Primer Encuentro

Ralf se encontraba sumamente impactado y sin saber qué decir, no dudaba del hecho de que aquella muchacha fuera hija de Shino puesto que se trataba de alguien idéntico a ella, lo que no entendía era cómo si al momento de partir rumbo a Vietnam junto al resto de la 3era División, la mencionada no le dijo nada sobre embarazo alguno. Entonces se abrían distintas posibilidades, una que Shino ya sabía que esperaba al bebé al momento de irse pero no se lo había dicho todavía a él, también que la joven misma no supiera aún que estuviera embarazada y por eso no lo comunicó y la tercera la cual le daba temor pensar... que la Sargento Primero, hubiera sido abusada en algún momento después de caer prisionera. Se resistía a considerar la opción del engaño voluntario, la conocía bien y no dudaba del hecho de que Shino jamás lo traicionaría, podía tener mal genio y ser violenta y sádica pero, jamás mentirosa ni traidora.

- ¿Eres... eres hija... de Shino? - preguntó Jones poniendo ambas manos sobre los hombros de la chica cuando finalmente consiguió esbozar palabras

- Lo soy, creo que fui bien clara al hablar - respondió ella con seriedad y firmeza

- ¿Pero cómo es posible? Ella no me dijo que esperaba un hijo, ¿Estás segura que soy yo tu padre? - fue la lógica pregunta del jefe de guardia

- ¡Totalmente segura! He traído mis papeles de identificación como así también los resultados del análisis de ADN que me han hecho en la casa de adopción donde viví un tiempo hasta ser adoptada - dijo ella sacando unos papeles de uno de los bolsillos de la ropa y alargándoselos a él

El los tomó y los leyó examinándolos detenidamente, en los mismos decía que su nombre completo era Aya Kuribayashi y el lugar de nacimiento, la provincia de Tây Ninh en Vietnam aunque no fuera natural de allí, aparte de los nombres de los progenitores, Shino Kuribayashi y Raphael Paul Jones... sobre cómo fue encontrada, mencionaba que la hallaron deambulando perdida y sumamente exhausta.

- Me adoptó una familia norteamericana oriunda de Utah... no supe la verdad hasta años más tarde después de preguntar sobre mis orígenes, allí supe de quiénes se trataban mis padres biológicos - explicó Aya en el ínterin que veía a Ralf paseándose por la oficina y leyendo los papeles - Si lo desea, ponemos realizarnos otro análisis usted y yo así sale de dudas... - añadió secamente

- Por suerte estos informes están en inglés aparte de vietnamita... el lugar donde dice que naciste es el mismo en donde estaba localizada la base terrorista que mantenía a los soldados japoneses prisioneros... entre ellos a Shino... dime más, qué recuerdas de tu nacimiento ¿Alcanzaste a verla con vida? - continuó indagando expectante el ex soldado

- No... no vi a mi madre con vida... solo recuerdo que me tuvo una mujer que me amamantó hasta que ya no necesité de leche materna, me mantenían encerrada en un cuarto pero... yo quiero saber porqué nunca me buscaste - dijo la joven interrumpiéndose a sí misma con la voz quebrada

- Jamás supe de tu existencia... de lo contrario te hubiera buscado incansablemente, busqué a tu madre por todos lados con la esperanza de rescatarla viva, yo la amaba mucho... antes de partir de misión le propuse casamiento y Shino aceptó sin dudarlo, yo venía de pasar por frustraciones pasadas y parecía que por fin iba a concretar mi felicidad... el momento en que supe del derribo del helicóptero de la 3era División de Reconocimiento en la selva vietnamita sentí como todo se tambaleaba pero no me resignaba a perderla - relataba el de ojos cafés con las manos recargadas en el escritorio y la vista baja

- No supiste de mi... fue tal y como me dijo tía Nanami... ella se emocionó cuando me conoció - comentó Aya bajando la suya también y sonriendo levemente

- Nanami, hace bastante tiempo que no la veo - respondió el hombre haciendo lo mismo

Sin decir más, Ralf se dio media vuelta y la abrazó emotivamente, alzándola del suelo inclusive, entre tantas cosas malas que le habían pasado... la aparición de esta nueva hija fruto de su amor con Shino era una alegría, significaba que no todo era sinsabores en su vida, le daba nuevas fuerzas para seguir.

