Abrió la ventana para poder disfrutar del fresco aire de una mañana de primavera, el campo estaba verde, brillante, moteado de colores alegres por las flores. Las aves, tan coloridas como los retoños primaverales, revoloteaban de rama en rama, piando y cantando, esperando atraer una pareja. El sol la iluminaba, sin calentar demasiado, perfecto para una caminata en el jardín.
Era un día hermoso.
Tea, desde su ventana, veía a las personas cruzar el camino de graba hasta la entrada principal, donde la tía Bernny los recibía, invitándolos a entrar. Eran conocidos de la familia y también amigos, de años, algunos, incluso, de la infancia de sus tíos. Todos lucían solemnes, serios, monocromáticos. Traían flores, otros, comida, tartas, bebidas, pequeños gestos de apoyo a la familia.
Se alejo de la ventana, adentrándose más en la habitación, casi a oscuras.
Era consciente de cada una de sus respiraciones, concentrarse en eso le permitía evadir sus otros pensamientos. Termino de arreglarse el vestido, se metió en sus zapatillas y cepillo su cabello; decían que el color negro adelgazaba, pero a ella la hacía lucir en los huesos. Había bajado de peso en los últimos tres meses.
El maquillaje estaba de sobra para esta ocasión, no creía necesitarlo. Nada la haría lucir mejor, seria solo una molestia una vez que comenzaran las personas a acercarse, para hablar con ella, intentando platicar. Tea no quería platicar, quería estar sola.
Un toque sutil en su puerta.
Mai estaba allí, bajo el marco de la entrada de su habitación. Su semblante solemne, atuendo sobrio, oscuro. La rubia no se había negado al maquillaje, ni aun buen atuendo, ella no permitiría que vieran su dolor. Era fuerte, obstinada. Ella también había perdido un miembro de su familia, aunque no sanguínea, había sido alguien que la había tratado como a su propia nieta.
-Nos esperan abajo- dijo Valentine, tendiendo una mano hacia ella- no se por que o para que, pero es mejor salir de esto pronto.
Tea respiro hondo, era tiempo del ultimo adiós.
…
Mai había asistido a muchos funerales; sus abuelos, tios, algunos primos, y varios otros familiares lejanos, también de socios de sus padres. Tenian mucha similitud a este. Personas con ropas oscuras, sus rostros largos; constantes palmadas, abrazos y pésames. Personas llorando, otras con cara de no querer estar allí. Era sencillo identificar a los familiares del difunto, eran el centro de las miradas, solían ser los más cercanos ataúd…
Dio una respiración onda. Había algo que hacía de este evento, distinto a los que había asistido antes.
Consideraba a estas personas su familia, y sentía la perdida completamente suya.
Tea soltó su mano y se adentró entre los invitados. La castaña había cambiado su postura, levantando levemente el mentón, una mínima sonrisa estirando sus labios; una mirada amable con todo el que se le acercaba. Ella era tan paciente. Respondiendo preguntas, recibiendo las condolencias, sus hombros firmes bajo las palmadas que pretendían ser empáticas.
Pero Valentine conocía el verdadero estado de su amiga. Sus ansias de estar sola, en silencio… lejos de estas personas que solo le recordaban su dolor, apartada de este ambiente tétrico, en una casa que había sido testigo de tantas alegrías. Y lo que sufría Tea no era solo a causa de esta perdida, otra gran parte se debía a la perdida anterior, la que había sucedido en las vísperas de la última Navidad…
FLASHBACK
Joey la había llamado temprano en la mañana, sabiendo que ella odiaba que hicieran eso. Pero lo dicho después, hizo que se le olvidara.
-¿Cómo que Tea saco todas las cosas de Yami?- pregunto, incrédula.
-Pues lo que oyes. No se como lo hizo, pero todas sus cosas están fuera, en el pasillo. Es un desorden tremendo, los chicos y yo moveremos todo esto al auto, tendremos que hacer varios viajes hasta la casa del abuelo… menos mal que vive cerca.
