Capítulo 45: Los restos

Para cuando los Rebeldes que los habían perseguido hasta la Casa de los Gritos lograron vadear los restos del derrumbe que había causado Hamilton, James, Louis y las dos niñas habían desaparecido hacía rato en el interior de la construcción embrujada y abandonada.

—¿Dónde está la niña pelirroja? —preguntó uno de los Rebeldes, girando frenéticamente su cabeza en todas direcciones, buscando a René sin éxito.

—Entréguenla y nos iremos sin causar problemas —agregó una mujer en un tono que intentaba ser diplomático, apelando a la cordura de los tres novatos.

—No esperarás verdaderamente que confíe en tu palabra después de la pequeña persecución que acabamos de experimentar —les respondió Jasper con esa petulancia irritante suya. La mujer cuadró los hombros.

—¿A dónde la han escondido? —insistió, apuntando con su varita hacia Jasper. Los otros Rebeldes que la acompañaban la imitaron.

Jasper lanzó una mirada de reojo hacia donde estaban Molly y Hamilton, apuntando sigilosamente con su mentón hacia una calle lateral que había a su izquierda. Weasley lo comprendió en seguida. Hammer hizo un gesto de asentimiento casi imperceptible.

—¡Si no me dicen dónde está esa niña les juro que…! —explotó la mujer, perdiendo finalmente la paciencia.

Expelliarmus

Impedimenta

Reducto

Los tres lanzaron sus ataques al mismo tiempo, la magia impactando de forma errática sobre los Rebeldes, los hechizos fusionándose peligrosamente en una lluvia de colores. Les brindó esos segundos de estupor sobre sus enemigos necesarios para poder salir corriendo hacia el callejón, con Jasper a la cabeza, Hamilton y Molly siguiéndolo de cerca, lanzando otra salva de hechizos por sobre sus cabezas sin detenerse siquiera a apuntar. Los Rebeldes los perseguían, y Molly se encogió de forma refleja, agachando la cabeza, cuando un maleficio pasó rosándole la coronilla.

Cuando salieron al final del callejón Hamilton se detuvo abruptamente y giró para apuntar hacia el estrecho pasaje por donde avanzaban los Rebeldes.

Bombarda maxima —exclamó.

Molly tenía que reconocerle algo a Hamilton Knight: no poseía la elegancia de Jasper a la hora de pelear, pero su magia era verdaderamente potente. Su hechizo golpeó contra la boca del callejón y los ladrillos que formaban sus paredes se fragmentaron y cedieron, estallando en cientos de piezas, desmoronándose estrepitosamente sobre el pasaje, engullendo a los Rebeldes en una nube de color terracota y haciéndolos desaparecer de la vista.

—¿Qué pasa contigo y con las bombas, Knight? ¿Es una especie de fetiche que tienes? —decía Jasper, mientras observaba con una ceja alzada hacia donde segundos atrás había habido el callejón.

—¿Es que todo tiene que tener una connotación sexual para ti, Yaxley?—se quejó Hamilton, jadeante. Molly escuchó la risa sarcástica de Jasper por el audífono.

—Todo en esta vida se trata sobre el sexo, excepto el sexo —le explicó Jasper, guiñándole un ojo de forma provocadora—. El sexo trata sobre poder.

—¿Acabas de citar a Oscar Wilde? —se rió Molly, sin poder evitarlo. Jasper nunca dejaba de sorprenderla. Hamilton resopló.

¿El escritor muggle? —preguntó Knight sin poder esconder también la sorpresa. Jasper revoleó los ojos.

—Mira si serás un bruto ignorante —le espetó, mientras daba la espalda al callejón y empezaba a caminar—. Lamento informarte que Wilde no era muggle.

—No lo dice en serio, ¿verdad? —preguntó Hamilton hacia Molly. Ésta le sonrió condescendientemente. —¿Era brujo? —insistió estupefacto.

—Cien por ciento brujo, y cien por ciento homosexual —volvió a decirle Jasper en un tono casual y con un movimiento de su mano como si considera esa información algo de cultura general que Hamilton debía saber a esta altura de su vida.

—Vaya… Un brujo sarcástico, intelectual y gay. Debe de ser tu ídolo —susurró por lo bajo Knight, pero sabía que Jasper igual podía oírlo a través de la Lombriz. Yaxley se encogió de hombros, pero Molly notó que sonreía complacido. Era muy factible que Oscar Wilde verdaderamente fuera su ídolo.

—Entonces, ¿te excita hacer explotar cosas? —volvió a molestarlo Yaxley, meneando las cejas de forma insinuante. Hamilton frunció el entrecejo y sus mejillas tiñéndose rápidamente de rojo.

—¡No!

—Oh, yo creo que sí… —una sonrisa ladina se perfiló en los labios delgados de Jasper mientras disfrutaba de incomodar a su compañero.

—¡Shh! ¡Cállense los dos! —los interrumpió bruscamente Molly, mientras agudizaba el oído. Jasper y Hamilton obedecieron.

El sonido de un gritó rasgó el aire, una voz gruesa y quebrada, seguida del estruendo que sólo la magia desenfrenada podía provocar. Los tres rompieron a correr hacia los gritos instintivamente, la riña provocadora de la cual habían disfrutado segundos antes quedando en el olvido.

Era saltar de un peligro inminente a otro, sin respiro. Incluso los días más agotadores en Camelot no se le acercaban remotamente a lo que significaba estar en el campo de batalla real. No era solamente el cansancio físico, sino el mental. Era como estar caminando sobre una cuerda floja, a cien metros de altura, sin ninguna red de seguridad debajo de ellos y con una tormenta huracanada soplando a su alrededor. La caída parecía algo inevitable.

Recordó las órdenes de Zaira Levington diciéndoles que su limitaran a evacuar la periferia y luego a regresar a Camelot. Pero no podían irse todavía. No con Hogsmeade bajo asedio, sus calles en llamas y sus habitantes atrapados. No cuando el resto de los Aurores seguía peleando. No cuando la mitad de sus fuerzas estaban lidiando con otro ataque en pleno Londres. No podían abandonarlos.

Alguien volvió a gritar, pero había un extraño matiz en el sonido que hizo que a Molly se le erizaran los vellos de la nuca. Era un sonido gutural y brutal, nacido desde lo más profundo del pecho, cargado de ira. Era un grito de impotencia y violencia. Era un grito de guerra.

Mientras torcían en la siguiente esquina, Molly reconoció a su compañero de Camelot, Wyde Goldstein, enfrentándose a cinco Rebeldes al mismo tiempo. Estaba herido gravemente, la manga de su brazos derecho desgarrada, y allí donde debería haber estado su brazo había un muñón sangrante y en carne viva. Estaba de rodillas, sosteniendo todavía la varita con su mano izquierda, disparando toda clase de hechizos contra sus enemigos, y Molly pudo leer el dolor y la furia en sus ojos.

El cuerpo de Priya Goyette se encontraba tendido en el suelo, entre él y los Rebeldes. Todavía tenía los ojos abiertos, pero todo el brillo dulce que había caracterizado la mirada rasgada de Priya había desparecido. Un hilo de sangre corría por la comisura de sus labios pulposos, goteando sobre la calle de adoquines. No respiraba.

Por un segundo, Molly se quedó paralizada donde estaba, la imagen cortándole la respiración y haciéndola sentir pequeña e insignificante.

Protergo —gritó Jasper, a su lado, desviando uno de los maleficios dirigidos hacia Wyde. Pero la lluvia de ataques que salían disparadas como flechas desde el grupo de Rebeldes eran demasiados para que el escudo de Jasper pudiera resistir por sí solo.

Ilumina totalis —gritó Molly el primer hechizo que se le vino a la mente. La calle frente a ellos se encendió con una luz blanca y cegadora, y durante unos segundos, sus enemigos fueron incapaces de verlos, cegados por el hechizo.

Hamilton y Jasper aprovecharon el cese en los ataques que el hechizo de Molly les concedía y se inclinaron junto a Goldstein para tomarlo por debajo de los hombros y levantarlo.

—¡Suéltenme! —gritaba Wyde, desencajado, mientras intentaba lanzar otro hechizo hacia el sitio donde suponían que debían de estar los Rebeldes.

—¡Tenemos que buscar reparo antes de que la luz se disperse —sugirió Molly.

—¡Déjenme! —seguía aullando Wyde, con voz ronca.

Hamilton y Jasper lo ignoraron, arrastrándolo con ellos mientras Molly forzaba la puerta de uno de los locales comerciales que daban a la calle. El cartelito de madera que anunciaba el nombre del restaurante se encontraba tirado en el suelo, chamuscado, pero todavía podía leerse: La Esfinge Dorada. Molly había ido a comer allí en una ocasión cuando todavía estudiaba en Hogwarts. Dominique la había convencido diciéndole que tenía que probar cosas nuevas. Anímate a correr riesgos, Molly cariño, le había dicho Dom guiñándole un ojo con picardía. Si su prima pudiera verla ahora…

Las mesas y las sillas del restaurante estaban desperdigadas por todas partes, señal de que la gente había salido corriendo despavorida del local. Había comida desparramada en el suelo, y el olor a ajo, especias y pan recién horneado todavía sobrevolaban la sala. Las ventanas que daban a la calle estaban estalladas. Jasper y Hamilton depositaron a Wyde contra una pared, lejos del alcance de cualquier ataque que pudiera filtrarse por las mismas.

—Molly, sella la puerta lo mejor que puedas —ordenó Jasper, recuperando su actitud de líder del grupo.

Molly obedeció, agradecida de que alguien estuviera tomando las decisiones por ella. No se sentía capaz de pensar en ese momento. La imagen de Priya muerta todavía le revolvía el estomago. Con destreza, empezó a levantar hechizos protectores contra la puerta y las ventanas.

—¡Tengo que salir! ¡Déjenme salir! —seguía gritando Goldstein, tenía los ojos abiertos de par en par, y la mirada perdida, como si no fuera capaz de verlos.

—¡Estamos intentando ayudarte, Goldstein! —intentó calmarlo Hamilton, sosteniéndolo con sus fuertes manos para evitar que se levantara.

—¡Suéltame! —a pesar de que le habían arrancado la mitad del brazos derecho, y la sangre seguía manando del muñón, Goldstein encontró las fuerzas para zafarse de Hamilton, empujándolo a un lado, e intentó ponerse de pie. Se tambaleó hacia delante, y Jasper lo atajó antes de que cayera de cara al suelo.

—Estás herido —le dijo Yaxley con los labios fruncidos—. No puedes pelear así.

—Quítame las manos de encima, Yaxley —gruñó Wyde—. Priya… Tengo que ir por ella —insistió, sacudiéndose el estupor que la pérdida de sangre empezaba a causarle a su cerebro.

—No puedes ayudarla… Ella… —dijo Hamilton, apesadumbrado y con voz quebrada.

—No—. Wyde estaba pálido como un fantasma, pero las palabras de Hammer parecieron reavivar su furia, porque logró sacudírselo también a Jasper, y llegó a dar un par de pasos vacilantes antes de caer sobre sus rodillas y su única mano.

—Has perdido mucha sangre. Tenemos que llevarte a San Mungo, Wyde —dijo Molly, arrodillándose a su lado, apelando a su sentido común.

—¡Priya! —gritó con la voz áspera y quebrada, mientras se arrastraba hacia la ventana, dejando una marca de sangre a su paso—. ¡Priya! —volvió a gritar.

—Está muerta, Wyde —dijo Jasper con voz firme. Avanzó nuevamente hacia él, y apoyó una mano sobre el hombro de su brazo sano con una delicadeza sorprendente. Cuando Wyde giró su rostro hacia él, Molly notó que sus ojos estaban inyectados y llenos de lágrimas.

—No voy a dejarla ahí afuera para que ellos hagan con su cuerpo lo que deseen —por primera vez, Goldstein no gritó, sino que habló con una voz terriblemente baja y amenazante.

Molly sintió los escudos que acababa de invocar vibrar bajo el ataque de los Rebeldes. Pero Jasper tenía su atención fija en Wyde, quien le devolvía la mirada con igual intensidad. Durante largos segundos nadie habló. Finalmente, Jasper inclinó levemente un cabeza en un gesto de asentimiento silencioso.

—Yo iré por ella —dijo repentinamente Yaxley, tomando a Molly completamente desprevenida—. Knight, tú encárgate de trasladar a Goldstein a San Mungo.

Wyde lo observó unos segundos con la boca levemente abierta y los ojos entornados, como si estuviese intentando detectar una trampa en aquello. Molly también se preguntó si no sería una estrategia de Jasper para convencer a Goldstein de que se retirara sin resistencia. Pero entonces vio ese destello en los ojos de Jasper, el mismo brillo que había visto cuando la había salvado de la enredadera en el Laberinto y durante aquella primera misión en el Simulador cuando cayeron en una trampa, y supo que no era una mentira ni un engaño.

Hamilton se acercó hasta Goldstein y lo tomó fuertemente por el brazo sano. Lanzó una mirada fugaz hacia Molly, y luego hacia Jasper.

—Nos vemos en San Mungo —dijo Hammer. Jasper torció una sonrisa.

—No me extrañes.

Knight meneó la cabeza y ahogó una risa resignada, y con un chasquido, él y Goldstein desaparecieron.

—Vuelve a Camelot, Weasley —le ordenó Jasper, mientras se acomodaba la túnica y se pasaba una mano por el cabello rubio, peinándolo hacia atrás, como si estuviese a punto de salir a dar un paseo en lugar de batirse a duelo contra un grupo de Rebeldes.

—Olvídalo. Voy contigo —se negó Weasley, aferrándose con determinación a la varita.

—No tienes que hacer esto conmigo —habló Jasper, sin mirarla. Molly alzó las cejas.

—Ningún auror sobrevive solo —le recordó ella. Jasper giró a mirarla, y Molly no se imaginó la gratitud en su rostro.

—Nos superan en número —puntualizó Yaxley, en un tono serio y oficial—. Vamos a necesitar uno de esos bonitos escudos que se te dan tan bien, Weasley.

—¿Y cuál es el plan? —no es que Molly no confiara en sus propios escudos. Los hechizos de defensa eran su fuerte, pero dudaba de que eso fuera suficiente.

—Disparar a todo lo que se mueva, correr todo lo que nos den las piernas, y rezar por llegar a Priya antes de que nos maten también —anunció con una expresión que le recordó a un zorro.

—Es un pésimo plan —suspiró Molly. Jasper rio entre dientes.

—Creo que es momento de aceptar que yo soy un pésimo líder —se burló él. Molly le sonrió indulgentemente.

No lo era. Jasper era un gran líder. Y no se trataba de su mente aguda o de su lengua filosa, ni de la frialdad con que abordaba las situaciones más apremiantes, o la destreza que mostraba en combate. Eran los pequeños gestos, esos momentos de humana debilidad cuando dejaba entrever lo que se escondía detrás de su armadura de sarcasmo e indiferencia, cuando permitía que el mundo viera un poco de quién era verdaderamente. Era allí, en esos momentos, cuando se convertía en un verdadero líder. Uno capaz de inspirar a la gente a seguirlo. De hacer que Wyde aceptara se trasladado a San Mungo, de que Hammer partiera sin quejarse… y de que ella se decidiera a pelear con él, a pesar de que las probabilidades de ganar estaban en su contra. Era ese brillo en sus ojos lo que lo convertía en un buen líder, uno al que Molly gustosamente seguiría hasta la muerte si era necesario.

Con una última mirada de entendimiento, Molly abrió la puerta del restaurante y ambos salieron nuevamente al exterior. Los recibieron una salva de hechizos, y tanto Molly como Jasper blandieron sus escudos, mientras presionaban por avanzar por la calle.

—¡Tu mejor escudo, Weasley! —le recordó Yasley, jadeando de esfuerzo.

Molly se concentró. Hizo girar su brazo con un movimiento envolvente, y pudo sentir la magia burbujeando dentro de ella mientras se preparaba para lanzar un hechizo que había practicado tan solo en un par de ocasiones en la tranquilidad y seguridad del campo de entrenamiento de Camelot y bajo estricta supervisión de Levington. Requería de habilidad, precisión y potencia, o de lo contrario, en lugar de convocar protección desataría una fuerza abrumadora sobre la calle, barriendo con todo a su paso.

La magia fluyó de ella como hilos de seda de colores: algunos plateados, otros verdes y otros de un color azul violáceo. Una mezcla de varios hechizos protectores, entrelazados en un fino y laborioso tejido, formando una cúpula sobre ellos que descendía lentamente hasta el suelo. Molly entrecerró los ojos a causa del esfuerzo y jadeó tratando de mantener la respiración.

Apenas era consciente de Jasper avanzando por la calle, sus hechizos desperdigados por todos lados, obligando a dos de los Rebeldes a retroceder, mientras los otros intentaban derribar la barrera que Molly había alzado con éxito.

Pero el cuerpo de Priya estaba lejos y Molly sabía que magia como esa sólo podía sostenerse durante una cantidad limitada de tiempo antes de que ella se agotara o que sus enemigos la derribaran. Y efectivamente, uno los hilos de seda se partió bajo una maldición, y luego otro. Lentamente, la cápsula segura que ella había fabricado empezaba de deshilarse.

Un maleficio se filtró, golpeando a Jasper en el abdomen y enlenteciendo su avance. Otro maleficio le pasó muy cerca del rostro. El tercer maleficio, impactó contra Molly, arrancándole el aire de los pulmones y haciéndola tambalearse. Toda la red de protección vibró amenazando con derrumbarse.

—¡Aguanta un poco más, Molly! —le rogó Jasper. La había llamado por su nombre, no por su apellido como acostumbraba a hacer, y Molly sonrió, porque era otra prueba de la cálida humanidad de Jasper, otra señal que la hacía confiar en él.

