Capítulo 39

La mañana acariciaba ambos cuerpos con su luz, el youkai se mantenía despabilado, dormir no era una de sus manías preferidas y con una Kagome dormida muy abrazada a él y enredada en su moko moko resultaba más que imposible.

La miko era una verdadera pesadilla, en varios forcejeos nocturnos para cubrirse del frio casi acaba arrancandole el moko moko sin contar las tonterías que decía dormida; pero debía admitir que eso resultaba gracioso a su manera.

-Miko despierta, debemos irnos ahora – llamo moviéndola un poco, pero ella ignoro olímpicamente su llamado de atención – tch… -bufo levantándose con la chica en brazos y bajando del árbol donde habían pasado la noche, donde discutió con ella por su propio bienestar, estaba equivocada si pensaba que el insistiria en despertarla

Más que decidido estaba a ir a la aldea, debía avisar a rin y jaken que se marcharían o si no sería una pesadilla adicional con la insistencia de la pequeña niña. Mientras andaba con pasos decididos, meditaba en todo el lio que se armaría en el palacio con su regreso, pero lo más importante sería el rechazo de los youkais a sus decisiones.

Él no era cualquier youkai, él era un lord, dueño y único heredero de las tierras de su padre debido a ser en aquel entonces el único hijo con la fuerza y la firmeza suficiente de controlar desde muy joven todo lo que significaba un reino.

Detuvo su paso al estar frente a la cabaña, la mujer se mantenía dormida siendo un poco inusitado para el Youkai que la miraba extrañado hasta que el visillo de la cabaña se corrió dejando ver a una mujer mayor. Kaede era humana, pero de las humanas que conocía ella era la única a la que podía dejar en cuidado a Kagome y a Rin, ella las entendía mejor que cualquier otra persona, la vieja sacerdotisa era digna de su confianza.

-Buen día ¿sucede algo con Kagome? – pregunto la mujer mayor acercándose al youkai

- ¿No tienes miedo? – pregunto a la anciana, ella lo miro con sarcasmo

-Sesshomaru, una mujer que ha vivido tantos años como yo, no teme ya de la muerte – respondió acomodando un mechón de cabello en Kagome volviendo a su tradicional pose de brazos cruzados en la espalda – preguntarme algo como eso es impropio de ti, he cuidado antes de Rin lo que significa que confías un poco en mi o al menos eso quiero pensar

El youkai sostuvo la mirada en ella durante un rato, se mantenía impasible, la sacerdotisa era sabia y mordaz, le hablaba sin ningún atisbo de temor y con una seguridad completamente palpable.

-Amo Sesshomaru – pronunciaba una recién despierta Rin que salía de la cabaña frotándose los ojos, estaba despeinada

-Rin, ve por Jaken – ordenaba Sesshomaru a la niña que inmediatamente entro a buscar al mencionado

-Sesshomaru…-Dijo Inuyasha saliendo mientras ajustaba un poco su rata de fuego - ¿Sucede algo con Kagome? Ayer no regresaron

-Ella está bien – dijo sin mas

-Mientras Kagome este embarazada es posible que sus siestas sean más largas de lo normal, pero es natural en su estado – aclaraba Kaede mirando a la mujer y luego al youkai – Si hay algo que consideres extraño por favor tráela de inmediato – pidió seriamente

El youkai solo asintió alejándose de la aldea por los cielos, llevando a una dormida miko en brazos y siendo seguidos pasos más atrás por la niña, la bestia de 2 cabezas y un sonámbulo Jaken

-Keh! ¿Quién se ha creído? – refunfuño Inuyasha mirando a Sesshomaru alejarse – Sango lo matara cuando sepa que se han ido sin despedirse – Kaede rio ante el comentario

-Si algo he aprendido con ustedes es que los Inu pueden ser muy posesivos con sus hembras – confeso sonrojando a Inuyasha, molestándolo – estoy segura que volverán – culmino para buscar su cesta de hierbas y salir en dirección al bosque

-Kaede – llamo Inuyasha deteniendo a la mujer mayor – Lamento…lamento lo de Kikyo – dijo completamente apenado, Kaede lo miro seriamente y luego suspiro

-Inuyasha no lo sientas, entiendo tu dolor, pero mi hermana no pertenecía a este mundo – se lamentaba ante el hecho de que Kikyo fuese arrebatada de ese plano de nuevo – creo que mi hermana hubiese deseado esto… - susurro marchándose dejando a un Inuyasha apenado frente a la entrada de su hogar.

El viaje continuaba para el peliplateado y para el pequeño par que lo acompañaba, por fortuna agradecía internamente que Ah-Un era ágil y rápido como él y podía seguirle el ritmo por un tiempo prolongado

-Mmm – jadeo mientras abría los ojos encontrándose con la mirada de Sesshomaru y el cielo al fondo aterrándose - ¡¿Qué ha sucedido!? – exclamo queriéndose incorporar siendo detenida por la fuerza de los brazos del youkai

- ¿Acaso quieres morir? – pregunto indiferente mirando nuevamente al horizonte, evitando perder el rumbo en el viaje

-Sesshomaru… - lo llamo enojada sin mirarlo, pero sabía que tenía la atención del hombre - ¿Me has traído sin que me despidiera de mis amigos?

