Amor de cristal
Anexo 7
- A quien más, no veo a nadie más, supongo que me vio y salió detrás de mí para querer seducirme, vamos no se haga la mustia si quieres podemos ir a un lugar donde haya menos gente.- sonriendo muy pícaramente.
-Katy, estaba en shock que no emitía palabra cuando Max solo se le fue acercando cada vez más como aquel lobo tras su presa, tomándola de la cintura y acercándola hacia él, hasta quedar cerca muy pero muy cerca casi se podía sentir el aliento de los dos de lo cerca que se encontraban.
-Suélteme ¿qué le pasa? – una Katy con cara de terror por lo que ese hombre podría hacerle, -yo no sé qué se está pensando pero yo a usted ni lo conozco.
-Bueno eso tiene arreglo podemos comenzar a conocernos – soltándola y riendo a carcajada- jajajajajja de verdad que debería ver su cara es un poema, jajjajajajajaj de verdad que pensó que me propasaría con usted.
-Katy al sentirse burlada solo se puso seria – no tendría porque, sino le he dado motivos señor, señor.
-Maximiliano Bleir, cond…
-No me interesa quien es usted, en verdad ¿Qué se cree? Solo aléjese de mí. – dejándolo ahí y entrando de nuevo a la fiesta.
-Max no podía creer que esa chiquilla solo no quisiera tener una plática con él, si todas las mujeres que él conocía se morían por estar a solas con él, ¿Qué le pasaba a esa mujer? ¿Cómo que no le interesaba? Solo la miro hasta que se perdió entre la gente. Igual entro a la fiesta fue abordado por su tía.
-Hijo, que bueno que te veo déjame decirte que la nieta de la condesa.
-Ahora no tía, debo buscar a una mujer que estaba por aquí.
-Una mujer hijo, pero a ¿Quién?
-Ni yo mismo lo sé, no sé cómo se llama es la chica la que vimos en el mercado te acuerdas.
-Ha si ella, claro ¿Por qué la buscas?
-Puedes creer que no le interesa saber quién soy, ninguna mujer en su sano juicio diría algo así mírame tía, soy perfecto.
-jajjajajajajja hay sobrino cuando dejaras de ser tan narcisista, pero bueno no esa chica aquí no la he visto.
-Hmm tengo que encontrarla necesito saber porque no se interesa en mí, digo algo muy malo debió ver quizás este mala de la vista.
-Yo creo que ella ve muy bien, ya ve que me dijo de las piedritas aquellas, pero bueno anda acompáñame necesito presentarte con la nieta de la condesa.
Katy, estaba con su abuela sentadas charlando de trivialidades, cuando la señora Elroy y Max se acercaban para saludarlas – Cristal, mira a quien te traigo.
-Hay hola Maximiliano que gusto que hayas venido, quiero presentarte a mi querida nieta Amelia Katherine Alexandra Andrew.
-Maximiliano al verla solo quedo prendido de su belleza, en la terraza no la había visto bien por la falta de luz, pero ahí la podía ver en todo su esplendor, en el mercado no le había puesto mucha atención ya que ella casi la arrastraron del lugar, pero ahí podía ver lo bella que era. – señorita a sus pies.
-Hay Cristal sabes que tu nieta es hermosa, creo que si no está comprometida no tardara en hacerlo aquí muy pronto, pero sobrino que esperas invita a la señorita a bailar.
-Claro por supuesto, me permite.
-No, es que no deseo bailar.
-Anda hija que no te de pena, el conde es mi vecino y lo conozco de toda la vida puedes estar segura que confió plenamente en él, anda no has bailado casi nada.
-Max le extendió la mano - sería un honor si usted bailara conmigo.
-Katy, no tuvo más remedio que aceptar e ir a bailar con él, ya en la pista todos veían como el conde empezaba el baile con aquella joven, que eso era sumamente raro ya que el casi nunca bailaba en las fiestas mucho menos con debutantes, así que era la comidilla de la fiesta, sería que lo estaba haciendo solo porque era nieta de la condesa o era que de verdad había nacido algún interés en la chica.