- Oye, no hace falta esto no soy una niña chiquita... - exclamó la chica algo avergonzada con la cara roja

- Es que no lo puedo evitar, es increíble... oye, vayamos a un bar cercano a hablar mejor - propuso el hombre bajándola finalmente pero no menos exaltado de la dicha, por su parte Aya aceptó

Los dos salieron de allí y fueron rumbo a un restaurante cercano a fin de continuar la conversación mientras consumían algo, de modo que ingresaron y se acomodaron en una de las mesas antes de realizar su pedido, Ralf pidió una cerveza helada y Aya, un licuado de frutas tropicales.

- Entonces, lo que dices indica que Shino te tuvo estando capturada... lo que implica que la dejaron vivir los 9 meses que te esperó pero ¿Cómo descubrieron que estaba embarazaba? ¿Y porqué se molestaron en dejarla viva hasta que diera a luz? A menos que... - se preguntaba Jones pensativo

- ¿A menos que qué? ¿Qué fueron a hacer ella y el resto de los soldados a Vietnam? Tía Nanami no me supo dar detalles - quiso saber ella con ansiedad

- Había un grupo terrorista que contrabandeaba armas a los Estados Unidos, pensábamos que se trataba de un grupo de locos tira-bombas pero resultó que estaban trabajando en algo, la creación de un súper soldado... que fuera humano pero con habilidades excepcionales pero eso se encontraba en fase de experimentación, es lo que decía el informe de inteligencia militar ¿No recuerdas haber oído nada al respecto? - recordaba el de pelo castaño oscuro

- No... solo hablaban en vietnamita cerca mío, tal como dije antes, me tenían encerrada en un cuarto, solo me sacaban para obligarme a realizar ejercicios físicos pesados, me maltrataban... me inyectaban drogas e incluso creo que me las ponían en la comida porque algunas sabían raro, he intentado escapar pero siempre me agarraban y me castigaban - respondió la joven tratando de recordar los detalles

- Eso explica el costado de tu rostro, ¿Cómo lograste huir?.

- La verdad, no lo recuerdo... solo que un día sentí una gran presión en mi cabeza acompañada de un punzante dolor y perdí el conocimiento, cuando lo recuperé yo estaba deambulando en medio de la selva y cubierta de sangre, no tengo idea de qué pasó en medio - contestó sinceramente Aya - Sí tengo una imagen fugaz de una persona de rasgos japoneses que andaba con ellos... ¿Será que usted sabe quién era? - indagó además, prestando atención a la reacción de Ralf

- Malditos... ¡Malditos! - rugió el mencionado provocando que algunos de los presentes giraran la vista haca él algo asustados y asombrados - Mis sueños de ser feliz con ella fueron derrumbados cuando llegamos al sitio después de mucho rastreo y me encontré con la cruel verdad, como los terroristas pensaron que nunca iban a caer, tenían los cuerpos de los soldados en un sitio bastante seco y aún no estaban del todo descompuestos... si hubieran estado en un lugar húmedo hubiéramos encontrado solo huesos, el informe forense arrojó que el cuerpo de Shino presentaba signos de tortura; tiempo después supimos que entre las Fuerzas de Autodefensa hubo un traidor que pasaba para ellos, información de las fuerzas armadas... desde luego que los detalles de la misión que tenía asignada la 3era División de Reconocimiento a Vietnam, no fue la excepción - explicaba con un tono amargo en su voz

- Cielos... será que todavía se puede acceder a esos archivos - quiso saber la muchacha temblando con algo de shock

- Ignoro si después de la glaciación quedó algo pero... tengo marcado a fuego el nombre de esa escoria, se trataba de alguien que ya venía acosando y persiguiendo a tu madre... me desagradó desde el primer momento en que lo vi pero no creí que fuese capaz de traicionar a su propio país, Masato Sanjoin, nunca olvidaré ese nombre - aseguró Jones rememorando con rencor - Jamás fue encontrado ni vivo ni muerto, por mi parte espero que esté vivo... deseo ser yo quien lo mate - continuó de igual modo

- Agradezco la información y que me haya creído, señor Ralf - fue la contestación de ella al mismo tiempo que pensaba en todo lo que acababa de oír

- Trátame de tú y nada de señor Ralf conmigo, si soy tu padre llámame papá - señaló riendo levemente el ex soldado

- Ahhh noo, primero quiero ver si logras los méritos para que yo te llame así, podrás ser mi padre biológico pero mi único papá fue el que me crió, entiendo y no dudo que no hayas sabido de mi, además lamento todo lo que te pasó, pero no cambia el hecho de que jamás estuviste conmigo - argumentó Aya riendo también a pesar de hablar en serio

- De acuerdo... como quieras - suspiró Ralf con resignación - ¿Nanami te ha llevado a ver la tumba de tu madre? - preguntó acabando de beber su cerveza

- Se lo iba a pedir aunque ella tiene poco tiempo libre - dijo la de cabello corto terminando también su licuado

- De acuerdo, vamos ahora que te llevo - decidió el hombre levantándose de su silla después de pagar la cuenta propia y la de Aya, quien se limitó a sonreír

Entonces, ambos salieron del restaurante y fueron rumbo al auto del jefe de guardia en el cual se dirigieron al cementerio en donde estuviera antes el propio Ralf con Mirajane. Al llegar, descendieron y entraron para a continuación caminar rumbo a la tumba en cuestión.