Molly aguantó, depositando todo lo que tenía para sostener el escudo mientras Jasper se abría paso disparando con todo el armamento con el que contaba, y recibiendo una nueva tanda de golpes.

Jasper se agachó junto al cadáver de Priya y lo cargó sobre sus hombros con un movimiento sorprendentemente ágil para alguien de contextura más bien delgada. La visión de Molly comenzaba a nublarse, y su escudo se fragmentaba por todos lados. Los maleficios lo atravesaban cada vez con mayor facilidad.

Sintió que sus piernas cedían y los sonidos a su alrededor se apagaban. Pestañó varias veces, intentando mantener los ojos abiertos, pero su campo visual comenzaba a ennegrecerse.

Jasper corría de regreso hacia ella trayendo a Priya con él. Le estaba diciendo algo, pero Molly ya no podía escucharlo. Lo último que supo era que alguien la rodeaba con un brazo por la cintura mientras la sensación inconfundible de estar Apareciéndose la envolvió. Se dejó envolver por el cansancio, con una sonrisa complacida en los labios, con la certeza de que Jasper lo había logrado. Los había sacado de Hogsmeade.


La explosión estalló en la calle tomando a Zaira completamente desprevenida, lanzándola por los aires y haciéndola golpear contra la vidriera de uno de los locales cercanos. Los vidrios estallaron en pedazos filosos, rasgándole el uniforme y la piel, mientras ella rodaba por el suelo.

Durante largos segundos no fue capaz de moverse. Sentía la cabeza embotada, el cuerpo dolorido, no podía escuchar nada más allá de un fuerte pitido en sus oídos y su visión estaba borrosa a causa del aturdimiento y de la nube de polvo que lo cubría todo como una cortina de humo.

Lentamente el humo comenzó a disiparse. Zaira se puso de pie de manera inestable, pisando con los pies separados para no caer nuevamente al suelo y sujetándose de las paredes mientras caminaba hacia la ventana para espiar hacia el exterior del local.

Fue entonces cuando lo vio. Incluso a través de la bruma y la confusión, incluso a pesar del constante pitido en sus oídos, incluso a pesar de que todavía persistían algunas luces blancas, como luciérnagas, en su campo visual, Zaira lo reconoció. Había memorizado cada detalle de aquel hombre.

Octavius Genrich era uno de los culpables de que Jacob Malone hubiese muerto, cuatro años atrás. Un odio desconocido e inesperado creció dentro de su pecho, retorciéndole las entrañas y haciendo que un sabor ácido le subiera por la garganta y le quemara la boca. Si las miradas pudieran matar, Zaira lo habría dejado sin pulso en ese momento tan solo con mirarlo.

Su cuerpo se movió impulsado por sí solo, saltando a través de la ventana rota y avanzando hacia Genrich. Quería que pagara, por todo. Iba a matarlo.

Octavius estaba demasiado entretenido peleando contra Harry como para verla acercarse. La confusión y las ruinas que asaltaban toda la calle servían de suficiente camuflaje para Levington mientras se abría paso con una sola cosa en mente. Matar a Octavius Genrich. Matar a Octavius Genrich.

La pelea entre él y Potter se volvía cada vez más violenta e impredecible, y si no se apuraba, Harry le arrebataría la vida antes de que ella pudiese hacerlo. Y entonces ya no habría consuelo. No tendría ni siquiera eso.

Una loba plateada se atravesó en su camino, dejando una estela de luz a su paso, una imagen desconcertantemente pacífica en medio de la batalla. Zaira se detuvo en seco, reconociendo algo extrañamente familiar en el patronus.

Estamos atrapados en la casa. Es de vida o muerte. Ayúdame —habló la voz de Victoire a través del patronus, y luego, se evaporó entre el polvo que todavía sobrevolaba la calle.

Los ojos ambarinos de Zaira viajaron instintivamente hacia donde se encontraba Octavius, un deseo primitivo de venganza reclamando respuesta. Aquella podía ser su única oportunidad… Sentía que si le daba la espalda, sería como traicionar a Jacob. Al dulce y risueño Jacob. Al Jacob que había reído con excesiva facilidad y que había sido capaz de encontrar algo bueno incluso en las peores situaciones. Al Jacob que había peleado con fiereza contra la injusticia y la desigualdad. Al Jacob que la había amado con paciencia y devoción, incluso durante sus momentos de mayor oscuridad y aislamiento. Incluso cuando ella lo había intentado apartar.

Llevaba tanto tiempo cargando con esa culpa de haberlo traicionado que darle la espalda a la oportunidad de hacer justicia por mano propia le resultaba físicamente doloroso.

Tú no eres como yo. No eres una asesina, le había asegurado Raven. Pero allí, en el momento de la verdad, cuando finalmente Zaira se encontraba cara a cara con el origen de todas sus pesadillas, no estaba tan segura de no serlo. Una parte de ella lo deseaba. Lo deseaba con un fervor tóxico y embriagador. La verdadera pregunta era cuánto estaba dispuesta a sacrificar por ello. Cuánto de su humanidad estaba dispuesta a entregar a cambio de su venganza.

Al final, resultó ser que Scarlet Raven tenía razón. No era una asesina. O al menos, no deseaba serlo. No ese día. No cuando la vida de alguien más dependía de ella. Podía cargar con la muerte de Octavius Genrich, pero no con la de alguien inocente.

Abandonó el campo de batalla, dejando atrás su venganza, sintiéndose súbitamente más liviana, como si le hubiesen quitado un peso de encima. Hacía cuatro años que se preguntaba todos los días que habría hecho de tener la oportunidad de enfrentarse cara a cara con aquellos que habían asesinado a su novio. Ahora lo sabía.

El camino hasta la casa donde vivía con Victoire y Scarlet no se le hizo nada sencillo. La mitad de las calles estaban obstruidas por edificaciones derrumbadas o personas batiéndose a duelo, y tuvo que tomar una ruta mucha más larga de la habitual.

Escuchó el sonido del lobo antes de verlo. Fue un aullido agudo y escalofriante, mitad humano y mitad animal.

Zaira sabía que se trataba de Ted Lupin, aunque le resultó difícil reconocerlo. Seguía teniendo el mismo cabello rubio ceniza que había lucido los últimos meses, cuando su humor había decaído conjuntamente con sus capacidades como metamorfomago. Y Zaira creía distinguir las facciones del joven brujo debajo de su transformación. Pero todo lo demás era distinto.

Tenía el cuerpo encorvado en una postura animal, prácticamente adquiriendo una posición cuadrúpeda. Sus manos habían cambiado, sus dedos alargándose y sus uñas afilándose, dándole el aspecto de garras brutales. Sus labios estaban retraídos, mostrando todos los dientes, y no eran dientes humanos, sino dientes de depredador carnívoro, filosos y penetrantes.

Pero lo peor era su mirada. Sus ojos eran dos esferas amarillas, resplandecientes y salvajes. No había nada humano en ellos. Tenía las pupilas dilatadas de hambre, y Zaira lo observó lanzarse sobre uno de los Rebeldes con un movimiento ágil y inesperadamente veloz.

El mago retrocedió un par de pasos, su mano temblando mientras intentaba lanzar un hechizo contra Ted. El hechizo aturdidor golpeó contra el lomo de la criatura, arrancándole un gruñido ronco, pero sin detenerlo. Ted se estampó contra el hombre con todo el peso de su cuerpo, tirándolo sobre su espalda, clavando sus garras sobre los antebrazos del hombre e inmovilizándolo en el suelo. El Rebelde gritó patéticamente, sacudiéndose bajo la fuerza anormal de Lupin, y otro de los Rebeldes le apuntó con la varita y le lanzó otro hechizo, intentando ayudar a su compañero. Su ataque sólo consiguió enfurecer aún más a la bestia.

Ted abrió la boca inmensa y clavó sus dientes en el cuello del Rebelde. Con un sonido húmedo y desagradable le partió el cuello, y el Rebelde dejó de gritar y sacudirse. Los otros Rebeldes quedaron momentáneamente congelados mientras observaban al lobo con la sangre humana chorreando por su boca y su mentón, un ronroneo de placer vibrando en su garganta.

Los Rebeldes finalmente se atrevieron a levantar las varitas, y el lobo que vivía en Ted pareció percibir el peligro, porque sus ojos amarillos se fijaron súbitamente en ellos. Volvió a gruñir, mientras se levantaba y dejaba el cadáver detrás, un verdadero depredador salvaje rodeando a una nueva presa.

Zaira salió de su estupor a tiempo para detener uno de los ataques. Los Rebeldes se sobresaltaron con su llegada, demasiado entretenido con la existencia de una especie de monstruo capaz de descuartizarlos con sus manos y dientes. Pudo ver por el rabillo del ojo que otro hechizo golpeaba contra Ted, unas fuertes sogas enroscándose alrededor de sus manos y sus pies, haciéndolo caer al suelo mientras gruñía y ladraba como un perro rabioso.

Se apresuró a desarmar a su contrincante, preocupada de que el otro Rebelde pudiese lastimar a Ted ahora que había logrado inmovilizarlo. Lupin se sacudía como una animal enjaulado, las sogas clavándose en la piel de sus muñecas y sus tobillos quemándole la piel. Para cuando Zaira giró a enfrentarse al otro Rebelde, éste se estaba preparando para dar el golpe de gracia contra Ted.

Desmaius.

El hechizo aturdidor de Zaira golpeó a Rebelde por la espalda, haciéndolo caer hacia delante con un golpe sordo.

Zaira y Ted quedaron solos, rodeados por un cadáver y dos personas inconscientes. Zaira podía oír su propio corazón latiendo inusualmente rápido mientras contemplaba a Ted pelear contra las sogas que todavía lo amarraban, gimiendo y gruñendo como un bestia herida y asustada.

Se acercó lentamente y con cuidado.

—Ted, ¿me escuchas? —lo llamó en un susurro.

La criatura que usurpaba el cuerpo de Luppin torció sus ojos amarillos hacia ella. Zaira dio un paso más hacia él, y el lobo le mostró los dientes y lanzó una dentada en el aire que la hizo retroceder a pesar de que no se encontraba lo suficientemente cerca como para que pudiese lastimarla.

—Tranquilo… No voy a hacerte daño —le dijo Levington, arrodillándose frente a él pero manteniendo una distancia prudencial.

Con movimientos muy suaves, guardó la varita en el estuche de su cinturón, y extendió las dos manos sobre su cabeza donde Ted pudiera verla. Todavía acuchillada, Zaira se movió sutilmente hacia delante, acortando un poco más la distancia. Ted le lanzó otro gruñido de advertencia.

—Se que estás ahí adentro, Ted —volvió a intentarlo. La criatura sacudió la cabeza de un lado al otro, cerrando los ojos, y volvió a intentar liberarse de las cuerdas que lo mantenían maniatado. —Se que puedes escucharme en algún lugar.

El lobo soltó un gemido y se encogió, como si Zaira lo hubiese golpeado con un látigo invisible. Zaira se atrevió a dar un paso más hacia él. El animal volvió a abrir los ojos, y esta vez Zaira distinguió un destello azul entremezclándose con el amarillo del lobo.

—Recupera el control, Ted —le pidió Zaira, hablando en un tono tan bajo que era prácticamente inaudible. El lobo aulló de forma desgarradora. Estaba sufriendo. —Tú puedes hacerlo —siguió incentivándolo.

La figura semi humana se encogió haciéndose un ovillo, gimoteando y estremeciéndose mientras sus garras y sus dientes se retraían y sus ojos recuperaban el color azul del humano. Zaira terminó de acortar la distancia entre ellos, abrazando el cuerpo tembloroso de Lupin mientras los últimos estertores de la transformación lo abandonaban.

—Tenía que entretenerlos hasta que llegaras… —habló de repente la voz ronca de Ted.

—Lo has hecho muy bien —le aseguró Zaira, sonriéndole débilmente. Volvió a sacar la varita de su cinturón y con una sacudida, cortó las cuerdas que rodeaban sus manos y pies, liberándolo. Aún así, Ted no se movió durante unos segundos.

Lupin se estaba mirando las manos, teñidas de escarlata. Se pasó la lengua por los labios todavía manchados con el sabor metálico de la sangre, y sus ojos recorrieron el terreno hasta dar con el cadáver que había a pocos metros, con el cuello destrozado. Lupin se retorció bajo la fuerza violenta de las arcadas que lo acometieron, e inclinándose hacia un costado, empezó a vomitar restos de sangre y carne cruda.

Zaira lo ayudó a incorporarse. Tenía un color enfermizo, y se sujetó con una de las manos el costado del pecho con un gesto de dolor, señal de que alguno de los hechizos que le habían lanzado posiblemente le había roto unas costillas.

Si Zaira creía que ya había visto la peor parte, se equivocaba. Adentro de la casa la aguardaba algo peor.

Scorpius Malfoy se encontraba tendido sobre la mesa del comedor, su cuerpo desfigurado por cortes profundos, su pecho apenas moviéndose con cada respiración que daba. Victoire trabajaba frenéticamente sobre él, moviendo su varita sin descanso, conteniendo como podía el daño, pero sin conseguir sanarlo. Rose Weasley estaba sentada en una silla junto a la cabeza de Scorpius, acariciándole el cabello con un gesto suave mientras le hablaba en susurros al oído, rogándole que se quedara con ella, que aguantara un poco más.

Albus Potter fue el primero en verla llegar. El alivio se hizo evidente en su rostro, y el muchacho intentó avanzar hacia ella, pero apenas llegó a estirar la pierna que volvió a caer sobre la silla, pálido y sudoroso. Estaba herido. Lysander Scamander y Elektra Cameron, sentados a ambos lados de Albus, tampoco tenían buen aspecto.

—Lo he intentado todo, pero no puedo extraer la maldición que lo ha causado, y no tengo suficiente díctamo como para cerrar todas las heridas —comenzó a hablar Victoire en cuanto sus miradas se encontraron. Zaira asintió, comprendiendo lo que Vicky le estaba pidiendo.

—Lo llevaré a San Mungo —dijo Levington, mientras cerraba una de sus manos en torno a la muñeca de Scorpius. Se sorprendió de lo fría que se sentía la piel del muchacho al tacto y su pulso era tan débil que apenas se sentía. —¿Ustedes estarán bien? —quiso asegurarse, lanzando una mirada preocupada hacia la habitación.

Ted se encontraba apoyado sobre el arco de la puerta, lejos del resto, con cabeza gacha, pero asintió con la cabeza con un gesto derrotado. Había muchos heridos, pero ninguno de ellos parecía ser algo que Victoire no pudiese manejar.

—¿Qué está sucediendo ahí afuera, Zaira? —preguntó Albus, antes de que Levington se desapareciera.

—Una rebelión —respondió Zaira, y con un chasquido, desapareció.


Era la primera vez que Dominique trabajaba codo a codo con Bill, y por un momento, se sintió nuevamente una niña de cinco años mirando embelesada a su padre como si se tratase de un superhéroe.

Años de trabajar como un Rompedor de maldiciones para Gringotts habían dotado a Bill Weasley de un verdadero talento para detectar cualquier tipo de brecha en la seguridad de un lugar. En ese preciso momento, Hogsmeade estaba repleta de ellas.

Bill los guiaba por las calles del pueblo hacia la periferia usando su varita como brújula, buscando el punto de mayor fragilidad en el Velo, ese sitio donde los Rebeldes estaban golpeando con más fervor, decididos a fracturar la barrera que mantenía el mundo mágico oculto de los ojos de los muggles.

La parte más rebelde de Dominique siempre se había preguntado qué sucedería si, un día, los magos se dieran a conocer al mundo entero, revelando su existencia y dejando de esconderse. Pero ahora que ese momento parecía algo inminente, su mitad prudente (una que ella ni siquiera sabía que existía) estaba asustada. Las consecuencias de la caída del Velo podían ser devastadoras. Exponer un la presencia del mundo mágico ante el mundo de forma tan abrupta e inesperada solo podía resultar en caos, miedo y desconfianza. Y Dominique sabía perfectamente que las personas tomaban pésimas decisiones cuando se encontraban influenciadas por el pánico. Algo así podría desatar una guerra mundial como nunca antes se había visto. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal de solo pensarlo.

Un hombre trabajaba sobre el Velo invisible en la frontera sur del pueblo. Era alto y fornido, y se paseaba con tranquila parsimonia en torno al Velo, como si contara con todo el tiempo del mundo para destruirlo. Permanecía ajeno a la batalla que se libraba a su alrededor, donde los Rebeldes intentaban contener a los Aurores que buscaban detenerlo.

A diferencia del resto de los Rebeldes, vestía una túnica escarlata elegante e impoluta y llevaba el rostro despejado, sin capucha que ocultara sus facciones mediterráneas. Dominique había aprendido a leer a las personas con tan solo mirarlas. Le bastó una ojeada para saber que ese era un hombre demasiado inteligente para su propio bien. Un erudito, no un guerrero. El hombre descruzó las manos que tenía unidas en la región baja de su espalda y levantó la varita hacia el Velo.

Con un crujido como un huevo estrellándose contra el suelo, la magia del hombre golpeó contra la barrera. Una especie de sonrisa satisfecha curvó sus labios.

Bill intentó avanzar hacia el hombre, pero uno de los Aurores se interpuso en su camino.

—Señor, éste lugar es demasiado peligroso para civiles. Tienen que retroceder inmediatamente… —empezó a decirles con voz imperativa. Bill se sacudió la mano del auror.

—Puedo ayudarlos a detener a ese hombre —lo interrumpió Bill, apuntando con un dedo hacia el hombre de rasgos mediterráneos que se paseaba frente al Velo, inspeccionándolo como un rompecabezas, protegido detrás de la línea de Rebeldes que pelean encarnizadamente con los aurores.

