Beyond toma una manga pastelera que llamó su atención al caminar por el pasillo del supermercado, es muy parecida a la que Louis tiene en su casa, la devuelve a su sitio cuando escucha el ruido de un carrito acercándose. A Matt no le pasa desapercibida esa acción del pelinegro, quizá porque desde hace unas semanas lo nota extraño, como si ocultara algo. Algunas veces vuelve tarde del trabajo alegando que se quedó charlando con unos amigos, también lo ha visto salir en su día libre y siempre llevando una mochila. Cree que sí Beyond se estuviera viendo con alguien ya se lo hubiera contado, por lo que debe ser algo más. Sin embargo, una oferta en harina para pancakes llama su atención, pasando todo lo demás a un segundo plano.
—Uuuh, esto también lo llevamos. —Toma dos cajas y las deja caer dentro del carrito, el cual va lleno de golosinas.
—No se supone que los traje al supermercado para esto. —Reclama Elle apareciendo por detrás, empujando también un carrito, el suyo con muchas verduras, frutas y avena.
—Dijimos que te acompañaríamos como apoyo moral —explica Beyond, caminando en medio de ellos—, que tu noviecito te haya puesto a dieta no es culpa nuestra.
—Me escondió el azúcar, ¡en mi propia casa! No me dejen sufriendo solo.
—Ay, pero si llevo manzanas —Matt estira un brazo para remover algunos productos hasta que encuentra en el fondo una bandeja con tres manzanas verdes. —¿Ves? Una para cada uno.
—No te las vayas a acabar. —Elle pone los ojos en blanco mientras sigue empujando el carrito— ¿No estás comprando muchas cosas? —A diferencia del suyo, el del pelirrojo está casi lleno y son solo tres personas en el apartamento.
—Es que me pagaron un bono que me debían. Así que familia, hoy se come. —Toma una caja de panecillos que están a mitad de precio y también la mete.
—¡Pero estás llevando cosas que solo a ti te gustan! —Reclama Beyond, regresando los panecillos de frutos secos y pasas a su lugar.
—¡Hey, deja mi comida en paz! —Vuelve a tomarlos y esta vez los abraza contra su pecho para evitar que se los quiten— ¡Ya agarre tu mermelada así que deja de quejarte!
—¡Metiste una pequeña y no la de tamaño familiar como te pedí! —Sujeta la caja que el pelirrojo abraza con tanto recelo e intenta quitársela y ahí es cuando Elle interviene, porque si estropean algo les tocará pagarlo.
—Suficiente... —Masculla entre dientes a la vez que pone una mano sobre el pecho de cada uno para separarlos—. Yo te compraré la mermelada que quieras.
—Ese no es el punto... —Beyond forma un puchero y se cruza de brazos— Matt siempre compra solo lo que a él le gusta.
—Tú también haces lo mismo cuando es tu turno de hacer las compras. —Le saca la lengua como respuesta luego que el pelinegro le hiciera el mismo gesto.
—¡Eso no es cierto! ¿Verdad Mello que no hago eso?
La sola mención de ese nombre hace que todos guarden silencio y la mirada de los tres se dirige al rubio, quien solo se encoge de hombros y continúa caminando unos pasos más adelante en silencio, como ha estado los últimos días.
—¿Sigue triste? —Susurra Elle.
—Se vino en pijama, ¿tú qué crees? —Responde Beyond en el mismo tono.
—Pero es un pijama muy cool. —El pelirrojo se añade al cuchicheo, acercando su
rostro al de los otros dos, formando un semicírculo.
—Es pijama al fin y al cabo. —Puntualiza Elle. Puede ser que no parezca uno ya que la parte de abajo son unos pants bien ajustados de animal print y arriba tiene una remera negra manga corta con el estampado de un tigre rugiendo en el centro.— ¿Dónde comprara esa ropa?
—Internet. —Contestan Matt y Beyond al unísono, haciendo que Elle ponga los ojos en blanco, está seguro que esa respuesta la ha escuchado antes en una caricatura que esos dos aman ver.
—Ni siquiera se ha dado cuenta que no lo seguimos. —Continúa Beyond entre susurros— ¿Dónde está tu zorra? —Tan pronto como hace esa pregunta, una mano cae en su cabeza, tomando un puñado de cabellos— ¡Ay! ¡Ay! ¡Ya, ya!
