Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

45: Combate en el Cementerio.

Harry lanzó una risilla, mientras sentía como era jalado, por aquel garfio. ―No hagas nada, hasta que el gacho deje de jalarte. ―Se dijo a sí mismo.

Aprovecha el momento, y carga algún hechizo o prepara un empuje de La Fuerza, pues te aseguro que esa visión era muy, pero muy real. No era solo un sueño. ―Dijo una voz, en su cabeza. Su consciencia, quizás.

Cuando aterrizó, sintió varias presencias, a su alrededor, estaba rodeado, por cinco Mortífagos. ― ¡BOMBARDA! ―gritó Harry con fuerza. Pero el hechizo no salió desde su varita, sino desde su cuerpo, como si fuera uno de los poderes de La Fuerza, logrando golpear a los cinco magos oscuros, que lo rodeaban. Se puso de pie, justo cuando sintió como unas cuerdas trataban de atarlo, pero usó un empuje de La Fuerza, que lo cubrió, y alejó las cuerdas de él, vio a uno de los Mortífagos poniéndose de pie. ― ¡Diffindo! ―gritó Harry, seguido por el grito de dolor del Mortífago, que perdió los dedos pulgar, índice y corazón, de la mano derecha, quien luego sintió el corte del hechizo, en su cuello, cayendo muerto.

―Hu... Hueso del padre, entregado sin saberlo ―dijo una voz temerosa. ―Revivirá al hijo.

Harry vio un caldero ardiendo en el fuego y un hueso siendo introducido. ― "Pettigrew" ―a pesar del susurro, el hombre lo escuchó perfectamente. El hombre, temeroso, miró su mano derecha y la levantó, en la izquierda, tenía una navaja. Harry, sin lograr entenderlo todo, atacó al hombre. ― ¡Diffindo!

El hombre chilló, al perder los dedos índice y corazón, de la mano derecha, que fueron a parar al caldero. ―Ca... carne... del.… vasallo... otorgada... voluntariamente... revivirá a su señor. ―Harry abrió los ojos, al escuchar aquello y se concentró, en la Fuerza, en causar un empuje desde norte y sur, para abollar el caldero e impedir el ritual, a pesar de que ya sabía lo que pasaría. Entonces, sintió un corte en la mejilla, acabando con su concentración y haciéndolo centrarse en Peter, mientras la sangre volaba en el aire y acababa en el caldero. ―Sangre del enemigo... revivirá a quien odia.

El caldero burbujeó, y Harry empleó las llamas de la Fuerza, para liberarse de las cuerdas, Peter chilló, al verlo libre, trató de atacar o aturdirlo, o quizás de escapar, Harry no sabía lo que pretendía hacer con la varita, ni quería averiguarlo, así que fue por lo seguro y lo ahorcó con la Fuerza, para luego levantar su otra mano, aun con la varita en ella, y como si fuera el director de una orquesta, el caldero se elevó del suelo, mientras Harry susurraba el Encantamiento Levitatorio, al tiempo que usaba la Telequinesis de la Fuerza, para elevarlo, entonces, Harry notó un resurgir en La Fuerza, y a Voldemort alzarse del caldero, sin saber exactamente, lo que le pasaría. ―Odio no conocer un hechizo para hacer los objetos pesados. ―Pensó, antes de cancelarlo todo, y dejar que el caldero cayera, pero Voldemort se transformó en una nube negra, que aterrizó a salvo, a un lado, mientras que el caldero era destruido.

―Harry Potter... me honras con tu presencia. ―Dijo Voldemort.

―Hacías más bien, para el país quedándote muerto, Ryddle: Es allí, a donde yo voy a devolverte: Al reino de los muertos ―dijo Harry.

― ¡Oh! ¿Y es que crees ser capaz de vencerme, Harry? ―preguntó Voldemort. ―Además: ¿Te atreves a llamarme, por ese nombre? ―ahora estaba enfadado. ―Ryddle... ―murmuró él mismo. ―Mi padre... abandonó a mi madre, al enterarse de que era una bruja, y ahora... ―apuntó al suelo, que Harry pisaba: estás encima de él... ―al fijarse en el suelo, notó los cadáveres. ―Vaya. Si parece, que alguien no es el Niño Dorado de Dumbledore, si es que fuiste capaz de matarlos, enséñame lo que tienes, Harry... ¡Crucio! ―exclamó. Harry cayó al suelo, zarandeándose del dolor que provocaba la maldición, y él, no lograba concentrarse lo suficiente. Solo atinó, a liberar su magia, de forma expansiva, como ya lo había hecho antes, logrando, tirar al suelo a Voldemort, y mandar a volar los cadáveres. ―Nada mal.