—Me temo que no podemos permitir que los civiles se involucren en combate —se negó el auror, meneando la cabeza.

—No tenemos tiempo para esto —masculló Dominique en un resoplido—. No somos unos civil cualquiera. Estamos aquí para evitar que se caiga el maldito Velo bajo órdenes del mismísimo Harry Potter —soltó como un disparo, hablando en un tono que destilaba una autoridad sorprendente para una muchacha de su edad. Pudo sentir que su padre le lanzaba una mirada de soslayo, alzando una ceja y conteniendo una sonrisa.

El auror vaciló. Lanzó una mirada rápida por sobre su hombro hacia sus compañeros, y luego volvió su atención hacia ellos nuevamente. Dominique era consciente de que su aspecto no era exactamente algo que inspirara profesionalismo y confianza, pero los momentos desesperados requerían de acciones desesperadas. El auror suspiró.

—¿Qué es lo que necesitan hacer? —les preguntó.

—Necesito llegar lo más cerca posible del Velo —respondió Bill. El auror abrió grandes los ojos, momentáneamente sin palabras.

—¿Me estás pidiendo que te meta en medio de la batalla? —exclamó el auror.

—Excelente. Lo has entendido a la perfección —dijo Dominique, palmeándole el brazo con un gesto de irreverente confianza. El auror meneó la cabeza con resignación.

—No puedo garantizar vuestra seguridad una vez allí —les advirtió. Bill asintió, aceptándolo.

—Llévame lo más lejos que puedas. Yo me encargo del resto —aseguró su padre.

El auror cerró momentáneamente los ojos, tomando aire, posiblemente pensando que se lamentaría más tarde lo que estaba a punto de hacer, y finalmente les hizo un gesto para que lo siguieran. Se detuvo junto a un grupo de Aurores que se encontraban encogidos detrás de un montón de escombros que usaban como resguardo contra los ataques de los Rebeldes, encogiéndose y asomándose de forma alternativa por encima de la cornisa para defenderse y contraatacar.

Dominique esperó junto a su padre pacientemente mientras el auror intercambiaba palabras con sus compañeros. Mientras que hablaban los aurores lanzaban miradas en dirección hacia ellos, mezcla de desconcierto y preocupación. El auror estaba intentando convencerlos del plan de Bill.

—Quiero que te quedes detrás de las barricadas —habló repentinamente Bill.

—¿Qué? ¡No! ¡Voy contigo! —se quejó Dominique, frunciendo el ceño.

—No podré concentrarme en mi trabajo si estoy pensando en que pueden lastimarte en cualquier momento, Dominique —le dijo él con voz serena. Su padre siempre había sido un hombre tranquilo. Dominique nunca lo había visto perder la calma, o enojarse, o gritar siquiera. Tenía nervios de acero.

—Pero he venido para ayudarte —se sentía como una niña caprichosa mientras lo decía, y se odió a si misma al notar que los ojos se le llenaban de lágrimas de impotencia. Su padre le dedicó un gesto indulgente que solo consiguió empeorar el sentimiento de impotencia y angustia dentro de ella.

—Voy a necesitar alguien que me cubra la espalda mientras que trabajo —le sugirió, guiñándole un ojo. Dominique se tragó las palabras que quería decir y asintió. Era poco consuelo. Desde allí, difícilmente podría proteger a su padre de cualquier peligro. Pero no podían permitirse el lujo de perder tiempo discutiendo.

—Intentaremos abrir una brecha entre las líneas del enemigo atacando todos al mismo tiempo. Mi compañera y yo te acompañaremos en la avanzada. Tendremos que movernos rápido, antes de que se den cuenta de lo que está sucediendo —explicó el auror que los había interceptado.

—Entendido —asintió Bill de forma expeditiva—. Por cierto, soy Bill —agregó extendiendo una mano hacia el auror.

—Athos —respondió él, estrechándola—. Y ella es mi compañera B.B. —agregó apuntando a la chica a su lado, que tenía un gesto agrio en el rostro. Claramente no estaba contenta con lo que estaban por hacer.

—Espero que sepas lo que estás haciendo, Bill —gruñó B.B. —Porque nosotros no tenemos la menor idea.

—¿No son aurores? ¿No se supone que hacen esto diariamente? —le espetó Dominique. B.B. alzó las cejas.

—Por supuesto. Mínimo dos veces antes del desayuno, y cinco antes del almuerzo —se burló de ella B.B., su voz destilando sarcasmo.

—No somos lo que uno llamaría agentes de combate propiamente dicho —confesó Athos, encogiéndose de hombros.

—Pero todavía podemos patear algunos traseros, Athos —aseguró B.B., mientras hacía girar la varita entre sus dedos con destreza.

—A la cuenta de tres… —anunció otra aurora, agazapada junto a ellos, mientras hacía un gesto con la mano hacia el resto de los aurores, indicándoles que se prepararan para atacar.

Dominique observó como la aurora hacía una cuenta regresiva con la mano. Tres… Dos… Uno.

Todos los aurores se incorporaron al mismo tiempo, disparando hacia los Rebeldes. B.B. y Athos saltaron la barricada, abriendo fuego a diestra y siniestra, consiguiendo demarcar un hueco entre los enemigos. Con una última sonrisa hacia Dominique, Bill salió de la seguridad de la barricada de escombros y los siguió.

Algunos aurores se animaron también a salir de la barricada, actuando como carnadas para distraer a los Rebeldes. Dominique se sentía como si estuviera en una especie de pesadilla. El sonido ensordecedor de disparos y gritos no le permitía pensar. Se asomó con cuidado por la cornisa de la barricada, espiando hacia el campo de batalla.

Su padre estaba a pocos metros del Velo pero todavía demasiado lejos como para poder detener al hombre que continuaba disparando hechizos sobre la barrera, quebrándola un poco más con cada golpe. Athos y B.B. hacían todo lo posible por protegerlo, pero cada vez avanzaban más lentamente. Los demás aurores presionaban con fuerza, doblegando a las fuerzas de los Rebeldes, atacando desde múltiples direcciones.

Bill disparó contra el mago mediterráneo, distrayéndolo de su trabajo sobre el Velo. Era el primer hechizo que lograba cruzar la protección y llegar hasta él. Incluso a la distancia, Dominique pudo ver la expresión turbada en el hombre.

El mago mediterráneo gritó una orden, pero el ruido de la batalla sofocó sus palabras y Dominique no llegó a descifrarlas. El resto de sus enemigos parecieron escucharlo, porque segundos más tarde, los Rebeldes giraban su atención hacia Athos, B.B y Bill.

Dominique lanzó su primer hechizo. Éste atravesó la distancia que separaba las barricadas del campo de batalla e impactó contra uno de los Rebeldes haciéndolo caer. Durante unos segundos que le parecieron una eternidad, se quedó paralizada observando la figura tendida en el suelo sin poder creer lo que acababa de hacer.

Bill había logrado acercarse lo suficiente al Velo como para empezar a trabajar. Su magia se elevó sobre sus cabezas como una tela brillante de color nacarado, un parche para enmendar el daño en el Velo.

Athos fue el primero en caer. Una maldición lo golpeó en el pecho, aletargándolo, y un segundo golpe terminó por derrumbarlo al suelo. Dominique sintió que su corazón se contraía mientras se forzaba a seguir disparando desde la barricada, en un intento desesperado de ganar tiempo para que su padre pudiera cumplir su tarea.

La tela nacarada de Bill se esparcía lentamente sobre la cúpula invisible que formaba el Velo. El mago rebelde de mirada inteligente respondió inmediatamente, lanzando un rayo negro que golpeó contra la magia de Bill. Allí donde el rayo había golpeado, la tela nacarada se iba tornando grisácea, para luego desintegrarse como ceniza en el aire. Bill intentó derribar al mago, pero los Rebeldes habían vuelto a formarse de forma protectora a su alrededor, haciéndolo inalcanzable.

A lo lejos, Dominique escuchó un sonido atronador e infernal. El gruñir de una bestia. El ruido de la destrucción. El cielo se iluminó con un color rojizo, y el aire se llenó de aroma a fuego y ceniza.

Fue entonces cuando B.B. también cayó. El hechizo que la golpeó la hizo salir despedida varios metros hacia atrás, y el golpe contra el suelo le robó el aliento. Uno de los Rebeldes se apresuró a lanzarse sobre ella y su puño la golpeó violentamente en el rostro. Una… Dos… Tres… Cuatro veces, hasta que la aurora B.B. quedó inconsciente, su cuerpo inmóvil, su cara desfigurada y sangrando.

Su padre quedó solo, rodeado de enemigos, y Dominique contempló impotente mientras los Rebeldes disparaban contra él. El grito de su padre cuando una maldición lo golpeó en la espalda penetró en su cabeza como un hacha, partiéndola al medio. Quiso cerrar los ojos pero no podía arrancar la mirada de la escalofriante escena que se desentrañaba frente a ella.

El Velo crujió y pequeños fragmentos comenzaron a desprenderse y caer sobre sus cabezas como una lluvia de purpurina plateada.

Dominique sintió que la desesperanza la envolvía como una manta sofocante y oscura, pero ya no le importó. Habían perdido. El Velo iba a caer. Su padre iba a morir. Y no había nada que ella pudiera hacer para evitarlo.

Repentinamente, el mago de raza mediterránea detuvo su trabajo sobre el Velo. Sus ojos se desviaron hacia su mano, y Dominique se percató de que llevaba uno de esos anillos rojos como el que ella había analizado para la Orden del Fénix. Algo en el Anillo pareció asustarlo, porque cuando volvió a levantar la mirada, sus pupilas estaban dilatadas y su rostro había empalidecido.

Lanzó un último hechizo contra el Velo que produjo otro crujido, fuerte y destructivo, y luego gritó otra orden hacia los Rebeldes.

Inexplicablemente, los Rebeldes empezaron a retroceder, escapando del campo de batalla, dejando detrás de ellos un Velo desmoronándose lenta e inevitablemente.

Dominique saltó la barricada sin esperar permiso, y corrió hacia su padre. Bill se encontraba de rodillas y con ambas manos apoyadas en el suelo frente a él, intentando sostenerse.

—¡Papá! ¡Papá! —gritaba Dominique, y no le importó si las lágrimas que rodaban por sus mejillas la hacían ver débil o infantil.

Se agachó a su lado mientras lo obligaba a recostarse sobre su espalda, apoyando su cabeza sobre su regazo. Un nuevo corte se había sumado a las cicatrices que recorrían su rostro, y tenía el pelo rojo pegajoso a causa de la sangre. A pesar del dolor, se las arregló para trazar una media sonrisa en sus labios en cuanto reconoció a Dominique. Intentó hablar, pero sólo consiguió emitir un gorgoteo.

—Tranquilo… Voy a conseguirte ayuda… Voy a buscar a Vic. Ella… Ella sabrá que hacer… —balbuceaba Dominique, desesperada, mientras sus manos temblaban sobre él, temerosas de tocarlo y hacerle más daño.

—El Ve-velo… —articuló Bill, con dificultad, escupiendo sangre con cada sílaba. Dominique sintió la mano de su padre que se cerraba sobre la de ella, presionándola.

—No… No puedo… No sé cómo hacerlo, papá —lloriqueó Dominique. Nunca se había sentido tan indefensa en su vida. Bill tragó la sangre que se había acumulado en su boca, y tomó aire con dificultad mientras se armaba de fuerzas para volver a hablar.

Vestimentum tuum praesidium… —empezó a recitar, sus palabras entrecortadas por el esfuerzo—. Caecus mundi… occultatum mundi…

—Papá… —siguió gimoteando Dominique, pero su padre meneó la cabeza negativamente.

—Yo sé que puedes, Dom —le aseguró él, soltándole la mano.

Dominique se puso de pie temblando. La mitad de los aurores habían salido en persecución de los Rebeldes fugados. La otra mitad estaba revisando los cuerpos, separando los vivos de los muertos, priorizando quienes trasladar a San Mungo. Sobre ellos, las esquirlas plateadas del Velo seguían lloviendo dándole a todo un aspecto irreal y de ensueño. Los brillos y la sangre se mezclaban en el piso. Los cadáveres de piel cetrina resplandecían bajo el sol como si su piel estuviera cubierta de diminutos diamantes.

Apuntó hacia arriba, allí donde la magia nacarada de su padre todavía podía vislumbrarse, sosteniendo a duras penas la estructura del Velo. Tomó una gran bocanada de aire, llenando sus pulmones, y conjuró el encantamiento.

Vestimentum tuum praesidium, caecus mundi, occultatum mundi —recitó una y otra vez.

Al principio, nada sucedió. Pero entonces, lentamente, una bruma comenzó a brotar de su varita. Tenía un aspecto mucho más frágil que el hechizo de su padre, pero aún así, se adhirió al Velo como una venda sobre una herida sangrante.

No era suficiente. No iba a aguantar. Ella no tenía el entrenamiento de su padre, ni su experiencia, ni la confianza en sí misma para conseguirlo. Era una simple bruja, una adolescente rebelde que se había resistido a llevar una educación convencional, una vida convencional, un trabajo convencional… No era Victoire, ni era su padre.

Y entonces, una de las auroras se le sumó. La escuchó atentamente recitar el encantamiento, y luego, parándose a su lado, lo repitió palabra por palabra. Otra suave nube nacarada se sumó a la de Dominique, engrosando el vendaje.

Ella no era lo suficientemente fuerte. Pero si lograba juntar las personas suficientes… Entonces, tal vez lo consiguiera.

—¡Ey! ¡Todos, aquí! —empezó a gritar a su alrededor, llamando la atención de los aurores que estaban más cerca—. ¡Vamos, necesito que todos hagan esto o esta mierda se va a caer! —les gritó.

Ella no era Victoire. No era su padre. Pero podía hacer esto.

Dominique sintió que su corazón se agitaba reavivado al ver cómo los esfuerzos combinados de los aurores lograban invocar la magia suficiente como para detener la fragmentación del Velo. La lluvia de cristales cesó. El Velo se sostenía, al menos por ahora.

—¡Lo hicimos! ¡Papá, lo hicimos! —gritó emocionada, mientras giraba a buscar a su padre.

Bill tenía los ojos cerrados. Dominique sintió que volvía a hundirse, una opresión imposible ciñéndose sobre su pecho.

—No, no, no —repitió de forma desquiciada, mientras lo sacudía por los hombros, intentando despertarlo. La cabeza de Bill se bamboleó de un lado al otro, pero sus ojos no se abrieron—. ¡No! —bramó con la voz rasposa.

Sintió que alguien la tomaba por lo hombros y tiraba de ella hacia atrás, intentando separarla de su padre. Forcejeó para resistirse, pero la sujetaban con mucha fuerza. Quería gritar que la soltaran. Quería decirles que la dejaran ir con su padre. Pero las palabras no acudían a ella.

Uno de los aurores se inclinó sobre Bill, palpándole el cuello en búsqueda de un pulso. Dominique dejó de sacudirse, expectante.

—Tiene pulso —sentenció el auror, y Dominique creyó que iba a desvanecerse del alivio—. Hay que trasladarlo —le informó girando a mirarla. Ella apenas atinó a asentir. Seguía sin poder hablar. El auror se desapareció llevándose consigo el cuerpo herido de su padre.

—Vamos a sacarte de aquí, muchacha —le dijo amablemente una voz. Dominique se dejó arrastrar sin resistencia.


El mundo entero se detuvo mientras Aurores y Rebeldes por iguales contenían el aliento observando a una bestia infernal doblegarse bajo la voluntad de una muchacha vestida de mesera.

En medio del fuego y las ruinas, Felicity Fox resplandecía con su piel morena reluciente de sudor y sus ojos verdes relampagueando como brasas ardientes. Harry incluso sintió la magia ancestral que despedían la chica y el dragón, un viento invisible y sobrecogedor que invadió las calles, sacudiendo las llamas, alborotando las túnicas de los guerreros, y provocando un silencio reverencial entre los soldados.

Durante los segundos que siguieron, nadie se movió ni habló. La batalla había entrado en pausa, todos olvidados de lo que estaban haciendo. Harry observó a Felicity acariciar el hocico humeante del dragón como si se tratara de un perro domesticado y luego susurrarle palabras que nadie más pudo oír. El dragón respondió con un ronroneo profundo y complacido, y desplegó una vez más sus brutales alas.

La gente reaccionó, saliendo del ensueño, convencidos de que el animal volvería atacarlos. Pero con un par de sacudidas de sus alas el dragón se elevó en el aire, hizo una floritura en el cielo, y desapareció entre las nubes, dejando detrás de él un rastro de cenizas y destrucción.

Fue como una señal para que la batalla se reiniciara, solo que esta vez, eran los Aurores quienes gritaban emocionados y arremetían con renovada energía. El dragón había sido neutralizado, y las fuerzas de los Rebeldes comenzaban a trastabillar y desperdigarse.

En medio de la confusión que había ocasionado la llegada del dragón, Harry había perdido de vista Octavius Genrich. Buscó a su rival entre el frenesí de túnicas rojas y capuchas de sombras que eran los Rebeldes, y finalmente lo encontró en la retaguardia. Sus siniestros ojos miraban sedientos a Felicity Fox, como quien mira un oasis en medio del desierto.

La mayoría de los presentes posiblemente nunca terminarían de comprender que extraña magia había usado Felicity para detener al dragón. Pero Octavius conocía la leyenda de los Domadores. Él había entendido lo que acababa de suceder, así como el valor incalculable que repentinamente tenía esa joven bruja, actriz venida a menos, que se ganaba los días desde hacía meses trabajando en las Tres Escobas.

