Capítulo 41: Un nuevo inicio
Yo, Historia Reiss, la actual Reina de las tres Murallas Sina, Rose y María; por la presente y por el poder que me ha sido otorgado recientemente, convoco a _ Morgan, soldado bajo el mando del capitán Levi Ackerman del Cuerpo de Exploración a asistir a la próxima reunión de los altos mandos del Ejército de las Murallas que tendrá lugar en la capital real Mitras en los días venideros.
Mitras.
Las botas de ambos soldados resonaron con eco conforme caminaban por el lujoso pasillo de aquel inmenso castillo, sumergidos en un tenso e incómodo silencio. A unos pasos de distancia más adelante, un empleado los guiaba por aquel lugar, el cual en aquellos momentos estaba deseando acabar su labor y poder respirar un aire menos cargado que ese.
Ambos morenos vestidos con los impecables uniformes de gala del Cuerpo de Exploración, arreglados para tan especial ocasión, andaban juntos pero con una notaría y para nada disimulada separación de un metro del uno respecto del otro. A pesar de la pulcritud de sus vestimentas; en sus rostros se podía ver el cansancio del viaje, puesto que literalmente hacía unas horas que habían llegado a la Capital real después de haberse pasado casi medio día cabalgando desde Yorkford. Después de leer y comprender la importancia del contenido de la carta, _ no tuvo más remedio que preparar su equipaje y marchar hacia Mitras de manera inmediata. El trayecto fue completamente silencioso e incómodo, sintiéndose casi eterno. Al llegar a las puertas de la ciudad real, fueron examinados con exhaustividad de acuerdo con los protocolos de protección, tanto a las puertas de la muralla como antes de entrar al castillo, siendo esta la causa de su retraso a la hora de asistir a la celebración de la reunión.
Tras una última puerta doble custodiada, el guía se detuvo junto a los soldados, indicándoles que más adelante se encontraría su destino, siendo la siguiente zona restringida para él. Agradeciéndole con amabilidad por sus servicios, _ observó cómo ambos militares daban un par de pasos y, cogiendo los pomos, procedieron a cerrar la puerta, dejando a ambos morenos completamente solos. Sin querer sentirse nerviosa, _ se giró e, ignorando de manera rotunda al hombre que la miraba con seriedad, avanzó a paso decidido por el pasillo, sin cojear. Su pierna, aunque se había formado una buena costra en la herida y le quedaría de por vida una enorme cicatriz, se había recuperado con éxito gracias a los excelentísimos cuidados de Elisabeth. Gracias a ello, la morena podía moverse con total normalidad, aun teniendo ciertas precauciones para no romper la protección creada naturalmente. Y ello se notaba, por el acelerado paso de la mujer.
De pronto, de una de las habitaciones, salió una persona que alegró completamente a _, dándoles la espalda a los recién llegados al cerrar la puerta con cuidado. Con una felicidad desbordante, la morena casi correteó por los pasillos, sin importarle que se encontraba en el castillo real, y, cuando estuvo cerca de esa persona, saltó sobre ella, agarrándole del cuello en un afectuoso abrazo.
-¡Hange!-Exclamó _ mientras escuchaba un pequeño sonido de sorpresa en su oído, restregando su mejilla contra la de la mayor..
-¡Pequeñaja, has vuelto!-Le reconoció la castaña, correspondiéndole el abrazo con cariño. A pesar de ese mote, _ no hizo ningún gesto ni comentario. Había desistido a que la castaña evitara decirle aquello- ¡Cuánto se te ha echado de menos!¡El Cuartel General estaba demasiado tranquilo sin tu energía por ahí!-Le dijo entre carcajadas, bajándola al suelo. Al poner distancia entre ambas, _ pudo notar como Hange vestía también con el uniforme de gala-Bueno, ¿Qué? ¿Cómo está tu familia?¿Ya se ha recuperado tu hermana de aquella enfermedad?
Pillandola con sorpresa, _ frunció el ceño mientras parpadeaba lentamente, sin comprender de lo que estaba hablando. Por suerte para ella, Levi apareció en el momento justo, situándose junto a ambas mujeres, todavía guardando las distancias.
-Hange, no seas entrometida-Le gruñó el hombre con su voz de indiferencia- Ya te dije que no era tan grave y que tardaría solo unos días en curarse-Por primera vez en bastantes horas, _ dirigió sus ojos grises hacia el hombre, por unos escasos segundos- Además, no tenemos jodido tiempo que perder. Ya llegamos tarde por culpa de esos malditos protocolos.
