-quien es?.- me decidí a preguntar

-qué?

-quien es?, la conozco?, es del centro de terapia física o de la academia?... es bonita?, es delgada?, tienes sexo con ella?.- las preguntas salían una tras otra sin darle la oportunidad de responder.

-de que hablas Kate?

-de la mujer por la que nos vas a dejar.

-pero…

-lo sabía, todo me decía que algo pasaba y…

-no Kate, no…

-no es lo que estoy pensando?... vamos Rick, tienes semanas actuando extraño, no quieres hablar conmigo, se que he pasado mucho tiempo fuera de casa últimamente, que quizá descuide nuestra relación, olvidé nuestro aniversario, hace meses que no hacemos el amor, supongo que era cuestión de tiempo, debí adivinarlo, ya no te gusto verdad?, ya no…

-basta Kate, no es nada de eso, no hay otra mujer.

-no tienes que ocultarlo, está bien, lo entiendo, yo…

-quieres callarte… no es nada de eso, me gustas, te amo, no podría estar con otra mujer, y como crees que iba a dejarlos si son mi vida.- suspiró, pasó su mano por mi mejilla secando la lágrima que resbalaba por ella, dudó unos segundos más.

-entonces?.- dije con la voz ahogada.

-miro al suelo.- es que… me siento avergonzado de decírtelo.

-no puede ser tan malo, prometimos estar juntos siempre, ayudarnos, amarnos, nada puede ser tan malo.

-si, pero…

-si guardas silencio no puedo ayudarte y eso nos está lastimando a los dos, no lo ves, lo que sea estoy aquí para ti, como siempre lo he estado.

-bien.-suspiro.-no sé como decirlo, yo, es… no funciona.- miró hacia abajo.

-no funciona, que no funciona?- pregunté intrigada sin saber de que hablaba.

-yo… recuerdas aquel día de nuestro aniversario?

-ahora lo recuerdo mas que nunca.

-bien, yo… estuve agradecido de que nada más pasara, de que fuese el bebé quien nos interrumpiera, no… lo había intentado antes.- le escuché, aunque no entendía muy bien de que hablaba.- las últimas semanas de embarazo fueron difíciles para ti, luego vino el parto, los días en los que te sentías tan mal y yo estaba angustiado, así que no lo intenté por que sabía que no era el momento, después vinieron otras cosas, creí que el momento indicado sería el día de nuestro aniversario, de verdad quería pasar una noche a solas contigo, de verdad quería hacerte el amor hasta amanecer pero entonces empecé a notar que algo pasaba o más bien no pasaba, tus besos, tus caricias no lograron despertar el deseo en mi, supuse que había querido forzarlo, que quizás el tiempo, la situación, yo, quizá todo en conjunto me estaba haciendo tener una especie de bloqueo, no dije nada por que el tiempo pasaba y por más que trataba de relajarme nada sucedía, te veía andar por la casa, te observaba dormir con la intención de despertarte en uno de esos momentos y que simplemente sucediera, pero me di cuenta de que no funcionaba, sé que lo has deseado, pero aunque lo intento no puedo, no es que no me gustes, no es que no te ame, es solo que me di cuenta de que aunque lo quisiera no podría.

-pero nunca dijiste nada.

-lo sé, creí que era cuestión de tiempo, que en un punto volvería y tendríamos esa noche que ambos queríamos, no quería decepcionarte, que pensaras lo que has pensado.

-pude ayudarte, pude… no sé… pudimos intentarlo, quizá si yo… hubiese.

-lo sé, lo sé, pero… quise resolverlo yo solo, sentí vergüenza de que lo intentáramos y no funcionara, eso me haría sentir muy avergonzado.

-pero Rick, esto algo de los dos, jamás me hubiese sentido decepcionada, si aquí no hubiese podido ayudarte pues entonces buscaríamos donde si pudieran… Rick el sexo no lo es todo, nuestra relación si lo es.

-soy un estúpido, jamás podría engañarte con otra mujer, solo estaba molesto, sentí vergüenza, no supe que hacer.