Harry intentó llegar hasta él abriéndose paso entre los Rebeldes. Debía detenerlo. Octavius no podía escaparse de allí con esa valiosa información. Pero Genrich percibió las intenciones de Potter, porque rápidamente empezó a ordenar la retirada de las fuerzas rebeldes. Con una última mueca burlona, Genrich se colocó la capucha sobre la cabeza, y su rostro desapareció debajo del encantamiento de la misma, volviéndose una cortina de oscuridad impenetrable. A pesar de que Potter avanzaba con una determinación inquebrantable entre las filas de sus enemigos, y de que los rebeldes preferían huir o entregarse a tener que enfrentarse con él, no logró llegar a Genrich a tiempo. El soldado ruso se difuminó en medio del anonimato que le brindaba el uniforme de la Rebelión mientras iniciaban una desprolija y atolondrada retirada por las calles de Hogsmeade.

Los aurores de Harry persiguieron a la Rebelión a través del pueblo, hasta los límites de las barreras y más allá, capturando a todos los que podían antes de que éstos pudieran desaparecerse o esconderse en el bosque lindero. Los festejos y alaridos de victoria comenzaban a inundar las calles, mientras los habitantes de Hogsmeade se animaban a salir de sus refugios cautelosamente.

Pero Harry todavía no se podía permitir festejar. Inclinó la cabeza hacia atrás y soltó una larga exhalación de alivio al comprobar que el Velo seguía en pie. Frágil y herido, pero cumpliendo su función.

—Towers —Harry llamó a uno de los aurores que acostumbraba a vigilar Hogsmeade antes del ataque. Éste se acercó obedientemente hasta el jefe, sin poder disimular la expresión complacida que tenía en el rostro gracias a la victoria—. Rastrillen todas las calles y aseguren el perímetro. Quiero al menos dos aurores apostados en cada entrada y salida del pueblo. Revisen las barreras protectoras e intenten reparar todo el daño que puedan hasta que los de Misterios puedan darle una solución más definitiva —ordenó expeditivamente. Habían logrado sacar a los Rebeldes del pueblo, pero no podían permitirse relajarse todavía.

—Sí, señor —respondió Towers, enderezándose al escuchar la orden.

—Te reportarás directamente conmigo cuando termines, Towers —agregó Harry dedicándole una mirada penetrante.

—Por supuesto, jefe —el respeto en su voz era evidente. Harry se permitió sonreírle en gesto de agradecimiento.

—¿Todavía tienes tu Comunicador Flú contigo?

Towers se palpó el cinturón de Auror hasta dar con el Comunicador, un pequeño dispositivo cuadrado, como una pequeña caja. Lo desenganchó y se lo extendió a Harry con un movimiento apresurado, ansioso por responder a la solicitud con eficiencia.

Potter abrió la tapa y apretó un botón lateral. Una bocanada de polvos flú salió disparada hacia el interior de la caja, provocando una nube pequeña y difusa.

—¿Ron? ¿Me escuchas? —preguntó Harry, hablando con la caja como si se tratara de una especie de walkie-talkie. Aguardó unos segundos sin obtener respuesta. —¿Ron? —volvió a llamar. De nuevo, no obtuvo respuesta.

Harry chasqueó la lengua, frustrado. A su lado, la expresión triunfante de Towers se había desvanecido. Eran conscientes de que la mitad de las fuerzas habían quedado en el callejón de Londres peleando su propia batalla, y desde entonces no habían tenido noticias de ellos.

—¿Dónde está Levington? —preguntó Harry, girando a mirar a su alrededor. La había perdido luego de la explosión, y no la había vuelto a ver desde entonces. Ninguno de sus aurores supo responderle, y Towers se encogió de hombros avergonzado por no poder darle una solución esta vez. Maldijo internamente.

¿Dónde se había metido? ¿Le habría pasado algo? Se obligó a sofocar el terror paralizante que amenazó con invadirlo al considerar la posibilidad de que su Discípula podía estar herida o muerta. No era momento para pensar en esas cosas. Era el Jefe de los Aurores, y debía actuar como tal.

—¿Tu compañero Bones? —preguntó Potter. Towers negó con la cabeza.

—Herido en batalla, señor. Lo trasladamos a San Mungo —respondió Towers, una sombra oscureciéndole todavía más el rostro. Harry se restregó los ojos por debajo de los anteojos.

—¿Richards?

—¡RICHARDS! —gritó Towers.

—¡Aquí estoy! —respondió inmediatamente la aurora Richards, adelantándose. Tenía un ojo morado y un labio partido, y rengueaba cuando caminaba, pero fuera de eso, parecía estar sana.

—Necesito que vuelvas al Callejón Diagon e informes al Auror Weasley que Hogsmeade está bajo control —le ordenó Potter.

—¿Y si no encuentro al Auror Weasley? —preguntó ella en un tono protocolar. Harry se quedó mirándola unos segundos, procesando la pregunta. Ni siquiera se atrevía a barajar esa posibilidad.

—Encuéntralo —le respondió Potter secamente. Richards tragó saliva, y lanzó una mirada nerviosa hacia Towers. Harry empezaba a sentir la cabeza retumbándole con el sonido de sus propios latidos. Se obligó a respirar hondo antes de agregar: —Y sino… repórtate con el siguiente a cargo. Diles que me llamen al Comunicador Flú de Towers.

—Enseguida, señor —aceptó Richards, y desapareció en un remolino brusco de color.

Towers ya se encontraba agrupando a los demás aurores en grupos de rastrillaje y vigilancia, pero antes de alejarse con ellos, se dirigió una vez más hacia Harry.

—Señor… No quería perder la oportunidad de decirle… bueno… —balbuceó Towers, desconcertando a Harry, quien enarcó las cejas a modo de pregunta. Towers se aclaró la garganta—. Ha sido un honor para mí pelear hoy a su lado, Auror Potter —soltó finalmente, levantando la frente en alto y mirándolo a los ojos. Pudo leer en esa mirada una admiración que no creía merecerse. Algo le decía que ese día habían pagado un precio muy alto por la victoria.

Todavía quedaban resabios del fuego por todas partes y los escombros de la explosión cubrían gran parte de la calle. Aurores y civiles trabajaban ahora conjuntamente para apagar las llamas y limpiar las ruinas, rescatar heridos y colocar los cadáveres a un costado. Los Rebeldes que habían logrado capturar se encontraban desarmados y esposados a un costado, con varias varitas apuntándoles amenazadoramente al pecho.

Felicity Fox se encontraba sentada sobre los escalones de la entrada principal de las Tres Escobas. Los vidrios de la planta baja se encontraba estallados, y las paredes externas ennegrecidas a causa del fuego, pero la planta alta se encontraba intacta. La magia que la Orden del Fénix había colocado sobre el local había aguantado.

Junto a ella, Thomas White se había acuclillado y le acariciaba la espalda formando círculos con la mano, mientras que hablaban en voz baja.

—¿Dónde está tu hermano, Felicity?—le preguntó Harry. Felicity se sobresaltó y levantó la cabeza con un movimiento rápido. No lo había visto venir. Su mente estaba en otro lugar, posiblemente volando entre las nubes con su dragón.

—En Irlanda… Vuelve el lunes —respondió ella, entornando los ojos con perspicacia.

—Comunícate con él y dile que vuelva ahora.

—¿Piensas que la Rebelión irá tras él?

—No tardarán en descubrir quién eres, Felicity. Y cuando lo hagan, los cazarán a los dos —le respondió Harry con absoluta sinceridad. Felicity se estremeció, y Thomas cerró su mano sobre su hombro en un gesto protector.

—Nosotros los protegeremos —le aseguró White, esbozando una de sus sonrisas optimistas.

—Lo mejor será que se trasladen a la Mansión —sugirió Harry. La atención de Felicity se desvió hacia el cielo, buscando inconscientemente al dragón. Estaba preguntándose si habría lugar en la Mansión Malfoy para mantener oculto a un dragón.

Después de la profunda investigación que habían llevado adelante sobre los Domadores de dragones, Harry no tenía dudas de que Felicity era una. Pero aún así, había todavía demasiadas preguntas sin responder. ¿Sería Richard también capaz de hacer lo mismo? ¿Hasta dónde llegaba su poder? ¿Cómo funcionaba la conexión con el dragón? La había visto acariciar a la criatura, y susurrarle como a un niño pequeño y asustado, ordenándole alejarse del pueblo. ¿Pero qué más sería capaz de hacer? ¿Dónde terminaba la voluntad de la bruja y empezaba la del animal? ¿Y viceversa?

—¡Papá!

Escuchar una palabra tan simple pronunciada por la voz de uno de sus hijos hizo que algo dentro de él se derritiera y se ablandara, aligerando la tensión dolorosa que le aplastaba los hombros. Giró sobre sus pies, buscando frenéticamente el origen del llamado.

Zaira Levington guiaba a un grupo de personas hacia él. Albus iba al frente, rengueando mientras caminaba. Estaba acompañado por Teddy Lupin, quien sostenía uno de los brazos de Albus por encima de sus hombros y lo asistía al caminar. Una mezcla de alivio y helada desesperación lo invadió al comprobar que su hijo estaba vivo, pero no indemne.

No era el único.

A pesar de sus esfuerzos por limpiarse, Harry notó los restos de sangre que manchaban el cuello y las manos de Teddy Lupin, quien lucía una expresión furibunda en el rostro. Evadió intencionalmente los ojos de su padrino, la vergüenza contorsionándole los jóvenes rasgos.

Victoire todavía iba vestida con su uniforme verde lima de San Mungo, el cual se encontraba completamente arruinado. Caminaba junto a Elektra Cameron, quien llevaba el brazo vendado y tenía los ojos abiertos inmensos mientras observaba pasmada el desastre al que había sido reducido la calle principal de Hogsmeade. Lysander Scamander y Rose Weasley era quienes lucían más enteros, ambos caminando por sus propios medios. Pero las mangas de la túnica de Rose habían sido arrancadas, y prácticamente toda su ropa estaba cubierta de manchas de sangre reseca y oscura, a pesar de que ella no parecía tener ninguna herida evidente. Harry tuvo un mal presentimiento. Faltaban dos de los amigos de Albus.

Albus se soltó del agarre de Ted para acercarse a su padre. Harry lo abrazó en cuanto lo tuvo a su alcance. Sentía la garganta cerrada e incapaz de articular palabra algunas. Los brazos de Albus se aferraron con fuerza a su espalda, sus puños cerrándose sobre la tela resistente de su uniforme de Auror y su cabeza apoyándose sobre su hombro. Harry se limitó a abrazarlo, conteniéndolo. Albus rara vez había buscado ese tipo de consuelo físico en él. No era alguien que acostumbrara a mostrarse vulnerable o frágil. Pero en ese momento, era tan solo un muchacho de quince años que había quedado atrapado en medio de una violenta batalla.

Por el rabillo del ojo pudo ver a Felicity abalanzándose sobre Ted, prácticamente derribándolo hacia atrás con el ímpetu de su abrazo. Thomas también se había acercado y le palmeaba de forma fraternal la espalda. Ted se encogió bajo las muestras de cariño de sus amigos, apesadumbrado.

—Scorpius está herido, papá —susurró su hijo, su cabeza todavía apoyada contra él de forma que el sonido le llegaba amortiguado. Instintivamente, Harry lo abrazó con más fuerza. Miró a Zaira por encima del hombro de su hijo inquisitivamente, pero fue Victoire quien habló.

—Hice lo que pude para contener el sangrado, pero nunca antes había visto ese maleficio… Las heridas no paraban de sangrar… —se lamentaba Victoire, a modo de disculpa. Lucía cansada y frustrada, y Harry sintió pena por ella. Sabía lo autoexigente que Victoire podía ser consigo misma, y estaba seguro de que se sentía culpable por no haber podido curarlo.

—No conoces esa maldición porque es magia poco conocida y nadie la había usado en mucho tiempo —dijo Zaira sombríamente. Sus ojos ambarinos se encontraron con los de Harry—. Pero por lo visto aún quedan algunos ex mortífagos que recuerdan la maldición Sectumsempra —agregó acentuando la última palabra. El entendimiento atravesó a Harry como un rayo, y su preocupación debió de verse reflejada en su rostro, porque Zaira se apresuró a decir: —Lo he trasladado a San Mungo. Seguía con vida cuando lo dejé en la unidad de cuidados críticos contra maldiciones.

—¿Se pondrá bien? —preguntó Rose en un hilo de voz, su mirada apenas capaz de enfocarse en Harry mientras hablaba.

Harry había sido testigo de lo que esa maldición era capaz de hacer. La había blandido con su propia mano, ignorante de lo que implicaba, y había estado a punto de asesinar a Draco Malfoy en un baño de Hogwarts. De no haber sido por el profesor Snape, Draco se habría desangrado frente a él sin que pudiera hacer nada para detenerlo. Era magia negra peligrosa. El propio Snape la había inventado, y había poca gente todavía con vida que conociera dicha maldición.

—Aún quedan mortífagos que recuerdan la maldición, pero también quedan Sanadores en San Mungos que vivieron durante las guerras contra Voldemort. Ellos sabrán qué hacer —intentó tranquilizarla Harry, con una sonrisa paternal.

—Alguien tiene que avisarle a Draco —comentó Zaira.

—Yo lo haré —habló Ted, su voz inusualmente áspera, como si hiciera tiempo que no la usaba. Tomó cierta distancia de sus amigos, apenas levantando la cabeza para decirlo, y cuando sus ojos se cruzaron con los de Harry, inmediatamente desvió la mirada. Harry volvió a detenerse en las manos ensangrentadas y sucias de su ahijado, y reconoció los rastros del lobo ahí.

—De acuerdo. Irás con Felicity a la Mansión. Puedes usar la chimenea de mi despacho para hacer la llamada —aceptó. El agradecimiento se hizo evidente en el semblante de Ted, quien se encontraba deseoso por tener algo útil que hacer que le evitara pensar demasiado en los eventos recientes. —¿El resto de ustedes se encuentran bien? —preguntó mirando alternativamente a los cuatro adolescentes. Todos asintieron.

—Vicky nos atendió —le confirmó Albus. Victoire chasqueó la lengua intentando restarle importancia.

—Todavía necesitan de atención médica —dijo críticamente la chica rubia—. Pero están fuera de peligro.

—Thomas, ¿puedes escoltar a los chicos hasta Hogwarts? —solicitó Harry, apuntando también a Albus y a los demás—. Encontrarás también a mi hija Lily y a sus amigos escondidos en las Tres Escobas aguardándote.

Pudo leer en el semblante de Albus que éste no se quería ir, pero al escuchar el nombre de su hermana su expresión cambió.

—¿Lily se encuentra todavía aquí? —preguntó visiblemente preocupado, sus ojos dirigiéndose hacia la construcción maltrecha de la taberna.

Harry notó un brillo detrás de los ojos verdes de su hijo y casi pudo ver los engranajes de su cerebro girando y buscando respuestas. Albus contempló los resabios de fuego y cenizas, los muros negros por el humo… Y luego se detuvo en Felicity. Sus pupilas se dilataron a causa el entendimiento y la sorpresa.

—No estás muerta —soltó Albus con excesiva brusquedad sin despegar los ojos de ella.

La mujer morena torció su cara hacia él, sacudiendo el cabello negro y rizado por sobre su hombro y dedicándole una mirada que habría amedrentado a cualquiera, pero no a Albus.

—Suenas decepcionado —espetó ella con la frente en alto y una actitud desafiante. Albus lucía contrariado. Abrió la boca y volvió a cerrarla varias veces, sin decidirse por qué decir.

—¿Cómo? —fue todo lo que logró preguntar.

—Tal vez no era mi momento para morir, niño —dijo con una sonrisa descarada, recuperando un poco de su antigua personalidad irreverente.

—Pero la visión… —insistió obstinadamente Albus, frunciendo el ceño.

—Parece que tu hermana se equivocó —dijo Felicity encogiéndose de hombros en un gesto que pretendía ser despreocupado, aunque la tensión de su semblante la traicionaba. Le preocupaba más de lo que se atrevía a confesar. Albus no parecía en absoluto convencido con su respuesta, pero tuvo la prudencia de no contradecirla, guardándose lo que fuera que estaba pensando para sí mismo.

Thomas apretó suavemente con una de sus manos el brazo de Felicity, un gesto que llamaba a la mesura.

—Ya… Estoy bien —gruñó Felicity por lo bajo, mientras respiraba profundamente para tranquilizarse.

Pero Harry sabía que no lo estaba. Estaba confundida, asustada, y también sobrepasada por una ola de poder nuevo y excitante que burbujeaba dentro de ella como agua hirviente.

—Iré a verte en cuanto todo esté en orden —le prometió Thomas. Felicity rió con amargura.

—Me volveré anciana esperando, entonces —dijo ácidamente la morena—. Algo me dice que no veremos "orden" por mucho tiempo.

Pero Thomas le sonrió, una sonrisa sincera, cargada de paciencia, y se inclinó hacia delante para besarla. El beso tomó a Felicity por sorpresa, cuya reacción inicial fue ponerse rígida como una tabla, las manos a los costados del cuerpo, los ojos abiertos como platos. Lentamente, se derritió bajo los labios de Thomas, sus párpados cayendo como dos cortinas perezosas sobre sus ojos y su cuerpo relajándose notoriamente.

—De acuerdo. Si me lo pides así, te esperaré —se burló Felicity con una expresión socarrona. Y a pesar de que había sido Thomas quien había tomado la iniciativa de besarla, el profesor no pudo evitar sonrojarse. Harry carraspeó, llamándoles nuevamente la atención, y Thomas se sonrojó todavía más mientras se separaba de Felicity.

