Miraculous Ladybug pertenece a Thomas Astruc, Zag Animation, Disney y TF1, hago esto sin fin de lucro.
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Je Suis
Por Mimi chan
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Capitulo 40
Y allí estaba de nueva cuenta, esa sensación ardiente y alocada que no me dejaría huir, que haría que respondiera de nuevo a cada uno de sus avances, que haría ajustarse cada una de mis terminales nerviosas a sus manos, que buscaría el aire extra para mantener mi corazón a blasón latiente, enviando más sangre como marcha de guerra a los lugares donde yo la necesitaba, que hacía palpitar ese lugar secreto y escondido entre mis piernas, que hacia que mis pechos se hincharan, mis pupilas se dilataran y mis labios se hicieran mas rojos. Era la sensación más escalofriante, pero también más maravillosa del mundo. Había querido convencerme que no era por él, que no era él quien hacía que mi cuerpo reaccionara así. Pero ahora, justo en este momento, en medio de aquella situación en la que incluso debería sentir miedo, nerviosísimo o cualquier otra cosa, que no fuera esta excitación loca que parecía no podía dar cabida a ningún pensamiento racional. Solo tuvo que rozarme la boca diciendo algo que yo no pude entender, para que este fuego que tenía años consumiéndome me comiera. Lo quería todo sin ninguna reserva, nuestras bocas se unieron en un beso violento y completamente sexual, enrede mis piernas en torno a su cintura y él me recargó contra un mueble alto a mi espalda, escuche algún adorno de cristal romperse contra el piso, pero no me importaba nada, nada salvo la deliciosa protuberancia de su cuerpo empujando entre mis piernas y el dulce olor de su pelo y su piel llenando mi nariz, su lengua explorando mi boca. Solo quería una cosa, solo quería que me hiciera el amor allí mismo, quería sentirlo de nuevo dentro de mi otra vez y después una vez mas y luego una vez mas hasta haber tomado todo de él, todo lo que nos habíamos prohibido esos años. No me importaba nada, no quería pensar ¿Cómo? o ¿Por qué diablos estábamos haciendo allí?, yo solo quería que en ese momento me hiciera el amor, que sus manos recorrían con codicia mis muslos llegaran hasta donde yo más lo necesitaba y me hiciera llorar y gritar de placer.
Dios, ¿Por qué tenía solo él, el poder de hacerme sentir así, ¿Por qué con ningún hombre había sentido la mitad de esta hambre enloquecedora que hacía que no me sintiera dueña de mi misma, que me hacía solo una substancia ansiando arder hasta desaparecer en el infinito? Cuanto la había odiado en un momento, porque me había hecho ir a lugares donde no estaba lista para llegar, pero ahora… ahora sabía que no había muchas personas que lograran sentir algo así, que era algo tan increíblemente único que, sería una completa estúpida si no tomaba, cada cosa de esta experiencia, tantas veces como pudiera… pero oh, ¿Por qué él? ¿Por qué tenía que sentirla solo con él?
— Adrien… — su nombre salió de mis labios como un gemido profundo que me destrozaba, él tenía que entender lo que yo necesitaba
Estaba haciendo justo lo que me prometí mil veces no volver a hacer y lo había hecho por mi propia voluntad…
[…]
Un par de días antes…
La joven y hermosa mujer entró en la comisaria de policía atrayendo las miradas de muchos de los agentes de su alrededor, no todos los días una mujer tan atractiva entraba en ese lugar después de todo. Fue directo a las mesas de los detectives y se detuvo delante de una en específico.
— Bon Jour.
El joven que estaba concentrado en unos papeles levantó su vista al escuchar la voz de aquella persona. La vio de pie en ese lugar y sintió como siempre el corazón correr por un momento más rápido.
— Bon Jour – respondió y levantándose a prisa le acercó una silla frente a su escritorio.
— ¿No interrumpo algo importante? – preguntó la chica sentándose en el lugar que le había acercado.
— No – dijo regresando a su silla – ¿Está todo bien? ¿Le pasa algo a Louis?