-suspire mientras ponía mi mano en su mejilla para que me mirara.- has buscado ayuda?

-no sabía a donde ir, como te dije, pensé que si lo dejaba pasar , si no pensaba tanto en eso, quizá, ya sabes, en un punto volvería y podría hacer como que nada habia pasado.

-y mientras tanto yo me inventaba toda una historia.

-lo lamento tanto, en verdad no quería que eso pasara, tu estabas tan ocupada con tantas cosas que pensé que no lo habías notado, no quise herirte.

-deberías ir al médico, pediremos una cita, te acompañaré.

-estas segura?

-quizá si no te amara, claro que estoy segura, vamos a resolver esto juntos.

-pero y si… no es como antes?

-eso no puedes saberlo, no podemos adelantarnos absolutamente a nada.

Más tarde ese mismo día, volví a casa de mis padres, aunque había pasado una hora junto a Rick, ambos nos habíamos abrazado un buen rato, sin hablar, solo acariciándonos y besándonos en algún momento, sabía que Rick se sentía ansioso al respecto, sabía que no deseaba ir mas allá y lo respeté, no teníamos que forzar nada, simplemente encontraríamos la forma de que como él lo habia dicho, volviese a funcionar.

Un par de días más tarde, acompañé a Rick al médico ambos nos sentamos frente al escritorio, Rick relató la situación por la que estaba atravesando, lo que había intentado hacer solo y como se sentía frustrado cada vez que no obtenía un resultado satisfactorio, pude ver sus mejillas sonrojadas cuando el médico le pidió fuese más especifico en algunas partes de su relato, yo sabía que era con el fin de saber un poco más sobre la causa y la posible solución, pero creo que Rick sentía que en cierto modo había cosas que no quería que yo supiera por vergüenza.

Decidí entonces salir de la habitación, solo para que se sintiese mas cómodo, él sabía que yo le apoyaría de cualquier manera, miré los carteles hablando de pedir ayuda en caso de sospechas de disfunción eréctil, en algunos otros se veían los rostros felices de parejas que parecían haber superado la situación, me pregunté si seríamos parte de esa estadística, quizá lo que sucedía con Rick era algo temporal como él lo había sugerido pero sin un diagnóstico no podríamos saberlo.

Rick salió unos minutos después, sonreía levemente, llevaba en sus manos unas hojas, debía hacer algunos estudios clínicos para descartar un problema físico, debería volver la siguiente semana.

Unos días más tarde, Rick volvió con los resultados del laboratorio, claro que nosotros no entendíamos mucho de eso, asi que él llamó para pedir una nueva cita y esperamos pacientemente que llegara el día, mientras eso sucedía, dejamos de lado la idea del sexo, tratamos de enfocarnos en nuestra relación sin olvidarnos de nuestro pequeño que crecía rápidamente, ideamos un plan para que Rick no se sintiera incómodo, algunas noches solo lo abrazaba al dormir, algunas otras dedicábamos unos minutos a hablar o unos minutos de besos y caricias que de ninguna manera buscaban nada más, solo sentirnos cómodos con nosotros, aunque podía ver en el rostro de Rick como algunos días deseaba que fuese diferente y aunque un par de veces él había tenido la iniciativa, al final nada había sucedido, yo trataba de hacer que se relajara, que no pasara tanto tiempo pensando en eso, sin embargo si algo tenía era que a veces era demasiado testarudo y eso nos ponía en una situación difícil.

La paciencia era lo único que nos quedaba, aunque Rick no lo fuese tanto, la verdad es que nunca lo había sido, la mañana de la cita con el médico, Rick se levantó de la cama muy temprano, lo escuché dar vueltas por la habitación buscando no se qué, se sentaba en la orilla de la cama y luego volvía a levantarse en la búsqueda de lo que supuse sería mas bien calma.

-Rick por favor, quieres calmarte.

-no puedo, estoy preocupado.

-porque?

-por todo, y si… en esas hojas dice que no voy ser normal otra vez, si no puedo disfrutar de estar contigo, si no voy a poder complacer a mi esposa.