—Hay algo más… —dijo Harry, sintiendo que la garganta se le estrechaba—. Mi hijo James… No estaba en el grupo de evacuación que enviamos con Minerva y Neville…

—Registraré dentro del castillo —comprendió Thomas adquiriendo un gesto adusto—. Le avisaré en cuanto lo encuentre, señor Potter —le prometió.

Hablaba como si estuviera convencido de que James aparecería dentro del castillo. Y Harry deseaba creerlo con cada fibra de su cuerpo. Porque la alternativa significaba que su hijo todavía estaba en Hogsmeade… Y no quería detenerse a pensar lo que eso podía implicar.

Thomas se marchó hacia las Tres Escobas con Albus apoyado sobre Lysander para poder caminar, Elektra sosteniéndose el brazo herido contra el pecho y Rose que parecía una sonámbula que caminaba en sueños.

Pero cuando Ted se dispuso a alejarse también, Victoire se interpuso en su camino con un gesto firme.

—Mírame —le ordenó la sanadora con voz autoritaria y cálida al mismo tiempo. Ted titubeó y con un suspiro, levantó la cabeza. Victoire colocó ambas manos a los costados de su rostro, sujetándolo por las mejillas y obligándolo a mantener la cabeza en alto—. Estamos vivos gracias a ti. No tienes nada de qué avergonzarte —le susurró con ojos vidriosos.

La garganta de Ted se movió dolorosamente mientras tragaba. Felicity los miraba con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho. Zaira, en cambio, contemplaba a Ted con nuevos ojos, midiéndolo con cautela.

—Será mejor que vayamos, Teddy —dijo Felicity sin disimular su desagrado hacia Victoire. Tomó a Ted del brazo y lo arrastró con ella.

Lupin giró para mirar a Victoire una última vez por encima del hombro antes de seguir a Felicity con una expresión de anhelo teñido de dolor en el rostro.

—Tú se lo pediste, ¿verdad, Vic? —habló Zaira, y en un tono de evidente reproche—. Tú le pediste que suelte al lobo.

—Estábamos rodeados y Scorpius se estaba muriendo sobre la mesa de mi casa. Nos habíamos quedado sin alternativas —respondió ella obstinadamente. Zaira inhaló ruidosamente mientras se pasaba una mano por los cabellos rubios alborotados y sucios.

—Podría haberlos matado a todos —a pesar de que Levington hablaba en un tono sereno, se podía percibir la vibración en el timbre de su voz que delataba su enojo.

—Pero no lo hizo —intervino Harry conciliadoramente. Ambas mujeres giraron sus rostros hacia él. Victorie le dedicó una media sonrisa agradecida, pero Zaira se limitó a menear la cabeza.

Habrían continuado discutiendo de no ser porque la atención de los tres se desvió hacia las dos personas que avanzaban a tropezones hacia ellos.

—¿Dónde está Ginny? —fue lo primero que preguntó Harry cuando interceptó a Scarlet y a Philipe.

Scarlet se sujetaba el flanco derecho con una mano y tenía la mirada enturbiada, una energía oscura y resentida bailando detrás del violeta de su iris. Philipe estaba entero, pero agotado, y la expresión mortificada que se dibujó en su cara al escuchar la pregunta hizo que todos los pelos del cuerpo de Harry se erizaran y que una sensación de vacío desolador se instalara en su pecho.

¿Dónde está Ginny? —volvió a preguntar, dando otro paso hacia Philipe. El muchacho tembló y retrocedió, mientras abría y cerraba la boca intentando articular alguna respuesta.

—En San Mungo —respondió escuetamente Raven con dificultad, una mueca de dolor desfigurándole la cara.

Harry sintió que el mundo a su alrededor se resquebrajaba. Los sonidos de la calle se apagaron y las imágenes se volvieron más difusas y distantes. Sólo podía pensar en Ginny y en la última vez que la había visto, caminando con su cabello rojo en la espalda hacia el peligro. Él la había llevado hasta allí. Él la había expuesto a esta batalla. Y ahora ella estaba…

Tenía que salir de ahí. Tenía que ir a San Mungo. Tenía que estar con Ginny.

La mano de Zaira se cerró alrededor de su muñeca, leyendo sus intenciones sin que él tuviera que expresarlas en voz alta, impidiéndole aparecerse sin arrastrarla con él.

—No puedes irte ahora —le susurró Levington, haciendo un movimiento con la cabeza para señalar el caos que todavía circundaba Hogsmeade—. Te necesitamos aquí —agregó mientras le clavaba esos ojos ambarinos con una dolorosa intensidad.

—No hay nada que puedas hacer por ella ahora, Potter —graznó Scarlet, su voz áspera como arena gruesa—. No eres un Sanador. Eres un Auror. El jefe de todos los condenados aurores.

Harry se sacudió el agarre de Zaira y se llevó ambas manos a la cara, frotándose con más fuerza de la necesaria, prácticamente tumbando sus anteojos del puente de la nariz. Torció la cabeza hacia atrás y miró al cielo.

Era un día espléndido. El calor del sol le rozó las mejillas y el brillo lo obligó a entrecerrar los ojos. Parecía imposible que un día tan bonito se hubiese convertido en una pesadilla. Un sinfín de decisiones difíciles y desgarradoras. Elecciones que no quería tomar, pero que aún así estaba tomando.

Ronald Weasley a Hogsmeade. Ronald Weasley a Hogsmeade. ¿Alguien me escucha? —la voz de Ron cortó el silencio agudo que se había creado tras la noticia de Ginny. Harry tardó unos segundos en darse cuenta que brotaba del Comunicador Flú que se había colgado a la cinturón.

—¡Ron! —gritó exultante de energía, mientras abría la caja. Los polvos flú se arremolinaron en el interior de la misma hasta dibujar el rostro de Ron. Harry estuvo a punto de llorar de absoluta felicidad al verlo. Una débil sonrisa curvó la comisura de los labios de Ron al escucharlo.

Las fuerzas de los Rebeldes se han retirado. Hemos recuperado control del Callejón —se le oía agotado, y hablaba de forma entrecortada y jadeante, lo cual significaba que estaba herido.

—Esas son excelentes noticias —convino Harry, intentando también sonreír sin éxito—. ¿Y cuál es la situación actual? —no estaba seguro de querer escuchar esa respuesta. Ron giró la cabeza hacia un lado y hacia otro como si estuviera analizando su entorno, y finalmente hizo una mueca poco alentadora.

Esto es un desastre, Harry. Mitad del callejón está en ruinas, el Velo está quebrado, y… hay muchos heridos —respondió Weasley, rascándose la nuca nerviosamente.

—¿Cuántas bajas? —fue la siguiente pregunta.

No lo sé aún. Los más graves han sido trasladados a San Mungo…

—¿Cuántos, Ron?

Hubo una pausa. La pequeña imagen de Ron que flotaba dentro de la caja soltó un fuerte suspiro y se desinfló.

Al menos cuatro Aurores, seis Rebeldes y otros seis civiles por ahora —respondió crípticamente.

Fue como un baldazo de agua fría sobre Harry. Lo empapó de pies a cabeza, calándolo hasta los huesos y congelándolo allí donde estaba. Dieciséis muertos en Callejón Diagon… Más los muertos de Hogsmeade que todavía no habían contabilizado…

Drake Mufson está muerto, Harry —dijo Ron a continuación, con voz estrangulada.

Esta vez fue como si lo hubiera golpeado en la boca del estómago. Un dolor sordo y profundo que lo dejó momentáneamente sin aliento e incapacitado.

Drake Mufson había sido uno de los veteranos dentro del cuartel. Había peleado en la guerra contra Voldemort. Había formado parte del escuadrón encargado de perseguir a los mortífagos prófugos después de la guerra. Había brindado su apoyo a Harry cuando éste había sido nombrado jefe, a pesar de que era joven para el puesto y había gente con más antigüedad en el departamento para ocupar el cargo. Había sido un hombre de principios y un soldado ejemplar.

Había sido el Mentor de Ron.

—Lo siento mucho, Ron —fue todo lo que logró articular. Eran palabras poco dignas para un hombre como Mufson, que se merecía mucho más que su pésame.

Ron se frotó los ojos con los dedos, limpiándose las lágrimas que se habían acumulado en ellos. Como mejor amigo de Ron, Harry deseó poder darle el tiempo que merecía para llorar a su Mentor. Él también había perdido a su Mentor en combate, años atrás, y sabía lo doloroso que era. Pero como Jefe de Aurores, no podía permitirse que su segundo al mando se quebrara en este momento. Necesitaba a Ron entero y fuerte. Necesitaban cumplir con su trabajo. Ya habría tiempo para llorar a los muertos. Ahora, necesitaban proteger a los vivos.

—Necesito que te quedes allí para asegurar el lugar y recibir a los de Inefables cuando lleguen, Ron —le solicitó Harry, sintiéndose terriblemente cruel e insensible mientras lo decía. Pero Ron se limpió la cara con la manga de su uniforme, y asintió con la cabeza obedientemente.

Me alegra que estés vivo, colega —se despidió Ron.


Los distintos hilos conductores de la batalla empiezan a converger en este punto, y finalmente nos enteramos de qué ha pasado con la mayoría de ellos... Al menos por ahora.

*Una primera parte donde nos enteramos qué sucedió con nuestros chicos de Camelot, y vemos un poco más de los destrozos que ha causado esta batalla. Me parecía un poco ingenuo crear un enfrentamiento de semejante magnitud sin que hubiera verdaderos heridos y muertos. Sobre todo cuando pensamos que los novatos de Camelot no tienen todavía ni un año de entrenamiento, y de golpe se encontraron con una batalla de verdad, con un enemigo real. Vemos también un poco más de la interacción entre Molly, Jasper y Hamilton, y cómo funcionan como equipo.

*Muchos se preguntaban si veríamos a Ted "convertido". Bueno, aquí lo han visto. Para los que "romantizan" la transformación... No es algo agradable para Ted. Es doloroso, física y emocionalmente. Y verdaderamente pierde el control de si mismo en ese momento.

*Muchos personajes han terminado en San Mungo en este capítulo. A nuestros Scorpius se le suma Bill y Ginny... Y varios personajes que no sabemos si han sobrevivido o no.

*Una escena intensa la que tenemos con Bill y Dominique, intentando detener a un rebelde que está atacando el Velo. Y para los que se lo preguntan: sí, ese es el Camaleón. Quiero que nos tomemos un segundo para apreciar a Dom, que sin ser una guerrera o una bruja excepcional, ha encontrado la manera de salvar el día. Mi forma de decir que no solo los héroes, las personas con poderes extraordinarios, son quienes logran salvar el mundo. Sino que es la gente común la que lo hace cuando se anima a ir más allá de lo imaginable, cuando deciden ignorar la palabra imposible e intentarlo de todas formas. Una simple reflexión de mi parte jaja.

*Siempre disfruto de escribir desde el punto de vista de Harry, porque siento que es un personaje muy complejo, sobre todo ahora en su vida adulta. Constantemente tiene que estar balanceando su vida personal con su vida profesional, y buscar ese equilibrio entre lo que desea hacer y lo que debe hacer.

¡Hemos superado los 700 reviews! ¡GRACIAS INFINITAS A TODOS POR LEER ESTA HUMILDE HISTORIA! ¿Qué les parece si vamos por los 800? Si lo conseguimos antes de que termine la historia, les revelaré el título del próximo libro! ;)

Espero no haberme olvidado de nadie. Perdón por las respuestas largas! Es que respondí también los reviews de los capítulos anteriores.

AccioEspada: Albus como antihéroe bueno/malo... Sí, yo también creo que le da un plus a la historia, en el sentido de que en general estamos acostumbrados a que nos presenten al personaje como 100% bueno o malo, y me gusta la idea de crear algo que no sea enteramente una cosa ni otra. De todas formas, creo que podemos decir con seguridad que Albus es un personaje bueno que por momentos hace cosas malas... Pero rara vez las hace con la intención de causar el mal, sino que su objetivo final siempre es algo "bueno" o "justificado". ¿Lo hemos visto coquetear con la filosofía de la Rebelión? Sí, claro que sí. Hay algo que resulta terriblemente seductor en la ideología de Grindelwald para alguien como Albus, a quien le gusta sentirse poderoso y especial. ¿Realmente le gusta Tessa? Sí, le gusta Tessa. Pero tal vez no de la forma que ella necesita, o que ambos necesitan. Albus como un Slytherin talentoso, carismático, líder, que habla pársel... Sí, creo que veo hacia dónde apuntas con esto jaja. Supongo que el tiempo dirá hacia dónde termina de perfilarse. ¿Los Fox son domadores de dragones? Felicity lo es... Y es lógico asumir que lo sería también su hermano, después de todo, es magia hereditaria. Albus y los chicos tampoco han tenido mucha participación en este capítulo, pero prometo que veremos bastante de ellos en el próximo ;)

Pandora Navarro: ¡Lo siento! Verdaderamente lo siento. Sabía que la muerte de Minerva iba a causar sentimientos encontrados entre los lectores, pero si ella tenía que morir (y sí, eventualmente tenía que hacerlo) creo que es una muerte digna. Y veo que incluso con 24hs de descanso los sentimientos siguen muy a flor de piel. ¿Así que para el futuro vas a dejar de leer los libros del final hasta que estén todos escritos así te ahorras el martirio de la espera? Jajaja. Bueno, tengo que advertirte que el libro que viene será... muy bélico. Así que talvez tengas que esperar a que lo escriba entero jaja. ¿Si no dudé en dejar ir a alguien como Minerva, cuántos más de los libros originales me voy a llevar? Claramente no voy a responderlo... Pero siempre les advertí que no me temblaba el pulso a la hora de eliminar personajes, sobre todo teniendo en cuenta que se trata del contexto de una batalla y una muy violenta. Sobre tu comentario de lo de escritora profesional... Voy a contarte un secreto. Hace ya un tiempo que tengo una idea dando vueltas en mi cabeza... Aún no le he terminado de dar forma. Por ahora es solo un montón de anotaciones en un cuaderno junto a mi cama (así empezaron todas mis historias jaja)... Pero cuando empiece a tomar un poco más de forma, me encantaría animarme a escribir algo original mío. Creo que este tiempo escribiendo fanfictions me ha dado muchas herramientas y práctica. Lo crean o no, ustedes con sus reviews son unos excelentes profesores. Si algún día me animo a dar ese salto, y escribir un libro propio, prometo avisarte. Sobre tu duda en la extensión del libro: Heredero de Merlín en Word son aproximadamente 700 hojas (tapa e indice incluido). No se exactamente cuántas horas lleva Secretos de Nurmengard, pero yo estimo que debe rondar en las 900 páginas... Los primeros capítulos eran más cortos, pero ya desde hace rato que cada capítulo me toma entre 25-30 hojas de word. A pesar de que son menos capítulos que en Heredero de Merlín, los capítulos en sí son mucho más largos.

Bludger Loca: ¿Qué será del colegio sin Minerva? Oh, qué buena pregunta. La Rebelión ha derribado a una pieza emblemática dentro de la Orden del Fénix, y dentro de Hogwarts también. ¿Así que sigues esta historia desde hace tiempo? Bueno, gracias por animarte a dejar un review! :) ¿Te gusta James? Confieso que también es de mis personajes más queridos y es una luz en medio de la oscuridad de esta historia. ¿Albus cambió su papel en la visión de Lily? ¿O simplemente le dio un significado final? Y sobre la visión de Felicity... Ha sido una vuelta de tuerca esa, eh? Pero bueno, el poder de Lily es difícil de entender, y ya lo había dicho Amadeus: no es fácil sacar conclusiones sobre el futuro cuando solo puedes ver un fragmento del mismo. ¿Así que los Potter siempre se quedan con pelirrojas? Tendremos que ver qué sucede con James y Albus, entonces jaja. ¿Sabía Felicity que era una Domadora? No, no tenía idea. ¿La cadena con la esmeralda que usaban con el dragón contenía sangre del Domador? Sí, algo así. Philipe no es el mejor duelista que tiene la Orden, pero su cerebro ágil les sirvió para descifrar la forma de romper el control que tenía Ford sobre el dragón. Fundamental en la batalla.

Malagoniano: Me gustó esa comparación que hiciste entre la batalla final en el libro cuarto y esta batalla. Y sí, en este libro la batalla se encara desde distintos puntos de vista más que todo para mostrar lo que está sucediendo en una misma pelea en distintos lugares en simultáneo. Oh, no sé si hay un mapa de Hogsmeade. Digamos que yo inventé mi propio mapa para esto, imaginándome un pueblo de dimensiones medianas, teniendo en cuenta que es el único asentamiento 100% mágico, imagino que no debe ser algo pequeño, pero tampoco algo demasiado grande... Con una calle principal que cruza el pueblo de lado a lado, y donde se encuentran los lugares más importantes y emblemáticos, y después varias calles laterales, y las zonas residenciales en la periferia. ¿Qué ocurrió con Blaise? Victoire lo aturdió cuando ella y Ted rescataron a Albus y sus amigos. No sabemos todavía si fue capturado o logró escapar. No lo mencioné por su nombre, pero era el mago que estaba apuntando a Albus cuando Vicky los encontró. Veo que Circe ha despertado muchas dudas... Tendremos respuestas en el próximo capítulo.