- ¿Está muy lejos el sitio en donde está enterrada? - fue la pregunta de Aya

- No, ya estamos llegando es por aquí - decía el de ojos cafés mientras continuaba guiando a su recién descubierta hija

El Jefe de guardia se detuvo frente a la misma tumba en donde estuviera a la mañana temprano, la muchacha por su parte sintió su corazón palpitar sin tener en claro la razón, sabía bien que su progenitora ya no estaba en este mundo y lamentó no haber podido conocerla.

- Tía Nanami me ha mostrado fotos de ella, en verdad soy idéntica... - comentó ella con la voz algo temblorosa

- Para mí, tu llegada es como tenerla a ella de regreso... con el tiempo y a medida que nos vayamos conociendo tú y yo, espero confirmarlo... aún queda ver si en tu carácter también te le pareces - aseguró Jones con la emociones a flor de piel en el ínterin que le palmeaba un hombro a la joven

- Mi tía dice que sí, que tengo actitudes parecidas a las que tenía ella - rememoró Aya suspirando y esbozando una sonrisa

- Dime, ¿Qué piensas de la vida en esta nueva Era?.

- Pienso que vivimos en una gran mentira, todo el mundo habla como si esto fuera un paraíso, como si los sinsabores y la maldad hubiesen desaparecido completamente de este planeta, una utopía bien alejada de la realidad - dijo ella sinceramente hablando

- ¡Bravo! - exclamó él aplaudiendo complacido - Es lo mismo que pienso yo, a donde miro no veo más que a gente cegada en esta gran ilusión, solo hay unas pocas excepciones... mis penas del pasado no han desaparecido, ¿Y las tuyas? - prosiguió con su opinión cerrando con una pregunta

- Tampoco, todavía tengo pesadillas a la noche y tengo algo de miedo de estar en lugares muy cerrados, y eso que gracias a quienes me adoptaron he vivido bien y contenta... no he sido plenamente feliz por culpa de eso - confesó la chica bajando la vista con algo de pesar

- Eso es entendible y dime, ¿A qué te dedicas? - indagó Ralf observándola, mientras se ponía en el lugar de ella y podía comprender el dolor por el que pasó, ciertamente lo que Aya padeció fue mucho peor que sus malos tragos a lo largo de la vida, esto le recordaba que siempre se podía estar peor

- He estudiado educación física y artes marciales, me recibí de instructora.

- ¿De verdad? Oye, lucha conmigo ahora, quiero probar tus habilidades - pidió Jones sonriéndole

- ¡Será un placer! - exclamó la joven con un amplia sonrisa - ¿Pero dónde vamos? - indagó acto seguido

- A la zona del fondo del cementerio, allí siempre hay muy poca gente y llamaremos mucho menos la atención - dijo el de pupilas cafés señalando hacia su derecha, Aya observó hacia dicho sector y aceptó con una cabezada

Ellos se quedaron unos minutos más frente a la tumba de Shino y se dirigieron al sector mencionado por el jefe de guardia sureño, el sitio se encontraba vacío de gente y se prestaba para lo que deseaban hacer sin ser molestados.

El hombre sacó una de sus placas de identificación que colgaban de su cuello y la apretó fuerte con un puño mientras pronunciaba la palabra "cambio", tal y como pasara en las dos ocasiones anteriores, la ropa de él se iluminó y mutó al mismo uniforme de lucha que luciera en Ciudad Aquae y en Hikawa, al pelear contra Rei. Al ver eso, Aya no pareció sorprendida y solo sonrió.

- Veo que tú también tienes un objeto de esos que permiten cambiar más rápidamente de ropa - dijo la muchacha tronándose los nudillos

- Por supuesto, debo reconocer que esto es algo bueno de esta época - contestó Ralf desatándose el paliacate rojo de uno de sus antebrazos - Con seguridad este mundo ha mejorado mucho pero, no soporto el letargo y el auto-engaño en el que vive la gente actualmente - añadió colocándose el objeto anteriormente mencionado en la cabeza y atándoselo fuerte

- Estamos de acuerdo, bien... comencemos entonces - exclamó Aya en tono desafiante

El abrió sus piernas y plantó sus pies en el suelo de igual modo que lo hiciera antes de pelear con su esposa.

