Lawliet arruga un poco la nariz cuando el café caliente se desliza por su lengua, está amargo. No obstante, intenta no poner cara de asco para no delatarse.
—Te estoy viendo. —Light deja su vaso con leche de soya sobre la mesa y luego toma una de las tostadas y le unta mermelada de fresa.
—¡Es que está horrible! —Si tan solo supiera donde escondió Light el azúcar podría agregarle unas cinco cucharaditas al café para empezar.
—Pues te aguantas, tu doctor dijo que tenías que reducir el azúcar, ¿no?
—Reducirla no significa eliminarla. —Refunfuña, dándole un mordisco a una tostada.
—No la has eliminado, ¿o acaso piensas que esas mermeladas las endulzan de forma natural? —Suelta un bostezo mientras se talla un ojo, no despertaron hace mucho— Si antes no le hacías caso a tu doctor, yo haré que lo hagas antes que te dé un coma diabético.
El pelinegro arruga la nariz y luego se rasca con desgano el pecho desnudo, Tuvieron que conformarse con unas tostadas porque ninguno sabe cocinar mucho, y él por su parte tiene demasiada pereza como para tomar una ducha y salir a desayunar.
—Si el exceso de azúcar puede ocasionar eso, ¿no consumirla qué ocasiona? Quizá por eso mi poco ánimo —desliza los brazos sobre la mesa hasta que apoya su rostro en ella—. Me estoy muriendo, Light.
—No lo sé. Y no lo voy a averiguar para que luego lo uses a tu favor. Así que no seas dramático, ¿quieres? —Pone los ojos en blanco antes de cortar un trocito del pan y lanzárselo.
El pelinegro hace una pataleta y luego se endereza, formando un puchero. Según el castaño, la mermelada es lo suficientemente dulce para sustituir el azúcar.
—Como no eres tú el que está tomando esta cosa...
—Me da acidez. —Le da un largo sorbo a su vaso de leche, después se relame los labios, sin dejar de ver al pelinegro, solo para molestarlo un poquito.
En algún punto se resigna, añade más mermelada de la que debería y apenas prueba el café.
Es viernes, adelantó un poco de trabajo durante la semana para coincidir con el día libre de Light. A veces siente que apenas se ven, aún los fines de semana le toca cubrir algunas horas en el restaurante. Así que quería pasar un día completo con él, sobre todo luego de lo ocurrido el lunes.
—Pensaba que podríamos hacer algo hoy. —Interrumpe Elle mientras toma una servilleta para limpiarse las manos.
Light enarca una ceja y lo mira expectante.
—Recuerdo que la semana pasada me dijiste que te gustaría aprender a manejar. Yo podría enseñarte.
—¿Hablas en serio? —Frunce el ceño, de todas las posibilidades en las que pensó, ésta ni siquiera pasó por su cabeza.
—Sí, conozco un lugar donde no pasan muchos autos, podríamos ir para que practiques.
Las facciones de Light se relajan y un brillo se apodera de sus ojos.
—¿¡Eso significa que voy a conducir el Lamborghini!?
—Sigue soñando, iremos en el Sedán. —Lo ama, pero no dejaría a su otro bebé en manos de un principiante.
Los hombros del castaño caen al igual que su emoción.
—Ush, que aburrido. —Se pone de pie, recogiendo los platos.
Elle se queda en la mesa mientras Light se dirige a enjuagar los platos, podría meter todo en el lavavajillas, pero al «señor de la casa» como le dice al pelinegro por lo quisquilloso que es para esas cosas, le gusta lavarlos primero. Luego de estirarse, Lawliet también se pone de pie y toma un trapo para retirar las migas de pan. Lo hace en silencio, lo cual debería ser raro ya que él es quien siempre busca entablar una conversación, pero Light aún no ha terminado de despertar como para darse cuenta.
Hay algo que ha rondado por la cabeza de Elle durante los últimos días, lo difícil es exteriorizarlo. Nunca ha sido alguien a quien se le dificulte expresarse, pero cierto castaño lo hace dudar de sus habilidades.
—Light... —carraspea la garganta, al menos ya dio el primer paso. Se siente confiado hasta que lo ve voltear y esos ojos miel se clavan en él— Quiero proponerte algo...
—Pensé que ya habíamos superado la etapa de los tratos. —Cierra el grifo y se seca las manos.
—Quédate a vivir conmigo. —Suelta de un tirón, siendo testigo de cómo el rostro del otro palidece.
—¿Qué... ?
—De-déjame explicarte... —Balbucea mientras se acerca con premura para tomarlo de las manos, como si tuviera miedo de que el castaño pudiera desmayarse en cualquier momento. No es como esperaba decirlo, esto no es precisamente "ir despacio", pero se vuelve un idiota cuando se trata de Light—. Estaba pensando que... podrías vivir aquí... conmigo...
—No somos novios. —Aclara, relamiéndose los labios y apartando la mirada.
—Ya lo sé. No lo digo en ese plan, créeme... —Lo toma del mentón, haciéndolo voltear hacia él. —Pero estás pagando el alquiler de una casa en la que no vives.
—Pero algún día voy a volver.
—Light, a ti no te gusta vivir en ese lugar. —Lo dice suave, porque no es algo que alguna vez le haya dicho, sólo lo intuye.
Cuando apenas se conocían, tenía la impresión que Light era un pendejito que rechazaba su situación económica como lo muestran en algunas novelas, pero con el tiempo ha llegado a la conclusión que no es la pobreza lo que odia sino la desesperanza y degradación que ha percibido las pocas veces que ha ido a ese sitio. No obstante, a pesar de ser una suposición, su teoría es bastante acertada y es por eso que Light se queda callado.
