Ava no podía dejar de pensar en Sara.

Ella no sabía cómo se le había ocurrido dibujar estrellas en las cicatrices de Sara, pero se le ocurrió y simplemente lo hizo. Quería hacer sentir bien a la otra chica y ese fue el gesto que se le ocurrió. Por suerte a Sara le gustó, de hecho le gustó tanto que hasta compartió la foto en su instagram.

Así que Ava no podía dejar de pensar en Sara. Y ella sabía lo que eso significaba, o por lo menos lo que la mayoría pensaba que eso significaba. Si uno no puede dejar de pensar en alguien, era probable que fuera porque se estaba enamorando de ese alguien.

— ¿Podemos ir a almorzar? — Le pidió Amy, interrumpiendo sus pensamientos.

Ava y Amy estaban tomando sol en la playa desde hace un largo rato. Ava no había podido dejar de pensar en Sara ni por un segundo. Mientras ella había estado perdida en sus pensamientos, Amy había estado muy entretenida con su celular.

— ¿A dónde querés ir? — Pidió saber ella.

— A "Crepes & Waffles", acabo de ver que abrieron una nueva sucursal en el pueblo. — Respondió Amy entusiasmada.

Ava aceptó el pedido de su hermana. Levantaron sus cosas de la playa, se cambiaron y fueron hacia el pueblo para almorzar. Por suerte el local no estaba muy lleno, por más que era la novedad del momento. Hicieron el pedido y se sentaron en una mesa a esperarlo.

— Ava. — Llamó Grace su nombre, en forma de saludo.

— Hola Grace. — La saludó ella. — ¿Cómo estás? — Preguntó.

— Muy bien. — Respondió Grace. — ¿Y vos? — Le devolvió la pregunta.

— Bien también. — Contestó ella. — Esperando nuestro almuerzo. — Dijo señalando a su hermana.

— Ella es Anyssa, mi novia. — Le presentó Grace a la chica que estaba con ella.

— Mucho gusto. — Dijo ella, estrechando la mano de Anyssa.

— Igualmente. — Coincidió Anyssa.

— Mira, Sara se tiñó el cabello de fucsia. — Comentó Amy, pasando su celular a Ava.

Ava agarró el celular y vio que Amy tenía abierto el instagram. Sara había subido una foto de ella misma con el cabello color fucsia. Ava sonrió ante la foto, Sara lucía feliz en la imagen y el fucsia le quedaba hermoso.

— Le queda genial. — Dijo Grace, también viendo la imagen.

— Va a lucir increíble con su vestuario de canario negro. — Opinó Anyssa.

— ¿Canario negro? — Preguntó ella, confundida ante ese comentario.

— Si, para Amazó. — Intentó aclarar Grace.

— ¿Amazó? ¿El bar? — Cuestionó ella, aún más confundida que antes.

— Si, hay un bar que se llama Amazó. — Afirmó Anyssa, pensando en el bar de su barrio.

— Pero nosotras hablamos de Amazó, el club de lucha libre. — Informó Grace.

En eso Anyssa y Grace fueron llamadas al mostrador porque el pedido que habían hecho estaba listo. Ambas chicas se despidieron de ellas, con intenciones de ir a buscar su almuerzo.

— Espera. — Pidió ella a Grace. — ¿Vos haces lucha libre? — Preguntó sorprendida.

— Si. — Afirmó Grace.

— ¿Y Sara también? — Insistió ella con el tema, porque necesitaba saber.

— Si, y de hecho es una de las mejores competidoras. — Contestó Grace.

— ¡Grace! — La llamó Anyssa desde el mostrador.

— Deberías presenciar alguna de nuestras competencias, luchamos el primer domingo de cada mes. — Le sugirió Grace.

Grace se despidió y se fue a almorzar con su novia.

Ava se quedó totalmente shockeada ante lo que acababa de descubrir. ¿Sara hacía lucha libre? ¿Cómo era que ella no lo sabía? ¿Alguna de las Leyendas sabría sobre eso? De pronto, un recuerdo se hizo presente en su cabeza… Cuando Sara se había presentado a la clase había dicho que sabía hacer artes marciales. Pero, de eso a competir en lucha libre… había un largo trecho, ¿no?

Y así fue como el primer domingo de agosto Ava se encontró en el público de Amazó junto con Astra. Su amiga la había acompañado y luego se quedaría a dormir en su casa, para volver a la playa al día siguiente.