- ¡Muéstrame lo que tienes! - vociferó Jones gesticulando con su dedo índice a la chica, de que atacara

Mientras él se enderezaba y adoptaba su posición de guardia, ella corrió y lanzó una patada dirigida a la cabeza del hombre, que este no tuvo problema en evitar. Entonces contraatacó con un golpe de puño en forma de uppercut pero lateral yendo de derecha a izquierda, Ralf giró sobre sí mismo y aprovechó el envión para tirar otro puñetazo con el brazo opuesto hacia la cara de Aya y al acabar el giro, quedar de frente y atacar con un golpe ascendente.

Ella consiguió cubrirse a tiempo con ambos brazos pero igualmente fue despedida hacia atrás, aunque consiguió evitar caer al piso gracias a poder pisar correctamente.

El jefe de guardia no perdió tiempo en continuar atacando, dando numerosos puñetazos sobre ella y creando leves llamaradas con sus puños que la sorprendieron y la echaron nuevamente hacia atrás.

- Es increíble que pueda hacer eso con los puños aparte de moverlos a tanta velocidad, sí que pega duro - pensaba la de cabello castaño oscuro en el ínterin que se sobaba las leves quemaduras que le quedaron en ambos brazos

- ¿Ya tirarás la toalla, aficionada? - preguntaba desafiante Jones dando pequeños saltitos alternándolos con su postura de guardia

- ¡Jamás! Ahora verás - dijo Aya alzando la voz corriendo una vez más hacia Ralf

Ella amagó con dar un golpe a las piernas pero finalmente optó por saltar y lanzar una patada voladora que volvió a chocar contra los brazos del ex Coronel cubriéndose y al tocar el suelo, ella continuó con varios golpes que fueron todos detenidos por aquel gracias a sus manos, hasta que en un momento fue repelida por una patada. La joven fue despedida hacia atrás suyo pero, consiguió recuperarse rápido mediante el impulso con sus piernas, apoyándose en una piedra sepulcral cercana y saliendo una vez más disparada hacia él.

En esta ocasión, el ex soldado fue sorprendido por esto y no consiguió reaccionar a tiempo, recibió entonces un puñetazo en el rostro seguido de una patada en el pecho que lo empujó.

- ¡Ahora es mi oportunidad! - pensaba ella con una pequeña sonrisa

Dicho esto volvió a saltar para conectar una patada voladora pero esta vez, Ralf consiguió dar una voltereta en el suelo a fin de evitar el ataque, quedando así detrás de Aya.

- Estuvo cerca... - dijo Jones sonriendo - ¡Guardé lo mejor para lo último! - exclamó al mismo tiempo que cerraba y levantaba un puño creando así un destello de luz

Tal y como hiciera con Rei, él corrió hacia su oponente y le tacleó para tirarle al suelo, entonces dio un golpe tras otro sobre Aya hasta completar cinco, en esta ocasión también cerró con un último golpe y gritó "¡Uno más!".

La chica quedó dolorida en el suelo en el ínterin que Jones la dejaba y se ponía de pie.

- ¡Buenos golpes! Pero son un poco débiles, ¡No puedes derrotarme con eso! - dijo él inclinándose hacia ella y extendiéndole una mano

Aya la tomó y se levantó contrariada con algo de dificultad, estuvo claro que se encontró lejos de vencer a alguien curtido en el campo de batalla como su padre de sangre, aún siendo una excelente artista marcial y pudiendo perfectamente soportar castigo físico.

- Deduzco que entrenaremos seguido, aunque puedo continuar peleando ahora - comentó la muchacha con entereza aunque mostrando una mueca de dolor en el rostro - Y no entiendo cómo hubo tanta diferencia, he entrenado mucho - añadió

- Desde luego que sí, me gusta esa actitud eres una digna hija de Shino Kuribayashi y mía... pero has de saber que una cosa es el entrenamiento en un gimnasio y otra bien diferente son las peleas de verdad - reconoció el jefe de guardia sonriendo un poco, pero rápidamente la perdió al mirar al cielo al creer oír un leve ruido como de aleteo

- ¿Qué sucede? - indagó Aya al notarlo

Al observar a la dirección en cuestión, divisó un dron que volaba en dirección a donde ellos estaban.