-¡Oh, es verdad, tienes razón!-Coincidió la castaña apartándose a un lado. Acto seguido, alzó las manos e hizo un gesto hacía la puerta- Entrad, entrad. Están todos reunidos.
Ladeando la cabeza, la morena le miró sin entender.
-Un momento...¿Tú no asistirás?-Preguntó _ mirándola extrañada.
-No-Negó con la cabeza- Sólo han convocado a ciertas personas, incluidos los altos mandos. Una pena, ha decir verdad…¡Tenía muchas ganas de proponer nuevos proyectos!-Mustio de manera lastimosa, agarrándose la cabeza.
Aquello le pareció tremendamente curioso a la morena ¿Por qué Hange, siendo un alto mando del Cuerpo de Exploración, no asistiría a aquella reunión?¿Y ella que solamente era un soldado raso?¿En qué demonios estaba pensando Historia? Algo no parecía encajar. Por ello, guiada por la necesidad de saber la respuesta de aquellas preguntas, _ siguió, tras despedirse de Hange, a Levi dentro de la habitación contigua, cuando este abrió la puerta. En el interior de aquella lujosa sala iluminada por un enorme ventanal, una enorme mesa había sido situada en el medio con nueve sillas, siete de ellas ocupadas, y cuyos ocupantes en aquel momento dirigieron sus miradas hacia los recién llegados, atraídos por el sonido de la puerta. Sintiéndose de golpe muy observada, _ reconoció entre los presentes a los tres comandantes del Ejército de las Murallas: Erwin Smith, Dot Pixis y Nile Dot. Y, por supuesto, a la reina Historia, sentada presidiendo aquella mesa.
La protagonista de aquella reunión al alzar sus claros ojos azules en dirección hacia _ y Levi cambió su rostro políticamente serio y esbozó una pequeña y disimulada sonrisa, saludando a la morena en silencio, antes de volver con su papel.
-Bienvenidos seáis, capitán Levi Ackerman, soldado _ Morgan-Les saludó con una elegancia que sorprendió a la morena. Puede que antes tuviera madera pero ahora, tras una semana en el cargo, casi parecía como si Historia hubiera nacido para gobernar- Tomad asiento. Os estábamos esperando-Les indicó señalando a su izquierda las dos sillas vacías continuas a Erwin Smith.
Con una inclinación de cabeza, como muestra de respeto ante su majestad, ambos morenos caminaron hasta el lugar indicado, siendo seguido por la mirada de los presentes. Y, sentándose _ al lado de Erwin y Levi en la siguiente silla, dio comienzo la reunión. Durante varias largas horas, se habló casi sin tregua acerca de las novedades respecto al Cuerpo de Exploración, la Tropa de Guarnición y la Policía Militar tras el ascenso al trono de Historia en relación con el descubrimiento de las piedras luminosas bajo la iglesia de los Reiss, el nuevo poder de solidificación de Eren, la reparación de Orvud, la opinión popular acerca de la nuevo gobernante, la depuración de las mentes corruptas en la Policía Militar y encarcelación de diversas figuras importantes del gobierno. El sacar a la luz varios de los trapos sucios del antiguo rey había conseguido que la tranquilidad en las murallas se viera afectada de manera significativa. No obstante, conforme _ fue observando la resolución de la reina mientras era informada de las nuevas noticias; supo, una vez más, que estaban en buenas manos. Sin embargo, a pesar de asentir y proporcionar datos sin importancia con respecto a las piedras brillantes, ya que había sido testigo de ello, _ seguía sin tener ni idea de que hacía realmente ella ahí. Pero pronto, obtendría su esperada respuesta.
Historia, tras asentir a lo indicado por el Comandante de la Policía Militar acerca del estado de la delincuencia intramuros, cambió de hoja a la siguiente, provocando que el resto de los presentes imitaran la acción de la reina.