— No, no te preocupes – dijo ella enseguida – nuestro hijo esta bien, solo… bien vengo a pedirte consejo – dijo con un obvio gesto de preocupación.
— ¿En qué puedo ayudarte? – se ofreció enseguida al notar el tono de Marinette.
— No creo que este sea un lugar para poder platicar – dijo con reserva — ¿te importa si salimos por un café o algo?
— Dame solo cinco minutos – dijo con una mirada luminosa recogiendo los papeles que había estado revisando — espérame justo aquí.
El joven detective se levantó de su asiento, dejándola allí esperando. Marinette se sentía nerviosa, no estaba realmente segura de que debiera estar allí. Desde que había terminado con Felix, había estado tratando de mantenerse alejada de Adrien, pero lo cierto era que no podía, él estaba constantemente en casa con su hijo, y ella se veía sin remedio entre ellos dos. Su hijo hacia todo lo posible por que pasaran tiempo juntos y la cercanía… bien, ella ya sabía lo que sentía por el, y tenerlo cerca solo hacia que aquella emoción creciera todos los días… y justo ahora ¿Qué estaba haciendo allí? Estaba a punto de levantarse e irse por el mismo camino por el que había llegado, cuando Adrien llegó poniéndose su chaqueta para salir a la calle.
Cerca de la comisaria había un pequeño café, entraron y tomaron una mesa apartada de los demás. Pidieron un par de cafés y una vez los dos juntos sentados, Marinette no sabía por dónde empezar.
— Bueno, háblame. – dijo Adrien notando la indecisión de ella.
— Empiezo pensar que la mala suerte me persigue.
— ¿Olvidas que tuviste un gato negro detrás de ti mucho tiempo?
Marinette no pudo evitar soltar un bufido que disfrazó una risa. Adrien la miró con esos ojos que la hicieron pensar de inmediato en un antifaz negro.
— Me robaron unos archivos de mi computadora – siguió explicando Marinette antes que la nostalgia la distrajera.
— ¿Eran cuentas de banco o…? –pregunto él.
— Me lo robaron todo – dijo ella, interrumpiéndolo – todo lo concerniente a bancos ya lo he reportado y al parecer no es lo que realmente le importaba al hacker, además acceder a las cuentas de los Jordán y tratar de robarlos no es tan fácil, al ser una familia tan rica los bancos tienen una cantidad de candados que… en fin, en realidad supongo que ese no era el objetivo de la persona que me robó mis archivos, dentro de mi computadora tenía todos los portafolios de las modelos.
— ¿Portafolios?
— Todas las modelos hacen una sesión de fotos y las llevan a sus entrevistas para mostrar. – le explicó — Los usamos también para algún cliente que quiera ver a las modelos y no pueda hacerlo personalmente – la joven mujer estaba cada vez mas nerviosa – en el contrato les decimos a las modelos que su material no se usara para ningún mal provecho…
— ¿Para que las están usando? – preguntó él porque era obvio que ella sabia para que.
— Para hacer pornografía – dijo con rabia en los ojos apretando las manos — han tomado los rostros de todas las chicas del portafolio y lo están usando en fotomontajes. Cole ha contratado a alguien para seguir las páginas y cerrarlas, pero cierra una y aparece otra enseguida.
— Sí, entiendo de lo que hablas – no estaba exactamente en el departamento de crímenes sexuales, pero no se podía solo ignorar lo que se habla en los pasillos.
— Me siento tan mal con las modelos – continuo Marinette sin poder disminuir su furia — todos esos archivos estaban en mi computadora, se supone que estaban protegidos.
— ¿Como podías evitar que un hacker entrara en tu computadora?
— Yo… – Cole, Kagami e incluso Michael le habían dicho ya eso, y sabía que era la verdad, pero ahora que se lo decía él… — Cole ha decidido hacer finalmente la denuncia, pero… las chicas se enteraran, y la agencia sufrirá muy mala publicidad… después de lo que paso con Yuki tuvimos un par de problemas al respecto, pero aquello era inevitable, teníamos que hacer todo lo que estuviera en nuestras manos…
— Deberías hacer la denuncia en victimas especiales – dijo el tratando que no le diera mas vueltas al asunto — conozco un par de personas que podrían hacer que las cosas avanzaran mas rápido.
