Disclaimmer: Hey Arnold no me pertenece, es propiedad de Craig Barttlet. Yo sólo escribo sobre ellos sin ánimo de lucro.

Ok, antes de cualquier otra cosa, permítanme decir algo: "¡Lo siento mucho AdyTema por no reconocerte!" Listo, lo he sacado de mi pecho. Perdón pero era algo que no me dejaba dormir desde que recibí el review de esa maravillosa persona que ha estado apoyando esta historia desde los primeros capítulos... no puedo creer que después de un año, y algunos mesesillos, sigas por aquí, bueno, sigan en plural, porque MarioDV igualmente me ha vuelto a dejar review, pero creo que ya había revelado que MarioDV es mi amor platónico 3 y si no lo sabían, ya lo saben, :) Por cierto Ady, cuando leí tu review tuve que volver a leer la parte de Stinky interrumpiendo a Rex y Eugene y debo admitir que también me ha dejado con las ganas de darle un coscorrón bien puesto jajajaja, cuando lo escribí no me di cuenta XD En fin, les advierto que el siguiente capítulo podría dañar sensibilidades, así que leed bajo su propio riesgo, ya lo saben... Sin más preámbulo, helo aquí, el final del anterior capítulo que lo volvía demasiado largo y entonces decidí separarlo... jijiji disfrutenlo.

Olga intentaba limpiar los rastros de maquillaje que las lágrimas de Lila habían dejado atrás, le estaba resultando particularmente difícil porque la pelirroja no dejaba de removerse en su lugar inquieta.

-¡Por Dios Lila para ya!- terminó por pedirle Nadine, sintiendo que la situación la superaba. Habían escuchado claramente pasos en el segundo piso cuando la pelirroja había terminado de contarles lo que ocurrió con Iggy y Lucy, así que las tres jóvenes subieron a inspeccionar con cautela que no hubiese otro miembro del equipo contrario que pudiera atacarlas, pero el descubrimiento que hicieron las tenía con la sangre helada aún en aquella habitación a medio construir, razón del comportamiento de la sureña a la que le temblaban las manos y se sentía incapaz de quedarse en un solo lugar luego de ver algo así -¡Olga dile algo!- se quejó la rubia cruzándose de brazos, sintiendo una creciente incomodidad al ver de reojo una vez más el suelo de aquel cuarto.

-¿Qué puedo decirle? A mí también me resulta macabro lo que hallamos, entiendo que esté así. Pero tenemos que inspeccionar el lugar para encontrar cualquier cosa que nos indique quién hizo esto- le respondió la mayor, agradeciendo mentalmente que su hermanita bebé no estuviera con ellas y tuviera que ver aquel cuadro al horror.

-O qué…- murmuró Nadine -Esto parece más la obra de algún monstruo- y no estaba exagerando, en el suelo de aquel lugar habían abierto en carrilla el abdomen de un perro que ahora tenía las costillas expuestas y los intestinos habían desparecido, la sangre seca se había quedado pegada al suelo de esa habitación y el hedor a putrefacción le daba la idea a la rubia de que era más reciente de lo que a ellas les gustaría. Pero aquello no era todo, en el suelo había mantas y un cojín del cual se asomaba una rata muerta que parecía haber sido mordida, las cabezas de siete gatos en fila india al pie de la ventana con charcos de sangre negra bajo ellos, espesa y aún líquida, terminaban por coronar la matanza animal que ahí ocurrió.

-N-no quiero- fue lo único que se sintió capaz de decir Lila mientras sus pupilas continuaban absorbiendo todo lo que se hallaba a su alrededor mientras escuchaban la tonada de alguna canción que Eugene había puesto, sin prestarle verdadera atención, la pelirroja al menos tenía los nervios de punta como para ponerse a descifrar qué canción era la que sonaba en los altavoces, se cubrió sus oídos cuando creyó escuchar de nuevo aquellos pasos que las hicieron subir, estaba volviéndose loca de sólo estar de pie presenciando aquel acto de perversidad. Apretó fuerte los párpados y comenzó a tararear la canción que ahora reconocía como "When All Is Said and Done" cada vez más fuerte, intentando callar el disparo y la risa que resonaban en su cabeza del recuerdo de lo vivido en la fiesta de Rhonda.

-¡Lila, mantén la compostura!- le dijo Nadine tomándola de los brazos, obligándola a abrir sus ojos y mirarla una vez más -Reponte, todas escuchamos a alguien aquí, si esa persona llega hasta nuestros amigos…- fue cortada ante el arrebato de la joven que se soltó de su agarre con demasiada violencia para tratarse de la siempre gentil chica junto a la que creció.

-¡Tú no lo entiendes! ¡Lo escucho en mi cabeza!- sollozó sintiéndose vulnerable y débil.

