Preguntas y respuestas

No sabe cómo una cosa llevó a la otra, pero ahora se encuentra acostada en el húmedo césped de un parque muy lejano de casa y en estos momentos se siente atontada al observar las estrellas.

Ya han pasado horas desde que dejaron ese café después de que se detuviera la lluvia. Desde que mejoró el clima, también parece que lo hizo su estado de humor.

Su corazón late con fuerza y no puede evitar sonreír como una niña. Cierra sus ojos mientras entrelaza sus dedos y lleva ambas manos hasta su pecho.

Respira profundamente como si eso le sirviera como prueba que no está soñando.

—Te ves muy tierna— susurra Levi.

Como si fuese una fantasia, abre sus ojos y mira hacia su derecha para encontrase con la mirada de Levi quien también estaba acostado.

Siente mariposas revoloteando en su estómago y su rostro comienza a tomar un color rojizo.

—Tu también— responde torpemente.

Levi sonríe y roza con su mano la mejilla izquierda de la chica. Su tacto es tan reconfortante y suave.

Ella deprisa coloca una mano sobre la del hombre. Siente sus nudillos y las venas que se dibujan como ramas de árbol.

Casi perfecto, casi una obra de arte.

—Esto parece un sueño— le comenta con algo de vergüenza, pero se moría por confesarlo.

Levi alza una ceja, voltea su cuerpo hacia ella.

—¿Has soñado conmigo alguna vez?— pregunta curioso.

Mikasa se muerde los labios mientras analiza la pregunta. Cree haber hablado de más.

Entra en pánico y más cuando Levi sonríe al notar su nerviosismo.

—Con que... Has tenido "esos" sueños conmigo.

¿Qué acaba de decir? No, claro que no. Ella no se refería a ello, aún más nerviosa suelta la mano de Levi y desvía la mirada.

Su pudor no le permite preguntarse si es una pregunta seria o una broma.

—Y que curioso, si dices que esto parece un sueño y el césped está húmedo...— suelta un suspiro.— ¿Esto no lo hace un "sueño húmedo"?

Mikasa siente una corriente eléctrica por todo su cuerpo y en especial en el centro de su vientre después de ese mal chiste.

La respiración se vuelve más agitada y la temperatura está subiendo.

Levi se acerca a ella, con una mano acaricia su cintura y casi se posiciona encima de ella.

—Si esto fuera un sueño, ¿Qué querrías hacer ahora?— pregunta seriamente mientras la acorrala—. Yo tengo muchas cosas en mente, pero podemos hacer lo que tú quieras...

No puede evitar pensar en una alarma de escape. El ambiente se está volviendo muy caliente para lo que está acostumbrada.

El pudor la está matando y cada latido parecen golpes en sus oídos.

BOM BOM, BOM BOM

—¡Hasta la graduación!— grita desesperada por recordarle su trato.

Levi suelta una carcajada. No puede evitar besarle una mejilla y después dejarla libre.

—Descuida, estaba bromeando— le confiesa y vuelve a pegar su espalda contra el césped.

Mikasa tiene la necesidad de apretar sus piernas al sentir una palpitación entre ellas y lleva una mano hasta su pecho.

Eso estuvo cerca, pero... ¿Que hubiese pasado si ko fuera una broma? ¿Habría cedido o su mente se interpondria?

—Juguemos a algo— suelta torpemente, quiere concentrarse en otra cosa.

—Que traviesa— le responde Levi.

—Nada sexual— reprocha nerviosa.

—Tsk. Al parecer alguien tiene la mente caliente en estos momentos— utilizó un tono seductor—. ¿A qué quieres jugar?

—Preguntas y respuestas.

No sabe si puede tomarse como un juego, pero no suena mal esa propuesta.

—Al parecer la señorita Ackerman tiene curiosidad por el profesor— suelta una risita—. Anda, tu empieza.

Vaya, jamás hubiese imaginado que llegaría tan lejos con Levi. Confirma que esto es como un sueño.

Ella y su sexy profesor acostados sobre el césped mientras admiran las estrellas. Cuál película.

—¿Desde cuándo te interesó la música?— la primera pregunta siempre suele ser simplona, pero es solo un rompehielos.

—Desde temprana edad, mi tío Kenny solía escuchar rock británico cada vez que nos visitaba— el toque nostálgico de Levi le despierta aún más la curiosidad.

Quiere saber más sobre él, podría escucharlo por horas. Nunca se aburriría.

Levi es el libro que más le interesa leer.

—Mi turno— chasqueó su lengua y pensó unos segundos—. Eres muy joven aún, ¿Qué te gustaría hacer después de la universidad?

Excelente pregunta, más que excelente. Busca en lo más profundo de su mente y se encuentra en la misma habitación en blanco.

No hay respuesta, casi nunca se detiene a pensar en ello.

—Tal vez trabajar o tomarme unas semanas para descansar. No lo sé aún.

—Escapemos juntos— añade serio.

—Todavía no es tu turno y esa no es una pregunta.

—No, no lo es.