—¿Cómo se llama? —Cuestiona Elle, enarcando una ceja y sin aflojar el agarre.
—¡Light! ¡Light!
—Así me gusta —sonríe al soltarlo, luego le da un par de palmadas en la cabeza—. Y si lo que quieres es hablar con él para que convenza a Near, olvídalo, yo ya lo intenté.
—Tal vez lo que hace falta es que lo agarre como tú me agarraste a mí. —Dice entre dientes y frunciendo el ceño mientras continúa sobándose.
—Le tocas un pelo y te meto tu mermelada tamaño familiar por el culo. —Lo amenaza apuntándolo con el dedo índice.
—Ya, ya, solo quiero hablar con él.
Elle no cree que sea buena idea, Light es muy protector cuando se trata de Near. Nadie sabe qué pasó en la última videollamada entre River y Kheel, solo ellos y el castaño. Asumen que debió ser grave porque Mello les contó que Near lo bloqueó, y tras eso ha vuelto a ser un alma en pena. Es por eso que Elle le pidió a Light hablar con Near para convencerlo de hacer una videollamada, pero el castaño se negó. Su intención no es hacer que ellos se reconcilien si seguirán haciéndose daño, lo único que pretendía es que hablaran mientras él estaba de intermediario para dejar todo claro de una vez. Sospecha que las intenciones de su hermano son distintas, y si Light no quiso ayudarlo a él, duda mucho que acceda con Beyond. Sin embargo, eso es algo que Light debe decidir.
—Dijo que iba a comprar una cosa llamada quinoa. —Contesta, retomando el camino con su carrito.
—¿Y eso en qué pasillo está?
—Ay, no sé, tenía forma de granos. Pregúntale a alguien.
Beyond pone los ojos en blanco, da media vuelta y se va a buscarlo, pero luego de pasar por varios pasillos sin encontrar el que busca opta por preguntarle a un empleado. El supermercado es demasiado grande porque claro, Elle los llevo al que él siempre frecuenta, o sea un estúpido supermercado para gente de clase alta.
Se dirige al pasillo quince mientras piensa en las amenazas que usará con Light para obligarlo a que convenza a Near de que desbloquee a Mello. Entiende a la pelusa, pero esa rubia oxigenada también es su amigo y no le gusta verlo así.
Vislumbra la espalda de Light, y con toda la intención de asustarlo, se acerca despacio.
—Hasta que te encuentro. —Sonríe satisfecho al verlo dar un respingo.
—Con esa cara deberías tener prohibido aparecer de repente. —Regresa al estante los dos frascos de vidrio de salsa que había tomado y escoge otros para leer los ingredientes. No sabe cocinar mucho, pero supone que debe buscar los productos con menos sodio y preservantes.
—Sabes que Elle y yo somos gemelos, ¿no? ¿Cuál es tu problema con nuestras caras?
—Que sean gemelos no significa que sean completamente iguales —lo mira de reojo y luego vuelve la mirada a la tabla de información nutricional en los envases—. A ti como que esos dos minutos extra dentro del vientre no te hicieron ningún bien, y no solo físicamente. —Finaliza con una sonrisa socarrona.
—Hace unos meses tus insultos de niño chiquito me hubieran molestado, ahora me dan lo mismo—se cruza de brazos. —Así que iré directo al grano, Lucecita, dile a Near que desbloquee a Mello.
Light suelta una carcajada mientras regresa uno de los botes.
—Sobre mi cadáver esa rubia patas de pollo se acerca a Near.
—Pensé que Mello te caía bien. —Enarca una ceja porque está seguro que los ha visto sentados juntos en algunos descansos.
—Yo no tengo ningún problema con Mihael, es él quien va a tener un problema conmigo si le vuelve a hacer daño a Nate. —Finaliza, dando media vuelta y llevando su elección con él.
—Ahora recuerdo porque no me caías bien... —Murmura para sí mismo.
Esta vez el karma es instantáneo, al menos así lo considera Beyond, quien se muerde los labios para no carcajearse. Light tan solo se aleja unos metros antes de chocar con un hombre al ir distraído. Sin embargo, su sonrisa desaparece y frunce el ceño al percatarse que ese sujeto parece reconocerlo.
—¿Light?
