Dos jóvenes buscaban a su mejor amiga en medio del desorden y el bullicio del festival, y no solo eso si no que además escapaban de las no tan deseadas atenciones de tres modelos que al parecer no entendían el significado de la palabra "no". Uno de ellos preguntaba por Kyoko, al parecer le tomó mucho interés, pero aunque le decían repetidas veces que no sabían donde estaba, cada vez que las encontraba volvía a preguntar. Y así fue hasta que en un momento, cuando ya se ocultaba el sol, una rubia con mechones rosados y un vestido negro apareció llamando la atención de todos.
— ¡Kyoko! —Kanae corrió a abrazarla y luego darle un palmazo en la cabeza— ¡¿Dónde demonios te habías metido?!
— ¡Nos tenías preocupadas! —exclamó Chiori, quien también le dio un palmazo.
— Dejé una nota, fui al SPA—respondió sin emoción alguna, sobándose con monotonía la cabeza —. Estoy cansada, iré a tomar una siesta —se separa de ellas y apunta hacía los jóvenes y atractivos modelos que las miraban de lejos, expectantes— Ustedes vayan y diviértanse, por favor.
Ambas chicas querían negarse pero antes de que logren decir algo la pelinaranja que ahora era rubia, ya estaba desapareciendo, subiendo las escaleras para ir a su cuarto.
Durmió como nunca, como una verdadera bella durmiente, y cuando despertó solo fue por los fuegos artificiales. Vio por la ventana y ya era de noche, inconscientemente se levantó de la cama y corrió hacia la azotea, sin importar pisos que tuvo que subir... Y valió la pena, desde ahí se podía ver todo, y todo era hermoso, una verdadera vista privilegiada.
En medio de su observación de tanta gente divirtiéndose y riendo, disfrutando de esa magnifica noche con luna llena y cielo estrellado, de pronto se perdió en sus pensamientos.
Al final el beagle solo la quiso para un vídeo, pero no le gustó a Kyoko la sensación con la que se quedó después.
¡Para colmo siguió sin devolverle su teléfono!
Y lo peor era Sho con su vídeo y ese beso que incluyó sin avisar y sin el permiso de nadie.
《¡Oh! Y dime, caperucita...¿Ya viste el vídeo de Fuwa? Sales bonita, pero... Eso no es lo que llama la atención —sonríe de lado—. No me gusta creer en rumores pero, ¿de verdad eres la ex de Fuwa? —ríe— No sé tú pero creo que cierto "leoncito" va a querer explicaciones...》
"¡SHOTARO! ¡IMBÉCIL! ¡¿CÓMO SE TE OCURRE HACERME ESO?! ¡ESTA VEZ SÍ TE LA GANASTE, BASTARDO!"
Los demonios mentales de Kyoko volaron hasta Tokio para ahorcar a Sho, mientras ella se despeinaba por el enfado... Pero entonces recordó lo que Reino agregó.
《Aunque, caperucita, no te debes preocupar mucho... Al final leoncito no es nada tuyo y, en realidad, ¿crees que le importa? —suspira— Ah, qué patético, a él seguro que le importa poco o nada con quien te beses y aún así —ríe—... En fin —suspira—, caperucita, el amor es una enfermedad inútil y los síntomas son muy predecibles, tu mirada triste es fácil de leer, y además lo vi en tu pesadilla —le acaricia el rostro con pena—... ¿Crees que está enamorado de otra verdad?》
Kyoko se comenzó a caerse, pero además la tristeza comenzaba a invadirla.
"¿Por qué tenía que amarlo? ¿Por qué él de todo el mundo? Él nunca me podría mirar como mujer... No como más que una kohai... O de milagro como una hermana menor..."
《¡Ama! ¡No, ama! ¡Deje de despreciarse! ¡¿Es que acaso quiere darle la razón al estúpido Shotaro?!》
"No, pero..."
《Vamos, ama... ¿Acaso no escucha los comentarios de la gente? ¿Acaso no recuerda las cartas de sus fanáticos? ¿Acaso no recuerda los halagos de los directores?... ¿Acaso no recuerda los halagos de él?》
"Pero solo lo dice por ser amable..."
《Ama, por favor deje de engañarse; además, parece que olvida las cosas que él le dice... ¿Es que acaso ve que trata a alguien igual que a usted?》
Kyoko se quedó con la mente en blanco y los ojos bien abiertos.
《¡¿Crees que ya se dio cuenta?!》
Preguntaba uno de los ángeles mentales de Kyoko a una de las pocas demonios que no fue a matar a Sho.
《¡Ja! Yo no me ilusionaría...》
"No... Es que sí, me trata diferente pero es porque... Me metió a la zona de amigos,¿verdad?"
Kyoko recordaba con una sonrisa triste lo que leyó en la revista de María, y ángeles lloraban de desesperación mientras demonios ya acostumbradas las consolaban.
《¡Ama, por favor reaccione! ¡¿Y qué hay de las insinuaciones ese día que cuidaron a María-chan?!》
"No... Solo busca que haya química para poder hacer bien nuestros papeles..."