Marinette lo miró con seriedad, no sabia si debía decirle esto, pero, sino era él quien la ayudara, ¿Quién?
— Quiero recuperar los archivos por mi misma – dijo ella con nerviosismo, pero decisión.
— ¿De qué hablas? – preguntó Adrien.
— Sabemos donde están, los archivos siempre llegan a la misma IP – le explicó — si pudiera hacerme de los archivos por mí misma, nosotros…
— Detente allí – dijo el joven detective que sabia ahora exactamente por donde iba Marinette.
— Sé que puedo – dijo ella con énfasis – Adrien, era mi responsabilidad cuidarlos, solo debo entrar y recuperar los archivos o borrar su disco duro yo…
— Te das cuenta que le dices a un policía que vas a cometer un robo – le espetó con cierta violencia.
— Son mis archivos – dijo ella con energía — no es un robo.
— Independientemente de eso, Marinette – dijo tratando de hacerla entrar en razón — seguro es un lugar de mala muerte, no puedo dejar que vayas allí sola.
— Por eso quise buscarte – dijo ella con ímpetu – ven conmigo.
— ¿Qué? – dijo él sorprendido
— Adrien si vas conmigo puedes decir que solo salíamos – le respondió, había sido en lo que ciertamente había estado pensando — que descubriste algo turbio en ese lugar y entonces ya no tendría por qué estar implicada.
— No puedo hacer eso.
— Oh vamos, no puede ser peor que habernos colado en un hotel y empezar un incendio. Puedo conseguir una rueda entera del mejor camembert de la ciudad si eso ayuda.
"Sí, ayuda" Marinette escuchó la camuflada voz de Plagg desde la chaqueta de Adrien apoyada en una silla cerca de ellos.
— Un hotel de lujo propiedad de los Jordan, donde ellos podían cubrirnos no es lo mismo que un tugurio de mala muerte. Puede ser muy peligroso.
— Bien, si tienes miedo.
— Sabes que no tiene nada que ver con miedo, Marinette.
— Bien, si no quieres ir conmigo lo hare a mi manera — dijo colgándose el bolso para irse – pero te diré una cosa… tú te lo pierdes.
Antes de que pudiera dar un paso lejos de él. Adrien la detuvo.
— Es una completa locura sabes – dijo él, conocía muy bien a Marinette. Ladybug era meramente una máscara, súper poderes o no, esta era la chica que saltaba a la boca de un T rex – iré contigo.
[…]
Solo pasaron un par de días para que el plan estuviera en marcha.
Había sido relativamente sencillo entrar en aquel lugar, un vendedor de droga había hablado sobre el sitio y un contacto era lo único que en realidad necesitaban.
Adrien iba a investigar la persona que distribuía la droga – el detenido era apenas un chico de diecisiete años – y Marinette… bien, ella solo había estado allí por "casualidad" al menos eso es lo que constaría en el reporte que Adrien tendría que dar a sus superiores, si es que tenía que hacerlo.
Cuando Adrien había ido por ella a su casa, casi se cae de espaldas. Él no iba más que con un jean azul y una camisa blanca remangada, pero ella… Marinette iba con un vestido negro tan ceñido que ni una sola curva de su cuerpo quedaba a la imaginación, con un collar de piedras rojas que llamaba la atención a un escote mas que generoso, su largo cabello rizado en un moño suelto que hacia flotar su cabello a todo su alrededor y unos estiletes rojos que la levantaban del piso por lo menos 15 centímetros.
— ¡Diablos, Marinette…! — dijo Adrien tomando aire despacio – ¿Por qué rayos…?
— Evidentemente para distraer, Adrien – dijo ella caminando a él disfrutando de la sangre que le había subido al joven a las mejillas, no esperaba que a esta edad aun pudiera sonrojarse.
— Tú no vas vestida para distraer, Marinette – dijo más repuesto mesándose el cabello – vas para dar infartos.