El castaño levanta la mirada y su rostro de inmediato palidece.
—¿Lu-Lucas?
Beyond al ver que se conocen, finge estar buscando algún producto para acercarse y escuchar mejor, sin dejar de ver de reojo al tipo misterioso. Light también hace una fugaz inspección, el cabello de Lucas sigue siendo rubio oscuro, sin señales de canas, pero con algunas arrugas apareciendo alrededor de las gafas de sol que lleva puestas.
—¡Vaya! ¡Nunca pensé volver a verte! —Sonríe mostrando sus dientes demasiado blancos, sigue teniendo sonrisa bonita, la cual lo intimida porque le recuerda todo lo que hacía por ella, así que aparta la mirada— ¿Por qué desapareciste? Dejaste de contestar mis llamadas.
Los ojos de Light encuentran el brillante anillo que Lucas porta en el dedo anular, y eso lo hace hervir la sangre. No le importa si el tipo sigue casado, es el hecho que se atreva a hablarle lo que le molesta, sin embargo su cuerpo entero se encuentra paralizado.
—Has crecido bastante —continúa Lucas, esta vez atreviéndose a revolverle el cabello como si fuera un niño, sin percatarse, o más bien, prefiriendo ignorar que Light tiembla levemente bajo su tacto—. Igual podríamos pasarla bien, ¿no crees?
El castaño no se percata que agacha la cabeza, pero Beyond sí lo nota, ocurrió después que ese tipo diera un paso al frente para acortar la distancia, lo que no entiende es porqué Light no se aparta.
—¿Aún sigues haciendo aquello? —Le susurra al oído. Light tensa la mandíbula ante la pregunta, no obstante no consigue hacer que su cuerpo reaccione. —Todavía tengo aquel piso, podría invitar a unos amigos y recordar viejos tiempos. —Se toma el atrevimiento de pasarle un mechón detrás de la oreja y rozarle el brazo con los dedos. Antes le atraía mucho más, cuando aún conservaba un cuerpo algo aniñado, pero a pesar que ya casi dejó la adolescencia atrás sigue siendo hermoso, así que ¿por qué no jugar con él una vez más?
Al no recibir una respuesta da un paso hacia atrás, si no estuvieran en un lugar tan público se atrevería a algo más. Entonces busca en su billetera una tarjeta de presentación y se la entrega, sin embargo el castaño no la agarra, por lo que decide sujetarle la mano, ponerla en su palma y hacer que sus dedos se cierren.
—Llámame cuando quieras pasarla realmente bien. —Acompaña sus palabras con una caricia en la mejilla, luego se retira.
Y si el castaño cree que su suplicio terminó, está equivocado.
—¿Qué mierda fue eso...? —Beyond se acerca por detrás, susurrándole al oído y haciéndole dar otro respingo.
—Nada. —Recobra la compostura y se aleja, no obstante Beyond lo sujeta del brazo, logrando que gire y lo mire.
—No sigas con esa mierda, Light —el hecho que lo llame por su nombre le da seriedad al asunto, ante eso el castaño se queda callado por unos segundos.
—No es de tu incumbencia... —Murmura entre dientes.
—Estás con mi hermano, y todo lo que pueda afectar a MI hermano, me compete —ejerce mayor presión en el brazo del otro, jalándolo hacia él—. Así que me explicas qué sucedió o ahora mismo vamos con Elle y le cuento lo que vi, a ver si con la cara pálida que tienes él te cree que no pasó nada.
—Era mi... no sé, mi ex. —Responde viéndolo a los ojos para no mostrarse intimidado pese a que solo cedió porque no quiere ver a Elle en este momento, no cuando siente que todavía le falta el aire.
—¿Y qué pasó con él? —Lo suelta y se cruza de brazos, esperando una explicación.
Light se relame los labios y menea la cabeza, sin saber qué decir. Es cierto que esa relación no fue un cuento de hadas, pero tampoco estuvo tan mal, así que no entiende por qué no pudo decir nada. El problema es que Light suele minimizar las cosas que le ocurren para poder sobrellevarlas, alguien podría venir a darle las pruebas del abuso que sufrió en esa supuesta relación y aún así rechazaría la idea de haber sido una víctima, pero tal parece que su cuerpo no. El miedo latente en su mente lo hizo reaccionar de forma instintiva, quedándose paralizado.