Barbi2102: ¿Te gustó el POV de Neville? Bueno, una vez más es un personaje que ha sabido estar a la altura de las circunstancias. No ha sido fácil para él dejar atrás a Minerva. Ella fue una de las primeras personas que creyó firmemente en él, incluso cuando su propia abuela no lo hacía. Y fue ella quien le ofreció el puesto de profesor en Hogwarts. Imagino que durante los últimos años, él y Minerva compartieron mucho tiempo juntos y se volvieron muy cercanos. Ted y Vic... Lo voy a confesar ahora que ya hemos llegado a este punto de la historia donde ya no es un spoiler, pero me gustan demasiado juntos como para separarlos de esa forma. Inevitablemente, tenían que volver a encontrarse. Se vuelven a elegir, después de todo lo que han pasado y a pesar de todo lo que han pasado, y eso creo que es una forma de amor poco frecuente y muy valiosa. ¡Y sí, Scarlet aprobaría absolutamente las acciones de Albus! Es una fiel creyente de que en combate, todo es válido. ¿Está justificada la violencia que utiliza Albus en sus ataques en Hogsmeade? Sí, posiblemente. Pero aún así, hay que tener el estómago para hacerlo. Como le dijo Scarlet... No se trata de la magia que puedas hacer, sino de lo que estás dispuesto a hacer con ella. Por primera vez vemos a una Rose por fuera de su zona de confort. No es la figura autoritaria y segura que guía al grupo o tiene las respuestas, sino una adolescentes asustada y que no sabe cómo salvar a su novio. ¡Y claro que Hedda quiere a James! Han compartido muchas cosas, se conocen ya desde hace bastante, y James sabe el secreto de Hedda y aún así no la ve como un monstruo. ¿Qué es lo que verdaderamente mantiene unida a la pareja de Hedda y Lancelot? Bueno, muy pronto lo descubriremos. No podemos negar que ambos se quieren profundamente... El tema es cuánto puede aguantar ese amor antes de quebrarse. ¿Sabemos cuántos anillos hay dentro de Hogwarts? Oh, bueno, no sabemos bien eso... Pero Olivia Campbell y Frederick Ponce están metidos hasta el cuello en la Rebelión también. ¿Te gustó el giro al final de capítulo con Felicity y el dragón? ;)

Sandradelaoliva: ¿Pasas cuatro veces al día chequeando actualización? ¡Te conviene hacerte un usuario y pedir que te manden los avisos de actualización por mail! ¡Qué bueno que estés disfrutando de la historia! Y si tenías miedo de lo que podía pasar en los siguientes capítulos, pues eran justificados, porque no me ha temblado el pulso al atacar a los personajes. ¿Así que estás haciendo que tu sobrina lea esta historia? Después cuéntame qué le parece.

N . T. R: gracias por el apoyo. Intento actualizar lo más rápido posible sin comprometer la calidad de mi escritura, y estoy a una altura en la historia donde es muy poco lo que tengo escrito de forma anticipada, y casi todo lo voy haciendo sobre la marcha (solo tengo el esqueleto armado de los capítulos que quedan para terminar). Ha sido un libro largo, donde se fueron desarrollando muchas historias en paralelo y algunas veces parecía que no tenían ningún vínculo entre sí, o que no guardaban ninguna relación con la historia principal... Pero espero que a medida que nos acercamos al final, vemos que en realidad, estaban todas relacionadas de una u otra forma. "Una buena historia resiste los spoilers", me encantó esa frase. Sí, coincido en que había muchos "momentos" de estos últimos capítulos que nos veíamos venir... Pero quiero creer que aún así he conseguido sorprenderlos un poco jaja. ¿Te quedó una leve sospecha sobre Circe? ¿En qué sentido? De todas formas, tendremos algunas respuestas sobre esto también... Pero como ya sabes, me gusta siempre dejar algunas preguntas sobre la mesa sin responder jeje. ¿Por qué no le entregó Albus una de las piezas del Amuleto a su hermana? Bueno, tenía una cantidad limitada de piezas, y en ese momento, Lily era todavía pequeña, y no estaba todavía en Hogwarts... Albus vio más necesario tener una conexión con sus amigos y con James, sobre todo después de lo que les sucedió en el Templo. Ni siquiera él era consciente en ese momento del alcance que tenía el Amuleto. ¿Así que te gustan los personajes femeninos en mi historia? ¡Gracias! A mi también me gusta escribir sobre ellas... Reconozco que me gustan las figuras femeninas fuertes e independientes, y tenemos varias de esas en esta historia. Pero es bueno escuchar que no se siente algo forzado, porque a veces uno como escritor puede perder un poco la objetividad. Sabes que muy poca gente se ha percatado, o al menos me ha señalado, esto que dices de Lily como un personaje con matices grises. ¡Pero sí, claro que lo es! Y es un personaje que es fuerte y débil al mismo tiempo, decidida e insegura. Espero que este capítulo haya respondido la mayoría de las preguntas que tenías: Scorpius está en San Mungo, hemos visto a Ted peleando, sabemos que Ginny también fue trasladada al hospital, tenemos noticias de Ron y el Callejón... Pero todavía nos falta saber algunas cosas más.

Wander Clearwater: ¡Lo que busca la Rebelión es a Lily! Sí, la estaban buscando. ¿Era su único objetivo? No, claro que no. El Mago de Oz siempre tiene un as escondido bajo la manga, y sus jugadas siempre son pensando más de un movimiento. Pero el objetivo principal era ella. ¿Verdaderamente creían que el Mago se había olvidado del don de Lily? Un hombre como él jamás dejaría pasar un talento como ese. Supongo que tuviste esta confirmación con el capítulo pasado, pero aún así, no quería dejar de remarcarlo. Buen trabajo deduciendo este detalle ;) René fue simplemente una confusión... Una niña de trece años con cabello pelirrojo... Los Rebeldes que no conocen a Lily tranquilamente podían confundirse (y lo hicieron). Tras la muerte de Minerva, ¿debemos asumir que la dirección de Hogwarts pasará a Neville? Bueno, conmigo nunca pueden asumir nada jaja. Pero esta duda también tendrá respuesta en el próximo capítulo. Todavía me quedan algunos detalles interesantes por revelar antes de que termine el libro, jeje. ¿A dónde ha ido Lancelot? Excelente pregunta... En el próximo capítulo volveremos a Hogwarts y lo sabrás. ¿Qué se sentirá cuando uno de los dueños del Amuleto muere? Uno de ellos ya murió, ¿recuerdas? James estuvo muerto durante varios minutos en el Lago, hasta que Minerva logró reanimarlo. Pero es algo... Intenso. Este tipo de conexiones deja marcas. No puedes romper una pieza sin dañar a las otras. ¿Es casualidad que Circe se haya enfermado el mismo día que la Rebelión ataca el pueblo? Mmm... sospechoso, como mínimo. Victoire: creo que la vemos mejor parada, en general, que en el libro pasado. Incluso aunque no pudo sanar a Scorpius, es notorio su progreso y su maduración a lo largo de este libro. Está mas segura de sí misma, más decidida, más fuerte. Y son todos esos cambios justamente los que le permiten poder volver a encontrarse con Ted. Sobre tus sospechas respecto a la visión de Felicity... Bueno, se ha cumplido, aunque talvez no como ustedes lo imaginaban (o Albus jaja). El futuro es un poco caprichoso e impredecible, ¿no? ¿De dónde es la familia de Felicity? ¿Tiene alguna relación con Fritzche? ¿Cómo actuará la Rebelión contra ella? Todas preguntas que no puedo responderte aún, pero que eventualmente conocerás la respuesta. ¡Esta vez Albus ha perdido un poco la cabeza y ha habido alguien más de testigo que sus amigos más cercanos! Victoire lo ha visto en primera persona, y ha notado ese peligro en él principalmente porque, si recuerdas, a principio de este libro Scarlet señaló durante una charla con ella y con Zaira de que Albus era muy volátil e impredecible. Si Scorpius sobrevive, ¿será una recuperación larga? Primero tiene que sobrevivir, pero si lo hace, no le espera un camino fácil hasta recuperarse completamente. Y recuerda que yo tengo esta teoría macabra de que la magia negra deja marcas que no terminan de sanar (¿Ustedes coinciden conmigo que esto es cannon? jaja). ¡Oh, no sabes lo feliz que me puso que, entre tus 5 personajes favoritos, se encuentran dos OC! Scarlet y Hedda/Elektra (aunque no termines de decidirte, las dos son personajes originales así que cuentan ambas!). Gracias por valorar tanto a estas mujeres que he creado desde cero y con mucho esfuerzo y cariño. Y confieso que dos de mis personajes favoritos son Albus y Teddy también (y bueno... también tengo una debilidad especial por James). De mis OC me cuesta mucho elegir... pero Zaira sin duda ocupa de los lugares más altos en el ranking, principalmente porque fue de los primeros personajes que inventé cuando imaginé esta saga... Y también Hedda. Todo el primer libro gira un poco en torno a Hedda, así que fue un personaje al que tuve que desarrollar con mucha profundidad para escribir Los Guardianes Negros. En ese momento, planeé todo el pasado y el futuro de ella, y me enamoré un poco de su historia. Sobre el último review que dejaste: Claro que Scarlet es una ventaja para la Orden a la hora de los combates... Todos necesitamos alguien que haga el trabajo sucio jaja. Pero tal vez remarcar que, si bien la mayor parte del tiempo Scarlet es un poco escalofriante, también tiene momentos muy humanos y muy... benevolentes. Es retorcida... Pero no tanto. ¡Al menos no mató a Olivia Campbell! jaja. Aunque no nos hubiera molestado que matara finalmente a Duncan Ford, ¿eh? Ya van varias veces que esos dos se encuentran y que ambos salen con vida. ¿Cómo funciona el collar que tenía el dragón? Paciencia. Prometo más explicaciones.

maddie. sophie: ¿No esperabas que hiciera eso con Minerva? Bueno, en mi defensa, hace tiempo les advertí que habría muertes, y no me refería simplemente a personajes secundarios. Personalmente, me gusta que las muertes en la historia tengan un significado o una razón de ser. Mufson y Minerva son el final de una era, de una generación que cede el paso a la siguiente. La muerte de Priya es lo contrario... Nos muestra un poco como la guerra se lleva también a los jóvenes, a los idealistas, a los inocentes. Es un golpe de realidad para Molly, Jasper, Hamilton... ¡Me encantó la analogía que hiciste de James y Hedda, comparándolos con el verano y el invierno respectivamente! Sí, es así. Y en la última escena eso se hizo más evidente, cuando James se convierte en una especie de consuelo en medio de la desesperación que siente Hedda. Un poco de luz cuando todo está oscuro. Vic y Ted... Después de todo el camino que han recorrido, sí, yo también creo que merecen ser felices. Pero no siempre tenemos lo que merecemos, no? Me gusta que recalcaras el cambio en el patronus de Vic, porque eso fue lo que quise reflejar: que algo dentro de ella también había cambiado de forma profunda y definitiva. Y sí, es un poco un guiño hacia los padres de Ted (dos personajes de JKR que simplemente AMÉ y no puedo aceptar todavía que murieran). ¿Así que sospechas que Circe sabía del ataque? Uf... has tirado una bomba. Si es así, creo que Albus no estará muy contento, dado que venía dudando de la fidelidad de Circe para con la Hermandad. ¡Este ha sido el primer encuentro de los seis chicos con la guerra! Y en este capítulo vemos un poco mejor las secuelas que les ha dejado... Todos ellos están un poco aturdidos e intentando procesar lo que sucedió. ¡Un reconocimiento especial para Rose, quien adoptó una postura que no le habíamos visto hasta ahora! Se mostró más vulnerable, y vemos con dolorosa crudeza lo profundo que es su sentimiento por Scorpius... No se trata simplemente de lo que dice, sino de los pequeños gestos... Aplicarle la medicación sobre las heridas, usar su propia ropa para anudar los cortes y contener el sangrado, peinarle el cabello y hablarle al oído palabras de consuelo a pesar de que Scor está inconsciente... Tú me entiendes.

BSCE: ya sabes que no tienes que pedirme perdón si no llegas a dejar reviews todos los capítulos. Soy feliz sabiendo que estás leyendo la historia, y si cada tanto puedes pasar a saludar soy todavía más feliz. Pero no se sientan obligados a dejar todos los capítulos. Lo más importante es que disfruten con lo que escribo, ese es mi objetivo. ¿Creíste que Albus iba a hacer algo peor? Yo creo que estuvo bastante malo jaja. Piensa que nunca ha lanzado una maldición asesina, y personalmente, creo que no es algo fácil de hacer. Es decir, no creo que cualquier mago pronuncie el hechizo y logre matar a otro. Se necesita de intención, fuerza y entrenamiento... Y Albus puede contar con la intención y la fuerza... Pero nunca ha practicado antes. Y además, la Maldición Asesina es un tema "tabú" en la familia Potter. Esa maldición masacró a la familia de Harry y estuvo a punto de matarlo dos veces. Sería muy irónico que su propio hijo la usara, ¿no crees? Sería un punto de inflexión entre padre e hijo. ¿Qué busca la Rebelión? A Lily, sin dudas. Ella es una pieza clave en esta guerra, aunque creo que todavía no se dan cuenta de lo importante que será jaja. Y por supuesto, la caída del Velo habría sido el broche de oro. Eso habría acelerado el trabajo del Mago. Pero explicaré todo esto mejor en el proximo capítulo. ¡Me quedan muchas cosas por explicar de estos últimos capítulos de guerra! ¿Qué podría pasar si los Velos caen? Creo que Dominique nos da una idea bastante acertada en este capítulo, cuando nos pinta un panorama muy peligroso si eso llega a pasar... Un clima de guerra entre los mundos fundado en la ignorancia y el temor a lo desconocido. Las más grandes guerras de la historia fueron motivadas con el miedo como combustible. Gracias por tu aporte constante a esta historia. Es verdad que el capítulo pasado nos trajo muchas respuestas que empiezan a darle un cierre a varios temas que teníamos en el tintero... Y creo que este capítulo hace un poco lo mismo. ¿Qué pasará con Albus? Es la gran pregunta, no? ¿Hasta dónde llegará este personaje? ¿Cómo se llamará el próximo libro? Todavía no puedo darles el nombre, perdón!

ejuarez. gt : me siento muy tranquila de leer que, a pesar que la mayoría ha lamentado la muerte de Minerva, todos parecen coincidir en que ha sido una muerte digna y adecuada para el personajes. Así que gracias. Respondiendo a tus compentarios: 1. Ya sabes que yo tampoco soy fanática de los temas amorosos. De hecho, no clasificaría mis libros como románticos, sino como genero de suspenso/acción/aventura (tu me dirás si coincides). Pero creo que si uno intenta mantenerse fiel al mundo real, hemos de incluir el amor en la historia... Porque finalmente, es la fuerza que nos motiva. Ya sea el amor por la familia, por los amigos, por nuestra pareja, por nuestra patria, nuestros valores, por el lugar que nos vio crecer... En mi caso, intento que el romance sea algo más dentro de la historia, que suma a la trama principal, pero que no es sobre lo que gira verdaderamente el libro. Espero estar lográndolo. 2. ¡Hubo desde el punto de vista de Scarlet! ¿Te gustó? 3. ¿Cómo van a resguardar la seguridad de Hogwarts contra un dragón? Por suerte Ginny llegó a tiempo para liberar al dragón... Y Felicity logró controlarlo. 4. ¿Qué buscaban dentro de Hogwarts? No buscan algo... Buscaban a alguien. A Lily. Ford creía que podía estar entre los alumnos que habían sido evacuados del pueblo e intentaba detenerlos antes de que llegaran al castillo. 5. ¿Un tanto oscuro lo que hizo Albus? Yo diría que es toda la gama de oscuros jaja. Y podemos intentar justificarlo con que sus seres queridos estaban en peligro, pero no deja de ser un ejemplo de Albus usando magia peligrosa y oscura, y disfrutando en cierta forma del poder que siente cuando lo hace. 6. ¡Victoire no tiene por qué saber curar un sectumsempra! Es una maldición inventada por Snape y muy poco conocida. Snape solo la compartió con algunos otros mortífagos (posiblemente con Lucius, pero creo que también lo habría compartido con otros como al familia de Zabini, y posiblemente con algunos de sus alumnos... Draco, Blaise... Tal vez incluso como una forma de protección). Victoire no había nacido todavía durante la guerra de Voldemort, y después de que los mortifagos fueran encarcelados, no se volvió a aver esa maldición en acción... Hasta ahora. 7. ¿Minerva le dio su estafeta a Neville? Esa parecería ser la intención, no? 8. Una ovación de pie para Neville, en otro de sus momentos de heroísmo digno de Gryffindor. 9. ¿Ya le deseas la muerte a Ford? Oh, créeme que tengo cosas planeadas para este personaje todavía. 10. Vic y Ted... Sin palabras. Creo que lo he dicho todo con el patronus. 11. ¡Me pedías que ayude a la ODF! Bueno, les he dado un montón de ayuda en el capítulo siguiente. ¡No puedes negármelo! Y yo se que te sientes un poco decepcionado con lo del título de "secretos de Nurmengard" y que esperabas un poco más de esto en el libro... Pero ten paciencia que todavía no ha terminado, y creo que algunos secretos empiezan a revelarse recién ahora (ya sé que te retractaste en el siguiente review igual jeje). Sobre el último review: ¿Crees que sería lindo que fuera Scarlet quien matara a Ford o a Genrich? ¿O a ambos? jaja. Los Hijos: sabíamos que podían ser peligrosos, pero no imaginábamos que tanto, ¿eh? ¡Venías pidiendo hace rato una victoria para la Orden! Bueno, por fin ha llegado... Aunque no sea tan gloriosa como algunos desearían que fuera, al menos se equilibra un poco la balanza. Philipe... El de la mente avispada, jaja. No todos los personajes son grandes magos y fuertes guerreros. Algunos son personas comunes y corrientes, o con otro tipo de habilidades que tal vez no están relacionadas directamente a un poder mágico, pero que aún así pueden cambiar el curso de la historia. ¿Alguien se vio venir a Felicity como Domadora de Dragones? Confieso que dudé mucho sobre cuánto mostrar sobre Felicity y su poder en la "visión" de Lily, porque temía que se volviera muy obvio, y que todos se dieran cuenta de cómo terminaría el libro desde el principio... Pero creo que ha sido lo suficientemente sutil como para levantar alguna que otra sospecha pero nada concreto.

