Capítulo 39: Uzumaki Hinata.

El día en que Daika murió, Misaki recuerda sentir la pesadez en todo su cuerpo, porque ese día también murió su primogénito. Había estado desesperada en medio de la habitación, llorando y dejando que la miseria la rodeara por completo. Ignoro a su pequeño hijo que era la viva imagen de Daika, ignoro a sus familiares del clan Uchiha que preguntaban por ella, ignoro su propia salud encerrada dentro de su habitación. Cada momento con su esposo que había sido su amigo desde la infancia, dolía en su cabeza y se negaba a querer levantarse de la cama para procesar que estaba pasando.

Su esposo suele levantarla en las mañanas con risas contagiosas, el sonido de su hijo menor y el mayor, en medio de charlas entre los tres. Cuando aparecería por la sala de estar, los vería a los tres disfrutando de una hermosa mañana.

Pero eso nunca volverá a suceder.

Porque fueron asesinados.

Su querido hija Haru que era considerado un prodigio en el clan, su esposo que para muchos podría ser el sucesor de Fugaku en el futuro, ambos habían sido asesinados por ninjas renegados. Habían querido proteger la aladea, pero fueron masacrados y ella no pudo hacer nada.

Fue en medio de la oscuridad de su habitación, donde el deseo de ver a sus seres amados, tomo la forma de un extraño ser que parece una planta y tiene una capa. Incluso cuando había querido que este le asesinara para poder ver a su querido esposo, este no lo hizo. En su lugar le mostro dos frascos con los ojos de su esposo en uno y de su hijo en el otro. Los ojos de Misaki se bañaron de rojo cuando este comento la historia de cómo murieron, por la codicia de Danzo, algo dentro de ella se rompió.

Se rompió dentro de Konoha.

Todo lazo quedo destruido, la venganza era lo único que le hizo volver a ponerse de pie con ojos llenos de furia contenida.

Por Danzo.

Por la aldea.

Por cada ser vivo.

Por la vida en general.

—¿Quieres vengarte? —había preguntado Zetsu con una sonrisa maliciosa, que le hizo a ella apretar los puños llena de odio.

Venganza.

—No—había respondido de forma tranquila, ganando la sorpresa de Zetsu—quiero destrucción, quiero que sufran el odio del mundo—dijo con seriedad en sus ojos, mientras Zetsu reía divertido.

Entonces fue la primera vez que escucho sobre Kaguya Otsutsuki, y estuvo de acuerdo de que esto era producido por una estúpida idea de Danzo. Si bien cualquiera podría pensar que solamente con matar a ese hombre sería feliz, estaría equivocado. Porque cada día que caminaba por la aldea, cuando veía la corrupción de los ancianos del consejo, cuando todos disfrutaban mientras los Uchiha apenas si eran soportados, cuando comprendió que nunca nadie volvería a verla y nadie podría ayudarla.

Su mente siguió rompiéndose cada vez más.

Porque esto era lo que significaba ser un Uchiha, había amado tanto a su esposo, tantos años, que no quería nada en este mundo. Pero si pensaban que se iría sin las manos vacías, estaban equivocados, su cordura rota no podría permitir algo tan débil.

Este mundo temblaría hasta las cenizas.

Entonces cuando vio que Mito estaba cerca de sellar al jubi dentro de ella, con la ayuda de ambas jóvenes Uzumaki, Kushina y Hana…supo que ahora era parte de cumplir su trato con el Zetsu negro.

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Bien, esto sinceramente acaba de alcanzar un punto de locura. Fue el pensamiento de Hinata cuando Misaki extendió sus manos con una risa ensordecedora, antes que la luna se tiñera de color rojo. Vio incrédula cuando las personas fueron atadas desde el árbol de la vida, haciendo que terminaran en extraños capullos, dejando apenas a Obito, Kakashi, Raiden, Natsu y ella fuera de estos. Pero eso no fue lo peor, lo que empeoro la situación fue cuando del pecho de Misaki una mano salió disparada de su interior, provocando que todos se congelaran cuando de esta, como si fuera un cascaron, aparecía una mujer.

Su interior palpito angustiado.

El largo cabello de la mujer era blanco como sus ojos, pero en su frente había un extraño ojo de color rojizo similar a Misaki. Pero su cuerpo tenia extrañas ropas que no había visto nunca y tenía cuernos en su cabeza. Casi como si estuviera flotando en el aire, les miraba de forma soberbia y demasiado vanidosa.

Pero algo estaba mal, todo ella, era incluso más aterrador que Madara.

Jadeo cuando esta apareció frente a ella casi a una velocidad alarmante, que dejaría en envidia a Minato, colocando ambas manos en sus mejillas. En realidad, Hinata no conocía a esa mujer frente a ella, pero tampoco la desconocía, era como si algo en su interior gritara su nombre. Pero no era Kurama, era algo dentro de ella, un pequeño tintineo que le estaba volviendo loca.

—Kaguya—susurro un nombre que alguna vez le había escuchado a su madre decir, haciendo que esta sonriera.

Todo rastro de tranquilidad y benevolencia, quedo aplastado por sus ojos llenos de codicia y sonrisa torcida, que la paralizo en su lugar.

Entonces ella la abrazo antes que fueran absorbidas por un extraño vórtice, chillo el nombre de Natsu y Raiden, pero el vórtice la atrapo solamente a ella, antes de caer sobre lo que parecían dunas del desierto. Se medió incorporo rápidamente confundida, al no sentir nada familiar en el ambiente, antes de ver como la mujer flotaba frente a ella con mirada prepotente.

Todo su pecho rápidamente nerviosa, sintiendo alivio de sentir a Kurama aun dentro de ella.

Bien.

La lucha estaba por iniciar de nuevo.

—Entonces…esto es inesperado—musita a nadie en particular al ver a la mujer lucir bastante tranquila frente a ella.

—Bueno entonces sería bueno que usaras tus malditos ojos especiales o seremos carne asada de esta mujer—gruñe Kurama quien ahora parece estar bastante despierto y atento a lo que vaya a pasar.

¿Sus ojos?

Oh, la comprensión brilla en su mente, al recordar que por estar usando el chacra de Kurama, no había estado usando el Tenseigan en su batalla anterior. Se siente algo torpe ante las claras burlas de la bestia dentro de ella, pero se detiene al ver a la mujer conocida como Kaguya frente a ella. Siente la necesidad de huir, siente que esta ante un enemigo demasiado poderoso y le aterra la idea de luchar.

No le gusta.

Odia luchar.

Pero este es el último enemigo, la barrera a vencer. No sabe cómo en un momento están rodeados de enemigos en guerra y ahora se encuentra solo frente a una diosa. Misaki parece haber dado la vida porque este ser se materialice, Madara fue engañado de alguna forma, entonces si derrota a esta mujer, debe significar la libertad de los demás, la finalización de una guerra.

Una guerra que solo duro dos días, pero que debe tener un sin número de muertos.

Entonces, activa sus ojos, el byakugan duele mientras lo activa con el chacra de Kurama rodeándola salvajemente, todo a su alrededor parece claro y siente que tiene el control de todo su ambiente. Pero entonces decide activar el Tenseigan y siente como un ciego que ha vuelto a la luz. Todo, puede verlo todo, lo alto, lo bajo, sobre la tierra, a los kilómetros, sabe que este no es su mundo, sabe que donde quiera que estén no están las aldeas y ahora solo se encuentra frente a Kaguya.

Una masa viviente de chacra que debe derrotar.

La ultima montaña que debe escalar.

Dentro de su mente ve a Kurama con una leve sonrisa, mientras el zorro se sienta erguido sobre sus patas traseras de brazos cruzados.

—¿Lo haremos juntos? —le pregunta tímidamente a su viejo amigo, quien muestra una sonrisa zorruna.

—Vamos acabar con esa perra vieja amiga—gruñe Kurama desde su interior.

Entonces con ánimos, chacra y una determinación de acabar con el sufrimiento de todos, se abalanza contra Kaguya con el modo chacra de Kurama y el modo Tenseigan fusionados. Debe ser rápida para esquivar los picos afilados que salen de su cabello, como también los huesos que salen del cuerpo de esta rápidamente. Debe ser rápida para poder esquivar cada uno de sus ataques mientras, prácticamente flota en medio del aire. Haciendo que la mujer parezca molesta cuando activa su byakugan, pero para su mala fortuna, ella también lo tiene.