—Ya te lo dije, no pasó nada. Es solo que no... nunca pensé que lo vería de nuevo. No estaba preparado.
Beyond frunce el ceño, la respuesta no le convence. Sea un ex o no, eso no responde su pregunta sobre qué ocurrió entre ellos para que se pusiera así de tenso y pálido con tan solo verlo. De alguna manera llega a maquinar una teoría y es que ese sujeto no era su ex novio como dice sino más bien un ex cliente, al cual presenta así por vergüenza. A pesar de esta teoría, le sigue pareciendo exagerado cómo reaccionó, por lo que supone que debe haber algo más y probablemente sea un asunto para nada bonito.
—Escúchame una cosa, Light —sin abandonar su semblante serio, lo sujeta del rostro para que lo vea a los ojos. —Yo me pasé meses intentando deshacerme de ti, ¿y sabes qué hacías tú? Imponernos tu presencia con esa estúpida sonrisa de quien disfruta joder a los demás. ¿Me estás diciendo que ese mismo Light le agachó la cabeza a ese pendejo? ¿Por qué? ¿Cogías con él?
El castaño abre los ojos y sostiene el aliento, tanto porque la pregunta le cae como un balde de agua fría como por el temor a la reacción si se lo confirma
— ¿Y luego qué? ¿Tiene algún derecho sobre ti por eso? —Continúa el pelinegro. No hay que ser un genio para interpretar ese silencio y no es que le agradaran las cosas que Light hacía antes, pero no puede cambiar el pasado y ahora es casi parte de la familia. Beyond no va a permitir que ningún idiota trate a alguien de su familia como si fuera de su propiedad. La incomodidad de Light era obvia y a ese tipo en ningún momento le importó— ¿Si aparece otro ex novio también te vas a comportar como un venadito asustado? ¿También vas a guardar todos los papelitos que te den?
—¡N-No...! —Al recordar la tarjeta que le dio Lucas, voltea hacia su mano dispuesto a romperla. No obstante, Beyond lo sujeta con más fuerza del mentón y lo hace volver la mirada hacia adelante, esta vez uniendo sus frentes.
—Le vuelves a agachar la cabeza a un imbécil y te juro que te clavo una estaca desde el pecho hasta el mentón para que no puedas volver hacerlo nunca más —dice entre dientes— ¿me entendiste...?
Esas palabras lo dejan atónito, pero antes que pueda contestar, la cabeza de Beyond se va bruscamente hacia atrás.
—¿Qué te dije de maltratar a Light? —Elle siente las uñas de su hermano clavarse en su brazo.
—¡No le estaba haciendo nada! —Refunfuña, sobándose la coronilla luego que lo suelta.
—¿Te hizo algo? —Se dirige a Light, empujando el carrito. El castaño niega con la cabeza y camina junto a Elle.
—¿Qué hiciste? —Le pregunta Matt a Beyond, venía unos pasos atrás y lo único que vio es a Elle jalándolo del cabello para alejarlo del otro.
—¡Nada! ¡Solo hablábamos! —Insiste el menor de los Lawliet, caminando junto a su amigo, yendo detrás de su hermano y el castaño— ¡Eh, Light! —Lo llama porque el idiota de Elle los interrumpió antes que pudiera recibir una respuesta. El castaño voltea sobre su hombro sin dejar de caminar. —Me entendiste, ¿verdad?
La mirada de Beyond vuelve a ser penetrante cuando lo mira a los ojos, es una mezcla entre orgullo e ira que lo hacen asentir sin dudarlo. Para él aún es difícil aceptar que ese idiota le cae bien, pero no puede evitar sonreir en el momento que vuelve la mirada al frente. Sonríe porque aún debajo de esa actitud hostil, percibe preocupación, la misma que notó cuando Mello le dio, o más bien, le aventó un chocolate el otro día. No espera un trato diferente de ellos, y sin embargo esas acciones lo hacen darse cuenta que a su alrededor tiene más personas a las cuales les importa.
oOo
Sachiko toma asiento despacio, e inmediatamente dirige la mirada al suelo, manteniendo las piernas muy juntas mientras juega con sus manos.
—¿Cómo estás Sachiko? —Dianne siempre empieza las sesiones con la misma pregunta, una que por algún motivo pone nerviosa a Sachiko.