—Yo pensaba que podrías ahorrarte lo que pagas de alquiler —continua Elle tras unos segundos de silencio, en los cuales esperaba ser contradicho—. Cuando tu mamá esté por salir de la clínica, yo te puedo ayudar a buscar un apartamento accesible y en otro sitio.
Light sonríe por acto reflejo, pero siente que le tiemblan los labios. A pesar de todo, es alguien que suele soñar con bastante facilidad, sin embargo la mayoría de sus planes se han visto desbaratados por la cruda realidad. Así que no puede evitar mantenerse un poco escéptico.
—Tampoco es que vaya a ahorrar mucho, el alquiler es poco.
—Al final todo suma —lo vuelve a tomar del mentón para que lo vea directo a los ojos—. Dime, ¿no te emociona pensar que cuando ella salga se lleve la sorpresa de una casa nueva? ¿Mucho más bonita? —Tal vez esté mal usar a Sachiko para persuadirlo, él no quiere que Light vuelva a ese barrio, pero sabe que lo ideal es pintarle la idea de manera bonita en lugar de intentar imponérsela.
Se da cuenta que logró su cometido al ver que esas pupilas brillan. Sin embargo, Light tiembla de solo imaginarlo. Es algo con lo que siempre ha soñado, pero es la primera vez que siente que se puede volver realidad, y eso lo pone nervioso.
—Déjame pensarlo. —Logra decir luego de unos segundos. Suena demasiado fácil para ser cierto, aún así su corazón no entiende de razones y late con demasiada rapidez.
Elle sonríe y asiente, luego se acerca para darle un beso en la frente y cuando se aleja le susurra:
—Ya te lo dije... será a tu ritmo.
A Light le es muy difícil hacer andar el auto. Nunca pensó que meter clutch, cambiar velocidad, acelerar y luego soltar el primer pedal despacio fuera a ser tan complicado. Ni hablar de las veces que hizo cabecear el auto para después apagarse por no meter clutch a fondo o por sacarlo muy rápido. Sin embargo, cuando finalmente lo logra, no puede evitar sonreír.
—¿Cómo voy? —Pregunta con una sonrisa, pese a que justo acaba de hacer que la cabeza de Elle casi choque con el techo luego de haber pasado un reductor de velocidad.
—Bien. —El pelinegro intenta mantenerse sereno mientras se acomoda en el asiento. Ya le dijo que debe disminuir la velocidad cuando vea alguno, pero trata de ser comprensivo porque la primera vez es difícil para muchos. Aunque eso no significa que no le duela escuchar los golpes que su auto recibe, porque él suele cuidarlos mucho.
Light sigue avanzando a una velocidad moderada, Lawliet continúa dándole indicaciones como que cambie de velocidad o le advierte cuando se está saliendo del carril que le corresponde, todo esto lo hace sin soltar el freno de mano, lo ha mantenido sujeto desde que empezaron. Según él solo es por precaución y no por miedo, aunque han habido momentos en el que lo ha apretado más de lo necesario.
—¿Y si practicas lo de parquearte? —Interrumpe Elle después de que Light hubiera metido freno de forma poco delicada para pasar por un reductor de velocidad, provocando un molesto chirrido con las llantas. El pelinegro no cree poder soportarlo más, es igual o peor que la dichosa rueda de la fortuna, otro movimiento brusco como ese y terminará devolviendo el café amargo del desayuno.
Light se muerde la punta de la lengua mientras intenta ubicar a través del espejo retrovisor el triángulo de emergencia que Lawliet acomodó a la orilla de la calle hace un rato, cuando le dijo que tomaran un descanso. Lo ha llevado a practicar dando vueltas por una iglesia, la cual a esa hora del día es poco transitada.
La idea es que imagine que el triángulo representa un auto, así que comienza a retroceder despacio. El problema es que su ojo derecho no ayuda y le es difícil enfocar solo con el izquierdo.
—¿Por qué no acomodas el retrovisor? —Pregunta Lawliet al verlo sacar la cabeza por la ventana en lugar de usar los espejos.
—Déjame hacerlo a mi manera.
—¿A tu manera? Es la primera vez que manejas un auto —Elle se ladea en el asiento para ver hacia atrás, es un alivio que no haya carros cerca, pero no deja de sentirse nervioso, definitivamente serán necesarias muchas lecciones antes de que pueda solicitar la licencia de conducir—. Vas muy torcido, enderézate. —Light acata, vuelve a retroceder, pero esta vez no lo hace despacio y en ese momento Lawliet escucha algo crujir.
—Creo que ya está. —Asegura el castaño, apagando el auto y retirándose el cinturón de seguridad de lo más tranquilo.
Elle sale para confirmar lo que ya supone: el carro quedó torcido y no solo eso, el triángulo de emergencias quedó aplastado bajo una llanta. Sin embargo, si quedó bien o mal estacionado deja de importarle cuando dos brazos le rodean el cuello.
—¡Fue muy divertido! —Light lo abraza con fuerzas. Está tan orgulloso que ni siquiera recuerda el triángulo que yace hecho pedazos— ¿¡Cuándo lo haremos de nuevo!?
Las imágenes recientes caen como meteoritos en la cabeza de Elle, una tras otra, como si su mente quisiera darle en tiempo récord todas las pruebas de por qué no es buena idea intentarlo otra vez. Pero Lawliet ha descubierto algo en estos últimos meses, le es casi imposible negarle algo a Light, sobre todo cuando lo ve tan radiante y feliz.
oOo
Mello golpea la puerta por tercera vez, la agarraría a patadas si no fuera porque podría meterse en problemas con el arrendatario.
—¡Hay un solo baño en toda la casa, Beyond! ¡No puedes encerrarte como si fueras el único que vive aquí!