―Desearía... poder... decir... lo... lo mismo... ―dijo Harry, rápidamente, agarrando su varita. ― ¡Zancadilla! ―tomó una poción y llevándosela a la boca, cuando Voldemort tropezó, y él logró beber la poción, que le permitió recuperar su magia al completo. ―Estoy mejor.

―Nada mal. Dime Harry, ¿has tenido clases de duelo? ―preguntó burlonamente, cuando aparecieron los Mortífagos, creyó notar La Marca Tenebrosa, ardiendo roja, en el brazo de Voldemort.

―Sí. He tenido clases de duelo, y diversos conocimientos en hechizos de ese estilo. Me he estado entrenando, especialmente para este momento. ―Dijo Harry, cuando sintió a los Mortífagos ir apareciendo, mientras que Voldemort abrió los ojos, debido a eso último. Cerró sus ojos, y condujo tanta magia como pudo, hacía su varita. ― ¡Lumos Solem Máxima! ―De la punta de la varita de Harry, surgió una luz tan poderosa y brillante, que dejó deslumbrados, tres sonidos idénticos, pero que no pudieron distinguir (los sables de luz, siendo desenfundados/activados), se escuchó, y cuando pudieron ver, de los casi treinta Mortífagos, solo quedaban unos veinte con vida, a causa de tres objetos misteriosos, solo pudiendo distinguir uno de ellos: algo anaranjado, los Mortífagos, usaron el Expelliarmus, pero Harry atrajo los sables hacía él, para luego sonreír. ― ¡Wingardium Leviosa! ―diez objetos salieron volando de entre sus ropas, mientras él esquivaba los ataques de Voldemort, y los Mortífagos sobrevivientes. ― ¡Engorgio Máxima! ―los objetos crecieron de tamaño, apareciendo diez estatuas. ― ¡Locomotor: ¡Esculturas! ― las creaciones de Harry, ahora con dientes y garras, compuestas de puntas de metal afilado, fueron contra los Mortífagos. ― ¡Locomotor: ¡Estatuas! ―las estatuas del cementerio cobraron vida, y dieron paso a atacar, a los Mortífagos sobrevivientes, y al propio Voldemort. Cinco Mortífagos se Desaparecieron, dejando a su suerte a su señor, y a los otros cinco, quienes pasaron a luchar, contra las estatuas y esculturas. Viendo como Voldemort estaba distraído, pero aun teniendo que enfrentarlo, bebió de otra poción, aunque en realidad, era la misma que ya había bebido con anterioridad, logrando reponer su magia y su cansancio.

Vio a un Mortífago morir en manos de una estatua, otro y uno más.

Solo quedaban dos, además del propio Voldemort.

Cuando Voldemort vio a Harry, atraer la Copa de los Tres Magos, hacía él, sus ojos destellaron de furia. ― ¡AVADA KEDRAVRA! ―Rugió furioso.

Harry sintió algo detrás suyo, acechándolo. ― ¿una serpiente? ―se preguntó. Gracias a la Magia y a la Fuerza, logró aferrarse a la copa, y luego saltó.

Voldemort abrió sus ojos, al ver como la maldición, mataba a Nagini, quien no pudo evitar ponerse a sí misma en el área de fuego de la maldición, cuando intentó ayudar a su amo, y a esa pieza del alma de Voldemort, murió. La cólera encegueció al mago oscuro.

Uno menos ―pensó Harry.

¡Avada Kedavra! ―exclamaron los tres.

Harry empleó la Fuerza del Lado Oscuro, para arrojarle lapidas y otras cosas, a Voldemort y sus Mortífagos sobrevivientes.

Pero, para su asombro, Harry usó otro poder de la Fuerza Oscura: Tutanimis: Deteniendo en el aire, la mismísima Maldición Asesina. Fue tanto el asombro de los Mortífagos, que se desconcentraron y fueron golpeados por las lapidas, acabando con las vidas tres de ellos.

¿Oppugno? ―se preguntó Malfoy, quien tomó a su amo, dispuesto a irse, solo para ser detenidos, en el acto.

Harry, dejándose inundar por el Lado Oscuro, posicionó su mano y los ahorcó a los tres, haciéndolos caer al suelo, pero solo pudo dejarlos allí, hasta que casi estaban muertos. Se tuvo que concentrar, para hacer que las tres varitas fueran hacía él, momento en el cual ellos lograron escapar.