De pronto, tal como Grace le había dicho, allí estaba Sara. Canario negro era su nombre de luchadora. Ava la observó pelear sintiendo una mezcla de admiración e impresión. Sara era realmente talentosa.

En un momento, su mirada se encontró con la de Sara, y Ava pudo notar la sorpresa que se llevó la otra chica al reconocerla. Por un minuto pensó que le había arruinado su pelea y vio a Sara caer al piso de un golpe, y eso le dolió. Ava realmente esperaba no haberla puesto en problemas. Pero Sara se recuperó, se puso de pie y regresó a la pelea; e incluso la ganó.

Una vez que terminó la competencia de ese día Ava intentó hablar con Sara, pero Dinah las interrumpió. Finalmente se terminaron encontrando más tarde en Danver's Dinner. Sara le explicó todo lo referente a la lucha libre, y aunque Ava creía entender la situación de la otra, no sabía cómo sentirse con todo eso.

— ¿Cómo te fue? — Preguntó Astra, cuando Ava regresó a su casa.

— Bien, creo que bien. — Respondió ella, algo insegura y pensativa.

— ¿Puedo pedirte detalles o preferís no hablar sobre eso? — Pidió saber Astra.

— Su madre y su pareja la obligan a competir porque necesitan el dinero. Pero no podemos decir nada a nadie, es un secreto. — Explicó ella.

— Eso apesta. — Apreció Astra. — Entonces, ¿es cómo si la explotaran? — Dijo, necesitando aclarar la situación.

— Si, supongo que sí. — Asintió ella pensativamente, porque hasta el momento no lo había pensado de esa manera.

— Siendo así, ¿no deberíamos decirle a alguien para ayudarla? — Preguntó Astra.

— No lo sé. — Respondió ella sinceramente. — Por ahora Sara me pidió que no hagamos nada, así que no haremos nada. Creo que decirle a alguien sobre esto le podría traer más problemas con su madre y su pareja. — Expresó su opinión.

— De acuerdo. — Aceptó Astra. — Pero si las cosas se ponen feas tendremos que hacer algo, por más que Sara no quiera. — Insistió.

— Lo sé. — Aceptó ella.

Astra tenía razón. La promesa de mantener el silencio iba a funcionar mientras a Sara no le ocurriera nada malo. Pero, ¿cómo sabían que ya no le había pasado nada malo? Ava recordó algunos momentos en donde Sara había tenido heridas raras y eso le trajo la sospecha de que tal vez había encontrado el motivo de ellas. Como esa vez que había aparecido con la cara amoratada, ¿podía ser que había sido por la lucha libre y no por un robo como había justificado?

Al otro día regresó a su casa familiar de la playa. Se pasó todo el día pensando en la lucha libre y en Sara. Para distraerse decidió ayudar a su madre a preparar la cena, pero ni siquiera eso logró despejar su cabeza de sus pensamientos.

— ¿Qué te tiene tan pensativa? — Pidió saber Pam.

— Nada. — Respondió ella rápidamente, a lo cuál recibió una mirada curiosa de su madre. — Es solo que… ¿qué dirías si te digo que quiero hacer lucha libre? — Preguntó.

— ¿Lucha libre? — Repitió Pam y la otra asintió con la cabeza. — Que si quieres hacer lucha libre vas a tener que esperar a ser mayor de edad. — Dijo, luego de tomarse un momento para pensarlo.

— ¿Por qué? — Cuestionó ella.

— Porque es peligroso y puedes salir lastimada, y mientras seas mi responsabilidad legalmente prefiero que no lo hagas. — Respondió Pam.

— Tiene sentido. — Asintió ella, aceptando la justificación de su madre.

— ¿De dónde salió todo esto? ¿Desde cuándo tienes interés en la lucha libre? — La interrogó Pam con curiosidad.

— No quiero hacer lucha libre. — Dijo ella honestamente.

— ¿De verdad no quieres? — Preguntó Pam y su hija negó con la cabeza. — Entonces, ¿Por qué las preguntas sobre ello? — Pidió saber.

— Solo estaba pensando en una situación hipotética. — Intentó excusar ella.

Por suerte su madre no hizo más preguntas al respecto, ya que Amy y Ashley aparecieron para sumarse a los preparativos de la cena haciendo que el tema quede olvidado.

El último mes de vacaciones pasó bastante rápido. Más de lo que a Ava le habría gustado. Nora estuvo con ella, se quedó en su casa a pasar ese mes de vacaciones. Tener una amiga con ella fue divertido.