- Un dron de vigilancia, hay de esos por toda la ciudad... mediante ello, mi actual esposa puede observar todo desde la sala de cyber-seguridad y la base de datos ya que están conectados a la red - afirmó Jones con seriedad - Ahora más que nunca, ya que la guardia está abocada a la búsqueda de Risa, tu medio hermana - agregó comenzando a caminar en dirección a la salida

- ¿Acaso huyó? ¿Qué le hiciste para que escapara? - preguntó Aya con sarcasmo

- ¡Yo no le hice nada! Después te pondré al tanto de todo, ahora andando tenemos que irnos de aquí - exclamó el de ojos cafés con fastidio

- ¡Y para tu información, sí he participado en peleas de verdad! - exclamó ella a continuación

- ¿De verdad? Tus oponentes han de haber sido como flores, entonces - respondió él con igual sarcasmo que el que la joven usara recién

Nukureo Kaseigan. Gobernación de Ciudad Ígnea.

Rei acababa de ver el mensaje procedente de la Capital, tal y como esperaba se trataba de un citatorio para él y su marido respecto al vehículo involucrado en el desorden provocado en las calles capitalinas, que alterara su orden y calma habituales. Ella pensaba mientras se paseaba por su oficina, en la posibilidad en que su hija estuviera en algún lugar de Ciudad Argentum, por ahora debía tener paciencia y esperar a que el propio Seiya Kou, Ralf o Haruna la guiasen hasta Risa.

Ahora mismo recordaba lo bien que antes se llevara con Haruna, lo confidentes y unidas que eran antes, más que cuñadas se trataban de dos amigas que compartían mucho... todo cambiaría un día que ella viera a los dos hermanos hablando animadamente con otra mujer, como para ese entonces los anónimos causantes del fin de su felicidad ya habían llegado y conocía la vida sin compromiso de su cuñada, aquello la llevó a pensar que Haruna le presentaba mujeres a su esposo lo cual comenzó a recriminarle. Por más que Haru le repitió muchas veces lo equivocada que estaba, Rei no pudo deshacerse de dicha idea y comenzó a verla como otra enemiga más.

La gobernadora del sur siguió haciendo memoria y empezó a recordar los rasgos de la chica con la que viera a los hermanos en aquel entonces... cabellera blanca, ojos azules y bello rostro que se le hacía familiar. Se trataba de la misma muchacha con la que halló abrazado a su marido hace rato en Hikawa... si, tenía que ser ella, la supuesta prima de él. También rememoró la respuesta de su cuñada cuando le preguntó por esa chica "Es alguien que ambos queremos y que Ralf llevaba un tiempo sin ver" como así además, cómo no la convenció esa contestación.

Ahora conocía su nombre y solo le faltaba saber el apellido pero, ya se presentaba más sencillo el panorama de averiguar más, solo era cuestión de introducir aquel en la base de datos y observar cuántas Mirajanes se encontraban residiendo en Ciudad Ígnea, con las fotos de cada una descubriría cuál era.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta siendo tocada desde el otro lado, luego de que dar el permiso de que quien lo hacía podía entrar, se sorprendió de ver a Jedite ingresando de prisa y notoriamente impactado.

- ¿Qué sucede? Se supone que debías estar saliendo a comandar la búsqueda de mi hija, ¿Qué haces aquí? - fue la obvia pregunta de Rei

- Lo que vengo a decirle es importante, es sobre el jefe Jones... resulta que tiene otra hija - respondió de prisa el rubio Tercer Puesto

- ¡¿Qué!? - exclamó la gobernadora desconcertada - ¿No es en serio, verdad? - preguntó acto seguido

- Es cierto señora... se trata de una recluta que llegó hace muy poco, una tal Aya Kuribayashi... la vi hace rato dirigirse al despacho de su esposo y la seguí, como me quedé detrás de la puerta escuché lo que hablaba y yo la oí claramente decirle que ella era hija de alguien llamada Shino y de él - siguió explicando Jedite

La senshi del fuego se quedó impactada y shoqueada además de boquiabierta, no entendía cómo si ella misma vio en la base de datos el estatus de fallecida respecto a la madre de aquella chica pero ahora entendía porqué le parecía familiar aquel apellido apenas lo vio en la lista de los nombres de personas que entraban a la región que gobernaba.