Olga y Nadine intercambiaron una mirada preocupada y decidieron llevar a Lila a otro sitio, muy lejos de aquella escena para poder tranquilizarla. Olga se obligó a volver la mirada una vez más, ella era la adulta en ese grupo de jóvenes que intentaban pasarla bien en aquel día de navidad, se dijo a sí misma que era su deber intentar protegerles si había alguien rondando que pudiera hacerles daño… Colocó su mano derecha sobre su vientre, estaban sucediendo demasiadas cosas a la vez, aquel descubrimiento terminaba por sacudir el castillo de naipes que eran las vidas de Helga y sus amigos… incluso la propia, con 30 años muchos podrían pensar que tendría su vida resuelta, sobre todo su padre… que… no era su padre… Dejó escapar un suspiro, en aquel lugar el aire se sentía pesado y difícil de respirar, así que decidida a alcanzar a sus compañeras, terminó por abandonar esa estancia, tomando la resolución de mantener a su hermanita bebé lo más alejada de esa zona que pudiera.

Park se apartó, para dejar respirar mejor a Phoebe y se giró para encarar a Gerald, porque claro que sabía que había sido el moreno quien le disparo, de alguna forma, lo había sentido en el dolor que le provocó en la espalda el impacto de la bala de pintura.

-¿Tenía que ser verde?- preguntó intentando romper con el tenso silencio que se había formado a su alrededor -Es el único color que no le va a mi tono de piel- y esbozó la sonrisa más fingida que le hubiese visto a alguien el segundo hijo de los Johanssen -¿Qué harás ahora? ¿Dispararle a tu novia? ¡Qué caballero!- el retintín del oriental estaba poniendo a prueba la paciencia del chico que continuaba apuntándole con el rifle de gotcha.

-¡Park, basta!- le pidió la joven pelinegra al ver el tic de la ceja izquierda de Gerald que aparecía sólo cuando estaba verdaderamente enfadado, sujetándolo de su antebrazo, intentando apelar al sentido común del más sensato de los dos, alterando al que ante los ojos de la pandilla era su novio de nuevo.

-¿Así finges que hemos regresado?- ante el tono que empleó el moreno, todo el cuerpo de la menuda joven se crispó, poniéndose completamente tenso ante la interrogante mirada que le dirigía ahora Park -Si ibas a correr a los brazos de este… caballero…- la última palabra pareció escupirla con asco, haciendo respingar al pelinegro al recibir en su dirección la misma palabra que había empleado con sarcasmo para intentar insultar al chico frente a él, pero que sintió metérsele por debajo de la piel, encendiendo su rabia, rara vez vista en él -¿Entonces para qué chantajearme? No lo entiendo- los ojos de Phoebe se cristalizaron por las lágrimas contenidas, la vergüenza que la recorrió como un rayo al presenciar cómo la sorpresa desdibujaba los rasgos del chico a su lado para después ser nublados por la decepción y el rencor… La oriental no encontró palabras para defenderse ante el joven que tan atento había sido con ella, y sólo se encontró capaz de regresar su mirada a la de Gerald.

El equipo que Rhonda había enviado a ocultarse en aquel sendero, continuaba agazapado tras los muros de tierra de aquel agujero enorme en el suelo del centro del condominio, escuchando la conversación en completo mutismo, sin delatar su presencia.

-Entonces por eso volvieron, aunque es bastante obvio que a Gerald le gusta Helga- concluyó Mary en voz alta, siendo silenciada en un gesto por el castaño de lentes a su izquierda, no debían olvidar que estaban compitiendo, la rubia Pataki se molestaría muchísimo si llegara a haber una nimia señal de que alguno no jugó en serio.

Phoebe le lanzó una mirada de resentimiento al moreno. Todavía se sorprendía de cómo se trataban después de tantos años de sostener una relación de pareja… ¿En qué momento se había convertido en un juego de quién era capaz de hacer más daño al otro? No sabía la respuesta, pero si a esto era a lo que Gerald quería reducir su relación, ella no se contendría más. La tonada de la canción "Does Your Mother Know" de ABBA comenzó a inundar los rincones del campo de Gotcha, mientras Phoebe no podía dar crédito a la ironía antes de separar sus labios, sin poder detenerse a sí misma, y responder a la afrenta lanzada a su persona por su actual falso novio.

-¡Si no querías que lo usara en tu contra, no debiste cogerte a la esposa de tu hermano!- y a sus espaldas escuchó claramente tres exclamaciones de sorpresa de voces femeninas, al mismo tiempo que Gerald abría los ojos desmesuradamente y en sus pupilas brillaba el temor. Al girarse, los rostros de sus compañeras de equipo, Helga, Sasha y Melissa entraron en su campo de visión, haciéndola sentir mareada… Su intención no había sido esa, ella no había querido enterar a su mejor amiga de lo que en su momento perdonó a su pareja…

You're so hot, teasing me

So you're blue

but I can't take a chance on a chick like you

That's something I couldn't do

There's that look in your eyes

I can read

in your face that your feelings are driving you wild

Ah, but you're only a child

-¡Hey! ¿A dónde cree que va?- Mary se giró a ver a Brainny esperando que él pudiera darle una respuesta, aunque por su expresión se encontraba tan confundido como ella, así que no les quedó de otra que seguir a su líder de grupo para averiguarlo.

-Que Gerald y Melissa, ¿Qué?- preguntó Sasha, girándose incrédula en dirección a la cuñada de su mejor amiga que se veía como si estuviera a punto de desmayarse, pero no tenía claro si era por indignación ante la forma en la que estaba siendo difamada o si era porque lo que esa chica de ojos rasgados estaba diciendo la verdad.

