44 – LOLITAS HOUSE
Lolita's House era el bar de moda de Manhattan. Era muy exclusivo y muy pero muy caro. Y por supuesto, bajo ninguna circunstancia, dejaban entrar menores de edad. Por eso todos me habían agradecido la invitación, como su fuera oro puro y sólido.
Intente disuadir a mis abuelos de la fiesta, el día en que me entere de ella, pero todo ya estaba listo y pagado.
¿Tsubaki?
¿Si? - me puso un collar azul en mi cuello frente a mi peinador.
¿Porque mi vestido es azul y les prohibieron a los invitados usar ese color?
Supuse que era tu color favorito. Siempre traes las uñas pintadas de ese color. Y es tu noche, nadie te debe opacar.
Ah – ahora entendía
Me pintaba las uñas de azul, desde que comencé a verme con Inuyasha, porque era su color favorito, no el mío.
Tsubaki termino de peinarme.
¡Lista!
Gracias.
Me puse de pie y me vi en el espejo de cuerpo entero de mi habitación,
¿No crees que es muy corto? - pregunte tratando de bajar un poco más el vestido azul eléctrico, que me llegaba casi a medio muslo.
No digas tonterías. Mis diseños son perfectos. Ponte los zapatos.
Me dio unos zapatos rosas muy altos y una bolsa verde limón de mano, Prada. Me puse el anillo que me regalo papa, la piedra era rubí rosa.
Mi atuendo me parecía un poco extraño, pensé que no combinaba. Pero Tsubaki dijo que era un coordinado, no un combinado.
Si, si lo que sea – puse los ojos en blanco
Aun no puedo creer que tú lo hicieras. Gracias.
¡Feliz cumpleaños! - me abrazo.
Inuyasha bajo primero del auto y me tendió la mano para ayudarme a bajar.
Afuera del Lolita's había una mini alfombra roja. Reporteros y fotógrafos nos tomaron fotos.
¡Mi fiesta se había convertido en un circo! Mis amigos e invitados lo amaron. Pero yo...no. ¿Que no podían haberme hecho una fiesta en la piscina?
Suspire y pase por la bendita alfombra. Los flashes me cegaban.
¡¿Kagome, de quien es tu vestido?! - me sentí actriz en la alfombra roja.
¡Es diseño exclusivo de Tsubaki Saito-Yamada - pose para las cámaras - ¡Gracias por venir chicos!
Lance besitos a las cámaras como las actrices.
Entre al club, ya eran las nueve y treinta. Tenía que hacer una gran entrada, según Ayame y Tsubaki.
Baje las escaleras de la entrada y los reflectores me apuntaron. Los presentes aplaudieron.
Me sentí muy incómoda, quería ser invisible o salir corriendo, tomar un taxi y regresar a casa. Pero mis abuelos habían puesto mucho esfuerzo, para que la fiesta fuera de mi agrado y me parecía una grosería hacer mala cara, en mi fiesta. Si había fingido todo un verano estar feliz y contenta, que más daban unas cuantas horas mas.
Había botellas de champagne moet and chandon imperial, en todas las mesas. Pedí que los regalos fueran donaciones, para la caridad en mi nombre.
El local tenía una pista de baile enorme y al final de esta un escenario con un telón.
Las luces te hipnotizaban al ritmo de la música, mi música. Era la lista de reproducción de mi iPod.
Los padres que habían sido invitados, nos dieron nuestro espacio y se fueron al área VIP.
Recibí halagos, abrazos y besos de personas que no conocía.
A media noche papa subió al escenario, me deseo un buen cumpleaños, hizo un brindis en mi honor - gracias al cielo, no fue tan cursi - Luego comenzó a divagar sobre su trabajo y mi música favorita.
¡Sin más preámbulos... damas y caballeros... Princesa - el guiño el ojo- Maroon 5!
¡¿Que?!
No, no es cierto.
El telón se abrió y ahí estaba Adam Levine, ataviado en un traje negro, camisa blanca sin corbata.
Todos gritaron, aplaudieron.
Brinque y brinque y aventé a medio mundo mientras caminaba al escenario. Adam se acuclillo y canto para mí y solo para mí. Cantaron cinco canciones y me desearon un buen cumpleaños.
Yue y Kirinmaru subieron al escenario y también hablaron. ¿Que fue lo que dijeron? No tengo la menor idea, aún estaba en las nubes. Solo logre entender las dos últimas palabras: Gwen Stefani.