-El baile proseguía y Max realmente estaba embelesado viendo a Katy sentía que él ya la había visto ante, disculpa por lo de hace un rato solo quería jugar un poco contigo, no te había visto por aquí así que solo quise jugarte una broma.
-Pues no me hizo ni una gracia, realmente me asusto.
-Te asuste, perdón no quise hacerlo, pero yo te conozco de algún lado no se de alguna otra fiesta.
-no creo, ya que no soy de aquí.
-Oh siii ya recuerdo, por eso lo de la fiesta ya que vienes del nuevo mundo.
-Al terminar la música solo fue a dejar a Katy hasta su lugar junto con la condesa, Max solo no podía creer que esa chica no le hubiera coqueteado ni una sola vez, ni siquiera lo había mirado ella solo se mantenía estoica a cualquiera de las virtudes de él. Max, solo no dejaba de mirarla a la distancia observando su silueta así como movimientos, era como una muñeca de porcelana que nada la hacía tener un gesto para poder sonreír.
-Vaya querido si sigues mirando se te va a caer la baba, no sabía que te gustaban las niñas estúpidas como la chiquilla esa.
-Emma, note había visto. – carraspeando.
-Vamos salgamos de aquí, mira que mi esposo está hablando de política y créeme ahora no me buscara.
-Emma, perdón pero no querida lo siento, pero uno de tus perros guardianes creo que ya vinieron a buscarte.
-Hay vamos, nos podríamos ver en las caballerizas sabes que siempre logro escabullirme.
-Pero Max, no quería apartarse del lugar ya que solo no podía apartar los ojos de Katy, _Emma sabes bien que tu esposo ya casi sospecha que tú le eres infiel y yo no quiero tener que hacer algo para que ustedes se vayan de la ciudad, ya que si él se entera puede llegar a batirme en duelo con él y sabes que querida, eso no sería bueno ni para ti ni para mí.
-No seas cobarde, tú me gustas porque te encanta el peligro tanto como a mí.
- Sabes porque tu esposo te tiene completamente vigilada, así que deberías ser muy audaz para persuadirlo.
-Emma, estaba totalmente decidida a tener un encuentro con Maximiliano a como diera lugar – te veo en las caballerizas, en cuanto los hombres vayan al salón de fumadores que ya no tarda en suceder.
-Está bien, ahí te veo.
Max, en cuanto observo que los hombres comenzarían a fumar sus puros se dirigió hacia las caballerizas, con eso tendría suficiente tiempo para poder retozar un rato con una de las mujeres más deseadas de la corte y para su mal casada con uno de los ministros, uno de los cuales siempre estaban en contra de su ducado.
Katy, ya estaba aburrida de toda esa algarabía que no se sentía bien así que decidió ir a ver a su yegua, la cual estaba un poco enferma en la mañana le habían dicho que estaba un poco triste así que se dirigió para allá, al estar ahí con su yegua escucho que alguien se acercaba así que le dio un poco de temor, que decidió esconderse en una de las caballerizas.
-Maximiliano, comenzó a buscar a Emma como loco deseoso de estar con ella, cuando de repente se escucharon unos pasos los cuales no eran de Emma, eso era seguro ya que se escuchaban de más de una persona.
El esposo de Emma fue informado que la esposa de este, se les había perdido comenzando la búsqueda…
-Vamos estoy seguro que aquí se verán, los quiero agarrar en el acto quiero desenmascarar a ese desgraciado que me ha visto la cara, búsquelo que vi que venía para acá de seguro esa descocada de mi mujer debe andar por aquí también.
Maximiliano, busco la última de las caballerizas sin percatarse que había alguien más, entre las sombras no vio pero el perfume de Katy fue lo que hizo alertarse - ¿Quién anda ahí?
Katy, no quería hacer ruido pero al tratar de salir Max solo la atrapo entre sus brazos –
-Dígame ¿Qué hace aquí? que no sabes que puede ser peligroso andar sola, ah ya se, me vio y como hace un rato no se percató que soy un bombón, no pudo resistirse a estar a solas conmigo, está bien podemos divertirnos un rato no me negare soy todo suyo.
-Pero que le pasa, suélteme o gritare, no se atreva a tocarme es usted un creído yo jamás no, es más ni siquiera me gusta.