-Rick ya hablamos de eso, alguna solución habrá y te estas adelantando, será el médico el que diga que es lo que tenemos que hacer… ahora trata de mantener la calma, ven aquí.

Extendí mi mano para tomar la suya, rodee con mi brazo su espalda y besé su mejilla, lo escuché suspirar mientras apoyaba la cabeza en mi pecho.

-no quiero decep…- puse un dedo en sus labios.

-eso no va a pasar.

Miré al reloj aun faltaban algunas horas para nuestra cita, Rick durmió unos minutos mas abrazado a mi, lo observé unos minutos mientras pensaba en lo que pasaría, aunque trataba de hacer que se calmara no podía negar que yo también sentía algo de ansiedad, me había esmerado en hacerle saber que no tenía por que preocuparse que debía estar tranquilo y en el último de los casos no debíamos toda la importancia, habia muchas otras razones por las cuales preocuparse empezando por nuestra relación.

Me senté a su lado en la sala de espera y aunque no esperaba estar con él, Rick no soltó mi mano cuando escuchamos su nombre y entramos, el médico nos miró solo unos segundos y comenzó a hacer anotaciones en una hoja.

Ambos nos sentamos frente al escritorio, de pronto me sentí como en mis años de estudiante, cuando mis padres eran llamados por que yo ya había hecho algo de lo que seguramente me iba a arrepentir pero que en el momento no me habia importado, esta vez era diferente, Rick seguía apretando mi mano en la suya, le miré y luego volví la vista al frente, el hombre tomó el sobre con los resultados, los repasó con la vista, parecía muy concentrado mientras Rick perdía cada vez más la calma y movía su pierna nervioso.

Por fin después de varios minutos, el hombre nos miró y habló, según él algunos valores se salían un poco de lo normal sin embargo no había razón para creer que serían la causa, una dieta mas adecuada le harían volver al buen camino, algunas vitaminas le ayudarían, sin embargo aun no abordaba el tema que nos tenía allí sentados, Rick suspiró mientras me veía y sonreía tímidamente, luego de una pausa el médico volvió a hablar, deberíamos hacer una nueva cita esta vez sería diferente, la última vez que Rick que había acudido con un psicólogo había sido por otra razón y lo había hecho el solo, ahora yo tendría que estar allí, era algo que ambos debíamos hacer y no me molestaba, aunque si me preocupaba, de cualquier manera estaríamos juntos y me alegraba ser de ayuda, pues según el médico no era un problema físico, sin más remedio salimos de allí.

Subimos un par de pisos más, allí veríamos al terapeuta, Rick sostenía mi mano, de pronto parecía que algo malo sucedería si la soltaba.

La cita quedó agendada para unos días después, esa noche Rick me abrazó y no me soltó, pude sentir su pecho pegado a mi espalda y su respiración en mi cuello, sus brazos me rodeaban, no solo buscaba calor, buscaba sentir confianza, buscaba seguridad en mi, creí entonces que parte de todo tenía que ver con el hecho de que me había enfocado en lo que a mi me preocupaba todos esos meses que olvidé como eso le afectaba a él también, Rick no quería fallar, esperaba ser mi punto de apoyo después de pasar por aquella crisis después del parto que creo que al final creyó que debía cargar con todas las responsabilidades él solo, ahora no solo era eso, quizá Rick tenía tanto miedo de fallar, por años le habían llamado héroe, lo habían elevado a un punto en el que le era difícil entender que tenía derecho a fallar, a equivocarse.

La tarde de la cita, Rick se mostraba calmado, aunque por momentos, entrelazaba sus dedos y me miraba fugazmente, puse mi mano sobre su pierna cuando la vi moverse de un lado a otro, sonreí y besé su mejilla, quise decirle con ese pequeño gesto que no estaba solo.

Una mujer de avanzada edad nos miró al entrar, sonrió amablemente, nos pidió que tomáramos asiento y luego sacó un portapapeles donde comenzó a hacer anotaciones, nos dio una amplio panorama de que era lo que haríamos allí, pero sobretodo nos pidió cooperación, nuestro problema se resolvería solo si ambos nos esforzábamos y hacíamos todo lo que ella nos pidiera.