-Parece ser que ya hemos puesto sobre la mesa los principales problemas de las tres murallas-Habló en general, sin dirigirse a nadie en particular- Ahora me gustaría comentaros a todos los reunidos aquí acerca sobre asunto que considero que también debe ser abordado con bastante urgencia: la situación en la Ciudad Subterránea- Ante la mención de aquel lugar, _ alzó los ojos con sorpresa hacia la reina ¿Había dicho...La Ciudad Subterránea?- Desde que tengo uso de razón, he escuchado miles de historias y rumores acerca de lo terrible que es aquel lugar. Delincuencia, pobreza, hambre, enfermedad, muerte… Todo eso y más se reúne en un único sitio situado en estos momentos bajo nuestros pies- La voz de Historia se escuchó poderosa, opacando cualquier otro pensamiento que pudiera pasarles por la cabeza a los presentes- Miles de personas: bebés, niños, adultos y ancianos. Mueren con cada palabra que expresamos en este instante. Cada aliento que nosotros exhalamos puede ser el último de ellos. Por ello, he decidido que, mientras dure mi mandato, no consentiré que ningún súbdito mío pase por ese sufrimiento- Sin poder evitarlo ni tener en cuenta el lugar, el momento ni las personas que habían a su alrededor, _ esbozó una sonrisa de alegría y sus ojos brillaron con emoción. Aquel había sido el maldito sueño de su madre. Su madre había querido ayudar a aquellas personas, con todas sus fuerzas. Y ahora, por fin se iba a cumplir. _ supo que en aquellos momentos, dónde quiera que estuviera el alma de su madre, estaría llorando de felicidad- Empezaré un proyecto con el propósito de mejorar la situación de los residentes de la Ciudad Subterránea. Y los encargados de llevarlo a cabo serán…-De pronto, los ojos celestes de Historia describieron un recorrido hasta hacer contacto visual con los grises de _, causando que la morena frunciera el ceño- el capitán Levi Ackerman y la soldado _ Morgan.
Todo el aire de los pulmones de la morena se escapó de sopetón siendo pillada desprevenida, sus órbitas casi se salieron al enterarse de la noticia y su corazón latió desbocado ¿Ella se encargaría de qué…?
Al igual que la mujer de pelo negro, varios de los presentes, expresaron su sorpresa de manera sonora, provocando que, al cabo de unos segundos, la sala se llenara de un murmullo cargado de desacuerdo y recelo. Justo cuando casi empezaba a asimilar que llevaría a cabo el sueño de su madre y podría aprovechar para buscar a Abel en aquel lugar, un hombre alzó la mano, cortando todo chismorreo y llamando la atención de los presentes. Cuando _ puso sus ojos sobre aquel individuo, observó que vestía el traje reglamentario de gala del ejército, teniendo cosido sobre su pecho un unicornio de color verde. Era uno de los altos mandos de la Policía Militar.
A su lado, Nile Dok le lanzó una mirada de advertencia. Sin embargo, el hombre de aspecto mayor no pudo verla pues sus ojos estaban completamente enfocados en la reina.
-Si me disculpa y me lo permite, su majestad, quisiera mostrar las razones de mi descontento acerca de la elección de los encargados-Le solicitó el soldado de manera educada. Y, tras recibir un asentimiento por parte de Historia, el hombre hizo algo que no le gustó nada a _: dirigir sus ojos de manera fugaz hacia Levi y ella, situados frente a él, y mirarles de mala manera. Sin embargo, duró poco pues enseguida volvió a centrar su atención en la reina. Como consecuencia, _ apretó los labios hasta casi dejarlos blancos. Maldito bastardo- En primer lugar, considero que este asunto, al encontrarse dentro de los muros, debería ser encargado a nuestro cuerpo, ya que es plena jurisdicción de la Policía Militar. En segundo lugar, al contrario que los soldados pertenecientes al Cuerpo de Exploración, dedicados a los asuntos extramuros; nosotros tenemos una buena base de conocimientos y habilidades para poder manejar la situación de la Ciudad Subterránea de manera satisfactoria y eficiente, puesto que nos hemos curtido año tras año en la realización de esas labores. Por ello, a pesar de que no pongo en duda su buena fe, dudo mucho que las personas escogidas pudieran llegar a ser útiles para la causa; dado su desconocimiento, por supuesto.
Una oleada de ira subió por la garganta de _ mientras sus ojos taladraban sin ningún tipo de disimulo el lateral del rostro del hombre, que, tras haber concluido su monólogo, había esbozado una pequeña sonrisa de superioridad ¿Les había llamado inútiles en toda su cara? Sintiendo el orgullo tremendamente herido, _ hizo un amago de levantarse y de abrir la boca para soltar de todo menos palabras bonitas; no obstante, por suerte para ella misma, una mano le agarró con disimulo el antebrazo, deteniéndola antes de cometer una locura. Con el rostro iracundo, giró el cuello hacia su derecha, encontrándose con la mirada azul de reojo de Erwin mientras este le cogía con su único brazo. Al hacer contacto visual por unos segundos, a través de su iris celeste, pudo observar una petición silenciosa de que guardara la calma. Por ello, dado su respeto hacia su superior, chasqueando la lengua internamente, _se apoyó de nuevo en la silla, haciéndole caso a su comandante pero deseando por todos los medios gritarle cuatro cosas a ese tipejo.