-¡Qué! no le gusto, pero si soy irresistible ¿Cómo puedo no gustarle? ssshhh tranquila parece que viene alguien.
-Suélteme, no me toque.
-No te hare nada, solo deja que se vayan y te llevare de nuevo a la fiesta. – soltándola.
Los hombres del ministro Wood entraron a las caballerizas como locos buscando a Emma, tras buscar en casi todas solo faltaba una la cual estaban por abrirla, Max puso detrás de el a Katy, previendo que pudieran hacer algo en contra de el al encontrarlo.
-Emma, sé que estas aquí con tu amante, mejor sal antes de que te encuentre.
-¿Quién es Emma?
-Ssshhh si habla nos encontraran.
De repente abrieron la última caballeriza – así que aquí estas, al ministro le dará mucho gusto verte y más que estas con una mujer, tratando de ver a la chica que está detrás.
-No se atrevan a mirarla, porque créanme que me veré obligado a usar mi poder en contra de ustedes.
Los hombres al ver que no se trataba de Emma, - pero si no es la señora Emma, vamos Duque solo déjenos que nos divirtamos con la chica, nosotros no diremos nada.
-No se atrevan a tocarla o créanme que se van a arrepentir, siquiera de mirarla.
En eso entra el ministro al ver ahí al duque que no estaba armado, quiso aprovechar para desquitar su coraje que sentía hacia el – vaya, vaya así que el duquecito está aquí y con una mujer quiero ver de quien se trata, ya que no es mi Emma por lo menos deseo ver con la dama con la que te revuelcas.
-Se siente intocable no es así ministro, el hecho de que tenga amistad con la corona no le da derecho a sobrepasarme yo tengo un rango mucho, pero mucho más alto que el suyo, así que no se equivoque.
-Y ¿qué es lo que va hacer duque?, si aquí no veo a nadie con quien se pueda quejar, así que hágase a un lado ya que quiero ver a la mujer con la que está. – con una mirada lasciva.
En eso llegaron la señora Elroy, junto con la condesa Oleska las cuales fueron informadas de que algo pasaba en las caballerizas. - ¿Qué pasa aquí?
El ministro al ver que las damas llegaban junto con amigos igual que ellas con status, entre condes, varones y un par de ministros.
-Emh condesa, solo estaba buscando a mi mujer y me encontré al Duque con una mujer solo quería ver a la chica de que familia pertenece, eso es para que el duque se haga responsable de sus actos que de hecho no son nada caballerosos.
-¡Maldito infeliz!
-La condesa al ser la dueña de la fiesta, entro hasta la caballeriza miro a Maximiliano respiro profundo – no tengo opción, deja ver quien es la chica con la que estas.
-Maximiliano, muy en contra de su voluntad solo se hizo a un lado mirando de lado a Katy, sabía que al hacerlo tanto el como ella ya se verían comprometidos.
-La condesa, solo llevo la mano a su boca ¡dios mío! Katy pero que hiciste.
-Abuela, yo no hice nada derramando un par de lágrimas.
-Bien aquí no ha pasado nada la fiesta aun continua, ministro le pido de favor que vaya donde los demás que yo me encargare de hacer lo que tengo que hacer.
El ministro solo sonrió, acaba de hacer que la condesa Oleska atrapara infraganti al duque con nada menos que con su nieta, solo sonreía con eso pasarían dos cosas una la condesa pediría un juicio en contra de Maximiliano, pidiendo que se le destituya de su título o dos que se haga responsable de su falta. Conociendo al duque, el jamás repararía tal falta, haciendo así que una unión de muchos años de amistad se destruyera, haciendo que ahora la condesa terminaría siendo una de sus aliadas en contra del duque, eso a él le interesaba mucho.
-Solo queremos que el duque, se haga responsable de su falta condesa.
-Ministro, ya le dije que yo me encargo – con cara de molestia.
La señora Elroy, solo miro con desaprobación a su sobrino – Maximiliano, ¡¿qué has hecho?!
-No, no, no yo no hice nada, de hecho yo la encontré por casualidad yo a la que estaba buscando era a otra dama.
-Asi, diga en este momento conque dama se iba a ver, así sabremos de una vez quien es su amante la cual por supuesto no está aquí la dama en cuestión, sino otra no es así condesa.