Es cuando llega frente a ella, que la mujer abre los ojos grandemente cuando logra impactarle un puñetazo en la mejilla que la envía volando.

Las bolas de la verdad se mueven de forma rabiosa a su alrededor, al tiempo que la mujer muestra un rostro furioso.

Si.

La lucha va ser legendaria, piensa cuando ve a Kaguya hacer una enorme bola moldeable de chacra, similar a una biju dama.

—Kurama—llama rápidamente, haciendo que en su mano aparezca una biju dama mucho más pequeña pero que sabe, tendrá la misma potencia que la enorme masa de chacra de la mujer.

Si.

Esta batalla debe ser rápida o probablemente acaben con muchos mundos de ahora en adelante.

.

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Kakashi suspira cuando escucha como Obito comenta sobre el plan ojo de luna, confesando que es posible que ahora todos sus conociendo estén en medio de un genjutsu eterno de no acabar con la mujer llamada Kagura. Los únicos que no fueron involucrados en este genjutsu fueron ellos cuatro, bueno también Hana, Mito y Daika, además de Tsunade y Honomi que llegaron rápidamente, confesando que los kages (y Jiraiya) también habían terminado siendo sumergidos en un sueño por las ramas gigantes de un árbol. Lo cual provoco un gran dolor de cabeza, ya que, si el ataque llego tan lejos, es posible que en las cinco naciones ninjas también hubiera ocurrido.

Deben acabar con esa mujer cuanto antes o es probable que no quede ningún humano vivo para contar la historia.

El lado bueno de todo, es que tienen a Raiden de su lado, quien parece tener el Rinnegan perfectamente funcional y puede que tengan la posibilidad de ir al mundo, donde esa mujer Kaguya parece que ha llevado a Hinata.

Kakashi mira de reojo el cuerpo inconsciente de Misaki, que pronto fue también enrollado por una de las ramas y probablemente sumergiéndola en un sueño eterno si no estaba muerta aun, quien había sacrificado su propia vida para traer de regreso a la diosa del mundo ninja. Se sorprende del nivel de odio que esa mujer debió tener contra el mundo, para hacer que todo esto fuera posible.

Incluso traiciono a Madara Uchiha.

—Todos los que están dentro de los capullos parecen bien, pero no despierta nadie—comento Hana llegando junto al grupo que había logrado escapar del Genjutsu más poderoso de todos los tiempos.

Bueno, al menos estaban a salvo dentro de eso, pero deben sacarlos de ahí.

—Kaguya Otsutsuki no era más que una leyenda, incluso dentro del clan Uzumaki apenas si se tienen escritos de esta mujer—expreso ahora una tranquila Mito Uzumaki, luciendo demasiado regia y gloriosa, para ser la misma mujer que había azotado horas antes a las diez colas contra el suelo, con sus cadenas de chacra.

No se extraña, era la esposa de Hashirama Senju, considerado uno de los mejores ninjas de todos los tiempos.

Su mujer no era menos.

Las chicas Uzumaki eran peligrosas, determina Kakashi con preocupación.

—Bueno mi esposa sin duda invoco un ser peligroso, pero ahora tenemos que detenerlo—dijo Daika pareciendo algo apenado de la situación.

No lo culpo.

—Al igual que el resto de las personas traídas de la muerte, lo mejor sería volver a sellar a esa mujer—explica Mito con calma a su alrededor, dándole una rápida mirada a todos ellos, para detenerse por ultimo en Raiden que luce algo confundido—Es probable que lo único que logre detenerla es "Rikudō—Chibaku Tensei" es de los sellos más poderosos en el Fujitsu y solo unos pocos saben de su existencia—musita con tranquilidad.

Hana parece emocionada por eso y comienza a saltar un poco, dándole una apariencia mucho más joven de la mujer que es la madre de una hija.

—Es un poderoso fūinjutsu que solo puede ser ejecutado por aquellos que han despertado el Senjutsu de los Seis Caminos. El sello se activa con la combinación de los poderes Yin y Yang de los Seis Caminos. Es una leyenda dentro del clan Uzumaki y solo unos pocos de la rama de los lideres tienen ese conocimiento, sin duda Mito-sama es una mujer tan poderosa—habla esta fascinada de poder expresar su conocimiento.

Kakashi le da una mirada rápida a Obito, en la espera que este entienda de que hablan, pero parece tan perdido como su persona.

—¿Quién podría hacer algo como eso? —pregunto Natsu algo preocupada, como si conociera la respuesta al igual que ellos.

Mito tiene una suave sonrisa, al tiempo que Hana parece sonreír de forma presuntuosa con ambas manos en sus caderas.

Daika ladea la cabeza confundido.

—Hinata—menciona Raiden casi al borde de la resignación, que es similar cuando Natsu y Kakashi suspiran al escuchar como Mito asiente y Hana parece mucho más emocionada.

Si.

Esa niña sin duda tiene muy mala suerte, todo al final parece rodearla y llegar a ella de alguna forma. El recuerdo de la pequeña niña de doce años tan tímida, le hace sentir un poco culpable. Jamás hubiera querido que todo lo malo llegara a ella, pero una vez más, parece que el destino le ha puesto una enorme carga encima de sus hombros.

—Mi padre era un miembro del clan Uzumaki, pero mi madre era un miembro del clan Otsutsuki, además de tener sangre del clan Hyuga, en este momento Hinata debe ser la persona con mayor compatibilidad e igualdad de condiciones para enfrentar a Kaguya, lo cual significa que debe tener el poder suficiente para sellarle—argumenta Hana con un dedo en su barbilla.

Bien, mierda.

Sin duda la niña estaba condenada desde que nació con esa clase de genética en su interior. Kakashi no puede evitar sentir un poco de tranquilidad, de que nadie nunca supo eso cuando esta nació. Hubiera sido sin duda una tragedia que alguien como Danzo se hubiera hecho cargo de la niña, que además de eso y sumándole el chacra de una bestia en su interior.

Bueno, viéndolo de esa forma, hubiera sido raro que tuviera una vida tranquila.

—¿Cómo funciona este sello? —pregunto ahora Natsu resignada a las locuras de su vida.

No la culpo ni un poco por eso.

—La técnica se activa cuando los usuarios del Poder Yin y Poder Yang de los Seis Caminos (En este caso Hinata) colocan simultáneamente sus palmas en el cuerpo del objetivo. Esto lo que lo convierte en el centro de gravedad, lo que provoca que la tierra y rocas circundantes sean forzosamente empujadas hacia su cuerpo, formando una piedra de sellado mucho más grande que la creada por el Chibaku Tensei estándar. Esta técnica también sella el Rinne Sharingan del objetivo, debido a que imágenes de las marcas Yin y Yang aparecen dentro del ojo y se superponen a él, además de que también extrae a la fuerza su chakra. La única forma conocida de romper el sello es que un usuario del Rinnegan (En este caso entraría Raiden) invoque el núcleo del satélite resultante—comenta Mito con tranquilidad como si lo hubiera leído de un libro.

Todos la miran unos segundos, antes de verse entre si confundidos.

—¿Cómo es que sabes todo eso? —pregunto de repente Daika algo nervioso al ver a la mujer Uzumaki.

Esta sonrió cálidamente.

—El clan Uzumaki es descendiente de Hagoromo y guardo recelosamente todo sobre Fuinjutsu, además no le enseñe todo a mi esposo, una mujer debe tener sus secretos—comento con una sonrisa encantadora.

Todos temblaron un poco asustados.

Kakashi se giró hacia Raiden, que parecía ver de manera preocupada a la mujer con duda en sus ojos.

—Raiden—le llamo Kakashi atrayendo la atención del chico, se sintió algo emocionado aunque no lo demostró, por ver esos grandes ojos negro que le recordaban al inocente alumno que tuvo hace tanto tiempo atrás—Llevanos con Hinata—le indico con seriedad en sus ojos.

El chico pareció algo confundido, antes de poner una expresión firme, la de un hombre que ha crecido y ha tomado su decisión.

Este asintió.

Era hora de la lucha.