Tomé la mano de Rick antes de salir, la sesión había durado poco pero había sido bastante reconfortante saber que no éramos los únicos que habíamos pasado por allí, el agarre de Rick se volvió suave, gentil, lucia menos preocupado, caminamos por la calle, no hablamos solo dimos una especie de paseo como aquellos que hacíamos antes.

La siguiente sesión Rick debía acudir solo, tendría que hacerlo un par de veces antes de que yo volviera a acompañarle, debía llenar algunos formularios, cuestionarios y demás requisitos, el primer día Rick guardó silencio, y yo no quise hacer preguntas, le dejé pensar en todo aquello que tenía en la cabeza.

La siguiente vez que le acompañé, me senté junto a él, Rick sostenía mi mano como siempre, esperábamos afuera, miraba hacia la pared, Rick hablaba de lo bueno que era que estuviese allí con él, mientras yo me preguntaba que clase de preguntas me harían, si en algún momento me sentiría incómoda por tener que hablar de algo tan íntimo como nuestra vida sexual, escuché mi nombre, fueron unos breves segundos de ansiedad en los que caminé hasta la silla donde me senté, la mujer me miró con total tranquilidad como lo había hecho con anterioridad, supuse que mis ojos reflejaban el nerviosismo, me mostró un poco de lo que haríamos y que no tenía que preocuparme, suspiré antes de leer la primer pregunta en la hoja.

Una media hora más tarde había terminado de contestar un cuestionario de unas 20 preguntas, eso solo habia generado mas preguntas y como estas se relacionaban con lo que le pasaba a Rick, sin embargo decidí esperar, de igual manera trataba de entender que esto solo era parte un tratamiento y que en algún momento llegaríamos a un punto.

La siguiente sesión fue prácticamente igual aunque esta vez hubo un cambio, tal como si estuviésemos en el colegio, tuvimos algunos ejercicios que hacer en casa, esa noche Rick me miró, usaba ropa cómoda, me recosté a su lado y le miré con una sonrisa nerviosa, él hizo lo mismo, ninguno se atrevía a tocar al otro, un par de minutos después, sentí su mano, era suave y tibia, recorría lentamente mis piernas, me provocaba una cierta excitación pero ciertamente era diferente, debía enfocarme, ambos debíamos enfocarnos en lo que sentíamos, su mano se movió torpemente al principio pero luego de unos segundos adquirió confianza y siguió, cerré los ojos mientras pensaba en como esto nos ayudaría.

Fue mi turno entonces, sentí bajo las yemas de mis dedos las cicatrices en su piel, recordé aquel momento en el que lo vi en aquella cama, recordé, sin quererlo realmente, aquella angustia y como desee que él volviera, que fuera el mismo de antes, sentí un par de lágrimas en mis mejillas, Rick me miró entonces, puso su mano en mi mejilla.

-Kate.-dijo con suavidad.

-lo siento, no es así como debe ser.

-esta bien, lo intentaremos de nuevo mañana.

Rick me rodeo con sus brazos, me permitió llorar sin más preguntas, creí entonces que él sabía el motivo de mi llanto. La siguiente noche, después de llevar al bebé a la cama nos dispusimos a realizar el ejercicio de nuevo, respiré profundo después del turno de Rick, me enfoqué en lo que debería hacer, pasé mis dedos con suavidad sobre su piel, pude ver como en algunos sitios se erizaba, sentí entonces un escalofrío recorriéndome, era un poco difícil para mi no dejarme llevar, sin embargo no era por mi sino por él que lo hacíamos y en un punto me tuve que recordar que así debería ser, hicimos el mismo ejercicio algunas noches más, antes de la siguiente sesión.

Para la siguiente vez el cuestionario cambió así como el ejercicio a realizar y las siguientes fueron cambiando, evolucionando conforme avanzaban, las primeras veces no serían fáciles, creímos que todo estaba bien, hicimos suposiciones de lo que pensamos estaba bien y ahora nos dábamos cuenta de lo difícil que era expresar algunas cosas.