Mikasa se queda muda y lo mira de reojo. Él la observa con mucha atención y no alcanza a ver ni una pizca de diversión.

Es mejor evadir ahora el tema.

—Mi turno. ¿Con cuantas chicas has salido en total?

—Ya veo a donde va esto— sonríe—. En la universidad fui muy popular...

—No mientas— responde divertida.

—¿Celosa?

—¿Tomo tu popularidad como respuesta y eso último como tu pregunta?

—Si. Me interesa más saber de ti.

Mikasa siente otro brinco en su pecho.

—Siempre. Llamas mucho la atención de las chicas. Mis compañeras decian que eres atractivo.

Voltea a verlo y cuando observa una leve sonrisa de su parte, siente su rostro arder.

—No conocía tu lado egocéntrico

¿Que más debería saber de ti?— añade celosa.

—Yo nunca dije que fui popular cuando era universitario— Mikasa se queda boquiabierta ante esa revelación.

—¡Oye!— he ahí el primer reclamo.

—¡Mi turno!— alza un dedo y la otra guarda silencio—. Veamos, ¿Con cuántos tu...?

No terminó su pregunta a lo que Mikasa lo mira dudosa. Pero tal vez sabe que es lo que quiere saber.

No está mal darle un pequeño empujoncito.

Se sonroja al extremo y su piel se eriza.

BOM BOM, BOM BOM

En fin, el pecado es delicioso y su lengua venenosa.

—Ninguno. So-Soy virgen.

Levi se sienta de inmediato y la mira fijamente mientras ella por primera vez no se hunde en las Arenas movedizas del pudor.

¿Qué? ¿Por saber eso lo prendió? Activó lo prohibido.

Gracias a las preguntas, hoy se siente una chica diferente y más abierta. Ella misma quiere saber hasta donde va esto y hoy no quiere reprimirse ante toda información que puede obtener.

Alguna vez llegó a pensar que los hombres ven como un desafío y victoria la virginidad de una chica.

Cuando saben que una chica aun no tiene experiencia en ello, la cazan como carne fresca y cuando tienen lo que quieren presumen como si les fue otorgado un reconocimiento coleccionable.

Por su parte... A veces piensa que la virginidad no existe, solo es algo metafórico. Solo es la pureza de cómo se ve las cosas.

Levi parece avergonzado, oculta su frente y ojos bajo una mano y todo su cuerpo tiembla.

—Tsk. Iba a preguntar con cuántos te has besado, pero quise cambiar la pregunta— no sé atreve a mirarla.

¿Él acaso siente pudor? ¿A su edad y experiencia?

No puede creerlo. Un hombre tan serio y casado siendo pudoroso.

Parece mentira pero lo que ve le dice lo contrario. Al parecer Levi también se está abriendo.

Ambos no actúan como ellos mismos en estos momentos, pero no es algo que le incomode.

Lo vuelve a mirar y comienza a formularse preguntas que no se atrevería a decirselas.

¿Cómo será cuando ya esté caliente y en acción? ¿Acaso será esos que te comentan primero que prenda te quitaran o de aquellos que te preguntan si te gusta lo que te está haciendo?

Basta. ¿Porque se pone a pensar en estas cosas?

—Mi turno— no le queda de otra mas que continuar para aliviar el ambiente y por supuesto, enfriar la mente—. De mi grupo, ¿Quien no era de tu agrado?

Por fin llegó a una parte que tanto le interesaba saber, preguntas relacionadas con el semestre que recién pasó.

Levi por fin da la cara y se muestra sonrojado. Fija la mirada hacia arriba mientras piensa.

—Creo que la respuesta correcta es quien SI me agrada de tu grupo.

Esto se vuelve interesante para Mikasa. No es una completa chismosa, pero es un dato interesante.

El hombre suspira fuertemente.

—Tu siempre fuiste mi favorita por las tareas, Marlo tenía respuestas interesantes en los exámenes, Connie me recuerda a un amigo de muchos años y Sasha me hace reír porque rara vez adjuntaba sus trabajos en los correos. Los demás se pueden ir al carajo.

Mikasa felizmente sonríe y a la vez le hizo recordar lo bueno de ese semestre: Sus amigos.

Le hace pensar que convive con las personas correctas.

—Tengo muchas dudas sobre mi semestre contigo— añade satisfecha.

—Será interesante responderlas, pero yo también tengo mis dudas. De acuerdo, ¿Desde cuando te llamé la atención y porque?

—Eso me recuerda como planteabas las preguntas de tus exámenes— tuerce la boca. Cree saber la respuesta, pero no está tan segura—. Me llamaste la atención desde el primer día que te vi mientras leía.

—"El Amante japonés".

—No sé cómo recuerdas eso.

—Es uno de esos recuerdos que involuntariamente se quedan grabados en tu memoria.

—¿Cuál fue tu primera opinión de mi?

El juego continúa.

—Eso es complicado— mira hacia la nada—. Pensé en muchas cosas. Solo diré que también me llamaste la atención, que de vista eras interesante y que me hubiese gustado tener compañeras como tu cuando fui estudiante.

