Mi trabajo me tiene sumamente ocupado. Y hoy pude darme unas horas para escribir algo. Últimamente he visto varias imágenes bastante interesante de Lincoln y su grupo de amigos, donde resalta Stella.

Y bueno, este es un shot corto de una amistad ida a mas que crece abrazada del amor.

esto es:

- A Veces, de Ellos -


Yo no tenía ganas de nada; pero lo quería hacer todo.

Pues ellos eran míos; y a veces, yo era de ellos.

Que tan simple podía ser el mundo en esta actualidad tan nuestra; tan lejos de ese mundo de viejos que se quedaron pegados en la monogamia y en lo que ellos denominaron, santidad.

A lo que denominaron ética. Valores.

Valor. Nos envían a la escuela a aprender, y cuando uno realmente aprende, tiemblan de miedo.

Valor: cualidad de ciertas realidades cuyo sentido es el bien moral. Luego, ¿Qué es la realidad? ¿Qué es la moral?

¿Por qué soy inmoral? ¿Por qué somos inmorales?

Tan emergente como suena, en realidad no importa.

Ya no.

Solo entre ellos se rumorea, y a veces entre esos hijos del pan viejo que siguen aferrados a ideas arcaicas.

Cuidan tanto sus costumbres, que sus penas serán mayores que las nuestras.

Claro, hay ciertas reglas inamovibles, no es como que Lincoln se acueste con alguna de sus hermanas; allí entra ya un estado biológico que interviene.

Esto es diferente. Esto es nuestro. Esto es algo mío, muy mío. Mío como lo son ellos. Y a veces, a veces también yo soy suya.

Me pongo poética estando tan sucia. Me da risa.

Pero soy plena, eso sí.

Necesito una ducha.

Apenas se oyen algunas aves cantar afuera. Esta cabaña se volvió, sin darnos cuenta, nuestro verdadero hogar.

Recuerdo la primera vez que vinimos, hace ya 3 años, a mediados de preparatoria. La emoción, la algarabía, los juegos.

Sus risas y las mías.

El eco de los árboles y la nieve, y las liebres y los venados.

Y el lago.

Luego el vino tinto que abriría en mi alma, un deseo. Y como ellos siempre me desearon, me enteré que la llave de su candado, fue siempre mía.

La liberé al calor de mis mejillas. Los controlé igual por que son bastante estúpidos. Si deseaban que estuviera con ellos, tendrían que quererse, y a mí, amarme.

Yo no era de ninguno y nunca lo sería; y si iba a ser, sería de todos.

Bebimos más y más vino, cayó más nieve: todo fue broma.

Que yo era su esposa, dijeron mientras reían, y decían que cada uno me daría una dote. Pusieron desde 100 vacas hasta una casa en la playa. Comida fina de por vida y ropa de marca.

Que nos casaríamos por reglas mormonas para que nadie quedara fuera y les dije que tendrían que registrarme como el varón, si querían la bendición de Dios.

Y todos nos reíamos.

Tan solos siempre, siendo tan buenos chicos, solos siempre. Gracias a mí, la vida era para ellos, algo cercano a la felicidad. Eso me lo dijo Rusty una vez.

Se volvieron míos, y yo, por otra parte, no tuve interés en nadie, en nadie fuera de ellos.

En estos tres años ninguno me ha hecho una escena de celos, pero, vaya cosa, yo si a ellos.

Una mosca muerta oportunista se le acercó a Clyde, con su estúpido acento francés. Él solo vio mi rostro molesto una vez y no le volvió a hablar.

Me siento mal por hacer que la rechazara, sé que no está bien. Que soy egoísta.

Yo no soy de él, pero...

...pero él sí es mío. Como los son todos: Liam, Rusty, Zach, Clyde y Lincoln. Son mis chicos, mis amigos, mis amantes. Son míos.

Mis amores.

Es eso o el alcohol aún no se me baja de la cabeza. Gran idea de Lincoln de beber vodka con uva y naranja.

Sobre todo, porque luego las uvas la comieron de mi cuerpo desnudo. Bebieron de mí toda la noche. De mi piel.

Que no hay cosa que sepa mejor en el mundo que yo, ni el dulce de leche. Eso me lo dijo Liam.

