Capítulo 42
El aroma dulce mezclado con el de la sangre estaban enloqueciéndolo. El monto se preguntas que soltaba Rin y un alterado Jaken a su lado tampoco ayudaba a calmarse, era bien sabido que las humanas podían perder la vida luego de dar a luz a un youkai o un hanyou y Kagome no era la excepción.
Apenas supo que la miko estaba en proceso de alumbramiento llamo a los médicos reales, incluido el mismo Takeshi, confiaba en el más que en nadie, era el único que podía y sabia como curarlo siempre que regresaba al palacio herido de gravedad.
-Está demorando mucho… – dijo una preocupada Rin obteniendo la atención y la curiosidad del youkai
-Rin…
-Si amo – contesto firmemente
-¿Has asistido partos en algunas ocasiones? – la pequeña asintió en respuesta para desviar la mirada a la puerta oscura que en esos momentos el daiyoukai deseaba derribar, los gritos de Kagome eran una tortura para el
-Tenemos a la Tenseiga con nosotros amo, no se preocupe – reconfortaba Jaken siendo casi exterminado por la mirada asesina de Sesshomaru, para luego dejar reposar su cuerpo contra el muro, nada ganaría caminando en círculos como un idiota
El llanto de su cachorro pudo escucharse en la habitación y gran parte del pasillo aliviando los alterados sentidos del youkai y emocionando a Rin que al instante entraba corriendo a la habitación sin importar las normas establecidas durante el alumbramiento y era esperar la evaluación médica youkai antes de poder ver al cachorro, pero el impulso de Rin fue más fuerte que cualquier cosa
-¡Señorita Kagome! – vocifero la niña a todo pulmón asustando al médico y sus dos asistentes
-Debes esperar niña, la humana está descansando… - trato de calmarla una asistente neko, intentando sacarla de la habitación con un comentario sutil
-Pero quiero saber si está bien – reprochaba mirando de reojo a su compañera tendida en la cama – ella está muy pálida ¡no está bien!
- Rin… - solo esa palabra de la boca del demonio bastaba para amansar a la niña que se detuvo junto a su amo, quien estaba en el marco de la puerta con una mirada bastante inusual
-Mi señor, el pequeño está bien … - empezaba a relatar el medico cargando en brazos al niño que hipaba y lágrimas bañaban su rostro sonrosado - … es solo que, ¿Cómo es posible que un youkai provenga de una humana? Esto es algo que nunca en mis años alcance a ver hasta hoy – dicho esto Sesshomaru no pudo evitar su asombro al detallar con más tiempo al niño, su cabello era del color de la luna y su rostro estaba decorado con sus características marcas de youkai.
Para el peliplata era increíble el hecho de que su compañera pudiera traer al mundo un primogénito youkai cuando ella no era un youkai puro, líneas violetas surcaban los brazos del pequeño hasta que pudo verlo arrugar el rostro advirtiendo que lloraría nuevamente y por simple instinto acerco su mano al cachorro y este tomo con completa seguridad en su manita el dedo índice, sujetándolo con fuerza y casi durmiendo al instante
-¡Oh amo! Es de esperarse, este niño sabe que usted es su padre – dijo esperanzado el doctor Takeshi inclinando un poco su cuerpo para que la niña que acompañaba al youkai pudiera ver con claridad al cachorro notando al poco tiempo que Sesshomaru no retiraba la mano que era sujetada por su hijo, pero tampoco quitaba la vista del débil cuerpo femenino que descansaba en ese lugar – disculpe mi señor, pero si me permite preguntar ¿Qué clase de humana es esa? – interrogaba admirado ante la mujer
-Es una miko… - al decirlo inmediatamente la expresión de impacto en el medico era evidente
- ¿Ha desposado a una miko? – dijo incrédulo, un youkai junto a una miko, esto definitivamente cambiaría la historia de su clan, el ignoro la pregunta y regreso otra en respuesta
- ¿Qué sucede con ella?...
-La señorita perdió mucha sangre durante el parto, conozco muy poco sobre las sacerdotisas, pero no debe tardar demasiado en reponerse – diagnosticaba calmando al youkai que internamente sabía que estaba preocupado
-Él bebe debe alimentarse – dijo Rin esperanzada
-Claro que sí, pero el primer alimento debe proveer de su madre y ella al menos ahora no está en condiciones de hacerlo – respondía Takeshi – amo, solo tomará un par de horas quizá, ella estará bien – sonrió entregando al pequeño a la niña que lo acogía gustosa – debo retirarme por ahora, otros asuntos me esperan – sin más que una respetuosa reverencia salió de la habitación dejando a Rin y a un Jaken cautivados por el cachorro
-Rin vas a apestar al niño del amo Sesshomaru – regaño Jaken molestando a Rin
-¡Claro que no! – regresaba la niña en respuesta haciendo llorar al pequeño con la exclamación
-Entrégamelo – ordeno Sesshomaru a la niña y esta obedecía sin objeción alguna
-¡Amo Sesshomaru! ¡que apuesto se mira con su bebe! – exclamaba la niña completamente cautivada con la escena, el youkai se mostraba bastante dócil con la pequeña figura en brazos que estaba dispuesta a llorar nuevamente
-Jaken llévate a Rin – pidió el youkai acercándose a la cama donde dormida la miko, estaba bastante pálida a decir verdad y lo preocupaba a pesar de las palabras del doctor, cuando escucho el clic de la puerta al cerrarse pudo sentarse junto a la miko, depositando al bebe a un lado – Buen trabajo Kagome… - murmuro solo para ellos
Por alguna razón que desconocía el niño se mantenía curiosamente callado junto a su madre, la noche había pasado y el alba estaba llegando, el sol despedía luz a todos lados hasta bañar el rostro y los ojos dorados del youkai que miraba impasible el amanecer, intentaba mantener la calma, pero ella no despertaba hasta que el pequeño Hiroki chillo desesperado removiendo a una Kagome que recién abría los ojos sorprendiéndolo "¿acaso él sabía que Kagome despertaría?"