Mai le colgó. Salió corriendo de la cama y se puso lo primero que encontró, luego de lavarse los dientes, tomo las llaves de su auto y condujo a casa de su mejor amiga. Esto no estaba bien ¿Qué había pasado?
Llego en cuestión de nada y subió los escalones de a dos, hasta llegar al abarrotado pasillo del piso donde Tea habitaba. Yami, Yugi, Joey, Tristan, Duke y Ryou amontonaban cosas, las cargaban y las llevaban a las escaleras. Tuvo que esquivar a Tristan y Duke, quienes no la vieron al pasar.
-¿Qué pasa aquí?
Joey bajo su carga y se acercó a ella, Yugi y Ryou también la observaron. Yami siguió su camino como si nada, escaleras abajo.
-Tea nos vio en la universidad, el día que nos encontramos con Seto. Le dijo a Yami y el le conto todo. Tea lo echo de la casa… solo que no pensamos que fuera tan en serio. Según Ryou, esto tiene aquí desde ayer…
Mai camino, ocultando lo mas que pudo su preocupación, hacia la entrada de la casa. Saco su copia de las llaves y las introdujo en la cerradura. Esta no cedió en lo absoluto.
-Ayer vino un señor… me parece que era un cerrajero. Cambio el seguro de la puerta.
Mai miro al albino con ojos encendidos. Golpeo la puerta con fuerza.
-Dorotea Gradner ¡Abre la maldita puerta! ¡No puedes evadirme, estamos en la misma universidad! ¡Tu no faltas a ninguna clase nunca! Hablaremos, hoy, mañana, la próxima semana, ¡Pero hablaremos! ¡Abre YA!
Sentía su cara ardiendo, le ardía la garganta y la respiración se le había agitado al igual que el corazón. ¿Qué seria de ella si su única y mejor amiga no volvía a dirigirle la palabra? ¿Cómo sobreviviría? Ahora tenia a Joey, pero no, él no podría remplazar a Tea jamás.
Jamás…
-Bien- esta vez no grito, pero su voz seguía siendo potente- entonces me quedare aquí hasta que salgas. ¡Y tendrás que salir!
Pero había roto su palabra. No se quedó allí más de tres horas. No había comido nada esa mañana y necesitaba usar el baño. Se aparto de la puerta para entrar al apartamento de Ryou.
Y en ese instante, Tea había huido.
Mai solo pudo alcanzar a ver como se alejaba en un taxi.
…
Lo poco que quedaba de diciembre, la única compañía de Mai era Joey. No se sentía bien, había fallado, traicionado la confianza de su mejor amiga. Trato de llamarla, muchas veces, pero sonaba apagado. Podía llamar a los padres de la castaña, pero si ella les había contado, estarían molestos, aunque dudaba muchísimo que Tea quisiera revelar la verdad de lo sucedido; no le gustaba hablar mal de los demás… aun si era cierto.
Enero paso lento y frio, y pronto entro de nuevo a clases. Tea no había vuelto a la universidad. Pero las noticias sobre ella no tardaron.
-¡¿Abuela?!
Mai salió del salón de clases con todo y bolso, sin importar que estaba dejando a medias una clase importante. No era común que la abuela de Tea la llamara, además, quizá ella supiera donde estaba su mejor amiga.
…
Ese fin de semana, Mai viajo a la casa vacacional de la familia de Tea, que era básicamente, la casa de la abuela. Donde Tea había llevado a Yami, donde ella había pasado distintas vacaciones y fiestas.