-Ministro agradezco su preocupación, pero este asunto lo quiero resolver lo más íntimo que se pueda espero y me pueda entender. – mirando con desaprobación al ministro y a sus acompañantes.
-Claro condesa, solo deseaba ayudar – retirándose para seguir buscando a su esposa.
-La condesa, solo miro como el ministro se iba de las caballerizas, Katy no dejaba de llorar – Katy hija deja de llorar yo sé que no has hecho nada, sin embargo duque espero y se comporte como un caballero.
-Condesa usted sabe que yo no haría nada en contra de usted, la verdad es que la encontré de casualidad y decidí solo quedarme, porque escuche que venía alguien más pero juro que nunca la toque.
-Max hemos sido amigos de toda la vida, fui amiga de tus padres desde antes de que nacieras, así que espero que pienses muy bien las opciones que tienes y más tardar mañana en la tarde me des una respuesta, sabes bien cuales pueden ser las repercusiones para mi nieta si esto se llega a saber, así que te espero a la hora del té para platicar.
-Así será condesa, tomando la mano de su tía para ir hacia su carruaje, Max iba que ardía de coraje acaba de ser humillado y más que eso comprometido, cosa que era lo que menos quería, mucho menos de esa manera.
-Por dios Maximiliano ¡¿qué hiciste?! Con esto la amistad con la condesa esta más que acabada y no solo eso, la reputación de esa niña está totalmente acabada, sabes muy bien a lo que me refiero.
-Si tía claro que lo sé, pero juro que no la toque, hubiera querido no lo niego pero no lo hice antes que nada soy un caballero, eso lo sabes tía digo soy un libertino pero solo con las mujeres que lo desean, jamás haría algo y luego con una chiquilla cuantos años tiene 16, 17 ¡por dios tía! sabes bien que a mí me gustan ya sabes mayorcitas.
-Querido sobrino lo sé, pero ahora no hay nada que salve tu trasero esta afrenta debe ser reparada espero y pienses muy bien cual será tu respuesta.
Maximiliano, no dejaba de pensar qué demonios lo llevo aceptar la imprudencia de Emma y más que eso a salvar a esa muchacha, si a él ni le importaba pero tal parecía que muy dentro de él lo único que le importaba era cuidarla, de ¿qué? ni el siquiera sabía, solo tenía en su mente debes cuidarla, "cuidarla"
La condesa llevo a Katy a su habitación, no sin antes tener una charla con ella – Katy, me puedes decir ¿qué hacías en las caballerizas?, en verdad que enloqueciste te imaginas si alguien más que no hubiera sido Max te hubiera visto, aquí no es América aquí la gente es muy mala, ahora tu reputación esta devastada en todos los sentidos.
-Abuela, de verdad que no hice nada de lo que me pueda arrepentir, solo fui a ver a mi yegua que me informaron que estaba enferma, cuando escuche unos pasos me escondí, el duque llego hasta donde yo estaba y me dijo que no gritara.
-Me estás diciendo que Max te obligo – con cara de horror.
-No, no de hecho el me protegió porque detrás de él venían otros hombres que buscaban a una mujer, hasta que llegaron a la caballeriza e intentaban llegar a mí pero él no los dejo, después llego el ministro e intento hacer lo mismo pero eran varios contra el duque.
-¡Oh por dios! ese maldito de Wood supo mover muy bien sus piezas.
-Abuela ¿Qué pasa?, dime ¿Qué va a pasar conmigo?
-Nada hija, nada tu solo deja que yo me preocupe, arreglare todo en donde las partes quedemos totalmente conforme.
La fiesta termino en la madrugada, ya la mayoría de los invitados se habían ido solo se habían quedado los empleados a limpiar y uno que otro que había bebido de más.
Al llegar a su mansión la señora Elroy, se fue directo al asunto – bien sobrino, creo que es momento que hablemos y demos a esto una solución.
-Tía, no ahora no por favor.
-Lo siento, pero vas a poner tu lindo traserito en este mueble y vamos a platicar, porque si no lo haces créeme que yo tu tía voy hacer de tu vida un infierno.