- ¿Qué... que más escuchaste? - preguntó sin poder reponerse todavía

- No escuche nada más - mintió el de ojos celestes con descaro y evitando decirle lo que Ralf explicara a Aya - Luego de eso me vine corriendo para acá a decírselo a usted - prosiguió además, el asunto era aprovechar esto para ahondar más la grieta entre ambos cónyuges

- No... no puede ser... tienes que haber escuchado mal... - balbuceó ella recargando sus manos sobre el escritorio, sumamente impactada

- No lady Mars, es lo que yo oí.

- Kuso (Maldito)... - murmuraba Rei apretando los dientes de la rabia - Entonces en la historia que me contó también mintió... al final todos los americanos son iguales... - añadió procurando no llorar

Ella se sentía aún más decepcionada de su esposo, con esto la decisión de separarse ya terminaba de tomar forma dentro suyo y era solo cuestión de ir a buscarlo y echarlo de la casa aunque por otra parte, necesitaba vigilarlo y averiguar en qué andaba con sus misteriosos viajes pero, ¿Qué otras sorpresas desagradables aguardaban ser descubiertas respecto a él?.

- ¿En dónde andan? - preguntó tajantemente la gobernadora

- No se si estén aquí o se hayan ido - dijo Jedite con calma

- Está bien, ve a hacer la tarea que te encomendé - ordenó ella tomándose la cabeza

Él se inclinó levemente y salió en silencio aunque rebozando alegría, con esto el divorcio ya se aseguraba y solo restaba saber si se separaban en el momento o después, seguramente Rei no le perdonaría de ninguna forma y aunque Ralf le explicara lo que Jedite le escuchó, ella no le creería.

Mientras tanto Rei tomó el teléfono y marcó un número, al no obtener respuesta insistió de nuevo hasta que una voz femenina se escuchó del otro lado.

- Deseo hablar con la reina - pidió la de pelo negro procurando disimular todo el enojo que sentía

- La soberana no puede atenderla ahora, se encuentra descansando - respondió quien atendiera la llamada

- Es algo urgente, necesito hablar con ella - insistió la de pupilas violetas

- Le repito que ella está descansando en su aposento.

Como la gobernadora del sur continuara insistiendo, quien se encontraba del otro lado de la línea le pidió que esperara y luego de un par de minutos de silencio, finalmente la voz de Serena se escuchó.

- Vaya, ya creí que ibas a inventar alguna otra excusa para no atenderme, ya que anoche no asististe a la reunión con las chicas para no verme - teorizó ella de forma hiriente

- Ando muy cansada y ocupada Rei, ya no soy la misma muchacha de antes... - respondió secamente la rubia de coletas - Ya que llamaste, aprovecho para decirte que he enviado un mensaje a por ustedes para que vengan, ya tuvo que haber llegado - añadió acto seguido

- Si, recién lo estuve viendo y asistiré tranquila ya que no tengo nada que temer... - dijo la senshi del fuego con total confianza

- ¿Se puede saber qué quieres? No creo que me hayas llamado para ponernos al día, si es por lo que imagino, solo puedo decirte que... - suspiró la voz de la reina con cansancio

- Ya no importa, no quiero escuchar alguna otra mentira más... - interrumpió Rei a la Neo reina Serenity - No es por eso que me comunico, ¿Sabías que mi hija ha escapado? Me pregunto si sabes algo al respecto - añadió ella prestando atención al tono de voz de su interlocutora, quien le respondió luego de unos segundos de silencio

- No... no se nada... es una desgracia que eso haya pasado, aunque no me sorprende para nada que Risa haya hecho eso teniendo en cuenta cómo la has tratado, voy a poner a mi guardia a buscarla - fue la contestación de ella, buscando mantenerse calma

- Deja, no hace falta, de eso ya me encargué yo... una cosita Serena, ¿Si descubres en dónde se encuentra Risa me lo dirás, verdad? - preguntó Rei enfatizando la pregunta

- Claro que sí... descuida... seré la primera en comunicártelo en caso de saberlo - afirmó la soberana con entereza

- Hay otra cosa más, ¿Sabes de lo que acabo de enterarme? El sinvergüenza de mi marido tiene una hija extra-matrimonial con su anterior pareja - continuaba hablando la senshi

- ¿¡Como dices!? Deja ya de inventar Rei... - exclamaba Serena con shock

- ¡No estoy mintiendo! Mi hombre de confianza los vio y escuchó a él y a la muchacha, vaya a saber cuántos hijos más tendrá por ahí repartidos... ¿Lo ves? Te dije que ese cretino no es lo que parece... - dijo la de cabello ébano sulfurada en referencia a Ralf

- Es imposible... tiene que haber una explicación, hay que escuchar lo él tiene para decir - balbuceó la de odango respirando fuerte