No obstante, otro individuo había también había sido atacado. Y, dada su terrible personalidad y carácter, ni siquiera un intento de persuasión de Erwin Smith podría silenciarlo.
-Tsk. Por supuesto vosotros fuisteis más útiles en controlar que la mierda no se saliera de ese vertedero ¿cierto? Vuestro enorme trabajo por mantener vuestra intachable reputación, perdón, mi error, digo criminalidad a raya ha sido digno de admiración. Dado los datos, por supuesto-Le contestó con todo el sarcasmo del mundo, sin ningún tipo de tapujo ni reserva, dejando a todos los presentes completamente blancos. Y, a pesar de los problemas de ambos, _ no se reprimió el hinchar el pecho y sonreír de manera abierta ante el rostro desencajado del hombre. Ojalá pudiera decir en voz alta: jodete.
Al lado de esta, habiéndose esperado todo por parte de su subordinado, Erwin dejó ir un suspiro.
-Levi-Le advirtió con voz grave-Está bien.
Reclinándose en el respaldo de la silla, Levi se cruzó de brazos mientras chasqueaba la lengua, declinando su postura tensa. Sin embargo, el soldado de la Policía Militar, con el rostro enrojecido por momentos, no iba a dejar pasar aquel ataque tan directo hacia ellos.
-¿Cómo qué "está bien", comandante Erwin?¡Claramente no lo está! ¡Esto es una verdadera ofensa!¡Es un completo insulto hacia nuestro cuerpo!-Exclamó con un tono muy indignado y ofendido. A pesar de dirigirse hacia el rubio, sus ojos estaban completamente fijados en el moreno con cara de aburrimiento. En su frente se podía ver una vena surgiendo de manera llamativa en su piel, producto del enfado y del bochorno que sentía en aquellos momentos-¿¡Quién se cree que es usted cómo para dar lecciones a la Policía Militar acerca de su trabajo en la Ciudad Subterránea!?¡Usted no tiene ni idea!
-Capitán John-Le llamó Historia con un tono firme, interrumpiendo su berreo. El hombre se sobresaltó ante aquellas palabras y dirigió sus ojos nerviosos hacia la reina, cerrando la boca con fuerza-En realidad, está usted hablando con el capitán Levi Ackerman, un antiguo residente de la Ciudad Subterránea, y con _ Morgan, la hija de Leena Ross, antigua capitana de la Tropa de Inteligencia del Cuerpo de Exploración- Tanto la morena como el hombre, tras decir aquellas palabras, la miraron con sorpresa. Uno al haberse dado cuenta del error que había cometido y la otra debido a que no se había esperado que Historia supiera de su madre ¿Quien…? Y, entonces cayendo en la cuenta, _ giró su rostro hacia el moreno que se sentaba a su lado. Levi siguió atendiendo a la reina, a pesar de sentir la mirada de _ sobre él. No sabía por qué...Pero, de pronto, tenía la sensación de que su capitán había sabido en todo momento el propósito de aquella reunión y que, relacionado con ese hecho, Historia sabía de aquella información acerca de su familia, ya que previamente se lo había contado. Una oleada de molestia la azotó una vez más. De nuevo, le había ocultado información- Por su rostro, estoy segura que sabrá que la capitana Ross fue una figura importante en la búsqueda de la verdad de los titanes y que, además, se interesó en la situación de la Ciudad Subterránea y sobre todo en el asunto de los Niños Topo.
El capitán John tragó saliva con dificultad mientras su frente se cubría de un sudor muy frío.
-Yo...Yo no…-Titubeó sin saber qué más decir.
-Espero que ahora comprenda el porqué de mi decisión. No hay nadie en esta sala más capaces de llevar a cabo esa misión que el capitán Ackerman y la soldado Morgan-Le explicó con un tono firme pero sin ser duro. Bastante bochorno había pasado el hombre como para hincar más el dedo en la llaga. Dando un último vistazo, Historia giró su rostro y posó una vez más los ojos en la parte donde se encontraba sentados los miembros del Cuerpo de Exploración- Sin embargo, a pesar de que debéis cumplir con vuestra misión sea como sea, del modo que sea, tengo que advertirles de una cosa: estaréis solos en esto ya que parece ser que el estado va a peor. Aun con la mayor presencia de la Policía Militar, se han advertido extraños comportamientos que me han llamado la atención y que me preocupan.