—Ay, que pesado —el pelinegro abre la puerta, tallándose los ojos y soltando un bostezo—. No lo dejan ni mear tranquilo a uno en esta casa.
—Te encerraste como diez minutos... —Masculla entre dientes y lo aparta de un empujón para poder entrar.
—Me dio sueño y me senté un rato. Tanto drama. —Bosteza de nuevo mientras se rasca la cabeza, haciendo una mueca de dolor cuando los dedos se le enredan entre el cabello.
—Te debería dar vergüenza... —Murmura sin prestarle mucha atención, está más concentrado en revisar todos los botes desordenados que están en el gabinete. —Son las nueve y cuarto y tú aún durmiendo... ¿qué mierda...? —Susurra para sí mismo al encontrar la mostaza que anduvieron buscando ayer para la cena.
—Di que me levanté temprano porque más tarde tenemos que trabajar. —Se apoya de lado contra el marco de la puerta, parpadeando varias veces porque la luz aún le molesta—. Si fuera mi día libre seguiría... —Hace una pausa cuando sus ojos se enfocan en Mello, lo recorre de pies a cabeza. Es normal verlo con pantalones de cuero aún en la casa, a veces se pregunta si no le da calor en los huevos, pero en esta ocasión además lleva una remera negra con un profundo cuello en V y una chaqueta liviana de animal print— ¿Y tú a dónde vas?
—Haré una videollamada con Near —responde sin voltear, se le está acabando el tiempo y no encuentra su perfume, lo peor es que ha encontrado una increíble cantidad de botes vacíos— ¡Aquí está!
—¿Qué? ¿Acaso te va a oler a través de la cámara? —Enarca una ceja, viendo como el rubio abraza contra su pecho la loción.
—¿Qué te importa? —La sonrisa se le borra al instante, y con la misma hostilidad de sus palabras, empuja de nuevo al pelinegro para pasar.
Intenta mantener la calma y caminar despacio, pero luego no puede evitar correr hasta la habitación del fondo y encerrarse en ella. Aún le faltan ultimar algunos detalles, como el cabello. Se dirige a un pequeño espejo que colgó hace tiempo en la pared, se peina de lado con los dedos para un look relajado y lo deja suelto para que no parezca que pasó horas arreglándose.
Toma asiento en la cama, ahora solo debe esperar. Quedaron para las nueve y media, tan solo faltan cinco minutos, pero tiene la sensación que el tiempo va demasiado lento. Se mensajean todos los días, sin embargo son pocas las ocasiones en las que pueden coincidir para hacer una videollamada, y él necesita verlo a través de algo más que fotos.
Se acomoda en el colchón y mientras espera práctica sus mejores ángulos usando la cámara del celular. Cuando el teléfono comienza a vibrar, casi lo suelta, pero intenta mantener la calma. Solo le es necesario inspirar tres veces, acomodarse el cabello y adoptar su mejor pose antes de contestar.
—¿Qué hay, enano? —Se reprende mentalmente por ese saludo.
—Hola, Mello. —Near sonríe mientras se termina de poner los auriculares y luego acomoda el celular contra un florero. Está en una cafetería cercana y decidió quedarse en una de las mesas de afuera para poder platicar—. Frappuccino alla fragola, per favore. —El mesero anota el pedido y se retira tras prometer que vuelve en seguida. Una vez solos, dirige la mirada a la cámara. —¿Y qué me cuentas, Mello? ¿Cómo van las cosas? —A pesar de que luce calmado mientras hace remolinos con su dedo en un mechón de cabello, la verdad es que está demasiado nervioso, y aunque lo ignora, al rubio le pasa exactamente lo mismo.
—Pueeees, el lunes le regalé un chocolate a Yagami, ¿te contó? —Se deja ir de espalda en el colchón, estirando el brazo para que la cámara capte parte de su atuendo. Dicho movimiento hace que el dije que cuelga en su pecho se mueva y quede más al descubierto.
A Near no le pasa desapercibido ese detalle, lo ha visto antes, pero prefiere obviarlo.
—¿Tú, regalando chocolate? ¿Y a Light? Parece que tantas publicaciones sobre el fin del mundo no son simples especulaciones.
—Sí, bueno... creo que algo le pasaba ese día —el objetivo de ese comentario, además de hacerle notar a Near su gentileza, es intentar saciar la curiosidad que lo carcome. Porque si hay alguien que puede saber qué le pasaba a Yagami ese día es Nate— ¿Tú tienes idea si le ocurrió algo?
Para suerte de River, el mesero le lleva su bebida en ese momento, dándole tiempo de ordenar sus palabras. No le contó a nadie lo sucedido porque eso sería igual a traicionar la confianza de su amigo, tampoco piensa hacerlo ahora, pero para alguien que le cuesta tanto mentir no es fácil responder esa pregunta.
—No... ni idea —de forma inconsciente, no hace contacto visual con la cámara. Ni siquiera se lo comentó a Elle porque prefirió esperar y cuando al día siguiente su amigo le escribió de lo más feliz del mundo, decidió no decir nada sobre el quiebre que Light había tenido un día antes.
—Ya... —sabe que no le está diciendo la verdad, pero no piensa desperdiciar su tiempo con él en cuestionarlo, menos sobre algo de Yagami— ¿Y cómo te está yendo por allá? Te veo más delgado. —las mejillas se le ven menos redondeadas, y quizá el no verlo tan seguido lo hace más notorio.