-Que cogieron, Sasha. Que ellos cogieron- repitió Helga, sintiéndose de pronto asqueada de sí misma al recordar lo que había pasado entre el moreno y ella en Seattle, se había entregado a un hombre del que creía saberlo todo, así como él sabía todo de ella, a su mejor amigo que había sido el novio perfecto de su amiga de la infancia, víctima de la infidelidad de la chica, incapaz de hacerle daño a las personas que le importaban, el bueno de la historia.

-No es así, Helga- intentó explicarse Melissa, siendo interrumpida por la aludida, que se giraba para encararla con resentimiento en su mirada.

-¿Ah, no? ¿Es un invento de Phoebe?- al verla titubear en su respuesta no necesitó mayor confirmación, eso y la vergüenza en el rostro de Gerald y el arrepentimiento en el de la oriental era suficiente para saber que era cierto -Tú estás casada con su hermano mayor y sabías lo que siento por él… te lo dije- fue lo único que se vio capaz de reprochar, sintiéndose abrumada ante la revelación que involuntariamente hizo Phoebe.

-¡No, no es así!- replicó Melissa apresurada, con sus palabras empujándose una tras otra por la premura de su actuar -Pasó hace años, la mañana de mi boda, tú todavía no…- quiso aclarar el malentendido para evitar que la rubia la odiara pensando que había estado con Gerald conociendo sus sentimientos por él.

-¿En la mañana de nuestra boda, Melissa? ¿En serio?- Melissa y Gerald sintieron en aquel instante que sus almas abandonaban sus cuerpos, trémulamente dirigieron su mirada hacia el agujero que había en el centro del condominio para confirmar lo que supieron en cuanto escucharon esas palabras en ese tono roto ser pronunciadas por Jamie O, que les devolvía la mirada de pie en el borde del hoyo hecho para construir un área de esparcimiento en ese condominio.

Well, I can dance with you honey

If you think it's funny

Does your mother know that you're out?

And I can chat with you baby

Flirt a little maybe

Does your mother know that you're out?

Gerald apretó sus párpados levemente… aunque le pesara admitirlo siempre admiró y amó a Jamie O. y no podía permitir que nadie cargara con el peso de su propio error, no quería verlo sufrir, no quería hacer llorar a Melissa, y no quería recibir el odio de su familia… pero si no hacía algo pronto, podía sentir en ese tenso silencio tan tangible como su propio rifle entre sus manos, que el mundo de su hermano se desmoronaría.

-Melissa estaba tan nerviosa ese día que estuvo tomando esperando que eso la tranquilizara- la ronca voz del menor de los hermanos resonó en las paredes a medio derruir por el paso del tiempo, el escenario casi encajaba con lo lóbrego de los personajes y la escena que interpretaban -la encontré prácticamente inconsciente en su habitación cuando me enviaron de la iglesia a buscarla porque se había retrasado demasiado… siempre me pareció hermosa… y ella se veía tan vulnerable que…-por un segundo, la mirada de Gerald se posó en la de Helga apreciando su expresión de incredulidad, sintiendo cómo se rompían ambos corazones cuando pronunció las siguientes palabras -Phoebe y Melissa me hacen un favor al decir que tuvimos sexo, la verdad es que me aproveché de ella… fue casi una violación… lo sé porque ella no dejó de llamarme por tu nombre, seguro que pensaba en su estupor que se trataba de ti- el moreno intentó sostener la mirada de su hermano "Créeme… por favor, aférrate a esto, es lo único que puedo hacer por ustedes" pensaba mientras sentía que su cuerpo se encontraba en llamas, aunque no se comparó con el dolor que vino después.

Jamie O. había disparado a su hermano menor hasta hacerlo perder el equilibrio y que cayera hacia atrás de bruces contra el suelo, y no dejó de disparar mientras corría hasta él y se le arrojaba encima para golpearlo en el rostro una y otra vez con la culata del rifle, y cuando le fue insuficiente, lo soltó y comenzó a estampar sus propios puños ante la incrédula mirada de los espectadores, congelados en su sitio.

Take it easy (take it easy)

Better slow down boy

That's no way to go

Does your mother know?

Take it easy (take it easy)

Try to cool it boy

Take it nice and slow

Does your mother know?

-No- murmuró Melissa, sintiéndose culpable e impotente… Gerald había mentido, ella no había bebido ese día, quien bebió fue él… y cuando la buscaba, ella no estaba en su cuarto, se habían encontrado en el jardín trasero de la capilla… Y fue ella quien lo besó primero. Durante su despedida de soltera, que había consistido en una reunión con sus amigas en su café favorito, una de ellas le dijo que si estaba segura de pasar su vida con un solo hombre, le mencionó que existía una lista de cosas que tenías que experimentar antes de morir y que si se casaba a corta edad no podría hacer la mitad de ellas, sus palabras resonaron tanto en Melissa que era en lo único que podía pensar, sobre todo en la cosa número 7 de la lista… "Debes tener sexo con alguien menor que tú"… Gerald fue el primero en acunarse en sus pensamientos en cuanto lo escuchó de su amiga. Fue decisión de Melissa, fue error de Melissa, ella era la mayor, quien se iba a casar, quien había sido acogida por esa familia con ternura desde el principio… Ella era el monstruo, no Gerald… ¿Por qué su cuñado estaba siendo el único castigado?