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Bien luchar contra una diosa, no es algo para nada sencillo, piensa Hinata cuando esta le abalanza contra una pared de forma violenta. Siente sus huesos romperse al mismo tiempo que su regeneración los vuelve a colocar en su lugar, lo cual es una experiencia traumática y dolorosa, que no puede procesar cuando debe saltar para esquivar más de los ataques de la mujer psicópata. Debe derrapar por una montaña llena de nieve, antes que otro portal se abra y Kaguya la envié a otro mundo por vez numero… ¿24? Ya dejo de contar los mundos por los que han viajado.

No parece que lleven mucho tiempo luchando, pero para ella parece una pequeña eternidad mientras esquiva ataques y envía otros. Kaguya ha aprendido bien a cuáles mundos enviarla, porque cuando llegaron a uno donde había una luna, esta no aprecio que la lanzara sobre está causando una gran destrucción en el lugar.

Bueno el Tenseigan era bastante útil para manejar objetos con la gravedad.

Aun así.

No puede derrotarla.

Frustrante.

Es demasiado fuerte.

—Oye se me ocurrió una idea—hablo de repente Kurama atrayendo su atención, mientras cura la herida de su costado, chilla una respuesta afirmativa mientras esquiva otro nuevo ataque—¿Y si dejas que te succione a su interior? —pregunta casualmente haciendo que ella se congele en el lugar.

¿Acaso estaba loco?

Piensa antes de aprovechar el rio cercano para crear un dragón de agua que envía sin piedad a Kaguya, que lo desintegra antes que se le acerque. Aparte del primer puñetazo y ataques de larga distancia, ha costado mucho darle golpes, a diferencia de Hinata, quien esta como un pequeño rayador lleno de heridas en todo su cuerpo.

No entiende el punto de Kurama, pero sabe que no puede soportar este nivel de lucha para siempre, su chacra no es ilimitado como parece ser con la mujer.

Si, esta había intentado succionarla en algunas ocasiones, supone que para poder conseguir el poder de Kurama en su interior o sus ojos. Algo que claramente había rechazado he huido en esos momentos de tensión, para luego evitar los ataques de corta distancia sin sentido.

No entendía porque Kurama señalaría algo que podría derrotarla.

—Los siento, a mis hermanos, están dentro de ella—explica Kurama rodando los ojos fastidiado.

Oh.

Piensa un momento mientras salta para alejarse de la mujer que nuevamente se ha acercado, las bolas de la verdad luchan para golpearla, pero esta logra esquivarlas rápidamente. Pero en ese momento por sus movimientos ha logrado crear una grieta de distancia que ella piensa aprovechar.

Se detiene para ver a la mujer, sintiendo efectivamente el chacra de los bijus en su interior.

Sus amigos.

Su ceño se frunce indecisa, porque si deja que Kaguya le succione, puede significar un final de derrota para la alianza ninja. Aunque una parte egoísta de ella, quiere verlos por una vez más, sabe que si algo falla en ese momento, nadie más podría detener a Kaguya.

Sí, no era la mejor idea, aun así.

Tal vez sería su única oportunidad.

O al menos eso piensa hasta que un agujero se abre sobre Kaguya, quien alza la mirada levemente sorprendida, antes de recibir una patada que la envía volando contra el suelo furiosamente. Los ojos de Hinata se abren desmesuradamente cuando ve como Raiden salta al suelo con agilidad, seguido de Kakashi, Natsu y Obito. Parpadea sin entender como han llegado ahí, pero por el puño en alto de Natsu supone que han llegado para ayudar.

Salta hasta llegar al lado de ellos.

—Hinata has estado conteniendo a una diosa de las historias, soy tu fan—admite Natsu con una sonrisa descarada y pose de Gai-sensei.

—No ha sido fácil, es una mujer escurridiza y poderosa—admite con pesar y cruzando sus brazos resignada.

—No te preocupes tenemos lo que ocupas para derrotarla—habla Kakashi con calma antes de señalar a Raiden.

¿Eh?

Lo mira fijamente confundido y este se encoge de hombros.

—Vamos a sellarla—confiesa este con tranquilidad.

Oh.

Bueno eso podría funcionar.

.

.

Obito se siente algo viejo para seguir luchando, pero no es que tengan muchas opciones con una diosa lista para asesinarlos a todos. Una parte dentro de él, bastante egoísta le recuerda que las personas que le preocupan están a su lado, bueno, menos Minato-sensei, pero dos de tres es un buen numero. Aun así, sabe que deberá luchar contra esa mujer y aunque sabe que es fuerte, esta parece muy fuera de su liga. Tal vez es su edad que le impide avanzar, que le detiene en ese último paso para enfrentar una nueva lucha, ya que cuando ve a esos chicos delante de él, se siente algo intimidado.

Son algo fuera de este mundo, descubre cuando los ve lanzarse sin miedo e incluso emocionados al luchar juntos.

¿Así fue en su época?

Recuerda tener a Rin y Kakashi a su lado, sentirse como que podría hacer cualquier cosa, donde ser un ninja era divertido y su deseo de ser Hokage siempre estuvo presente.

Buenos tiempos.

Obito hizo una mueca de dolor, cuando Raiden con ayuda de su Rinnegan logro inmovilizar un poco a Kaguya, al tiempo que Hinata la detenía también con grandes cadenas de chacra, solo para que Natsu cayera sobre la cabeza de la diosa, tocando su rostro y causando un gran número de explosiones.

Se sintió un poco intimidad.

—Ella solo… ¿le hizo explotar? —comento temeroso al ver como Kaguya volvía a liberarse y regenerarse a un nivel inhumano.

Aun así.

—Natsu es bastante curiosa en lo que respecta a nuevos jutsus, ha estado en los laboratorios siempre en su tiempo libre y ha desarrollado este instinto por explotar cosas o simplemente prenderlas en llamas—comenta Kakashi a su lado de manera casual, sin parecer del todo sorprendido.

Obito le da una mirada preocupada, pero este solo se encoge de hombros.

—Son los niños más problemáticos que he tenido—añade este con bastante tranquilidad.

La subestimación del siglo.

El ex ninja de Konoha solo suelta un suspiro resignado a que no hay nada normal de parte de Konoha y mucho menos de un equipo con el número 7 en este. Se pondrá atento para ayudar cuando sea necesario en la lucha, aunque todos se congelan cuando de un momento a otro Kaguya parece usar parte de sus huesos y cabellera, para atar a Hinata y arrastrarla contra su espalda. Obito nota a su lado como Kakashi también parece estar lista para atacar, cuando algo sucede.

Como un palpitar, todo se congela al tiempo que Kaguya escupe un poco de sangre al tener a Hinata entre su cabello. También puede notar que de su espalda los huesos se han salido, lo suficiente para atravesar a Hinata entre sus brazos, pierna y estómago, casi como si quisiera tragarla por su espalda.

Pero no parece funcionar.

Parece estar sufriendo.

—¿Qué sucede? —cuestiona Natsu quien se ha detenido confundida al lado de Raiden, ambos luciendo claramente confundidos.

No son los únicos.

¿Qué está pasando?

.

.

Hinata sabe que debería estar luchando en este momento contra Kaguya, pero cuando esta le ha arrastrado con su cabello a su cuerpo, Kurama le ha dicho que es mejor que se relaje un poco. Indecisa termina aceptando la idea de su mejor amigo, solo para ser empalada en diferentes partes de su cuerpo por huesos de una mujer muy extraña. Pero solo fueron unos segundos de dolor, antes de sentir un extraño palpitar a través de los huesos. Entonces todo había desaparecido a su alrededor, las luchas, sus amigos, sus enemigos, el dolor y la realidad, se han destruido para llevarla a su pasaje mental, donde todo parece confuso cuando cae de rodillas.

¿Qué sucedió?

Una sonrisa demasiado familiar, le hace alzar el rostro incrédulo cuando una mano se posa frente a ella. Su rostro se congela cuando unos ojos impasibles, una armadura roja y una calidez familiar llegan en forma de Han. Este hace un asentimiento con la cabeza, que reconoce como un saludo, al tiempo que algo dentro de ella que no sabe que tiene, termina de romperse cuando salta y se abalanza en un abrazo al jinchuriki de las cinco colas.

Las lágrimas que ha contenido durante estos días, comienzan a fluir cuando siente el abrazo del enorme hombre contra ella. Olvidándose momentáneamente del mundo fuera de este lugar especial, solo quiere fundirse en el cálido abrazo de alguien que pensó no volvería a ver.