— Gracias.
No dijo más si no que subió por ella misma al asiento del copiloto de un auto de lujo que Cole le había prestado para esa noche, uno de esos deportivos rojos que eran para "ir de fiesta", no sin la expresa promesa de Adrien de traer a Marinette sana y salva. Ninguno de los dos dijo nada hasta llegar al lugar.
El sitio resulto ser lo que parecía un tranquilo bar en medio del Bronx, había unas cinco personas en grupo esperando en la puerta. Antes de salir del automóvil, Marinette se retocó los labios, acomodó varias hebras de su cabello y esperó a que Adrien le abriera la puerta. Sintió la extraña satisfacción que todas las mujeres hermosas deben sentir al llegar a la puerta del lugar y ver como el cadenero abría la cadena para ella y para Adrien que iba a su lado sin esperar un solo minuto en la línea, ante la envidia de las demás chicas que esperaban afuera tan arregladas o más que ella, pero de lejos tan apabullantes.
— Y dudabas que nos fuera útil venir así – dijo ella con una sonrisa.
Cómo toda respuesta Adrien lo único que hizo fue sostenerla con algo de fuerza por la cintura para recargarla en su cadera, el mero gesto hizo que Marinette aspirara profundo.
Dentro del lugar el ambiente estaba impuesto, la música sonaba alto con un buen DJ haciendo mezclas de la música electrónica que debía escucharse ahora. Era un sitio elegante en realidad, todo moderado en negro y gris, podría pasar fácilmente como un lugar para solo divertirse, pero las cosas nunca son como parecen.
Casi enseguida se acercó un apuesto hombre de ojos azules que debía ser el encargado, antes de hablarles siquiera la miró de arriba para abajo.
— Buenas noches, bienvenidos – dijo sin poder apartar su mirada de su escote.
— Hola – dijo ella con coquetería — ¿tú eres Josh, verdad?
— Sí – dijo el hombre con cierta reserva.
— Hola Josh – dijo con una amplia y seductora sonrisa – Natches me dijo si un día venía podía buscar a Josh el encargado, ya sabes para – paso su índice con discreción bajo su nariz y rio – un poco de diversión extra.
— Kate – dijo Adrien sosteniéndola con más fuerza – creo que deberías ser mas discreta.
— Oh vamos, Mark – dijo ella recargándose en su brazo aplastando sus pechos en su costado – no seas tan aburrido — se dirigió de nuevo al hombre frente a ellos – mi novio lleva conmigo dos semanas y parece que todavía no sabe como divertirse de verdad, entonces, ¿Nos ayudarías Josh?
— Por supuesto – dijo el hombre con una sonrisa cómplice – todos nuestros clientes encontraran aquí todo para divertirse. ¿Les gustaría tomar algo antes?
— Mataría por un buen Martini seco – dijo con un gesto sensual mordiéndose los labios — Y Mark adora un buen whisqui en las rocas.
El encargado con velocidad les buscó una mesa libre y fue a la barra para pedir sus bebidas, después avanzó a una puerta al fondo del bar que abrió con un código en un pequeño tablero a un lado, Marinette estuvo a punto de levantarse de su lugar e ir allí, pero Adrien la detuvo de un brazo y la obligó a sentarse de nuevo.
— ¿Que es lo que haces?
— Mis archivos debes estar en ese lugar – dijo ella – y tus drogas también.
— Y ¿Qué vas a hacer? — la reprendió — entrar allí y esperar que te metan un tiro.
Marinette se relajó apenas, lo odiaba, pero tenía razón. Llegó una bonita camarera con las bebidas. Marinette miró la bebida en la mesa, casi tenia miedo de beberla, considerando que era un lugar donde se vendían drogas no quería imaginar que podía tener el coctel.
— Dijiste que matarías por un trago – dijo él mirándola.
— Bien, tampoco podía pedir solo agua ¿Verdad?