La abuela Dorotea le había contado todo sobre la partida de Tea. Había sido gracias a ella; una imprevista enfermedad la aquejaba, y aunque lo tomaba de la mejor manera, conocía bien su situación y que no saldría de esa…
Tea había corrido a ella inmediatamente, para cuidarla y acompañarla. Había hablado con las personas competentes de la universidad, para poder ver sus clases de manera virtual, a distancia, mientras estaba con su abuela. Las altas calificación de la castaña le fueron de gran ayuda en esta ocasión; aunque demoraron un poco en organizarle un horario, la universidad le soluciono.
Sin embargo, Mai pensaba que quizá el padre de Tea había intervenido en algo, monetariamente hablando.
Se bajo del auto, mochila al hombro, y camino con paso firme hacia la casa. La tía Bernny la recibió, era la única de las hijas de la abuela que se encontraba allí. Los demás tenían trabajos en la ciudad y no podían estar allí acompañando todo el tiempo.
-¿La abuela?
-Arriba en su habitación- Berny tomo la mochila de la rubia- ve a verla, yo dejare esto en tu habitación.
Con una sonrisa, Mai subió las escaleras. La estaban tratando como siempre, como un miembro más. Seguro Tea no les había contado, quizá ni siquiera sabían que ella había "terminado con su novio".
Llamo a la puerta y escucho la voz de la abuela invitándola a entrar. No le sorprendió no ver a Tea en ese momento, ya hablarían ellas a solas. Ese era el motivo por el que la abuela la quería allí, para acompañar a Tea en estos momentos complicados. Se sentía bien que le tuvieran esa confianza, y esta vez no la decepcionaría.
-Desde la primera vez que te vi, supe que te gustaba meterte en problemas- le sonrió Dorotea desde la cama.
Se veía prácticamente igual, solo un poco mas delgada quizá. Mantenía su gran sonrisa, su postura firme y la mirada inquisitiva.
-También sabia que este lio estallaría tarde o temprano. Lástima que haya tenido que ser justo ahora.
-¿Así que Tea le conto lo que sucedió?
-No me ha dicho ni una sola palabra. Pero ya se lo había advertido al musculoso cuando vinieron la última vez, y cuando ella llego aquí sin él, supuse que algo había pasado.
Mai sonrió avergonzada. La abuela le pidió toda la historia, y eso le dio Mai. No se atrevió a verle la cara en ningún momento. Cuando termino, aun miraba el suelo.
-Tea está en su habitación ¿sabes donde es no? Es la misma de siempre. Ve a verla, querrá verte.
Se levanto sin decir nada más y salió hacia donde se suponía que estaba la castaña. Mai no creía que Tea quisiera verla, pero lo mejor era acabar con eso lo antes posible. Entro a la habitación sin tocar la puerta siquiera, como siempre.
FIN DE FLASHBACK
Tea la había mirado mal, ignorado, intentado escapar, pero al final había terminado por hablarle. Porque necesitaba desahogarse, necesitaba compañía; y Mai también. Ese día se quedaron hasta muy tarde charlando, y al día siguiente estaban como si nada.
O casi.
Tea no había vuelto a hablar con ninguno de sus amigos.
Viéndola rodeada de familiares dolientes y viejos amigos y conocidos, le sorprendía ser ella quien la acompañaba en tan difícil momento, y no Yugi, quien habia sido su amigo desde la infancia. O Joey y Tristan, con quien se había amistado desde la secundaria.
Aun estaba muy dolida con ella, al parecer.
Sonó un mensaje en su celular. Joey.
Ya estamos llegando, preciosa. Ya quiero verte :D.
Mai casi deja caer el celular, miro el mensaje de nuevo y luego a Tea.
Estamos.
¿Quiénes "estamos" llegando?
Mai no quería ver eso, no creía que Tea estuviera del mejor animo para ver al Playboy…
Holaaaa, aca después como de seis meses. Pido muchas disculpas, estoy en un colapso creativo, me ha costado muuucho escribir esto, por eso esta tan corto y tan pobre. Espero poder subir el otro antes del próximo año XD y terminar la historia un dia de estos…
Perdonenmeeeee
Y nos leemos pronto :D