—Bi-Bien... —Se relame los labios, sin levantar la mirada.
Durante la terapia en la que habló de Sayu, sufrió un ataque de ansiedad y tuvieron que suspender la sesión. Luego de ese incidente, Dianne no ha traído el tema en las siguientes sesiones, sabe que solo es cuestión de tiempo para que su paciente hable del mismo sin que ella tenga que dirigir la conversación explícitamente a ese tema en particular. Ambas saben que en parte la ansiedad e incomodidad de Sachiko son debidos al miedo por afrontar dicho problema, pero no se puede evitar por siempre al elefante rosa dentro de la habitación.
—Te noto tensa... —Comenta Dianne, manteniéndose reclinada contra el asiento para evitar que Sachiko sienta que podría invadir su espacio. No piensa forzarla, pero eso no significa que no vaya a intentar encaminar la terapia— ¿Hay algo que te esté molestando?
Sachiko menea la cabeza por acto reflejo, no obstante se muerde los labios al segundo siguiente porque sí hay algo. Luego de hablar sobre Sayu, más recuerdos han aparecido desde los rincones de su mente, como si ese día se hubiera abierto algún cerrojo. El problema es que no sabe si hablar de ellos cambiará algo, no es como si fuera a enmendar lo que hizo, lo que sí sabe es que seguir callando se está volviendo un calvario.
—¿Usted cree que Dios pueda perdonarme? —Murmura temblando.
Dianne no responde al instante, ningún paciente es igual a otro y con Sachiko debe ser cautelosa.
—¿Qué podría ser tan malo como para que Dios no pueda perdonarte?
Se encoge y solloza porque esa pregunta duele. Ella aprendió que Dios es misericordioso, pero no hay forma en la que ella pueda merecer su perdón.
—No... no puedo... —se lleva una mano a la boca, intentando reprimir así su angustia. —Usted sabe... sabe lo que hice... sabe que soy un monstruo.
—Sachiko, yo no estoy aquí para juzgarte —Dianne se levanta despacio y la toma de la mano para anclarla en la realidad, está a punto de comenzar a hiperventilar y necesita desviar su atención hacia ella. —Lo que más queremos es ayudarte, pero también tienes que permitirme ayudarte, mírame y respira junto a mí —Sachiko alza la mirada por primera vez, con una pizca de esperanza entre tanto miedo, ante lo cual Dianne comienza a respirar lentamente para que la imite.
Luego de algunos minutos la respiración de Sachiko se normaliza y Dianne vuelve a acomodarse en su asiento, siguen mirándose a los ojos cuando por fin se atreve a romper el silencio— ¿Me dejas ayudarte?— Como si se encontrara bajo algún efecto hipnótico, Sachiko asiente despacio. Más que hipnotizada, siente que le están dando una nueva oportunidad a la cual aferrarse.
—Bien... ¿podrías comenzar diciéndome por qué te refieres a ti misma como un monstruo? —Pregunta despacio y con una leve sonrisa. No es la primera vez que ella usa esa palabra, pero intenta abordar el tema de una manera que no parezca que la está juzgando.
Sin embargo, a Sachiko podrían plantearle la pregunta de la manera más amable que exista y aún así esa palabra en específico le apretujaría el corazón.
—Es... es lo que Soichiro me dijo la última vez... que lo vi... —logra decir con un hilo de voz, volviendo la mirada al suelo.
Dianne ha notado que en las contadas ocasiones que ha mencionado a Soichiro lo ha hecho de tres maneras: ex esposo, por su nombre y en una ocasión lo llamó "mi esposo".
—¿Te gustaría hablarme acerca de él?
—¿De él? —Parpadea confundida, no esperaba esa pregunta. —Ehm... ummm... nos conocimos en Japón.
—¿Japón? —Se acomoda en su asiento sin apartar la mirada, invitándola a continuar. Está al tanto de la nacionalidad de su paciente, pero remarca ese detalle para hacerla sentir que tiene toda su atención.
—Sí... éramos tan jóvenes —sonríe con un poco de nostalgia—. Un día él me convenció de mudarnos a este país para probar suerte, las cosas en Japón no eran fáciles, pero aquí tampoco lo fueron al principio —a pesar que sus manos aún se frotan entre ellas con nerviosismo, no titubea al hablar y lo hace levantando la mirada en ocasiones. —Encontramos una casa en un vecindario muy bonito —Era un lugar humilde, pero tranquilo hasta que los homicidios comenzaron a ser el pan de cada día—. Después de unos años tuvimos a nuestro primer hijo...