— Supongo que debemos arriesgarnos – dijo Adrien, dando un cuidadoso trago a su whisqui – los tragos los hacen a plena vista así que a no ser que estuviera ya en la copa o en el hielo, supongo que…
Cuando Marinette vio al encargado acercarse a donde ellos estaban, levantó su copa y con el corazón a mil, la tomó toda de un solo trago, que Dios la ayudara si se les había ocurrido poderle algo. Cuando el encargado estuvo a su lado, se sentó en la mesa y pasando una mano por la pierna de ella, puso un pequeño empaque en su regazo, ella tuvo que hacer un esfuerzo monumental para sonreír a pesar de la repulsión que sentía por que ese hombre le tocara las piernas, solo duro un segundo de todos modos.
— Como podrán imaginar, no todos los clientes saben que tenemos este servicio – les explicó con una sonrisa casi jovial — y hay un lugar privado para ello, ve aquella puerta – dijo señalando una puerta al otro lado de la pista, como a 20 metros de la puerta de la que había salido – es un salón especial para este servicio, solo dos a la vez y justo ahora está vacío.
— Genial — dijo tomando en su mano el pequeño paquete – eres estupendo Josh el encargado, te prometo que serás bien recompensado por esto.
— Lo sé, muñeca – dijo sonriente.
Antes de que Adrien pudiera decir algo por la lanzada de aquel tipo, este se levantó y fue a recibir a otro grupo que había entrado.
Marinette se levantó tomando la mano de Adrien y sin más vacilación avanzó a la habitación que les habían indicado, entraron y había una pequeña y discreta sala de sillones de un rojo intenso, una mesa baja color violeta y una vidriera donde se exponían piedras de diferentes colores, arriba un gran florero con unas flores pasticas de un intenso color naranja. Era la decoración mas extraña del mundo.
— Supongo que es para las personas que usan alucinógenos – dijo él – toda esta decoración debe hacer la experiencia más "rica".
Marinette llegó hasta el lado de su acompañante y recargó su cabeza en su pecho. ¡Mon Dieu, olía delicioso! "radiante, despreocupado, de ensueño…" Marinette casi soltó una risa al reconocer la fragancia y recordarse a si misma repitiendo en un loop infinito aquel viejo comercial.
— Plagg, te importaría verificar si hay cámaras en la habitación – susurró Marinette mientras se contentaba en pasar su palma abierta por el pecho de Adrien. "Es para las cámaras, para disimular" dijo su mente "¡Y una mierda!" respondió su corazón, lo estaba tocando porque era Adrien Agreste, no necesitaba agregar más.
— El mejor camembert de la ciudad – la pequeña criatura flotó en el aire.
— Ya está en la despensa de mi casa.
Velozmente Plagg empezó a dar vueltas por la habitación y atravesó los muros buscando. Solo medio minuto, pero el suficiente para que Marinette casi deseara meter sus manos bajo la camisa de Adrien y para que el corazón del mencionado corriera a toda prisa.
— Nada en las paredes – regresó Plagg, Marinette dio un paso atrás alejándose de la tentación y no se atrevió a ver el rostro de Adrien – Pero hay una cámara en una de esas piedras en la vitrina, la verde con grandes ojos.
— Mira que piedritas tan curiosas – dijo como una niña – me pregunto si me podría llevar una.
— No creo que les haga mucha gracia – dijo Adrien, como si le siguiera el juego.
"Bingo" había una malaquita verde con muchos ojos, pero se notaba evidentemente la perforación para quien quería verla, debía dominar todo el primer plano de toda la habitación.
— ¿Pones el seguro, Mark? – dijo ella con una sonrisa, mientras hacía girar la piedra como si admirara las tonalidades, la dejó en dirección a una pared – vamos a divertirnos un poco.
Adrien fue y cerró la puerta, y fue a ella que apuntaba la piedra, había sido puesta con tan poco cuidado que podía leerse la marca del aparato.
— Solo video, conozco esa marca – dijo Adrien aliviado.
— Bien.
Marinette no perdió ni un solo momento, con un movimiento rápido se sacó los zapatos altos para moverse con mas libertad, buscó la ventilación en el techo, y esta estaba justamente en el centro de la habitación, se subió sobre la mesita de centro, la trampilla saltó fácilmente con solo empujarla con una mano.