—Como yo hay muchas, varias del grupo leen.

—Hay algo más en ti, solo puedo decir eso.

La mira y sonríe.

—¿Qué otra duda tiene, Señorita Ackerman?

—Esta es buena: ¿Porqué no me tomabas en cuenta las faltas o los retrasos en clase?

Levi chasquea su lengua y tuerce la boca.

—No sé— ella lo mira horrorizada—. Ni yo sabía el porqué, sólo me nacía hacerlo.

La chica no puede con ello, soportó por tanto tiempo esa duda y al final no obtiene una respuesta concreta.

—Pe-Pero tu me dijiste que así me querías apoyar.

—Por favor, si una alumna te pregunta porque no tomas en cuenta sus faltas no le puedes decir: "Creo que me atraes y por eso quiero tener preferencias contigo".

Ve decepción en el rostro de Mikasa y no puede con ello.

—Pero reitero que eres una excelente estudiante, no podía perjudicarte con cosas pendejas como esas.

Ambos se quedan en silencio. Mikasa por su parte se siente orgullosa de sí misma pues a pesar de los favores que le brindaba Levi, reconoce su esfuerzo.

Perfeccionar sus tareas tuvo sus frutos.

—¿Enserio yo era la persona quien más admirabas?

No comprendía la pregunta, pero después de pensarlo recordó que en su último examen venía una pregunta de rescate sobre quién era la persona que más admirabas y pedí su dichosa justificación.

—¿Porque mentiría? No lo escribí para quedar bien, lo hice para que supieras que estaba agradecida contigo por escucharme. Me quedan dos preguntas.

—Adelante.

—Una vez enviaste guía de estudio a todos mis compañeros menos a mi, cuando te lo hice saber me dijiste que no tenías mi correo cuando fue de los primeros que pediste. ¿En verdad no lo tenias?

—Mentí. Quería que me hablaras.

¡Lo sabía! Primera sospecha resuelta.

—Si los hubiesemos encontrado antes de tiempo, ¿Qué te gustaría más? ¿Coincidir en mi etapa de universitario o que yo fuera un compañero de tu grupo?

—Quisiera decir que elijo coincidir en tu grupo, pero cuando tu estabas en la universidad yo apenas tendría 6 años. ¿No te parece eso raro?

Ella busca su mano y entrelazan sus dedos.

—De haber sabido que me tendrías encantado, te hubiera protegido de todo.

Levi sonríe enternecido.

—Hubieses sido mi primera alumna en mi clase de música después de clase, te sacaría a pasear a donde quisieras y te recordaría todos los días que yo soy el único para ti cuando fueras mayor.

Mikasa niega sonriente.

—Pero yo me refería coincidir en un grupo teniendo las mismas edades.

Desea que las cosas fueran diferentes y que ambos coincidieran en el tiempo correcto antes de que Levi se casara y Mikasa no rompiera la regla de oro. Lo desea tanto que hasta le duele pensarlo.

Si tan solo hubiera llegado un poco más temprano a su vida.

Busca acurrucarse en Levi y este la acepta rodeando su cintura con un brazo y acercandola.

—Me hubiese encantado conocer al Levi estudiante, el que tocaba música en casa después de la tarea. Hablar con el en clases y pasarnos la tarea. Tal vez ser la típica pareja del grupo y salir juntos sin problema. Eso hubiese cambiado bastante las cosas, pero seríamos libres.

Coloca su cabeza sobre el hombro de su ex profesor y este le deposita un beso en sus cabellos.

—Hubiese sido lo ideal. Pero ya sabes lo que dicen las cosas pasan por algo.

Alza la mirada y comparten un pequeño beso.

—¿Cuál sería tu última pregunta?

Ella sonríe y lo vuelve a besar.

—Si esta fuera nuestra última noche juntos, ¿Qué me dirías?

Una pregunta fuerte pero que tenía que salir a la luz.

El nuevamente besa sus cabellos y apoya su mentón sobre ella mientras piensa.

—No me arrepiento de nada, Mikasa. Ni de cómo se dieron las cosas ni lo que siento por ti. Si hoy fuese la última noche te recordaría lo mucho que me gustas y me importas, te dejaría ir, sabiendo que ya no podré continuar en ti.

—Usted también me importa mucho, profesor— susurra y ahora busca sus labios para volverlo a besar.

¡Hola, aquí yo de nuevo! Vaya, es tan sorprendente voltear hacia atrás y ver los resultados de esta historia.

Recién vi el número de votaciones y vistas y aún no lo puedo creer. Nunca pensé que llegaríamos a tanto.

Este capítulo estuvo lleno de muchas referencias de capítulos pasados. ¡También pueden jugar con los personajes! Compartan sus dudas (si es que hay alguna) y las responderé con mucho gusto.

Quisiera agradecerles a cada uno por su apoyo y sus hermosos comentarios no saben cuanto los aprecio.

Esta historia tiene un valor super super especial para mi y me alegra que muchos compartan sentimientos con ella.

Según mis cuentas ya estamos un poco más de la mitad. ¡Espero estos juntos hasta el final!