Este fic participa en el minireto de abril de La Copa de la Casa 20/21 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. El reto consistía en trasladar a uno o varios personajes de la saga a una época distinta a la suya; he usado a Andromeda Tonks (ft. Dora y hermanas) y baja edad media.
Disclaimer: Los personajes pertenecen a JK Rowling.
Beta: Nea Poulain
Palabras: 500
Señora de la Muerte
—Llegó con la luna menguante, tras la muerte de la mayoría de los aldeanos. —Aunque los ojos del hombre estaban puestos en ella, su mirada permanecía perdida—. La reté por la varita, como tantos han hecho, y me venció… ¿Puedo irme ya?
Andromeda abrió la mano y se dio cuenta de que había estado apretando la piedra con demasiada fuerza; su contorno triangular le había dejado marcas en la palma.
—Gracias por tu ayuda —respondió—. Descansa.
La figura del hombre se desvaneció lentamente. Andromeda se puso en el dedo la banda plateada a la que había engastado la piedra y volvió a colocarse sobre los hombros la capa de invisibilidad.
Salió de la casa tras sortear el cadáver del hombre con el que acababa de hablar.
El hogar del difunto se encontraba cerca de un cementerio, donde los aldeanos habían abierto una fosa que nadie había alcanzado a sepultar. Solo algunos cuerpos estaban amortajados; el resto mostraba los estragos que había causado la peste. Cubriéndose la nariz, Andromeda se prometió enterrarlos antes de continuar su camino.
Encontrar a su hija no fue difícil; el silencio en el pueblo era tan absoluto, que se limitó a seguir los ruidos que provocaba Dora. La encontró frente al hogar de la casa abandonada de la que se habían adueñado, aplastando plantas para una poción en su mortero.
Su hija se sobresaltó un poco cuando se sentó a su lado, al tiempo que se quitaba la capa.
—No hace falta que la usemos —Andromeda dobló la tela—. Un mago vivía en esta aldea: a juzgar por lo que me ha dicho, Bellatrix estuvo aquí hace días. Ya debe encontrarse lejos.
Dora no respondió; su mirada permanecía clavada en su trabajo y no la levantó hasta que Andromeda colocó la mano bajo su barbilla.
—¿Qué ocurre, cariño? —le preguntó.
Ella negó con la cabeza y, al hacerlo, uno de sus mechones se volvió de color marrón desvalido.
—¿Y si acaban muriendo todos? —preguntó, casi en un susurro.
—No —respondió Andromeda, contundente—. Encontraremos a Bella…
—Me refería a los muggles. —Dora desvió la vista al anillo de Andromeda—. ¿Y si reunir los tres objetos no detiene a la Muerte?
—Dora, Bella no va a ser como Cissy. —A ella no había resultado difícil convencerla para que le entregase la piedra—. Va a pelear por su varita, de modo que necesito que seas fuerte, ¿de acuerdo?
La respuesta de Dora fue abrazarse a ella, colocando sobre su hombro un cabello que ya se había tornado de color apagado.
Andromeda maldijo a la joven que había sido. Junto a sus hermanas, se había creído lo bastante lista como para retar a una Muerte que ahora parecía dispuesta a cobrarse con miles de almas cada regalo entregado.
—Confío en ti —añadió Andromeda. No se hacía ilusiones sobre lo que podía ocurrirle al enfrentarse a Bella, pero sabía que Dora podía ser la Señora de la Muerte en su lugar.
Ella enmendaría sus errores.
NA.
Creo que el cuento de los tres hermanos no estaba situado exactamente en la baja edad media, pero la idea de que la Peste Negra fuera el telón de fondo de la época en la que aparecen las reliquias y de alguna forma pudiera explicarse con ellas siempre me ha gustado (aunque no sea 100% canon). Ergo, la he usado para este fic, junto a las hermanas Black.
Gracias por leer un mes más y gracias a Nea por el beteo :D
