Aome mordió su hamburguesa y la saboreo todo lo que pudo, si pudiera elegir una comida favorita, serian las hamburguesas, tomó un poco de salsa de la mesa donde todos comían.
—¡Esto está tan delicioso!
—Come otra cuando termines si lo deseas —dijo su abuelo y la chica sonrió ampliamente.
—¡¿De verdad?! —Exclamó sin siquiera pensarlo y la tomó de una vez de la bolsa —Definitivamente me encantan, la próxima llevaré algunas a la época antigua.
Inuyasha estaba sentado a su lado mirando como comía descuidadamente, es decir, él tampoco es que coma muy bien, pero Aome estaba a otro nivel en ese momento, ¿alguien tan bonita puede ser un desastre en esas cosas?
—Ah... Está comiendo su cabello... —vio como había llevado un delgado mechón dentro de su boca sin notarlo.
Dirigió su mano suavemente al la boca de la chica y retiro el mechón, colocándolo detrás de su oreja, terminó por acomodar la suave cabellera azabache a un lado del hombro —Amarra tu cabello la próxima vez que comas, tonta — De repente todos quedaron en silencio en la mesa —¿Qué pasa?
El chico solo pudo notar como el rostro de Aome estaba totalmente rojo y todos los observaban con ternura.
—Cielos... ¿porque tienes que hacerme avergonzar? eres malo, Inuyasha...
—Mamá... ¿Verdad que parecen pareja? —pregunto Sota, y ahora Inuyasha era el sonrojado.
—¡SOLO LA AYUDÉ CON UN MECHÓN DE SU CABELLO!