—Oe no acapares a Hina-chan—chilla una voz al lado de Han, quien lo empuja antes de verse envuelta de un nuevo abrazo, que la hace congelarse.

—¿Fu? —apenas puede decir, ganando una mirada sonriente de la chica de cabello corto.

—No vino sola—expresa otra nueva voz, que reconoce como Yugito de brazos cruzados frente a ella.

Cierto.

No son solo ellos.

Sus ojos se llenan de lágrimas al ver no solamente a ellos tres, Utakata también se encuentra ahí, Roshi y un chico que supone debe ser Yagura, con las 7 bestias que reconoce al instante. Todas parecen estar bien y algunas incluso tienen el placer de agitar sus colas.

Quiere llorar.

Y lo hace.

Las lágrimas se extienden por sus mejillas sin poder evitarlo, abrazando contra ella más fuerte a Fu al tiempo que esta risueña le regresa el abrazo. La soledad en su interior parece evaporarse por arte de magia, haciendo que a su mente regresen todos aquellos momentos donde estuvo con ellos, en la privacidad de ese espacio mental, todos siempre sonriéndole a ella.

Compartiendo un secreto.

Compartiendo una vida.

—Los extrañe mucho—admite con una mueca que intenta ser una sonrisa cuando Roshi le palmea la cabeza como si fuera un pequeño cachorro.

Matatabi aparece pronto para soplarle un poco de calor a su rostro y Goku parece saltar haciendo temblar todo. El resto de las bestias parecen emocionadas también de verla de nuevo, entonces descubre para su impresión, que debe estar dentro de la mujer que le había intentado absorber, pero no parece que lo haya logrado, que Kurama no estuviera aquí debe significar algo, tampoco está el ocho colas o Bee.

—Queríamos ayudarte, no podemos dejar que esa loca se haga de nuestros hogares—exclama Roshi con diversión y una sonrisa paternal, siempre cuidándolos al ser el mayor de todos.

Quiere retorcerse ahí mismo de la vergüenza al pensar que ellos deban ayudarla, pero al mismo tiempo una sensación cálida le inunda como la tristeza entre sus venas. Muchas personas que pensó que no volvería a ver, han venido a ayudarle en esta última batalla para lograr alzarse con la victoria.

Todos sus seres queridos.

Se siente conmovida.

Siente que podría volver a llorar nuevamente.

—Entonces iremos contigo—anuncia ahora Utakata con tranquilidad.

¿Eh?

Su rostro debe haber mostrado la confusión del momento, porque a su lado Yugito solamente negó con la cabeza. Todos parecían estar al tanto del plan, pero ella acaba de llegar, lo cual no debería suponer que pudiera leer la mente de alguna forma. Entonces Yugito tomo sus manos de forma delicada, la sensación de calidez le hizo sentir el aleteo en su interior, por la idea de estar junto a todos ellos una vez más. Todos parecían tener una sonrisa afable en sus rostros, sin sufrimientos, sin preocupaciones y dispuestos a dar ese siguiente paso.

La despedida, pensó aterrada.

Aun así, al mismo tiempo, la forma en que los estaba viendo, todos tranquilos y felices, le hizo sonreír con dolor.

Está bien.

Están bien.

Ella estará bien.

—Gracias Hinata—habla ahora Roshi con esa sonrisa tan afable, que le hizo sentir feliz y con dolor por partes iguales—por encontrarnos y ser nuestra amiga, estos años fueron muy divertidos al lado de todos ustedes—acepto con una sonrisa ahora mucho más cálida.

Sintió algo desgarrarle en su interior, antes de asentir con comprensión.

—Yo estoy feliz de conocerlos también, todos ustedes…me hicieron lo que soy, estoy feliz de poder llamarlos mis amigos—hablo con voz temblorosa.

Iba soportar un poco más el llanto, estaban en medio de una lucha.

Las sonrisas de todos eran tan cálidas, sabe que los bijus no morirán, ya que ellos deben regresar a la tierra de alguna u otra forma, pero sus amigos jinchurikis que ya estaban muertos. Aun así, algo se siente tan doloroso dentro de su pecho, que se detiene cuando ve como Yagura pasa delante de todos ellos, con expresión seria en su rostro. Quiere disculparse, ya que a este no pudo conocerlo, pero no puede decir nada por su expresión.

—Aunque no nos conocimos, puedo asegurar que eres una gran chica, por eso quiero decirte algo que descubrí ante estar tanto tiempo controlado por Misaki—expresa Yagura con un tinte de preocupación en sus ojos, lo mira atentamente—es algo llamado Karma, es algo que Misaki iba ser para Kagura en cualquier momento, me temo, que es algo que te convertirás tu ahora—añade este con preocupación.

Entonces lo escucha.

Y lo que dice…le aterra.

.

.

Hay un segundo en la vida, donde todo puede cambiar para bien o para mal, es lo que piensa Raiden cuando está por salir y atacar a Kaguya nuevamente, pero no es necesario. Desde que había atrapado a Hinata en su espalda, parece estar sufriendo y su regeneración se ha detenido. Aun así, no está derrotada, incluso cuando pensaron que ahora podrían tener una oportunidad por su debilidad, fue como si el tiempo se congelara un segundo, un segundo que parece durar toda una eternidad. Entonces de la nada Hinata parece haberse liberado por su propia cuenta y con una bomba biju en su mano, estampa sin piedad en la espalda de la mujer que es el dios del mundo.

Raiden ve incrédulo cuando esta se queda en el suelo, gimoteando por algo mientras sujeta su pecho y Hinata está a su lado viéndola sin alguna expresión en su rostro.

—Me los quitaste—gruñe la mujer al borde de la desesperación, pero Hinata no se inmuta cuando pone una mano en el rostro de esta.

Hay algo extraño, la forma en como aun con su expresión de horror, Kaguya muestra una sonrisa cuando Hinata destruye su cráneo con su mano. Fue algo bastante, crudo, violento y sanguinario, que no había esperado y que ha dejado a cada uno de ellos con los ojos abiertos, detenidos en su lugar.

¿Eso era todo?

Hay algo mal.

Fue casi…fácil al final.

Raiden puede ver con sus ojos la presencia de Hinata, cuyo interior ahora parece estar rebosante de chacra, como si de alguna forma las otras bestias (aparte de la de nueve colas) estuvieran ahora en su interior. No sabe cómo han terminado dentro de ella, pero eso podría demostrar o explicar la falta de chacra del cuerpo de Kaguya. De alguna forma que no tuvieran que sellar a la mujer como habían temido, le parece tan extraño, habían tenido un plan y listos para ejecutarlo, incluso sobre cualquier dificultad.

Entonces lo ve, como Hinata mira su mano con expresión algo preocupada y en medio de la sangre, un pequeño diamante negro aparece en la palma de su mano, que hace que ella frunza el ceño.

Cuando Hinata levanta la mirada hay una leve sonrisa en su rostro.

—Todo ha terminado—dice con una voz dulce y palabras calmadas, que no llegan a sus ojos.

E incluso si el mismo Raiden al igual que los otros tres han visto lo que ha ocurrido, siente que este no es el final de todo.

Pero cuando el cuerpo de Kaguya comienza hacerse cenizas, no es que puedan hacer mucho más. La mano de Hinata, la que no tiene la marca, puede notar, se extiende frente a él y pestañea confundido a ella. Esta le da una sonrisa que le recuerda mucho a las que le dio cuando eran niños, pero de alguna forma no son cálidas como entonces, esta parece algo plana y lejana, pero sabe que es más de lo que merece.

—¿Me ayudaras a regresar a los demás? —pregunta con calma, esperando un rechazo o una afirmación, o cualquier cosa de él.

Algo está mal, se dice así mismo, algo no está como debería estar. Sobre todo, los ojos de Hinata, que han dejado de ser de un morado claro, para ser exactamente como los de cualquier otro Hyuga que conoce, su cabello sigue siendo corto, pero incluso su piel parece más pálida que antes.

Debe descubrirlo.

Debe encontrar lo que falta.

Pero por ahora…

Toma la mano de la chica, al menos por esa tarde, el trabajo está hecho, piensa intentando reconfortarse.

—Por supuesto—acepta con calma y la sonrisa de la chica ahora se hace un poco más calida.

Aun así, el mal presentimiento no abandona su interior.

.

.