-Cielos… - escucho las primeras palabras salir de su boca mientras se incorporaba con dificultad de la cama, una vez sentada sobre el cómodo lugar la sabana se deslizo dejando ver toda la desnuda parte superior de su mujer y definitivamente otro cachorro debía estar dentro de ella, en ese momento no había nada más hermoso que la mirada que ella le entregaba al pequeño mientras lo tomaba en brazos - …mi pequeño, eres tan diferente a tu padre – su voz había cambiado un poco o quizá era impresión suya, pero debía corregirla inmediatamente, si había alguien con quien comparar a ese niño era con el
- ¿Qué has dicho? – interrogo un casi ofendido youkai acercándose a ella y acompañándola en la cama sentándose de brazos cruzados, ella sonrió para mirar al pequeño y darle de comer
-Parece que será hablador y eso es muy opuesto a ti… - sonrió – Él es hermoso – confeso acariciando los albinos mechones de cabello que caían en su pequeño y regordete rostro – Gracias Sessho – bromeo al utilizar un diminutivo del nombre
-¿Ya te sientes mejor? – pregunto demostrando abiertamente su preocupación hacia la mujer, ella lo miro enternecida y deslizo una de sus manos en el largo cabello plateado del youkai hasta la punta del mismo, este era suave y caía grácilmente de su mano.
Sesshomaru no detuvo el gesto de su compañera, pero a cambio sujetó entre sus manos la delicada mano femenina que le ofrecía ese gesto amoroso y la llevo a su rostro besándola con una ternura que no había exhibido antes sonrojando furiosamente a la mujer
-Sesshomaru…
-Estaba preocupado, no soy bueno con las palabras…pero, quiero demostrarte lo mucho que deseaba estar contigo – confeso maravillando a Kagome
-Estoy aquí ahora, junto a ustedes – sonrió tiernamente
El youkai estaba dispuesto a robarle un simple beso, anhelaba la boca femenina contra la suya y a escasos centímetros de tocar sus labios la puerta se abrió de par en par dejando ver a un alegre Takeshi
-Maldición… - gruño apartándose un poco de la mujer, ella soltó una carcajada hasta que el youkai a una inhumana velocidad cubrió todo su cuerpo con la sabana – Takeshi que manía la tuya.
-Perdone mi señor, es que la costumbre de tenerlo siempre solo no pasa en balde – bromeo acercándose a la mujer – Buen día niña, como te sientes – consultaba extrañado de que la mujer estuviese completamente cubierta sonriendo ante su sospecha.
El doctor hacia infinidades de preguntas que realmente no le interesaban, era una aburrida rutina que debía seguir y aceptar por el bienestar de su mujer, aunque, el bien sabía que ella estaba en perfecto estado de salud.
Estuvo a su lado durante toda la mañana, la observo comer al mediodía junto a una Rin que la acompañaba en la alcoba y un Jaken que tomaba graciosamente al pequeño en brazos. La niña era bastante parlanchina y aun luego de la comida no dejaba de preguntar y contar cosas que hacían reír a Kagome "que sencillo es hacerte sonreír" pensaba al verla feliz sonriendo para sí mismo. No podía negar la alegría que tenía en esos momentos.
El tiempo pasaba y el pequeño Hiroki aprendía a velocidad inhumana, con solo dos meses podía gatear y casi caminar aun con tropiezos, pero podía hacerlo enorgulleciendo al youkai y a una Kagome que estaba hermosamente a su lado con su tradicional traje de miko. Ella era una belleza única pero cuando se acuclillaba para recibir al pequeño en sus piernas no había descripción perfecta para el vuelco que su corazón daba al verlos, era maravilloso ver como su propia mirada dorada se reflejaba en los ojos de su mujer, no solo era una miko poderosa si no una madre fantástica que completaba su forma neutral de ser.