—Ando mucho en bicicleta y estuve yendo al gimnasio al principio para tener algo que hacer, ¿te acuerdas? Como no conocía mucho. Aún estoy pagando la mensualidad y voy de vez en cuando —ríe mientras por debajo de la mesa su pierna se mueve con demasiada rapidez y nerviosismo aunque luzca de lo más tranquilo mientras le da un sorbo a su frappé—. Por lo otro... me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Hay mucha gente mayor, quizá por eso el pueblo es bastante tranquilo.
—¿Y no extrañas este lado del charco?
—¿El bullicio y la contaminación? —Enarca una ceja formando una sonrisa divertida.
—O a nosotros.
—Sí, a ustedes sí.
—¿Y a mí? —Pregunta intentando sonar galante mientras le guiña un ojo.
Near desvía la mirada y da un largo sorbo a su bebida. Todos los días recibe sin falta un mensaje de buenos días a las siete de la mañana por parte de Mello, Beyond le contó que el rubio ha puesto una alarma para no fallar ningún día, lo sabe porque duerme en la habitación de al lado y según le dijo, si su pereza no fuera más grande que su furia, ya habría matado a Mello por no dejarlo dormir. Hace poco volvió a recibir rosas, y sabe por Light que Mello siempre esta con el collar puesto. Son detalles que lo emocionan, pero quizá la distancia lo hace ser más prudente. Ha tenido tiempo para pensar y se ha dado cuenta que todo lo de ellos fue muy intenso y a la vez demasiado caótico, no hay forma de que eso sea un amor sano. Han pasado juntos muchos momentos graciosos y hasta tiernos, como la vez que Mello quería celebrarle su cumpleaños número dieciocho y los convenció de que conocía a un amigo que tenía piscina. Terminaron irrumpiendo en el hogar de un desconocido y luego a la comisaría, donde Elle tuvo que ir por ellos. Estaba tan asustado y sin embargo hasta el día de hoy no ha podido olvidar esa sensación de protección que lo invadió mientras Mello lo abrazaba, prometiéndole que no se alejaría de él hasta que salieran de ahí, y así lo hizo. No obstante, predominan más los momentos en los que se han hecho daño, como la vez que en un arranque de celos rasgó con una tijera mucha de la ropa de Mello, y como respuesta el rubio destruyó algunas de sus figuras coleccionables que jamás pudo reemplazar porque eran de edición limitada.
—¿Sabes? He estado pensando... —dice tras carraspear la garganta— quisiera estudiar aquí.
—¿Cómo...? Pero... ya estás estudiando ahí, ¿no? Es decir... Bueno, el curso que imparte Alex cuenta, ¿no?
—Me refería a una carrera... más bien es una tecnicatura en educación inicial, me llama mucho la atención trabajar con niños... —Sonríe pese a que los labios le tiemblan y ahora son ambos pies los que mueve bajo la mesa.
—Pero eso... ¿eso no dura años...? —Logra preguntar Mello tras haberse sentado de golpe en la cama.
—Las inscripciones se abrirán el año que viene —no había comentado esta decisión con nadie porque pensó que solo sería una idea pasajera, sin embargo ahora está seguro que lo mejor que puede hacer es seguir lejos. —Y aún no lo sé bien, pero creo que la duración es de tres años..
—¿¡Tres años!? Pero... pero ¿cómo? ¿Con qué dinero? —Él nunca permite que nada arruine su atuendo, pero esta vez se retira la chaqueta porque ha empezado a sudar.
—Aún tengo que pensarlo. En la biblioteca no me pagan por ayudar, pero me dan beneficios dentro de la universidad. Sin embargo, sé que con el dinero de mi liquidación no será suficiente para costearme los estudios... —Suelta un suspiro mientras se rasca la coronilla. Ha pensado en esto demasiado los últimos días—. Tampoco es tan sencillo conseguir un trabajo decente si no tienes papeles... —Tener una entrada fija de dinero es una de sus preocupaciones, pero no la única ni la más grave, Alex le ha dicho que le puede ayudar a conseguir algo.
—Entonces, ¿por qué no te vienes a estudiar aquí?
—Porque quiero hacerlo aquí... —Suspira, echándose el cabello hacia atrás.
—Pe... pero ¿por qué? Pensé que te ibas por un mes y ya van tres, ¿ahora resulta que también quieres estudiar allá? —Mello se relame los labios nervioso— ¿qué pasará con nosotros...?
—No hay un nosotros, Mihael. —La respuesta es tajante.
Mello no hizo esa última pregunta con mala intención, fue algo involuntario debido a la noticia, sin embargo Nate no lo siente así y he ahí el porqué de su reacción.
—No, no, no lo tomes a mal —añade al instante para remediar su error—. Yo sé que ahora no existe un nosotros, pero sabes que te quiero Nate. Y he intentado demostrártelo últimamente, he intentado...
—¿Y qué pensaste? ¿Qué con unos cuantos mensajes cursis ya me tendrías a tus pies? ¿Qué volvería corriendo a ti? —Puede ser que la posibilidad de quedarse lo tenga predispuesto, o quizá es un acto reflejo para convencerse a sí mismo que no volverá a caer cuando la verdad es que cada gesto lo pone ansioso.
El problema es que Mello a su manera también se deja dominar fácilmente por sus emociones, y en lugar de intentar descifrar lo que realmente reflejan esos ojos, se siente herido por las palabras del otro.
—¿Y si tanto te molesta porque no me detienes? ¿Si ya te demostré cuales son mis intenciones porque dejas que siga?
—¿No te suena familiar? —Se cruza de brazos y se reclina contra el asiento. —Podría escudarme en que yo nunca te he prometido nada, ¿no?
—Ah entonces, ¿lo que quieres es vengarte? ¿También estará incluido un Gevanni italiano en tu plan? —Tensa la mandíbula y aprieta más el celular.