Saliendo de su sorpresa, _ parpadeó varias veces seguidas.
-¿Qué clase de comportamientos?-Quiso saber, interesándose.
Ante la pregunta de la morena, Historia desvió sus ojos hacia el comandante de la Policía Militar Nile, el cual al sentir la mirada de la reina, asintió comprendiendo y, acto seguido se puso a rebuscar entre los papeles que había frente a él hasta encontrar el indicado.
-Según los informes de algunos de mis hombres y mujeres de mi escuadrón, hace unos días, atraparon a un niño de unos 8 años con una extraña marca en la frente en pleno robo de objetos valiosos-Resumió el contenido de la hoja que tenía entre sus manos, pasando por encima de las líneas sus ojos- Al identificarlo como un Niño Topo, lo detuvieron e intentaron llevarlo al exterior para poder realizarle un interrogatorio de manera decente. Pero no llegó.
-¿Qué le pasó al mocoso?-Le preguntó esta vez Levi, con frunciendo el ceño.
Tras unos instantes, Nile Dok guardó silencio, descendiendo la mirada hacia el informe hasta que, de pronto, habló con una terrible voz tensa.
-Sin que ninguno de mis subordinados pudiera evitarlo o darse cuenta, el niño, antes de poner un pie en la superficie, se sacó una píldora pequeña de la boca y se la trago. Al cabo de unos segundos, entre convulsiones, murió- Concluyó el hombre dirigiendo su mirada hacia los soldados del Cuerpo de Exploración.
Los pelos de _ se pusieron de punta mientras el horror recorría su cuerpo entero. Un niño… de 8 años… se había suicidado… ¿En qué situación estaría viviendo aquella criatura para cometer aquel acto? ¿A ese extremo habían llegado las mentes maestras para garantizar su silencio? La rabia la inundó durante unos segundos, apretando la mandíbula y los puños con fuerza hasta casi dejar que su piel se pudiera blanca por la presión.
-¿Es la primera vez que os pasa?-Intervino Erwin Smith, tomando la palabra al ver que sus dos subordinados se mantenían en silencio.
-Que yo sepa, sí-Le contestó sin estar muy seguro, llamando la atención de los del Cuerpo de Exploración. Al sentir las miradas exigentes de aclaración, Nile continuó hablando- La Ciudad Subterránea, hasta hace una semana, no entraba dentro de mi territorio, por ello no tengo más información disponible que la que me están transmitiendo en estos momentos mis subordinados. Tampoco he tenido tiempo de ponerme al día respecto a ese tema.
-¿Y por qué no está en esta reunión el encargado anterior de la Ciudad Subterránea?-Preguntó Levi un poco de manera brusca, al ver que no llegaban a ninguna parte de aquella manera.
-Porque, en estos momentos, se encuentra cumpliendo pena por corrupción-Su respuesta provocó que durante unos largos segundos la habitación se llenara de un tenso silencio.
Al cabo de unos segundos, carraspeando un poco, _ llamó la atención de los presentes. Aun teniendo mal cuerpo, debía continuar indagando más en el tema.
-Comandante Nile, ¿existiría algún informe o documento donde se plasmara las actividades de la Policía Militar en la Ciudad Subterránea del anterior encargado del lugar?- Al recibir una respuesta afirmativa del alto mando, _ continuó hablando, llevándose una mano a la barbilla- Considero que a través de ellos se podrían obtener muchísimos datos de importancia para el proyecto que hasta ahora desconocemos. Ya sea al comparar si ese comportamiento es algo nuevo o se viene produciendo desde hace tiempo, la manera de comportarse de los Niños Topo y del resto de individuos infractores, las actuaciones que realizaron vuestros soldados para ayudar a los necesitados como demás conocimientos.
-También se podría revisar los estudios de la capitana Leena Ross-Sugirió Erwin a su lado, ganándose la mirada gris de _-Aunque gran parte de los escritos se perdieron por los sucesos del Centro de Investigación, todavía el Cuerpo de Exploración guarda algunos documentos a su nombre. Tal vez entre sus páginas exista algo que pueda ser de utilidad.