-Obviamente prefiere que lo odie a él, antes que Jamie O. los pierda a ambos- Melissa se sorprendió de escuchar hablarle a su capitana, era como si escuchara sus agitados pensamientos -No me malentiendas, no apruebo lo que Gerald está haciendo- el sonido de los golpes no dejaron de escucharse en ningún momento -pero entiendo sus motivos- Melissa regresó la mirada a la escena de los hermanos envueltos en una pelea… aunque eso era impreciso e incorrecto, Gerald no se defendía, ni siquiera hacia el mínimo intento de mover sus manos, simplemente yacía en el suelo recibiendo la paliza que le daba Jamie O. -Y odio ser quien te diga esto… pero deberías tomar la oportunidad que él te está dando… no dejes que su sangre derramada sea en vano- Phoebe fue la primera en gritarle a Jamie O. que parara, Brian, Sid y Park corrieron a sujetarlo para evitar que continuara.

I can see what you want

But you seem pretty young to be searching for that kind of fun

So maybe I'm not the one

Now you're so cute, I like your style

And I know what you mean when you give me a flash of that smile(smile)

But girl you're only a child

Helga observó cómo la joven oriental se dejaba caer a un lado de Gerald y lo enderezaba casi con mimo para evitar lastimarlo más. La rubia suspiró, ¿Cómo era capaz esa chica de transmitir tanto cariño a la persona que le fue infiel con la futura esposa de su propio hermano? Ahora entendía por qué había dejado de ir a los partidos de Gerald y por qué volvió su estudio su prioridad, Phoebe simplemente se había dado cuenta de que su novio no valía la pena.

-¿Qué hacemos capitana?- preguntó Sasha… Helga observó la escena, aquello le daba mucha pena, pero un juego era un juego, y al final, les estaba haciendo un favor se dijo a sí misma antes de disparar tan rápidamente que los objetivos no tuvieron tiempo de reaccionar.

Melissa, Mary, Brian, Jamie O, Sid y Phoebe ahora tenían manchas de pintura en la ropa.

-¡¿Qué haces Helga?! ¡Soy de tu equipo, tonta!- le reprochó Phoebe, poniéndose de pie, encarándola.

-Sé que quieres acompañar a Gerald fuera de aquí… Ahora puedes hacerlo sin remordimiento de conciencia- le respondió sin dirigirle ninguna mirada.

-¿Es verdad?- Melissa se sobresaltó en cuanto la voz rota de Jamie O. la alcanzó -¿Así fue como sucedió?- y no pudo evitar que los recuerdos de aquel día la asaltaran, envolviéndola en un vórtice de remordimiento y repulsión por sus acciones.

Well I can dance with you honey

If you think it's funny

Does your mother know that you're out?

And I can chat with you baby

Flirt a little maybe

Does your mother know that you're out?

Aquella mañana la emoción y la ilusión que se suponía debía sentir por el día que presumiría de ser el más feliz de su vida no la encontraron, en su lugar había un hueco enorme en su estómago que le estaba provocando vértigo, o el vértigo que sentía estaba provocándole ese hueco enorme en el estómago, no tenía manera de saberlo. Su reflejo ojeroso se le antojaba más similar a la pieza de Alberto Giacometti "Retrato de Anette" que a la siempre afable expresión a la que se había habituado. "Pero esta también soy yo" la asaltó el pensamiento al recordar por qué no había sido capaz de conciliar el sueño, las palabras de su amiga Monique continuaban pululando por más que quisiera ahuyentarlas con todas sus fuerzas, regresaban aferradas a su conciencia carcomiéndola hasta el punto de dejarla exhausta, la resignación era lo único que le quedaba, admitía para sí misma que la idea de tener sexo con alguien menor que ella le resultaba demasiado atractiva para su precaria salud mental, y por alguna razón pensar en que sucediera con el hermano de Jamie O. la encendía a tales grados que no podía reconocerse.

Sus padres no habían podido viajar para estar presentes, tampoco era que aprobaran su decisión de unir su vida a un extraño para ellos tan pronto, así que la noticia no le sorprendió, le pidió a cada amiga que se ofreció a ayudarla a arreglarse que la dejasen sola y la esperaran en la iglesia, pidió a los padres de Gerald lo mismo cuando hicieron el mismo ofrecimiento y ahora tenía aquella tarea que se le antojaba titánica para ser encarada por ella en soledad, cosa que no se decidía si agradecía o despreciaba.

Al ver el conjunto de encaje que luciría en su noche de bodas se le estrujaba el corazón, Jamie O. no se merecía a alguien que tuviera ese tipo de pensamientos sobre su hermano menor, que al vestirse con aquella ropa interior no fuera a su futuro esposo a quien se imaginara deshaciéndose de cada prenda al caer la noche. Terminó de arreglarse trémulamente y al ver de nuevo su reflejo casi sintió lástima de sí misma… casi… porque quien le daba verdadera lástima era el novio que la vería al final del altar más marchita que una precaria flor en medio del inclemente invierno.

