43. GRACIAS, THANK YOU, MERCI...

Joka y Onigumo se preguntaban ¿por qué? Inuyasha y yo estábamos tan desesperados por regresar a Nueva York. Les dije la verdad. Bueno parte de ella: Que sus nuevos amigos eran muy falsos, superficiales, plásticos, envidiosos y odiosos. Solo se rieron de mí y sin embargo, asintieron.

Pero en realidad queríamos regresar a nuestras habitaciones y al regresar a ellas, nos veríamos por las noches.

Le estaría eternamente agradecida, a la familia que había sido dueña de esa casa, por haber hecho que la habitación de la nana y la del bebe estuvieran comunicadas. Creo que jamás imaginaron que les sería de gran utilidad, a dos hermanos solitarios, en busca de cariño, calor y compañía.

Regresamos a la escuela la última semana de agosto, como ya era costumbre.

Todos estamos en tercer año, excepto por Kouga, Byakuya, Bankotsu y Candy, ellos ya estaban en cuarto grado. Su último año de irresponsabilidad. Exactamente dentro de un año entrarían a la universidad y con ello a la realidad.

Ayame nos trajo regalos a todos de sus vacaciones. Cumplía años el 2 de Julio y sus papas le regalaron un viaje por las costas europeas, con motivo de sus dieciséis años.

Nos contó en secreto que le fue infiel a Kouga en Santorini, una isla griega. Solo lo hizo porque sabía que su novio, no le seria fiel en los dos meses de ausencia.

Me sentí un poco... asqueada, de que mis amigos -e incluso Inu y yo- íbamos por el mismo camino que nuestros padres. Mintiendo, engañando...

El miércoles en clase de español, una chica de mi grado - Miranda Montgomery - Me pidió un lápiz prestado. Le di el que traía en la mano y saqué otro de mi mochila.

Gracias, Kagome.

De nada, Miranda.

Cuando salí de mi clase de economía del Hogar, Maggie me intercepto.

¡Gracias, Kagome!

Ah... eh... de nada. - Aun me agradecía lo del lápiz.

Camine por los pasillos para ir a mi clase de Física.

¡Gracias, Kagome! - me grito un chico antes de entrar a su salón.

¿Gracias? Si ni siquiera lo conozco. ¿O sí?

De pronto observe que los de primer año me miraban con insistencia y los de segundo me veían con chispitas en los ojos.

¿Qué estaba pasando?

Habían salido unas de las revistas donde pose, pero nadie me había reconoció. ¿Creo?

Todo el de tercero que me encontraba me daba las gracias y uno que otro de ultimo grado también y me aventaban ¡besos!

¡¿Que estaba pasando?!

Me veían como si les hubiera dado un millón de dólares o un coche deportivo último modelo.

Incluso en clase, me mandaban papelitos con la palabra Gracias, seguida de muchos, pero muchos signos de exclamación.

¿Pues qué demonios hice? ¿Les salve la vida?

¿Impedí el apocalipsis?

¿Logre la paz mundial?

¿Erradique la hambruna en África?

¿Pague la deuda nacional externa?

¡¿Qué demonios fue lo que hice?!

Me reuní con Inu en la cafetería.

¿Por qué esa cara? - pregunto preocupado.

¡Todo el maldito mundo me da las gracias! ¿Qué demonios hice? - me serví una manzana, dos rebanadas de pizza y un refresco de limón. –

¿Eh? ¿Que hice?

Yo no sé - se encogió de hombros y luego se río de mi cara de fastidio.

Llegamos a la mesa donde nos sentamos desde el primer día en el St. Meyer.

¡Gracias Kagome! - murmuro Hakudoshi cuando me senté.

¡¿Tú también?!

Ah, sí ¡gracias!

Gracias.

Thank you.

Merci.

¡Suficiente! ¡¿Porque rayos me dan las malditas gracias?! – le pegue con los puños a la mesa.

Nunca hablaba así, pero ya me tenían harta.

Creo que es hora de que lo sepas - murmuro Tsubaki rebuscando algo en su mochila.

Me entrego un sobre color lila, de un material muy fino.

¿Qué es esto?

Ábrelo.

Todos los de la mesa, me miraron ilusionados, como si ahora fuera mi turno de recibir el millón de dólares.

Saque un papel grueso, color morado con letras doradas.

KAGOME HIGURASHI, TE INVITA A CELEBRAR SU CUMPLEAÑOS NUMERO QUINCE, EN LOLITAS'S HOUSE.

Sábado 10 de septiembre.

8:00 pm.

Había una advertencia en la parte baja de la invitación que decía:

(Queda terminantemente prohibido ir vestidos de azul. Si se llegaran a presentar vestidos de ese color, se les negara la entrada)

¿Qué demonios...?

¿Qué...? ¿Cuándo...? ¿Como...? ¿Donde...? ¿Porque...? ¿Yo...? ¡¿Que?! - no era capaz de articular algo mejor.

¿No te emociona? - chillo Tsubaki dando aplausitos.

No entiendo... ¿Que?

Espera a que veas tu vestido! Es hermoso... yo lo diseñe... - siguió parloteando.

¡¿Todos lo sabían?! ¿Tú lo sabias? - le pregunte a Inu.

Algo así - se encogió de hombros.

¿Porque no me lo dijiste? Se supone que eres mi... amigo.

Nadie te podía decir nada - Kouga respondió por él. - Kirinmaru y Yue dijeron que no te podíamos decir nada.

¿Ósea... ellos... organizaron esto?

Si, es una especie de quinceañera... ¿si se dice así, verdad? - Tsubaki pregunto para sí. - Bueno como sea que se llame, pero, sin lo cursi por supuesto.

¿Pero por qué?

Para compensar el año anterior. Y además para cuando cumplas los dieciséis... ya habrá pasado de moda entre nosotros. Tu eres la más pequeña. - Explico Ayame.

Y además la Princesa Higurashi, se merece una fiesta en grande - murmuro Byakuya con burla.

¿Princesa Higurashi? ¿De donde sacaron eso?

Kouga y Hakudoshi se atragantaron con su almuerzo.

Es un apodo que te pusieron algunos chicos - contesto Kanna molesta.

Fruncí el ceño.

La pequeña ardilla que vivía en mi cerebro, estaba paralizada.

No le encontraba ni pies ni cabeza a todo eso.

¡¿Volviendo a lo de la fiesta... porque Yue no me dijo nada?! ¿Desde cuando están planeado esto?

Desde hace un año - respondió Kouga como si no viera algo que era evidente.

¡Genial¡ - aventé la invitación a la mesa, enfadada.