Natsu mira de forma lejana cuando regresan a su "dimensión" dejando atrás la lucha que han pasado, ve de forma nublosa como cuando Hinata toma la mano de Raiden, todo este jutsu de la luna parece desparecer y todos parecen ser liberados de sus ataduras. Es como despertar de un sueño muy largo, cuando al regresar todo ha terminado, incluso cuando entiende que no ha terminado del todo. Algo le ha ocurrido a Hinata, lo sabe ante su mirada lejana y sus ojos ahora perlados que miran su mano con tristeza. Pero no es momento de interrogarla, ella vendrá y lucharan con lo que tengan que luchar, unidos.

En su lugar, Natsu prefiere ver como Hinata le da un último abrazo a su madre, como Honomi salta sobre ella emocionada, comentando que se podrá en día con Hana. Ve de reojo como Tsunade le da un último abrazo cariñoso a un lloroso Jiraiya, como Raiden se abalanza en los brazos del que ahora sabe es su padre, todo esto mientras los demás parecen ir despertando.

Todo ha acabado.

La lucha se ha terminado.

Ya no deben luchar más.

No será fácil, piensa Natsu cuando descubre que, ante cualquier movimiento, su cuerpo se mueve asustado y listo para el ataque. Pero cuando la mano de Kakashi sobre su hombro le indica que debe descansar, que ya todo ha acabado, ella siente que esta por llorar.

—Nos veremos de nuevo—asegura Hana a Hinata dándole un suave beso en la frente.

—Consíguete una chica que no quiera matar al mundo si algo te pasa—dice Daika a Raiden con jovialidad, mientras abraza ahora el cadáver de Misaki que está en los brazos del hombre, también desapareciendo en pequeñas tiras.

—Nos vemos de nuevo Hinata—habla Honomi saltando emocionada y agitando los brazos.

—Cásate y ten muchos hijos—se burla ahora Tsunade.

—El Karma es poderoso, pero confió en la sangre que tienes para dominarlo—son las palabras que le confunden de parte de Mito.

Entonces todos desaparecen y cuando ve como en el campo de batalla todos parecen ir despertando de algún sueño en el que estuvieron. Es solamente entonces, que Hinata termina desfalleciendo ante los gritos de ellos. Natsu corre para lanzarse sobre la chica inconsciente en los brazos de Obito, quien la levanta como si fuera una princesa, asegurando que solamente está dormida.

Y así, la cuarta guerra ninja termina.

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Un mes después…

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Hinata puede notar que muchas cosas han cambiado a lo largo de su vida, desde ser una niña que se supone debe ser la heredera del clan Hyuga, ser una desterrada con el cartel de Jinchuriki a tomar el trono de ninja más fuerte de las naciones ninja. Avergonzada y no a gusto con ese título, es feliz cuando de alguna forma logra liberar a las bestias dentro de ella, a excepción de Kurama que ha decidido quedarse con ella. Para su alegría algunos como Shikaku han preferido volver al interior de Gaara o incluso Kokuo deciden regresar con Kurotsuchi. Las demás están en la espera de algún portador de sus correspondientes aldeas, que les ayudara a mantener la paz dentro de ellas. Es nostálgico llamar alguna reunión en su pasaje mental y volver a ver tanto a Gaara como Kurotsuchi aparecer con expresiones calmadas.

Muy práctico.

Los funerales ya han pasado, los muertos eran tantos que Hinata siente que podría olvidar los nombres de ellos, pero no lo hace. Cuando el funeral se pasa en Konoha, incluso cuando ella estuvo una semana entera inconsciente, asiste al funeral en silla de ruedas, ya que sus músculos han sido llevados al límite. Recuerda cada nombre dicho en ese momento, cada sensación en el ambiente, cada lagrima de sus familias, lo recuerda y siente la opresión en el pecho.

Porque todos han perdido alguien.

O algunos como ella, los han perdido dos veces.

Otros han tenido una mejor suerte, dos claros ejemplos han sido Obito y Raiden, que luego de los eventos ocurridos en la guerra, les han otorgado el perdón de sus acciones. Aun así Obito había preferido alejarse de la aldea, irse en su propio viaje lejos de todo, Raiden también parece tener la intensión de irse lejos, pero se ha quedado en la aldea cuando Kushina prácticamente lo arrastro a vivir en la casa del Hokage, comentando que este le había salvado la vida y ella esperaba ayudarle un poco en su recuperación.

Es una verdadera madre.

Hablando de madres, no está segura de que paso en la guerra, pero tanto Hiashi como Kushina le han vuelto a pedir disculpas por algún motivo, que ella no entendió del todo. Incluso cuando le han ofrecido tres hogares (Mikoto había saltado emocionada también por la idea) para no estar más sola, ella ha preferido regresar a su viejo departamento. Que si bien ha sido reconstruido gracias a Yamato (quien pudieron rescatarlo al final de la guerra), sigue significando tanto para ella.

Momentos buenos, momentos malos.

Debe aprender a vivir con ello.

Con la gente que se ha quedado y con la que se ha ido.

Debe seguir adelante, porque eso le prometió a los demás.

Camino tranquilamente por el pasaje mental, admirando a Kurama que parece estar dormitando y se arroja sobre una de sus mullidas colas. Un suspiro de satisfacción sale de sus labios, antes de acurrucarse entre el pelaje de su mejor amigo, con la mirada perdida en la nada durante unos segundos, antes de ver su mano derecha que ahora está vendada, sin mostrar ese horrible y diminuto rombo, que le ha estado robando el sueño durante tanto tiempo.

Karma.

Karma es utilizado por los Ōtsutsuki principalmente en sus viajes (que parecen ir de dimensiones o mundos). Debido a que es necesario que un Ōtsutsuki se sacrifique para hacer crecer al Dios Árbol, dicho Ōtsutsuki deja un Karma en una vasija preparada de antemano para resucitar. Impartir el Karma requiere una increíble cantidad de energía, y el factor más importante al momento de aplicarlo es la selección de la vasija. Grabar el Karma en entes como clones no tiene efecto alguno, desapareciendo en cuestión de segundos.

Kaguya lo había dejado en ella, esperando poder rencarnar en su cuerpo alguna vez en el futuro.

Ella era peligrosa.

Ella podría convertirse en esa mujer alguna vez.

Tiene sentido, de alguna forma comparten mucho en común, tanto en poder como habilidades físicas. Sabe que de alguna forma debe crear un sello que destruya el karma o que lo detenga, pero por ahora esta tan cansada que solo quiere dormitar.

No quiere pensar en el futuro, incluso si suena egoísta e infantil, quiere disfrutar de un poco de paz.

—Kurama—llama al zorro, que parece no haber estado tan dormido, ya que hace un sonido de respuesta que suena como un gruñido—si alguna vez esto me afecta, tienes total libertad de matarme…solo puedo confiar en ti—susurra apretando la mano vendada, queriendo solo estar así un poco más.

Unos segundos, unos minutos, unas horas, estar acostada en su mejor amigo por ahora es lo mejor del mundo. Ya que tiene miedo de no saber, por cuanto más tiempo podrá tener este beneficio, tal vez incluso vea a su madre mucho antes de lo que esta planea, tal vez no pueda tener esa vida de la cual ella hablo.

¿Casarse y tener hijos?

Si.

Ella no tiene esa suerte de tener familia.

Debe conformarse con estar con vida luego de esa maldita guerra, debe conformarse con los amigos que han sobrevivido y no con los que perdió, debe apretar este futuro con sus manos y hacerlo mejor para las siguientes generaciones.

Incluso si eso significa sacrificarse.

—No habrá necesidad—explica Kurama tranquilo, captando su atención ya que este le está viendo con la cabeza en su dirección—eres fuerte mocosa, lograras contenerlo como lo hiciste conmigo, incluso puedo apostar que te harías amiga de esa mujer si pudieras o crearas un sello que la contenga, lo que sea, vas a vivir largos años y me vas a tener pegada a tu lado como de costumbre—añade ahora en tono gruñón.

Pero ve un fuego en sus ojos, un mudo "no puedes morir" que le hace sonreír levemente abrazando la cola de este.

—Te quiero Kurama, eres mi mejor amigo—acepta mientras abraza su cola.

—Molestia—gruñe este y ella no puede evitar reír levemente.

¿Los bijus pueden sonrojarse?

Kurama parece hacerlo ahora.

—Yo también te quiero idiota—dice el zorro luego de unos momento de silencio.