-Está bien tía, me sentare.
-Mira sobrino, la condesa y yo tenemos una amistad de hace muchísimo tiempo, ella de hecho te vio nacer y es la razón por la que no quiso hacer un escándalo mayor, pero si fuera yo en su lugar, hubiera hecho que te encerraran de inmediato por tu falta.
-Tía ¿cuál falta? si ni siquiera la toque.
-Te callas, que estoy hablando y no me mires con esos ojos que sabes bien que me derrites, aun así no voy a sucumbir a ellos, así que te lo diré lo más claro que se pueda para que me entiendas, tu cometiste un terrible error al ir detrás de esa mujer, te lo dije que un día te ibas a meter en un problema, pues bien ya estás en un problema, en uno donde si no respondes como caballero tu lindo título se ira por los aires, así que espero que pienses muy bien lo que vas hacer porque no pretendo dejar mi amistad con Cristal por ti. Así que mi querido sobrino, ve poniéndole fecha para la boda pero ya.
-Tía, se está escuchando casarme yo con esa chiquilla, si ni edad para casarse tiene.
-Me importa un bledo si tiene o no la edad, te metiste en la boca del lobo y ya va siendo hora que sientes cabeza, porque si te casas con Katy que es lo que espero dejaras ese libertinaje que tienes, para portarte como un verdadero hombre con esa niña escuchaste.
-Y si no lo hago.
-No lo hagas y yo misma le escribiré a la Reyna, sobre de todas las mujeres con las que has dormido, empezando por Emma Wood, para que de una vez por todas te corten la cabeza.
-No se atrevería, usted me ama demasiado para hacer eso.
-Porque te amo, es por lo que deseo y hagas lo correcto, te cases, formes una familia des un heredero al ducado, que ya te estas tardando digo ya vas a cumplir 29 años, que piensas tener a tus hijos cuando seas un anciano.
-Maximiliano, solo se rascaba la cabeza – me iré a dormir tía, mañana les daré una respuesta a ti y a la condesa.
-Está bien espero y no me decepciones.
-Yo también espero no hacerlo – dejando aquel despacho para ir a su habitación, esa noche nadie durmió todos los involucrados estuvieron literal sin dormir hasta el amanecer, Katy por su parte no entendió a que tendría que ir Max a casa de su abuela, arreglar ¿Qué?. La condesa, pensando que hacer si es que Maximiliano no acudía a reparar su falta, Max pensando en su respuesta que realmente lo tenía muy alterado, la tía de este, por su parte igual pensando en que debía hacer si su sobrino no cumplía como caballero con qué cara le hablaría de nuevo a la condesa.
Por supuesto estaba el ministro Wood, que encontró a su esposa en los baños con un vomito que solo no lo podían parar, saliendo de la fiesta muy preocupado por ella, Emma por su parte con un vómito y diarrea, que solo no lo podía parar pensando que era lo que comió como para estar así, que solo no pudo acudir con Maximiliano a su cita, había escuchado que lo habían encontrado con una señorita, pero ¿Quién era ella? En fin todos en su mundo sin poder entrar al mundo de los sueños.
Max al no poder dormir, solo fue por su caballo para salir a dar un paseo, ya era de mañana y solo tenía una cosa en la cabeza, ver a su fantasma favorito estaba decidido a saber ¿quién era esa mujer?, si era alguien del servicio de la condesa entonces iría personalmente a darle una buena oferta para que se fuera a su mansión a trabajar, ya que cada que volvía del bosque hacia que todos los empleados hicieran fila para observarlos y no eran nadie de los que trabajaban para él, ni algún pariente de sus empleados ya que se había dado a la tarea de interrogar a cada uno de ellos.
Esta vez, se acercaría y le hablaría no quería quedarse con la duda, cada vez que la veía llorar hasta el sentía que le dolía el alma, en la última semana ya la había visto en tres ocasiones pero solo de lejos, pero esta vez se acercaría por lo menos a pedir su nombre.