-—¿Light? —Añade Dianne para ayudarla a continuar al notar la pausa en su relato.
—Mi pequeño ratito de Luz... —Murmura sonriendo, juntando los brazos como si acunara a un bebé. Siente que está narrando un cuento, uno del cual tiene la sensación que fue partícipe, pero a la vez le parece que no era ella realmente la protagonista. Antes de seguir con su relato su sonrisa desaparece—, pero luego... todo cambió... —Suspira, hay cosas que realmente no recuerda, tiene demasiados recuerdos dispersos, los cuales no logra conectar de una manera lógica.
Dianne guarda silencio, siempre lo hace por unos segundos porque a veces el paciente lo único que necesita es tiempo.
Sachiko recuerda que hubo tiempos buenos, y también malos en los que Soichiro debía trabajar más, lo que resultaba en pasar menos tiempo en casa, siendo esto el causante de varias discusiones, hasta que un día ella creyó encontrar una solución.
—Pensé que si quedaba embarazada de nuevo, todo sería como cuando nació Light... —Se muerde los labios para reprimir un sollozo.
Su primer embarazo había estado lleno de atenciones, mimos y amor. Soichiro en un primer momento se emocionó con la noticia de un nuevo integrante en la familia y lo hizo aún más luego de saber que sería una niña. Sin embargo esta situación fue un nuevo motivo para discutir en repetidas ocasiones. Ellos ya acarreaban problemas económicos, porque para ese entonces Light había comenzado a enfermarse muy seguido, y si a todo eso se le sumaba un nuevo bebé el futuro no pintaba para nada fácil, pero Sachiko nunca lo vio así, ella solo quería intentar salvar su matrimonio.
—De tu segundo embarazo, ¿nació Sayu?
—Sí... —Se abraza a sí misma y se frota los brazos, pese a que no ve al suelo, tampoco hace contacto visual con su terapeuta. —Le juro que no sé porque lo hice... si yo la... yo la quería... yo... yo la quiero... —Solloza, cubriéndose la boca con las manos. —No sé por qué... no sé...
Basado en el historial clínico, Dianne sabe que Sachiko lleva años sufriendo de alcoholismo con consumo ocasional de estupefacientes. Con todo esto que le contó puede suponer que sufrió depresión post parto, la cual sin su debido tratamiento podría haber incurrido en una depresión mayor con características a especificar entre mixtas, melancólicas, de ansiedad o tal vez psicóticas. Incluso el alcoholismo podría haber estado cubriendo algunos de los síntomas, haciendo algo complicado el diagnóstico, pero eso no es lo importante ahora y vuelve a enfocarse en su paciente.
—¿Desde ese día ya no ves a tu hija?
—Soichiro se la llevó... él me vio... y se la llevó...
Aquella tarde la escena que Soichiro encontró al volver a casa fue a su esposa presionando una almohada contra la cara de su hija. Hubo gritos, él tomó a la bebé en un brazo y una maleta en el otro para poner en ella lo necesario. La llamó monstruo hasta el cansancio, ninguno prestaba atención al llanto de la bebé asustada y menos eran capaces de pensar que su otro hijo escuchaba todo aterrado desde la habitación contigua.
—¿Nunca más supiste de ellos?
Sachiko menea la cabeza, con lágrimas escapando de sus ojos esta vez.
—No podía...
Dianne frunce levemente el entrecejo y agudiza un poco la mirada.
—¿A qué te refieres con que no podías?
—Él quería llevarse a Light... y yo no iba a permitirlo... él me lo dijo... me dijo que nunca vería de nuevo a mis hijos... yo... yo no me quería quedar sola... si él se llevaba a Light... yo me quedaría sola...
Luego de armar las maletas, Soichiro fue hasta la habitación de Light, quien lloraba asustado en un rincón. A pesar de los gritos de fondo de Sachiko, intentó explicarle un poco la situación para calmarlo: se iba con Sayu, pero volvería por él en unos días. No podía llevarlos a ambos, ni siquiera tenía a dónde ir, toda su familia estaba en Japón. Tenía confianza en que Sachiko no le haría daño a Light, y él tampoco pensaba tardar tanto, sólo debía conseguir ayuda con un buen amigo para poner a salvo a Sayu y volvería por su hijo.