Take it easy (take it easy)

Better slow down boy

That's no way to go

Does your mother know?

Take it easy (take it easy)

Try to cool it boy

Take it nice and slow

Does your mother know?

No tenía la menor idea de por qué se escondía en el jardín trasero de la iglesia en lugar de entrar a hacerle frente a su futuro, al futuro que ella eligió junto al hombre que la hacía sentir segura y la hacía reír, inspirándole ternura… Se sobresaltó ante el sonido de una llamada entrante, el nombre que figuraba en la pantalla bastó para hacer que su corazón se acelerara tanto que retumbara en sus oídos cada estrepitoso latido, por sus venas sentía que corría lava hirviendo en lugar del líquido vital habitual y se volvió demasiado consciente de cada parte de su cuerpo… Le dijo en dónde encontrarla y le aclaró que no quería ver a nadie más, no esperó que le hiciera caso, aunque le sorprendió aún más el aroma a whiskey añejo que percibía en él.

-Has estado bebiendo- el kiosko de aquel jardín les ofrecía la ilusión de un refugio ante miradas ajenas, dándole el valor suficiente para acercarse a Gerald hasta invadir su espacio personal, quería que él fuera tan consciente de su presencia como ella era de la suya.

-De nuevo discutí con Pheebs, aunque no creo que sea un buen tema de conversación para el día de tu boda- comentó el moreno con una sonrisa irónica que endureció los pezones de Melissa y la hizo salivar. Era arrebatadoramente atractivo.

-¿De nuevo discutieron sobre el sexo?- tan solo pronunciar la palabra ya la hacía enrojecer, las escenas que su imaginación le ofrecía de ambos como protagonistas elevaban su temperatura corporal. Gerald elevó una ceja y sonrió con picardía, hablar con su futura cuñada era muy fácil, quizás porque la chica era tan espontánea que no se escandalizaba por el tipo de problemas que estaba atravesando con su pareja, quien se negaba a perder su virginidad aún, y Gerald seguía siendo un chico después de todo o eso se decía él para justificarse lo molesto que lo ponían las negativas que su novia le daba cada que intentaba abordar el tema.

-Digamos que estuvimos tonteando por ahí, pero ella no quiso seguir a más y de nuevo me detuvo… ahora tengo una dolorosa erección que ocultar en la iglesia y una cuñada prófuga que no me dio el tiempo de ir a saciarme por mi cuenta- no planeaba lograr nada con su comentario, era la usual forma de conversar entre ellos, por eso le sorprendió tanto cuando Melissa lo besó, el interior de su boca estaba tan cálido que su problema volvió a clamarle su atención, y se sorprendió aún más cuando sintió la mano de la joven colarse dentro de su ropa interior para rozarlo mientras se alejaba milímetros y le susurraba con un ronco tono que nunca le había escuchado antes.

-Puedes saciarte conmigo- para después reanudar el beso y sus caricias que le hicieron perder el norte a Gerald.

Well I can dance with you honey

If you think it's funny

Does your mother know that you're out?

And I can chat with you baby

Flirt a little maybe

Does your mother know that you're out?

Jamie O. le dio la espalda después de esos largos minutos en completo silencio sin que Melissa se sintiera capaz de darle una respuesta.

-Ni siquiera sé qué hacer ahora- sus palabras fueron como dagas que se le enterraron en el corazón a su esposa, ella había disfrutado tener sexo con Gerald, pero al terminar, había recuperado también su cordura y ambos reaccionaron a la cruenta realidad de la traición que habían cometido contra el primogénito de los Johanssen. Por eso habían jurado mantenerlo en secreto, porque Melissa no podía estar más segura de que quería casarse con Jamie O., y después de tres años de matrimonio, sabía que había sido la mejor decisión que tomó en su vida… Y ahora… ahora que él descubría aquel cruento error… ella tampoco sabía qué hacer ahora.

-Podrían empezar por largarse de aquí, todos perdieron- Jamie O. se giró con pereza hacia Helga, ella también tenía los ojos inyectados en sangre por el esfuerzo de mantener las lágrimas sin ser derramadas, la vio asentir en su dirección, se imaginaba que ella esperaba fuera un gesto apaciguador, pero en esos momentos él ya no podía sentir paz, y estaba seguro no la sentiría en mucho tiempo a partir de aquel día.

Un grito desgarró el aire, descuartizando la atmósfera fúnebre que envolvía al grupo.

Brainny fue el primero en reaccionar, impulsado por el terror más abyecto que hubiera experimentado.

-Debimos haber intervenido- comentaba Stinky, mientras observaba en el monitor la escena tras la golpiza que sucedió entre los hermanos Johanssen y que los espectadores no entendían qué lo ocasionó.

-Sabía que su relación era algo tensa por la diferencia de edad pero Gerald parece seriamente herido- comentó Eugene preocupado-¿Por qué corre Brian? ¿A dónde va?- y el resto del grupo que había estado con el castaño comenzó a seguirlo.