— ¿Ya sabes qué querés estudiar cuando terminemos la secundaría? ¿A qué universidad te gustaría ir? — Preguntó Nora, mientras tomaban sol en la playa.

— No estoy del todo segura. — Respondió ella con sinceridad. — Debería estar pensando en estudiar abogacía como mis hermanas más grandes. — Dijo, algo insegura.

— ¿Pero sería mejor romper la costumbre como Ash? … — Intervino Nora, para hacer que la otra continúe la idea que estaba pensando.

— Algo así, me gustaría hacer danza en Julliard. — Confesó ella. — Y tal vez complementar con algo de biología, ya que esa es mi materia favorita. — Agregó pensativamente.

— Eso es genial. — Aprobó Nora la idea de su amiga. — ¿Vas a preparar alguna audición o algo? — Pidió saber.

— Eso estoy intentando. Si la fecha de la competencia de baile coincide con las pruebas de audición de Julliard, sería perfecto. — Contestó ella. — No sé si voy a lograrlo, pero quiero intentarlo. — Expresó su deseo.

— Me parece perfecto. — Dijo Nora con una gran sonrisa.

— ¿Vos? — Preguntó ella, dando vuelta la conversación hacia la otra.

— Estoy pensando en estudiar algo relativo a la literatura, mis opciones favoritas serían Harvard o Princeton. — Respondió Nora.

— Eso es fantástico, estoy segura que vas a lograr entrar a ambas. — Aprobó ella las ideas de la otra. — ¿Letras? — Preguntó.

— Letras o bibliotecaria, todavía no me decido. — Informó Nora.

— Tranquila, todavía tenemos un poco de tiempo para decidir. — Aseguró ella.

A Ava le encantó compartir ese tiempo con su amiga, usarlo para conectar y simplemente ser ellas mismas. Nora era una de sus personas favoritas en todo el universo y estaba segura que eso nunca iba a cambiar.

Una semana antes de que comiencen las clases la familia Sharpe volvió a la ciudad de Starling.

El primer domingo antes de que empiecen las clases era el primer domingo del mes, así que Ava decidió ir a Amazó para ver a Sara competir. Astra no pudo acompañarla esta vez, pero ella decidió ir igual. Se sentó en la tribuna y observó las peleas con atención.

Sara también estuvo increíble esa noche. Aunque esta vez no había ganado sus cinco peleas, sino cuatro. A Ava no le gustaba verla recibir golpes, pero debía admitir que Sara era muy talentosa. Y qué verla pelear físicamente con otras personas era algo sexy, se sentía como si estuviera en una película de acción o algo del estilo.

— Esto no es bueno. — Dijo Nico.

— No, probablemente le va a traer problemas. — Coincidió Jennifer.

Ava las reconoció, esas chicas eran Jennifer y Nico, amigas de Sara. Y lo más probable era, que por lo que estaba escuchando, estuvieran hablando de Sara.

— ¿Por qué? ¿Están hablando de Sara? — Preguntó ella, volviéndose hacia las otras chicas.

— Si, estamos hablando de Sara. — Respondió Jennifer.

— Ella estuvo muy bien, ganó cuatro peleas. — Dijo ella, sintiendo la necesidad de defender a Sara.

— Claro que estuvo bien, ella es una gran peleadora y es muy talentosa. — Expresó Jennifer con sinceridad.

— Pero eso no es suficiente, al menos no para Dinah y Malcolm. — Explicó Nico, dedicando una mirada molesta a la pareja de la que hablaba.

— Ella tiene que ganar todas las peleas y no lo hizo. Ellos solo van a ver la pelea que perdió. — Sumó Jennifer, algo frustrada.

Antes de que Ava pudiera reaccionar o pedir más detalles sobre el asunto, las chicas se fueron ya que las competencias de la noche habían finalizado y debían ir al vestuario a cambiarse. Ava se sintió preocupada por Sara, por la pelea que había perdido y lo que eso podía significar para ella. ¿Cuáles serían las consecuencias? Dinah y Malcolm no le daban nada bueno que pensar… así que hizo lo primero que se le ocurrió.

Abrió el whatsapp y le escribió a Sara.

Ava:

Querés venir a dormir a casa?

Te espero en la esquina de Amazó

.

Ava recién respiró tranquila cuando, tres minutos más tarde, recibió la respuesta de Sara.

.

Sara:

Si

Ahí voy