-Puedes hacerlo en cualquier otro momento – respondía sin mirarla ella estaba enojándose, podía olerlo

- ¡¿Cómo te atreves a hacer eso?! – grito en una de sus sensibles orejas puntiaguda provocando un gruñido y que hiciera una rápida caída libre asustándola por un momento

-Miserable humana – gruño incorporándose a pocos metros de impactar contra el suelo mirándola notoriamente enojado, Jaken de inmediato se cubría detrás de Rin al sentir la gran carga de molestia en su señor - ¿Por qué? – interrogo molesto flotando sin moverse en el lugar

- ¿Sabes lo triste que es para mí marcharme sin despedirme de mis compañeros? – vocifero molesta – claro, no tienes idea de las costumbres humanas – soltó esas palabras que resultaron un poco venenosas para el youkai

-Tuviste tu momento con los humanos – respondió sin mirarla regresando al vuelo de retorno al palacio

-Bájame, no quiero ir contigo – pidió enojada

-Deja de ser infantil y quédate quieta – regreso el youkai mordazmente, ella quedo en silencio durante unos minutos de brazos cruzados – mira adelante – la miro de reojo y noto que luego de un infantil puchero miro en la dirección señalada entrando en un estado de fascinación tal que no pudo evitar sonreír internamente, a ella le gustaba su nuevo hogar.

-Oiga señor Jaken – se dirigió al demonio en un susurro – ¿la señorita Kagome puede dar miedo a veces verdad?

-Ni me lo digas – respondió un asustado Jaken, esa mujer no había muerto después de semejante acción ante su amo – recuerda que nunca debemos hacerla enfadar – culmino con asombro haciendo sonreír a Rin que también veía el palacio que se erguía frente a ellos

-¡ES INCREIBLE! – grito con euforia ante lo que sus ojos veían, no le molestaba viajar con el youkai que la regreso a la vida pero el hecho de tener ahora algo que poder llamar hogar y una extraña familia pero familia al fin, era regocijante, calentaba su corazón.

-Ah-Un, mantente cerca – ordeno el youkai aterrizando con sus compañeros en el patio central del palacio, saltando la puerta de entrada principal, esta era custodiada por dos youkai tigre que se acercaron rápidamente a ellos

-¡Lord Sesshomaru! Señor Jaken, sean bienvenido – dijeron al unísono junto a una reverencia, el youkai los miro de forma imperturbable – pero las humanas, mi señor, usted mejor que nadie sabe que no están permitidas

-A partir de hoy solo estas humanas pueden entrar al palacio – dijo sorprendiendo a la miko, parece que la presencia de las humanas era prohibida en el lugar dándose cuenta del odio que los youkai de ese lugar podían tener hacia ellas, un frio le recorrió la espalda y acabo estremeciéndose, cosa que no pasó desapercibida por el youkai

-Amo Sesshomaru – una voz femenina abrió las gigantescas puertas doradas del palacio con toda la facilidad y cuando Kagome la miro se sintió minúscula, ella tenía un cabello del color del cielo con unos ojos a juego, vestida con un kimono completamente hermoso de color negro con detalles dorados, sus hombros sensualmente descubiertos dejando al descubierto sus redondos pechos un poco más de lo necesario

-Megumi… – dijo calmadamente el youkai y Kagome lo miro enseguida, esa mujer debía ser cercana a Sesshomaru porque nunca había escuchado otro nombre salir de su boca que no fuese el suyo o el de Rin, la situación la dejaba un poco incomoda

-Mi señor – espetaba la mujer, esas palabras sonaban como una caricia para Kagome, eran más que un simple "mi señor", casi sentía la lujuria en ellas, pero cuando se acercó a ellos ignorándola por completo acariciando el formado bíceps de su compañero sintió unos celos completamente descomunales, pero no quería armar una escena, no se rebajaría, sin embargo, el youkai no la soltaba, la mantenía muy junto a el – que bueno saber que está de regreso, todo el palacio estaba preocupado por usted

Una gota resbalo por la nuca de Kagome al notar el cinismo en las palabras de la youkai, no podía negar que era hermosísima, su belleza era casi afrodisiaca y por la experiencia que tenía el youkai al hacer el amor con ella podía intuir que no habían intercambiado simples palabras de bienvenida en varias ocasiones.

-Señor Jaken…quizás la señorita Kagome puede estar celosa – susurro Rin al demonio verde que asintió con rapidez y se notaba muy nervioso.

-Rin, mejor quédate callada – sus palabras casi fueron en suplica, la niña entendió de inmediato y se mantuvo callada y quieta en el lugar. "Si Megumi se entera que el amo ha marcado a una humana va a enfurecer, ella ha deseado la marca del amo por años, creo que hubiese sido mejor quedarnos en la aldea" pensaba con los nervios a mil y casi sintió que moriría cuando escucho una sutil exclamación de la youkai femenina.

-Hasta ahora me doy cuenta ¿Quién es esta miserable humana que lo acompaña mi señor? – pregunto audaz acariciando su mano, Sesshomaru esbozo una ligera sonrisa que fue acompañada poco después por Megumi, quizás matarían a esas mujeres

-Megumi, ella y la niña humana se quedarán un tiempo con nosotros – soltó el lord avanzando al interior del palacio sin soltar a la miko, esfumando completamente la sonrisa del rostro femenino, sabía que su compañera estaba celosa, pero debía controlar su reiki y no descargarlo tan descuidadamente, Kagome era su hembra pero también estaba seguro del poder de la sensual mujer que lo había recibido y de no ser por su sola presencia ella habría acabado con Kagome sin vacilación – Jaken, lleva a Rin a una habitación y mantente con ella hasta que deje en claro que nadie en este palacio puede tocarlas – hizo un inusual énfasis en la última frase dejando boquiabiertos a varios demonios que resguardaban algunas área del gran salón que atravesaban.