-¡Oh Por Dios! ¡Esa es Nadine!- Rex señalaba otro monitor que mostraba a una persona con una sudadera negra y el gorro colocado de pie dándole la espalda a la cámara, y el pelinegro presenció incrédulo a través de la pantalla cómo la rubia se le arrojaba para luego ser lanzada a un costado y apuntada con un arma que no parecía en lo absoluto parte del juego de gotcha.

-¡Es el fantasma del payaso asesino!- gritó aterrado Stinky arrojándose a los brazos de Eugene, quien no estaba preparado y terminó en el suelo debajo de su alto amigo.

-Estoy bien- alcanzó a decir con voz ahogada por el peso antes de que Rex se pusiera de pie y saliera del cuarto, con rumbo al condominio donde se encontraban sus amigos. Se topó en la entrada con Marcy, Arnold y Timberly que conversaban hasta que su figura entró en su campo de visión, la palidez y la aflicción de su rostro los puso inmediatamente en alerta.

-¿Qué ocurre Rex?- se apresuró a preguntarle el rubio, colocando una mano sobre su hombro intentando calmar un poco el desazón que expresaba su rostro.

-Hay alguien más ahí con ellos- se encontró diciendo con premura, tenía un mal presentimiento que hacía más pesada la culpa que sentía al tener en cuenta la alta probabilidad de que quien atacaba a sus amigas fuera el mismo hombre con la cara pintada que creyó ver en uno de los monitores cuando estaba a solas con Eugene.

-¡Sí, es el fantasma del payaso asesino de la leyenda que nos contó Gerald!- llegó hasta ellos Stinky, tirando de la muñeca a un pelirrojo que se esforzaba por seguirle el paso mientras tropezaba con sus propios pies.

-Ahora sí que enloqueciste Stinky- le dijo Marcy con una ceja elevada con incredulidad.

-Será mejor ir a cerciorarnos- habló Timberly, no sabía si la sensación de malestar que empezaba a sentir era por las expresiones asustadas de esos chicos, pero tenía la impresión de que el aire de aquella noche comenzaba a desprender un olor a peligro que le daba escalofríos.

Sheena se sorprendió de ver venir en su dirección al siempre apacible castaño de lentes que solía seguir a Helga a todas partes… intentó esforzarse por recordar su nombre para saludarle pero ni siquiera aminoró su trote cuando pasó justo a su lado, ella también escuchó aquel grito pero se imaginó que alguien había abierto fuego a muy corta distancia, aunque aquella hipótesis fue desechada en cuanto registró la expresión que podía observarse en el pálido rostro del chico… Brainny estaba horrorizado.

Giró sobre sus propios pasos y se apresuró a dar alcance al chico, sea donde sea que se dirigía, tenía la corazonada de que no debía dejarle ir solo.

Los pasos que escuchó tras ellos la hicieron voltear por unos segundos el rostro, sorprendida de encontrarse con su capitana casi tan cerca de ellos que le sorprendía no haberla visto antes de empezar a correr ella misma, detrás de Helga, Gerald hacía un intento por correr que resultaba un poco lamentable, cojeaba y se sujetaba uno de sus costados como si le dolieran las costillas, pero lo que enmudeció a Sheena fue su rostro, sangraba copiosamente de una ceja y tenía los pómulos tan inflamados que parecía que sus ojos estuviesen cerrados, comenzaban a amoratarse además de que le habían reventado el labio…

¿Helga lo había dejado así? Se preguntó por un momento antes de volver la vista al frente, sorprendiéndose una vez más de cuánto la había adelantado el castaño, ¿Qué carajos estaba sucediendo aquella noche de navidad? Con la oscuridad que ahora cubría cada rincón de esas construcciones abandonadas no podía evitar encontrar formas dentro de las sombras que sólo aceleraban su ritmo cardíaco.

Distinguir ambas cabelleras rubias en aquella oscuridad no fue tan difícil. Brian frenó de golpe, se giró para encarar a Olga que estaba sobre sus rodillas sosteniendo con cuidado la cabeza de Nadine que reposaba sobre su regazo.

-Aah… ese grito… aaah… era Lila- ni siquiera estaba preguntando, lo que impresionó a la mayor, no era fácil reconocer a una persona por un grito y viendo lo agitado que estaba, podía asegurar que no estaba cerca tampoco -¿Dónde…aaah… está?- por un momento la mirada que ese castaño le dirigía le pareció a Olga tan similar a la que el Gran Bob le daba cuando estaba realmente furioso con ella porque se había puesto en peligro, una mezcla de preocupación, determinación y frustración que resultaba apabullante en el mejor de los casos, así que señaló a la casa en ruinas frente a ellas donde un par de minutos antes Lila había sido llevada por la fuerza a punta de pistola.

-Tiene un arma- fue todo lo que pudo decirle antes de que el chico se perdiera dentro de la construcción en obra negra y no le viera más.

-¿A dónde se fue?- la voz de su hermana la sobresaltó a su derecha, llegaba desde la misma dirección que aquel extraño joven de lentes, agitada y en compañía de Sheena y Gerald que lucía como si acabara de salir de la película el club de la pelea.