insane panda hero: ¡perdón, perdón, perdón! Verdaderamente no quería matar a nadie de ustedes, solo a Minerva... Y a un par de personajes más. Es verdad que los he hecho encariñarse con muchos personajes, y ahora, cualquiera de ellos podría morir... Pero si sirve de consuelo, creo que al final de la historia, todo tendrá sentido y sabrán valorar incluso las muertes. ¡Pero gracias porque, a pesar de lo mucho que te lastimé con la muerte de Minerva, me has dejado una palabras encantadoras! ¿Querías victorias para el lado bueno? Bueno, aquí te he traído algunas victorias... Aunque todas tienen un sabor un poco agridulce, no?

karybust1126: un review para dos capítulos! Me encantan estos análisis de varios capítulos en simultaneo :) No, la Rebelión no fue directamente a por Albus. Zabini quería atraparlo porque es un hombre inteligente y sabe que un hijo de Potter como rehén es una pieza clave en una guerra. Pero sí coordinaron el ataque para que coincidiera con una vista de Hogsmeade porque esperaban encontrarse allí con alguien: Lily. Y sí, René es una confusión nomás... Una niñas pelirroja parecida a Lily y que se podría confundir con facilidad por las personas que no la conocen. Tengo una teoría de que si uno conoce la historia detrás de los "malos", corre el riesgo de enamorarse de ellos. Vemos sus fragilidades, sus debilidades, sus heridas, sus miedos... Y empezamos a entender cómo es que se han convertido en esas personas. Y lentamente, podemos visualizar también las personas que podrían haber sido si hubiesen tomado otras decisiones. Creo que eso nos pasa con Lancelot. Lo hemos ido conociendo durante los libros y podemos ver que viene de una familia oscura y desapegada, de una infancia solitaria y con poco afecto, y su única compañera de verdad siempre fue Hedda, con quien se permitió ser feliz y ser él mismo. Pero no deja de ser un muchacho lastimado y sesgado por la forma en que lo criaron, enamorado de una mujer que no encaja muy bien en el camino que él quiere elegir... Pero está dispuesto a hacer todo lo que esté en sus manos para mantenerla a salvo. Lancelot debería inspirar pena por parte del lector. Coincido en que la carga moral que ponemos sobre los personajes depende mucho de cómo los presentamos: nadie se sorprende o discute a esta altura si Ford o Scarlet van por la vida matando gente. Pero si en cambio vemos a Albus Potter repartiendo maleficios por los cuatro vientos nos escandalizamos, y así es como tiene que ser. Porque personaje ha ido mutando lentamente durante los libros, migrando gradualmente hacia un lado un poco más oscuro, y una parte de nosotros quiere ayudar al personaje a reencausarse, a volver al camino de la luz, y sufrimos junto a él este recorrido que esta haciendo entre la luz y la oscuridad. Y es curioso que eso que lo mantiene en eje, centrado... Es lo mismo que puede desequilibrarlo en un abrir y cerrar de ojos: las personas a las que ama. Y volvemos a tener a una persona "externa" al grupo de Albus que se empieza a percatar de que su primo está jugando un juego peligroso. Vic ha notado algo raro en Albus, y tal vez en otro contexto hubiese pasado desapercibido... Pero recuerda que ella tuvo una charla con Scarlet y Zaira al principio del libro donde Raven les advierte que Albus podría desviarse con más facilidad que el resto de los jóvenes. ¿Ya tengo el nombre del libro 6? Sí, ya lo tengo. Pero todavía no puedo publicarlo... Quiero esperar un poco más antes de darlo a conocer porque estoy segura de que sacarán muchas deducciones en cuanto lo revele jeje. ¿Cuántos capítulos restan? Oh, soy muy mala calculando... pero unos 4-5 capítulos y creo que podremos dar por terminada esta entrega. Se ha hecho un poco larga, ¿no?

Adelle Marie: ¿Recién ahora te has animado a dejar un comentario? Oh, vamos, no tienen que ser tímidos a la hora de comentar. Los reviews, buenos o malos, siempre son bien recibidos. Son nuestra oportunidad como escritores para saber cuál es la recepción en los lectores... Que cosas les gustan y que no, que personajes funcionan y cuales no, si es que algo ha estado flojo o necesita mejorar... Yo aprendo mucho de ustedes y sus comentarios. Me es muy reconfortante leer que te han gustado tanto mis OC... Sobre todo Scarlet y Hedda. Son dos personajes sobre los que trabajé muchísimo antes siquiera de que aparecieran en la historia. Cada nuevo personaje que introduzco en la historia me gusta crearle una historia... Un pasado, una familia, una serie de experiencias que lo definieron como la persona que es hoy, sus vínculos, su personalidad, sus temores... Y finalmente, defino su futuro. ¿Dónde quiero que termine este personaje cuando esta historia llegue a su fin? Así que es agradable leer que esas cosas se perciben del otro lado y se valoran. Sobre Albus... Él fue uno de los personajes más complejos a desarrollar, porque necesitaba que fuera una mezcla de blancos y negros sin volverse contradictorio. Que tuviera cierta crueldad pero que no lo volviera inhumano. Cierta violencia pero sin ser despiadado. Que conservara su consciencia, aunque muchos de sus valores se desfiguraran en el camino para adaptarse a sus nuevos pensamientos. Es bueno, pero solo con aquellos con quienes quiere serlo. Y puede ser verdaderamente malo si se lo propone, y cada día le pesa menos en la consciencia. Logran hacer un personaje con tantos matices grises y que a su vez resultara agradable para el lector, e incluso querible, me ha sido todo un desafío. ¿Qué le ocurrió a Ginny? No sabemos bien! Pero está en San Mungo, lo que quiere decir que todavía esta viva.

Fiorella16: ¡Gracias por considerar mi fanfic dentro de los mejores! Y sí, la idea es escribir dos libros más... Por ahora son simples borradores. En cuanto termine con este libro me pondré a diagramarlos con mayor detalle... Y ahí definiré si puedo contar todo lo que queda por contar en un solo libro, o si necesitaré dos (me decanto por la segunda opción jaja). Y sí, lo sé. Minerva es de los primeros personajes que encontramos en los libros de Harry Potter, y es quien sigue viva hasta el final. Así que me costó mucho tomar la decisión de su muerte. Pero creo que fue importante para la historia, porque esto gatillará una nueva realidad en Hogwarts. Sobre tu duda sobre la cantidad de mujeres y hombres que hay en cada clase... Yo no creo que sea algo estereotipado de 5 mujeres y 5 hombres por año y por casa, principalmente porque el Sombrero es quien decide a dónde van, y dudo que modifique a donde envía a un alumno porque en esa casa ya hay 5 personas... Con lo que pienso que puede pasar que a veces haya 6 varones del mismo año en una casa, y otras veces haya 4 mujeres en otra casa, etc etc. ¿Si el mago se entera que Felicity es una domadora intentará matarla? No puedo contestar directamente esta pregunta. Pero puedo decirte que esto cambia los planes del Mago... Este descubrimiento es importante para ambos bandos.

rose: empecé a escribir en la adolescencia, y lo primero que escribí fueron historias cortas de terror. La primera vez que me animé a escribir algo extenso fue aquí, con un fanfiction. Se me hizo un territorio amigable, con una plataforma sobre la cual partir, facilitándome el trabajo y de esa forma haciendome menos terrorífico el proyecto. Y aquí estoy, con idas y venidas, intentando terminarlo de forma digna. Coincido en que el tiempo de McGonagall como directora del colegio había llegado a su fin, y esta era una forma digna para decirle adiós. No sé si verdaderamente le he dado algo de paz a Ted, o si lo he torturado un poco más con todo esto. Pero Lupin lleva mucho tiempo escapando de sí mismo. Era hora de enfrentarse a eso que más lo aterra. Entiendo perfectamente por qué Lancelot podría ser uno de tus personajes favoritos, y a pesar de que tiene muchas cosas reprochables, también tiene otras valorables. Lo hemos visto mostrar su lado más vulnerable cuando está con Hedda... Y posiblemente ella es quien saca lo mejor de él. ¿Podemos clasificarlo como un traidor? Bueno, depende de donde lo mires. Su familia está con la Rebelión... Sus amigos están con la Rebelión... La única que podría sentirse traicionada es Hedda... Pero lo cierto es que ella tenía tanto miedo de saber la verdad, que intencionalmente la ha evitado durante meses. Apenas si se ha atrevido a confrontarlo, y siempre que lo ha hecho, ha obtenido respuestas escurridizas de Lancelot. ¿Por qué Hedda no puede aceptar los lados grises de Lancelot? Bueno, yo creo que en parte los ha aceptado, en su justa medida. Lo que no puede aceptar es que Lancelot persiga objetivos oscuros y mezquinos. Albus hace cosas grises también, pero al menos, él se justifica diciendo que lo hace para algo bueno... Todavía nos falta conocer cual es la "excusa" de Lancelot. Y en el fondo, lo que más duele es la falta de confianza... Confirmar que en algún punto, algo entre ellos se quebró, y que Lancelot no confiaba en ella como para contarle la verdad. ¿Un posible ship entre James/Hedda? Oh, hay muchos que barajan esa posibilidad. ¿Hasta el final del libro? Te refieres a que sucederá en el final o a si durarán hasta el final? jjejeje.

lulu0611: ha sido un capítulo muy complejo para Hedda... Su mundo está pendiendo de un hilo, ¿no? Su novio resultó no ser la persona que ella creía, uno de sus amigos está al borde de la muerte, hay una batalla ocurriendo frente a ella... Y no hay nada que pueda hacer para detenerlo. Es una mezcla de impotencia y culpa. James no es el más fuerte, ni el más hábil con la varita, menos aún ahora que su resistencia está comprometida y su capacidad para pelear limitada. Pero tiene una energía que es contagiosa, y una capacidad de inspirar al resto a seguirlo. ¿Qué tan lejos puede llegar el Amuleto si los chicos aprenden a utilizarlo? Más lejos. Bastante más lejos, jaja. ¿Verdad que Victoire ha crecido muchísimo? Que bueno que ustedes también lo perciban! Ha recorrido un largo camino hasta aceptar muchas cosas que antes no entendía siquiera. Blaise eligió esa maldición por un sádico placer de venganza. Sabía que Draco iba a reconocerlo. Quería que su hijo muriera de esa forma para causarle más dolor todavía. Supongo que tu duda sobre lo que busca la Rebelión quedó parcialmente resuelta con los últimos capítulos... Pero si todavía te resta alguna duda simplemente pregúntame! ¿Ya me has perdonado la muerte e Minerva o todavía me guardas un poco de rencor? Jeje. Pero hablemos de tu otro review: Felicity. Una victoria para la Orden, y un montón de preguntas nuevas! ¿Qué hay de Rick? Creo que esta duda se responde un poco en este capítulo. Sobre un árbol genealógico para los Fox... Tendrán que esperar un poco más. ¿Ya te has imaginado la muerte de uno de los mellizos Fox? Bueno, sí que eres masoquista. ¿Felicity puede controlar a los dragones de la Rebelión? Es una muy buena pregunta, y tiene una respuesta que no puedo dar. Pero diré que el control de los domadores tiene sus... reglas. Deberíamos montar un altar para Ginny, no crees? Y también para Philipe, hay que reconocer su trabajo. La escena que ve JAmes y Hedda en ese momento es la muerte de Minerva, pero eso no quita que vieran también a Ginny peleando con el dragón. Sobre Harry: creo que vive en el eterno dilema entre lo que le gustaría hacer y lo que tiene que hacer. Y se hace patente a lo largo de toda esta batalla. Sobre su estlo de batalla: es un guerrero de luz, pero eso no quiere decir que no puede matar. Y sí, me gusta cada tanto darle un toque de magia sin varita. Creo que es algo que Harry habría aprendido con los años, y seguramente sea algo que se le da mejor que a Hermione (algo que a ella la exaspera jajaja).

Asami black: ¡La mujer con la que soñó Lily sí que era Felicity Fox! No se confundió con Minerva... a pesar de que ella sí muere al enfrentarse al dragón. ¿Tal vez Neville sea el nuevo director de Hogwarts? Es una alternativa.

Tefi Black: Intento que mis escenas de "combate" sean... equilibradas, por decirlo de alguna forma. La Orden del Fénix no puede ganar siempre... Y no sería real tampoco que se enfrentaran en una batalla como esa y no hubiera muertes al final. Pero sí, es verdad que al principio de esta batalla, parecía que los buenos llevaban todas las de perder, no? Por suerte se compensó un poco la balanza hacia el final. ¡Ojo! Harry sí puede morir, eh. O al menos, eso considero yo, y en mi historia es completamente mortal. Ser Amo de las Reliquias no lo convierte en inmortal.

Camilla 740: En estos momentos, Hedda en lo único en lo que puede pensar es en que Lancelot la traicionó y en que sus amigos están en peligro y ella no está con ellos. No puede ver más allá de ese dolor e impotencia. ¿Dónde está Lancelot? Excelente pregunta, jaja. Sobre Tessa preocupándose por Albus cuando él ni siquiera está pensando en ella... Hay que tener en cuenta que Tessa se encuentra dentro de Hogwarts, lejos de la batalla. Puede permitirse pensar en esas cosas. Albus está pensando en sobrevivir y mantener vivos a sus amigos que están ahí con él. No está pensando en Tessa pero porque no tiene siquiera tiempo para pensar... Y tampoco está pensando en sus hermanos, para el caso. Eso no quita que, de todas formas, la relación entre ellos dos siempre ha sido un poco dispareja. ¿Qué fue lo que pasó con Albus y Zabini? Fue de ellos de quien los rescataron Victoire y Ted. Cuando Victoire se lo encuentra en medio de Hogwarts, acorralado por un grupo de Rebeldes, esos rebeldes son Zabini y compañía. ¿Se entiende? Sobre Lily: la Rebelión sabe de que ella tiene visiones porque Woodgate se los contó, al final del libro pasado. Si recuerdas, intentaron secuestrarla con la ayuda de varios Rebeldes, como Duncan Ford y el Camaleón.

Severus8: Si llegas a encontrar incongruencias o algún error en la historia, o algo que no encaje en la trama, no dudes en decírmelo. A veces, es difícil llevar registro de todo en esta historia, y algunas cosas se me pasan por alto, o me confundo (soy humana después de todo jaja). Empecemos por tu review de hace un par de capítulos... Circe. Todavía no sabemos bien qué fue lo que sucedió con ella, y todo es posible a esta altura de la historia. Lo que sí sabemos es que ella no fue a Hogsmeade el día que la Rebelión decidió atacar, y que Tessa, su mejor amiga y la persona de la cual pareciera estar enamorada, se quedó con ella para cuidarla. ¿La imagen con la que se encuentra Hedda cuando sale del castillo en compañía de James es la muerte de Minerva? Sí. Cuando introduje el Amuleto en esta historia les advertí que sería una parte fundamental para la misma y que cumpliría un rol importante en el futuro de los personajes. De a poco, empezamos a ver un poco más cómo funciona y hasta dónde alcanza su poder... Y vemos que va más allá de una simple comunicación entre los dueños. Es una conexión profunda, ligada a lo más escencial de las personas. Hay una parte de cada uno de ellos en esos amuletos y en el resto de los dueños, un vínculo especial. No quiero profundizar mucho más, pero ustedes solos irán descubriéndolo a medida que sigamos avanzando. ¿Crees que el que va a morir es James? Oh, ya varios sugirieron algo parecido. ¿Puedo preguntar que te lleva a pensar esto? Me encanta porque todos plantean diferentes muertes, pero en general, coinciden en que alguno de ellos va a morir. ¿Cassandra no va a seguir el paso de su hermano? ¿Te refieres a volverse Aurora? No, ella no tiene pasta para eso. ¡Y qué bueno que te gustara leer la parte de la muerte de Minerva desde el punto de vista de Neville! Por algún motivo que no puedo terminar de explicar, sentía que tenía que ser él (o en su defecto Harry) quienes relataran esa escena. ¿Sigue viva la abuela de Neville? No. Podría estarlo, pero la verdad, que no lo estará simplemente porque no planeo darle ningún protagonismo o participación en la historia. ¿Por qué un dragón en Hogsmeade? Puff, mil razones jaja. Pero básicamente, porque pueden! Porque los tienen, y es una forma de esgrimir poder y desmoralizar al enemigo. Y porque confiaban en que sería una herramienta que les daría una ventaja contra los aurores. Ya les funcionó en la guerra de la Frontera (es decir, no es la primera vez que hacen un ataque "sorpresa" y usan dragones). Claro que esta vez no contaban con que habría una Domadora en el bando enemigo. Si prestan atención, el dragón recién entra en escena cuando los estudiantes "desobedecen" la orden de la Rebelión de permanecer en el pueblo e intentan evacuarlos hacia el castillo. Usan el dragón para evitar que los alumnos vuelvan a Hogwarts. Hay que recordar que la Rebelión no quiere matar a la gente de Hogsmeade... O al menos, eso es lo que aseguran. Ellos quieren derribar el Velo... Y bueno, nosotros sabemos que el objetivo secreto es también dar con Lily. Así que sí, coincido con toda la explicación que diste en tu review ;) Una parte de mi deseaba darle a Minerva un final pacífico, una muerte tranquila a causa de la vejez, en una cama mientras duerme. Pero no me imagino a Minerva quedándose tranquila en su cama mientras la Orden del Fénix pelea una guerra contra la Rebelión. ¿Sigues teniendo dudas sobre René y por qué la estaban persiguiendo? No iban verdaderamente detrás de ella... Es una chica de trece años, pelirroja y pequeña... Muy fácil de confundir con Lily si es que no las conoces. Sobre tu review del capítulo pasado: escribir desde distintos puntos de vista de diferentes personajes me permite mostrar muchas cosas que de otra forma se perderían, y sin duda creo que ayuda a conocer y entender a los personajes. Veo que mueres de ganas de que el Mago entre en acción de forma más personal... Pero no ha sido la ocasión. Tendrás que seguir esperando para verlo en el corazón de la batalla. Lo suyo es más la estrategia, pero no dudará en actuar cuando lo crea necesario. Cada tanto, incluso las mentes brillantes se equivocan o subestiman al enemigo. El Mago no contaba con que sus enemigos pudieran responder con la eficacia con que lo hicieron, ni que contaran con una pieza clave como fue Felicity (marcó el punto de quiebre en la batalla). En mi mente (y por lo tanto en esta historia) Ron sigue trabajando como Auror más por Harry que por él mismo. Es decir, es su mejor amigo, y sabe que lo necesita, pero creo que si fuera por él, Ron habría dejado el cuartel hace tiempo. Lo imagino aspirando a un vida más tranquila. Por lo que tiene sentido que Harry tenga más compatibilidad a la hora de pelear con Zaira. Esto no quiere decir que su vínculo con Zaira es más fuerte que con Ron. Eso es imposible jeje. Sobre el cansancio o consumo de energía que genera hacer magia... Bueno, es una teoría personal, pero que creo que tiene sentido. La magia tiene un precio. Canalizar ese poder a través de un cuerpo humano y mortal no puede ser inocuo. En algún momento, creo que el mago tiene que empezar a sentir el peso. "Yo te sentí morir", es intencional cómo está formada esa frase. Porque verdaderamente las visiones de Lily son más una mezcla de sensaciones que de verdaderas imágenes. ¡Nuevamente bien por prestar atención a los detalles! ¿El título del libro refiere únicamente a la visita de Harry y Ron a Nurmengard? No, es más complejo que eso, y creo que en estos últimos capítulos lo hemos comprobado. Recién ahora empezamos a ver todos los secretos que se estaban escondiendo ante nuestros ojos jeje. Me gusta trabajar con simbolismos, y sí... Efectivamente los mellizos Fox son una forma de representar opuestos que se complementan. Slytherin/Gryffindor, sangre fría/sangre caliente, etc.

