a él o había una sombra detrás de aquel muro sin terminar? Quiso descender el tramo que lo separaba para cerciorarse cuando escuchó su nombre a sus espaldas… Esa era la voz de Marcy. Se giró sonrojado al verla correr hacia él con una sonrisa en su rostro, que aumentó más de tonalidad cuando al alcanzarlo le dio un leve golpe en el brazo con diversión.
-¿Por qué te alejas tanto? Es posible que Helga y su equipo no tarden en aparecer… Ella es muy buena en esto ¿Sabes?- la menor de las Pataki se sintió desfallecer cuando contuvo la respiración al observar cómo Arnold extendía su brazo y acomodaba un mechón rebelde de Kornblum detrás de su oreja con tanta torpeza que resultaba una escena tierna de presenciar… para cualquier otro que no fuera Helga
So when you're near me
Darling can't you hear me
S.O.S
The love you gave me
Nothing else can save me
S.O.S
-¿Qué fue eso?- le preguntó la chica de cabello cobrizo con una ceja alzada y una sonrisa burlona.
-Sólo quería quitarte… el cabello del rostro- con clara incomodidad, el chico se rascó la nuca buscando qué decir al notar que sus palabras sólo hicieron reír a la chica -¿Me alejé mucho? Sólo quería pensar en paz un rato- murmuró, sintiéndose avergonzado de su descuido, estaban en medio de un juego después de todo, y por respeto al resto de su equipo que estaba esforzándose por ganar, él no podría permitirse hacer menos.
"De nuevo se perdió en sus pensamientos", no pudo evitar notar Marcy, acercando su rostro al de Arnold, quizás invadiendo su espacio personal demasiado.
When you're gone
How can I even try to go on?
When you're gone
Though I try, how can I carry on?
Phoebe se sentía completamente confundida… ¿Desde cuándo se conocía ese par? ¿Y por qué hablaban con esa confianza y tan cerca uno del otro? Cualquiera diría que era algo normal entre ellos… Inconscientemente, la chica oriental dirigió su preocupada mirada a la espalda de su capitana, esperando ver cualquier señal que pudiera interpretar para saber qué efecto estaba teniendo en ella la interacción entre Kornblum y Shortman.
El recuerdo del día en el que completamente emocionada Helga irrumpió en su habitación a los 12 años para contarle que finalmente era la novia de Arnold, para ver cómo su corazón se rompía por primera vez unos meses después cuando el chico les contó que se mudaría.
So when you're near me
Darling can't you hear me
S.O.S
And the love you gave me
Nothing else can save me
S.O.S
Y luego, se sucedieron en su mente, como en una secuencia de película antigua con filtro sepia, el recuerdo de todas las veces que la decepción por culpa del rubio llenó las pupilas de su mejor amiga y de cómo su aura se apegó por mucho tiempo, hasta que por algún motivo que desconocía, ese fuego resurgió dentro de ella, emanando de su mirada a toda hora, más fuerte que antes…
¿Cuál habrá sido el momento en el que Helga se transformó como un fénix y resurgió de sus propias cenizas? Ni siquiera ella, que fue su mejor amiga toda su infancia y adolescencia podría responder la interrogante. Phoebe dudó por un breve momento, arrepintiéndose enseguida, si debería reconfortar a su amiga, pero no se sintió con el derecho, y entonces sucedió, la voz de Marcy lo inundó todo pese a la música que resonaba por los altavoces.
When you're gone
How can I even try to go on?
When you're gone
Though I try, how can I carry on?
When you're gone
How can I even try to go on?
When you're gone
Though I try, how can I carry on?
-¿Es por lo que dije sobre que te gusto?- preguntó la chica de cabellos cobrizos, en total desconocimiento de que hubiera alguien más escuchando su conversación, pero disfrutando de la reacción que obtuvo de su interlocutor.
-¡Qué! N-no… no, eso no… no era en lo que yo…- "No estaba pensando en eso, no es tan difícil de decir Arnold" se recriminó internamente mientras giraba intentando encontrar otra cosa para cambiar el tema, antes de que Marcy continuara riéndose de él. Esperaba ver cualquier cosa, menos encontrarse con la protagonista de sus anteriores lamentaciones de pie en toda su altura apuntándole con el rifle de gotcha que tenía en las manos y viéndole como si de alguna forma él la hubiera traicionado, gesto que sólo se agravó cuando por inercia el rubio cubrió a su compañera con su cuerpo como si esperara recibir una bala por ella, literalmente en este escenario, aunque claro, sería una bala de pintura.
-Te dije que es muy buena en esto- murmuró Marcy a espaldas de Shortman, con un orgulloso tono de voz como si se regodeara en el momento que protagonizaban ambos rubios, en sincronía con las últimas notas de la canción de ABBA.