- Me niego a escuchar las mentiras de ese desgraciado, si tú eres una tonta cabeza hueca y le crees, allá tú... yo no lo haré así que, me voy a separar y deduzco que eso es una buena noticia- atacó Rei de forma hiriente a ambos

- Ya basta, no digas esas cosas Rei - vociferó alterada la rubia desde el otro lado de la línea

- Aunque también debo decir que Ralf tiene otra novia con la que me engaña, una camarera albina llamada Mirajane - prosiguió la gobernadora con su ataque

- Basta, si no tienes otra cosa para decir ya déjame en paz, confórmate con el hecho de que no te hago destituir de tu puesto como debiera - dijo la reina sumamente ofendida

- ¡Y desde luego que no lo harás, o ya sabes lo que va a pasar! ¡Estás en mis manos! - hizo lo propio la ex sacerdotisa, en tono amenazante

- ¡Ya lo se! - y luego de decir esto, la soberana cortó la llamada

Rei solamente colgó y dejó su celular sobre el escritorio antes de apoyar sus codos sobre el mismo, entrelazar los dedos de sus manos y poner su boca sobre estos además de fruncir el ceño.

Mientras tanto...

Haruna pensaba y se sinceraba consigo misma, la verdad era que sí le había gustado Seiya Kou y en circunstancias normales no lo pensaría dos veces antes de "comérselo", pero he aquí la cuestión... se trataba del novio de su sobrina. Considerando eso recordaba la charla de hace rato con su cuñada.

Rei miraba fijamente a su cuñada en espera de su respuesta y por su parte esta mantenía la vista baja y sentía el corazón palpitante.

- ¿Y bien? Ten en cuenta que no te necesito para sacar del juego a Seiya Kou, tengo otras opciones en mente, solo te estoy ofreciendo la posibilidad de volver a tu trabajo - decía la de ojos violetas con suma calma

Después de un par de minutos más de silencio, Haruna dio su respuesta.

- Ace... acepto.

- ¡Perfecto! ¿Lo ves? Simplemente te estoy ayudando a sacar tu verdadera naturaleza, querida cuñadita - comentó complacida la gobernadora

- Ya te dije lo que querías oír, ahora llama a Setsuna - exigió la de cabello corto castaño oscuro

- No tan rápido, mi querida Haru, primero quiero ver que aquel músico caiga en tus redes y recién después llamo a Setsuna, desde ya te advierto que cualquier truco que intentes, sea hablar de esto con Ralf o con quien sea o que simplemente trates de huir, nuestro trato queda cancelado - avisó la de largo pelo negro apuntándole con un dedo

La muchacha solamente asintió afirmativamente con la cabeza, sumamente apesadumbrada.

- Si Seiya realmente vale la pena, no aceptará... no engañará a Risa - abrió la boca Haru

- Quédate tranquila, como te dije recién, de un modo u otro voy a obtener lo que quiero, si tienes algún estimulante sexual puedes usarlo - sonrió confiada Rei

- Cielos, si hago esto y Seiya cae... Risa nunca me lo perdonará - pensaba la hermana menor de Ralf sintiendo un nudo en la garganta, de verdad ahora se encontraba entre la espada y pared - Estúpido hermano mayor, si tan solo nos hubieras hecho caso y no hubiésemos vuelto a Ciudad Ígnea... - continuaba ella con enojo acelerando su paso

Ella se dirigió a su casa luego de que Rei la dejara ir, se sacó la ropa que llevaba puesta y se puso una algo sensual, buscó la dirección de la residencia de Seiya que su cuñada le diera antes y hacia dicho lugar se dirigió al mismo tiempo que pensaba en lo que diría en caso de que el chico comenzara a hacer preguntas.

El viento jugaba un poco con sus cabellos al bajar del taxi que se había tomado para tal fin, con el corazón acelerado caminó hacia la puerta de entrada de la casa.

- Vaya lindo lugar en donde vive este muchacho - murmuraba ella en un tono apenas audible de voz antes de tocar el timbre

Unos segundos transcurrieron antes de que una señora abriera y la recibiera clavando atenta sus ojos en Haruna.

- ¿Si? Que se le ofrece, señorita - dijo ella con una sonrisa amable

- Buenas señora, busco a Seiya Kou, ¿Es esta su casa? - preguntó la chica de igual modo e intentando disimular sus nervios

- Efectivamente, ¿Usted quién es? - fue la lógica pregunta de quien la recibiera

- Haruna, me llamo Haruna... ¿Y usted es...? - se presentó ella amablemente

- Azumi Kou, la madre de Seiya... pero pase, enseguida le aviso que usted vino - respondió la mujer cediéndole el paso

- Es un gusto, muchas gracias.