-¡Rin, ven aquí! – llamaba Kagome extrañándolo pero lo que más lo saco de casillas fue el susurro que le hizo a la niña y la descarada sonrisa que rin dejo ver en ese momento tomando al pequeño para llevárselo a otro lado del palacio
-¿Qué crees que haces mujer? – retaba acercándose a la pelinegra
-Algo que necesito hace mucho tiempo… - dicho esto la miko estampo un fugaz beso en el youkai que la recibió con una necesidad demandante, llevándosela en un aro de luz a la habitación en pocos segundos para estamparla en la cama, ella sonreía y era música para sus sensibles oídos
Verla sonriéndole con esa ternura y esa felicidad, sus mejillas sonrojadas y con ese cabello del color de la noche desparramado en la cama solo le incitaba a hacerle las cosas más indecentes posibles y su sorpresa fue desmedida cuando tomo la armadura de su pecho enviándola a volar y jalando con ansias el hakama para besarlo y abrazarlo con las piernas
-Mujer … - gruñía lamiendo la marca con satisfacción, deseaba hacerlo desde hace mucho, ella gimió - … si no te calmas, no podre… - otro gruñido escapo de su boca al sentir la mano femenina en su palpitante y dura virilidad
-Te necesito ahora – jadeaba masturbando a su compañero – Sesshomaru…
La desesperación y el deseo pudieron con su cordura así que despojando a su mujer de cualquier estorbosa prenda entro con brusquedad a su cuerpo haciéndola gritar de placer y sintiendo una ligera descarga de poder espiritual
-Un pequeño campo… solo te necesito a ti ahora… - confeso Kagome entre jadeos, dejando en claro que no deseaba ser interrumpida y Sesshomaru sí que sabía entenderla porque la penetraba con una fuerza descomunal, sentía que podría romperse en cualquier momento
-Sessh… ah… - gimió al ser girada sin esfuerzo sobre la cama sorprendiéndose
-Hay muchas poses, pequeña atrevida – gruño dando una sonora nalgada a la miko, haciéndola reír para borrarle esa sonrisa por un sonrojo satisfactorio al penetrarla, ella era tan húmeda y estrecha que luchaba para no derramarse, quería disfrutar el cuerpo femenino y ahora que tenían la oportunidad era el momento perfecto.
Tomando los hombros de la mujer la atrajo un poco más hacia el sin separar su unión para embestirla con fuerza, ella dejo caer su cabeza hacia atrás reposándola en el hombro del peliplateado y levantando los brazos para hacerle ver a Sesshomaru como la enloquecía de placer enredando las manos en las plateadas hebras
Cuando el mordió la marca el éxtasis la invadió y los espasmos se sentían salvajemente en su cuerpo, el orgasmo era inevitable y ella tampoco deseaba parar, las embestidas, el deseo y el amor que sentía del youkai hacia ella en ese momento la hacían desfallecer y cuando no pudo sostenerse por más tiempo, luego de un intenso orgasmo se dejó caer en el mullido colchón con un Sesshomaru sobre ella que pudo derramarse con satisfacción, sonreía complacida ante el gruñido que escuchaba.
-Te extrañe de esta forma – confesaba jadeante notando como el youkai dejaba caer el cuerpo a su lado atrayéndola hacia él, olfateándola
-Amo tu olor – murmuraba con la respingada nariz hundida en el cabello femenino – amo todo de ti Kagome – confeso mirándola y sorprendiéndola
-Creo que sabes lo que siento por ti desde hace mucho – sonrió depositando un suave beso en sus labios – pero… te amo con la misma intensidad que tú me amas – confeso abriendo un poco sus piernas dando paso a una traviesa mano que deseaba hundirse en el húmedo y lubricado centro de su mujer – Sesshomaru… - murmuro entre gemidos arqueando un poco su cuerpo ante los circulares e indecentes movimientos de la mano masculina
-Jamás podría cansarme de ti, incluso… podría hacerme adicto… - respondía para besar a su compañera hasta que el sonido de un ligero golpeteo en la puerta extrajo una maldición de su boca y una carcajada en la mujer.
En ese momento entendió que necesitaba y amaba a Kagome más que a nadie, era un sentimiento reciproco pero que sus fogosas noches de ardiente deseo debían pasar a segundo plano siempre que Hiroki estuviese necesitando de ellos, pero no podía quejarse, tenía un castillo que era el hogar de su mujer, su hijo y sus protegidos, se aseguraría que su cachorro creciera tan fuerte como él y compartiría toda su larga e inmortal vida con la nueva oportunidad que la miko a su lado le había dado al permitirle marcarla como su única hembra. Era sabido que el clan Inu podía y les permitía tener más de una esposa, pero él no deseaba más, ella era suficiente, tenía a una mujer a su lado que valía por toda una vida y de la que nunca se cansaría de amar.
Ella era de su medio hermano, pero el destino la cruzo en su vida y definitivamente se aseguria de no dejar pasar la oportunidad.
- FIN -
Gracias a l s lectores que me acompañaron hasta este episodio final, espero que esta historia sea digna de estar en su biblioteca, de una estrella y hasta de recomendación. El apoyo que recibía diariamente era increíble y masivo. Ustedes fueron la motivación y la principal inspiración para continuarlo hasta este episodio.
No quería irme de esta historia sin dejarles un regalo y por ello demore en actualizar, esta ilustración la he hecho para este fic y espero que les guste, intente plasmar todo el amor que sentía de ustedes a esta historia
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¡Nos vemos!