—¿Y si así fuera a ti qué? Es muy lindo que me mandes flores y que pongas una alarma en la madrugada para darme los buenos días, lo que no es lindo es que creas que por eso te debo corresponder.
—¿¡Y si no tengo ninguna oportunidad por qué no me lo dices claro, sin tanto rodeo!?
—Creo que la respuesta ya te la di —suspira, mordiéndose el interior de la mejilla—, pero si quieres te doy otra: nadie te pidió que lo hicieras, todos los detalles que has tenido han sido porque tú has querido, dijiste que querías reconquistarme, aunque más bien parece que quieres forzarme.
—¿Forzarte? —Enarca una ceja y forma una sonrisa burlona. —Yo puedo estar con quien quiera sin necesidad de forzar a nadie.
Nate se tensa tras esas palabras y un nudo se le forma en la garganta, sin embargo logra aparentar que no le afectó.
—Pues ve y hazlo, cógete a cualquiera —son contadas las veces en las que usa ese lenguaje que para él es "fuerte". —Yo ya no estoy ahí, no tienes que preocuparte de que alguien esté jodiendo a tus amantes —pese a que retiene las lágrimas, su piel es tan pálida que el rojo que comienza a teñir su rostro es demasiado visible.— Me dices que no te has acostado con nadie en todos estos meses, ¿por qué será? Ah, precisamente porque yo no estoy ahí para que me los restriegues en la cara, ¿puede ser por eso?
—¿¡Esa es la idea que tienes de mí!? —Pregunta entre dientes y frunciendo el ceño.
—Eso es lo que me demostraste.
—¿Sabes qué? —Mello se lleva la mano hasta el collar y lo arranca con brusquedad, provocando que el otro abra levemente los ojos debido a la impresión. —Vete a la mierda, Nate River. Me alegro, me alegro que decidas estudiar allá y no vuelvas en mucho tiempo. —Y sin darle chance de responder algo más, el rubio desconecta la llamada.
No es como si Nate hubiese podido responder, luego de lo último su mente quedó en blanco.
Sabiendo que Mello ya no lo observa por la pantalla, deja salir un par de lágrimas, sin entender qué acaba de ocurrir. ¿Cómo algo pequeño se pudo hacer tan grande? ¿Cómo la conversación se transformó en discusión? Y ahora que la adrenalina comienza a descender, se da cuenta que ni siquiera lo ameritaba. Tal vez reaccionó a la defensiva sin necesidad, pero eso no hace que las palabras de Mello duelan menos.
oOo
Abrir esa puerta es como destapar una cápsula del tiempo. El aire se vuelve denso y las partículas de polvo empeoran esa sensación. Se adentran despacio, teniendo cuidado de no pisar nada, en el suelo no solo se encuentran cuadros y hojas de cuaderno, sino también varios vidrios rotos. El lugar está tal cual Elle lo recuerda, Light ha regresado pocas veces y nunca ha recogido nada, siempre ha procurado tomar lo que necesita y salir lo antes posible, sin voltear atrás. Cada objeto o fragmento representa algo, un quiebre, un abismo, todo lo que ha intentado ignorar durante esos meses, pero ahora no puede obviar el desastre que yace a sus pies y todo lo que eso representa.
—Hey... ¿estás bien? —Elle le roza el brazo y le sonríe luego de que Light se hubiera detenido cerca del comedor, como si dudara de entrar a la habitación.
—Sí... es solo que... —Se relame los labios nervioso. Luego de la práctica de manejo, Lawliet le preguntó de nuevo sobre la propuesta de la mañana, y claro, con lo emocionado que estaba todo le parecía buena idea, pero ahora está dudando. No porque guarde hermosos recuerdos en ese sitio, sino porque significa por fin dar el primer paso para cerrar esa etapa y comenzar a estar más cerca de la vida que alguna vez soñó.
—Será rápido... —Dice Elle para llamar de nuevo su atención, luego lo toma de la mano. A pesar que desconoce todo lo que ha pasado dentro de esas paredes, las pocas veces que ha estado ahí le han bastado para tampoco querer permanecer mucho tiempo—. Guardemos lo más importante, del resto que se encarguen los de la mudanza mañana.
Light asiente mientras avanzan. Coloca una de las maletas vacías que llevaron sobre la cama, no tiene mucho que llevar más que su ropa.
—¿En dónde voy a meter todo esto? —Light frunce el ceño y voltea sobre su hombro para ver a Elle.
No había pensado en dónde dejarán todo mientras consigue otro lugar donde vivir. Sin embargo Elle tan solo encoge los hombros, como si tuviera una respuesta a cada duda que se le presente de aquí en adelante.
—Hay un lugar donde puedes dejarlo mientras tanto. —Tampoco son tantas cosas, podría fácilmente acomodar todo en una habitación, pero omitió dicho comentario porque podía resultar ofensivo.
—¿En tu otra casa?
—¿Cómo sabes de ella? —Elle alza la cabeza y deja a un lado la camisa que estaba doblando. No es que sea un secreto aunque no recuerda haberlo comentado con Light.
—Ah... ummm... una vez llamaron de una agencia... —murmura desviando la mirada, ahora que lo piensa olvidó decirle a Lawliet ese pequeño detalle.
—Ah, sí, tenía que actualizar datos... —resuelta su duda, continúa con lo que hacía—. Y sí, pienso que todo podría quedar en el sótano o destinar una habitación para ello. De todas formas, se usa como casa vacacional, las personas que rentan el lugar lo hacen por fines de semanas o por pocos meses, no creo que vayan a extrañar un sótano.
Se quedan en silencio, el cual no es incómodo para el pelinegro, él de verdad quiere terminar lo antes posible y marcharse. En cambio el mutismo de Light es distinto, hay algo dándole vuelta por la cabeza y es ilógico porque Elle nunca ha tenido problemas en responder cada una de sus inquietudes, es solo que no quiere incomodarlo.