A este punto ángeles se rindieron y las demonios suspiraban resignadas mientras que la mente de Kyoko se invadió de recuerdos felices con él, recuerdos de ese día y los vídeos de él comiendo, sonriendo... Lo extrañaba.
Alzó su vista a la luna, estaba hermosa, arriba en el cielo y sin darse cuenta sonrió tan radiante como las estrellas sobre ella.
— Tsuruga-san debe estar mirando la misma luna...
— Sí —respondió entre suspiros.
《Ehm... Ama, esa voz no vino de nosotras 》
Los angelitos avisaron a Kyoko, muy tarde.
Entonces se dio cuenta, volteó y a su costado estaba Kanae mirándola atentamente.
— ¡Moko-chan! ¡¿Desde qué hora estás aquí?!
— Desde antes de que llegases aquí a mirar la luna toda embobada para pensar en Tsuruga-san.
Kyoko estaba totalmente sorprendida, en todo el tiempo que pasó estuvo tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta para nada de la presencia de su amiga.
— Parece que tus pensamientos en Tsuruga-san no dejaron que te des cuenta de mi presencia...
— ¿Eh? ¡¿De qué hablas, Moko-chan?! ¡¿Pensando en Tsuruga-san?! ¡Para nada! ¡Estás equivocada!
— Ahh... ¿Entonces pensabas en Fuwa?
— ¡¿Eh?! ¡¿Y por qué pensaría en ese bastardo?! —sus nervios fueron reemplazados por desagrado.
— Bueno esos son los únicos hombres que conoces y que tienen un mínimo de relevancia en tu vida, y no creo que ese loco de la otra vez te saque esa mirada de cordero degollado...
— ¡Que no estaba pensando en nadie! —pausó para volver a dirigir su vista a la luna— Yo... Yo solo miraba lo linda que estaba la luna...
— Sí, por supuesto —se cruza de brazos y la mira con seriedad—... ¿Esta es la parte en la que finjo creerte?
— Pero...
— Tú y yo sabemos que esa mirada no puede ser causada solo por la luna —la miró con seriedad dejando a Kyoko callada.
Kyoko, antes de que sus secretos sean totalmente descubiertos por esos intensos ojos obsidiana de su amiga, esos que parecían poder invadir tu interior y descubrir tus secretos, volvió a mirar a la bella luna.
— ¿Se divirtieron?
— ¡¿Bromeas?! ¡Te estuvimos buscando todo el bendito día! ¡Estuvimos escapando todo el día de esos modelos cabezas huecas y cuando apareces nos abandonas y nos dejas a esos tipos! ¡Tuvimos que colarnos entre esas que están disfrazadas de geishas y subirnos a un escenario para perderlos! ¡Mírame aún queda el maquillaje! —le mostraba su cara con restos del tradicional maquillaje y Kyoko se quedó en silencio— ¡¿Qué tienes que decir a tu favor?!
Kyoko se empezó a reír sin parar y sorprendentemente Kanae también se empezó a reír. Luego de un rato ambas se calmaron y se quedaron en un largo y pacífico silencio.
— Kyoko —suspiró su amiga, terminando con el cómodo mutismo que les daba paz—... ¿Desde cuándo?
Kyoko reaccionó por unos instantes, ella sabía a qué se refería su mejor amiga pero le parecía algo impresionante que ya lo preguntase como si ya fuese un hecho para ella. Pero no, tenía que negarlo, aun si se trataba de Kanae.
—¿Desde cuándo qué?
Kanae la miró como diciendo que la respuesta es obvia, pero Kyoko actúa bien, por lo que su mirada de inocencia y supuesta ignorancia era muy creíble. Entonces la pelinegra comenzó a dudar un poco, así que luego de un suspiro le aclaró.
— ¿Desde cuándo estás enamorada de Tsuruga-san?
— ¡¿Ehhh?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué, qué?! ¡¿Pero de qué hablas, Moko-chan?! ¡¿Qué yo qué por Tsuruga-san?! ¡Qué dices! ¡Qué locura!
"¡Maldición, Kyoko! ¡Eso es muy sobreactuado! ¡Hazlo mejor! ¡Tienes que convencerla!"
Kyoko entraba en pánico, mientras los ángeles sufrían la ira de los demonios en silencio.
《¡¿Ven lo que hacen?!》
Les reclamaban las demonios, pues si no hubiesen iniciado una conversación con su ama, Kyoko no se hubiese confundido y no se hubiese puesto en evidencia.
"Nunca había escuchado tantos qué en una sola frase..."
Pensaba la actriz mientras miraba a Kyoko con unos ojos que gritaban "no soy idiota", haciendo que la pelinaranja trague saliva.
—... Tsuruga-san es muy respetado senpai y le tengo mucha gratitud, solo eso...
— Kyoko, bien sabemos que no es solo eso, tú haces por él mucho más de lo que la gente normal haría por un senpai...
— Moko-chan, te juro que no sé de qué...