De modo que la chica pasó al living de la casa mientras se quedaba observando la decoración hogareña y la madre iba a buscar al hijo.

Después de unos minutos, un sorprendido Seiya apareció ante su vista al que ella se apresuró a saludar con un beso en una mejilla.

- ¿Haruna? ¿Qué pasó? ¿Cómo obtuviste la dirección de mi casa? ¿Sabes algo de Risa? - preguntó el músico de prisa

- Disculpa que venga así sin avisar, Risa me había dado la dirección de tu casa por cualquier cosa - respondió la joven inventando lo primero que se le vino a la mente - No se dónde mandó mi hermano a mi sobrina, la he llamado pero tiene el dispositivo apagado, creo que es para evitar que por el GPS del teléfono sea rastreada, Ralf habló de eso - añadió ahora sí diciendo la verdad

- Entiendo, antes también vino la señora Rei exigiéndome que le diga en dónde escondo a su hija pero ni yo sé nada tampoco, también traté de comunicarme con ella pero no pude - comentó pensativo el chico

- ¿La loca estuvo aquí? Era de suponerse... - dijo Haruna frunciendo el ceño

- Sí, por eso el señor Ralf me recomendó que no tratara de buscarla por ahora, la había invitado a una cita pero por lo visto tendremos que suspenderla hasta que todo se arregle, pero dime, para qué has venido a verme - quiso saber el cantante de los Three Lights con curiosidad

- Es que... tenía una consulta que hacerte.

- Bien, te escucho - la invitó el de largo pelo negro a que hablara

- Pero no hablemos aquí, vayamos a algún bar - pidió Haru apoyando un dedo sobre sus labios

- ¿Sí estabas bromeando con lo que dijiste en el auto cuando fuimos a Ciudad Norte, verdad? - indagó Seiya entrecerrando los ojos y prestando atención al sensual atuendo de la chica, una playera escotada y ajustada que le remarcaba los senos y pantalones ajustados

- Desde luego que sí chico, sí lo estaba - contestó riendo ella haciéndole un ademán con una mano, de que se quedara tranquilo

Luego de pensarlo un momento, el apuesto músico aceptó y le preguntó a la mujer si irian al restaurante Magnolia a lo que Haruna se negó solicitando que fueran a otro lugar.

Mientras salían, los hermanos de Seiya observaban atentos.

- ¿Quién será esa chica tan guapa que vino a buscar a nuestro hermano? - preguntó Taiki recordando las bellas facciones de Haruna

- Lo ignoro pero yo me comería ese pastelito completito, ojalá que Seiya se quede con ella y se olvide de la hija de la gobernadora - argumentó Yaten como expresión de deseo

Por su parte, Seiya llevó a Haruna a un restaurante que conocía y que estaba a algunas cuadras de su casa. Una vez allí, se acomodaron en un sitio cerca de la puerta de salida y pidieron dos cafés.

- ¿Y bien? Ahora sí soy todo oídos - instó el cantante a que ella revelara el motivo por el que lo fue a ver

- Es que... Ralf me envió mensaje diciendo que tenía algo que mostrar y que invitaría a Mirajane, la chica albina amiga mía, a mi casa y quería saber si él te invitó a ti también - fue la respuesta elegida por la joven

- Pues... no, no me ha enviado nada tal vez lo haga más tarde pero, ¿viniste solo para eso? - comunicó el de largo cabello negro sumamente desconcertado

- No... hay otro motivo... - contestaba Haru pasando un dedo sobre su escote

- Aguarda un minuto, necesito ir al baño - pidió el de ojos celestes levantándose de su silla

Mientras el chico se dirigía al sitio recién mencionado, la hermana menor de Ralf observaba fijamente la tasa del café humeante de Seiya, acto seguido abrió su pequeño bolso del cual extrajo un pequeño frasquito con unas pastillas al cual miraba alternadamente con la tasa.

Ante ella estaban dos caminos, lealtad o traición...

Llegamos al final de un nuevo capítulo de esta historia, ¿Qué hará Haruna? ¿Traicionará a su sobrina?

Respecto a la lucha entre Aya y Ralf el resultado era obvio, se trataba de una novata contra un profesional.

Me voy despidiendo deseándoles felices fiestas a todos, que la pasen bien con sus seres queridos y que sus buenos deseos se cumplan. Hasta la próxima!