—Elle... ¿te puedo preguntar algo? —No voltea mientras abre un viejo ropero para sacar las cosas que hay ahí.
—¿Uhm?
Light se relame los labios, si Lawliet no se lo dijo debe ser por algo, y ya que él está acostumbrado a decir las verdades a media, supone que los demás también.
—¿Por qué tienes otra casa? —Near ya le habló sobre ella, pero supone que su amigo no conoce toda la verdad.
Elle suspira mientras toma asiento en la cama para abrir uno de los cajones de la mesita que se encuentra a un lado.
—¿Quieres la versión corta o la versión larga?
—La larga. —Responde al instante dando media vuelta.
—La versión larga empieza porque tenía miedo —dice sin rodeos—. Digamos que toda mi infancia y adolescencia fue... un poco apresurada. Un sinfín de tutores, libros, exámenes. Sabía que lo que se me venía encima no sería fácil, así que solo quise asegurarnos un futuro.
—¿Para que todos tuvieran un lugar donde vivir? —Pregunta como si fuera una suposición cuando realmente fue lo que Near le dijo.
—Ajá, en parte. —Ni siquiera presta atención a lo que hace, tan solo mete en la maleta todo lo que saca del cajón—. A los veintiuno ya estaba terminando la universidad, a los veintidós Watari me posicionó dentro de la empresa.
—¿Y te dejaron a cargo así como así? —Light camina y toma asiento a su lado. Elle ríe.
—Claro que no, estaban detrás de mí en cada paso que daba, de hecho aún es así, al fin y al cabo es su patrimonio, solo que ahora me dan más libertades. Al principio no fue así, y tenía miedo de fallar, ¿y si no llenaba sus expectativas? ¿Y si no era lo que ellos esperaban?
—Pero ellos estaban conscientes que tenías veintidós años, ¿no? Supongo que debieron tener paciencia.
—Yo no era el único niño en quien pusieron sus ojos. Si las cosas no resultaban, lo más fácil era optar por alguien más, ¿no te parece? Toda mi vida fue planeada para esto, me quedaría sin nada si no lo hacía bien.
Light toma una de las manos del pelinegro, Elle no parece afectado, pero oírlo decir eso luego de todo lo que Near le ha contado, le confirma que detrás de toda esa atención que le dieron los tutores hubo un niño solitario.
—¿Pensaste sacar provecho de las cosas materiales si lo demás fallaba?
Lawliet sonríe y se inclina un poco para darle un beso en la mejilla.
—See? Great minds think alike. Exacto, vendiendo la casa y el auto tenía suficiente para que viviéramos bien por un buen rato, mientras pensaba qué mierda hacer.
—Debió ser... estresante, ¿no? —Se le ocurren otros sinónimos que podría utilizar, pero prefiere ser prudente.
Para Light es hasta un poco extraño que alguien le cuente algo que podría considerarse íntimo, quizá porque él no suele confiar en nadie.
—No me quejo —encoge los hombros y vuelve a lo que hacía, esta vez abriendo el segundo cajón—. Yo quiero mucho a Roger y Watari. Fue difícil, sin embargo gracias a ellos tengo una vida envidiable. No sé, no suelo hablar mucho de esto, de hecho creo que eres la primera persona a quien se lo cuento.
—¿En serio?
—Sip. —Si Elle hubiera volteado, habría visto esos ojos color miel brillar de emoción.
—Y... ¿te gusta lo que haces? —La mano de Lawliet se detiene dentro del cajón y ladea el rostro en dirección a Light, no es la primera vez que le hace esa pregunta.
—¿Por qué lo preguntas?
—Es que siempre te preocupas por los demás... —Murmura apartando la mirada. Es lo que ha notado y también lo que Near le ha contado— ¿A ti qué te hubiera gustado ser?
Una leve sonrisa se forma en el rostro de Elle a la vez que agacha la mirada por solo un segundo. Hace mucho se hizo la misma pregunta y no encontró una respuesta.
—¿Ya te he dicho que te ves muy lindo cuando te preocupas por mí? —Sonriendo, le pincha una mejilla, siendo testigo de lo rojo que se pone al instante.
Elle le dice eso para evadir la última pregunta que para él es incómoda, aunque tampoco miente al decir que es adorable verlo así. Quien no conozca a Light puede asegurar que no le importa nadie más que él mismo, pero Lawliet sabe que la verdad es todo lo contrario, e incluso está seguro que ni siquiera Light es consciente de cuán empático es.
—Ush, por eso Beyond siempre dice que eres el cursi de los dos. —Le aparta la mano de un manotazo y se pone de pie, fingiendo que no ocurre nada a pesar que aún siente el rostro caliente.
Lawliet menea la cabeza sonriendo divertido antes de volver a meter la mano hasta el fondo del cajón, para cerciorarse que no quede nada. Sin embargo frunce el ceño al sacar un estuche de anteojos.
—¿Usas lentes?
Light voltea sobre su hombro y en cuestión de segundos dos opciones cruzan por su cabeza. La primera es admitir la verdad, la segunda que llama más su atención, es decir que no son suyos. No obstante, cae en cuenta que fingir demencia luego de haberse quedado en silencio solo lo haría más obvio.
—Ajá. —Responde como si no fuera la gran cosa mientras vuelve la vista al frente—. Y no me hagas esa cara que tú también usas.
—A ver... —Lawliet se pone de pie y camina hasta él para poder verlo a la cara— yo uso para no dañarme la vista con la luz de la computadora. En cambio esto... —toma las patitas de los anteojos con pulgar e índice y los aleja un poco, tratando de enfocar a través del cristal— mierda... con esto bien podría verte hasta los poros.