— En tu mundo no hay más espacio que para él, o mejor dicho, él es tú mundo, no quieras negar lo evidente —suspira y baja la cabeza—, soy tú mejor amiga y por eso —Kanae se avergonzaría por el resto de su vida de lo que iba a decir—... Quiero que seas sincera conmigo...
"¡Maldición! ¡Tú! ¡Por causa de tus tonterías escucha lo que estoy diciendo!"
Kyoko entonces esbozo una triste sonrisa, bajo la mirada hacia el suelo y comenzó.
— Moko-chan, tienes razón en muchas cosas, Tsuruga-san es un hombre excepcional... Es inevitable admitir que siento muchas cosas por él... Respeto, admiración, estima... Pero amor... Es algo que jamás diré... Ese sentimiento está prohibido para mí —suspira y la encara con una mirada llena de dolor—... Tú más que nadie lo sabes bien, ¿no?
Kanae la observó con detenimiento. Kyoko, al parecer, hablaba con sinceridad eso era lo que quería pues, aunque a esta amiga "tsundere" le costara admitirlo, le preocupaba mucho la felicidad de su querida amiga la pelinaranja.
Aunque a la vez estaba algo asustada.
"¡¿Está triste?! ¡Por favor, no! ¡Soy...! ¡Soy pésima consolando a la gente!"
— Moko-chan, por favor creeme cuando te digo que —suspiró con una sonrisa—... Esto no es amor...
Se calmó un poco al ver que no había señales de tristeza en su amiga, pero encontró algo que la irritó más... Resignación.
— De ninguna forma.
"¡Tonta! ¡Tienes al hombre comiendo de la palma de la mano y me vienes con esto!... Bueno... A seguir el plan del viejo..."
— Kyoko... Puedes engañar al mundo si quieres, pero no te engañes a ti misma —dijo ella, dirigiéndose a la salida—... Los sentimientos pueden ser estúpidos, te hacen daño...
"Moko-chan... ¿Me está dando un concejo de amiga?"
Kyoko pensaba conmovida mientras Kanae dudaba sonrojada, titubeando un poco pues no estaba acostumbrada a dar este tipo de consejos románticos. Ambas se miraban, y Kyoko esperaba a que Kanae termine lo que decía. Aparentemente esperaba algo grande, lo cual no ayudaba a Kanae con los nervios que la atacaban.
—... Pero negarlos o intentar convencerte a ti misma de que no existen, es aun más idiota. —terminó Kanae la frase, a la vez acabando con el ambiente conmovedor.
Kanae se fue a la escalera y comenzó a bajar de esa azotea, mientras su amiga miraba en la dirección por donde iba con una triste sonrisa.
"Moko-chan... No me estoy engañando a mí misma..."
Pensó viendo como se iba su amiga. Luego volvió su vista hacia el cielo tan brillante sobre ella.
"Intento engañar al mundo pero cada día se me hace menos posible..."
Miró a su Princesa Rosa y la acariciaba con ternura.
"¿Tendré la fuerza para mantenerlos aquí dentro?"
Kanae bajaba pensativa las escaleras del hotel, pues su cuarto estaba en el sexto piso y la azotea en el décimo, y entonces, en medio de ellas, se chocó con alguien, lo miró y se sorprendió.
— ¿Se encuentra bien? —sus miradas se encontraron, y él suspiró de decepción, luego sonrió con resignación— Buenas noches, Kotonami-san, disculpe por no haberme fijado...
Kanae se quedó mirándolo, luego, al calmarse por la sorpresa, hizo una reverencia como saludo, acto seguido se disponía a marcharse, pero cuando ya se estaba yendo, suspiró agotada y paró en seco.
— Está en la azotea —dijo sin voltear y luego siguió con su camino.
Kuon corrió... No, voló escaleras arriba, pues fue tan rápido que sus pies casi no pisaban los peldaños de las interminables escaleras, y así llegó al último piso. Encontró una puerta frente a él cuando pisó el último escalón, tras la cual estaba la azotea, y ahí estaba ella. Suspiró, estaba muy emocionado de verla, pero por lo mismo también algo nervioso, como un chiquillo de secundaria a punto de encontrarse con la niña que le hacía perder el sueño.
Tampoco es como si hubiese pasado mucho tiempo desde que no era uno, ese pensamiento le hizo reír.
Abrió la puerta lentamente y al frente estaba ella, de espaldas, contemplando la luna con añoranza, soñadora como siempre.
Él silenciosamente se acercó y desde atrás la rodeo con sus brazos y la abrazó, causando en ella un respingo. En ese momento le murmuro a su oído un "te extrañé", lo cual la dejó tiesa, pero poco a poco se relajó y hasta correspondió al abrazo. Entonces, mientras ella estaba sorprendida y le decía cosas como que se detenga o que la suelte, sin mucha insistencia, claro está ya que eso era lo último que quería y ambos lo sabían, Kuon solo disfrutaba de su aroma sin pensar en nada pues para él no existía nada más.