Por primera vez desde que terminó la guerra, la sonrisa en el rostro de Hinata es sincera y siente paz. Porque al lado de Kurama, ella siente que puede hacer cualquier cosa.

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Vivir con Raiden le ha brindado una nueva perspectiva a Naruto, que no es para nada positiva, incluso cuando quiere odiar al chico, es difícil odiarlo cuando Menma comienza a saltar emocionada al verlo y su madre parece estar encantada con él por ayudarles tanto. Su padre por otro lado, solo suspira antes de encogerse de hombros y Naruto piensa que sería más fácil si pudiera odiar a Raiden. Parece que el chico piensa lo mismo cuando lo ve todas las noches durante la cena, ambos con conversaciones leves sobre ningún tema peligroso, antes que deban compartir la habitación para dormir.

Naruto quiere odiarlo, pero luego de escuchar la historia de este, no puede y es molesto. Porque sabe que este quiere a Hinata y para su horror, recuerda que el primer amor de Hinata había sido Raiden, lo cual significa que está a punto de perderla por un chico que le recuerda terriblemente a Sasuke.

Frustrante.

Quiere gritar, pero no puede, porque al final la única que debe elegir con quien estar es Hinata, quien, para el desconcierto de todos, parece que eso no le importa. Apenas la ha visto este último mes desde que acabo la guerra, hay mucho que hacer, mucho que reconstruir, muchas misiones para ellos que lo hacen estar distraído. Aun así, la ha visto de reojo, Natsu llevándola en silla de ruedas, alrededor de sus amigos de generación.

Ha visto con preocupación a Megumi la chica hiperactiva que ha perdido el brazo izquierdo desde abajo del codo, lucir con relajación sin importarle que ahora es discapacitada, hasta que Sakura logre desarrollar las prótesis de células de Hashirama que ha estado trabajando arduamente. Yuki por otro lado no ha salido tan herida, aunque tuvo vendas por todo su cuerpo, Rigel sonríe ignorando la enorme cicatriz de su clavícula o darle poca importancia a perder dos dedos de su mano izquierda.

Shun suele caminar con una muleta por algunas semanas y Anna debe tener vendas en sus ojos durante dos por haber usado demasiado el Sharingan como su hermano Shisui. Itachi por otro lado no podrá usarlo, al menos que quiera quedar ciego. Sasuke no había estado muy alegre por este hecho. Al igual que Gai-sensei quien probablemente no pueda volver usar su pierna por el deterioro de la misma. Aki por otro lado fue de los que menos heridas tuvo, pero quien más ha estado trabajando por lo mismo.

Naruto ha visto los duelos de miradas de Aki y Raiden, es como si se odiaran de por vida y no quiere saber mucho el trasfondo de la historia. No debe ser solo por Hinata, parece que desde la academia siempre fueron rivales indirectos o algo similar.

Pero regresando al tema, este debe ser el primer día que ve a Hinata desde que terminó la guerra, sobre sus pies y tranquilamente frente a la puerta de la aldea. Su equipo estaba despidiendo a Raiden, que ha decidido que prefiere viajar en busca de respuestas a lo sucedido con su madre y la mujer llamada Kaguya, tal vez solo quiere ver el mundo, tal vez solo quiere redención. Naruto no sabe que quiere, pero ha ido con su padre, madre, Menma y Jiraiya para despedirse del inquilino del mes anterior, que se ha ganado el cariño de su familia.

Sus ojos no dejan de ver a Hinata de reojo, en busca de alguna respuesta a su incertidumbre. Quiere saber si hay amor o no en su vista a Raiden, quiere saber para que mate todas sus esperanzas o falsas ilusiones de una vez por todas, para que pueda dar un paso adelante, llorar y superarla. Para su desconcierto esta luce tranquila y calmada, sin muchas emociones cuando le ofrece una mano a Raiden de despedida, sus ojos cálidos como cuando ve a cualquier otro compañero, una sensación de tranquilidad y un perdón entre ambos que nadie hablo.

—Trae regalos cuando vengas de visita—chilla Natsu a Raiden con una sonrisa, mientras Kakashi le entrega uno de sus libros para el viaje.

Raiden los acepta, al igual que ha aceptado el oso de peluche de Menma o los cambios de ropa de su madre horas antes.

Es el adiós.

—Seré más fuerte cuando vuelva—explica con sus ojos fijos en Hinata, quien solo suspira.

—Bueno te falta más que fuerza para derrotar a mi amiga, ella es puro poder—habla Natsu con un brazo sobre el hombro de Hinata y fanfarroneando.

Todos ríen.

Entonces los ojos de Raiden se detienen una vez más en Hinata, antes de suspirar y bajar la mirada. Con un último adiós y despedida de Menma quien no deja de chillar en sus pies, el chico comienza a partir lejos de la aldea. Todos se quedan ahí viéndolo partir por un tiempo que parece una eternidad, antes que Jiraiya comente algo sobre hacer pagar a su padre y arrastrándolo de regreso a la torre del Hokage, su madre ríe antes de comentar sobre la cena con Menma en sus brazos. Kakashi habla sobre algo de ir a visitar a Gai-sensei, antes que Natsu salte sobre que su hermano mayor está ayudando en su recuperación.

Naruto se congela al encontrarse un momento a solas con Hinata, porque por un mes entero no había pensado que eso era posible.

Tal vez deba irse.

Tal vez ella quiera estar sola.

Claramente sin él cerca.

Comienza a sudar nervioso, pensando que sería genial si pudiera encontrar de alguna forma a Sasuke o Sakura en este momento. Pero cuando esta gira su rostro para verlo, siente que va a vomitar porque esta parece sorprendida de verle, pero en lugar de seguir su camino, le da una leve sonrisa.

—¿Quieres quedarte un rato más? —pregunta esta con tranquilidad y aunque él hubiera pensado en negarse, ver un momento esos ojos ahora blancos, le hacen temblar sus piernas y asentir.

Azotado, dirían Kiba y Kankuro en broma, no podría negar eso.

No hablaron, si era sincero Naruto solo siguió el camino de una silenciosa Hinata, que termino por llevarlos a la cima de la montaña de los Hokages. La vista era bastante buena, con la aldea casi re construida, el sol de la mañana con pocas nubes sobre ellos, sin probabilidad de lluvia. Este era uno de sus lugares favoritos, cuando era niño su padre suele llevarlo en algún día especialmente malo, pero ahora no puede darse el lujo y además ya no es tan pequeño, a veces lo hace con Menma quien ríe divertida por las alturas.

Lo comenta en voz alta para Hinata sin ninguna explicación, aparte de querer eliminar el silencio incómodo. Ella continua, habla sobre su madre, sobre recuerdos vagos de cuando era niña ambas en el jardín, lo que hace que él hable sobre sus propias plantas en casa que ella recuerda con media sonrisa. Es irónico que ambos hablen tanto de plantas, pero no se queja, aprovecha cada conversación, por más ridículo que sea, para conocerla.

Porque nunca es suficiente, siempre quiere conocer más.

Más de ella.

Incluso si es egoísta, quiere saber más que nadie, quiere que lo conozca y conocerla, de forma al que es dolorosa.

Ella comenta curiosa sobre si aún quiere ser Hokage, el admite que se lo ha replanteado debido a Jiraiya quien no deja de quejarse de lo horroroso que fue tener el mando cuando su padre quedo en coma. Pero que a pesar de lo difícil que ha sido, que incluso su padre debió alejarse de ellos algunas o muchas veces, tiene ese deseo en su corazón, como si fuera algo que debe hacer, lo que se siente correcto.

Cuando le regresa la pregunta, ella solo sonríe abrazando sus piernas.

—Quiero ser maestra—musita en voz baja con la mirada lejana, lo cual hace que el gire el rostro sorprendido de esa respuesta—Itachi me ha comentado que disfruta enseñando de niños, quiero hacer eso, quiero estar lejos de la batalla, incluso aunque sea egoísta ya que tengo un poder dentro de mi capaz de ayudar a los demás en misiones, no quiero luchar más, odio las luchas—añade por bajo con la mirada perdida.

No se sorprende, no luego de todo lo que ha pasado.