—Ay, ya, no seas tan exagerado. —Le arrebata los lentes junto al estuche y procede a guardarlos.
—¿Exagerado? ¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Desde cuándo los usas? Light, tener esta graduación no es algo para tomarse a la ligera, y me fije que no es en ambos —el castaño pasa al lado de él y camina, quizá para alejarse, pero eso no le impide seguirlo— ¿Visitas algún médico con regularidad? ¿Con qué ojo es el que te cuesta ver? —de pronto se detiene cuando una idea le llega de golpe— ¿¡Y así te pones a conducir!?
—¡Elle, ya! —Gira de repente, haciendo que el otro de un paso hacia atrás de la impresión. —No es la gran cosa— da la vuelta, y guarda el estuche en la maleta, porque aunque odie esos lentes, deberá llevarlos.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué? —Voltea, frunciendo el ceño.
—Entonces supongo que no vas a contestar ninguna de mis preguntas... —Murmura.
—¿A qué te refieres? —De forma inconsciente entrecierra los ojos, como si ese acto le fuera ayudar a comprender las palabras que acaba de escuchar.
Lawliet suspira. Ha intentado ser comprensivo por mucho tiempo, pero en este punto a pesar de que no es el momento, ni mucho menos el lugar, quizá va siendo hora que comience a decir lo que no le gusta o más bien lo que le incomoda.
—¿Te has dado cuenta quien inicia siempre las conversaciones? —Camina hasta la cama y toma asiento, todo esto bajo la mirada fija del castaño. —Soy yo el que siempre pregunta cómo estuvo tu día, qué hiciste, cómo te sientes. Y no es un reclamo, para nada —aclara al verlo fruncir más el ceño. —Creo que te cuesta expresarte, o más bien no estás acostumbrado a hacerlo y te guardas cosas...
—Claro que no, yo no soy así. —Responde, apartándose el cabello de la frente.
—Nada de lo que has pasado y estás pasando es fácil, sin embargo a ti te gusta aparentar que no te afecta —lo ve abrir los ojos más de lo normal, ignorando que él está igual de sorprendido, nunca se imaginó diciéndole todo esto, son detalles que comenzó a notar cuando empezaron a vivir juntos. —Te sugerí que buscáramos a otra terapeuta, quizá la última con la que estuviste no te generó confianza pero...
—No me gusta que insistas con eso —interrumpe—. No necesito un psicólogo.
—Y a mí no me gusta sentir que el hombre que amo me oculta cosas. —Y tras esas palabras, la habitación se queda en silencio.
Aunque Light aparenta ser fuerte, Elle ha visto su parte más frágil. La primera vez que lo vio quebrarse fue tras su presentación; fue difícil verlo tan asustado, pero le han dolido mucho más todas esas noches en las que lo ha escuchado sollozar o lo ha visto ser víctima de una pesadilla. Unos meses atrás creía que ese miedo tan visceral que presenció al final de la fiesta fue debido a la bebida adulterada, ahora con un panorama más amplio está seguro que no fue eso; el haber recurrido a la prostitucion a tan temprana edad, tener una madre alcohólica y vivir en ese lugar marcan a fuego a cualquiera. Entiende los miedos de Light, las inseguridades, los vacíos, las actitudes... las comprende, pero ser comprensivo no los llevará a ningún lado.
—¿Piensas que soy un mentiroso? —Es lo único que atina a preguntar.
—Pienso que... adrede o de forma inconsciente te guardas cosas para ti y no es bueno que quieras cargar con todo eso tú solo.
Light se tensa, a pesar de que Lawliet mantiene un semblante sereno no puede evitar sentirse nervioso e incómodo, esas palabras lo hacen sentir como si algo más dentro de él estuviera roto y ni siquiera es capaz de verlo. Piensa en qué decir, Elle lo observa paciente esperando por alguna respuesta o reacción, están tan absortos el uno en el otro que ninguno se percata de la tercera presencia adentrándose en la casa, la cual se apoya de lado contra el marco de la puerta de la habitación.
—¿La desaparición de quién vamos a fingir esta vez?
Ambos dan un leve respingo pero Light no se muestra sorprendido al voltear, en cambio aprieta más los dientes y los puños.
—¿¡Qué mierda haces aquí!?
Ushio se cruza de brazos y sonríe de lado al verlo acercarse con aire desafiante.
—Tranquila princesa, mi tía me pidió que me asegurara que sacaras todo.
Elle, quien no dudó en ponerse de pie desde que vio la reacción de Light, se interpone entre ellos y viendo al recién llegado a los ojos dice.
—Para pasado mañana este lugar estará vacío. —Él nunca ha tenido que lidiar con personas así, no tiene idea que tan peligroso sea ese sujeto, pero nota que hay cicatrices en sus amplios brazos y una bastante prominente en la mandíbula, las cuales no estaban la última vez que lo vio.
La sonrisa de Ushio desaparece a la vez que sus ojos recorren de pies a cabeza al pelinegro.
—Parece que no eres tan tonto cómo creía, Light. Hasta un novio rico que te saque de este basurero te conseguiste.
—¡Vete a la mierda! —El castaño se abalanza contra Ushio, siendo retenido por Elle.
—¡Uy, tranquilo! —Da un paso hacia atrás, levantando las manos fingiendo temor. —Solo vine porque mi tía me lo pidió, pero ya me voy —retrocede un poco más, sin embargo fija la mirada en el pelinegro antes de agregar. —Aaah sí, cuídamelo, en algún momento casi fui su padrastro, bueno... creo que casi todos los de esta zona lo han sido.