— ¿Qué haces? – dijo Adrien al verla.
— ¿Qué crees que hago? – dijo ella – voy por mis archivos.
— Ya te lo dije es peligroso.
— Y que se supone que haga.
— Plagg puede ayudarnos.
— Plagg sabe cómo ir a la computadora y contaminarla con un virus para rastrear todas las páginas pornográficas, destruirlas y recuperar mis archivos.
— Lo siento mi conocimiento en computadoras se limita a ver Netflix – dijo el aludido.
— Podría destruir la computadora. Eso solucionaría en problema.
— Y todo el Bronx con ella, según recuerdo. – empezó a acomodarse el cabello en una liga para sacarlo del camino y estirándose para con las manos alcanzar el borde del hueco - Tu lo viste la ultima vez, puedo hacerlo.
Adrien sabía que podía hacerlo. Pero cuando la había dejado ir la última vez había sentido que podía darle un infarto cada segundo que no supo que estaba a salvo. Casi como grabado en su ADN había quedado la labor de salvarla, de poner su pecho como su escudo, solo no podía dejar que se fuera de nuevo y descubrir después de un momento que le habían pegado un tiro por no ser lo bastante rápida.
— Plagg – el corazón del joven detective latió tan fuerte como la primera vez, miró los decididos ojos de su compañera – transforme moi.
Marinette misma sintió como si hubiera caído por el agujero del conejo de Alicia. Ella sabía que Adrien era Chat Noir, no había tenido ninguna duda nunca, ¡nunca! Pero verlo ocurrir frente a sus ojos, ver como magia color neón cubría a Adrien y dejaba a Chat en su lugar, simplemente le robó la respiración.
— Ch… Chat – lo llamó por reflejo sintiendo como su voz temblaba, su cuerpo entero temblaba. Se obligó a concentrarse en respirar.
— My Lady – Chat Noir fue hasta la chica, tomo sus manos que estaban heladas y tomó el pequeño USB del que había hablado antes de sus manos bajándola de la mesita y tomando su lugar – esta vez es tu turno de esperar y rezar.
Sin más que decir subió por el conducto de luz, la oficina estaba solo a veinte metros así que la alcanzó enseguida. La música se escuchaba fuera, lo que era perfecto, porque no escucharían su andar en los ductos de aire, en la oficina había dos personas en un par de sillones tomando algo mientras otro mas escribía en la computadora, los archivos tenían que estar allí. Tan rápido como su agilidad de gato le permitió se dejó caer en medio de la habitación, los hombres que estaban sentados enseguida lo vieron y sacando armas se acercaron al gato negro amenazantes, Chat tomó su bastón y lo utilizó como un garrote, los matones no tuvieron tiempo de nada antes de ser golpeados dejándolos inconscientes. Chat fue directo a la computadora, puso la pequeña memoria externa y empezó a copiar todo lo que había allí, al mismo tiempo empezó a tomar fotos con su bastón, la oficina entera estaba llena de paquetes de cocaína, pastillas y mariguana. Pronto los archivos estaban en la memoria, encontró sin dificultad el disco principal y corrió un virus que venía en la tarjeta de memoria, quemaría la pagina web pornográfica y seguiría la pista a las imágenes que vinieran de esa pagina diseminadas por la red. No sabia quien era el amigo de Mike que podía hacer un virus así, pero se alegraba mucho de quien fuera, las personas que encontraran el virus casi se lo merecían. Justo cuando el virus terminó de pasar a la pagina web escuchó como alguien estaba tecleando el código que abría la puerta.
— Cataclismo – la energía destructiva llenó su mano, fría un poco escalofriante como siempre había sido, puso su palma sobre la computadora haciéndola ceniza al tiempo que la puerta se abría.