Naruto la puede visualizar ahora mismo en el campo de batalla, en medio de la guerra la había visto danzar por el campo de batalla, dando batalla a seres poderosos como Madara, que ningún otro ninja pudo. La vio rodeada de chacra como una princesa guerrera, que podría destruirlo todo con un simple movimiento de mano. Su fuerza no tenía limites, él se había sentido inútil en comparación de ella, inútil de tener que ver todo a la distancia y no poder ayudar como quiso, siempre lejos de ella, sin capacidad para protegerla, porque ella no lo necesitaba.

Frustrante.

Pero es su elección, es su vida, incluso con ese poder, ella debería decidir si luchar o no.

—Serias una buena maestra—habla ahora atrayendo su atención, pareciendo confundida.

Ahora Naruto puede ver algo diferente al campo de batalla, la imagino caminando tranquilamente por la aldea con ropas más civiles, la puede ver frente a un salón de clases con sus sonrisas suaves enseñando a los demás niños con comprensión y ternura. Si era sincero incluso imagino que la mayoría de niños terminarían enamorados de esta, si Naruto fuera uno de sus alumnos, sería el primero en declarar su amor por su maestra. También la imagino caminando por la aldea, saludando a los civiles que ahora parecen admirarla, la vio con compras de comestibles haciendo su cena leyendo libros.

Imagino esa vida, y se sintió desesperado por querer formar parte de esa vida. Por querer estar en ese departamento con ella, cansado de alguna misión y abrazándola al verla llegar de sus clases. Se imaginó a ambos sentados en el sofá hablando del día a día, de ella dándole sonrisas y con ojos brillantes, que siempre quiso que le volvieran a ver.

Lo puede ver claramente, porque ese fue el genjutsu donde se vio enredado en la guerra. Una vida al lado de la chica que estaba sentada junto a él. Una vida donde esta no había sufrido, donde sus sonrisas no tenían ese rastro de perdida, donde estaba enamorada de él como él lo está de ella.

Pero fue solo un sueño fugaz, solo eso.

—No le digas esto a Iruka-sensei, pero te volverías muy popular con los niños, fuiste genial conmigo—dice con un encogimiento de hombros.

Esta le sigue mirando incrédula.

—¿No crees que es una mala idea? —

—Para nada, es tu vida Hinata, debes hacer lo que quieres hacer y dejar de preocuparte por los demás tanto, la guerra acabo, debes seguir lo que diga tu corazón, no lo que digan los demás—

La ve pensativa, viendo ahora la aldea y decide imitarla.

Una hermosa vista.

Ojalá el tiempo pudiera detenerse en este instante, ojalá no tuviera que caminar separados el resto de la noche, ojalá pudiera alcanzarla, aunque sea una vez en la vida.

—Quiero una familia—admite la chica a su lado, haciendo que gire el rostro rápidamente confundido, pero ella no lo ve mientras se abraza más ella misma—he pasado por tantas, incluso aunque tengo un padre biológico, una media hermana, primos y tíos, incluso cuando Mikoto o Kushina me han ofrecido su hogar, incluso cuando Natsu o Raiden son mis amigos, incluso cuando sé que de alguna forma hay amigos cercanos…quiero una familia, quiero tener una familia, no quiero estar sola, quiero algo que llamar mío—habla con voz pausada y calmada, pero con un toque de dolor, que hacen que Naruto frunza el ceño.

Es la primera vez que escucha esas palabras, sus deseos egoístas, su desesperación de algo que se le ha negado. Le frustra no poder entenderla, porque eso que ella quiere, es algo que siempre ha tenido al alcance de su mano, incluso con su padre como Kage, la familia es algo de lo cual siempre ha formado parte y hasta ahora puede imaginar que debió sentir Hinata todos estos años. Siempre que parecía tener un lazo, este era cortado violentamente, desde su equipo que Raiden dejo echo girones, Honomi que la había adoptado o Tsunade, sus seres queridos parecen dejarla y sin una familia que llamar suya.

Puede verlo, pero no lo entiende.

Aun así.

Entiende que esto es doloroso para ella ye so es suficiente para hacerlo sentir dolor.

—Tenla—dice con calma, pero Hinata no dice nada—puedes tenerla, no es egoísta querer algo que sea tuyo, solo debes caminar un poco y tomar la mano de esa persona que elijas (estoy seguro que hay bastantes interesados) y formar una familia, primero serian una familia de dos, luego tendrían hijos y después…bueno el después vendrá—explica con algo de dolor en su pecho.

Porque es fácil verla, imaginarla caminar por una casa imaginaria, con dos niños llamándola madre mientras ella les sonríe feliz. Puede ver a la chica a su lado arrodillándose para jugar con los niños, contándoles historia, amándolos como ella no pudo ser amada, protegiéndolos como una madre leona de cualquiera que intentara lastimarlos, contándoles sobre la aldea en medio del porche o entrenando con ellos.

Ah.

El aire quemaba al respirar ante ese pensamiento.

Porque ella podría ser feliz con quien ella quisiera escoger, e incluso si dolía y era horroroso, él no podía evitar sonreír con nostalgia por esa imagen.

Porque ella era feliz en la imagen.

—¿Puedo hacerlo? —cuestiona ella con duda en sus ojos y le sonríe para animarla.

—Claro que si Dattebayo—asegura con calma y confianza.

Entonces ambos se miran a los ojos, comparten una leve sonrisa y vuelven a ver a la aldea sin agregar o decir nada más. Pero conforme pasan los minutos en esa calma, el sonido de su estómago hace que se sonroje cuando la chica se ríe disimuladamente de él. Ambos (él bastante avergonzado) deciden que ir por un tazón de ramen como los viejos tiempos, es bastante nostálgico en este momento.

Cuando comienzan el camino para bajar por las escaleras de la montaña, Naruto se detiene cuando una mano toma la suya, es pequeña en comparación a la suya, muy callosa e incluso su tono de piel blanco ahora hace un contraste bastante diferente al suyo propio.

Su pie queda en el aire cuando voltea a verla a ella, que parece algo sonrojada a su lado, pero luciendo grandes ojos inocentes.

¿Paso algo malo?

Quiere preguntar confundido, sobre si casi se tropezó o pensó que él se iba a caer, porque no entendía porque de otra forma tomaría su mano sin algún otro significado. Incluso llego a pensar que tal vez se había quedado congelado en la cima de la montaña y probablemente Hinata lo despertaría en cualquier momento.

Esta sonrió, si Naruto era sincero con él mismo, sintió que su corazón se detuvo unos microsegundos.

—Bueno comentaste que solo debo tomar la mano de la persona que elija, aunque no se bien que sigue ahora—musita está luciendo algo confusa.

Naruto sigue sin reaccionar.

—¿Hice algo mal? —cuestiona la chica tímidamente, casi soltando el agarre de su mano, pero él lo aprieta con algo de fuerza.

Puede ver una mueca en el rostro de la chica, pero en su lugar la mira fijamente con demasiada intensidad, que hace que esta se encoja un poco. Toma aire, varias veces, porque suele ser alguien que reaccione de forma alterada ante cualquier situación complicada, y esta era una situación complicada que no quiere arruinar. Pero también es algo demasiado para él, que incluso desearía que Sakura estuviera ahí para darle un puñetazo y quizás, reaccionar.

Entonces decide pensar en las palabras de la chica, contener el grito femenino que quiere soltar, para poder hablar primero.

Debe ser sincero y tranquilo.

—Estas diciendo… ¿Qué me elijes? —cuestiona solamente porque tiene que asegurarse, debe confirmarlo, debe estar seguro.

Debe…

Se congela al ver la duda en el rostro de la chica, que parece un poco nerviosa como tensa, antes de bajar la mirada.

—No lo sé, todos dicen que me querías pero yo, no se amar, no sé qué es estar con alguien, solamente he luchado desde que tengo memoria y cuando me enamore por primera vez…no salió muy bien—admite con una mirada cargada de dolor—pero, tu dijiste que podría ser egoísta, que puedo tener una familia y entonces pensé, que podría ser contigo, no me dio miedo pensarlo, aunque es raro porque soy mayor y tu menor pero, se sentía correcto, tu cariño se siente correcto—admite esta con una leve sonrisa ahora al verlo.

Se congela.

Siente que Shikamaru le ha atado con un jutsu de sombras o incluso Sasuke le ha pegado un chidori en el pecho. Aunque eso último es ridículo, Sasuke jamás lastimaría a un amigo de esa forma.