—Pero Light se quedó contigo, ¿verdad? —Hace un par de anotaciones, casi sin apartar la mirada del frente
—Sí... —El corazón le late con fuerza y está empezando a costarle respirar debido a la opresión en el pecho. —Pero él cree que su padre le mintió y... Soichiro sí volvió... volvió por él... —Rompe en llanto de nuevo, encorvandose hasta que su pecho casi toca sus piernas. —Fui yo... fui yo la que le mintió... —La habitación se ve invadida por sus quebrantados lloriqueos mientras ella tiembla entre espasmos.
—Sachiko tranquila, inhala y exhala lentamente —la llama por su nombre para atraer su atención y la insta a respirar temiendo que esta sesión termine como la de la otra vez. — ¿Quieres seguir contándome lo sucedido o por hoy es suficiente?
En un principio niega de manera frenética, no obstante siente el cuello y pecho demasiado atiborrado, como si ahí hubiera algo pugnando por salir, negándose a seguir en las sombras. Así que decide continuar, intentando respirar como su terapeuta le indica.
—Le pedí ayuda a alguien... él es conocido en el vecindario y sabía que podría ayudarme... le pedí a él y sus amigos que me guardaran... algunas de mis cosas... para que pareciera que nadie vivía en esa casa —se limpia las mejillas de forma poco delicada con las manos, pero las copiosas lágrimas se le enredan entre los dedos. —Ushio dejaría que nos quedáramos en un sitio... un sitio escondido que usaba para pasar el rato con sus amigos... íbamos a estar ahí hasta que... hasta que Soichiro dejara de buscarnos... le haría creer que yo había desaparecido...
Su lloriqueo se vuelve más fuerte y los espasmos son más agudos, cada jadeo es como una punzada en el pecho. Hay muchas cosas que no recuerda a consecuencia del alcohol, pero en ese momento cuando tomó la decisión de pedir ayuda e incluso colaboró a idear cada detalle estaba absoluta y completamente consciente.
En su cabeza hay muchos espacios en blanco sobre ese tiempo que vivió con Ushio. Tiene leves recuerdos de pinchazos en sus brazos que la hacían volar alto a los minutos, también de diferentes cuerpos sobre el suyo, uno tras otro. Poco a poco hay recuerdos que aparecen como focos que parpadean débilmente en la oscuridad, sin embargo hay uno que no la deja dormir. Su mente se llena del eco de carcajadas que son acompañadas por las siluetas desfiguradas de varios hombres y humo de cigarro mientras varias manos la recorren completa, y todo eso se ve opacado por los sollozos de su hijo. El llanto de Light le martillea cada rincón de la cabeza, torturandola con la impotencia que la embarga. «¡Mamá!» «Mami...» «por... favor...»; esas palabras grabadas en su memoria la siguen día y noche, y le da pavor pensar que alguien le estaba haciendo daño a su hijo y que a pesar que ella estaba ahí, no pudo protegerlo.
—
N/A:
Guess who's back, back again... drama is back T.T
¿Alguien ya comenzaba a sospechar de que realmente Soichiro no le había mentido a Light?
Me da cosa pensar que por un lado Light está al fin viviendo su vida en lugar de vivir por su madre peeeero sin dejar de estar pendiente de ella, porque la sigue amando y sigue siendo su prioridad. Mientras que del otro lado está Sachiko, relatando en pocas palabras que prefirió arrastrar a su hijo con ella antes que quedarse sola. Hasta a mí me intriga saber qué pasaría si Light se enterara.
Y bueno, el capítulo no fue largo así que notas de autor cortas 3
Por último, no me queda nada más que agradecerles 3
¡Estamos en el capítulo 40, carajo! Para quienes leyeron la versión anterior, ya deben llevar como 80 capítulos leídos jajajaj. Cuando empecé a resubir veía demasiado lejos terminar este fic, y aunque aún falta un tramo, estamos cada vez más cercaaaaa. Que se arme pachangón por el capítulo número cuarenta, échense un trago en su honor, y los que no beben, brinden con juguito 3