Ya eran cerca de las siete de la mañana, sabía que su fantasma jamás andaba por ahí tan tarde pero aun así, decidió ir hasta el lugar donde siempre la veía, pero esta vez solo se acercó mucho más, al hacerlo vio un caballo amarrado, si era el caballo del fantasma, solo se fue acercando cuando vio esa cabellera rubia que estaba acostada en la hierba, esta vez no lloraba solo estaba tumbada ahí parecía dormida ya que no se percató que él se acercó casi a unos metros de ella.
Se acercó cada vez más, pero en el trayecto piso una rama de un árbol e hizo ruido, esto altero el caballo de Katy, ella despertó de su sueño -¿Quién anda ahí? Se levantó e iba a correr a hacia su caballo.
-No te vayas, por favor solo, solo dime ¿Quién eres?
-Katy, lentamente se giró para ver quién era la persona que le hablaba y al hacerlo solo se quedó estática mirando a Max, cuando de repente cayó desmayada.
- Max se apresuró para atraparla, pero eres tú, tratando de reanimarla – vamos Katy, despierta ¿Qué te paso? La cargo y fue hasta su caballo, como pudo se subió para acomodarla en su regazo hasta llegar a su casa, los gritos de él, alertaron a la servidumbre.
-Milord, pero ¿Qué pasa?
-Traigan un doctor, vamos vayan rápido. – si milord – arreglen una habitación para la señorita para que la arropen, está muy fría. – si milord enseguida.
-La tía Elroy venia bajando para desayunar, cuando se encontró que Max llevaba a Katy en brazos para una habitación.
-¡Por dios sobrino!, te volviste loco no me digas que te la robaste, ahora si date por muerto esta vez tu linda cabecita estará en una estaca afuera del palacio.
-No diga tonterías tía, la encontré en el bosque solo se desmayó, no se me ocurrió otra cosa que traerla vamos ayúdeme para que la atiendan.
-He si, vamos enciendan la chimenea, vamos rápido y traigan té caliente.
-Max acomodo a Katy en la cama y la arropo, para que entrara en calor – llame al doctor tía, ella está muy enferma se le nota en las ojeras que tiene.
-Hijo, ya viene el doctor creo que la condesa no debe saber dónde estaba esta niña, le mandare una misiva para que venga de inmediato.
-Sí, creo que lo mejor.
El doctor llegaba y entro para revisar a Katy, al salir ya estaba Max junto con su tía esperando lo que el doctor tenía que decir.- ¿Cómo está la niña doctor?
-La señorita está bien, señora Elroy solo que esta no sé ¿Cómo decirlo?, ella está muy enferma del alma, aparte esta baja de peso y eso hizo que se desmayara de la debilidad, se nota que no está comiendo como se debe lo puedo ver a todas luces.
-Max solo escuchaba, como alguien se puede enfermar el alma, ¿Qué podría provocar eso? No lo entendía, el jamás se había enfermado del alma o ¿sí?, dejo de escuchar al médico y entro a la habitación donde se encontró con una Katy, que si efectivamente estaba muy pálida y vulnerable, se sentó junto a ella con su mano le quito un mechón de su cabello, - que rostro tan bonito tienes es hermoso sabes, mira quién lo iba decir así que tú eres mi fantasma y lo peor es que si existes, llegue a pensar que estabas en mi imaginación, cuando la escucho balbucear.
-Anthony, no me odies yo, yo, yo te amo…
-Max, solo se quedó estático ante lo que acaba de decir Katy, estaba enamorada eso es lo que ella tenía, claro estaba enamorada pero ¿de quién? ¿Quién era el tal Anthony? – se levantó de aquella cama solo para mirar por la ventana, así que era por eso que ella estaba triste, pero que acaso ese hombre no le correspondió o ¿que hizo Katy para que la odiara?, no él tenía que saberlo todo.
Cuando de repente vio que un carruaje se acercaba, era el carruaje de la condesa que entro apresurada hasta llegar a la habitación, en el pasillo se escuchaba a su tía, que trataba de calmarla – ya tranquila ella está bien, Max la encontró en el camino y la trajo para acá, ya vino el doctor la reviso dentro de todo está bien, pasa para que la veas.
-La condesa, al entrar vio que Max estaba junto a ella cuidándola – ¡oh mi niña preciosa! ¿Qué tienes?, ¿Qué te pasa? Sentándose a un lado junto a ella.
