Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.

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Capítulo 41

BPOV

Ni bien termina mi turno el sábado, me dirijo hacia el departamento de Ed y lo encuentro dando vueltas en su sala. Bien podría ser la primera vez que no haya estado en su sofá cuando entré.

—¿Nervioso? —pregunto con una sonrisa.

Edward también está nervioso.

Diablos, incluso yo.

—Sí... —Ed exhala y se pasa una mano por el cabello. Él está bien vestido hoy, solo un poco, y creo que luce muy apuesto, distinguido, en un pantalón de vestir negro y un suéter verde oscuro. También luce ansioso. Y entonces hace una mueca y lleva una mano a su cadera; sé que lo está molestando—. Hacerse viejo apesta.

—¿Hacerse? —bromeo.

—¡Oh! —Suelta una risita y sacude su cabeza—. Qué buena manera de hacerme sentir bien, cariño.

—Awww. —Hago un puchero y camino hacia él. Con un beso en su mejilla, digo—. Pero no puedes engañarme, Ed. —Le sonrío—. Sé que eres popular con las señoras aquí.

Él suelta un gruñido.

—No sé de lo que estás hablando.

Arqueo una ceja.

—Entonces, ¿dices que las señoras del tercer piso no están compitiendo por tu atención al traerte siempre los mejores pasteles? Especialmente la Sra. Tanner y la Sra. Peters. —La primera también es la madre de Bree, otra enfermera de aquí. Ella a veces me cuenta que encuentra a su madre y a Ed jugando al bridge en las salas los domingos, los cuales son mis días libres.

—Bueno, me gusta un buen cannoli y ella compra los mejores... de Isgro. —Se encoje de hombros—. Ahora, deja de criticarme y ve a buscar a Edward. —Señala al reloj sobre su televisor—. Estará aquí en diez, ¿sabes?

—Estoy al tanto —me río. El esposo me ha estado mensajeando sin parar desde el almuerzo.

Él me dedica una mirada, diciéndome silenciosamente que no lo encuentra divertido.

—Regla Masen Número Treinta y Cuatro: Solo...

—Solo llega tarde si la otra persona necesita saber su lugar —recito, poniendo los ojos en blanco—. Confía en mí, me sé las putas reglas.

Eso me gana una sonrisa.

—Mi hijo te enseñó bien, cariño. Ni siquiera Alice o Alec las conocen todas.

—Bien por ellos —contesto, caminando hacia la puerta—. Nos vemos pronto.

Lo último que escucho antes de cerrar la puerta es a Ed soltando nerviosamente el aire.

Y cinco minutos después, estoy de pie en la zona de fumadores, a medio terminar mi cigarrillo, cuando veo a Edward aparcar en el estacionamiento. Lo que me sorprende es que Emilia también esté en coche. Pero lo comprendo; Edward querrá un rompehielo, y la bebita realmente es eso.

Le contamos todo ayer, que ella tiene un abuelo aquí, y simplemente está emocionada. Nuestra familia es muy pequeña, solo amigos, así que ella cree que es genial. Creo que sus palabras exactas fueron: "Vaya, ¿tienes un papi, papi?"

Aww, ¡llegó el momento! No me aguanté a mañana y lo subí hoy.

Tengan buen comienzo de semana y, por cierto, subí una nueva traducción el viernes por si quieren echarle un vistazo ;)

Pali~