-¡Oh Cielos, Gerald! ¿Qué te pasó?- preguntó genuinamente preocupada la mayor de las Pataki, sacando de quicio a Helga que no podía sentirse más inquieta que después de ver correr de esa forma a su mejor amigo.

-Le dieron su merecido, no le hagas caso, sobrevivirá. Ahora dinos, ¿A dónde se fue Brainny?- habló a trompicones, desesperada por obtener alguna respuesta por parte de su hermana. Olga se mordió el labio titubeante, no quería que su hermanita bebé se involucrara. Un gemido adolorido llamó la atención de los chicos hacia Nadine que comenzaba a removerse en su regazo.

-¡Nadine! ¿Qué te sucedió?- preguntó Sheena, dejándose caer a su lado para buscar más de cerca alguna herida o golpe visible.

-Ella intentó defender a Lila…- Gerald notó cómo Olga miraba con aprehensión y de reojo hacia la casa frente a ellos, ahí debía estar Brian, y tratándose de Lila el moreno había terminado por comprender el comportamiento de su amigo, se dispuso a entrar, pero un agarre en su antebrazo le detuvo, se encontró por primera vez desde que mintió para ser el único blanco de la ira de su hermano, con esos ojos azules tan profundos e intensos que lograron estremecerlo… le decían claramente que no lo dejaría entrar solo, y agradecía y detestaba esa declaración a partes iguales; la agradecía porque significaba que no le era indiferente lo que ocurriera con él, y la detestaba porque no habría poder humano que lograra disuadirla.

-Nada de hacerte la valiente- le dijo el moreno antes de girarse, decidido a ir en busca de sus amigos.

-Pfft… no me hagas reír- Gerald le miró de soslayo, había una sonrisa poco creíble en el rostro de la rubia -yo soy valiente… no necesito fingirlo- y la tensa línea que desdibujó el amago de sonrisa que antes volvía incómoda sus facciones terminó por detener una vez más al Johanssen. La preocupación, el miedo y la ansiedad podían leerse fácilmente en aquel grácil rostro que tantas veces lo había acompañado en sus peores momentos para darle ánimos. Quería devolver el favor, quería ser la fortaleza de esa joven frente a él, quería ser la razón de esa irracional valentía que siempre terminaba inspirando a la gente a su alrededor… sólo que después de la patética escena que protagonizó frente a ella, no encontraba el temple para sostenerle la mirada por el tiempo suficiente para declararle sus intenciones de permanecer a su lado para protegerla de cualquier peligro.

-Gerald- Olga continuaba a unos metros de ellos, angustiada por la condición de Nadine que volvía a perder la conciencia, aquella persona la arrojó con tanta fuerza que la cabeza de la chica había rebotado en el camino de tierra asustándola casi tanto como cuando lo vio apuntarle a la joven con una pistola -Nadine necesita atención médica, y tú, como hijo de un policía, deberías saber que es imprudente que entren ahí, él está armado- en las pupilas de la mayor brillaba la suplica dirigida hacia el chico, él sabía lo que la rubia esperaba que hiciera, quería que detuviera a Helga, que la convenciera de salir de ahí y hablarle a la policía para que se encargaran.

-¿Quién es él? ¿Qué está pasando?- le suplicó Sheena a Olga, estaba genuinamente aterrada luego de escuchar la consternación en la voz de la mayor.

-Nos atacó… Luego tomó a Lila… no sé quién es pero… tiene el rostro pintado como un payaso- y un escalofrío recorrió el cuerpo de los tres chicos por igual, Sheena, Gerald y Helga compartieron una mirada y el mismo pensamiento, no podía ser el fantasma del payaso asesino ¿o sí?

-Quizás sea algún desquiciado imitándolo- comentó Sheena, esperando traer algo de claridad a la sombría situación que se cernía sobre ellos.

-Fantasma o no… Brian está buscándolo solo- Helga apretó ambos puños con impotencia. Gerald observó el gesto de soslayo y dejando salir un suspiro que tenía atorado en el pecho, hizo contacto visual con la mayor de las Pataki una vez más.

-Que cuando lleguen los otros te ayuden a llevar a Nadine fuera de aquí, como dijiste necesita que la revise un médico- comenzó a comandar el moreno como si le hablara a su equipo de baloncesto de la preparatoria antes de un partido -Sheena, dile a mi hermano que llame a nuestro papá y le hable de la situación, dile que el sospechoso está armado- Helga estaba lista para rezongarle cuando lo vio dirigirse a ella, segura de que la descartaría igual que a las otras dos para entrar solo a buscar a Brian y a Lila -Será mejor que prepares a la vieja Betsy y a los cinco vengadores- y colocó una mano sobre su cabeza en un gesto cariñoso -¡Vamos a entrar!- y Olga tuvo que quedarse en su lugar, impotente, observando cómo su hermanita bebé y el segundo hijo de los Johanssen entraban a esa casa en ruinas. Llevó su mano a su vientre una vez más, no podía ir tras ellos, no así, sin más… Necesitaban avisar a la policía, pero en el forcejeo con aquel sujeto había perdido su celular… "Dios, Buda, Alá, quien seas, quien quiera que me pueda escuchar… por favor protégelos" fue lo único que se encontró repitiendo una y otra vez.