-Condesa, ella está bien creo que el doctor ya le explico a mi tía.
-La condesa con lágrimas en los ojos, es que si le llega a pasar algo no sé qué haría, ella es mi oportunidad de sentirme madre sabes, mi hija yo no pude estar cerca de ella y ahora que mi nieta decidió estar conmigo, yo solo no puedo cuidarla.
-Condesa no se aflija, mire dentro de todo está bien solo que ahora ya no debe dejar que salga así, mucho menos en las mañanas.
-¿Cómo que ella sale?
-Bueno no todos los días, pero si lo hace creo que es su manera de liberarse de algo o de alguien, dice el doctor que está enferma del alma dígame condesa porque ella sufre tanto, que es ese dolor que ella lleva dentro.
Hay Max, eso precisamente es lo que yo quisiera saber cuándo la vi llegar note que tenía una tristeza enorme, solo que no quise presionarla para que me contara, solo quería que ella me tuviera la suficiente confianza para que me contara lo que le pasa.
La señora Eroy, entro también – Vamos Cristal acompáñame a desayunar e imagino que no lo has hecho, anda ahí platicamos.
-No, es que, no me quiero separar de ella.
-No te preocupes Max la cuidara, no es así sobrino.
-Sí, tía yo me quedo con ella, vaya condesa con mi tía.
-Vamos te pedí un té para los nervios.
Ya en aquel desayunador de la terraza, ambas mujeres hablaban…
-Me dijo el doctor que Katy, debía descansar y alimentarse bien, también que debía estar lo más tranquila que se pudiera, que está muy frágil su salud depende de que su ánimo mejore.
-Sí, lo sé, no se estaba pensando en llevármela de viaje.
-No, no hagas eso, acuérdate de nuestro plan.
-¡Oh si el plan!, pero no crees que le haga daño eso a ella, el presionarla.
-Estaba pensando ya que el medico hablo de un descanso, invitarlas a amabas a nuestra villa que tenemos a las afueras de Inglaterra, claro después de comprometerlos.
-Sabes eso estaría bien, eso acercaría más a los muchachos, oye creo que se me paso la mano con el laxante que le puse a la bebida de Emma, la pobre no dejaba de vomitar y lo peor es que después se le vino la diarrea, sino fuera que el vestido traía bastante naguas me hubiera dejado el reguero por toda la mansión.
-Se lo merecía la muy cusca, gracias a eso Max no se vio involucrado en algo peor.
-Sí, pero Katy, quedo muy mal y si Max, no se quiere casar con ella.
-Aceptara, conozco a mi sobrino sé que el aceptara, pero Cristal no crees que habrá problemas con sus padres, digo así como te dijeron que solo estaría una temporada y de repente les digas que se va a casar.
-Bueno, que prefieren una hija con una reputación por los suelos tanto en América como en Inglaterra o una hija duquesa, digo la segunda opción en la mejor, además así ella no se iría de mi lado y mi hija al estar Katy aquí, quizás hasta se venga a vivir conmigo que es mi más grande sueño.
-Hay Cristal, espero que lo que estemos haciendo no nos estalle en la cara.
-Max, dejaba a Katy con una enfermera para que la cuidara en lo que el bajaba a desayunar – Tía, condesa, creo que aprovechare para hablar con ambas de una buena vez.
-Claro hijo, te escuchamos.
-Bien como el caballero que soy, he decidido que si usted me lo permite condesa reparare mi falta hacia Katy, sé que solo hay una manera así que le pido su mano en matrimonio para casarme con ella.
Continuara…
Que tal chicas ¿Cómo están? Espero que bien, yo estado ocupadita en casa así que es la razón por la cual me he tardado en actualizar, espero y me sepan comprender a mis papis ya los vacunaron así que estuvieron un poco mal por la reacción haciéndome cargo de toda mi casa como de su cuidado.
Bueno que tal, este Maximiliano se le apareció el diablo por andar de libertino ¿Qué creen que hará Katy cuando sepa que está comprometida? ¿Maximiliano dejara el libertinaje para estar bien con Katy? Déjamelo saber en los comentarios.
Las espero en el próximo capítulo ya saben por la XEW, Radio.
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