Ahora que los veo dormidos en esta enorme cama, donde la luz del día apenas se cuela por la ventana, de tanto que los quiero, me embarga una pena.

Se que se van a ir. La universidad está cerca y el fin de ciclo y el fin de esta etapa.

No los volveré a ver, lo sé. Soy una chica que se cambió mucho de escuela y perdí mucha gente. Sé que no los volveré a ver y eso me ahoga. Los quiero de verdad.

Estamos dentro del destino de los separados, y algún día serán solo recuerdo. Se volverá recuerdo ese cariño que me profesan. Ese cuidado, esa ternura, esa pasión y mirada de deseo.

Soy su todo casi siempre.

Soy tan afortunada.

Todos están tocándome de alguna forma, necesitan sentir mi piel para sentir la de ellos mismos. Eso me lo dijo Clyde.

Todos mientras duermen aún están en contacto. Semi cubiertos por las sábanas jugamos al pudor al despertar mientras pedimos nos acerquen las ropas interiores que están dispersa como por una explosión, por toda la casa.

Se despierta uno a uno, se acercan y me besan. Juegan. Luego los cinco me atacan en coordinación bien sabida mientras lucho perezosamente por sacarlos de encima entre risas.

Ellos me besan toda, cuan larga soy, como diría Zach.

Los abrazos a los cinco. Llena de emoción los recuesto conmigo. No puedo evitar lagrimear y sollozar un poco. Se van a ir.

-¿Pasa algo, Stella?-

-¿Te sientes bien?-

-¿Te duele algo? ¿Alguien te lastimó?-

-Seguro fue Rusty que luego exagera.-

-¡Yo la trato mejor que ustedes, enanos!-

-¡Dejen de discutir!, Stella, ¿Qué tienes, por Dios?-

Se preocupan tanto. Me procuran tanto. Sé que no son fuertes, pero nadie se echó atrás cuando aquel tipo enorme me quiso tomar a la fuerza convencido de que yo era una "puta fácil"; como me llamó. Vi la furia en sus rostros, su bravura. Lo hicieron correr y aun me da risa como se hinchan de orgullo cuando lo platican.

-¿Stella? ¿Por qué lloras?-

-Yo...yo solo los quiero chicos. Los quiero mucho. Es todo.- Les digo y me tapo la cara con la sábana.

Conocen cada parte de mi cuerpo como yo el de ellos, pero mi pena viene del corazón. La vergüenza de lo susceptible que te vuelve un sentimiento enrarecido por la situación. Pero tan cálido que me llena de gozo.

Me abrazan entre todos y usan la sábana para taparme completa. Son unos caballeros.

Siento que me alguno me besa la cabeza y me acarician dulcemente.

-¿Quieres algo de desayunar?-

-De verdad, lo que sea, Stella.-

-Solo...abrácenme un poco más.- Les digo y ellos me acarician más.

Afuera de la cabaña no hay más que árboles nevados, el lago y la van en la que llegamos cada que podemos.

Aún más lejos, mucho más lejos, están nuestros padres, preocupados por que los rumores les comen el cerebro. La chica que tiene cinco novios, los chicos que comparten una mujer.

Hasta hoy, no tienen pruebas de nada, pero igual nada detiene su veneno.

Cansada de todo esto, les dije que a mí no me importaría besarles enfrente de todos ellos.

Que se pudran. Yo los amo; y sé que ellos a mí.

Y sé también que, para ellos, yo soy su Stella de piel morena y pecas de chocolate, de risa de luz y único amor eterno por siempre y para siempre.

Eso último, me lo dijo Lincoln.


La verdad, me gustó no sé por qué.

Quiero aprovechar este espacio para agradecer los que comentaron en CELOS DE HIJA ahora que ya está en un libro aparte, y de igual manera para decir que gran parte de la idea de la chica Jordan trabajando de medio tiempo con don Lynn, es de él...ella... bueno, del autor Tempestida. No le había dado el crédito que corresponde.

Saludos y a ver cuando tengo tiempo de nuevo para poder publicar. Saludos especiales a Luis Carlos y al buen J0nas Nagera

- Lobo Hibiky -