Después de que la morena asintiera estando de acuerdo con su comandante, la reina tomó la palabra de la conversación.
-De acuerdo, entonces. Cualquier documento, informe o escrito relacionado con la Ciudad Subterránea deberá ser entregado tanto al capitán Levi como a la soldado _ en los próximos días, a la mayor brevedad posible- Sus ojos celestes recorrieron los rostros de los presentes, sobre todo los de la Policía Militar. Algunos de ellos, a pesar de no disimular su descontento con la decisión de la reina, asintieron de manera colaborativa. Dándose por satisfecha, Historia volcó su atención una vez más en los miembros del Cuerpo de Exploración- Por otro lado, vuestra misión será recabar los máximos conocimientos respecto al tema para que vuestra incursión en solitario sea lo más eficaz y segura posible. Una vez que estéis preparados, planificaremos el siguiente paso.
Tanto los dos morenos como el comandante del Cuerpo de Exploración asintieron y, acto seguido, hicieron el saludo militar. Con ello, se dio por concluida la reunión de los altos mandos del Ejército de las Murallas.
_ entendía el porqué sería una incursión en solitario. La introducción de un número muy grande de personas llamaría la atención tanto de la población como del o de los líderes tras los Niños Topo; dado el extraño comportamiento de los infantes respecto a las figuras de autoridad, debían ir con máxima cautela. Pero, a pesar de que comprendía la decisión de la reina y de estar contenta por poder ingresar por fín en la Ciudad Subterránea, el pasar tanto tiempo a solas con Levi no era exactamente plato de buen gusto para ella. No en aquellos momentos.
-Oye, espera- La grave voz del moreno se escuchó tras su espalda mientras _ se dirigía hacía la que sería su habitación en su estancia en el palacio de la Reina. Deseaba con todas sus fuerzas lanzarse contra la cama y dormir hasta el día siguiente-Tengo que hablar contigo.
Aquella frase fue total y deliberadamente ignorada por la mujer, la cual, sin inmutarse siquiera, continuó caminando con tranquilidad, siguiendo al mismo guía de hacía algunas horas, que deseaba una vez más separarse de esos dos y su asfixiante ambiente que traían consigo. No obstante, siendo Levi tan taciturno como era, no se dio por vencido y, antes de que se alejara más, le agarró del antebrazo, deteniendo su andar. El hombre que había delante de aquella pareja de morenos giró su cuello, observandolos de reojo hasta que, tras recibir una mirada fría de Levi, captó el mensaje y se apuró en marcharse. Aunque el corazón de _ palpitó con una felicidad masoquista al sentir de nuevo el contacto corporal con el hombre, una oleada de rabia la bloqueó completamente, provocando que, tras fruncir el ceño y lanzarle una mirada encolerizada, cortara cualquier tipo de roce con la piel de Levi al sacudirse su agarre.
-No me toques-Siseó casi sin separar los dientes.
Ante la actitud hostil de la morena, sin que esta se diera cuenta, por un instante fugaz, Levi cuadró la mandíbula y apretó levemente los ojos. No obstante, como siempre, cualquier tipo de emoción que se reflejara en su rostro fue aplacada por su usual frialdad e inexpresividad. Tras recuperar aquella máscara, Levi dio un paso hacia atrás, volviendo a poner distancia entre ambos.
-Pues escúchame cuando te hablo-Le contestó de manera brusca- Deja los asuntos personales a un lado y atiende lo que tiene que decir tu superior-Con rabia, _ se mordió el labio atrayendo la atención de los ojos grises azulados del moreno por un segundo. Aunque le molestara, tenía razón, aun seguía siendo su capitán. Y debía comportarse como tal- Tienes que saber que la Ciudad Subterránea no es ningún juego de mocosos. Allí si no conoces bien la manera de comportarte, moverte y relacionarte con las personas puede llegar a ser tu último día con vida. Lo que quiero decirte es que tienes que confiar en todo momento en lo que te diga.
Sin sorprender a Levi, una risa irónica salió en forma de sonido por las fosas nasales de _.
-¿Confiar? ¿Es en serio? ¿Después de lo que has hecho?¿De verdad lo estás diciendo?- Le preguntó de manera retórica, sin poder creerse lo que estaba escuchando.
-No te digo que me perdones, porque no quiero que lo hagas. Sin embargo, lo que sí te pido es que me utilices de la manera que tú quieras. Porque estaré dispuesto a ello.