caldufu. pm: ¡Gracias por el mensaje y por tu apreciación del personaje de Albus! He puesto mucho trabajo en él, y estoy muy satisfecha con el resultado, pero siempre es lindo ver que los lectores también disfrutan con él. ¿Realmente puedes imaginarte las escenas? Eso es muy muy importante para mí, porque yo las imagino en mi propia cabeza e intento plasmarlas en el papel y a veces no estoy segura de que tan bien se entiende. ¿Crees que le he dado mucho poder a los dragones? Tienes que pensar que esto no es un dragón común y corriente. Estos dragones están conectados con magos, con sus domadores. Son más inteligentes, responden a las órdenes de sus domadores... Hombre y animal son uno. Y Harry no es que "derrotó" un dragón a los 14... Simplemente logró esquivarlo. Se necesitaban de muchos magos entrenados en cuidar dragones para poder controlarlos, y fuertes cadenas y hechizos aturdidores, etc etc. ¡Déjame saber que pensaste de este capítulo también!

anilem12: la puerta en el Velo era para dejar salir a alguien? Si, claro que si. Para poder sacar a un menor de edad del pueblo (cof cof Lily cof cof). Y si, solo magos y brujas pueden entrar a Hogsmeade, de forma similar a lo que sucede en Hogwarts. Salvo que un mago puntualmente lleve a un muggle hasta ahí. Me gusta que todos encontraron sospechoso que Circe se enfermara, pero después las opiniones están divididas entre sí alguien la envenenó o si ella está con la Rebelión también. En defensa de Albus por no estar pensando en Tessa... bueno, no está pensando en nadie! Tampoco en sus hermanos. Esta demasiado ocupado intentando que no lo maten jaja. Y si, la escena que ven es la muerte de Minerva :) La herida de Albus... es para mostrar principalmente que no salió indemne, pero es una herida fea y no sanará de un día para el otro. Sobre tu duda respecto al cambio del patronus de Vicky: si yo coincido en que esos cambios es porque algo importante ha pasado en la vida de la persona. En este caso, simboliza el proceso que tuvo que recorrer Victoire de maduración hasta comprender y aprender a amar a Ted con todo lo que eso implica. ¿Así que estos últimos capítulos han sido de tus favoritos? :) Me alegra. También son de los míos. Me gusta la acción, y escribir este estilo es todo un desafío porque corres el riesgo de que el lector no entienda bien lo que está sucediendo. Sobre tu último review: tendré en cuenta tu sugerencia como actores para Albus y James. Hace mucho que no actualizo el blog con las fotos, y estoy buscando actores más "actuales", que estén ahora cursando su adolescencia, como para que sean más representativos. ¿Es que no les causó nada a Frederick Ponce y a Olivia Campbell torturar a Lily? Ya sabíamos que Frederick Ponce es el típico abusón del colegio, y un tanto sádico. Olivia es posiblemente una sorpresa. Pero ella no lo hizo desde el punto de vista de una tortura propiamente dicha, sino como una forma práctica para detener a Lily y dejarla lo suficientemente afectada como para que no opusiera resistencia. Olivia es una mente fría, y si, un poco desalmada. ¿Todo el ataque fue para secuestrar a Lily? Me parece que no están entendiendo lo IMPORTANTE que puede ser Lily en esta guerra... Realmente ella podría marcar la diferencia entre los bandos. Y la caída de los Velos habría sido un golpe muy fuerte que habría desestabilizado el gobierno y creado una situación de caos perfecta para que pueda progresar la Rebelión. Creo que esas dos cosas por sí mismas son excusa suficiente para intentar un ataque. Octavius y Harry se vuelven a encontrar... Y esta vez Octavius logra escaparse. Sobre Philipe: es un personaje que creo que de a poco se ha ido ganando el cariño de los lectores. No es un personaje particularmente llamativo... No es poderoso, no es un excelente duelista, no es un auror, no es valiente, no sabe de magia negra... Pero tiene una mente rápida. Aprende rápido y es observador. Pero sobre todas las cosas, quiere ayudar. Quere derrotar a la Rebelión y ayudar a Rusia. Sobre Ginny... Lo sé, están todos preocupados. Pero no es mucho lo que puedo decirles a esta altura, más allá de que se encuentra en el hospital y sigue viva. ¡Hay tantas preguntas en torno a Felicity! Solo espero poder responderlas a medida que transcurra la historia ;) Ténganme paciencia.

BRELETH: ¿Un beso entre Albus y Cameron? Jajaja, no, definitivamente no! En un duelo entre Tessa y Elektra, ¿Quién ganaría? En este momento, con el entrenamiento que tiene cada una de ellas, posiblemente ganaría Tessa. Recuerda que ella fue una de las que participó en el Torneo de Merlín como representante de su año. ¿Así que estás releyendo el segundo libro? Templo de Hades fue uno de los libros que más disfruté escribir. Me divertí muchísimo, y estaba super emocionada con el proyecto porque recién empezaba y había tenido muy buena recepción Los Guardianes Negros. Estaba inspirada en ese momento y realmente se me hizo todo muy simple. Después empezaron a surgir las trabas jeje.

Mariannd14: Gracias por alentarme a escribir algo propio (no fanfiction). Te cuento que estoy trabajando en un proyecto personal, pero todavía es algo muy reciente. Me surgió la idea hace un par de meses, y estoy intentando darle forma. Empezó con un personaje que se me vino a la mente, inspirada un poco en Scarlet Raven si tengo que ser sincera, jeje. Y a partir de ahí se ha ido transformando en algo un poco más... grande. Todavía es un proyecto muy verde, pero si algún día madura en algo más, prometo compartirlo con ustedes :) La idea de un Hedda/James es... compleja, por decirlo de alguna forma. Podría ser algo maravilloso... o algo catastrófico. Pero bueno, todas las relaciones lo son, no? jeje. ¿Una montaña rusa de emociones? Lo tomaré como un cumplido. Soy de las que disfrutan de los libros que te tienen sentada al borde de tu silla, comiéndote las uñas.

Yanelyn: ¡Gracias por tu review con tan lindas palabras! Sobre tu teoría sobre Felicity: no, ella no es Oxanna, justamente por las razones que enumeras. Primero, tiene un hermano mellizo, y Oxanna era hija única. Y además, Oxanna nació hace mucho tiempo. Si aún vive, tiene muchos años jeje. Pero si te sirve, prometo que sabremos un poco más sobre Felicity y el origen de su capacidad para controlar dragones... Aunque no creo que sea en este libro (no me odien!). La Rebelión buscaba puntualmente a Lily... Pero eso no quiere decir que no pueden aprovechar la oportunidad si se les presenta de secuestrar también a otro de sus hijos. El Mago sin duda habría sabido aprovechar esa ventaja. El hechizo que atravesó a Ginny, ¿es un hechizo derivado de las sombras? Solo puedo decir que es magia negra, aunque creo que eso ya lo habían deducido. ¿Son los últimos capítulos? Sí, lo son. No puedo decirles con exactitud cuántos quedan, porque tengo una tendencia a emocionarme escribiendo hacia el final de las historias y los capítulos se me prolongan más de lo previsto. Pero ya no queda mucho. Sobre tus dudas, intentaré responderlas lo mejor posible. ¿Por qué Drake no aspiró a un puesto más alto dentro de cuartel con su experiencia? Drake se consideraba un soldado de campo. Le gustaba estar en donde estaba la acción, y después de la Segunda Guerra, cuando se formó el Escuadrón para perseguir a los mortífagos prófugos trabajó de cerca con Harry. Cuando llegó el momento de elegir un nuevo jefe, Drake le dio su apoyo a Harry porque pensó que podría ejercer mejor el cargo... Creía que necesitaban a alguien joven y con ganas de cambiar las cosas. ¿Qué edad tenía Drake? Unos 50 años aproximadamente. ¿Amadeus está en el mismo año que Albus? No, es un año más chico. Va a Ravenclaw, junto a Tessa y Circe. ¿Las apariencias de Molly, Jasper, Hamilton y los mellizos Fox? Puedes encontrarlas en más detalle en el blog, donde he puesto una breve descripción de casi todos los personajes, y algunas fotos de referencia. Pero para que te des una idea: Molly tiene el cabello oscuro y los ojos claros de su madre, pero la piel blanca y pecosa de su papá. Jasper es alto y delgado, más bien fibroso, y tiene el cabello rubio y los ojos oscuros, y tiene siempre un aire refinado y elegante sin proponérselo. Hamilton es el típico deportista: musculoso y enorme, con el cabello cobrizo y la nariz un poco torcida a causa de recibir muchas bludgers en la cara. Y los mellizos Fox son de piel oscura, cabello negro y rizado y enormes ojos verdes. Y ambos, a su manera, son seductores natos. ¿Cuándo fue que Albus leyó Camino a Nurmengard? Hace mucho, cuando estaba en tercer año. ¿Cuándo se relata el pasado de Jasper? Oh, se habla en varias ocasiones... La primera vez fue cuando se reunen en la casa de Jasper para practicar para el Simulador por primera vez, y después tienen una charla muy profunda cuando Molly le está enseñando a hacer un patronus corpóreo. Ha sido una infancia de mierda la de Jasper.

CELE: ¡Veo que te gustó el último capítulo! Bueno, éste ha tenido sus momentos intensos, pero creo que en términos generales, estamos entrando en la etapa de descenso de adrenalina jaja. ¿Qué le pasó a Ginny? Un maleficio de magia negra un poco feo... Ahora está en San Mungo. Es todo lo que puedo decir. ¡Y gracias gracias gracias por las palabras de aliento!

MicaMBD: ¿Así que shippeas Lily/Alex? Sí, hubo un par de lectores que también comentaron sobre esa posibilidad. Reconozco que podrían ser una linda pareja, pero en este momento Lily es un completo desastre, y Alex no la ve como otra cosa que no sea la hermana menor de su amigo.

fernandadulce16: estas siendo muy dura con Ted... No es que no valorara a Victoire cuando la tenía. Él siempre ha estado enamorado de ella, creo que nunca dejó de quererla. Pero eran muy jóvenes cuando empezaron a estar juntos, y nadie es perfecto. Aún así, coincido en que la reacción de Victoire cuando ve a Ted por primera vez transformado es una reacción lógica. Creo que la mayoría de nosotros se habría sentido asustado por Ted. Creo que en ambos casos lo importante es que ellos han sabido reconocer sus errores y crecer a partir de ello, ya sea juntos o separados.

Jeninffer: ¡Gracias por tomarte tiempo para comentar! Y qué bueno que te gustara el fragmento sobre Felicity cuando por fin empieza a sentir la sangre de domadora despertando dentro de ella, y esa conexión ancestral con los dragones. Hedda y Lancelot... Hemos estado girando en torno a este momento desde hace ya mucho tiempo. Había una sensación general de que algo malo podía pasar con Lancelot, pero creo que como Hedda, todos guardábamos alguna esperanza de que al final él se quedara del lado de los buenos... Aunque fuese sólo por ella. ¿Así que tus personajes favoritos son Albus, James, Hedda y Victoire? Me genera mucho orgullo que elijas a un personaje original mio para ponerlo dentro de los favoritos (Hedda). Gracias!.

Walter: ¿Fuiste el review 700? ¡FELICITACIONES! Y gracias!. ¿Así que seguías esta saga desde hace años? Bueno, gracias por la paciencia y por la fidelidad a la historia y a mi. Me alegra saber que a pesar del tiempo que demoré en continuar, todavía sigues ahí. Me han hablado mucho de la saga Alianza, y siento mucha curiosidad por leerla. Si lo he hecho aún, es porque trato de no leer cosas de la Nueva Generación porque no quiero sesgar mi historia, ni comprometer a mis personajes. ¡Perdón, pero todavía no puedo darles el nombre del próximo libro! ¿Cuántos capítulos restan? No estoy segura... 4 o 5? No creo que mucho más que eso.

229: no te preocupes, en serio, si no puedes comentar todos los capitulos. Con verte una vez cada tanto para saber que sigues leyendo la historia yo soy feliz. ¡Sí, llegamos a los 700! Ahora vamos por más! ¿Quién será el nuevo director? Eso está por verse. Es algo muy importante a resolver. Las profecias de Lily: Sabíamos que se completarían en algún momento... Pero empezamos a darnos cuenta de que no se cumplen tal como creemos o como las interpretamos... Y en parte esto se debe a que es un don inmaduro, que Lily todavía no logra dominar correctamente. Hemos visto a Albus tomando una elección no menor: elegir entre la venganza o salvar a su amigo. Pero eso no quiere decir que ha abandonado completamente sus ganas de vengarse. Tarde o temprano, volverán a surgir. Felicity domadora de dragones: me habría sorprendido mucho si alguno de ustedes se "veía venir" esto jaja. Lo he mantenido en secreto y he cuidado mucho la información que les brindaba para que no pudieran vincularla a ella con los dragones. ¡Una aclaración! Lily y René son del mismo año! Las dos van a tercero y son pelirrojas. Scartet: uno de los personajes más oscuros entre los "buenos". Ella es buena y mala al mismo tiempo, jeje. Y con Philipe hemos visto el progreso un muchacho que no es un gran mago, no tiene poderes extraordinarios, sino que es una persona común que se ve arrastrada hacia una situación poco común. Es imposible ser valiente si no se siente miedo... Y que él se anime a pelear en esta guerra a pesar de su miedo y su nerviosismo habla mucho de su temple, de su deseo de buscar un mundo mejor, de ayudar a su país. Ted dejó salir al lobo... y aquí vemos un poco los restos que dejó esa elección. ¿Albus y Ely? Siempre hay algo entre ellos. Albus con ese instinto protector que le hace hacia ella, y Eli que lo mira con esa adoración como si fuese el mejor mago del mundo. ¿James y Jasper? Confieso que llevaba tiempo queriendo encontrar a estos dos personajes porque estaba convencida de que la dinámica entre ellos no tendría desperdicio. A zabini le llamó la atención Albus... ¿es llevará a algo? Zabini es inteligente. Sabrá usar esa información.

KiraHN: ¡Hacía tiempo que no nos veíamos! Espero que te este yendo bien con tus cosas, y te gradúes pronto. Si te gusta la acción, bueno, estos capítulos han tenido de sobra. Fueron agotadores a la hora de escribir, pero también muy divertidos. Lancelot: ¿por qué? Es la pregunta que todos nos hacemos y que estamos esperando escuchar respuesta. ¿Por qué lo hizo? Albus: siento que tú le perdonarías cualquier cosa a Albus jajaj. Minerva: sí, imagino que debió de ser muy impactante. Confieso que yo adoro a Minerva y detesté tener que dejarla ir, pero me pareció adecuado para marcar el fin de una etapa y el inicio de otra. ¿Quién será el nuevo director/a? Ya lo descubrirán. Felicity: ¡Creelo! Jaja. Me encanta haber sorprendido a tantos lectores. Y yo que pensaba que podría haber sido demasiado obvia con las visiones de Lily. ¿El hermano de Felicity es domador? La lógica diría que si, ya que es magia que se transmite de forma hereditaria, por sangre.