El castaño gruñe y se revuelve, lanzando improperios al aire, Elle no lo suelta.
—¿Te podrías ir, por favor? —Pese a que la presencia de ese tipo le hace hervir la sangre entiende su juego, pretende provocarlos y aunque Light le está dando el gusto al reaccionar así, él no piensa hacerlo.
—Sí, sí, ya me voy —agita las manos y luego las guarda en los bolsillos de su pantalón. Da media vuelta, sin embargo se vuelve como si hubiera recordado algo. —Ah, casi lo olvido... Nos quedamos muy preocupados por ti, lidiar con la culpa no es fácil ¿ya pudiste superar lo de Liam? —Enarca una ceja y debe morderse los labios para no soltar una carcajada cuando ve que deja de revolverse, un gesto que Elle también nota. —Tienes el número de mi tía, cuando puedas mándale el nombre del lugar donde está para llevarle aunque sea unas flores —el castaño se tensa y palidece ante la mirada confundida del pelinegro. —Es lo menos que se merece, ¿no crees? Después de todo no era un mal hombre, ¿verdad? Se le iba la razón cuando tomaba, pero sacando eso era un hombre decente, ¿no? —Sonríe divertido y sintiéndose satisfecho, se yergue. —Pensé que tendrías ganas de hablar del pobre Liam, pero parece que me equivoque. Bueno, sigan en lo que estaban, no los molesto más.
Lawliet lo ve irse con una sonrisa burlona adornando sus facciones, es la viva imagen de alguien satisfecho luego de lograr su objetivo. Después de unos segundos Light recobra el control sobre su cuerpo, camina hasta la cama y cierra con brusquedad la maleta, dejándolo solo y confundido en el medio de la habitación.
Había conocido a Liam en el hospital y desde ese día lo consideró como parte de la familia Yagami, en ese momento no conocía mucho acerca del castaño, luego supo la verdad, aunque eso no impidió que notara su ausencia el día que llegó por Light. Sin embargo, cuando le preguntó al castaño le aseguró desconocer su paradero, pero su reacción no es la de alguien que no sabe nada.
—Light... —Lo llama suave, con miedo, sin saber qué va a ocurrir luego de su pregunta. —¿A qué se refiere con llevarle flores a Liam? —De todo lo que escuchó eso es lo que más lo inquieta, y aunque se hace una idea sobre lo que significa, necesita que sea el castaño quien se lo explique.
—No sé —contesta dándole la espalda.
Pese a que la respuesta es tajante, Lawliet lo ve tenso. Es la respuesta que temía escuchar, aunque en todo instante deseó equivocarse, y que después de lo que habían estado hablando Light por lo menos intentara explicarle algo.
«Supongo que tampoco sabes a qué se refería con fingir la desaparición de alguien, ¿verdad?», piensa pero no lo dice por temor a recibir la misma constatación, o peor aún no recibir ninguna.
Lawliet suspira, toda esta situación le deja un mal sabor de boca. Siempre supo que no sería fácil lidiar con Light y todos sus fantasmas. No obstante, se sentía seguro de poder derribar cualquier barrera y ganarle a todos sus miedos, pero la sensación de incertidumbre está comenzando a arraigarse en su mente. Se da cuenta que desconoce muchas cosas y lo que más le angustia es saber que es Light quien no quiere contarle nada. Y así como teme que mantenga todos esos secretos guardados, también lo inquieta la idea que cuando salgan a la luz no sea capaz de afrontarlos sin perder la seguridad que tenía antes de entrar a esa casa.
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N/A:
¡Holiiiis! Creo que este capítulo fue de peleas maritales.
Hablando de peleas maritales, o sea hablando de parejas... Light ya le esconde el azúcar a Elle pero ah no, el niño hasta se sorprende que Elle le pida que viva con él xD
Tengo una excusa para mi tardanza, no digo que sea buena, pero es una excusa! Mi beta y yo andábamos valiendo pito. Las dos andábamos cansadas, poco tiempo y hasta pereza. Ella es de un país donde no te ven mal decir "andábamos las dos viendo a quien le daba un pajazo primero", los otros países, no me censuren XD. En el país de ella andar con pereza es "ando con paja" algo así, en mi país paja, decir una paja, hablar paja es más relacionado a decir mentiras. En otros países ni me meto porque yo sé que significa otra cosa XD
Dato irrelevante que nadie pidió: tengo más de cuatro años de conocer a mi beta, somos amiguis, y hasta hace poco se enteró que en mi país "paja" es "mentira". Lleva más de cuatro años creyendo que cuando yo le decía "ay, que paja" me refería a la definición que tienen ellos por paja. Quien sabe como es que hemos logrado sacar este fic adelante con esa desincronización.
Parece que las notas de autor serán largas. Mi beta y yo tenemos una duda. Como le dicen en su país al clutch. Ella dice que en su país le dicen embrague y que en su puta vida había escuchado "clutch" pues yo en mi puta vida había escuchado "embrague" así que lo dejamos como clutch porque aquí no hay democracia y se hace lo que la ficker diga. Ah, la otra... como le dicen a esas "protuberancias" que existen en las calles para que los autos pasen más despacio? En mi país son túmulos, y aquí sí me ganó ella hahaha, los dejamos como reductores de velocidad porque siempre intentamos usar palabras bien internacionales.
Y ya pues para finalizar, los comentarios, quejas, sugerencias, teorías siempre son bienvenidos. Hoy no quiero decir nada del capítulo para no spoilearlos, pero si quiero recordarles que se cuiden mucho, ya tenemos más de un año con este virus, y aunque muchos locales ya abrieron de nuevo sus puertas, tratemos de cuidarnos, para que el día que esté fic termine estemos todos 3