Brian alcanzaba el último escalón, iba con sigilo, intentando abarcar cualquier olor o sonido que lo ayudara a guiarse en aquella pétrea oscuridad… cada vez le costaba más respirar, su inhalador no le serviría en aquel momento, haría demasiado ruido y alertaría a quien mantenía cautiva a su novia, fue entonces que lo escuchó, era la voz de alguien que ya había perdido la noción de la realidad, recitando un cuento, conocía muy bien aquella historia, esa voz leía Blancanieves y los siete enanos.

"Había una vez, en pleno invierno, una reina que se dedicaba a la costura sentada cerca de una ventana con marco de ébano negro. Los copos de nieve caían del cielo como plumones. Mirando nevar se pinchó un dedo con su aguja y tres gotas de sangre cayeron en la nieve. Como el efecto que hacía el rojo sobre la blanca nieve era tan bello, la reina se dijo.

-¡Ojalá tuviera una niña con piel tan blanca como la nieve, labios tan rojos como la sangre y cabello tan oscuro como la madera de ébano!"

-¿Sabes quién es esa niña, verdad lindura?- la rasposa lengua del sujeto con el rostro maquillado le pasó por toda la mejilla hasta el inicio de su cuello, donde se alejó, dejándola asqueada y a punto de llorar -Te daré una pista, una pista, sí- le dijo con voz cantarina, impregnada de locura -Es amiga tuya, pero mía ya no- Lila quiso alzar el rostro para ver directamente a su captor, recibiendo de lleno un golpe de este que le volteó el rostro, evitándolo Te dije que no me miraras, maldita zorra!- le bramó el sujeto en cuestión, Brainny se colocó en el borde del espacio que correspondía a la puerta de aquella habitación, desde su ubicación podía ver a la pelirroja pero sólo la espalda de quien continuó narrando el cuento que tenía en sus manos.

"Poco después tuvo una niñita que era tan blanca como la nieve, de labios tan encarnados como la sangre y cuyos cabellos eran tan negros como el ébano. Por todo eso fue llamada Blancanieves. Y al nacer la niña, la reina murió."

Una carcajada trastornada resonó en las paredes con eco antes de que el sujeto añadiera -Esa parte siempre me hace reír- estremeciendo a la pequeña Sawyer que se encogió sobre sí misma ante el horrible sonido de esa voz.

"Un año más tarde el rey tomó otra esposa, bella pero arrogante, y no podía soportar que nadie la superara en belleza. Tenía un espejo que cuando se ponía frente a él y le preguntaba: ¿Quién es la más hermosa de esta región? El espejo le respondía: Usted, mi Reina.

Ella quedaba satisfecha porque su espejo siempre decía la verdad.

Pero Blancanieves crecía y embellecía cada vez más; cuando alcanzó los siete años era tan bella como la clara luz del día y aún más linda que la reina. Ocurrió que un día cuando le preguntó al espejo: ¿Quién es la más hermosa de esta región? El espejo respondió: La Reina es hermosa, sí, pero la linda Blancanieves lo es mucho más.

A partir de ese momento, cuando veía a Blancanieves el corazón le daba un vuelco en el pecho, tal era el odio que sentía por la niña. Hizo llamar a un cazador y le dijo:

-Lleva esa niña al bosque; no quiero que aparezca más ante mis ojos. La matarás y me traerás sus pulmones y su hígado como prueba"

El captor se detuvo de nuevo, sobresaltando a Lila al sentir su cercanía, se había inclinado sobre ella, justo a un costado de su oído para terminar diciéndole -Tú lo has visto ¿verdad?- ya no podía controlar los temblores de su cuerpo, apretó sus párpados con fuerza deseando desaparecer, deseando que alguien la encontrara en su cama y la despertara de aquella pesadilla, ese hombre sólo hablaba incoherencias -Mi obra maestra… A mi Blancanieves y sus siete enanos- el cálido aliento le provocó náuseas, pero el recuerdo de aquel cuarto del horror invadió su mente una vez más, el perro a la mitad de la habitación con el pecho abierto en canal, los órganos faltantes, las siete cabezas de gato, la rata mordida… ¡Ese hombre estaba loco! Había hecho aquello sólo por un maldito cuento, ¿Qué carajos tenía en la cabeza? -Dime… ¿Crees que también le guste a ella?- y fue en ese momento, cuando el sujeto se irguió, que Lila fue golpeada por la realización de su identidad -Aunque la reina fue muy desalmada al pedirle los pulmones y el hígado de la niña como prueba al cazador, ¿Te imaginas lo que le costaría? Para mí fue muy difícil con un simple perro- se quejó con voz infantil, con un tono más elevado de lo necesario congelando a Brian en su sitio, un sudor frío bajándole por la espalda -¡Oh, pero no te preocupes por eso! Practicaré contigo para hacerlo bien... luego iré por mi Blancanieves, para sumirla en un sueño eterno del que ya no despertará jamás- Brainny casi prefería que fuera el fantasma del payaso asesino, pero cuando el narrador de aquella escalofriante historia se giró, sólo confirmó su peor pesadilla.

Estaba tratando con Curly de nuevo.