Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.
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Capítulo 38
BPOV
Unos días después, tengo el día libre, y ya que Emilia sigue en la guardería, invito a Rose para ponernos al día—ha pasado un tiempo sin ser solo las dos. Así que, sentadas a la mesa de la cocina, ella me cuenta todo sobre sus infinitas entrevistas de trabajo que llevaron a la nada, y finalmente confieso mi plan para reunir a Edward con su padre.
Ha sido una perra guardármelo para mí misma.
—Eres demasiado buena para él, cariño. —Ella sacude la cabeza y sopla un poco del vapor de la taza de café—. No puedo creer que se haya enojado contigo.
Frunzo el ceño mientras bajo la mirada a mi lata de soda, pensando en la reacción de Edward ante mi mentira. Pero no creo que él haya tenido una mala reacción. Él estuvo molesto, con mucha razón, pero está aceptándolo —especialmente en los últimos días— y sabe que mi corazón está en el lugar correcto. Además, él fue y rastró a mi hermano mayor hace muchos años. Y sé que solo es una cuestión de tiempo para que Edward me agradezca por esto—así como yo se lo agradecí.
Ed ya lo ha hecho.
El día después de que se enviaron esos primeros mensajes, Ed estaba a punto de llorar cuando llegué al trabajo. Él no podía dejar de sonreír.
Me encojo de hombros.
—Creo que reaccionó de la manera en que cualquiera lo haría. —Cuando mi esposo contactó a Jason a mis espaldas, estuve furiosa al principio. Pero lo superé, y si no fuera por Edward, no hubiera tenido la posibilidad de despedirme de mi hermano antes que muriera.
Nunca tuve la posibilidad de despedirme de Sean, a pesar de que estuve allí cuando murió.
—Dejas que te trate como...
Sonrío.
—No termines esa oración. —La furia me invade, pero la escondo detrás de esa sonrisa. Sin embargo, sé que ella puede verla en mis ojos—. Ya es suficiente, Rose. —Puedo soportar sus discusiones y la forma en que se quejan del otro, pero ya he tenido suficiente de la mierda que sueltan cuando el otro no está cerca. De hecho, Rose es la que habla mierdas sobre Edward a sus espaldas, porque cuando Rose no está aquí, ella no existe para mi marido.
Jamás he entendido sus problemas, aunque sé de qué se trata. Rose es protectora conmigo —lo entiendo— pero ella no tiene razones para pensar mal de Edward. Él es un marido y padre increíble. Y Rose sabe que él fue quien me salvó cuando vivíamos en Nueva York. Ella conoce todos los detalles, y aún así trata a Edward como si fuera la razón por la que yo consumía drogas. Lo cual no puede estar tan lejos de la verdad.
—¡Simplemente no entiendo qué ves en él!
—Comienzo a creer que nunca lo harás —digo sin emoción, porque se lo he dicho un millón de veces—. ¿Sabes? Dices que merezco algo mejor... —Me río secamente y sacudo la cabeza, frustrada—. ¿Tienes a alguien en mente? Porque no puedes soltar esa mierda, ¿o sí?
Ella me mira.
¿Alguien extrañaba a Rose? Yo no jajaja. ¿Se imaginan a Ed todo feliz de que su hijo le haya respondido? Aww.
¡Cuídense y buen sábado!
Pali