—Quiero aprender a querer a otros si se me permite y pensé que de todos, que de todos tu cariño era el más sincero—musita ahora con una mirada a sus ojos.

Le está viendo.

A él.

Lo está observando.

Ahora mismo.

Incluso cuando intenta contenerlo, un leve chillido aparece en su boca y quiere dar un paso para alejarse, lo cual es una mala idea porque termina tropezando con las escaleras. El dolor de caer es insoportable, ya que es una distancia bastante larga hasta que llega una pequeña plataforma, desde el suelo con dolor y vueltas en su cabeza, puede ver como Hinata llega de un salto a su lado luciendo alarmada.

Pero él en el suelo solo puede tapar su rostro con incredulidad y vergüenza.

Le está viendo.

Joder.

Siempre quiso esto, pero joder, era demasiado vergonzoso.

Hinata parece comprenderlo, ya que decide quedarse a su lado cuando le admite tímidamente que está bien, pero ocupa un segundo. Esos segundos son unos cuantos minutos, donde puede llegar a sentarse en el suelo, al lado de ella quien está en una escalera esperando pacientemente, pero luciendo preocupada, probablemente por el rojo de su rostro que no podría desaparecer ni, aunque quisiera.

Entonces le ve fijamente y ella ladea el rostro.

Ahora.

Este es el momento…este es…

Sus piernas son débiles y debe morderse el interior de su boca para sacarse del miedo.

—Te amo—dice con voz chillona y de manera bastante patética (adiós a la idea de verse varonil en medio de una conversación)—yo, yo te hare feliz, cuenta con eso dattebayo—habla rápidamente y con su muletilla.

Si.

Patético.

Pero antes que pueda golpear su frente contra la baranda de las escaleras, un ligero sonrojo aparece en las mejillas de la chica, que le hace parpadear sorprendido. Le cuesta un poco, pero admite que verla nerviosa le ha ayudado a sentirse más tranquilo, como para tomar la mano de la chica y sonreírle más relajado. Esta parece algo confundida, antes de apartar la mirada tímidamente, pero apretando su mano levemente.

Cuando ella le sonríe de reojo, Naruto siente que pudo morir en ese momento sin ningún remordimiento.

—Me enseñarías… ¿me enseñarías como amar? —es la pregunta de ella con el rostro levemente sonrojado, pero pequeños ojos brillantes.

Y entonces todo deja de tener sentido.

Deja de importar cuando le asiente emocionado, deja de importar como Sakura lo regaña cuando minutos después llega al hospital con sus heridas por la caída. Deja de importar cuando hay rumores sobre ambos caminando juntos en la aldea o hablando más de la cuenta. No le importa y Hinata no dice si le importa o no, solo sonríe a su lado como de costumbre, ambos empezando con conocerse ahora más que antes.

No son una pareja, no lo son por los siguientes dos años donde ambos aprenden sobre el otro y la aldea les necesita. También sabe que Hinata estudia para ser maestra y él debe ir de viaje con Jiraiya para entrenar algunos meses, que les entorpece la comunicación. También cuando él cumple 18 años hay un loco en la luna que quiere secuestrar a Hinata (como si ella no pudiera derrotarlo fácilmente) y hay muchas cosas que tomar en cuenta, como cuando la luna casi se cae.

No todo es fácil, Hinata es terca y está herida de tantas formas, que a veces es un castillo impenetrable que debe pasar poco a poco. Su primer beso, su primera risa sincera, la primera vez que sus ojos dejan de mostrar soledad o tristeza por el pasado, la primera vez que Natsu los encuentra en una situación comprometedora (que seguirá pasando por los siguientes años), la primera vez que le dijo "bienvenida a casa" a Hinata en su ahora departamento, haciendo a la chica llorar desconsolada. La primera graduación de sus estudiantes de la academia o como él se convierte rápidamente en Jounin. Las primeras discusiones, las peleas, los buenos momentos, las plantas que cultivan juntos.

Conocer a Kurama es traumático.

O la primera vez cuando sabe que Hinata por fin ha logrado dar un paso delante de su pasado, que es cuando la ve sostener entre sus brazos a su primer hijo, en este caso, su primera hija Himawari. Como incluso con el cansancio o la preocupación del rombo en su mano (siempre vendada y siendo investigado por todos sus amigos después del incidente de la luna) esta no deja de ver a su querida hija con ojos emocionados hasta las lágrimas.

—Himawari—dice esta en un suspiro, el nombre de su querida hija.

—Himawari Uzumaki—acepta Naruto con ella en sus manos.

No fue fácil cuando había aceptado la idea de cambiar su nombre a Uzumaki en su boda, ya que en general debería ser Hinata quien tomara su apellido, también porque en teoría el apellido de Hinata debería ser Hyuga. Pero ambos habían querido mantener la tradición (su madre Kushina había estado feliz y pateando a Hiashi sobre ganar una apuesta) del clan Uzumaki.

Porque ese era el clan de su esposa y madre de sus hijos.

Uzumaki Hinata.

La guerrera más poderosa de las cinco naciones ninja, héroe de la cuarta guerra ninja y probablemente el contenedor de mayor poder del mundo ninja actual.

Pero para Naruto y para Himawari ahora también, era simplemente todo lo que tenían.

Su familia.

Fin

Realmente me ha costado mucho llegar hasta aquí, ya ha pasado más de un año desde que inicie esta historia y han sido muchas situaciones las que casi me terminan de empujar para atrás. Hay muchas cosas que al final cambiaron en la historia a como lo tenía planeado, pero al final este es a lo que siempre quise llegar. Una Hinata Jinchuriki, que, a pesar de haber pasado tantas cosas, sigue de pie y dispuesta a proteger la aldea.

Me encantaría tomar nuevamente la historia desde el inicio, alargándola y agregando partes de la historia, que tal vez pasaron en mi cabeza, pero que por estar escribiendo no las puse o las olvide. También atando algunos puntos que pude dejar al aire, o simplemente dejando conocer más de los personajes, pero esto sería un proyecto para más adelante.

Por ahora quiero agradecerles a todos los que me han seguido desde el inicio, los que me apoyaron por más capítulos o los que han hecho de este proyecto uno de mis favoritos.

Si alguien quedo confundido al final, muchas cosas cambiaron del canon, sobre todo que al derrotar a Kaguya se hizo diferente a la historia original, dando pequeños guiños a Boruto, que, si bien no lo he visto por completo, me gustó la idea de "Karma" que es algo que se desarrolla luego de derrotar a un Otsutsuki, donde este después del tiempo puede tomar el control de su cuerpo. Dado que no sellaron a Kaguya como en el original y quien la derroto fue Hinata, esta toma el karma en su cuerpo.

Esto lo pensé desde el inicio, ya que había pensado escribir una mini serie aparte de esta, con 7 capítulos que abarcaría parte del arco de Toneri. También en estos 7 capítulos se podría ver una historia más romántica con el interés amoroso de Hinata, que en este caso podemos averiguar que fue Naruto, a quien yo elegí para que terminara con ella. Pero pensé que esta historia seria extra a esta, ya que, si alguien no era feliz con la pareja de Naruto, podría terminar en este capítulo e imaginar el final de Hinata con su elección.

En mi corazón ella siempre eligió a Naruto, incluso con la diferencia de edad, es un guiño a que ambos deberían estar juntos, ya que este fue quien la vio en medio de la oscuridad. Mientras que Raiden decidió irse y Aki solo la noto cuando eran grandes, Naruto siempre la había visto.

Ahora sí, despidiéndonos con el capítulo más largo de la serie, espero hayan disfrutado de la historia. En general había pensado dos especiales, que, si podría agregar a esta historia en el futuro, uno donde Raiden toma a Himawari (que en este caso sería mayor que Boruto) como su alumna, haciendo que Himawari sea unos años mayor que la generación de Boruto-Sarada-Mitsuki. También otro especial de Hinata luchando contra el karma y ganando, ya que ella en si no necesita la fuerza adicional que este puede generar, porque por si sola ya es fuerte.

En fin, si les interesa pueden dejar en los comentarios para decidir si los escribo.

Lo único que puedo decir ahora, es gracias por leerme y estar conmigo en este proyecto, me divertí mucho…espero que ustedes lo disfrutaran conmigo.

Espero me sigan en otros proyectos :D

Un placer despedirme con ustedes de esta historia.