Chat Noir subió a la trampilla de nuevo y justo cuando estaba poniéndola la rejilla en su lugar, alguien entró a la habitación. Se quedó quieto mientras el hombre veía a las personas inconscientes dentro del lugar y el montón de ceniza en el escritorio, salió dando un portazo y gritando. El gato negro reptó rápidamente por el ducto de ventilación, hasta llegar a la habitación donde Marinette estaba, saltó dentro de la estancia, Marinette se apresuró a volver a colocar la trampilla, el héroe la sostuvo de la cintura mientras ella volvía a colocar la rejilla. La electricidad de apagó, la música se detuvo dejándolos a oscuras escuchando el ruido de las personas en el local alarmadas por la oscuridad. Neón y azul celeste se encontraron.
Adrien la rodeó, la bajó de la mesa y la besó…
Pasó por lo menos un minuto completo antes de que Adrien la soltara, con toda la reticencia del mundo cuando escuchó como golpeaban la puerta.
— ¿Qué diablos quiere? – dijo Adrien con suma violencia, muy probablemente autentica, a la persona que los había interrumpido.
— Lo siento chicos, pero no mas diversión por esta noche – dijo Josh abriendo la puerta para encontrar el hombre mirándolo con odio, admirando a la mujer que estaba tan descompuesta, pero evidentemente tan sexualmente atractiva y estimulada – tienen que irse.
— Pero ¿Por qué? – dijo Marinette por fin recobrando sus papeles, miró esperando encontrar a Chat, pero solo estaba Adrien. El héroe debía haber usado su cataclismo y había perdido su transformación en el beso sin que se diera cuenta ninguno de los dos – apenas estábamos empezando.
— Regresa mañana hermosura, hoy deben ir a otro lugar.
Marinette buscó el broche de la cremallera que Adrien había bajado en algún momento y lo subió sintiendo que aun temblaba, buscó sus zapatos y su bolso, cuando todo estuvo en su lugar buscó dentro de su bolso y sacó un fajo de billetes.
— ¿Cuánto es?
— Cien dólares, dulzura.
Marinette sacó el billete y se lo metió en el bolsillo de su saco, tomó a Adrien del brazo y salió del lugar en medio de todas las demás personas que estaban saliendo también, les habían dado la excusa que había problemas eléctricos y tenían que repararlo antes de que fuera un fallo más grande y resultara algo más peligroso.
Adrien arrancó el auto y salieron del Bronx. No dijeron nada por lo largo de diez minutos. Aquello ultimo no debió pasar, Marinette aun sentía que le palpitaba el corazón y sabía que él sentía lo mismo, porque respiraba con cierta velocidad.
— ¿Obtuviste todos los archivos? – preguntó, ella por fin – ¿Corriste el virus?
— Me importa un… — Adrien se contuvo – ¡Maldición Marinette!, eso no me importa ahora.
— Obtuvimos lo que queríamos.
— Obtuvimos más de lo que queríamos – dijo sosteniendo con fuerza el volante del automóvil – esto va mas allá de lo que cualquiera de los dos podemos controlar Marinette, la verdad no se porque lo seguimos intentando.
— No hay tiempo para hablar de esto Adrien – dijo Marinette con una suerte de desesperación, ella ya sabía eso, estaba caminando sobre una cuerda floja que a cada paso sentía perder mas y mas el equilibrio.
— Lo sé – dijo él con impaciencia – pero al menos admítelo.
Marinette no queria admitir nada, admitirlo era… caer.
Pero...
— Sí, lo admito – dijo la hermosa chica al final.
Adrien giró repentinamente a un edificio con un estacionamiento, detuvo el auto y la tomó de la cintura sentándola sobre su regazo para devorar sus labios.
Habían tratado de correr… habían huido todo lo que había podido… pero en ese momento sabia que nunca había podido realmente escapar.
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Fin capitulo 40
10 de enero de 2021
4:20 p.m.
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Nota de autora: ¿Vale la pena alguna excusa? No, lo siento, solo viajes, la salud, la tecnologia, nextlix xD necesite algo de tiempo antes de volver a retomar Je suis, pero esta vez prometido, avanzaremos hasta el final.
Ay, adore la aparicion de Chat Noir, espero en algun punto lo veamos adulto y poder eliminar todas mis culpas
Tata
Mimi chan