Harry era poderoso, pero no lo suficientemente poderosos, como para hacer ambas cosas, al mismo tiempo. ―Little Hangleton ―pensó, mientras caía sentado, y tomaba las varitas, para luego romperlas, e hizo lo mismo, con las varitas de los otros Mortífagos ya fallecidos. Miró hacía la casa en la colina, recordó su sueño. ―Entonces... es allá, donde está el otro trozo de alma, ¿eh?

― ¡Harry! ―el grito lo asustó. Eran Sirius, Amelia y varios Aurores.

― ¿Cómo supieron que estaba acá? ―preguntó Harry, confundido.

―Cuando fuiste Trasladado hasta aquí, también tu espejo lo hizo contigo ―dijo Amelia, sorprendiéndolo, mientras atraía el espejo, hasta ella. ―Todos lo han visto, en Hogwarts.

Harry no pudo evitar sonreír.

―Cedric Diggory, se está maldiciendo, diciendo que él podría haberte auxiliado en el combate ―dijo Sirius, con una sonrisa. ―Por cierto: Todo lo que lograste aquí, fue maravilloso.

Harry, Sirius y Amelia, se Desaparecieron, los Aurores se encargaron de eliminar los recuerdos de las personas.

Cuando Harry volvió, había una gran fiesta en el lugar, a causa de que todos vieron a Harry, combatir a los Mortífagos y arrasar con ellos. Rápidamente, Pomfrey ordenó que lo llevaran al Ala Medica, donde quedó inconsciente.

Al despertar, escuchó: ―Poppy, es en serio: necesito hablar con Harry.

―Lo lamento mucho, director, pero Potter sigue sin despertar. Ha estado sufriendo espasmos mágicos constantes, debido al largo combate sin descanso. ―Dijo Poppy.

Confunden, La Fuerza, con La Magia, la única diferencia entre ambas, es que cuando usas La Fuerza, empleas así mismo, la Fuerza del planeta, haciendo que esta corra por tu cuerpo y surja desde tus manos. ―dijo su consciencia.

Harry cerró los ojos, se sentía mejor.

No se sentía pleno, pero sabía que había descansado, aún quedaba el dolor muscular, y aunque estaba seguro, de que Poppy se haría cargo, prefería ahorrarle el trabajo, así que, encontrándose muy perezoso, como para alzar su varita y usar algún encantamiento medimágico, usó la curación de la Fuerza.

Al sentirse mejor, vio a Poppy ingresar, y le obligó a beber una poción roja, y otra blanca, la puerta se abrió e ingresaron Hermione, Padma, Susan y Daphne (junto a Parvati, Neville y Astoria), los siete se colocaron a su alrededor, queriendo ayudarlo, pero él juró estar bien.

― ¡Harry, se han llevado a Snape, Moody descubrió que él colocó tu nombre en el Cáliz, a causa de que El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado, se lo ordenó! ―dijo Neville, algo asustado.

― ¿Quién le reemplazará, como maestro de pociones o Jefe de Slytherin? ―preguntó, pero mirando a Daphne y Astoria.

―La profesora Siniestra, fue de Slytherin, así que ella tomará el puesto ―dijo su novia.

― ¿Sirius sigue aquí? ―preguntó Harry.

―Sí, ya lo llamo ―dijo Hermione, corriendo fuera de la enfermería.

― ¿Qué pasó, Harry? ―preguntó Susan, asustada.

Varios minutos después, todos tuvieron la respuesta, gracias al Pensadero de los Black: Voldemort resucitó, y Harry le hizo frente.

Pero Fudge no quería creerlo, a pesar de que sabía, que recrear a tantos Mortífagos era imposible, y él mismo se llevó su buen regaño y miedo, cuando trató de negarlo todo. Pero los presentes en el lugar, quienes lo vieron todo, de primera mano, gracias a los espejos, le obligaron a ver la realidad: Era Voldemort.

A Harry le dijeron, que su recuerdo, enseñado ante los alumnos de Hogwarts y de Beauxbattons (pues Karkarov y los de Durmstrang huyeron, cuando él notó la Marca Tenebrosa), solo confirmaba lo que todos visualizaron en el Espejo que él había llevado, cosa que lo sorprendió.

Así mismo, los hijos de los Mortífagos asesinados en el cementerio, fueron sacados del colegio, por sus madres o padres.

Quizás del país, quizás solo de Hogwarts.

La Segunda Guerra Mágica (de Inglaterra), comenzaba.